Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, Colegio de las Madres Escolapias, Iglesia de San Juan Bautista del Cerro, Iglesia de San Juan de Dios, Iglesia conventual de Nuestra Señora de las Angustias, Iglesia de Santo Domingo, Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, Santuario de María Santísima de la Sierra, Iglesia de San Francisco y San Rodrigo, Instituto Aguilar y Eslava, Parque Fuente del Río, Muralla Urbana, Casa natal de Juan Valera, Fundación de la Vizcondesa de Termes, Centro Filarmónico, Castillo - Palacio de los Condes de Cabra, y Plaza de Toros) de la localidad de Cabra, en la provincia de Córdoba.
Cabra guarda equilibrio entre la agreste Sierra que da nombre a su patrona, Virgen de la Sierra y el vergel de sus huertas. Cabra guarda equilibrio entre la agreste Sierra que da nombre a su patrona y el vergel de sus huertas. Reza en su mezquita barroca de la Asunción, sueña remotas hazañas en el castillo-palacio de sus Condes, conversa con Juan Valera en el patio del Casino, vigila el corazón andaluz desde su Picacho, convierte en música el rumor del agua en la Fuente del Río, y cultiva la sabiduría en el viejo instituto de Aguilar y Eslava.
La antigua Igabrum fue famosa en las épocas romana y visigoda, manteniendo su vitalidad en la islámica. Dio nombre a una de las coras del Califato y a la caída de éste pasó a depender del reino de Granada. La reconquistó Fernando III mediante pacto, aunque no se conoce la fecha exacta. En 1258 pasó al Concejo de Córdoba y en 1295, por permuta, a la orden de Calatrava. En 1439 Juan II la da en señorío a Diego Fernández de Córdoba, que será nombrado conde de Cabra por Enrique IV en 1455 y en este estado permaneció hasta el fin del régimen señorial. Conserva restos de las murallas, de origen romano, reutilizadas por visigodos y musulmanes, y el castillo de los condes de Cabra. El Museo Arqueológico Municipal, abierto en 1982, guarda, entre otras, las esculturas de Eros y Dionisos, y la reproducción del famoso Mitra depositado en el Museo de Córdoba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Cabra guarda equilibrio entre la agreste Sierra que da nombre a su patrona, Virgen de la Sierra y el vergel de sus huertas. Cabra guarda equilibrio entre la agreste Sierra que da nombre a su patrona y el vergel de sus huertas. Reza en su mezquita barroca de la Asunción, sueña remotas hazañas en el castillo-palacio de sus Condes, conversa con Juan Valera en el patio del Casino, vigila el corazón andaluz desde su Picacho, convierte en música el rumor del agua en la Fuente del Río, y cultiva la sabiduría en el viejo instituto de Aguilar y Eslava.
Villa situada al sur de la provincia, junto a las carreteras C-336 y C-337.
Distancia a Córdoba: 72 Km.
Altitud: 452 m.
Extensión: 229 Km2
Habitantes: 20.935.
Gentilicio: Egabrenses.
Mancomunidad: Subbética Cordobesa
Se desconoce con exactitud la antigüedad de Cabra, que con el nombre de Igabrum fue una población indígena elevada por los romanos a municipio en época flavia. Fue sede episcopal con los visigodos y capital de cora con los árabes. Su conquista en 1254 por Fernando III fue pactada, y en 1295 pasa a poder de la orden de Calatrava que la erige en señorío hasta 1331, en que, según M. Nieto, «fue arrasada y llevada su población cautiva a Granada». Tras sucesivos e inestables cambios de dueño, Juan II la concede en señorío en 1439 a Diego Fernández de Córdoba, que años después obtendría el título de Conde de Cabra. La conquista de Granada trajo la estabilidad a esta ciudad fronteriza, que en el siglo XVI inició su expansión urbana y demográfica.
Oficina de Turismo de Cabra
+34 957 523 493
https://www.turismodecabra.es (Diputación Provincial de Córdoba).La antigua Igabrum fue famosa en las épocas romana y visigoda, manteniendo su vitalidad en la islámica. Dio nombre a una de las coras del Califato y a la caída de éste pasó a depender del reino de Granada. La reconquistó Fernando III mediante pacto, aunque no se conoce la fecha exacta. En 1258 pasó al Concejo de Córdoba y en 1295, por permuta, a la orden de Calatrava. En 1439 Juan II la da en señorío a Diego Fernández de Córdoba, que será nombrado conde de Cabra por Enrique IV en 1455 y en este estado permaneció hasta el fin del régimen señorial. Conserva restos de las murallas, de origen romano, reutilizadas por visigodos y musulmanes, y el castillo de los condes de Cabra. El Museo Arqueológico Municipal, abierto en 1982, guarda, entre otras, las esculturas de Eros y Dionisos, y la reproducción del famoso Mitra depositado en el Museo de Córdoba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Cabra, población de origen íbero-celta cuyo nombre primitivo era Igabrum, capital de una cora durante la época musulmana y en la actualidad ciudad agrícola y de servicios. En su entramado urbano conserva aún el antiguo barrio musulmán, así como parte del castillo y de las murallas que la cercaron en la Edad Media. En la plaza Alta de la Villa se localiza la famosa iglesia de la Asunción, cuya alta torre de ladrillo macizo domina el caserío. El interior es barroco, pero trae a la memoria poderosamente el recuerdo de las mezquitas musulmanas. Este efecto lo producen sus cinco naves estrechas y paralelas separadas por arcos peraltados sobre columnas toscanas de mármol rojo extraído de las canteras de la sierra. Cabra tuvo el primer instituto de bachillerato de la provincia, el Aguilar y Eslava, que todavía funciona. Es conocida la fuente del Rio, un lugar paradisíaco, de cuyos muros pétreos mana en abundancia, aún en épocas de sequía, el agua cristalina que riega sus numerosas huertas. Junto a él se ha construido recientemente un Auditorio en el que se suceden todo tipo de actos.
En lo más alto de la sierra, a unos diez kilómetros de la ciudad, se levanta la ermita de la Virgen de la Sierra, famosa por sus romerías, entre ellas la de los gitanos (Rafael Arjona. Guía Total, Córdoba. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2009).
La bella Igabrum se levanta a los pies de la sierra de su nombre, rodeada de feraces huertas y en medio de un mar de olivos cuyas densas olas vienen a morir a sus muros.
Historia
Cabra estuvo poblada desde el Paleolítico Superior, hace más de 15.000 años. En tiempos remotos se adoraron en la ciudad dioses tan extraños por estas tierras como la Daeva céltica y el iranio Mitra, de ascendencia solar. Roma le dio su cultura y explotó sus ricas canteras de mármol rojo. El cristianismo llegó hacia el año 300, convirtiéndola poco después en sede episcopal. Durante la dominación árabe fue cabeza de cora. Pasó a poder de Fernando III mediante pacto con sus habitantes, quienes continuaron viviendo en ella y conservando su religión y sus costumbres. Juan II la entregó a Diego Fernández, primer conde de Cabra, quien fundó en ella su señorío. Durante el siglo XVI se produce una fuerte expansión de la ciudad que frenan bruscamente las pestes y las adversidades climatológicas de la segunda mitad del XVII. Durante mucho tiempo, la agricultura ha sido su principal medio de vida, aunque en la actualidad se ha convertido también en una ciudad de servicios, apoyada en su Instituto de Enseñanza Media, el primero que existió en la provincia, incluida la capital, en la Escuela de Formación Profesional y en el Hospital Comarcal.
Gastronomía
Los variados potajes a base de verduras de la huerta, legumbres y cerdo, guisados con aceite de oliva, constituyen los platos tradicionales. Igualmente destaca la carne, fundamentalmente de cerdo, en adobo y posteriormente frita en manteca o aceite. Entre los postres, tienen fama universal las bizcotelas o soletillas de las Madres Agustinas Recoletas.
Se trabaja el bronce y la madera en la fabricación de muebles artesanos, el mármol y la piel. Salvador Ridaura y los hermanos Lama fabrican velas artesanas, siendo los últimos cereros que quedan en la provincia.
Fiestas
Son famosas las distintas romerías al santuario de la Virgen de la Sierra que se celebran a lo largo del año, siendo las principales la Nacional de los Gitanos, con fecha variable; la Bajada, el 4 de septiembre, coincidiendo además con la feria que es del 3 al 8, y la de la Hermandad de Costaleros, en octubre. La belleza y excepcionalidad del paraje así como la concurrencia a estas romerías justifican por sí solas una visita a la ciudad.
VISITA
En Cabra llaman poderosamente la atención la blancura de sus calles y de sus casas, sobre todo las de los barrios más populares. Entrando por la carretera de Monturque, lo primero que se descubre es el antiguo castillo de los condes de Cabra, hoy colegio de las Madres Escolapias, y, a su lado, en el altozano, la parroquia de la Asunción, construida sobre una mezquita árabe, en la que sobresale su hermosa torre y el esplendor de sus cinco naves de columnas rojas. Bajando hacia el centro se alcanza el barrio de San Juan, de claras resonancias árabes en la estrechez y sinuosidad de sus callejuelas. Más allá de este barrio comienza la ciudad que surgió a partir del siglo XVI. En ella se encuentra la iglesia de Santo Domingo, de 1550, con una única nave y muy reformada en estilo barroco; la iglesia del hospital de San Rodrigo, de los hermanos de San Juan de Dios, bellísima construcción barroca del siglo XVIII, o la iglesia de la Virgen de la Soledad, construida en el siglo XVI pero muy reformada en el XVIII.
Cabra posee casas privadas de gran empaque, como la actual sede del Círculo de la Amistad, con un hermoso patio, o la casa natal de Juan Valera, un magnífico parque de amplia y variada flora, y hermosos lugares, como la Fuente del Río.
ALREDEDORES
La cumbre donde se encuentra el santuario de la Virgen de la Sierra, de 1.233 m de altitud, ha sido declarada Sitio Natural de Interés Nacional (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles.- La tradición cuenta que fue edificada sobre una vieja mezquita, pero nada queda del estado primitivo, pues el templo fue sucesivamente reconstruido en los siglos XVI y XVII, hasta obtener la definitiva fisonomía entre 1747 y 1752 bajo la dirección del arquitecto Benito Jiménez. La última reforma importante tuvo lugar en 1973. El interior es un espacio de cinco naves, algo más ancha la central que las laterales, cubiertas por bóvedas de cañón con lunetos y fajones que apean en cartones recortados.
El retablo mayor es de mármoles rojos y negros con cartelas de madera dorada, proyectado en 1673 por José Granados y realizado en 1674 por su colaborador Melchor de Aguirre. En la hornacina principal se venera la imagen de la Asunción, talla granadina de fines del XVII, y en el ático un Crucificado de tamaño natural de la misma época del retablo. Los retablos colaterales, encargados en 1691 por el obispo de Coria, son gemelos y están atribuidos a Melchor de Aguirre. El de la izquierda cobija la puerta de entrada a la sacristía y se dedica a Santiago Matamoros, escultura de la fecha del retablo, con un buen lienzo de Santo Domingo de fines del XVII en el ático, atribuido a Leonardo Antonio de Castro. El de la derecha, tiene la imagen de Santa Catalina de Alejandría y remata con un lienzo de San Francisco de Asís, obras ambas de factura similar al retablo correspondiente.
En las paredes del presbiterio están colgados sendos trípticos formados a partir de tablas del siglo XVI que pertenecieron a retablos desaparecidos. A la izquierda, la Virgen con el Niño flanqueada por los Santos Acisclo y Victoria y Santa Bárbara. A la derecha, el Calvario, San Andrés y San Martín de Tours. Son obras anónimas, las primeras de un autor influido por la corriente italo-levantina y las segundas de otro con tintes germánicos. Los ángeles lampareros son de mediados del XVIII, del círculo del cordobés Gómez de Sandoval.
La cabecera de la nave izquierda tiene un retablo del XVIII con la Virgen del Carmen, y a su izquierda, se ve la imagen de San Rodrigo, patrón de Cabra, talla de Miguel Arjona Navarro de 1985. Sigue el retablo de la Sagrada Familia, de hacia 1770, con las imágenes de vestir de María, José y el Niño, con la Paloma del Espíritu Santo, de la misma fecha. Los canceles de ambos lados fueron tallados en 1774 por Nicolás Guiberri según diseño de Alonso Gómez de Sandoval. A continuación se encuentra un cuadro con la Misa de San Gregorio, del siglo XVII, y Nuestra Señora del Mayor Dolor, de hacia 1700, retocada. Termina el muro con un cuadro de la Virgen con Santo Domingo y San Francisco, del XVII.
A los pies de la nave está la capilla de Jesús de las Penas, bendecida en 1996, con las imágenes de la Oración del Huerto, obra del sevillano Juan Manuel Miñarro de 1987, Nuestra Señora de la Aurora, de Salvador Guzmán Moral en 1996, y el antiguo Crucificado del Perdón, ahora llamado Santísimo Cristo de la Sangre, talla de la primera mitad del XVII restaurada por Arjona en 1982.
En la capilla situada a la derecha del presbiterio se halla Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Prisión, de hacia 1700. En la nave sigue el retablo de San Cosme y San Damián, obra de la segunda mitad del XVII, con un lienzo de los titulares. Después del cancel hay una capillita con retablo rococó del último tercio del XVIII en el que se venera la Virgen del Socorro, de escuela granadina, cercana al círculo de José de Mora.
La capilla del Sagrario, diseñada probablemente por José Granados, guarda un retablo de estípites de hacia 1760, próxima al estilo de Francisco José Guerrero. En la hornacina figura la Virgen con el Niño, de vestir y entronizada, copia de la Virgen de la Sierra, del siglo XVIII. De las paredes laterales cuelgan dos lienzos de taller local del primer cuarto del siglo XVIII: La Anunciación y Santiago en la batalla de Clavijo, timbrado con las armas de Cabra. Aquí se halla expuesta la urna de plata, sobredorada en parte, con Jesús Yacente, figura de pasta realizada por Cecilio Trujillo en 1773. El sepulcro es obra anónima de hacia 1668, reformada por Bernabé de Oviedo en 1772. Remata en un templete con imagen de la Dolorosa.
Sigue un lienzo con San Lorenzo y luego un retablo del XVIII con el interesante cuadro de la Virgen con el Niño y Ángeles, que es pieza singular de la pintura cordobesa, de hacia 1550. En la parte superior figura un lienzo con San Francisco del siglo XVII. Sigue un cuadro de la Virgen con el Niño con donante al pie, del XVI. Al fondo de la iglesia está la capilla de Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna, llamado de los Sayones, tallas atribuidas al taller de Salzillo, llegadas en 1756. La Virgen de la Caridad es de Santiago Molina Ruiz, de 1998.
El coro se halla situado a los pies de la iglesia; la sillería fue diseñada por Joaquín Arali Solanas y realizada por el entallador Francisco Javier Pedrajas entre 1790 y 1793. La Asunción de Nuestra Señora preside una teoría de arcángeles, apóstoles, santos y mártires; en la parte superior de la silla principal se encuentra un Crucificado menor que el natural del siglo anterior. El órgano es obra de los maestros organeros José y Patricio Furriel terminado en 1758, aprovechando en parte la estructura del anterior, del siglo XVII. La caja la talló Teodosio Sánchez Cañada. Se reformó en 1859 por el organero Francisco Carreto y actualmente se halla en restauración. La balconada superior es obra del rejero egabrense Francisco Jurado, realizada en 1792. Ante la reja del coro cuelga una bellísima lámpara de plata realizada en 1781 por Damián de Castro.
Protegido en el tesoro conserva esta parroquia uno de los ajuares de platería más ricos del reino de Córdoba. Entre todas las piezas destaca la custodia de templete realizada con estética manierista por el platero Pedro Sánchez de Luque entre 1621 y 1626 y ampliada en la década de 1770 por Damián de Castro. Pueden verse obras de Alonso y Juan Sánchez, de Sebastián de Córdoba, Rodrigo de León, aparte de las características de la escuela cordobesa del XVIII, marcadas por Damián de Castro, Antonio de Santacruz, Bernabé García de los Reyes, Mateo Martínez y otros (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Existe la tradición de que fue edificada sobre una vieja mezquita aprovechando su estructura. Nada queda del estado primitivo, pues el templo fue sucesivamente reconstruido en los siglos XVI y XVII hasta obtener la definitiva fisonomía en el siglo XVIII bajo la dirección del arquitecto Benito Jiménez, que realizó las obras entre 1747 y 1752.
El interior es un espacio de cinco naves, algo más ancha la central, organizadas por andanadas de arcos muy peraltados sobre columnas y cubiertas por bóvedas de cañón con lunetos y fajones que apean en cartones recortados. La abundancia de jaspes rojos y blancos da enorme suntuosidad a este interior. El tramo transversal correspondiente a las puertas se cubre con una bóveda oval y dos circulares y hace las veces de crucero.
El retablo mayor fue realizado en mármoles rojo y negro, es obra del afamado retablista de origen vizcaíno Melchor de Aguirre, quien lo concluyó en 1674 sobre proyecto del no menos celebre arquitecto egabrense José Granados de la Barrera. Es un retablo de transición al barroco, que destaca como ejemplo representativo de la mejor retablística marmórea. El jaspe rojo extraído en las canteras de la Sierra egabrense convertido en uno de los mejores materiales de la época. La hornacina central acoge la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, talla granadina de 1693, y en el ático un crucifijo, talla también de finales del XVII, de buena factura y próximo a la estética de los Mora.
La iglesia está cubierta por tejado a dos aguas perforado de lucernarios, destacando fuera la portada sur, de jaspe, y la torre proyectada en 1684 por el maestro mayor José Granados de la Barrera, y terminada en 1724 por Benito Jiménez.
Conocida como la mezquita del barroco, la tradición nos habla de una fundación sobre una antigua mezquita, consagrada en tiempos de la reconquista por el obispo de Córdoba Dº Gutierre. Sin embargo, su historia va a estar vinculada por las sucesivas transformaciones que tuvo. Tempranamente, en el siglo XIV, la Orden de Calatrava la reconstruyó. En 1682 se volvió a edificar nuevamente, aunque la torre se uniría un poco después en 1688.
Ya en el siglo XVII fue el egabrense José Granados de la Barrera, Maestro Mayor de la Catedral de Granada (autor del diseño del interior y la fachada de la Catedral granadina) el encargado de realizar obras en la capilla mayor, crucero y las bóvedas que lo cubren, así como proyectar la ejecución del retablo mayor y sus laterales en piedra, que junto con la reconstrucción de la torre, comienza a darle el aspecto barroco que hoy admiramos. La monumental portada principal barroca que existe en la actualidad es obra en jaspe de los canteros Juan Antonio del Pino y Antonio Chacón, con Jerónimo de Priego como maestro albañil (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Colegio de las Madres Escolapias.- El actual colegio de las Madres Escolapias fue anteriormente convento de Capuchinos, fundado en 1635 por los condes de Cabra en el solar de su propio castillo. La iglesia, muy sobria, consta de una nave, testero plano y crucero de brazos cortos, que presenta bóveda baída, siendo la cubierta de los brazos y nave de cañón con lunetos.
El retablo mayor conserva, a pesar de los cambios patentes, la disposición original de los lienzos que lo componen, característica de la orden capuchina. En el centro está el gran lienzo con la Visión de San Francisco en la Porciúncula, firmado y fechado por Juan de Valdés Leal en 1672. Los demás cuadros pertenecen a manos distintas y no se ajustan a un programa iconográfico determinado. Representan a Santa Isabel curando a los tiñosos, copia de Murillo, la Predicación de Santa Rosa de Viterbo, la Transverberación de Santa Teresa y su Éxtasis, San Buenaventura, San Francisco de Asís y el Padre Eterno, todas del último cuarto del siglo XVII.
En los brazos del crucero cuelgan varios lienzos de taller cordobés de fines del siglo XVII, entre ellos Cristo Muerto con Ángeles, Cristo desclavado de la Cruz y Aparición del Niño Jesús a San Francisco, la Familia de la Virgen con el Padre y el Espíritu Santo, obra de Leonardo Antonio de Castro, de 1689, San Pedro penitente y San Jerónimo. La imagen de la Virgen del Buen Fin es de candelero de 1991, obra de José María Oriol retocada por Santiago Molina.
Entre los altares de la nave merecen reseñarse, a la izquierda, el de San Luis de Tolosa, con pintura de Leonardo Antonio de Castro anterior a 1689, y un retablo neoclásico con imagen de San Francisco de Asís penitente, de escuela granadina de fines del XVII. En el último tramo destaca un lienzo de San Francisco ante la Cruz de primera mitad del XVII. En el lado derecho sobresale el cuadro de San Francisco Javier, con lienzo de Leonardo Antonio de Castro de 1687.
En la sacristía hay un gran lienzo con la Coronación de la Virgen, de taller cordobés de segundo tercio del siglo XVII, y una imagen de San Serafín de estética derivada del taller de Pedro de Mena y Medrano. En la sala contigua hay un lienzo de San Francisco auxiliado por ángeles, y otro de San Francisco penitente fechado en 1757. En la capilla lateral, llamada la Tribuna, hay un cuadro de Santo Capuchino coronado de flores por un ángel, del XVI, una talla académica de San José, del XVIII, con Niño añadido, y una talla pequeña del Cristo de la Victoria, de hacia 1700 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El Castillo – Palacio de los Condes de Cabra es una antigua fortaleza de origen musulmán, que en la actualidad alberga la escuela y convento de las Madres Escolapias.
Destaca su Torre del Homenaje con su salón redondo en su interior (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de San Juan Bautista del Cerro.-
La cofradía de San Juan Bautista adquirió en el siglo XVI una ermita que obtuvo la agregación a la basílica de San Juan de Letrán. Más tarde presentó ruina y se reconstruyó totalmente como hoy se ve entre 1711 y 1772. Tiene planta de salón con tres naves separadas por arcos sobre columnas y ha sido restaurada hace pocos años. El conjunto del altar mayor consta de camarín, obra de Jerónimo de Priego en 1742, y retablo, labrado en 1743 por Alonso de Aguilar y Cristóbal Ruiz. Preside Nuestra Señora de los Remedios, imagen de vestir, de gloria y pasionista, llegada de Granada en 1787 y restaurada por Miguel Arjona en 1980.
La cofradía de San Juan Bautista adquirió en el siglo XVI una ermita que obtuvo la agregación a la basílica de San Juan de Letrán. Más tarde presentó ruina y se reconstruyó totalmente como hoy se ve entre 1711 y 1772. Tiene planta de salón con tres naves separadas por arcos sobre columnas y ha sido restaurada hace pocos años. El conjunto del altar mayor consta de camarín, obra de Jerónimo de Priego en 1742, y retablo, labrado en 1743 por Alonso de Aguilar y Cristóbal Ruiz. Preside Nuestra Señora de los Remedios, imagen de vestir, de gloria y pasionista, llegada de Granada en 1787 y restaurada por Miguel Arjona en 1980.
En la cabecera de la nave izquierda hay un retablo barroco del siglo XVIII, dedicado al Cristo de la Sangre, imagen gótica de hacia 1500, restaurada en 2005 por Santiago Molina Ruiz. En el muro de la nave están el altar de Jesús de las Penas, el de la Vera Cruz y el de San Juan Bautista, talla popular del XVIII. A los pies se conserva un cipo de 650, tradicionalmente tenido por el ara fundacional.
En la nave derecha destaca el altar de la Virgen de la Piedad, dolorosa de hacia 1700, restaurada por Martínez Cerrillo en 1985. Siguen varias imágenes de Manuel Escamilla Barba: Jesús del Lavatorio y Santiago, éste a medias con Juan González Ventura, de 1986, y la Virgen del Amor Fraterno, de 1991; el San Pedro es de fines del XVIII, restaurado por Escamilla. A los pies hay un lienzo con el Encuentro de Cristo con la Verónica, de hacia 1700 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia levantada sobre restos medievales. Datada aproximadamente en el siglo XVIII.
Realizada en tres naves separadas por columnas que soportan arcos de medio punto.
Bóvedas de medio punto con lunetos, bóveda de media naranja en el crucero y dos bóvedas de cañón a los lados (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Iglesia de San Juan de Dios.- En 1586 la Orden Hospitalaria se instaló en Cabra en el viejo hospital de San Rodrigo, permaneciendo allí hasta la exclaustración de 1820; la iglesia se mantuvo al culto y el hospital pasó a particulares que lo convirtieron en casino. Ha sido profundamente restaurada entre 1994 y 1998.
La estructura fundamental de la iglesia es del XVII, pero fue seriamente reformada en el siglo XVIII. Tiene planta rectangular, de cajón, con nave única cubierta por arista, y crucero de brazos inscritos, con bóveda semiesférica sobre pechinas y remate en linterna.
El retablo mayor se realizó en 1770 por un autor anónimo, siguiendo las pautas del maestro Francisco José Guerrero. Preside el retablo desde 1883 Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen de vestir anónima, obra popular del XVIII, procedente de San Martín. A la izquierda figura la imagen de talla de la Inmaculada y a la derecha la de San Juan de Dios, de vestir, ambas coetáneas del retablo. En el ático se ven lienzos del Calvario, San Carlos Borromeo y San Rodrigo.
En los brazos del crucero hay dos retablos gemelos, anónimos de hacia 1750: el de la izquierda está dedicado a San Rodrigo, imagen devocional de vestir; el de la derecha tiene hoy la imagen de vestir de Nuestra Señora de los Dolores, del XVIII, restaurada en 1990 por Miguel Arjona. A cada tramo de la nave se corresponden huecos de medio punto que alojan retablos del siglo XVIII. Del lado izquierdo, el más interesante es de cascarón, realizado hacia 1755 por un maestro anónimo del círculo, de Francisco José Guerrero, que cobija un cuadro de Nuestra Señora de Belén. En el último tramo se ven un cuadro de San Juan de Dios intercediendo por las almas del Purgatorio con la Virgen del Carmen y la Trinidad, del siglo XVIII.
Por el lado derecho el primer retablo es de la segunda mitad del XVIII, y tiene un San Rafael, imagen granadina de vestir ataviada con escapulario de la orden hospitalaria, de la misma fecha que el retablo. Sigue otro retablo de cascarón, con urna central para un Cristo de marfil, hoy guardado en la Asunción, cobijada por doselete con cortinajes; en el ático hay tres medallones ovales con relieves de San Antonio de Padua, San Juan Bautista y Santa Inés, de hacia 1770. La antigua capilla del Sagrario o del Santo Cristo de la Caridad tiene con retablo realizado por Francisco Javier Pedrajas en 1774. En la caja central está el Cristo de la Caridad formando calvario con la Dolorosa y San Juan, pintados sobre tabla, igual que Jesús Nazareno y Jesús Atado a la Columna, a los lados, y el Padre Eterno, en el ático.
Las pilas de agua bendita, en la nave, son piezas notables de mármol rojo local, de la época de la iglesia. En la sacristía, situada a la derecha del crucero, lucen dos piezas de mármol local talladas en el XVIII, la mesa en rojo y el aguamanil en negro (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia conventual de Nuestra Señora de las Angustias.-
Fundado en 1697, el actual edificio se completó en 1707. El interior es de una sola nave, cubierta con bóvedas de arista, presbiterio con media naranja sobre pechinas y coro alto a los pies. El retablo mayor es anónimo, realizado entre 1779 y 1784. En la caja central se venera el hermoso grupo de Nuestra Señora de las Angustias, de hacia 1690, atribuido a José de Mora. A los lados figuran las tallas de Santo Tomás de Villanueva, imagen travestida por el lucentino Pedro de Mena Gutiérrez en 1761, y la Magdalena penitente, anónima de 1821.
Fundado en 1697, el actual edificio se completó en 1707. El interior es de una sola nave, cubierta con bóvedas de arista, presbiterio con media naranja sobre pechinas y coro alto a los pies. El retablo mayor es anónimo, realizado entre 1779 y 1784. En la caja central se venera el hermoso grupo de Nuestra Señora de las Angustias, de hacia 1690, atribuido a José de Mora. A los lados figuran las tallas de Santo Tomás de Villanueva, imagen travestida por el lucentino Pedro de Mena Gutiérrez en 1761, y la Magdalena penitente, anónima de 1821.
A la izquierda de la capilla mayor se encuentra Jesús del Perdón, nazareno de hacia 1700, de talla completa a la que Álvarez Duarte le añadió la cabellera en 1992. A la derecha del presbiterio está el coro bajo, presidido por la la Virgen de Consolación, imagen de vestir granadina de fines del XVII.
En el primer tramo de la nave hay una capilla a cada lado. La de la izquierda tiene un retablo de 1785 con talla de la Inmaculada Concepción. En el muro hay dos urnas con los bustos del Ecce Homo y la Dolorosa; son de la segunda mitad del XVII, de un anónimo seguidor de Pedro de Mena. La capilla de la derecha tiene un retablo de 1732 con imágenes de San Agustín, granadina de 1785, Santa Mónica y Santa Rita, también granadinas de los siglos XVIII y XIX respectivamente. El púlpito es de hacia 1800.
En el resto de la nave sigue por la izquierda el retablo de San José, terminado en 1777. La imagen es talla granadina traída en 1769. El retablo del Corazón de Jesús es moderno y copia a otro frontero. Al lado derecho está el retablo de San Miguel, de 1793. El titular es de la segunda mitad del XVIII. El retablo neoclásico que sigue tiene camarín poligonal con la imagen de San Juan Nepomuceno, obra de fray Miguel Bellver, de fines del XVIII. A sus pies está el Niño Jesús de la Providencia, de estética y fecha semejantes. Los cuadros de la Piedad y el Ecce Homo son del XVIII, de menor valor (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia de Santo Domingo.- Erigido como convento dominico de Nuestra Señora de la Concepción en 1550, la iglesia que hoy se ve corresponde a un arreglo de mediados del XVIII y a la reforma general de 1975-78, y 1989. El interior es un templo de una nave amplia de testero plano cubierta por cañón con lunetos. A los pies se encuentra el coro alto. Los muros de la nave se adornan con ángeles de escayola labrados por Alfonso Bergillos en 1979 siguiendo un modelo del XVIII que se encuentra en el Obispado. Las naves laterales están sustituidas por baterías de capillas de planta cuadrangular, comunicadas entre sí por pequeños pasadizos y abiertas a la nave mediante arcos de medio punto. Las últimas de la serie izquierda fueron reestructuradas para conseguir la capilla del Rosario.
El retablo mayor, de madera tallada y dorada, es obra de Manuel Guzmán Bejarano, de 1997. Preside en la hornacina la imagen de la Virgen Asunta y Coronada, talla manierista de hacia 1600. El resto tiene registros para pinturas, todas de calidad, restauradas por Leonardo Roldán Alcántara. En el banco hay dos notables cobres del Descendimiento y el Juicio Final, obras del pintor flamenco De Bruyne, del siglo XVII.
En el primer nivel están la Anunciación y las Dos Trinidades, de hacia 1700. Encima hay dos relieves ovalados de madera policromada con Santa Rosa de Lima y Santa Catalina de Siena, del XVIII. El tercer nivel tiene Santa Teresa de Jesús escritora, firmado por el pintor sevillano Rodríguez de Losada, de hacia 1870, y San Juan Bautista. En medio de ellos se destaca la Aparición de la Virgen con el Niño a Santo Domingo, de primer tercio del siglo XVIII. En el ático, la Virgen con Santo Domingo en Soriano, firmado por Bartolomé Román, del primer cuarto del XVII, flanqueado por las esculturas de San Francisco, de hacia 1700, y Santo Domingo, montada por Miguel Arjona en 1980 a partir de dos tallas del siglo XVIII. El conjunto se debe a la iniciativa del párroco Francisco Caballero.
En la reja se ve una cruz procesional de rocalla, a la que se añadió un bello crucificado de fines del XVII. La capilla de la izquierda del presbiterio contiene el lienzo de medio punto con la comunión de San Vicente de Paúl, firmado por Rafael Hernández en 1876. La siguiente capilla es del Corazón de Jesús; en el retablo, de fines del XVII, se ven las imágenes de San Francisco de Paula, de vestir, y del Padre Posadas, de comienzos del XIX. A continuación está la capilla de la Virgen de la Esperanza, imagen traída de Lucena en 1947, que sólo conserva original la cabeza, del estilo de José de Mora. A la izquierda hay un cuadro de San Nicolás de Bari, del XVII, muy restaurado en 1869.
Las tres últimas capillas de este lado se convirtieron en el siglo XVIII en la capilla del Rosario, actual Sagrario. Se cierran sus dos arcos con rejas que copian la de Santa María la Mayor de Baena, realizadas por los hermanos Moreno en 2001. Sobre el arco pequeño hay un lienzo del Cristo de la Sangre con la Dolorosa, Santiago Matamoros y San Mateo, pintado en Granada hacia 1793.
Tiene esta capilla retablo camarín presidido por la titular, imagen de vestir del siglo XVIII. En el muro de la izquierda hay un templete pequeño de mediados del XVIII con la Virgen del Carmen. Sigue un lienzo de San Agustín, de hacia 1700. A continuación se hallan las imágenes del Señor de la Humildad y Paciencia, de escuela sevillana de fines del XVII, y Santa Ana y la Virgen Niña, del XVIII, restaurada por Miguel Arjona. Entre ellas hay un Niño Jesús entronizado de plomo, según modelo sevillano del siglo XVII, y encima, un lienzo de la Inmaculada, del siglo XVIII. Al fondo cuelgan dos cuadritos marianos del XVIII, procedentes de estandartes desaparecidos, y un lienzo con Santa Teresa de Jesús, de estética zurbaranesca del XVII.
Las capillas de la derecha destacan por la composición arquitectónica y las labores de estuco. La primera se decora con relieves del Padre Eterno y de San Pedro Mártir de Verona. Guarda una Inmaculada Milagrosa realizada en la fábrica valenciana de Pío Mollar hacia 1920. Sigue la actual del Resucitado, imagen de José Antonio Cabello Montilla, de 2004. A sus pies figura San Feliciano, que es un relicario modelado en cera, traído de Italia hacia 1800.
La tercera capilla es la del Socorro; se fecha en el primer tercio del XVII y presenta la decoración más llamativa del Manierismo en la provincia de Córdoba. A la entrada destacan las figuras en altorrelieve de San Cristóbal y Santo Domingo. Arriba se ve en el testero un registro con San Jerónimo penitente y en el muro de la derecha, otro con San Francisco estigmatizado. En la pared izquierda hay una composición de retablo con santos en relieve y en la derecha, sobre un banco de tarjetones, figuran los relieves de San Sebastián, San Lorenzo y San Roque. Preside la capilla el Crucificado del Socorro, llamado popularmente del Silencio, obra de correcta factura de taller local de mediados del XVII.
Sigue la capilla que fue de la hermandad de Nuestra Señora del Rosario, renovada en 1749. En el retablo camarín del siglo XVIII se venera la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Necesidades, originaria del siglo XVII, aunque muy retocada. En el arco de entrada hay una talla de San Pedro Mártir de segunda mitad del XVII.
En las dependencias parroquiales se conservan diversas obras de interés, entre ellas, el retablo de la Virgen de la Cabeza, recompuesto por Miguel Arjona, con tablas que representan el Bautismo, la Asunción, la Resurrección, santos y donantes, pintadas por Baltasar del Águila entre 1558 y 1560, y un Crucificado de final del Setecientos, obra de Franz X. Riedmayer. De fines del XVII es un interesante lienzo con la Virgen de la Sierra, el primero sin duda que la representa en su retablo de 1693.
Destaca asimismo, la abundante colección de orfebrería de esta iglesia. La pieza más notable es el estandarte de plata labrado por Bernabé de Oviedo Pimentel en 1762, enseña de la cofradía del Rosario. De las varias custodias sobresalen una anónima del siglo XVII y una de 1845 con punzón de Juan Heller, así como diversas piezas realizadas por Damián de Castro, Mateo Martínez y otros, en su mayor parte ajuar de la mencionada cofradía (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Iglesia Conventual de Santo Domingo es un antiguo establecimiento de Dominicos, fundado en el año 1550.
Destacan sus dos portadas de mármoles, y su retablo pictórico del S. XVI, de S. Juan de Letrán (Diputación Provincial de Córdoba).
Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios.- La actual parroquia de Nuestra Señora de los Remedios fue levantada en el siglo XVI como ermita de Nuestra Señora de la Soledad, sobre los restos de otra dedicada a Santa Ana. Entre 1700 y 1759 fue reconstruido por el maestro José Jiménez Valenzuela. En 2005 ha sufrido un derrumbamiento y se encuentra cerrada.
Tiene planta aproximadamente cuadrada, compartimentada en nueve espacios. El retablo mayor fue tallado en madera por Antonio Álvarez y Juan Rico en 1734 y dorado por Francisco Ponce de León en 1744. La imagen de Nuestra Señora de la Soledad fue adquirida en Granada en 1663 y se ha relacionado con el taller de Pedro de Mena. La peana y la cruz de madera dorada son de Francisco Javier Pedrajas. La imagen de San Marcos es de hacia 1500 y la de San Miguel, del XVII. El púlpito, de hacia 1700, procede de los Mínimos.
En la nave izquierda merecen recordarse la esculturas del Ecce Homo, granadina del tercer cuarto del XVII, y la Inmaculada Concepción, también granadina, obra setecentista derivada del modelo de Alonso Cano. La imagen del Cristo del Calvario es de la primera mitad del XVI, restaurada por Manuel Escamilla en 1983; la Virgen del Rosario es de vestir, obra de Salvador Guzmán de 1985. Entre las pinturas destaca el Niño Jesús Dormido, de la primera mitad del XVIII, del círculo de Antonio Acisclo Palomino.
En la nave derecha es destacable el grupo de Santa Ana con la Virgen Niña y San Joaquín, obra anónima del último tercio del siglo XVIII. El lienzo de Jesús ayudado por el Cirineo es del siglo XVII; por la iconografía es interesante el que muestra la Concesión de privilegios de Santiago y Santiago en la batalla de Clavijo. El Paso del Mar Rojo es de escuela flamenca del XVII y Jesús Nazareno, también del XVII.
A continuación abre la capilla sacramental con retablo rococó del último tercio del XVIII dedicado a San Antonio de Padua; la imagen titular sigue de cerca el modelo de Alonso Cano, pudiendo fecharse en el tercer cuarto del XVII. En el muro izquierdo de la capilla se halla una talla pequeña de San Sebastián y en el derecho, un excelente Crucificado expirante, de escuela sevillana de hacia 1590.
La imagen de Jesús Nazareno del Dulce Nombre la hizo Escamilla con la cabeza y una mano de un original granadino de hacia el año 1590. La Virgen de la Misericordia es de Antonio Albornoz, de 1931, retocada también por Escamilla, y San Juan Evangelista, de este mismo, con modelo de Álvarez Duarte, de 1981. En la Sacristía se guarda un estimable ajuar de platería, en su mayor parte del siglo XVIII, que presentan marcas de los más destacados plateros cordobeses del periodo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La Iglesia tiene su origen en el siglo XVI como denotan las características de su planta, debido a maestro que desconocemos. Hacia 1699 el edificio se encontraba en ruinas procediendo a renovar la techumbre, pero ello no debió conformar a la Hermandad Titular, encargándose a José Jiménez Valenzuela, Maestro de Obras del Conde de Cabra, un proyecto para reedificarla desde los cimientos, obra documentada entre 1700 y 1719.
Hacia 1719, una vez levantada la nave central, sacristía y bóveda mayor, se pasó a decorar con yesería, tanto el camarín titular como las pechinas, obra que realizó el maestro tallista Antonio Álvarez Vega trabajando hasta 1722 en que continuó la obra el alarife egabrense Luis de Priego. A partir de esta fecha se cerró el templo con la construcción de las naves laterales separadas de la central por columnas pareadas según proyecto de José Jiménez de Valenzuela.
La portada y campanario se encomiendan al arquitecto jienense Alfonso Jiménez, que la concluye en 1729 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Santuario de María Santísima de la Sierra.-
A 15 kilómetros de Cabra y en un lugar privilegiado, se encuentra este santuario desde la baja Edad Media. Hay datos fehacientes de la ermita ya en el siglo XVI, pero fue sucesivamente reconstruida, la última vez, entre 1978 y 1979. La iglesia es de nave única cubierta por cañón con lunetos y con bóveda rebajada sobre pechinas en la cabecera.
A 15 kilómetros de Cabra y en un lugar privilegiado, se encuentra este santuario desde la baja Edad Media. Hay datos fehacientes de la ermita ya en el siglo XVI, pero fue sucesivamente reconstruida, la última vez, entre 1978 y 1979. La iglesia es de nave única cubierta por cañón con lunetos y con bóveda rebajada sobre pechinas en la cabecera.
El retablo mayor de mármoles rojos y negros del lugar, fue realizado por Melchor de Aguirre entre 1691 y 1693. El camarín se completó en 1928. En él se venera Nuestra Señora de la Sierra, talla policromada de fines del sigo XIV, muy maltratada por los siglos para hacerla de vestir y profundamente restaurada por Miguel Arjona Navarro en 1978. El Niño Jesús revela formas sevillanas de la segunda mitad del siglo XVII. En las calles laterales figuran tallas de San José con el Niño y San Joaquín y en el ático, un relieve del Padre Eterno, todas ellas de piedra policromada, muy rudas y de la época del retablo.
En el muro de la izquierda está el retablo de Santa Ana, en verde y oro, realizado por Francisco José Guerrero en 1762. Se restauró excesivamente, por Manuel Ávila Valverde, entre 1992 y 1994. La Santa Ana titular es imagen hecha en el año 1742 por Cecilio Antonio Roldán y arreglada en 1994 por Miguel Arjona. El Cristo del Picacho, de madera en su color, es una talla destacable de Miguel Arjona en 1980. Entre los ajuares son notables algunas lámparas del XVIII y XIX y especialmente el paso de plata de Nuestra Señora de la Sierra, realizado en Sevilla en 1858 por el platero Manuel Aceves (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El actual templo, situado en el Balcón de Andalucía, a 1223 metros de altitud sobre el nivel del mar, es una construcción del siglo XVIII, remodelada en años posteriores. Presenta planta de cruz latina, cubriéndose su única nave con bóveda de cañón y el crucero con casquete semiesférico. tras el presbiterio, el camarín ochavado. se completa con un grupo de edificios como la sacristía, hospedería, casa del capellán y casa del santero. Estas dependencias se distribuyen alrededor de un claustro porticado.
La primera noticia histórica que se conoce sobre el Santuario es de 1396 cuando es vendida la Dehesa de la Nava al Concejo de la Villa de Cabra. no se vuelven a encontrar noticias hasta la primera mitad del siglo XV en los Libros de las Constituciones antiguas de la Cofradía (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Iglesia de San Francisco y San Rodrigo.-
La iglesia parroquial de San Francisco y San Rodrigo, construida en 1975 por Miguel Eloy Muñoz conserva la hermosa talla del Señor de la Sentencia, de comienzos del XVIII, muy semejante al Jesús del Perdón de las agustinas, un San Francisco, tamaño académico, de hacia 1700, y otras imágenes contemporáneas de Luis Ortega Bru, José Vázquez Leal y Juan Martínez Cerrillo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
La iglesia parroquial de San Francisco y San Rodrigo, construida en 1975 por Miguel Eloy Muñoz conserva la hermosa talla del Señor de la Sentencia, de comienzos del XVIII, muy semejante al Jesús del Perdón de las agustinas, un San Francisco, tamaño académico, de hacia 1700, y otras imágenes contemporáneas de Luis Ortega Bru, José Vázquez Leal y Juan Martínez Cerrillo (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Instituto Aguilar y Eslava.- El Instituto Aguilar y Eslava, fundado en 1679 como Colegio de la Purísima Concepción, guarda obras pictóricas de los siglos XVII al XIX, de artistas como José Garnelo Alda, Enrique Romero y Francisco Javier, y una interesante colección de grabados de la misma centuria. La Fundación Termens conserva adaptado el bello mausoleo de la vizcondesa fundadora, obra de Mariano Benlliure, de 1914 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Lo más notable del edificio es la portada, cuyo estilo arquitectónico pertenece a principios del siglo XVII. La parte inferior está adintelada y flanqueada por pares de columnas lisas. El nicho de la inmaculada que corona el conjunto es algo posterior.
El edificio interiormente solo tiene digno de mención su patio claustrado con dos plantas y tres arcos, en cada panda que corresponde a la época de la fachada. El colegio ha experimentado muchas ampliaciones (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Lo más notable del edificio es la portada, cuyo estilo arquitectónico pertenece a principios del siglo XVII. La parte inferior está adintelada y flanqueada por pares de columnas lisas. El nicho de la inmaculada que corona el conjunto es algo posterior.
El edificio interiormente solo tiene digno de mención su patio claustrado con dos plantas y tres arcos, en cada panda que corresponde a la época de la fachada. El colegio ha experimentado muchas ampliaciones (Diputación Provincial de Córdoba).
Parque Fuente del Río.-
Una combinación de actuaciones de distintas épocas ponen en valor semiurbano este paraje natural en el borde de la ciudad de Cabra.
Una combinación de actuaciones de distintas épocas ponen en valor semiurbano este paraje natural en el borde de la ciudad de Cabra.
Se trata del nacimiento del río Cabra, de ahí el nombre de Fuente del Río. Está situada en el extremo sureste del núcleo urbano de Cabra, en la salida hacia Priego. El curso del agua canalizado entre árboles de gran porte, zonas de jardines tardobarrocos con paseos de albero entre setos y las más recientes instalaciones deportivas de mediados del siglo XX, se aúnan en tratamientos dominantes de piedra con el agua como elemento protagonista. Las aguas brotan en el fondo de varias balsas, dentro de un amplio recinto ajardinado, presidido por la venerada imagen de la Virgen de la Sierra. Todo el entorno se halla perfectamente integrado en un parque, con zonas recreativas, anfiteatro, piscinas, restaurantes y jardines.
El paraje integra además al Castillo de los condes de Cabra, también conocido como de los Duques de Sessa; construido sobre cimientos romanos, fue originariamente una fortaleza de origen árabe del s. IX. Se trata, en definitiva, de un espacio de gran interés, lo que le ha valido las catalogaciones de "Bien de Interés Cultural", "Sitio de Interés Natural" y de "Arboleda singular" por parte de la Junta de Andalucía.
Muy cerca, al otro lado de la carretera, encontramos otras surgencias de agua de menor entidad y a menor cota, entre las que destaca la del manantial del Martinete (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Una combinación de actuaciones de distintas épocas pone en valor semiurbano este paraje natural en el borde de la ciudad de Cabra.
El curso del agua canalizado entre árboles de gran porte, zonas de jardines tardo barrocos con paseos de albero entre setos.
Se aúnan en tratamientos dominantes de piedra con el agua como elemento protagonista (Diputación Provincial de Córdoba).
Muralla Urbana.- La ciudad de Cabra cuenta con un doble recinto amurallado, uno que circunda el barrio de la Villa Vieja y otro que cerca los barrios de San Juan y Albaicín; ambos conectan en el entorno de la Plaza Vieja, según las descripciones existentes.
El recinto amurallado de la Villa Vieja tiene sus orígenes en el siglo VIII-VII a. C., como han demostrado las excavaciones realizadas en el sector Sureste, evidenciándose también su continuidad en época romana, y por supuesto, en época medieval.
El segundo recinto amurallado de la ciudad, fue construido con posterioridad al recinto de la Villa Vieja, englobando la población que había quedado fuera de este primer núcleo de ocupación. Como no contamos con elementos cronológicos para este recinto amurallado, se ha optado por situarlo de forma genérica dentro de la Edad Media. De esta nueva cerca no contamos con elementos visibles identificables con total seguridad como pertenecientes a la misma, debiendo seguir su trazado, siguiendo las referencias bibliográficas.
En el año 2015 se iniciaron los trabajos de recuperación y refuerzo de la muralla que finalizaron en 2017 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La ciudad de Cabra cuenta con un doble recinto amurallado, uno que circunda el barrio de la Villa Vieja y otro que cerca los barrios de San Juan y Albaicín; ambos conectan en el entorno de la Plaza Vieja, según la descripción existente.
El recinto amurallado de la Villa Vieja tiene sus orígenes en el siglo VIII-VII a. C., como han demostrado las excavaciones realizadas en el sector Sureste, evidenciándose también su continuidad en época romana, y por supuesto, en época medieval.
El segundo recinto amurallado de la ciudad, fue construido con posterioridad al recinto de la Villa Vieja, englobando la población que había quedado fuera de este primer núcleo de ocupación.
Como no contamos con elementos cronológicos para este recinto amurallado, se ha optado por situarlo de forma genérica dentro de la Edad Media. De esta nueva cerca no contamos con elementos visibles identificables con total seguridad como pertenecientes a la misma, debiendo seguir su (Diputación Provincial de Córdoba).
La casa solariega de los Valera es una construcción muy bella y ordenada rigurosamente con perfecta simetría. Tres huecos componen su fachada y el central domina majestuosamente, al establecerse la portada y balcón principal, coronado todo ello por los blasones de la familia. Y a ambos lados quedan huecos sencillos, enmarcados en planta baja y de balcón en la planta principal. El último piso es un ático, un camarote, con pequeños huecos solo en los ejes laterales, pues el espacio central de este ático está ocupado por el escudo.
La portada es de las más bellas que pueden encontrarse en las casas solariegas de Cabra, y es curioso, que siendo barroca en los detalles todavía conserve por su esquema y proporciones un sentido muy renacentista. El portalón de entrada está flanqueado por dos columnas corintias sobre pedestales. El entablamento de este orden sostiene el sólido balcón de cerrajería del piso principal. A ambos lados del hueco del balcón, vuelven a repetirse las columnas corintias, formando con las de abajo una superposición de elegante arquitectura. Sobre las columnillas superiores destaca también un entablamento y unas acróteras o pináculos que guardan el escudo de la casa.
El interior de la casa parece que se conserva relativamente bien y en un estado no muy distinto del que tenía en la época que perteneció a la familia Valera. De todas maneras el interés de este edificio radica especialmente en la belleza de su fachada y en la ilustre memoria del escritor.
En la actualidad en esta casa se encuentra ubicado el conservatorio de música; en él encontramos dos dependencias en la planta baja que recogen algunos datos sobre la figura de don Juan Valera, novelista español del siglo XIX (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La casa solariega de los Valera es una construcción muy bella y ordenada rigurosamente con perfecta simetría. Tres huecos componen su fachada y el central domina majestuosamente, al establecerse la portada y balcón principal, coronado todo ello por los blasones de la familia. Y a ambos lados quedan huecos sencillos, enmarcados en planta baja y de balcón en la planta principal. El último piso es un ático, un camarote, con pequeños huecos solo en los ejes laterales, pues el espacio central de este ático está ocupado por el escudo.
La portada es de las más bellas que pueden encontrarse en las casas solariegas de Cabra, y es curioso, que siendo barroca en los detalles todavía conserve por su esquema y proporciones un sentido muy renacentista. El portalón de entrada está flanqueado por dos columnas corintias sobre pedestales. El entablamento de este orden sostiene el sólido balcón de cerrajería del piso principal.
A ambos lados del hueco del balcón, vuelven a repetirse las columnas corintias, formando con las de abajo una superposición de elegante arquitectura. Sobre las columnillas superiores destaca también un entablamento y unas acróteras o pináculos que guardan el escudo de la casa (Diputación Provincial de Córdoba).
Fundación de la Vizcondesa de Termes.-
Edificio muy reformado al que se le han ido adosando nuevos volúmenes para adecuar el edificio a su uso actual. Es interesante la capilla (1922) de planta rectangular.
Edificio muy reformado al que se le han ido adosando nuevos volúmenes para adecuar el edificio a su uso actual. Es interesante la capilla (1922) de planta rectangular.
El Altar es de Benlliure así como seis bronces de la capilla lateral cuadrada donde está el enterramiento familiar de la vizcondesa (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Edificio muy reformado al que se le han ido adosando nuevos volúmenes para adecuar el edificio a su uso actual. Es interesante la capilla (1922) de planta rectangular.
El Altar es de Benlliure así como seis bronces de la capilla lateral cuadrada donde está el enterramiento familiar de la vizcondesa (Diputación Provincial de Córdoba).
Centro Filarmónico.-
Edificio de dos plantas: La planta alta cubierta de esgrafiados. Puerta y balcón flanqueados por pilastras decorativas y coronados por movidos y moldurados entablamentos, todo ello decorado con incrustaciones de piedras oscuras.
Edificio de dos plantas: La planta alta cubierta de esgrafiados. Puerta y balcón flanqueados por pilastras decorativas y coronados por movidos y moldurados entablamentos, todo ello decorado con incrustaciones de piedras oscuras.
Flanquean el entablamento dos leones tenantes apoyados sobre pequeñas repisas. Se le han efectuado numerosas reformas y ampliaciones.
El único elemento interesante es la fachada (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Edificio de dos plantas: La planta alta cubierta de esgrafiados. Puerta y balcón flanqueados por pilastras decorativos y coronados por movidos y moldurados entablamentos, todo ello decorado con incrustaciones de piedras oscuras.
Flanquean el entablamento dos leones tenantes apoyados sobre pequeñas repisas. Se le han efectuado numerosas reformas y ampliaciones (Diputación Provincial de Córdoba).
Castillo - Palacio de los Condes de Cabra.- El castillo de los duques de Sessa, también conocido como el castillo de los condes de Cabra o simplemente castillo de Cabra, se levanta sobre un escarpado, en el noroeste de la población del mismo nombre, en la provincia de Córdoba. La mayor parte del castillo está englobado entre las construcciones del colegio de las Madres Escolapias.
El castillo estaba defendido por un doble muro con torres cuadriláteras y cubos circulares, el primer ámbito en la actual Villa Vieja y el segundo o pared exterior del palacio, en la llamada Puerta de Hierro.
En la torre mayor una galería sostenida por pilares conducía al gran salón del homenaje, luego una sala redonda, que es la única practicada en el torreón principal, tiene techo abovedado y muros de 9 a 10 pies de espesor, que conservan aún el carácter severo de la fábrica primitiva. Sobre la sala redonda hay una azotea redonda. Se comunica con una construcción lateral mediante una entrada oscura y estrecha que conduce a los departamentos del mediodía al gran patio y jardines, a las habitaciones bajas y a la Puerta de Hierro.
La escalera que sirve de comunicación es muy estrecha y oscura. Las oficinas del sur enlazan con el Convento de Capuchinos, a cuya iglesia tienen tribuna. En el segundo piso están los apartamentos del Este y Norte que comunican con la torre principal, otras dos habitaciones denominadas una "la loca" y otra de "los capuchinos", ambas cuadradas.
Parte de la fábrica es de sillería y parte argamasa, con fechas de construcción diferentes.
Construida como una fortaleza árabe, las primeras referencias son del siglo IX. Fue reedificada en el siglo XIV. Fue conquistado por San Fernando y tuvo gran importancia en las campañas bélicas de Umar Ibn Hafsum y los califas de Córdoba. En él nació en 1333 Enrique II. En 1455, Enrique IV nombra a Diego Fernández de Córdoba conde de Cabra, dándole el castillo, desde entonces los siguientes condes utilizaron el castillo como residencia oficial. La Villa de Cabra fue solar de una rama de la Casa de Aguilar; los Condes de Cabra, Duques de Baena, Condes de Altamira y Marqueses de Astorga.
En 1635, Antonio Fernández de Córdoba, IX conde de Cabra fundó un convento franciscano en los terrenos del castillo debido a su admiración por este santo. Este convento fue terminado en 1649 y adjudicado a la Orden de los Capuchinos.
En 1899, tras cinco siglos en propiedad de los condes de Cabra, el castillo y el convento fueron vendidos a las religiosas Escolapias por falta de liquidez y pasaron a convertirse en un centro educativo que sigue activo en la actualidad. Es de este modo que la mayor parte del está englobado entre las construcciones del colegio de las Madres Escolapias actualmente.
En el año 2010, el ayuntamiento de Cabra alquiló parte de los jardines, los restauró y construyó un nuevo edificio en los terrenos adquiridos que alberga la oficina de turismo. (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El Castillo – Palacio de los Condes de Cabra es una antigua fortaleza de origen musulmán, que en la actualidad alberga la escuela y convento de las Madres Escolapias.
Destaca su Torre del Homenaje con su salón redondo en su interior (Diputación Provincial de Córdoba).
Plaza de Toros.-
La plaza de toros de Cabra data del año de 1793, aunque fue construida tal y como hoy la conocemos en 1857.
La plaza de toros de Cabra data del año de 1793, aunque fue construida tal y como hoy la conocemos en 1857.
Se trata de un edificio exento respecto a la trama urbana de la ciudad del siglo XIX, con un trazado perfectamente poligonal de 16 lados iguales, en los que se insertan las puertas de entrada y tres ventanas superiores que ventilan y dan iluminación al corredor cubierto que remata el graderío. Está construida mediante fábrica de ladrillo encalada en la mitad inferior, y una estructura de cerchas metálicas que soporta el tejado del corredor superior.
Adosadas a la plaza y alineadas con la Avenida de la Constitución, se sitúan las dependencias necesarias, así como las viviendas de los trabajadores asociados. Esta disposición del caserío entre la plaza y la ciudad es también de especial belleza y da testimonio del carácter público y urbano que tienen las plazas de toros.
Es de propiedad privada y tiene un aforo de 6167 localidades, celebrándose corridas en los días del 1 al 5 de Septiembre.
Según dicen es la plaza más antigua de la zona, su estado de conservación es excelente, y se encuentra en uso, celebrándose corridas en los días de fiesta del pueblo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, Colegio de las Madres Escolapias, Iglesia de San Juan Bautista del Cerro, Iglesia de San Juan de Dios, Iglesia conventual de Nuestra Señora de las Angustias, Iglesia de Santo Domingo, Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, Santuario de María Santísima de la Sierra, Iglesia de San Francisco y San Rodrigo, Instituto Aguilar y Eslava, Parque Fuente del Río, Muralla Urbana, Casa natal de Juan Valera, Fundación de la Vizcondesa de Termes, Centro Filarmónico, Castillo - Palacio de los Condes de Cabra, y Plaza de Toros) de la localidad de Cabra, en la provincia de Córdoba. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia cordobesa.
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