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martes, 28 de enero de 2020

La Iglesia del Convento de Santo Tomás (antiguo Convento de Santa María la Real)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia del Convento de Santo Tomás (antiguo Convento de Santa María la Real), de Sevilla.      
     Hoy, 28 de enero, Memoria de Santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el II Concilio Ecuménico de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en la región italiana del Lacio, el día siete de marzo, fecha en la que, años después, se trasladaron sus restos a la ciudad de Toulouse, en Francia (1274)  [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
      Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Iglesia del Convento de Santo Tomás (antiguo Convento de Santa María la Real), de Sevilla.   
      La Iglesia del Convento de Santo Tomás (antiguo Convento de Santa María la Real) se encuentra en la calle San Vicente, 62; en el Barrio de San Vicente, del Distrito Casco Antiguo.
   Una comunidad masculina sustituye a una femenina. Una rápida síntesis del cambio que se produjo en 1992 en el histórico convento de dominicas de Santa María la Real, cuya comunidad se trasladó a un edificio de nueva construcción en la cercana localidad de Bormujos, siendo su lugar originario transformado por el nuevo uso como centro de estudios de la rama masculina de los dominicos. El origen del primitivo convento de Santa María la Real se remonta al siglo XV. En 1410 se concedió el permiso para la edificación solicitada por doña Catalina de Castilla, la madre del rey don Juan, que daba así inicio a la primera  comunidad de dominicas de Sevilla. Fue el papa Benedicto XIII el que concedió la bula de erección y el que concedió notables privilegios al convento. La fundación se estableció en casa de una mujer retirada, la que se conocía como un beaterio, establecido en la casas de María la Pobre, mujer piadosa que vivía con otras mujeres  en una comunidad de vida espiritual. Su casa estaba situada en el enclave que ha llegado hasta nuestros días, entonces conocido como calle de la Zapatería Vieja, aunque antes estuvieron acogidas en unas casas del barrio de Santa Cruz. La primera comunidad del convento llegó proveniente de Toledo, de Santo Domingo el Real (donde, curiosamente, terminaría la existencia del convento sevillano de Dueñas siglos más tarde). El convento, que tardó algún tiempo en seguir la regla de Santo Domingo, fue creciendo en su comunidad y en sus edificaciones. 
   El conjunto arquitectónico se renovó en el siglo XVII, correspondiendo su iglesia  al diseño que el arquitecto Juan de Segarra concertó en el año 1632. A lo largo del siglo XIX creció la comunidad, ya que acogió a las monjas del convento de la Pasión (calle Sierpes) y las de Santa María de Gracia (junto a la Campana). La desgracia llegó en 1868 ya que la revolución "La Gloriosa" convirtió al edificio en un centro de reuniones políticas, perdiéndose buena parte de su gran patrimonio. Al regresar la comunidad dominica se reaprovechó parte del patrimonio que había perdido la comunidad de mercedarios del convento de la Asunción, en la plaza del Museo, también suprimido en la época. En el siglo XX todavía acogería el convento a monjas de Segovia (1972) y a la comunidad de Santa Catalina de Osuna (1992). En 1977 se demolió buena parte del conjunto, conservándose la iglesia y un patio muy alterado. Con el traslado a Bormujos, se mantendría la iglesia se adaptaría el conjunto como centro de estudios y noviciado dominico.
   La iglesia, despojada de buena parte de un patrimonio que se trasladó al Aljarafe, presenta una notable planta de nave única que corresponde al diseño del arquitecto Juan de Segarra. Su austero exterior apenas presenta decoración, el marco del gran portalón de acceso sólo presenta los huecos en el muro para colocar una portada que no llegó a realizarse. El interior, una sola nave paralela a la calle San Vicente, presenta como forma de cubrimiento una bóveda de medio cañón, teniendo coro a los pies. La luminosidad preside los blancos muros, destacando en el conjunto el retablo mayor, procedente del antiguo convento mercedario de la Asunción como atestigua el escudo mercedario que corona la obra (con un emblema dominico superpuesto). El retablo fue comenzado por Luis de Figueroa en 1530, aunque debió ser terminado ya en el siglo XVIII, según se constata por la decoración de hojarasca de los cuerpos superiores. Se compone de dos cuerpos y tres calles; en el primer cuerpo, en barroco camarín se sitúa la Virgen del Rosario, una talla de vestir que aparece flanqueada por las imágenes de Santo Domingo de Guzmán y de San Francisco de Asís. El segundo cuerpo está presidido por una talla de Santo Tomás de Aquino que aparece flanqueado por otros dos santos dominicos. Corona el ático un marco mixtilíneo que acoge una pintura de la Sagrada Familia. Los muros laterales acogen algunas tallas de iconografía dominica que destacan sobre paredes desnudas, apenas decoradas por las yeserías superiores que corresponden a la época de construcción de la iglesia (Manuel Jesús Roldán,  Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010).
     Según Santiago Montoto la iniciativa de la fundación de este convento se debe a la reina Dª Catalina de Castilla, madre del rey Don Juan, la cual considerando que en Sevilla no había un convento de religiosas dominicas pidió a Don Alonso Fonseca, licencia para fundarlo, es por lo que tiene el título de Real.
     La solicitud fue apoyada por el infante Don Fernando de Antequera, tutor del Rey, y el 5 de Octubre de 1410, Don Alonso de Fonseca daba la licencia para su erección, aprobada por bula del papa Benedicto XIII, el 18 de Septiembre de 1411 se dio entero cumplimiento a la fundación que se estableció en unas casas de María la Pobre, piadosa sevillana que en unión de otras mujeres hacía vida espiritual; es esto lo que ha llevado a otros investigadores, siguiendo a Montoto a pensar que fue esta mujer la fundadora del Monasterio.
     Las casas de María la Pobre estaban situadas en la Zapatería Vieja, actual calle de San Vicente donde se alza el convento, antes parece ser que estuvieron en el Barrio de Santa Cruz en la calle denominada de Pedregosa.
     Las monjas para la fundación vinieron de Santo Domingo el Real, de Toledo, y a ellas se unió María la Pobre, aunque en un principio la comunidad no estuvo sujeta a la Orden de Santo Domingo y por eso no figura en las Historias Antiguas de las Casas Dominicas.
     La primera priora fue Dª Sancha González. En 1446 el convento tenía treinta monjas y medio siglo después triplica su número.
     A finales del siglo XV se unió a este monasterio parte del Convento de Santa María del Valle, situado junto a los muros de la ciudad, que en esta época sufrió una gran epidemia y debido a esto y a otros problemas derivados de su ubicación, desapareció, y en parte de sus restos se repartieron en 1507 entre Santa María la Real y San Clemente.
    Las religiosas de Santa María la Real salían anualmente el día de difuntos de su clausura, y en comunidad visitaban la Catedral para orar ante el sepulcro de la insigne sevillana Dª Guiomar, según convenio que con esta dama había concertado.
     En 1975, tras la cesión de la casa a los dominicos, se trasladaron a un chalet en la localidad de Tomares.
     El trazado de su planta se corresponde con el modelo de iglesia conventual de cajón, característico de la arquitectura sevillana de los inicios del siglo XVII su autor es uno de los más destacados nombres de este periodo, junto a los de Juan de Oviedo y Diego López Bueno.
     La iglesia presenta una sola nave, sin crucero y con cabecera de testero plano Está cubierta por bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos, en los cuales se abren vanos. A los pies de la nave, y ocupando un tercio de ella, aparece el espacio destinado a los coros, alto y bajo. En el coro bajo la cubierta es de cañón con arcos fajones, mientras que en el superior continúa el esquema de la nave, sin arcos fajones ni entablamento. Por su parte, el presbiterio se cubre con bóveda baída.
     Los muros de la iglesia están decorados por pilastras, sobre las cuales se desarrolla un gran entablamento de orden dórico. formado por cornisa y friso de metopas y triglifos. A su vez entre pilastras se abren arcos-hornacinas, con enjutas decoradas a base de yeserías y vanos de puertas. La principal de estas puertas es la correspondiente al muro del lado del Evangelio.
     Al exterior, la fachada es de gran sencillez, y presenta tan sólo los vanos de iluminación, la cornisa y la portada principal adintelada. La cubierta se realiza a cuatro aguas, y en ella se abren una serie de buhardillas, decoradas por pilastras y rematadas por frontón. Sobre la cubierta se sitúa también una espadaña de dos cuerpos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia; 
HISTORIA Y LEYENDA
   Nacido cerca de Aquino, en Campania, en 1225, en principio fue oblato en el monasterio de Montecasino, pero continuó sus estudios en Nápoles, don­de en el año l243, contra la voluntad de su familia, ingresó en la orden de los dominicos.
   Discípulo de Alberto Magno en Colonia y en París, en 1252 profesó como teólogo en la Sorbona y tuvo una segunda residencia en París entre 1269 y 1272.
   Murió en 1274 a los cuarenta y ocho años de edad, en la abadía cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon.
   Su obra capital es la célebre Summa theologica que le valió el título de Doctor angelicus, Scholarum prínceps, Lumen Ecclesiae.
   Su biografía ha sido engalanada con numerosas leyendas que inspiraron a los artistas.
   Un ermitaño anunció a su madre que el hijo que iba a parir se convertiría en un gran santo.Con un tizón encendido expulsó a una mujer impúdica que había entrado en su habitación para seducirle. Dos ángeles le ciñeron un cinturón de castidad para protegerlo, de allí en adelante, contra las tentaciones de la carne. Deseaba arenques frescos como los que comiera en París. Un pescador de Terracina se los proporcionó, aunque esa especie ictícola fuese desconoci­da en aquellas latitudes. Un monje dominico de la ciudad de Brescia lo vio aparecer junto a san Agustín, con el pecho adornado con un gran carbúnculo (rubí) que ilumi­naba a la Iglesia.
CULTO
   Canonizado en 1323 por el papa francés de Aviñón Juan XXII, se convinio en motivo de orgullo de la orden de los dominicos, que lo celebraba como el quinto Doctor de la Iglesia latina.
   En 1369 su cuerpo fue trasladado a la iglesia de los dominicos de Toulousse, casa matriz de la orden. El monumento funeral que se le erigió poco después del traslado de sus reliquias, en 1629 fue reemplazado por un nuevo mausoleo. El papa Urbano V concedió su brazo derecho al convento de Saint Jacques de París, de allí la denominación jacobinos (Jacobins), que se aplicó a los dominicos.
   En 1567 el papa Pío V decretó que la Iglesia, a partir de entonces, profesaría a santo Tomás de Aquino el mismo culto que a los Padres de la Iglesia. Así se explica el cuadro de Zurbarán que se conserva en el Museo de Sevilla, donde se lo representa de pie entre los cuatro doctores de la Iglesia latina: san Ambrosio, san Agustín, san Gregorio Magno y san Jerónimo.
   Particularmente venerado en Nápoles, era el patrón no sólo de la orden de santo Domingo, sino de los teólogos en general, de las escuelas y de las universidades católicas. Los libreros y fabricantes de lápices (fabbricanti di ma­tite) también se ponían bajo su protección.
   En España, el convento de los dominicos de Ávila, que hicieron construir los Reyes Católicos y donde se erigió la tumba de don Juan, está puesto bajo su advocación.
   A causa de un episodio de su leyenda, se lo invocaba como protector de la castidad. A su cinturón, que se conserva en Vercelli, se le atribuía la facultad de apaciguar los ardores lascivos (omnem libidinis motum).
ICONOGRAFÍA
   Según los testimonios de sus contemporáneos y su retrato de Montecasino, era muy corpulento, y hasta obeso. 
   Pero los artistas lo adelgazaron para idealizarlo, tal como lo hicieran con el franciscano san Antonio de Padua. Se complacieron en representarlo entre Aristóteles y Platón, pisoteando al herético árabe Averroes. Sobre la túnica lleva el cinturón de castidad (cingulum castitatis) que le colocaran dos ángeles. Sus atributos usuales son la paloma del Espíritu Santo, que le habla al oído, un emblema que comparte con el papa san Gregorio Magno, una estrella o un pequeño sol que, aludiendo a la visión del monje de Brescia, brilla como un carbúnculo ya sobre su pecho, ya sobre su hombro derecho.
   Aunque es infrecuente, en algunas representaciones sostiene una maqueta de iglesia, que significa que se encuentra situado entre los grandes doctores de la Iglesia; un cáliz y un lirio.
   A veces, en alusión a su título de Doctor angelicus se lo ha representado con alas, o tal vez haya sido a causa de una confusión con el predicador domi­nico san Vicente Ferrer (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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Horario de apertura de la Iglesia del Convento de Santo Tomás (antiguo Convento de Santa María la Real:
        Ver Horarios de misas.

Horario de misas de la Iglesia del Convento de Santo Tomás (antiguo Convento de Santa María la Real):
        Domingos: 12:30

Página web oficial de la Iglesia del Convento de Santo Tomás (antiguo Convento de Santa María la Real): www.dominicoshispania.org/donde-estamos/convento-santo-tomas-de-aquino-sevilla/

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