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jueves, 30 de enero de 2020

El Palacio de Miguel de Mañara (actual sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Palacio de Miguel de Mañara (actual sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía), de Sevilla.     
     El Palacio de Miguel de Mañara (actual sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía) [nº 14 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Levíes, 27; en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo.
     Casa-palacio de dos plantas, de finales del XVI o principios del XVII, mandada construir por Diego de Almansa y posteriormente residencia de los Mañara, desde 1623.
     Se instala sobre una parcela, de trazado bastante regular, situada entre las calles Garci­ Pérez y Levíes, construyendo su fachada principal a esta última. Su disposición organizativa es la habitual de las casas-palacio sevillanas y responde con absoluta nitidez a su esquema tipológico, si exceptuamos la localización del patio en tercera crujía respecto de la calle Levíes. En efecto, se trata de una ordenación de crujías en torno al patio central, con la adición de una más estrecha que construye su fachada principal. Otras piezas de menor entidad y un jardín trasero -a la derecha del patio- terminan por colmatar los lindes de la parcela.
     El apeadero semicubierto dará acceso a las tres zonas de la casa: a la derecha, el área del servicio (en planta baja y entreplanta, sumando ambas la altura normal de la planta baja); a la izquierda, las caballerizas y otras dependencias (planta baja y entreplanta), y al fondo, a las de­pendencias principales de la casa, a través del patio central.
     El patio presenta arquerías superpuestas en sus cuatro frentes, de arcos semicirculares sobre columnas renacentistas con cimacios y pilastras acanaladas en la planta baja y de arcos rebajados y balaustrada de mármol en la alta. En su centro existe una fuente de mármol blanco, de mar octogonal decorado con mascarones y taza sobre angelotes de una gran belleza, presumi­blemente realzada por artistas italianos que trabajarían abundantemente en el palacio. La escalera principal se sitúa en el ángulo superior derecho del patio; es de dos tramos, de grandes proporciones y cubierta por una artesonado de par y nudillo.
     Buena parte de las piezas de la casa se cubren con magníficos artesonados, destacando el situado sobre la antigua capilla.
     La fachada principal está dividida en calles desiguales por pilastras que permiten introducir un elemento de orden en la disposición de sus huecos. Una cornisa, que recoge los capiteles de las pilastras, remata la fachada recibiendo el alero del tejado de cubierta de tejas, a excepción de los dos últimos módulos, qué con una composición más libre dispone de terraza hori­zontal, con pretil de obra rematado por pináculos. La portada de mármol está flanqueada por columnas toscanas, de fuste acanalado sobre pedestales y entablamento con ménsulas -entre las que alternan bucranios y cabezas huma­nas- que recoge el balcón central exento de decoración. A destacar en la fachada, la espléndida colección de herrajes de forja de sus ventanas.
     La  casa  ocupa  en  planta  baja,  incluyendo apeadero, patio principal y los tres más pequeños, una superficie de 1.265 m2. La superficie total construida de la casa asciende a 2.400 m2 , excluyendo los patios (Guillermo Vázquez Consuegra, Cien edificios de Sevilla: susceptibles de reutilización para usos institucionales. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla, 1988).
   A partir del siglo XV son las primeras noticias que se tienen del edificio. Este se construye, por uno de los miembros de la familia de los Almansa, aprovechando elementos de construcciones anteriores. Restos de esta primitiva casa mudéjar son los zócalos con pinturas murales del salón de la planta baja, fechados probablemente en el segundo tercio del siglo XV.
   En 1519 la casa es utilizada como vivienda por Juan de Almansa y su mujer Constanza de Alcocer. En 1532 encarga, al taller del escultor Antonio María Aprile da Carona de Génova, las columnas, balaustradas y solería de mármol con las que decoraría el patio principal.
   En 1623 Diego de Almansa, fiscal de Rey en la Real Audiencia, pone en subasta pública la Casa de Mañara.
   El gran auge experimentado por Sevilla en el siglo XVI, atrajo a numerosos extranjeros que vinieron a buscar riquezas y prosperidad. Uno de ellos fue Tomás de Mañara, Leca y Colona, que compró en el siglo XVI en 13.000 ducados de plata. Tomás de Mañara muere en 1648, queda como heredero su hijo Miguel, quién no heredó las dotes de comerciante de su padre, dedicándose en los últimos años de su vida a la beneficencia, fue Benefactor del Hospital de la Caridad y revitalizador de la Hermandad, cuyo fin primordial era dar sepultura a los ahogados y ajusticiados. En 1674, abandonó su casa del barrio de la judería para vivir en otra más cercana a la Santa Caridad, donde muere en 1679.
   Tras el terremoto,de Lisboa de 1755 un tercio de los edificios de la ciudad quedó en ruina, aunque para el caso de la Casa de Mañara, no se tienen apenas datos de las repercusiones que pudo tener el seísmo. Si bien, únicamente se tienen noticias de algunas obras sin importancia y el remozamiento de la fachada principal en 1767. Durante gran parte del siglo XVIII, esta vivienda fue alquilada, concretamente en 1755, a Pedro Fillot. Posteriormente, entre 1772-1794, se volvió a intervenir sobre la misma, aunque esta vez debido a la estancia de don Manuel Prudencio de Molviedro, como inquilino de la misma.
   Las noticias que se han localizado de la casa en el siglo XIX son las que se refieren a la utilización de la casa, durante la invasión francesa, como cuartel de las tropas del mariscal Soult. Específicamente fue destinada a alojamiento de la escolta del mariscal Duque de Trebiso. Debido al saqueo y destrozo ocasionado en la vivienda durante esta etapa, fue eximida de impuestos durante varios años, para así poder atender a los destrozos ocasionados.

   Posteriormente, la casa fue heredada por los Marqueses de Paterna del Campo. En 1916 la Hermandad de la Santa Caridad compra el edificio por la cantidad de 77.500 pts. A partir de esta fecha el inmueble tuvo usos muy diversos, todos ellos relacionados con labores industriales, como la manufactura del corcho, la fabricación de alfileres de latón y la hilaturas de la fábrica Fabra y Coats. A partir de los años cincuenta y hasta 1970, fue convertida en escuela pública. Finalmente tras un periodo de abandono total y tras ser incluido en el Plan de rehabilitación del Barrio de San Bartolomé, se comenzaron las obras de rehabilitación en 1989, destinándose a sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
   La Casa Mañara o Casa natal de Miguel de Mañara, se encuentra situada en el centro de lo que fue la aljama o antigua judería de Sevilla. Esta abarcaba el sector comprendido entre el Alcázar y las proximidades de la puerta de Carmona, es decir, los barrios o collaciones correspondientes a las parroquias de la Santa Cruz y de San Bartolomé, muy cerca de la cual se halla el edificio que tratamos. La judería se abría hacia el exterior de la ciudad por la puerta de la Carne, de la cual partía hacia el interior la calle principal, que hoy toma los nombres sucesivos de Santa María la Blanca y San José y que separaba las collaciones mencionadas.
   La morfología urbana fue transformada al desaparecer la judería en el siglo XVI, acogiendo numerosos ejemplos de arquitectura monumental, tanto civil como religiosa, entre las que se encontraban las casas-palacio de Céspedes, Levíes y de los duques de Béjar, desaparecidas, y las de Altamira y Mañara, rehabilitadas, ambas como sede de la Consejería de Cultura y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
   Las intervenciones recientes, a la sombra de las que han establecido nuevas sedes institucionales, han dado un formidable impulso de recuperación al barrio, que se hallaba prácticamente perdido.
   La Casa-Palacio de Mañara se sitúa en la calle Levíes, con una fachada trasera a la de Garci Pérez. La fachada principal ocupa prácticamente el rincón que forman Levíes y San Bartolomé, donde se encuentra, muy próxima, la fachada lateral de la iglesia parroquial. En contacto con la de Mañara, con fachada a la calle Garci Pérez, se hallan dos casas destacadas que han merecido la protección Global en la catalogación establecida en el Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla. Corresponde la tipología a la más ortodoxa de las casas renacentistas, si bien los diferentes avatares y propietarios por lo que ha ido pasando han ido introduciendo modificaciones que han ido alterando el tipo, aún sin perder la claridad de aquel.
   Se organiza en tres partes diferenciadas, la zona noble o de los señores, la zona de servicio y la zona de cuadras. El acceso se hace a través de zaguán y patio delantero con apeadero, por el que se accede a un gran patio central columnado con galería de arquerías en las dos plantas y fuente de mármol en su centro.

   La escalera, de dos tramos y gran porte, se sitúa en la esquina del fondo, a la derecha según se accede al patio desde el portón de entrada. Las estancias de la parte noble se distribuyen en torno al patio, cubriéndose en su mayor parte por alfarjes y artesonados de madera. La zona de servicios, situada en la parte S.E., a la derecha de la fachada, según el sentido de acceso, evoluciona en torno a un patio lateral, sin galerías. La zona de las cuadras se situaba a la izquierda del patio-apeadero y presenta fachada la calle Levíes.
   Volumétricamente, destaca en el edificio el hueco del patio central y sus cubiertas de faldón, así como la irregularidad de las alineaciones de ambas fachadas, que se ciñeron a los términos sinuosos y quebrados con los que estaba concebido el entorno urbano. En términos generales, la estructura del edificio se basa en muros portantes de ladrillo macizo, que alcanzan y sobrepasan los 50 cm. de espesor y forjados de madera, con artesonados en las estancias y bóveda de escayola en la escalera. A esta estructura general, que ha perdurado mal que bien a lo largo de los siglos y los acontecimientos y usos sobrevenidos, hay que añadir el tratamiento que se le ha dado en la última y decisiva intervención de restauración y rehabilitación.
   La fachada principal del Palacio de Mañara se sitúa en la calle Levíes, estando compartimentada en dos cuerpos y ochos calles articuladas por pilastras adosadas al muro. El vano de acceso a la casa, se localiza en la tercera calle del lado izquierdo del muro. Una serie de vanos rectangulares que sirven de iluminación, se distribuyen tanto en el piso superior como en el inferior. La primera y la segunda calle de la izquierda, son iguales, están ocupadas por un vano de forma rectangular cerrado por una reja en planta baja y otro de las mismas características en planta alta. La tercera calle la ocupa en el primer cuerpo una ventanilla de forma cuadrada y sobre esta un vano de forma rectangular cerrado por una reja y cubierto con tejaroz. El mismo esquema se repite en los cuerpos inferiores de las calles sexta, séptima y octava. En el cuerpo superior de la tercera calle un balcón con barandilla, al igual que en la cuarta y quinta. En el resto de las calles, en el cuerpo superior se repite el esquema de vano rectangular cerrado por reja con tejaroz. Solamente en la planta baja de la quinta calle no existe ningún vano.
   La decoración pictórica conservada en esta fachada, presenta elementos muy variados, las pilastras se decoran con imitación de sillares, mientras que en el resto del muro la decoración es de ladrillos. En los lugares que falta la ornamentación, esta se ha completado con pintura, en el caso de la imitación del ladrillo en roja, mientras que los sillares de color ocre. El cuerpo ocupado por la portada, es el que mayor decoración tuvo, pues se trataba de enmarcar mediante arquitectura fingida el balcón del cuerpo superior, con elementos muy variados tanto arquitectónicos como constructivos, actualmente desaparecidos casi en su totalidad, en las calles laterales se encuentran cartelas con las inscripciones: "SE RENOVO" y "AÑO DE 1767". Hasta la calle sexta la fachada se cubre mediante una cornisa con tejaroz, en cambio el resto de la fachada se cubre mediante una azotea, donde sobresalen unos pináculo, prolongación de las pilastras. El aspecto que presenta actualmente esta fachada es el resultado de las distintas reformas efectuadas desde finales del siglo XVI hasta nuestros días, siendo fundamental la realizada en 1767. En la fachada trasera los únicos elementos destacables son los vanos de iluminación, repartidos en diversas alturas y cerrados por rejas.

   La portada de acceso al inmueble se abre en la fachada principal, en la calle Levíes. De mármol blanco da acceso a la vivienda presenta un vano rectangular. Se encuentra flanqueado por columnas toscanas de fuste acanalado, que apoyan sobre pedestales decorados con atributos militares y mascarones, escudos cruzados con cabeza de león y espadas, que simbolizan el triunfo de las armas. El entablamento, siguiendo el orden clásico, lo compone el arquitrabe, el friso y la cornisa. El friso se encuentra dividido en triglifos, que a modo de ménsulas soportan la cornisa, y metopas, adornadas con cabezas humanas alternadas con bucráneos.
   Existe una portada secundaria que comunica el apeadero con el patio principal. Esta presenta un vano de ingreso, realizado en ladrillo visto, con arco de medio punto sobre pilastras toscanas. El arco se enmarca en una especie de alfiz, formado por una pequeña moldura. El ingreso es rodeado por un enmarque de azulejo decorado con cintas. El conjunto es flanqueado por dos pilastras toscanas sobre las cuales, a modo de pilastra, aparece un registros acanalados, escudos y ménsulas que soportan la cornisa que remata la portada.
   El palacio presenta planta de forma irregular, aproximándose a la de un rectángulo, donde el lado más estrecho lo ocupa la fachada principal. Arquitectónicamente sigue el prototipo de la casa palacio renacentista. El edificio consta de tres partes bien diferenciadas, la zona noble, de mayor extensión, ocupa dos plantas, sirviendo de vivienda de los propietarios. Las dos partes restantes son las dedicadas a dependencias, viviendas de servicio y a las cuadras.
   La zona destinada a cuadras y viviendas del servicio se encontraban en torno al patio apeadero, de planta rectangular, situándose las primeras en el lateral izquierdo y las segundas en el derecho. Estas últimas presentaban diferentes habitaciones y dependencias de planta rectangular y cuadradas, teniendo comunicación con un patio secundario de planta rectangular. La zona noble se localizaba en
torno al patio principal, cuadrado y con galerías de doble altura en sus cuatro frentes. Dichas dependencias alternaban las de planta cuadrada con las rectangulares.
   Sin embargo este esquema ha sido muy transformado por los distintos usos que ha tenido el edificio y su actual remodelación para convertirlo en sede de la Dirección General de Bienes Culturales. Es por tanto, por lo que el edificio actual presenta, en general, el mismo esquema de distribución de las dependencias, pero habiéndoseles cambiado los accesos e incluso algunas han sufrido una nueva compartimentación y otras, en cambio, se han visto alteradas por el proceso inverso.
   El acceso se sigue realizando por el patio apeadero, donde a la izquierda en una dependencia, casi rectangular, se ha colocado el servicio de seguridad. A la derecha, sigue la compartimentación del grupo de habitaciones de planta rectangular y cuadradas, con escaleras de servicio para la subida a los pisos altos. Uniendo ambas partes, en el segundo piso, existe un gran salón rectangular, que recibe su iluminación por los balcones existentes en la fachada principal. Desde dicho patio se accede directamente al patio principal de la casa. En éste, rodeado de una galería en sus cuatro lados, se distribuyen las habitaciones principales del edificio.
   Grandes salones rectangulares ocupan, tanto en planta alta como en baja, las zonas centrales de cada crujía, excepto la crujía ocupada por el apeadero. Uno de estos grandes salones, en la planta baja presenta tres arcos de herraduras. En los ángulos, uniendo dichos salones, existen dependencias cuadradas, que en algunos casos han sido compartimentadas para servicios y aseos y en otros son meros espacios de transito hacia otras dependencias. En uno de ellos, se sitúa la gran escalera de dos tramos.
   En los lados menores del edificio existen dos patios secundarios, uno de planta cuadrada y otro rectangular. A éstos dan una serie de dependencias, rectangulares y cuadradas, actualmente distribuidas en planta baja, entresuelo y piso alto. A las mismas se acceden por escaleras secundarias, de moderna factura.
   Los elementos sustentantes del palacio quedan definidos por el muro perimetral que rodea a la vivienda y las columnas de orden corintio que existen en el patio principal del inmueble.
   Los únicos elementos destacables en alzado son el patio principal y la escalera. El patio principal constituye el núcleo de la vivienda y principal distribuidor de los espacios interiores, compartimentándose, sus alzados, en dos cuerpos. La planta baja está formada por cuatro arcos de medio punto, en cada lado de la galería, estos apoyan sobre altos cimacios de fábrica y columnas de mármol de orden corintio, con escudos nobiliarios. En la planta alta, el ritmo es el mismo, aunque en esta ocasión los arcos son rebajados y se localizan sólo en tres de sus lados, el cuarto se cierra con columnas y entablamento de madera. Las galerías altas se cierran con una balaustrada de mármol. La caja de la escalera de forma cuadrada, consta de dos tramos, con balaustrada de mármol blanco, se ilumina a través de dos vanos, uno orientado a la calle Garci Pérez y el otro al patio jardín.
   En la Casa de Mañara se conservan parte de las cubiertas antiguas del edificio. Estas son estructuras de madera, tanto planas como en artesas. Los techos planos, existentes en algunas dependencias del piso bajo y de las galerías del patio, están formados por vigas de madera y tablazón normal, excepto en la sala situada al fondo del patio, donde se encuentran las pinturas, cuya tablazón está formada por azulejos. Los artesonados, propiamente dichos, se encuentran en la planta alta, correspondiendo a los salones de fachada, crujías del patio principal y las dependencias que se abren al patio cuadrado. De estos destacan los artesonados de par y nudillo del salón de la calle Garci Pérez, y los de lacería de los salones de la fachada principal y la crujía izquierda del patio central. De cuatro lados con lacería son los existentes en lagunas de las dependencias cuadradas del patio secundario (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía). 
Conozcamos la Biografía de Miguel de Mañara;
     Miguel Mañara Vicentelo de Leca, (Sevilla, 3 de marzo de 1627 – 9 de mayo de 1679). Caballero de la Orden de Calatrava y “gran limosnero de Sevilla”.
     A Miguel Mañara se le ha querido confundir a veces, fruto de la literatura romántica francesa del siglo XIX, con el mismo Juan Tenorio, que de gran pecador de disipada juventud, se convirtió en el gran arrepentido, de penitente y piadosa vejez. Nada hay en la juventud de Mañara, que tenga algo que ver cun esis “crímnes tan numeroso —que le atribuye E. Van Loo— como numerosos eran sus triunfos amatorios”; ni nada semejante a ese “llibertini cavallero” que presenta: el de “la espada continuamente ensangrenyada”. Contrario es el juicio que le merece a Marañón, maestro indiscutible en la materia: “Durante toda la época romántica hasta nuestros tiempos —escribe— se ha personificado el donjuanismo en un sevillano del más alto valor emocional, en Don Miguel de Mañara [...], que todavía goza de un alto prestigio de Don Juan. Es igualmente un error, y no sólo porque Mañara es muy posterior a Tirso de Molina y no pudo, por tanto, ser su modelo, sino porque Mañara fue, ante todo, un místico”.
     Nació en Sevilla de una familia rica, originaria de Córcega. Su padre, Tomás, había vuelto de sus viajes al Perú con fama de grosario o de opulento comerciante.
     Pasó los días de su juventud entre las naturales diversiones y el ambiente cristiano de su familia. A los veinticuatro años, el ya caballero de Calatrava quedó de único heredero de la gran fortuna de sus padres, en aquella Sevilla, “amparadora de pobres y refugio de desdichados”, que era considerada entonces como una de las ciudades más ricas de Europa. En 1648 casó con Jerónima Carrillo de Mendoza, de la alta nobleza sevillana. Ésta murió pronto y fue entonces cuando Mañara, quien, al decir de sus contemporáneos, vivía “cuerda y cristianamente”, dio un nuevo cambio de vida. El mismo Mañara confesó que “vivía muy gustoso y teníase por muy afortunado con la compañía de doña Jerónima, su mujer, de quien cada día iba haciendo mayor estimación, al paso que iba conociendo los quilates de su mucha virtud, fuera de las demás prendas que la hacían singularmente amable”.
     Cuando murió Jerónima, contaba con treinta y tres años de edad. En un golpe de gracia, aprendió entonces “a conocer con gran claridad la brevedad de la vida, la certidumbre de la muerte y la vanidad de las glorias del mundo”. Su sobrino, el marqués de Paradas, cuando corrió a su encuentro en la soledad de Montejaque (señorío de Jerónima), le halló “poseído de un sentimiento, aunque muy grande, muy prudente y católico, deseando sólo aprovecharse de golpe semejante y acabar de desatar las pigüelas de este mal mundo, que tanto impiden para volar al cieño”. Pasó, entonces, por un proceso de “conversión interior”; poco a poco se fue desprendiendo de sus inmensos bienes y pronto fue considerado como el gran limosnero de la ciudad. Entró en la cofradía de la Santa Caridad, que se dedicó a favorecer a pobres y necesitados, llegando a ser de por vida hermano mayor de la misma. En una de las actas del Cabildo se lee que “propuso el señor don Miguel Mañara que el principal instituto de la Santa Caridad de Nuestro Señor Jesucristo es cuidar de los pobres, y que los mendigos son los que tienen primer lugar como más desvalidos que andan a la inclemencia del tiempo de noche y de día, del que ha resultado morirse muchos aceleradamente.
     Y que le parecía acudir a estos daños, haciendo el cabildo que los dichos pobres mendigos se recojan de noche y se les dé para que no padezcan mayor daño. Y allí, con lo que pueda, la Hermandad los socorra para que puedan dormir y enjugarse si estuvieren mojados”.
     “Hospicio de pobres y peregrinos”, como llamaban a la Santa Caridad, hizo construir para ella una hermosa capilla, en la que dejaron obras maestras sus amigos Roldán, Valdés Leal y Murillo. Habiéndose desprendido de todos sus bienes, se quedó a vivir en una humilde celda de la Caridad, donde escribió su memorable Discurso de la verdad, y murió santamente el 9 de mayo de 1679. En el Libro nuevo de hermanos se anota lo siguiente: “Murió el día 9 de mayo de 1679 con grande opinión de santidad. Fue padre y restaurador de esta Hermandad. Está su venerable cuerpo debajo del presbiterio de esta santa iglesia de la Caridad, encima de la cual, en una losa, están recopiladas sus heroicas virtudes [...] No merecimos tanto bien. Viva eternamente en la feliz compañía de los Santos”. En los sevillanos quedó la memoria de Miguel Mañara como “limosnero de la ciudad, “varón justo”, “padre de los pobres y consuelo de los afligidos”.
     Se abrió su proceso de beatificación, que todavía sigue pendiente en Roma (Francisco Martín Hernández, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
    Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Palacio de Miguel de Mañara (actual sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía), de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Horario de apertura del Palacio de Miguel de Mañara (actual sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía):
             Martes y Jueves (no festivos): de 11:00 a 12:30

Página web oficial del Palacio de Miguel de Mañara (actual sede de la Dirección General de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía): www.juntadeandalucia.es/cultura/blog/los-palacios-de-altamira-y-manara-abren-sus-puertas/

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