El Retablo de San Pancracio, en la Iglesia del Convento de Santa María de Jesús

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Retablo de San Pancracio en la Iglesia del Convento de Santa María de Jesús, de Sevilla.

      Hoy, 12 de mayo, Memoria de San Pancracio, mártir, que, según la tradición, murió también en Roma en plena adolescencia por su fe en Cristo, y fue sepultado en la segunda milla de la vía Aurelia. El papa san Símaco levantó una célebre basílica sobre su sepulcro y el papa san Gregorio Magno convocó a menudo al pueblo en torno al mismo sepulcro, para que allí recibiera el testimonio del verdadero amor cristiano. En este día se conmemora la sepultura de este mártir romano (s. IV inc.) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].

   Y que mejor día que hoy para ExplicArte el Retablo de San Pancracio, en la Iglesia del Convento de Santa María de Jesús, de Sevilla.

   El Convento de Santa María de Jesús, se encuentra en la calle Águilas, 22; en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo.

   En el muro de la Epístola de la Iglesia del Convento de Santa María de Jesús, a los pies de la misma, muy cercano al coro, encontramos un retablo, asentado sobre una repisa ménsula decorada con tres cabezas de angelotes, tornapuntas, rocallas y dos tarjas centrales, el retablo consta de un solo cuerpo articulado por sendas pilastras con decoración foral y que soportan un arco de medio punto sobre el que se eleva un frontón partido con inscripción en el centro.

   La imagen muestra al santo de cuerpo entero vestido con túnica verde y manto rojo, ribeteado en dorado, que le cruza el cuerpo. La cabeza presenta los rasgos de un niño de pelo rizado, de semblante serio que dirigiendo la mirada al frente señala al cielo con su brazo izquierdo y sujeta un libro y una pluma con el derecho.

   Puede entenderse que el retablo está formado por dos partes. La ménsula-repisa correspondiente, al parecer, a un retablo anterior y está datada en la segunda mitad del siglo XVIII y el primer cuerpo, obra del siglo XX, que contiene al San Pancracio que sustituyó a otro anterior (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Conozcamos mejor la Leyenda, Culto e Iconografía de San Pancracio mártir:

LEYENDA

   Según su Passio, compuesta en el siglo VII, Pancracio habría viajado muy joven desde Frigia a Roma, junto a su tío Dionisio, y habría sido convertido por el papa Cornelio. Denunciado como cristiano, fue decapitado en 304, a los catorce años de edad, por orden del emperador Diocleciano.

   Esta fábula, según las palabras del hagiógrafo italiano Franchi de Cavalieri es «un verdadero cuento de sacristán» (un vero racconto  di sacristano), cu­yos elementos se copiaron de la Passio de san Sebastián.

CULTO

   Este carácter legendario no ha impedido que el culto de san Pancracio se extendiese de manera considerable en toda la cristiandad.

Lugares de culto

   En Italia, donde en el siglo VI el papa Símaco puso bajo su advocación una basílica en el lugar de su pretendido martirio, su culto se difundió sobre todo por la acción del papa Gregorio Magno. Es patrón de la ciudad de Albano, cerca de Roma.

   Muy pronto el culto de san Pancracio pasó desde Roma a Inglaterra. En 657 el papa ofreció algunas de sus reliquias a Gran Bretaña; pero el verdadero introductor fue san Agustín de Canterbury, quien en Roma había sido prior de un convento del monte Coelius construido por Gregorio Magno sobre un terreno que pertenecía a la familia de san Pancracio, en el sitio donde estaba emplazado un templo pagano. Más tarde, en 1077,un barón normando fundó en Sussex el priorato cluniacense de San Pancracio de Lewes.

   En Londres, una iglesia y hasta una estación de ferrocarril tienen el nom­bre St. Paneras.

   En Francia, donde el nombre del santo comporta numerosas variantes que dan fe de su popularidad, tiene una iglesia puesta bajo su advocación en Maguelonne, cerca de Montpellier. Era particularmente venerado en la región de Aviñón y también a los pies de los Pirineos, cerca de Sarrancolin, donde un pueblo se llama Saint Plancard.

   En los Países Bajos, los dos centros principales del culto de san Pancracio eran la abadía de San Bavón, en Gante, que poseía algunas de sus reliquias, y la ciudad episcopal de Utrecht.

   En Suiza, Sembrancher, en la región de Valais, debe su nombre a una iglesia de Saint Brancher (de sancto Brancherio o Brancacio), que no es otro que san Pancracio.

Patronazgos

   Los patronazgos de san Pancracio, muy numerosos, varían según los países donde se lo venera.

   La devoción de los alemanes por este santo se remonta a finales del siglo IX, a la época en que el emperador Arnulfo, que sitiaba Roma en 896, invocó a san Pancracio ante una puerta que llevaba ese nombre, antes de dar la orden de asalto. A partir de entonces, en Alemania se convirtió en el patrón de los caballeros: se le dedicaron las capillas de las ciudadelas. Su culto está probado en Düsseldorf, Hamersleben, Iserlohn, Paderborn y Mergentheim, sede de un puesto de mando de los caballeros teutónicos.

   Si en Alemania era el patrón de los caballeros, en Francia era sobre todo el de los niños, especialmente de los llorones, sin duda porque fue martiriza­do muy joven.

   Por esa misma razón, el joven mártir, considerado un modelo de inocencia y pureza, era invocado contra el perjurio (false oaths, perjury). Ante su tumba se realizaban juramentos justificantes contra una acusación. Cuenta Gregorio de Tours que cuando un testigo falso se acerca a las reliquias de san Pancracio, se le secan las manos, el demonio se apodera de él y cae muerto en el acto.

   Se consideraba a San Pancracio curador de una serie de enfermedades generalmente de escasa gravedad, como sabañones (por su condición de santo de hielo), eczemas, migrañas, calambres, posiblemente a causa de un juego de palabras con su nombre, una de cuyas variantes populares es Camprace, Campres, Crampes (castellano: calambres).

   También se lo invocaba para proteger las cosechas y floraciones de los árboles frutales contra las heladas nocturnas de primavera, que suelen coincidir con el día de su fiesta (12 de mayo), de ahí que figurara entre san Bonifacio y san Servasio, cuyas fiestas se celebran el 11 y el 13 de mayo, en la trinidad de los santos de hielo (Eisheiligen, Eismanner).

ICONOGRAFÍA

   Está representado ya como joven romano con la espada de su decapitación y la palma del martirio, ya como caballero (este motivo es particular del arte alemán), con coraza, espada y escudo. El segundo tipo, de pura fantasía, no sólo está en desacuerdo, sino hasta en contradicción con su leyenda (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).

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