Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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viernes, 1 de noviembre de 2019

La Iglesia de Omnium Sanctorum


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de Omnium Sanctorum, de Sevilla.
     Hoy, 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].   
      Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la Iglesia de Omnium Sanctorum, de Sevilla.
     La Iglesia de Omnium Sanctorum [nº 43 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 81 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Feria, 96 (aunque también tiene acceso por la calle Peris Mencheta, s/n, y por el Mercado - Plaza de Abastos de la calle Feria); en el Barrio de la Feria, del Distrito Casco Antiguo.
      Una de las iglesias con más historia de la ciudad, la única con denominación en latín alusiva a todos los Santos y una de las más representadas por los viajeros románticos junto al tradicional mercado de la calle Feria. Al igual que con otras obras gótico mudéjares, hay que descartar su posible origen musulmán aunque copie en su torre los paños de sebka más cercanos al modelo almohade de la Giralda. La iglesia se fundó en la segunda mitad del siglo XIII, aunque de esa época sólo se conserva la portada de los pies, realizada en piedra y que presenta un arco ojival formado por arquivoltas. Tras el terremoto de Lisboa de 1356, las crónicas medievales señalan la reedificación de la iglesia en el siglo XIV durante el reinado de Pedro I, quedando de este periodo la cabecera, formada por dos tramos rectangulares y otro pentagonal, y cubierta con bóvedas de nervaduras, y las dos portadas laterales. Hoy permanece cegada la portada que se abre hacia el mercado. Tampoco se conserva el primitivo acceso elevado que unía la tribuna alta de la iglesia con el vecino palacio de los marqueses de La Algaba, patronos históricos de la parroquia, tribuna elevada que fue recogida por algunos dibujos decimonónicos de viajeros extranjeros. La torre es de principios del siglo XV y se sitúa sobre una de las capillas almohades de la nave de la epístola. Presenta un primer cuerpo con decoración mudéjar formada por paños romboidales de sebka como los de la Giralda, siendo el cuerpo de campanas un añadido del siglo XVIII.

   Sufrió, al igual que otras iglesias de la zona, un incendio intencionado el 18 de julio de 1936, perdiéndose notables obras de arte, aunque la previsión de las hermandades allí radicadas permitió la salvación de algunas piezas. Desaparecieron notables pinturas de la capilla de los Cervantes, un antiguo crucificado gótico titulado de la Buena Muerte, otro atribuido a Andrés de Ocampo, el tabernáculo neoclásico de la Virgen de Todos los Santos, y diferentes retablos y pinturas de gran valor. El interés de las autoridades en su pronta restauración se vio acompañado por el traslado de retablos procedentes de la Campiña sevillana lo que permitió que el aspecto actual de la parroquia apenas muestra señales del dramático incendio.
   En la fachada se encuentra embutida una cruz de forja, conocida como la Cruz del Garfio, que procedía de la vecina calle conocida antaño como del Peso del Carbón, actual Peris Mencheta. Servía para colgar de ella una balanza donde los carboneros pesaban su mercancía. A sus pies, un retablo cerámico recuerda el cincuentenario fundacional de la hermandad de los Javieres. En el lateral derecho de la portada principal se sitúa un monumental retablo cerámico de la Virgen de Todos los Santos, obra realizada en el taller de Antonio Kiernam Flores en 1928.
   En el interior hay otras dos cruces: la de Calatrava y la Linos. La de Calatrava, con los dos ángeles portadores que recuerdan el suceso milagroso de la localidad murciana, estuvo en el centro de la calle Ancha de la Feria, fue renovada en 1839 y se trasladó a la parroquia en 1854. El mismo año llegó la cruz de la calle Linos, con el anagrama de María en el centro, que fue erigida en esta calle con motivo de la epidemia de peste de 1649. La iglesia presenta una planta rectangular de tres naves, muy profunda y con notable altura, con cubierta de madera, siendo la de la central en forma de artesa, mientras que las laterales muestran una cubierta de colgadizo. Estas cubiertas son modernas, aunque imitan el artesonado mudéjar destruido tras el incendio de 1936. En el centro del presbiterio se levanta un templete en forma de baldaquino, realizado por José Paz Campano en 1940, bajo el que se cobija la Virgen de Todos los Santos, obra del flamenco Roque Balduque en 1554. Sigue el modelo tan habitual de las imágenes sevillanas difundido por el autor y, aunque ha sufrido añadidos y sea revestida en ocasiones con telas, conserva la calidad de la talla y la policromía original. En el siglo XVIII sufrió algunas transformaciones, momento en el cual se añadieron las figuras de los santos que figuran a sus pies, piezas de gran calidad realizadas en barro por Cristóbal Ramos y que representan a San José, San Lorenzo, San Basilio, San Pedro, Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Alejandría. A sus pies se sitúa un monumental sagrario realizado por el afamado orfebre Cayetano González Gómez.  

En la cabecera de la nave del Evangelio (izquierda) se halla un retablo del XVIII, procedente de Osuna o Estepa, que aloja las esculturas de Santa Rita, de San Antonio de Padua y una Virgen de Fátima sin interés artístico. A continuación aparecen dos arcos decorados con algunos azulejos del XVII completados con otros de 1940. Cobijan los sepulcros de los Guzmanes, hoy vacíos, con notables esculturas yacentes en terracota atribuidas a Lorenzo Mercadante de Bretaña de la segunda mitad del siglo XV. Contiguo está el retablo del Sagrado Corazón, de estilo rococó, fechable hacia 1780 y que sigue modelos lebrijanos en su decoración tardobarroca de hojarascas y espejitos. En el mismo muro se abren dos capillas a los pies. La primera, la de las Ánimas, muy irregular y con una lápida del párroco que salvó el Sagrario en el incendio de 1936; acoge una pintura de las Ánimas Benditas del siglo XVIII y una talla contemporánea de la Virgen de Belén, imagen del escultor Manuel Domínguez que procede de la desaparecida parroquia de la calle Calatrava. El muro de la nave acoge varias ménsulas con tallas como un San Francisco de Paula del siglo XVII, una Santa Apolonia (patrona de dentistas, con sus tenazas en la mano) y una repintada Santa Bárbara con la torre que parece seguir modelos tardomanieristas de la última mitad del siglo XVI. Al final de la nave se encuentra la capilla bautismal, la antigua capilla del linaje de los Cervantes según atestigua la heráldica de la reja de acceso y según constaba en el antiguo retablo de Varela desaparecido en el incendio de 1936. Alojó el conocido Pendón Verde, antigua insignia musulmana allí cobijada que fue utilizado como enseña en el motín del mismo nombre que ocurrió en la zona de la calle Feria en 1521. Actualmente en esta capilla se encuentran las imágenes de la hermandad de los Javieres, fundada en 1955 por los congregantes marianos de la calle Jesús del Gran Poder. Las imágenes titulares son el Cristo de las Almas obra del escultor portugués José Pires Azcárraga talla de 1947 que conoció la reforma de Espinosa de los Monteros y las restauraciones de Jesús Santos y de Juan Manuel Miñarro. La Virgen de Gracia y Amparo es una dolorosa que encargaron los congregantes marianos en 1936 a José Fernández Andes y cuya policromía actual corresponde a Ramos Corona. Se completan ambas con una notable imagen de San Juan, cuya cabeza se atribuye al imaginero del siglo XVIII José Montes de Oca, siendo quizás en su origen un San José al que Francisco Buiza pudo añadir un cuerpo nuevo ya en el siglo XX. Junto a la reja se sitúa otra imagen perteneciente a la hermandad, la Inmaculada que talló Manuel Escamilla basándose en la talla de Alonso Cano que se conserva en la parroquia de San Julián.  

   Tras pasar el cancel de entrada, a los pies de la nave de la Epístola se encuentran las imágenes de la reciente cofradía del Carmen Doloroso, Nuestro Padre Jesús de la Paz, obra de Francisco José Reyes Villadiego y Nuestra Señora del Carmen Doloroso, talla de Francisco Berlanga. A continuación, en el muro de la Epístola, se sitúan dos nuevos retablos provenientes de otras localidades. El dedicado a San Antonio de Padua es obra del segundo cuarto del siglo XVIII procedente de Osuna, mientras que el dedicado a San José es un curioso retablo-hornacina que proviene de la iglesia desacralizada de la Victoria de Estepa, siendo de incipiente estética rococó fechable hacia 1760. Junto al acceso a las dependencias parroquiales se conservan restos de yeserías mudéjares y decoración de atauriques junto al retablo de Santa Apolonia. De gran interés es el crucificado llamado de la Buena Muerte, talla de finales del siglo XVI cobijada en un notable retablo de columnas salomónicas de hacia 1690 en el que se sitúan las imágenes de la Virgen y de San Juan a ambos lados de la hornacina principal. La parroquia es una curiosa mezcla de antiguas y nuevas devociones. Desde la excelente cruz parroquial de Francisco de Alfaro de fines del siglo XVI a la foto en sepia dedicada en francés a la Virgen de Todos los Santos; desde el cuadro moderno de la Virgen del Rocío a la lápida que recuerda la posible fundación de la hermandad del Silencio en la capilla de los Cervantes en 1340; desde el recuerdo del bautizo del héroe González Cuadrado al robo sacrílego que causó daños al Cristo de las Almas junto a la capilla en la que fue bautizado el poeta Francisco de Rioja. Historia e historias no le faltan a la parroquia de la calle Ancha de la Feria (Manuel Jesús Roldán, Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010).
     Iglesia mudéjar de planta rectangular con tres naves de cinco tramos cada una, separadas por arcos apuntados sobre pilares C1uciformes y profunda cabecera poligonal. La iglesia se fundó en la segunda mitad del siglo XIII, aunque fue renovada un siglo más tarde. Su cabecera consta de dos tramos rectangulares y otro pentagonal, cubriéndose con bóvedas de nervaduras. Las naves presentan techumbres de  madera modernas, en forma de artesa en la principal y de colgadizo en las laterales. La portada principal está construida en cantería, presenta jambas en degradación y arquivoltas apuntadas con decoración de dientes de sierra. Sobre ella se sitúa una ventana realizada en ladrillo fino y aplantillado, con hueco polilobulado enmarcado por otro de herradura y con labores de cerámica vidriada. En esta misma fachada existen tres óculos de piedra, conservando su tracería primitiva los dos laterales. En los muros laterales del templo se abren sendas por­tadas, que repiten básicamente la organización de la principal, aunque la del frente sur presenta unas hornacinas que debieron ocupar esculturas hoy desaparecidas. La torre, situada a la izquierda de la portada de los pies, tiene planta cuadrada y está realizada en ladrillos, destacando los tableros de sebqa enriquecidos por atauriques, que derivan de la Giralda. Se accede a ella mediante una escalera de cara­col adosada al frente oriental. El cuerpo bajo de esta torre es una capilla de planta cuadrada y bóveda octogonal sobre trompas, que en 1416 se concedió a Gonzalo Gómez de Cervantes para enterramiento.
     En el centro del presbiterio se alza un templete moderno con columnas salomónicas y escultu­ra de la Virgen de Todos los Santos, de Roque Balduque, hecha en 1554 y transformada en el XVIII, siglo en el que se añadieron las esculturas de santos que rodean la imagen, relacionadas con la obra de Cristóbal Ramos. En los muros hay lienzos del XVII, destacando entre ellos uno de la Asunción de la Virgen, copia de Volterra, y otro del Regreso del Hijo Pródigo, copia de Murillo realizada a finales del XVIII por Vicente Alanís.
     En la cabecera de la nave izquierda se halla un retablo del segundo cuarto del siglo XVIII con una imagen moderna de la Virgen de Fátima en el centro y escultu­ras de Santa Rita y San Antonio de Padua, datadas en el XVIII, en las calles laterales, separadas por columnas salomónicas. Siguen dos arcos decorados con azulejos, algunos del XVII y la mayoría de 1940. En la capilla bautismal se encuentra un lien­zo de las Ánimas del Purgatorio, del XVIII. En la parte superior del muro van tres lienzos con escenas de la vida de San Jerónimo, pintados hacia 1770 por Juan de Espinal. En la cabecera de la nave derecha se sitúa un retablo de un cuerpo y tres calles separadas por columnas salomónicas, de hacia 1690, con escultura en el centro del Cristo de la Buena Muerte ejecutado en 1592 por Andrés de Ocampo, y en los laterales de la Virgen y San Juan, obras del XVII. En el muro hay arcos con restos de yeserías mudéjares en los que aparecen lazos y atauriques, y un retablo del primer cuarto del XVIII con escultura de Santa Apolonia, de la primera mitad del XVII. El retablo de San José procede del convento de la Victoria de Estepa y puede fecharse hacia 1760. Algo anterior es el retablo de San Antonio de Padua, proceden­te de Osuna. Obras de mucho  interés son otros tres lienzos de la vida de San Jerónimo, pintados por Juan de Espinal. La iglesia posee una magnífica colección de orfebrería. Abundan las obras renacentistas, entre las que destacan dos cálices, uno del tercer cuarto del siglo XVI y otro más avanzado, cercano a fines de este siglo. De mayor envergadura es un copón, en el que se combinan las cartelas y cintas con figuras de los Padres de la Iglesia, siendo obra del tercer cuarto del siglo XVI relacionable con Francisco de Alfaro. Con el mismo autor puede vincularse una cruz procesional, con nudo en forma de templete e imágenes de los Evangelistas. Muy interesante es un portapaz con representación en relieve de la Inmaculada, San Antonio y San Fernando, que va fechado en 1659. Del periodo barroco hay un relicario de San Cristóbal en forma de templete cuadrangular rodeado de columnas salomónicas y fechado en 1727. Del mismo momento es un portaviático en forma de corazón y una demanda de Ánimas fechada en 1748, y con añadidos rococó. De la segunda mitad del siglo XVIII pueden citarse dos ciriales, obra de Carmona, las coronas de la Virgen titular y del Niño, fechada esta última en 1785, dos lámparas de 1769, y un pequeño altar portátil con los punzones de Sánchez y Cárdenas (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo I. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
     La Iglesia parroquial de Omnium Sanctorum o de Todos los Santos, se encuentra situada intramuros de la ciudad, en uno de los barrios más populares de Sevilla. Al igual que otras iglesias de estas características ocupa la totalidad de una manzana, dando a cuatro calles distintas. Se encuentra aledaña al Mercado de la calle Feria y al Palacio de los Marqueses de la Algaba, cercana a la Alameda de Hércules así como a la Iglesia de Monte Sión y al Colegio de San Luis de los Franceses de la Compañía de Jesús.
     Desde el punto de vista volumétrico el buque de la iglesia destaca del resto del caserío que lo rodea, presentando una superposición de volúmenes entre los que destaca el ábside, la superposición y disposición de la cubrición de las naves a un agua las laterales y a dos la central y la torre.
     Se trata de una iglesia gótico-mudéjar de planta basilical de tres naves, divididas en cinco tramos cada una, separadas por arcos apuntados sobre pilares cruciformes, y profunda cabecera poligonal con tres tramos, dos rectangulares y otro pentagonal cubiertos por nervadura gótica con nervio espinazo, reforzada al exterior por potentes contrafuertes en las aristas, altas ventanas góticas entre ellos, y remate a base de almenas escalonadas.
     La cubrición de las naves se resuelve con techumbres de madera, en forma de artesa en la nave principal y de colgadizo en las laterales, mientras que la cabecera lo hace con bóvedas de nervadura ojival.
     El templo cuenta con dos capilla adosadas al muro de la nave del Evangelio, ocupando una de ellas el cuerpo bajo de la torre. La primera de ellas es la capilla Sacramental, se encuentra situada en el penúltimo tramo de la nave. La segunda es conocida como la capilla Bautismal o de los Cervantes, debido a que en 1416 fue concedida a Gonzalo Gómez de Cervantes como capilla funeraria, cubierta por una bóveda octogonal sobre trompas, actual sede de la Hermandad de los Javieres.
     Cuenta con tres portadas, la principal se sitúa a los pies y las otras dos en las naves laterales situadas a la altura del tercer tramo. Todas presentan una estructura similar, con arco apuntado, arquivoltas y baquetones labrados en piedra.
     El edificio y sus dependencias ocupan una manzana al completo. Esta característica le hace que presente cuatro fachadas, la principal da a la calle Feria, la del muro del Evangelio a un callejón que lo separa del Mercado de Abastos, la del lado de la Epístola a la calle Peris Mencheta y la cabecera a la Plaza Pedro Calderón de la Barca en confluencia con calle Palacios Malaver.
     La fachada de los pies, que da a la calle Feria, presenta tres espacios claramente diferenciados, que obedecen a la estructura interna de la iglesia. El espacio central o imafronte responde a la estructura a dos aguas de la nave central, bajo el cual se sitúa la portada principal de acceso al templo, el lado derecho responde a la nave de la Epístola y su cubierta en colgadizo, y el lado izquierdo de la nave del Evangelio de igual forma al anterior, uniéndose a los pies del muro de esta nave la torre.
     La portada principal, labrada en piedra, se adelantada respecto al resto del paramento murario de la fachada que se presenta encalada. Se estructura en torno a un vano apuntado con arquivoltas abocinadas enmarcadas por un baquetón con decoración en zig-zag y otro externo con puntas de diamante. En la línea de imposta, que separa los baquetones que simulas columnillas de los arcos, se disponen los capiteles que simulan, por su continuidad, un friso corrido en el que se aprecian cabezas humanas. Sobre la cornisa que remata la portada se abre una ventana mudéjar, de pequeñas dimensiones y abundante decoración, formada por un vano trilobulado enmarcado por columnitas de ladrillo rematadas por un arco polilobulado con alfiz, que a su vez se enmarca por un arco túmido enmarcado por alfiz. Las enjutas y los espacios entre los dos arcos se decoran a base de azulejos de lacería. Sobre esta se dispone un rosetón gótico para la iluminación de la nave central, así como dos más pequeños, que flanquean la portada, para las naves laterales.
     La fachada del lado de la Epístola se corresponde con la calle Perís Mencheta y Palacios Malaver, en ella se observan aberturas de tres vanos rectangulares achaflanados carentes de decoración y un reloj de sol. El cuarto vano, de estilo mudéjar, se estructura en torno a un arco polilobulado sobre columnillas de ladrillo enmarcado por alfiz con decoración de ataurique en sus enjutas. Sobre ellos corre el alero del tejado bajo el cual se dispone una sucesión de modillones. A media altura de la calle se abre la portada del lado de la Epístola, realizada en piedra y de similares características a la principal, aunque con la particularidad de que cuenta con tres hornacinas vacías con guardapolvo y una cornisa de canes con cabezas zoomórficas.
     La fachada de la cabecera muestra los contrafuertes que sustentan el ábside alternados con las ventanas geminadas, rematándose el conjunto por las almenas escalonadas.
     La fachada del lado del evangelio muestra la superposición de volúmenes del buque de la iglesia y la torre, en ella se abre una portada con características similares a la anterior pero con mayos simpleza.
     La Torre se remonta a finales del siglo XIV o principios del XV. Es de base cuadrada y realizada en ladrillo, se encuentra adosada al último tramo del muro de la nave del Evangelio, situándose bajo ella la capilla de los Cervantes. Cuenta con tres cuerpos claramente diferenciados. El fuste presenta varios vanos, ventanas y balcones, en cada uno de sus frentes con los característicos arcos polilobulados enmarcados por alfiz, disponiéndose en cada uno de sus lados como remate un panel de paños de sebka muy similares a los de la Giralda, en la que se inspira, a base de arcos ciegos entrelazados sobre columnillas y arcos polilobulados, sobre los que se despliega un listel horizontal de ladrillo que lo separa del primer cuerpo de campanas. Éste presenta dos vanos de medio punto enmarcados por alfiz en cada uno de los frentes, en los que se distribuyen las campanas de la parroquia. Este cuerpo se encuentra rematado por un entablamento con cornisa desarrollada decorada con canes sobre la que se despliega una perraza protegida con pilares y baranda de forja; del centro emerge el tercer cuerpo, fruto de una reforma posterior. Se estructura a modo de arco cuadrifonte, presentando un arco de medio punto flanqueado por pilastras en cada uno de sus cuatro frentes, sobre las que descansa un entablamento coronado por un esbelto chapitel octogonal, decorado con azulejos, terminado en cruz de forja.
     La Iglesia parroquial de Omnium Sanctorun data del repartimiento de la ciudad de Sevilla, realizado tras la toma de la ciudad por Fernando III El Santo, situándose sobre el solar de una antigua mezquita almohade. Para algunos investigadores se trata de una fundación realizada por Alfonso X El Sabio, constatando su existencia documentalmente desde 1255, siendo reedifcada en 1356 por el rey Pedro I, tras el terremoto que sufrió la ciudad por esas fechas.
     Según las fuentes documentales el infante D. Dionisio de Portugal ofreció limosnas para esta iglesia durante su estancia en Sevilla realizada en el primer decenio del último tercio del siglo XIII, con la cual se enriqueció este templo.
     El historiador José Gestoso, opinaba que la Iglesia fue construida en el emplazamiento de una antigua mezquita, reutilizando partes del edificio anterior, entre los que se encontraba el fuste de la torre.
     Del siglo XIII se conservan varios elementos como la portada principal que da a la calle Feria; de la reedificación a finales del siglo XIV se conserva la cabecera poligonal y las portadas de acceso desde la calle a las naves laterales y del siglo XIV la torre.
     El edificio fue incendiado y saqueada en los acontecimientos del 18 de julio de 1936, desapareciendo el mobiliario litúrgico, siendo con posterioridad objeto de una notable restauración de manos del arquitecto Juan de Talavera. Las obras se iniciaron el 24 de septiembre del mismo año prolongándose hasta el 12 de octubre de 1940, adoptando el aspecto que hoy día presenta. A esta fecha pertenecen el templete y la techumbre de cubrición de las naves, estas últimas fueron repuestas en 1993.
     Este templo es sede canónica de la Hermandad de los Javieres y de la Hermandad del Carmen Doloroso (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Hacia su mitad, la calle Feria tiene un estu­pendo mercado de abastos muy concurrido. A su lado, se levanta esta iglesia de Omnium Sanctorum, construida inmediatamente después de la conquista cristiana sobre una anterior mezquita. El templo muestra una armoniosa fachada que presenta un hastial truncado, tres óculos y, debajo, la portada. Ésta lleva arquivoltas apuntadas con adornos de punta de diamante y de diente de sierra, una cornisa sobre las enjutas y, encima de ésta, una curiosa ventanita con un arco polilobulado y otro, mayor, ciego, de herradura, cobijado en un alfiz. Al lado izquierdo, se levanta la torre, de base cuadrada, toda de ladrillo, presentando un robusto primer cuerpo, en el que sobresalen los encajes de sebka, y otros dos cuerpos más que acogen las campanas. El edificio tiene otras dos portadas laterales de diseño semejante al de la principal. Arcos apuntados, de ladrillo, sobre pilares cruciformes, separan las tres naves. En el presbiterio, en un templete sostenido por columnas salomónicas de factura moderna, se encuentra la Virgen de Todos los Santos, imagen de vestir de Roque Balduque, fechada en 1554, aunque reformada en el siglo XVIII, en la que destaca de manera deslumbrante la corona y el halo de rayos que rodean su cuerpo completo. En la cabecera de la nave de la epís­tola se venera al Cristo de la Buena Muerte, tallado por Andrés de Ocampo en 1592. En la capilla bautismal, a los pies de la nave del evangelio, donde se revela perfectamente la traza mudéjar, están las imágenes correspondientes a la Cofradía de los Javieres. Se trata del Cristo de las Almas, un Crucificado que tallara el portugués José Pires Azcárraga en 1947, y Nuestra Señora de Gracia y Amparo, obra realizada por José Fernández Andes en 1945 (Rafael Arjona, Lola Walls. Guía Total, Sevilla. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2006).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de la Solemnidad de Todos los Santos;
CULTO
   La Iglesia necesitó muy pronto celebrar de manera global los innumerables martirios que no contaban con un día de fiesta en el calendario.
   El primer esbozo de este culto apareció en Antioquía y en Edesa, Siria.
   Su introducción en Roma coincide con la consagración del Panteón que el papa Bonifacio IV transformó en Panmartyrion en el año 610, puesto que sustituyó a todos los dioses paganos, cuyas estatuas ocupaban los nichos de la rotonda, por todos los mártires cristianos cuyas osamentas mandara  recoger en las catacumbas. Luego, a los mártires se sumaron los confesores.

   De acuerdo con una tradición popular recogida en la Leyenda Dorada, uno de los vigilantes de la basílica de San Pedro de Roma, que se había dormido durante el transcurso de una ronda nocturna, tuvo un sueño: vio al Rey de Reyes sentado en un trono, entre la Santísima Virgen y San Juan Bautista; hacia él se dirigía una innumerable multitud de mártires, guerreros, ermitaños y vírgenes. Dios ordenó al vigilante que dijera al papa que instituyese una fiesta en honor de todos los santos.
   En 835, el papa Gregorio IV transfirió la fiesta del Panteón, que tuviera lugar el 13 de mayo al 1 de noviembre, y decidió que esta fiesta, que en principio sólo se celebraba en Roma, fuera a partir de entonces una fiesta universal. De esa manera quería ofrecer u na reparación a los santos ultrajados en Oriente por los emperadores iconoclastas.
   El nuevo culto, que en Francia fue introducido por Ludovico Pío, está probado por la advocación de cierto número de abadías o de iglesias. La abadía de Toussaint, en Angers, en la actualidad está en ruinas. Además, pueden citarse la Allerheiligenkirche de Schaffouse, y la iglesia florentina de Ognissanti.
ICONOGRAFÍA   

   La iconografía de la fiesta de Todos los Santos de la Iglesia no es muy abundante, pero en cambio ha sido ilustrada por algunas obras de enorme im­portancia en la historia de la pintura , tales como el Políptico de la Adoración del Cordero Místico de Jan van Eyck y el retablo de la Santísima Trinidad de Albrecht   Durero.
   Las primeras representaciones de Todos los Santos se copiaron de la iconografía de los Veinticuatro ancianos del Apocalipsis reunidos alrededor del Cristo de la visión de san Juan.
   Pueden clasificarse en dos series, según los santos rodeen al Cordero Místico o a la Santísima Trinidad (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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Horario de apertura de la Iglesia de Omnium Sanctorum:
            Laborables (salvo Martes): de 10:00 a 13:00, y de 19:30 a 21:00
            Martes: de 20:00 a 21:00
            Domingos y Festivos: de 10:00 a 13:00

Horario de Misas de la Iglesia de Omnium Sanctorum:
             Laborables (salvo Martes): 19:30 (INVIERNO). 20:30 (VERANO)
             Martes: 20:00
             Domingos y Festivos: 10:30 y 12:00

Página web oficial de la Iglesia de Omnium Sanctorum: www.omniumsanctorum.org

La Iglesia de Omnium Sanctorum, al detalle:

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