Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Arco - Puerta de la Macarena, de Sevilla.
El Arco - Puerta de la Macarena [nº 52 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 68 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra al final de la calle San Luis, junto a la plaza de la Esperanza Macarena; en el Barrio de San Gil, del Distrito Casco Antiguo.
El Arco - Puerta de la Macarena corresponde al periodo almorávide de Sevilla, por lo que debió ser levantada en la última ampliación de la muralla en el siglo XII, aunque el historiador Santiago Montoto de Sedas sostiene que ésta es, según la tradición, la única puerta que se conserva de las que mandó construir Julio César en Hispalis.
En Sevilla, la puerta de la Macarena junto con la puerta de Córdoba son la dos que por suerte aún se pueden conjugar en presente, se encuentra ubicada en la confluencia entre la calle San Luis (antigua calzada romana de Hispalis según restos arqueológicos hallados en concreto el cardo máximo, eje norte sur de la ciudad pasaba justo por debajo de las casas que están frente a la Plaza del Pumarejo) y La Resolana. El estilo actual, tras muchas transformaciones se debe al arquitecto José Chamorro.
"Extremo serás del mundo, Sevilla, pues en ti vemos juntarse los dos extremos".
Esta inscripción se sitúa en la puerta norte de la muralla de la Macarena. En el tímpano de la puerta también se puede observar la imagen de la Virgen Macarena en azulejos pintados a mano con una leyenda que dice:
"Esperanza nuestra, Ella es Tabernáculo de Dios y Puerta del Cielo"
Flanqueado por los escudos de España, Sevilla y la Hermandad de la Macarena que fue fundada en 1595 por el gremio de hortelanos de la ciudad en el desaparecido convento de San Basilio, ubicado en el barrio de Feria y perteneciente a la parroquia de Omnium Sanctorum. En 1653 fue trasladada a la parroquia de San Gil. Finalmente, y tras la construcción a la basílica en 1949, su sede fue instaurada en ella. Realizó su primera salida procesional en 1615 y en la actualidad realiza su estación de penitencia durante la madrugada del Viernes Santo.
La puerta de la Macarena fue desde siempre uno de los arcos de entrada más importantes de todas las versiones de la ciudad de Sevilla. Este acceso era utilizado por los reyes de Castilla al entrar en Sevilla por primera vez, ante sus muros se levantaba un altar en el que realizaban su pleito homenaje, y tras lo cual les eran entregadas las llaves de la ciudad, y así lo hicieron Alfonso XI de Castilla (1327), Isabel I de Castilla (1477), Fernando II de Aragón (1508), Carlos I de España y su prometida Isabel de Portugal (1526), y por último Felipe IV (1624). Después de pasar por esta Puerta se procedía a la jura de los privilegios y se iniciaba el cortejo que con gran ceremonia recorría la prolongación del antiguo Cardo Maximus romano hasta el centro de Sevilla para después partir hasta el Alcázar Sevillano.
Existen diversas teorías acerca del origen etimológico del vocablo Macarena, y los historiadores nos ofrecen diversas teorías según sus investigaciones. Las propuestas más lejanas atribuyen a la palabra un origen griego, siendo vinculado al nombre de Macaria, hija de Hércules fundador de Sevilla.
También existe la hipótesis de su origen romano, concretamente de un patricio llamado Macarius, que habría tenido grandes propiedades en la zona. Esta aldea se asentó sobre las tierras de un patricio romano llamado Macarius y de ahí su nombre seguramente. Es decir, el nombre de la puerta proviene de lo que había afuera y por la cual siguiendo su camino de salida podíamos llegar.
Otras de las teorías, es que en época de al-Andalus, a varios kilómetros de la Bab-Al-Makrin nombre del Arco de la Macarena en Isbiliya, existía una aldea llamada Makrin y de ahí vendría el nombre de la puerta Macarena al referirse a unos de los destinos donde llevaría el camino que partía desde esta puerta. Según se cree esta aldea desapareció durante el asedio a la ciudad de Isbiliya el rey San Fernando en la reconquista de Sevilla.
La teoría que se considera más plausible quizás por su cercanía en el tiempo es la de su origen almohade, a través de una infanta mora que vivía junto a la muralla, o de un moro del mismo nombre, tal y como relata en 1587 el escritor Alonso Morgado en su Historia de Sevilla:
"Que la Puerta de la Macarena tomó su nombre de un Moro principal llamado Macarena, por quanto salía él por esta Puerta a una su heredad media legua de Sevilla, donde hasta oy permanece una Torrezilla llamada Macarena del nombre deste Moro, que la edificó en aquella su pertenencia. Y por la misma razón se llama oy también Collado de la Cabeça de Macarena, en el camino de la Rinconada, pueblo de aquel tiempo una legua de Sevilla"
El aspecto de la puerta de la Macarena, antigua puerta almorávide, puede deducirse de algunas referencias iconográficas y documentales que se conservan. Según la descripción hecha en 1535 por Luis de Peraza, debió ser una entrada con una fortificación muy importante, que contaba con un primer arco de acceso a la barbacana y, tras el camino de ronda de ésta, dos arcos más, uno a cada lado, con dos altas torres entre ellos y una robusta puerta intermedia que daba entrada a Sevilla.
Su estado de conservación debió ser muy deficiente. El primer informe sobre su construcción lo da el maestro mayor de obras de la ciudad Hernán Ruiz II en 1560 cuando dice que debe ser derribada para ser levantada de nuevo como otras tantas puertas de la muralla. Al año siguiente el Ayuntamiento hizo algunas mejoras en este tramo de torres y almenas de la Macarena, colocando además una placa con las armas del Rey Felipe II, como ya se había ordenado en el año anterior para las puertas principales.
En 1588 se acordó construir una garita para la guardia y unos meses más tarde Lorenzo de Oviedo llevó a cabo unas reformas para ensancharla, en las que probablemente el cuerpo bajo tomaría el aspecto que se conserva aún en la actualidad para esta Puerta, con un amplio arco con pilastras almohadilladas. En 1589 se hizo preciso reparar y luego sustituir las hojas de madera de la puerta, y en 1594 el maestro mayor de la ciudad informó sobre su estado de ruina y el peligro que entrañaba para sus usuarios.
La puerta de la Macarena actualmente aparece adosada por uno de sus lados a un amplio lienzo de muralla y barbacana que se extiende desde este punto hasta la siguiente entrada del recinto amurallado, y que también aún existe, la denominada Puerta de Córdoba (Isbilya).
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