Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle San Laureano, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy 4 de julio, se conmemora en la población de Vatan, cercana a Bourges, en Aquitania, actualmente Francia, San Laureano, mártir (s. III/IV) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy para ExplicArte la calle San Laureano, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle San Laureano es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en los Barrios del Museo, y de San Vicente, del Distrito Casco Antiguo, y va de la plaza de la Puerta Real, a la confluencia de la avenida Torneo, con las calles Liñán, y Marqués de Paradas.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si.
En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Al menos desde principios del s. XVI este lugar era conocido popularmente corno sitio de San Laureano, por el convento mercedario allí ubicado. Sin embargo la planimetría del XVIII y primera mitad del XIX no lo identifica toponímicamente, hasta que en 1868 figura corno calle de San Laureano en el plano de Álvarez-Benavides. Al parecer se conoció también en el pasado como barrio de los Gallegos, que taponaba la salida del arrabal de los Humeros, lleno de aguas sucias. Este espacio no se configuró corno calle hasta los años 60 del siglo pasado, en que se derriba la contigua Puerta Real y buena parte del lienzo de muralla, cuya desaparición posibilitó la ronda de circunvalación de la ciudad (v. Torneo). Entonces dejó de ser un lugar extramuros sucio y descuidado, como todos los espacios exteriores de las puertas de la ciudad, para convertirse en la prolongación formal de Alfonso XII. Es corta, bastante ancha y asciende en pendiente a modo de costanilla. Quizás por ello se recoge en documentos municipales como Rampa de la Puerta Real. Tiene pavimento asfáltico y aceras de losetas. Se ilumina con báculos metálicos adosados a las fachadas.
Las casas de la acera izquierda son todas de escalera, de tres plantas, construidas en la primera mitad de siglo, algunas recientemente reformadas en sus fachadas. Toda la acera derecha está ocupada por los restos del antiguo Convento de San Laureano, situado en un nivel más elevado que el resto de la calle y separado de ésta por un muro. Este edificio, construido sobre la antigua residencia de Hernando Colón, donde éste tenía su gran biblioteca, fue desde comienzos del XVI colegio e iglesia de mercedarios calzados. Allí estaban las imágenes del Santo Entierro y Nuestra Señora de Villaviciosa. Expulsados los frailes en 1810, bajo la dominación francesa, sufrió destrucciones e incendios que lo dejaron inservible para el culto. Más tarde fue presidio correccional de la ciudad, almacén, cine de verano, etc. En los años setenta de nuestro siglo se reutilizó su bello corral central con bares, tabernas y tiendas de novedades. En la actualidad se ubican en el mismo talleres artesanales de cerámica, carpintería, etc. Otras dependencias del edificio se usan como almacenes y talleres de automóviles. La calle cumple una función residencial, aunque en las proximidades de Marqués de Paradas hay algunos bares. Soporta el intenso tráfico rodado procedente del sector comercial de la ciudad hacia la zona de plaza de la Legión, y es por ello un espacio ruidoso e incómodo en las horas comerciales [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
San Laureano. Los únicos restos que subsisten del antiguo convento mercedario de San Laureano son la iglesia, de una sola nave dividida en tramos por pilastras, y algunas arcadas de un patio [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Laureano, mártir;
Santo cefalóforo (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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La calle San Laureano, al detalle:
El antiguo Convento de San Laureano
La Piedra Llorosa
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