Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Colegio de Nuestra Señora de la Piedad, Ermita de San Pedro, Poblado de San Antonio, Torre de Garci Méndez, y Castillo de Alcocer) de la localidad de El Carpio, en la provincia de Córdoba.
Como una suave pirámide blanca dominada por la torre de Garci Méndez, que se mira en las aguas del Guadalquivir. El Carpio es como una suave pirámide blanca dominada por la torre fundacional de Garci Méndez, que se mira en las serenas aguas de un Guadalquivir anchuroso y sin prisa. Las calles radiales escalan el cerro y van a desembocar en la meseta o plaza de La Constitución, luminoso e irregular recinto al que se asoman el castillo, la parroquia y el ayuntamiento.
Surge esta villa en el primer tercio del siglo XIV, en torno a su torre-fortaleza. La llamada Torre de Garci Méndez fue construida por el maestro Mahomat en 1325 y estuvo incorporada al antiguo castillo de los Sotomayor, señores de El Carpio. En 1486 se incorpora a los dominios de la Casa de Haro, por matrimonio de Beatriz de Sotomayor con Diego López de Haro, y en 1508 se constituyó en mayorazgo, heredado por Luis Méndez de Haro y Sotomayor, padre a su vez de Diego López de Haro, I marqués de El Carpio desde 1559. En el siglo XVII el marquesado pasó a la Casa de Alba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Como una suave pirámide blanca dominada por la torre de Garci Méndez, que se mira en las aguas del Guadalquivir. El Carpio es como una suave pirámide blanca dominada por la torre fundacional de Garci Méndez, que se mira en las serenas aguas de un Guadalquivir anchuroso y sin prisa. Las calles radiales escalan el cerro y van a desembocar en la meseta o plaza de La Constitución, luminoso e irregular recinto al que se asoman el castillo, la parroquia y el ayuntamiento.
Villa situada al este de la provincia junto al Guadalquivir.
Distancia a Córdoba: 30 Km.
Altitud: 138 m.
Extensión: 47 Km2
Habitantes: 4.477.
Gentilicio: Carpeños.
El Carpio surgió en el primer tercio del siglo XIV junto a la torre mandada construir por Garci Méndez de Sotomayor, descendiente de los conquistadores de estas tierras, quien trasladó al nuevo emplazamiento a los habitantes de la cercana fortaleza de Alcocer. Los Méndez de Sotomayor se vincularon en 1472 con la casa de Haro, que hizo de El Carpio en la Edad Moderna uno de los más importantes señoríos cordobeses; en 1549 alcanzó el rango de Marquesado, a cuya jurisdicción quedaron sometidas entre 1660 y 1747 las Siete Villas de los Pedroches. En 1688 la Casa de Haro se unió con la de Alba.
Oficina de Turismo de El Carpio
+34 957 180 565
https://www.ayunelcarpio.es (Diputación Provincial de Córdoba).Surge esta villa en el primer tercio del siglo XIV, en torno a su torre-fortaleza. La llamada Torre de Garci Méndez fue construida por el maestro Mahomat en 1325 y estuvo incorporada al antiguo castillo de los Sotomayor, señores de El Carpio. En 1486 se incorpora a los dominios de la Casa de Haro, por matrimonio de Beatriz de Sotomayor con Diego López de Haro, y en 1508 se constituyó en mayorazgo, heredado por Luis Méndez de Haro y Sotomayor, padre a su vez de Diego López de Haro, I marqués de El Carpio desde 1559. En el siglo XVII el marquesado pasó a la Casa de Alba (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.-
La fundación de esta iglesia tuvo lugar a comienzos del siglo XIV y se relaciona con la persona de Garci Méndez de Sotomayor, quien la construyó junto al castillo, poniéndola bajo la advocación de la Santísima Trinidad. Fue profundamente reformada en el siglo XVII por Juan Durillo y Juan Sequero, siguiendo las indicaciones dadas por Alonso Matías en torno a 1620; volvió a ser reformada en el siglo XVIII, primero por Lorenzo González, con proyecto de Francisco Hurtado Izquierdo y luego por un maestro anónimo. En el interior, la iglesia presenta planta rectangular, dividida en tres naves, crucero y triple cabecera plana, siendo de cañón la cubierta de la nave central y por aristas las laterales. Situada bajo la capilla mayor se conserva la cripta, construida en los años finales del siglo XVI y destinada a enterramiento de los señores de la Casa de El Carpio.
La fundación de esta iglesia tuvo lugar a comienzos del siglo XIV y se relaciona con la persona de Garci Méndez de Sotomayor, quien la construyó junto al castillo, poniéndola bajo la advocación de la Santísima Trinidad. Fue profundamente reformada en el siglo XVII por Juan Durillo y Juan Sequero, siguiendo las indicaciones dadas por Alonso Matías en torno a 1620; volvió a ser reformada en el siglo XVIII, primero por Lorenzo González, con proyecto de Francisco Hurtado Izquierdo y luego por un maestro anónimo. En el interior, la iglesia presenta planta rectangular, dividida en tres naves, crucero y triple cabecera plana, siendo de cañón la cubierta de la nave central y por aristas las laterales. Situada bajo la capilla mayor se conserva la cripta, construida en los años finales del siglo XVI y destinada a enterramiento de los señores de la Casa de El Carpio.
La capilla mayor tiene un retablo de comienzos del siglo XVIII, que sufrió importantes daños durante la guerra civil, siendo nuevos los estípites. La Asunción es una talla barroca de hacia 1700, traída en la posguerra y restaurada en 2005. El Ecce Homo fue realizado en 1937 por el imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo. El resto de la imaginería es devocional. Detrás del retablo se encuentra la interesante Capilla de las Reliquias, decorada con pinturas, en la que se guardan los bustos del Ecce Homo y la Dolorosa, obras del siglo XVIII adquiridas por el párroco Marcial Arias. Se muestran aquí las piezas de orfebrería, de las que merece citarse el ostensorio de Francisco Muñoz contrastado por Diego de Vega y realizado entre 1805 y 1813.
Los frentes de los brazos del crucero se adornan con dos bellos retablos de esquema similar, obras del siglo XVII; el de la izquierda guarda una imagen de San José, donada en 1940 para reemplazar a la desaparecida en 1936, y un lienzo de escasa calidad en el ático con la Aparición del Niño Jesús a San Antonio. El de la derecha tiene la Virgen de los Dolores, imagen realizada en 1947 por Antonio Castillo Lastrucci. En los testeros del crucero hay dos retablos recompuestos del XVIII, con las imágenes de la Inmaculada y el Corazón de Jesús, obras del escultor granadino Eduardo Espinosa Cuadros, de 1941.
En la nave de la izquierda está situada, en primer lugar, la capilla de Jesús Nazareno, hoy presidida por la Virgen de la Soledad, obra de Martínez Cerrillo restaurada en 1995 por González Jurado. Aquí está también, el Crucificado de la Misericordia, de pasta, y la Virgen de los Desamparados y San Juan, de Miguel Arjona Navarro, de 1993. La siguiente capilla es la de San Antonio, con retablo del XVII, que guarda las imágenes de vestir de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, realizado por Amadeo Ruiz Olmos en 1954, y María Santísima del Amor, por Luis Álvarez Duarte en 1994.
La última capilla de la izquierda es la del Sagrario, con portada barroca de finales del siglo XVIII, que fue de la Virgen del Rosario. Hoy la presiden Nuestro Padre Jesús Nazareno, de Antonio Castillo Lastrucci, fechado en el año 1943 y restaurado en 1994, y María Santísima Nazarena, obra anónima procedente del Colegio de la Piedad.
A los pies de la nave hay un cuadro que reproduce el Bautismo de Cristo, de Tintoretto, realizado por Rafael Díaz Peno hacia 1960. Delante está colocada la urna del Santo Entierro, obra del siglo XVII, reformada por Miguel Arjona en el año 1967, que según tradición sirvió para traer desde la Corte los restos de don Luis Méndez de Haro en 1661. El Cristo Yacente fue crucificado, tallado por Castillo Lastrucci en 1952 y convertido en yacente en 1967.
Las capillas que había en la nave derecha prácticamente han desaparecido, si bien una, dedicada ahora a la Virgen de Fátima, ha mantenido la portada y la otra, hoy cegada, se piensa recuperar. A los pies hay un altar dedicado a la Virgen de la Cabeza (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Construcción del siglo XV restaurada en 1955.
Planta de cruz latina con tres naves con cuatro áreas de medio punto con dovelas de piedra sobre columnas de piedra molinaza. Bóveda en el crucero por arista en naves laterales.
En la Sacristía se encuentra el antiguo Relicario de los duques de Alba, decorado con pintura barroca.
Cuenta con una cripta subterránea de estilo románico, datada en el siglo XV, bajo la zona de Sacristía y ábside, donde se encuentra el antiguo panteón de los Marqueses del Carpio y Duques de Alba.
Fachadas de piedra molinaza con verdugadas de ladrillo. Era de planta rectangular dividida en tres naves por medio de columnas que sostenían arcos con cabecera plana y capillas en ambos lados del presbiterio. Este primitivo núcleo muy deteriorado a fines del siglo XVI, sufrió importantes transformaciones en los siglos XVII y XVIII hasta alcanzar su aspecto actual. Se trata, pues, de una construcción realizada en mampostería, ladrillo y piedra molinaza, de tres naves, con cuatro tramos, crucero y cabecera rectangular. Arcos de medio punto sobre columnas toscanas soportan bóvedas de arista en las naves laterales y en los brazos del crucero; la nave central se cubre con bóveda de cañón, mientras el crucero lo hace con cúpula con tambor sobre pechinas; éstas decoradas con los escudos de los marqueses de El Carpio. Muy interesante es la Cripta, situada bajo la capilla mayor, realizada para enterramiento de los Señores de El Carpio. Parece ser que fue construida a finales del siglo XVI por don Diego López de Haro, tercer de El Carpio. El exterior de la parroquia es muy sobrio destacando las dos portadas situadas en los lados norte y sur respectivamente. La torre ubicada al sureste de la cabecera está realizada en piedra y ladrillo y es de planta cuadrangular.
El núcleo original correspondía a la primitiva iglesia mudéjar de la Santísima Trinidad, fundada por Garci Méndez de Sotomayor. La referencia más antigua data de1360 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La Iglesia de la Asunción es un templo renacentista construido a partir de 1622.
Consta de tres naves separadas por dovelados arcos de medio punto que apoyan en columnas toscanas.
Conserva el templo dos retablos gemelos del XVII, dedicados a San José y a la Virgen de los Dolores, mientras que el mayor y los de los brazos del crucero son dieciochescos.
Entre las capillas destaca por sus dimensiones la dedicada hoy a Jesús Nazareno, añadida en el XVIII. La actual sacristía, antiguo relicario, muestra decoración mural de motivos grutescos, mientras que en su bóveda ostenta pinturas al fresco con ángeles.
Pero sin duda lo más peculiar de esta iglesia es la cripta funeraria que, siguiendo una disposición similar, se extiende bajo la cabecera, a base de sólidos pilares y rebajados arcos, todo ello en rojiza piedra molinaza (Diputación Provincial de Córdoba).
Colegio de Nuestra Señora de la Piedad.-
El colegio de Nuestra Señora de la Piedad, impulsado por Francisco María Obrero a comienzos del Setecientos, se consolidó gracias al obispo don Martín de Barcia en 1760. Servido por las Hijas del Patrocinio de María, la comunidad ha clausurado recientemente la institución. Tenía algunas piezas interesantes de orfebrería de los siglos XVII y XVIII, entre ellas un ostensorio de Damián de Castro, de hacia 1760 (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Ermita de San Pedro.-
En la ermita extramuros dedicada a San Pedro se venera al Ecce Homo, patrono de la villa, talla en madera policromada realizada en 1944 por el imaginero granadino Eduardo Espinosa Cuadros, que fue costeada por dos vecinos para sustituir al perdido en la guerra civil (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
En la ermita extramuros dedicada a San Pedro se venera al Ecce Homo, patrono de la villa, talla en madera policromada realizada en 1944 por el imaginero granadino Eduardo Espinosa Cuadros, que fue costeada por dos vecinos para sustituir al perdido en la guerra civil (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Está situada fuera de la población en un lugar que desde antiguo se conocía como pago de huertas, en la margen izquierda del Guadalquivir. Es una construcción de ladrillo, con planta y presbiterio rectangular. La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos, dividida en cinco tramos por los correspondientes arcos fajones, apoyados en pilastras; la cabecera se cubre con cúpula sobre pechinas. La decoración de la nave es a base de yeserías geométricas muy planas.
La portada principal a los pies, en piedra, está formada por una arco de medio punto. Le precede un pórtico constituido por dos arcos de medio punto que descansan sobre una columna central. Sobre la portada se alza una sencilla espadaña de dos cuerpos. La nave, al exterior, manifiesta unos contrafuertes, lo que permite considerar la construcción como fechable en el siglo XV, siendo de época barroca toda la decoración de la nave y espadaña. En su interior se venera la imagen del patrón de El Carpio, obra donada en 1944.
La Ermita actual se levanta sobre el solar que ocupó otra, posiblemente datada en el siglo XV, la cual se edificó durante el siglo XVIII y en ella se veneró siempre una imagen de Ecce Homo, aunque la actual, que se encuentra en la parroquia es de reciente factura (1944).
La celebración se lleva a cabo del 18 de abril al 2 de mayo, días en que se realiza el quinario al Ecce Homo. Tras él se sube al pueblo en procesión y día 3 del mismo mes se baja en romería a la explanada que hay ante la ermita (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Poblado de San Antonio.- A pocos kilómetros de la villa se encuentra el poblado de San Antonio, cuya ermita está presidida por una bella imagen de San Antonio, de madera tallada y policromada, obra personal de Félix Granda, que hoy se guarda en la parroquia, a la espera de restauración (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Un rectángulo simple con un eje longitudinal y varios transversales, más el camino de ronda, organizan este pequeño poblado que minimiza su lenguaje de plaza o elementos destacados, con una iglesia sencilla de altura doméstica y aire muy rural. Con la misma geometría rectangular se componen las viviendas, pareadas, que dejan espacio para jardín o huerta en el resto de parcela.
El atractivo enclave y su proximidad a la autovía está alterando el carácter del poblado al estar sustituyéndose su tipología inicial por poblado-dormitorio de la capital y transformándose radicalmente su arquitectura, aumentando la altura y creciendo el trazado original (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Torre de Garci Méndez.-
La Torre de Garcí Méndez es un torreón mudéjar de planta rectangular de 16,60 x 11,25 mts. en planta y una altura de 24,75 mts.
La Torre de Garcí Méndez es un torreón mudéjar de planta rectangular de 16,60 x 11,25 mts. en planta y una altura de 24,75 mts.
Está formada por dos cuerpos adosados. Uno de ellos alberga la rampa de escaleras, de similares características a la de la Giralda de Sevilla. En el otro se disponen tres estancias abovedadas superpuestas, que muestran una mayor riqueza decorativa a mayor altura; la planta tercera, la de mayor riqueza ornamental, era la sala áulica. El acceso al interior se realiza por una portada adintelada situada en el centro. Sus muros tienen un grosor de 2,60 metros y son de tapial combinado con fábrica de ladrillo en esquinas, remates y huecos.
Ambos cuerpos se rematan en una terraza común, que queda rematada en sus cuatro ángulos con torreones sostenidos en piedra molinaza. Al exterior presenta un hueco por cara en las dos plantas inferiores, además de algunas aspilleras. En la tercera, aparece un matacán en cada cara, flanqueado por aspilleras o huecos mayores de diferente tipología.
La torre permaneció cerrada durante mucho tiempo, hasta que en 1995, cuando su propietaria, la duquesa de Alba, donó por 30 años su usufructo al Ayuntamiento. Desde entonces, se han llevado a cabo varias intervenciones para su restauración. En 2003, se llevaron a cabo tareas de restauración, limpieza y consolidación de las fábricas al exterior. En 2008, se terminaron las últimas obras de intervención, estas centradas en el acondicionamiento interior de la torre para su uso como museo.
Esta torre fue mandada construir por el Garci Méndez de Sotomayor, y fue levantada por el maestre Mahomar en 1325, según reza la lápida de alabastro que estuvo empotrada en los muros de la torre y que hoy se guarda en el palacio de Dueñas en Sevilla, y fue concebida con fines bélicos. Constituyó el punto de origen de la actual localidad de El Carpio, pues actuó como foco de atención de los pobladores de la primitiva población, que estaba establecida en torno a la fortaleza de Alcocer.
La torre formaba parte de una fortaleza, el Castillo de los Sotomayor, señores de El Carpio, de la que hoy no queda rastro más allá de la torre. En la capilla de la fortaleza, muy rica en ornamentos religiosos, se celebró el enlace de don Gonzalo Fernández de Córdoba, caballero de noble alcurnia gallega de la primera y principal casa de la Ciudad de Córdoba y Doña María de Sotomayor, hija de Garci Méndez de Sotomayor y Doña María de Figueroa, señores de El Carpio (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La Torre mudéjar, llamada de Garcí – Méndez, fue terminada en el año 1325 por el alarife Mohamad.
Tiene planta rectangular, y en su interior se superponen tres cámaras abovedadas, entre las que destaca como más noble la superior, cubierta por una cúpula semiesférica.
Información de Visitas y Horarios:
Las visitas se pueden realizar bajo petición telefónica en: +34 957 180 565 / 663 790 995
El horario de las mismas es de Miércoles a Domingo, de 10,00 h. a 14,00 h. (Diputación Provincial de Córdoba).
Castillo de Alcocer.- Es muy poco lo que se conserva de la fortaleza de al-Qusayr. En el lado este y en dirección norte, a entre siete y diez metros de la cima del cerro donde se asienta, se observa la existencia de un muro de guijarros y grandes cantos rodados de cuarcita trabados por mortero que rodea una parte del montículo en una longitud visible de aproximadamente once metros. Quizás se trate, como indica J. L. del Pino García, de estructuras anteriores a la época musulmana. Sí pertenecen a la etapa islámica los lienzos de muralla conservados en la parte NE del cerro, ya que presentan características similares a otros recintos fortificados de la época. Estos lienzos están hechos de tapial, es decir, a base de encofrados hechos con tapiales o cajones de madera que son rellenados sucesivamente con una argamasa o mezcla de cal, arena, cantos rodados, cerámica y mampuestos. De los dos muros conservados, ninguno presenta restos de enlucido, aunque es muy probable que en la época fuesen revestidos con esta técnica para su embellecimiento, pues se trata de un emplazamiento relativamente importante, residencial, y al mismo tiempo así se protegería de la erosión ocasionada por los agentes meteorológicos. Asimismo, en el lugar se aprecian restos de placas de cerámica decoradas con la técnica del vidriado (verde-manganeso, vedrío verde, etc.) que pudieron servir para decorar algunas estancias de la fortificación, lo que nos da idea de su especial relevancia estética con respecto a otros asentamientos menores del entorno.
El muro mayor, situado al norte, tiene una altura de unos 6 metros y una extensión aproximada de 17 metros con una anchura difícil de precisar a causa de la maleza existente en el lugar. La distancia entre las tabicas o mechinales es de unos 50 centímetros de largo y 75 u 80 de alto. El número de tongadas por encofrado se sitúa aproximadamente en quince y el ancho de las mismas en 5 ó 6 centímetros, medidas que se aprecian también en el muro oriental, aunque éste conserva una altura aproximada de 3 metros y una extensión de unos 10. Es posible que, como señala Nieto Cumplido, el tapial, al menos en algunos puntos, descansase sobre un basamento de sillares reutilizados y tomados, tal vez, del yacimiento romano existente bajo la fortificación. Sin embargo, tras observar varios de estos sillares que aún hoy se pueden ver en la cara Noroeste de la fortificación, no existe seguridad de que hayan servido de asiento a los muros de la fortificación islámica, pues no se aprecia tapial por encima de estos bloques de cantería.
Aparte de solar de una fortaleza y una comunidad islámica y bajomedieval cristiana, Alcocer o la Ermita de San Pedro de El Carpio es un lugar ocupado al menos en tres momentos históricos anteriores: la Edad del Bronce, la etapa íbero-turdetana y la época romana. Todos estos asentamientos tuvieron lugar en el emplazamiento mismo que ocupa la fortificación. En cambio, la aldea aneja a la fortificación medieval (una probable alquería islámica y luego la aldea cristiana de Alcoçer) se ubicó algo más al noroeste del bastión defensivo, ya fuera de sus muros, como se aprecia en superficie por las múltiples cerámicas "medievales prácticamente de forma exclusiva (vidriadas, verde- manganeso, comunes, a la almagra, etc.)- que se hallan dispersas por esa zona.
El nombre de al-Qusayr, diminutivo de al-Qasr y del que deriva el de Alcocer y Alcázar, hace alusión en lengua árabe a un palacete o una fortificación pequeña, y sin duda a la población que existía al amparo de esa construcción. La noticia más antigua sobre esta población la debemos al historiador árabe al-Idr"s", quien en su estudio del río Guadalquivir (de hacia 1154) donde menciona las villas y lugares por donde éste pasa señala "que sale de un estanque formado por la reunión de las aguas en el seno de la montaña y que dirigiéndose al monte de Nochenda pasa por Úbeda, después Baeza y por las inmediaciones del Fuerte de Andújar; pasa por Cántara (Montoro) y se dirige a Alcoçer, situada en la margen izquierda de este río, pasando después por el puente de Extesán y Córdoba". Al-Qusayr pertenecía a la cora de Córdoba y es citada en el siglo XII como uno de los distritos en que se dividía el reino de Córdoba, distrito que pudo estar formado por los territorios actuales de El Carpio y Montoro, lo que nos da idea de su relativa importancia en las últimas etapas de dominio islámico.
Estas tierras eran surcadas por la antigua Vía Augusta romana, ahora llamada al-Rasif y ruta principal por el lado sur del Guadalquivir durante la etapa islámica. Al-Qusayr era un pequeño castillo, el segundo que se encontraban los viajeros "después de Alcolea (al-Qulaya)- cuando salían de Córdoba, construido probablemente para la defensa de este camino, que sería conocido en el siglo XIII como carrera de Andújar. Por este lugar pasó el emir al-Muminin Abu Yaqub en 1171-72 cuando se dirigía hacia Huete.
El castillo y villa de Alcocer o Alcázar fueron conquistados, junto a otros enclaves como Almodóvar, Hornachuelos, Castro del Río y Montoro, por Fernando III en 1240, siendo donados por este rey el 20 de febrero de 1245 al concejo o ciudad de Córdoba con los términos que tenía en época musulmana, entre los que estarían los de la aldea o villar con iglesia parroquial de La Parrilla de Alcocer. Según indica Nieto Cumplido, en el Libro de Diezmos de Donadíos de la Catedral de Córdoba el lugar aparece mencionado en todas las copias existentes como Alcázar, añadiendo la copia de Pedro Díaz de Rivas "en el alcázar del Carpio". La donación efectuada por Fernando III en este lugar, según recoge el mencionado libro, fue de un total de 30 yugadas de tierra (1.080 fanegas) y recayó sobre la familia Meléndez (o Méndez) y en Ovieco García, participante éste último también en el repartimiento de Sevilla. A cada uno correspondieron cinco yugadas (180 fanegas).
En el donadío se incluyeron las viñas y los higuerales que en él existían. Hacia 1340 un manuscrito del mismo libro alude a la construcción en 1325 de la torre que daría lugar a El Carpio e indica igualmente que el donadío de Alcázar estaba ya exclusivamente en manos de la familia Meléndez, concretamente de Garci Meléndez o Garci Méndez de Sotomayor, fundador de esa torre y casado con Urraca Alfonso, nieta del alguacil mayor de Córdoba don Alfonso Fernández.
Desde el punto de vista espiritual, se sabe que en 1260 el obispo de Córdoba don Fernando de Mesa crea en Alcocer una limitación o parroquia rural, asignándole jurisdicción sobre "la Figuera et las casas de don García sobrino de Ivánnes Gómez et de sus annados los fjos de Martín Pérez de Almaçán et las casas de don Matheo de Gálves". Por consiguiente, el castillo y la villa de Alcocer parecían en principio destinados a ser cabecera de comarca y plaza fuerte de la Campiña, al estilo de Cañete. Sin embargo, con la fundación y repoblación de El Carpio en el segundo cuarto del siglo XIV debió de sufrir un traslado poblacional de cierta importancia, favorecido por la nueva fortaleza construida por Garci Méndez de Sotomayor en 1325. No consta que Alcocer pagara tercias reales en los siglos XV y XVI, mientras que sí lo hacía El Carpio, ni tampoco consta en la relación de iglesias pertenecientes al arcedianato de Córdoba ya en los Estatutos de Fresneda (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Más sobre la provincia de Córdoba, en ExplicArte Sevilla.
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