Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la pintura "Santos Pablo Miki y compañeros mártires", anónima, en la Iglesia del Convento de Santa María de Jesús, de Sevilla.
Hoy, 6 de febrero, Memoria de los Santos Pablo Miki y compañeros (Juan de Goto Soan, Jacobo Kisai, religiosos de la Orden de de la Compañía de Jesús; Pedro Bautista Blásquez, Martín de la Ascención Aguirre, Francisco Blanco, presbíteros de la Orden de Hermanos Menores; Felipe de Jesús de Las Casas, Gonzalo García, Francisco de San Miguel de la Parrilla, religiosos de la misma Orden; León Karasuma, Pedro Sukeiro, Cosme Takeya, Pablo Ibaraki, Tomás Dangi, Pablo Suzuki, catequistas; Luis Ibaraki, Antonio, Miguel Kozaki y su hijo Tomás, Buenaventura, Gabriel, Juan Kinuya, Matías, Francisco de Meako, Joaquim Sakakibara y Francisco Adaucto, neófitos), mártires en Nagasaki, ciudad de Japón. Allí, declarada una persecución contra los cristianos, fueron apresados, duramente maltratados y, finalmente, condenados a muerte ocho presbíteros o religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús y de la Orden de los Hermanos Menores, procedentes de Europa o nacidos en Japón, junto con diecisiete laicos. Todos ellos, incluso los adolescentes, por ser cristianos fueron clavados cruelmente en cruces, mas manifestaron su alegría al haber merecido morir como murió Cristo (1597) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy para ExplicArte la pintura "Santos Pablo Miki y compañeros mártires", anónima, en la Iglesia del Convento de Santa María de Jesús, de Sevilla.
El Convento de Santa María de Jesús, se encuentra en la calle Águilas, 22; en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo.
El Convento de Santa María de Jesús, se encuentra en la calle Águilas, 22; en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo.
En el muro que separa el coro de la nave de la iglesia encontramos un óleo sobre lienzo (0,95 x 1,45 m.) que representa a los Santos Pablo Miki y compañeros mártires, los Mártires del Japón. Pintura tenebrista, representa una serie de mártires sufriendo el martirio de la cruz. En la parte inferior presenta una cartela con el nombre de los mártires en latín, y con la explicación de quienes fueron. Mártires de la Compañía de Jesús junto con diecisiete mártires de la Orden seráfica en estado secular, y seis religiosos profesos de la Primera Orden, declarados Santos por Urbano VIII.
Es una obra anónima del siglo XVII perteneciente a la escuela sevillana, se centra en los mártires pertenecientes a la Orden Tercera de san Francisco, que debió encargar la obra, según se puede constatar por los ropajes, por las cartelas identificativas en la significativa ausencia de los jesuitas y en la presencia de las siglas V.O.T. que aparece en la parte posterior del cuadro. Debió formar parte de una serie que incluía otro lienzo conservado en el mismo convento de franciscanas de Santa maría de Jesús, obra que representa la aprobación de la rama femenina de Santa Clara y que tiene el mismo formato y el mismo tipo de inscripción que el lienzo de los mártires. El autor de la obra muestra discretas dotes artísticas, centrándose en los rasgos de los mártires del primer plano, Miguel Cosaquín y su hijo Tomás, siendo el resto una repetición de rostros que siguen numerosos grabados sobre el martirio que se realizaron en la época. Esa falta de realismo se constata en los rasgos de los aludidos que, aún siendo de origen japonés, muestras facciones y estética occidental (Gloria Centeno, Monasterio de Santa María de Jesús. Ediciones Guadalquivir, Sevilla. 1996).
Es una obra anónima del siglo XVII perteneciente a la escuela sevillana, se centra en los mártires pertenecientes a la Orden Tercera de san Francisco, que debió encargar la obra, según se puede constatar por los ropajes, por las cartelas identificativas en la significativa ausencia de los jesuitas y en la presencia de las siglas V.O.T. que aparece en la parte posterior del cuadro. Debió formar parte de una serie que incluía otro lienzo conservado en el mismo convento de franciscanas de Santa maría de Jesús, obra que representa la aprobación de la rama femenina de Santa Clara y que tiene el mismo formato y el mismo tipo de inscripción que el lienzo de los mártires. El autor de la obra muestra discretas dotes artísticas, centrándose en los rasgos de los mártires del primer plano, Miguel Cosaquín y su hijo Tomás, siendo el resto una repetición de rostros que siguen numerosos grabados sobre el martirio que se realizaron en la época. Esa falta de realismo se constata en los rasgos de los aludidos que, aún siendo de origen japonés, muestras facciones y estética occidental (Gloria Centeno, Monasterio de Santa María de Jesús. Ediciones Guadalquivir, Sevilla. 1996).
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