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lunes, 6 de abril de 2020

El Convento de las Mercedarias de San José


      Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Convento de las Mercedarias de San José, de Sevilla.   
   Hoy, 6 de abril, es el aniversario de la fundación (6 de abril de 1625) del Convento de las Mercedarias de San José, así que hoy es el mejor día para ExplicArte el Convento de las Mercedarias de San José, de Sevilla.
   El Convento de las Mercedarias de San José, se encuentra en la plaza de las Mercedarias, 6 (tiene otro acceso, al colegio, por la calle Levíes, 21); en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo.
   Entre Levíes y la Plaza de las Mercedarias. Dos nombres que definen una zona de la ciudad. El antiguo apellido judío y el nombre de la orden que desde la Edad Media redimió a los cautivos. Un convento hoy conocido por su función educativa que se sitúa en pleno centro de la antigua judería sevillana, la ciudad dentro de la ciudad que superó ataques y asaltos como el de 1391; que conoció momentos de cierta convivencia y que sucumbió definitivamente con la expulsión de la comunidad judía en 1492. Quedó su urbanismo de calles irregulares, propio de la Sevilla medieval, con progresiva cristianización de los solares de sus antiguas sinagogas (convento de Madre de Dios, parroquia de San Bartolomé, Santa María la Blanca o la antigua iglesia de Santa Cruz). Un rincón donde perviven las mercedarias, rama femenina de la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos, más conocida como Orden de la Merced (Ordo Beatae Mariae Virginis de Redemptione Captivorum).
   Fue fundada en 1218 para la redención de los cristianos cautivos en manos de musulmanes por San Pedro Nolasco, joven mercader de telas barcelonés que tuvo especial dedicación a la compra y rescate de cautivos en manos musulmanes. Su biografía refiere la aparición milagrosa de la Virgen María en la noche del 1 de agosto de 1218, dándole el mandato de fundar la orden religiosa de la Merced para la redención de cautivos. Protegida por la casa Real de Aragón y especialmente por el rey Jaime I, que le daría las barras del Reino y la corona real al escudo, la orden se instituiría en la catedral de Barcelona con la bendición del obispo Berenguer de Palou, que añadió al escudo de la nueva institución la cruz blanca, símbolo de la citada catedral. Es el origen de una orden y una advocación mariana que se expandió rápidamente por todo el mundo, de hecho, la historiografía tradicional sitúa el primer convento mercedario masculino en Sevilla en los momentos posteriores a la reconquista de la ciudad en 1248, convento conservado en la actualidad con numerosas reformas posteriores como Museo de Bellas Artes.

   La Orden Mercedaria fue aprobada por el Vaticano en 1265, con especial dedicación a la “merced” (una buena acción que se realiza sin esperar nada a cambio), llegando a cambiar muchos de sus miembros sus propias vidas por la de presos y esclavos. La rama femenina nacería pronto, hacia el año 1265, organizada por María de Santa Cervelló. Unidos al proceso de reconquista y repoblación de la Península, tomaron a la Virgen María como patrona, presidiendo siempre una imagen de la Virgen de la Merced los coros de los cenobios mercedarios. La orden fue definitivamente aprobada por el papa Gregorio IX el 17 de enero de 1235.
   A comienzos del siglo XVII (1603), en la madrileña capilla de Nuestra Señora de los Remedios, cuatro frailes iniciaron el camino de la reforma, cambiando el tejido de su hábito y sus zapatos por unas sandalias. Era el inicio de la que será rama de la Merced Descalza, cuyo reformador fue fray Juan González de San Juan Bautista o del Santísimo Sacramento, llegando la reforma rápidamente a las cercanías de Sevilla, al convento de El Viso del Alcor. También la rama femenina tendrá sus conventos de descalzas como el de Lora del Río (1617) o el de Fuentes de Andalucía, precisamente los conventos de los que procederían las primeras moradoras del convento sevillano de San José.
   En la historia de la orden, las últimas redenciones de cautivos se produjeron en el siglo XIX, redefiniéndose las reglas con la restauración de la orden en 1880 por el maestro general Pedro Armengol Valenzuela. Desde entonces se orientó su acción hacia el ámbito educativo y el misionero, buscando  luchar contra “las nuevas formas de cautividad”, elemento propio del llamado cuarto voto mercedario.
   En Sevilla llegó a tener hasta cinco sedes, tres masculinas y dos femeninas. Fundaciones masculinas fueron el titulado convento de Nuestra Señora de la Merced (que funcionó como Casa Grande de la orden, actual Museo de Bellas Artes), el llamado colegio de San Laureano (en la zona de la Puerta Real), hoy adaptado a uso residencial y con iglesia en estado de abandono) y el convento de mercedarios descalzos de San José (en la calle de su nombre, hoy se conserva la iglesia como sede del Opus Dei). En la actualidad los mercedarios tienen su sede en la iglesia de San Gregorio, antiguo colegio jesuita situado en la calle Alfonso XI. La rama femenina de la orden se asentó en el convento de la Asunción (originalmente en la plaza del Museo, hoy en la calle Guadalquivir) y en el convento que nos ocupa.

   La fundación del convento de San José por la comunidad de madres mercedarias, data del día 6 de abril del año 1625, siendo su fundadora doña Lucía de Uturbia, que elegiría a las mercedarias descalzas para poblar un cenobio que originalmente se situó en Santa María la Blanca, en la plaza llamada entonces del Marqués de Villamanrique. En 1626 pasaría a la collación de San Esteban, llegando a su ubicación actual, junto al palacio de Miguel de Mañara, el día de San Andrés de 1633. Algunos autores piensan que la comunidad ocupó en aquel traslado el terreno del antiguo palacio del marqués de Villanueva del Río, que daba nombre entonces a la antigua plaza de San Bartolomé y que acabaría siendo conocida como Mercedarias en alusión a la nueva comunidad. En la fundación del convento apenas hubo dificultades por el gran apoyo recibido por el arzobispo, Luis Fernández de Córdoba. Junto a la fundadora, las primeras monjas de la nueva fundación llegaron de Fuentes de Andalucía y de Lora del Río.
   En la historia de la comunidad fue especialmente difícil el siglo XIX, periodo en el que se conocieron dos exclaustraciones de las monjas. La primera obligó al traslado de la comunidad al convento de Santa María de los Reyes (en la actual calle Santiago, hoy sala de exposiciones de la Junta de Andalucía), volviendo la comunidad el 6 de junio de 1831. La segunda exclaustración se produjo durante los sucesos revolucionarios de septiembre de 1868, regresando de nuevo en 1874. En los disturbios y el asalto al convento de 1868 se perdió el retablo mayor, obra de notable interés que había dorado y estofado el pintor Juan de Valdés Leal. La otra gran calamidad en la historia del convento se produjo en la noche del 18 de julio de 1936, cuando el edificio fue incendiado por grupos revolucionarios, en una noche negra para el patrimonio sevillano en la que ardieron numerosas iglesias y algunos recintos conventuales como el vecino de las Salesas. El incendio supuso la práctica destrucción del edificio y la pérdida de notables obras de arte como un retablo barroco con un lienzo de la Virgen de la Soledad y cartelas de la Pasión de Cristo, las yeserías de la capilla sacramental o tallas como la del Cristo de la Misericordia, crucificado realizado en el siglo XVI que estaba flanqueado por las efigies de San Juan y de Santa María del Socorro, de la misma época. Durante el tiempo que duraron las obras de restauración las monjas mercedarias fueron acogidas en el convento de franciscanas de Santa Inés.

   La nueva orientación de la comunidad llegó en 1966, cuando la comunidad abrió una pequeña escuela para párvulos, cuatro clases a cargo exclusivo de religiosas. La gran aceptación en el barrio supuso la progresiva implantación de unidades, llegándose en 1975 a la autorización definitiva para cuatro unidades de preescolar y los ocho cursos de la EGB. Tras la implantación de la LOGSE el centro consigue en 1996 ampliar el ámbito de sus estudios hasta la secundaria obligatoria, estudios que mantiene en la actualidad junto a una unidad de apoyo a la integración. En el ideario actual de la comunidad se mantiene la idea de la lucha contra la esclavitud, entendida en un amplio sentido actual de la lucha contra la ignorancia y la falta de libertades de niños y jóvenes, por lo que su atención incide especialmente en atender a alumnos desfavorecidos y con necesidades educativas especiales, formando íntegramente a personas con ideales cristianos.
   Las vicisitudes históricas y los cambios funcionales del edificio han conllevado el mantenimiento de un escaso patrimonio histórico en detrimento de la funcionalidad. Es el convento  de San José el de menor extensión de todos los conventos sevillanos, incluyendo todas las estancias colegiales, lo cual habla de la modestia del edificio. Su sencilla iglesia corresponde al momento de fundación del convento, una edificación de planta basilical con una sola nave. La bóveda de cañón que recubre el templo es una creación moderna, del momento de la reconstrucción del edificio en los años cuarenta tras el incendio de 1936. El presbiterio presentaba  originalmente una bóveda semiesférica que posteriormente se tapó con un techo raso. La adaptación a un terreno irregular conlleva que no siga el modelo habitual de los conventos sevillanos, ya que el coro bajo (también usado como lugar de enterramiento) se sitúa en el muro derecho y la capilla sacramental, obra del siglo XVIII, en el muro izquierdo. Las necesidades educativas actuales del convento hacen que incluso se puedan alterar  el uso de estas estancias. En el muro, sin el cancel de madera habitual en otras iglesias conventuales, se abre la sencilla portada de acceso lateral al templo, posiblemente la original por sus austeras ménsulas protobarrocas y con un retablo de azulejos moderno que representa a la Virgen de la Merced. Comunica con la plaza donde antaño estuvo la conocida como pila del pato, sustituida posteriormente por una cruz de forja.

   El interior de la iglesia es de gran sencillez, llamando la atención la desnudez de sus muros y la inexistencia de retablo mayor. Conserva la imagen de la Virgen de la Merced, que preside el presbiterio en una sencilla hornacina sobre el muro. Es talla del siglo XVIII, muy reformado en intervenciones posteriores, situada sobre un simple pedestal de mármol rojo. Tras la pérdida del retablo original en la Revolución de 1868, la iglesia estuvo presidida por otra obra más modesta en la que situaban piezas barrocas del siglo XVII de diferente calidad que representaban a San José, a la Virgen de la Merced y a San Pedro Nolasco, desapareciendo todas en el incendio de 1936. Se conserva una talla de la Inmaculada de la primera mitad del siglo XVIII situada en la capilla sacramental. La otra talla de interés de la iglesia es la dolorosa también advocada de la Merced, antigua titular de la hermandad de Pasión, que fue sustituida por la actual de Sebastián Santos, y que pudo ser en su origen la talla de una santa que se remodeló para su transformación en Dolorosa. De autoría anónima, quizás datable hacia 1800, fue adquirida en 1842 por un grupo de hermanos de la hermandad de Pasión, pasando a ser la nueva titular de la cofradía en su nueva andadura en la desaparecida parroquial de San Miguel. Recibió culto como tal hasta su sustitución por la talla de Sebastián Santos, llegando al convento mercedario en 1966. En el año 2011 ha procesionado de forma extraordinaria por las calles de la feligresía.
   En los blancos muros de la iglesia mercedaria destaca un lienzo con el tema de la Circuncisión, del siglo XVII, y algunos lienzos del siglo XVIII. Especialmente reseñable es la pintura que representa a Jesús como Buen Pastor, enmarcada en un barroco marco de profusa decoración rocalla. También hay lienzos del siglo XVIII en el coro bajo, con representaciones de santos mercedarios como San Roberto Belarmino o San Pedro Nolasco. La planta de la iglesia fue alterada en la restauración posterior a su incendio, situándose a los pies una pequeña sacristía con una tribuna que puede realizar la función de pequeño coro alto.
   La antigua clausura conventual se encuentra reducida al claustro conventual, trazado en paralelo a la iglesia, y a algunas dependencias anexas. El reformado claustro presenta planta cuadrada y dos pisos, con arcos de medio punto en el cuerpo superior y muros tabicados en el cuerpo inferior. El cuerpo bajo del claustro acoge el refectorio de las monjas, uno de los pocos espacios tradicionales que se conservan como tales. También se sitúan en esta zona la modesta sala capitular, la sala de labor baja, el despacho de la priora y algunas celdas. Por la escalera principal se accede a la planta alta, donde se sitúan el resto de los dormitorios de las hermanas. En esta planta también se sitúa la ropería, en un espacio sobre el antecoro, así como la llamada sala de labor alta, en el otro extremo del claustro. En esta estancia cuelgan diversos lienzos barrocos como un cuadro de San Juan Bautista de finales del siglo XVII y otro que representa la Adoración de los Pastores, ya del siglo XVIII. En la escalera principal destaca un lienzo de la Virgen de la Merced representada como Mater Misericordia, pieza de finales del siglo XVII, además de un cuadro de la Beata Mariana de Jesús de finales del siglo XVIII según atestigua la firma y rúbrica parcial que conserva. Se conserva un pequeño patio contiguo al claustro donde se sitúa un retablo de azulejos del siglo XVIII que representa a la Sagrada Familia, formando parte de una fuente muy reformada posteriormente.

   El resto de dependencias del edificio ha sido adaptado para la función educativa por lo que son difícilmente reconocibles otras salas habituales en los conventos, sustituidas hoy por aulas, salas de profesores, despachos o patios de recreo. En la sencillez exterior del edificio destaca una imagen barroca de San José realizada en mármol que se sitúa en la entrada al edificio por la calle Levíes y que puede fecharse en el siglo XVIII (Manuel Jesús Roldán, Conventos de Sevilla, Almuzara, 2011).
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Horario de apertura del Convento de las Mercedarias de San José:
           Ver Horario de misas.

Horario de misas del Convento de las Mercedarias de San José:
     Lunes a Viernes: 09:10
     Domingos y festivos: 13:00

Página web oficial del Convento de las Mercedarias de San José:  www.sanjosemercedarias.es/datos-historicos/

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