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sábado, 25 de abril de 2020

Un paseo por la plaza de América, en el Parque de María Luisa


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Plaza de España, en el Parque de María Luisa, de Sevilla.
   Hoy, 25 de abril, es el aniversario de la inauguración de la Plaza de América (25 de abril de 1916), así que hoy es el mejor día para ExplicArte la Plaza de América, en el Parque de María Luisa, de Sevilla.
   La plaza de América [nº 65 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 2 en el plano oficial del Parque de María Luisa], es en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Parque de María Luisa [nº 64 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla]; en el Barrio de El Prado-Parque de María Luisa, del Distrito Sur, y se encuentra flanqueada por el Museo de Artes y Costumbres Populares o Pabellón Mudéjar al norte, el Museo Arqueológico al sur, el Pabellón Real al este y la avenida de las Delicias, al Oeste.
   La plaza responde a un tipo de espacio urbano más abierto, menos lineal, excepción hecha de jardines y parques. La tipología de las plazas, sólo las del casco histórico, es mucho más rica que la de los espacios lineales; baste indicar que su morfología se encuentra fuertemente condicionada, bien por su génesis, bien por su funcionalidad, cuando no por ambas simultáneamente. Con todo, hay elocuentes ejemplos que ponen de manifiesto que, a veces, la consideración de calle o plaza no es sino un convencionalismo, o una intuición popular, relacionada con las funciones de centralidad y relación que ese espacio posee para el vecindario, que dignifica así una calle elevándola a la categoría de la plaza, siendo considerada genéricamente el ensanche del viario
   La vía, en este caso una plaza, está dedicada al continente americano, descubierto por Cristóbal Colón en 1492: América.
   Fue denominada plaza de América des­de que se aprobó el proyecto de construcción. Su nombre obedece al sentido de la Exposición Iberoamericana de hacer patente las relaciones establecidas entre España y América tras el Descubrimiento. La iniciativa de Luis Rodríguez Caso de construir un conjunto de pabellones en 1909 para la Exposición Iberoamericana tuvo su pronta aprobación realizándose un proyecto bajo la dirección de Aníbal González y Álvarez Osorio. Esta plaza rectangular se situaría en el Huerto de la Mariana y estaría definida por dos grandes pabellones enfrentados en los lados largos del rectángulo, el de Bellas Artes y el del Arte Antiguo e Industrias Artísticas. Cerraría por un lado un pabellón de la Casa Real y por el otro extremo un monumento a Miguel de Cervantes que no llegó a realizarse, y constituiría la "plaza de honor" del Certamen. Las obras comenzaron en 1912 y terminaron en la misma década.
   La plaza se adorna como un gran rectán­gulo ajardinado, en cuyo centro se sitúa una fuente y estanque sobreelevados rodeados de una verja de hierro forjado. Dispone de una calzada asfaltada en forma elíptica, con artísticas cancelas a las avenidas que la delimitan. Delante de los edificios se sitúan paños de jardín dispuestos simétricamente al estilo francés. La iluminación se proyectó, y aun  y se conserva en gran parte, con globos de cristal que penden de cadenas que a su vez están ancladas en esbeltas columnas de capitel compuesto de piedra y coronados por victorias. Estas obras fueron realizadas por los escultores Pedro Carbonell y Lorenzo Coullault Valera. En los accesos al pabellón mudéjar hay dos grandes farolas de cerrajería con varios brazos. Existen, además, a ambos lados de la calzada farolas de pie de forja.

   De los tres pabellones, el Palacio de Industrias, Manufacturas y Artes Decorativas, luego llamado de Arte Antiguo e Industrias Artísticas y posteriormente Pabellón Mudéjar, fue terminado a comienzos de 1915, siendo el primer pabellón del Certamen que se concluyó. El edificio, de amplio eje trans­versal, se articula en torno a un patio al que se adosan lateralmente las grandes salas de exposiciones. Exteriormente y en su planta baja está recorrido por una galería que se interrumpe en los extremos; los materiales más empleados son el ladrillo tallado y una profusíón de elementos decorativos cerámi­cos y azulejos, obra en su mayoría del ceramista Manuel Martínez Romero de la fábrica de Julián Laffite. La fachada, inspirada en el Alcázar y el Palacio del Marqués de la Algaba, está rematada por una crestería de cerámica y un tejaroz. El patio inspirado en los claustros de San Isidoro del Campo, Rábida y Loreto está construido con ladrillos con incrustaciones cerámicas. El edificio ha sido calificado de estilo neomudéjar sevillano. Desde 1973 es la sede del Museo de Artes y Costumbres Populares; anteriormente fue hospital de sangre con ocasión de la Guerra de África en 1921-22, sede del Laboratorio de Arte, Sala de Exposiciones, Sede de la Exposición de Otoño organizada por la Academia de Bellas Artes y Hemeroteca Municipal. El Palacio de Bellas Artes fue construido entre 1912 y 1919, obra de Aníbal González y fue concebido como museo. Todo el edificio que está realizado en piedra artificial, está rematado por una recortada crestería y numerosas esculturas y escudos, de estilo neorrenacentista. Desde 1946 es sede del Museo Arqueológico. El Pabellón Real, de menores dimensiones que los anteriores, fue construido entre 1911 y 1915 ,y es asímismo obra de Aníbal González que lo con­cibió como una planta de cruz de brazos iguales unidos por galerías abiertas de menor altura. Es la más cumplida manifestación del trabajo de ceramistas y tallistas del ladrillo de la época. Su estilo está inspirado en el arte de la época de los Reyes Católicos en ladrillo y cerámica. La fachada principal está rematada por un amplio escudo real cerámico y jalonado de estípites. Todo el edificio está rematado por artística crestería gótica en cerámica. En ambos lados apare­cen sendas glorietas dedicadas a Miguel de Cervantes y a Francisco Rodríguez Marín. En ella tuvo su sede la Junta de Andalucía en su etapa preautonómica, antes y después han estado alojados diferentes organismos oficiales. 
   Constituye, junto con la plaza de España, uno de los lugares de más atractivo del parque de María Luisa, con las palomas que acuden a los visitantes en busca de comida. Fueron adiestradas en la época de los años veinte y actualmente suponen un serio pro­blema para los edificios de todo el parque y áreas colindantes. En los meses de verano algunos de los quioscos existentes contratan orquestinas para deleitar las noches caluro­sas. En los últimos años los jóvenes la ocupan los fines de semana como extensión de los cercanos jardines del Líbano. Ocasionalmente ha sido lugar de concentraciones y verbenas. Fue multitudinario el recibimiento que se le hizo a Eva Perón en este lugar a finales de los años 40. En la plaza y edificios se han rodado numerosas películas. Son personajes habituales las vendedoras de arvejo­nes para las palomas, de juguetes y chucherías y los fotógrafos. En los últimos años ha sido incluida en los circuitos turísticos de la ciudad [Salvador Rodríguez Becerra en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].

   Fue proyectada y dirigida por el arquitecto Aníbal González y Álvarez-Osorio (1876-1929). Se inauguró en 1916 y está rodeada de una calzada oval para el tránsito rodado y por el Palacio de Arte Antiguo (hoy Museo de Artes y Costumbres Populares), el Pabellón Real y el Palacio de Bellas Artes (actualmente Museo Arqueológico). En estas edificaciones, primeras de la Exposición Iberoamericana de 1929, Aníbal González reunió los tres estilos históricos considerados por el como básicos: renacentista (Palacio de Bellas Artes), gótico (Pabellón Real), y mudéjar (Palacio de Arte Antiguo).
   En su centro hay un bello estanque salpicado de nenúfares con un alto surtidor central rodeado por magníficos candelabros de hierro forjado. Aparecen en esta plaza las Glorietas de Cervantes, en cuyos bancos de azulejos se reproducen pasajes del inmortal Quijote y la Glorieta dedicada a Rodríguez Marín.
   La jardinería de la plaza, reformada en diversas ocasiones, está compuesta principalmente por un trazado de parterres geométricos enmarcados con setos de evónimo (euonymus japonicus), dentro de los cuales están plantadas diferentes variedades de rosales. Altas y esbeltas palmeras complementan el conjunto.
   En uno de sus extremos, las palomas blancas, internacionalmente famosas, se concentran ante cualquiera que les facilite algo de comida. ¿Quién no tiene en Sevilla una fotografía con las palomas del Parque de María Luisa?
   Es también punto de parada tradicional de los coches de caballos sin duda el medio ideal de transitar y conocer el Parque.
   Entre la vegetación que adorna la plaza merece destacar el conjunto de árboles del amor (Cercis siliquastrum) el de jaboneros de la China (Koelreuteria paniculata) y las altas y esbeltas palmeras datileras (Phoenix dactylifera).
   El Jabonero de la China, también conocido como árbol de los farolillos o de los faroles, debido a la imagen que presentan sus numerosos y característicos frutos cuando el árbol ha perdido sus hojas, ofrece una vistosa y densa floración en  verano.
   El árbol del amor es originario de la zona oriental del mediterráneo, y según la tradición, Judas se ahorcó en uno de ellos; por este motivo también se le conoce como árbol de Judas. También recibe los nombres de árbol de Judea o ciclamor. Es de hoja caduca con las hojas de forma de corazón. A comienzos de la primavera, antes de salir las hojas, se llena de flores rosa sobre las ramas. Los frutos son  legumbres que se oscurecen paulatinamente permaneciendo en el árbol durante todo el invierno.

   El Pabellón Real debe su nombre a haber sido proyectado para albergar las Colecciones Artísticas de la Casa Real, que figuraron en la Exposición Iberoamericana de 1929. Se terminó de construir en 1916 y su estilo se halla inspirado en el gótico flamígero. Obra como los demás edificios de la Plaza de América, del arquitecto Aníbal González (1876-1929) está construido sobre gradas de piedra y precedido de un espacioso atrio con asientos, basamentos de farolas y seis pedestales de ladrillo tallado sobre los que van sendas águilas en piedra artificial, obra del escultor sevillano José Ordóñez, que sostienen los escudos de otros tantos estados de la Monarquía española: Señorío de Vizcaya, Reino de España, Ducado de Borgoña y Toscana, Señorío de Molina y Reino de Jerusalén. El palacio es obra de ladrillo, con crestería de cerámica blanca y azul, zócalos de alicatados, frisos y yeserías y artesonados de madera policromada. Los altos zócalos del amplio vestíbulo, con cuadros cerámicos alusivos a la Orden de Montesa, fueron pintados por Gustavo Bacarisas y en los demás salones lo fueron por los más destacados pintores y ceramistas del momento. Exteriormente y a nivel del plano de la Plaza, el Pabellón Real se halla rodeado por estanques con juegos de agua que contornean el edificio. Son de destacar también unas interesantes muestras de cerámica hueca en su fachada. En la actualidad este pabellón  alberga oficinas de la Administración.
   El edificio y sus estanques están rodeados por clivias, (Clivia miniata), una herbácea de hojas verde oscuro, muy apropiada para el ajardinamiento de zonas sombrías y que florece gran parte del año con flores anaranjadas; cintas, (Chlorophytum comosum), también herbácea apropiada igualmente para zonas de sombra y  muy frecuente en jardines, terrazas y balcones. Puede observarse también la presencia de un acebuche u olivo silvestre (Olea europaea var. sylvestris). Delante de su fachada principal se encuentran dos grandes jacarandas (Jacaranda mimosaefolia), de las más antiguas de la ciudad, plantadas en los años de la Exposición de 1929. También es de destacar la esbelta araucaria (Araucaria cunnighamii) que preside la Glorieta dedicada a Cervantes.
   El llamado hoy Pabellón Mudéjar fue terminado en 1914 y se inspira en el mudéjar andaluz, al que debe el nombre con que es conocido, aunque fue inicialmente el Palacio de Industrias, Manufacturas y Artes Decorativas o también denominado Pabellón de Arte Antiguo. De los tres edificios de la Plaza de América fue el primero en construirse, pues ya estaba terminado en 1915. Consta de dos plantas con un cuerpo central dividido en tres fajas verticales, las dos laterales coronadas por típicos miradores y la central por el característico tejaroz volado, todo ello, y especialmente las arquivoltas de sus tres puertas, profusamente esmaltadas con azulejos policromos. Tiene el edificio a los lados sendas alas terminadas en exedras con galerías bajas sostenidas por arcos peraltados. En tiempos, los salones bajos y las galerías del patio se dedicaron a exposiciones de diversos matices y en la planta alta se hallaba establecida la Hemeroteca municipal, cuyas colecciones de periódicos y revistas especialmente sevillanas, alcanzaron casi el millar de títulos.
   Las de más antigua fecha son unas “Noticias de Sevilla” de 1691. Son también interesantes algunos periódicos sevillanos de la época de la Guerra de la Independencia, las colecciones de los diarios de nuestra ciudad a partir de 1850 y de la Gaceta de Madrid desde 1743. Todos estos fondos fueron trasladados al Pabellón de la Madrina, en los Jardines de San Telmo y, posteriormente, a la Hemeroteca Municipal situada en la calle Almirante Apodaca.
   Cedido al Estado, el Pabellón Mudéjar se encuentra dedicado en la actualidad a ser sede del Museo de Artes y Costumbres Populares. Esta función como museo es muy reciente y sólo afecta a una parte del pabellón. En él prevalecen los aspectos antropológicos y etnográficos, siendo muy variadas las colecciones que contiene.
   La primera planta está dedicada al vestido cortesano del siglo pasado, pero también hay otros objetos interesantes como una silla de manos del siglo XVIII, un carruaje del XIX, piezas de orfebrería (joyas y toda clase de objetos de oro y plata), porcelanas, etc.
   La planta baja está dedicada principalmente a la exhibición de oficios tradicionales, predominando la cerámica, y aquí encontramos objetos tan curiosos como un lagar, una fragua, un horno de cocer pan, un torno de alfarero, etc.
   Dos buenos y altos ejemplares de cica (Cycas revoluta), presiden la entrada al Pabellón. La cica, o palma de sagú,es originaria de Asia oriental, pareciendo ser una pequeña palmera pero no lo es. Tiene un crecimiento muy lento, por lo que estos ejemplares son de una cierta antigüedad. Su nombre botánico, refleja su apariencia morfológica: “Cycas”, que se refiera a “palmas” y “revoluta”, “que se enrollan en los bordes”.
   En las cercanías del edificio podemos ver una tuya, Thuja orientalis, planta con la que  habitualmente se forman setos, un limpiatubos (Callistemon speciosus), una dombeya (Dombeya x cayeuxii), justicias (Justicia adhatoda) y, algo más lejos, un paraíso (Melia azedarach) y un gran cedro del Himalaya (Cedrus deodora).
   El último edificio que se encuentra en la plaza, frente al Pabellón Mudéjar, se  construyó para la Exposición Iberoamericana como Pabellón de Bellas Artes y  hoy es el Museo Arqueológico.
   El edificio fue proyectado por Aníbal González entre 1912 y 1929 en estilo plateresco. Está distribuido en pequeñas salas, muy poco decoradas para que no distraigan la atención sobre las obras expuestas, y con unas luces indirectas o “cenitales”. Algo que hoy es normal en muchos edificios pero que en aquellos años constituyó una gran novedad, fue la construcción de un sótano que aislaba del suelo y por lo tanto evitaba las humedades.
   En el año 1942 se adaptó para albergar a las colecciones arqueológicas que hasta entonces habían estado en el Museo de Bellas Artes. Nació entonces el Museo Arqueológico de nuestra ciudad que, tanto por la cantidad como por la calidad de sus piezas, se encuentra entre los primeros de España, inaugurándose el 25 de Mayo de 1946 como Museo Arqueológico Provincial de Sevilla.
   Las colecciones más importantes y abundantes son las hispano-romanas, que proceden fundamentalmente de Itálica, aunque también provienen de Écija, Estepa, Alcalá del Río, etc., además de las procedentes de donaciones particulares. También hay restos visigodos, musulmanes y mudéjares.
   El edificio tiene planta elíptica en la parte central de su interior, de la que parten dos alas, en la derecha están instaladas las antigüedades ibéricas y romanas, y en la izquierda las romanas y algunas piezas medievales. En los sótanos se exponen, en diez salas, todos los restos arqueológicos de las Edades de Piedra, Bronce y Hierro, así como objetos importados por los colonizadores griegos, fenicios y cartagineses, ajuares procedentes de dólmenes de la provincia, ídolos cilindro e ídolos placa, etc. En una de estas salas se exponen diversos objetos de la cultura tartésica y, en otra, el famoso tesoro del Carambolo.
   Junto a su fachada principal, llaman la atención dos grandes cipreses (Cupressus sempervirens), una bonita composición basada en naranjos (Citrus aurantium) sobre parterres delimitados por setos de bonetero o evónimo y un álamo blanco.
   Entre los años 2002 y 2003 se restauraron los elementos arquitectónicos decorativos de la plaza, junto con las glorietas de Cervantes, de Rodríguez Morín, y la del reloj de Sol según proyecto del arquitecto D. Francisco González de Canales (www.sevilla.org).
   Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Plaza de España, en el Parque de María Luisa, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

La Plaza de América, al detalle:
     El Museo Arqueológico

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