Hoy, 1 de julio, Conmemoración de San Aarón, de la tribu de Leví, a quien su hermano Moisés ungió sacerdote del Antiguo Testamento con óleo sagrado. A su muerte fue sepultado en el monte Hor, en el actual Israel [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la el relieve "San Aarón recibiendo los panes de la Propiciación", anónimo genovés, en el Trascoro de la Catedral de Santa María de la Sede, de Sevilla.
La Catedral de Santa María de la Sede [nº 1 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 1 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la avenida de la Constitución, 13; con portadas secundarias a las calles Fray Ceferino González, plaza del Triunfo, plaza Virgen de los Reyes, y calle Alemanes (aunque la visita cultural se efectúa por la Puerta de San Cristóbal, o del Príncipe, en la calle Fray Ceferino González, s/n, siendo la salida por la Puerta del Perdón, en la calle Alemanes); en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.
En la Catedral de Santa María de la Sede, podemos contemplar el Trascoro [nº 005 en el plano oficial de la Catedral de Santa María de la Sede]; Ha alternado este nombre con el de "Altar de la Virgen de los Remedios (Alfonso Jiménez Martín, Cartografía de la Montaña hueca; Notas sobre los planos históricos de la catedral de Sevilla. Sevilla, 1997).
El Trascoro de la Catedral de Santa María de la Sede, diseñado por Miguel de Zumárraga en 1619 y remodelado por Pedro Sánchez Falconete en 1630, consta de un solo cuerpo articulado a base de columnas sobre pedestales en tres calles y cuatro entrecalles. De éstas, las dos exteriores presentan puertas coronadas por frontón triangular sobre los que se sitúa una ventana con reja. Por su parte, las dos interiores poseen también puertas con rejas sobre cuyo dintel, y flanqueados por tarjas con jarrones, se ubican los relieves de santa Justa y santa Rufina.
Pues bien, uno de los relieves, sobre un fondo arquitectónico, el relieve representa la entrega de los panes de la Propiciación, obra anónima genovesa. La escena muestra a Aarón que aparece a la izquierda, vestido con túnica recibiendo los panes. A su espalda, otro personaje sostiene en sus manos un grupo de panes. Frente al sacerdote, un soldado vestido con armadura romana, barbado y tocado con sombrero de plumas. Tras él, otro soldado arrodillado que recoge la capa del suelo y en la parte posterior cuatro soldados con picas en distintos escorzos, destacando por sus trazas el que está de espalda (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La historia de Aarón, hermano mayor de Moisés, está estrechamente ligada a la del Legislador. A partir de su vocación lo asiste, presentándose con él frente al faraón para arrancar su consentimiento al éxodo de los israelitas por el milagro del bastón convertido en serpiente. Muere, como él, antes de la entrada en la Tierra Prometida, sobre la montaña de Hor, a la edad de 123 años.
Su historicidad ha sido puesta en duda por los filólogos, que sospechan una personificación del Arca Santa, que en hebreo se llama, justamente aron ja kodesch.
Al tiempo que Moisés es el Legislador, él es, después de Melquisedec, el primer sumo sacerdote de la Antigua Ley. A este título se lo considera una de las prefiguraciones de Cristo, sumo sacerdote de la Nueva Ley, y de los papas, que en la Iglesia católica representan lo que los sumos sacerdotes encarnan en la sinagoga.
Figuras
La iconografía de Aarón subraya ese carácter sacerdotal.
He aquí como está descrito por Jesús, hijo de Sirac (Eclesiástico, 45): «Púsole (el Señor) la túnica talar sobre la túnica interior y dióle el efod, y puso alrededor de la orla muchísimas campanillas de oro. Para que sonasen cuando se moviese y se oyese su sonido en el templo; a fin de excitar la atención en los hijos de su pueblo (...) Labor artificiosa, hecha de hilo de púrpura, torcido, con piedras preciosas engastadas en oro, esculpidas por industrioso lapidario, tantas en número cuantas eran las tribus de Israel, y para memoria de éstas. Sobre su mitra, una diadema de oro, donde estaba esculpido el sello de santidad, ornamento de gloria (...) El Señor le escogió entre todos los vivientes para que le ofreciese los sacrificios, y el incienso, y el olor suave...»
Si se lo identifica con un obispo, lleva mitra.
Las cenefas de brocado de su vestidura litúrgica le han valido ser elegido como patrón por los pasamaneros, al tiempo que los botoneros o fabricantes de botones lo adoptaron a causa de las doce piedras finas de su racional.
Escenas de la historia de Aarón
No volveremos a la escena de la Pascua en que Aarón marca una tau protectora con la sangre del Cordero en la frente de los judíos o en la fachada de sus casas ni a la Adoración del Becerro de oro que él fabrica durante la ausencia de su hermano Moisés, a la sazón sobre el monte Sinaí.
Los dos principales milagros que conservó el arte cristiano para ilustrar su sacerdocio son el castigo de Coré y la Floración de la vara en el Tabernáculo
Nadab y Abíú
Lev., 10. Los hijos de Aarón, que cometieron el crimen de incensar a Yavé con un fuego profano, fueron consumidos por haber desobedecido sus órdenes.
El castigo de los rebeldes Coré, Datán y Abirón
Núm. 16: 31. El levita Coré, con la complicidad de Datán y Abirón, se puso a la cabeza de una conspiración contra la autoridad sacerdotal representada por Aarón. Pero el castigo divino no se hizo esperar. Los incensarios de Coré y de sus partidarios se volvieron en su contra y los quemaron; el suelo se abrió bajo los pies de Datán y Abirón.
Del todo vivos fueron devorados
porque la tierra bajo ellos se abrió.
En la literatura prefigurativa de la Edad Media, especialmente en la Biblia Pauperum, la tierra que se abre para tragarse a Datán se transforma, como en la destrucción de Sodoma, en una prefiguración de los castigos del Infierno. Los heréticos eran comparados por los predicadores con los rebeldes del Antiguo Testamento y amenazados con los mismos castigos.
Pero ese tema se trataba sobre todo para complacer al papado, que se sentía solidario con el pontificado de Aarón. Por ello Botticelli recibió el encargo de pintarlo en el Vaticano, sobre los muros de la capilla Sixtina, con el objeto de celebrar, por el camino de la alusión bíblica, el triunfo del papa Sixto IV sobre un arzobispo rebelde que fue encerrado en un calabozo de Basilea. La prueba de que el Castigo de Coré fue concebido como una glorificación de la autoridad pontificia es que forma pareja con la Entrega de las llaves a san Pedro.
En la iconología de los Cuatro Elementos, es el símbolo de la Tierra.
La vara florida de Aarón
Números, 17: 8. Después del castigo de Coré, Dios ordena a Moisés depositar en el Tabernáculo, frente al Arca Santa, doce varas que simbolizan las doce tribus de Israel. Sólo la de Aarón, que representaba la tribu de Leví, germina, florece y fructifica.
Moisés hizo entonces depositar en el Arca, junto a las Tablas de la Ley, la vara de Aarón, testimonio de su consagración divina, para conservarla allí en recuerdo del castigo de los rebeldes y como prenda de la alianza de Yavé con el pueblo de Israel.
Ese segundo milagro ha gozado de favores muy superiores al del castigo de Coré en el simbolismo cristiano de la Edad Media, porque la vara florida de Aarón que «Contra morem florem producit» fue interpretada como una de las imágenes de la Maternidad virginal de María, que floreció sin haber sido fecundada y cuyo fruto milagroso fue Cristo. Ese simbolismo sin duda se explica por un juego de palabras sobre virga, Virgo.
«La Vara de Aarón -escribe san Agustín- es la Virgen María que concibió y parió al Verbo.»
La tipología establece un paralelo entre la vara florida de Aarón y la de José: de ahí procede la contaminación entre los dos temas. A veces una paloma se posa sobre la vara de este último.
La tipología establece un paralelo entre la vara florida de Aarón y la de José: de ahí procede la contaminación entre los dos temas. A veces una paloma se posa sobre la vara de este último.
Agreguemos que la vara de Aarón, insignia de su dignidad sacerdotal, es el origen del báculo de los obispos y abades. Los báculos más antiguos tienen, efectivamente, una voluta que termina en una flor estilizada.
A partir de mediados del siglo XIII, la flor fue reemplazada por una serpiente, también tomada de la historia de Aarón: es el bastón que Aarón había arrojado frente al faraón y que milagrosamente se convirtió en serpiente.
El entierro de Aarón
Núm. 33: 38. Tema infrecuente. El cuerpo es levantado por seis personajes, entre ellos Moisés, para ser depositado en un sarcófago (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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