Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza Santa Marta, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 29 de julio, Memoria de Santa Marta, que recibió en su casa de Betania, cerca de Jerusalén, a Jesús el Señor, y muerto su hermano Lázaro, profesó: "Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, que has venido al mundo" (s. I) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy, para Explicarte la plaza Santa Marta, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La plaza Santa Marta es, en el Callejero Sevillano, una plaza que se encuentra entre la plaza Virgen de los Reyes, y la calle Mateos Gago, en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.
La plaza responde a un tipo de espacio urbano más abierto, menos lineal, excepción hecha de jardines y parques. La tipología de las plazas, sólo las del casco histórico, es mucho más rica que la de los espacios lineales; baste indicar que su morfología se encuentra fuertemente condicionada, bien por su génesis, bien por su funcionalidad, cuando no por ambas simultáneamente. Con todo, hay elocuentes ejemplos que ponen de manifiesto que, a veces, la consideración de calle o plaza no es sino un convencionalismo, o una intuición popular, relacionada con las funciones de centralidad y relación que ese espacio posee para el vecindario, que dignifica así una calle elevándola a la categoría de la plaza, siendo considerada genéricamente el ensanche del viario.
La vía, en este caso una plaza, está dedicada al desaparecido Hospital de Santa Marta, existente en sus inmediaciones.
Debe su nombre al antiguo hospital fundado en 1385 por el canónigo Fernando Martínez, arcediano de Écija, que aprovechó parte de la mezquita de los Osos y añadió algunas casas. Hasta el s. XX las fuentes se refieren a este espacio como calle, calleja, callejón y barreduela. En la actualidad está catalogada como plaza, aunque en el rótulo no se indica, y la forma más habitual de referirse a ella es con el diminutivo de placita. Adarve desde la Edad Media, era mucho más larga de lo que aparece ahora, pues rodeaba casi por completo, en una línea muy quebrada, al Hospital de Santa Marta. Se abría a la altura del ábside de la Catedral con un arco conocido por este mismo nombre y una puerta de madera a la mediación entre el Corral de los Olmos y el citado hospital, y terminaba en un ensanche. En 1790 se derriba el Corral de los Olmos y algunas casas colindantes, incorporándose el espacio a la plaza de la Virgen de los Reyes, quedando acortada la calle. Su fisonomía no volverá a cambiar hasta los años de la Exposición Iberoamericana (1929), en que, como consecuencia del ensanche de Mateos Gago, se acortará aún más y perderá una revuelta.
Estuvo enladrillada en el s. XV y empedrada en el XVI. Hoy cuenta con pavimento de cantos rodados con aceras a nivel y paseos de losas de Tarifa. Se ilumina con farolas tipo gas adosadas. Los seis naranjos y los jazmines dan sombra y perfuman el ambiente. En el centro se levanta sobre basamento de ladrillo y piedra un crucero apoyado en capitel y trozo de fuste. Es de estilo renacentista y tiene un Crucificado por un lado y una Piedad por el opuesto, obra de Diego de Alcaraz (1564), que estuvo ante el Hospital de San Lázaro, hasta que se trasladó aquí a comienzos del s. XX. Abren sus puertas a la plaza sólo tres casas y un postigo del convento de la Encarnación. La penetración se hace a través de una vía muy estrecha en ángulo, que se abre para pasar bajo un espacio cubierto por un arco rebajado y un hueco adintelado donde probablemente hubo una puerta. En este espacio hay un azulejo dedicado a San José. La placita, de reducidas dimensiones, tiene forma trapezoidal. En una de las casas hay un azulejo en el que se da noticia de que en ella murió el arcediano de Carmona Mateo Vázquez de Leca (1649) y el canónigo José Torres Padilla, fundador de la Compañía de Hermanas de la Cruz (1878). También vivió y murió en la plaza (1548) el venerable padre Fernando de Contreras. Desde los años 30 y hasta muy recientemente, en que se ha trasladado a la plaza del Cabildo, se montaba en la mañana de los domingos un mercado de sellos, monedas, vitolas y relojes antiguos. En 1985 el Ayuntamiento organizó recitales de música, aunque por su poca capacidad dejó de usarse. Lugar silencioso y recoleto, ha inspirado poemas a Felipe Cortines, Romero Murube y Manuel Barrios Masero. En este lugar fija la leyenda el rapto de doña Inés por don Juan Tenorio [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Santa Marta, plaza de. Conjunto de la misma en cuyo centro se alza un crucero de estilo renacentista con un Crucificado y una Piedad en el lado opuesto [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de Santa Marta;
Hermana de María Magdalena y de Lázaro, a quien san Ambrosio de Milán asimila a la Hemorroisa curada por Cristo.
Aparece dos veces en los Evangelios, como «hospedera de Jesús (Salvatoris hospita)» en su casa de Betania, donde sirve al Redentor, y en la escena de resurrección de su hermano Lázaro.
Según una leyenda provenzal, después de la Ascensión de Cristo se habría embarcado junto a sus hermanos, Lázaro y Magdalena, y habría llegado a Marsella para predicar el cristianismo en Tarascón, Provenza, donde domó a un dragón fluvial llamado Tarasca, semejante al Leviatán del Libro de Job, rociándolo con agua bendita y pasándole su cinturón alrededor del cuello Así, como un perro atado a una correa, lo condujo a Arlés, donde lo mataron.
Habría muerto sobre un lecho de cenizas en presencia de san Frontón de Périgueux.
CULTO
En 1187 se descubrió en Tarascón un cuerpo que se supuso el de santa Marta. A consecuencia de esta «invención», Tarascón, al igual que Saint Maximin y la Sainte Baume, se convirtió en un lugar de peregrinación. El segundo centro de su culto es Aix en Provence.
Como sirvió a Jesucristo en su casa, santa Marta es patrona de las amas de casa y de las criadas, en especial de las cocineras; en consecuencia se la considera un símbolo de la vida activa, en oposición a su hermana Magdalena, que encarna la vida contemplativa. Quizá este patronazgo tenga como origen un despropósito iconográfico: el cubo de agua bendita que tiene en la mano para asperjar a la Tarasca ha podido confundirse con un utensilio de limpieza.
ICONOGRAFÍA
Como patrona de las amas de casa, tiene los rasgos de una matrona de expresión severa, y hasta áspera, y como atributos lleva una escoba, un cucharón, un llavero, suspendido de su cintura.
Pero en la mayoría de los casos está representada como un san Jorge femenino, domando o llevando por la correa al dragón que asperja con agua bendita usando un hisopo.
Con frecuencia dicho dragón ha hecho confundir a santa Marta con santa Margarita. Pero son fáciles de diferenciar, porque una está armada con un hisopo y la otra con un crucifijo. Marta vigila la Tarasca domada que lleva atada con la correa, mientras que Margarita sale victoriosa del vientre del dragón que se la ha tragado y que aún tiene en sus fauces un pliegue de su túnica.
Con el cucharón y el dragón, esta santa sin amor sedujo tan poco a los artistas como a Jesús.
Escenas
Marta sirve a Cristo a la mesa mientras Magdalena le escucha
Este tema sobre todo ha interesado a los pintores de naturalezas muertas flamencos y holandeses del siglo XVI.
Marta reprocha a Magdalena su pereza y coquetería
Marta asiste a la resurrección de su hermano Lázaro
A veces se prosterna ante Jesús, y otras se pinza la nariz con un pliegue de su manto.
Marta navega con Lázaro y Magdalena y desembarca en Marsella
Marta doma a la Tarasca de Tarascón
Santa Marta resucita a un mozo de Aviñón
La leyenda comporta dos variantes. Según la Leyenda Dorada, santa Marta resucita al ahogado. Otra versión asegura que fue Cristo quien intervino, por mediación de su plegaria, y salvó al joven que estaba ahogándose.
Santa Marta en su lecho de agonía
Su hermana Magdalena, muerta antes que ella, aparece junto a su cama para reencender las lámparas apagadas por el viento y expulsar a los demonios que la atormentaban.
La escena comporta una segunda versión. Asaltada por los demonios en su lecho de agonía, santa Marta invoca la misericordia de Dios: aparece la Mano de Dios para protegerla.
Aparición de san Frontón en sus exequias (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la plaza Santa Marta, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.
La plaza Santa Marta, al detalle:
Crucero
No hay comentarios:
Publicar un comentario