Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Real Casa de la Moneda de Sevilla.
La Real Casa de la Moneda, se encuentra en la calle Adolfo Rodríguez Jurado, 3 [nº 117 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla] en el Barrio de Santa Cruz, de Distrito Casco Antiguo.
El conjunto arquitectónico conocido por la Casa de la Moneda de Sevilla está situado en el centro de la ciudad, en un lugar inmediato a la puerta de Jerez, delimitado por las calles Santander al Norte, Joaquín Azaña al Este y Almirante Lobo al Sur. Construida dentro del antiguo recinto del Alcázar en el siglo XVI, fue reformada en el siglo XVIII con arreglo a los cánones artísticos del barroco local imperante. El recinto se construyó aprovechando una parte importante de las murallas almohades de la ciudad que se conservan embutidas entre las construcciones. Hasta el siglo XVII estaba dentro de las murallas del Alcázar. En el siglo XVIII se separa de él formando un pequeño barrio aislado al que se entraba por medio de una gran portada abierta a la fachada principal. Dicha fachada es de ladrillo enfoscado, adornándose con ricas pilastras dóricas y severo frontón de corte neoclásico.
La portada es de piedra enmarcada por pilastras decoradas con motivos geométricos y capiteles corintios, presentando el dintel decoración de rocalla. Sobre el entablamento, en el que consta una inscripción con el nombre, se halla un frontón partido por el balcón central adintelado, lo coronan dos florones sobre pequeñas basas enmarcadas por pilastras. El conjunto es de 1790.
Dentro del edificio se distribuían talleres, almacenes, oficinas y viviendas, pero de ello sólo se conservan en buen estado la crujía de la fachada principal y el patio o plaza interior con arquería. Las trazas del complejo conjunto de fábricas, almacenes y viviendas fueron dadas por Juan de Mijares en 1585. Las reformas del siglo XVIII, concretamente de 1785-1790, afectaron al horno, antigua capilla y portada principal, dejando importantes elementos, como el horno construido sobre las hornazas, la Fundición Real y la portada de acceso por la calle Santander. Posteriormente, se realizaron reformas en 1819 a cargo de Manuel Cintora y José Echamorro. No obstante, la importancia del lugar no sólo radica en la estructura de la Casa de la Moneda sino en los precedentes a dicha construcción como son los lienzos de murallas almohades y los restos soterrados del palacio almohade de Abu-Hays.
El complejo actualmente se halla en muy diferente estado, habiéndose recuperado las partes de la Fundición Real y adyacentes que son propiedad del Ayuntamiento, mientras que existen zonas que se hallan en estado ruinoso al hallarse cerradas y ser de propiedad particular.
El interior de este recinto estuvo ocupado en época islámica por el palacio de Abu-Hafs. Posteriormente el palacio sería destruido, pasando a convertirse en un espacio abandonado. El solar se transformaría después en terrenos para huertas, hasta su aprovechamiento durante el siglo XV y parte del siglo XVI como corral de vecinos, cárcel para caballeros, teatro de comedias y huerta, constituyendo un complejo urbano conocido como Atarazanas de los Caballeros.
La Atarazana de los Caballeros atravesará diferentes fases constructivas en función de los diversos usos a los que estuvo destinada hasta convertirse, a finales del siglo XVI, en la sede de la Casa de la Moneda. La Casa de la Moneda surge asociada a las nuevas necesidades relacionadas con el comercio indiano, se construye la Lonja de Mercaderes en el lugar donde estaba ubicada la antigua Casa de la Moneda, con lo que se plantea la necesidad de construir otra nueva de mayor capacidad. En 1584 una Real Cédula ordena la construcción de una nueva Casa de la Moneda para Sevilla.
El encargado de las obras de la Casa de la Moneda fue el arquitecto Juan de Minjares, quien aprovechó las edificaciones existentes en las Atarazanas de los Caballeros para la construcción de la nueva fábrica. A lo largo del siglo XVIII, la Casa de la Moneda de Sevilla experimentará una serie de reformas que irán operando un cambio en su fisonomía hasta convertirla en una factoría moderna.
Este será el segundo gran momento histórico en el desarrollo de la fábrica sevillana, cuyo proceso de transformación sienta sus bases sobre el aumento de la producción propugnado por la Corona para satisfacer la creciente demanda. En 1718 la fabricación de moneda pasó a hacerse en exclusiva por la Real Hacienda, y en 1730 una R.O. reducía el privilegio de acuñar monedas a las fábricas de Madrid y Sevilla, por lo que se produce otra renovación arquitectónica en la Casa de la Moneda debido a la introducción de la maquinaria que las nuevas exigencias de la producción requerían. Esta renovación supuso además la ampliación de su superficie útil. A mediados del siglo XVIII, la Casa de la Moneda se encuentra en una situación lamentable. Esto hace que en 1761 se encargue a Sebastián Van der Borcht la dirección de las nuevas obras de reforma que duraron dos años. Ésta es la segunda gran intervención que se desarrolla sobre el edificio durante este siglo y es sin duda la de mayor importancia. A pesar de todo ello, la fábrica seguía acusando un deterioro galopante, lo que motivó una petición oficial de arreglo general para sus instalaciones en 1767. La situación límite se produjo con la sucesión de las riadas de 1777 y 1783, siendo en julio de este último año cuando el Superintendente solicite oficialmente el arreglo y ampliación de la Casa de la Moneda.
A finales del siglo XIX la fábrica de moneda de Sevilla abandonará sus funciones fabriles tras haberse centralizado la acuñación de monedas en la de Madrid, con lo que el Gobierno Provisional ordena su cierre definitivo en el año 1868. En torno a la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929, se produce la última gran fase de intervención sobre la manzana que se convertirá en un espacio privilegiado capaz de manifestar públicamente las aspiraciones de sus propietarios. Así manteniendo gran parte de los esquemas heredados, los edificios se recubren de un nuevo lenguaje formal vinculado a la burguesía.
La intensa actividad constructiva en el recinto continuará hasta los años treinta del siglo XX, y a partir de entonces entrará en el abandono y la degradación que continuaría agravándose durante la posguerra y los años sesenta y setenta. En los ochenta la antigua fábrica está prácticamente en ruinas y las autoridades locales ponen en marcha el "Plan Especial de Rehabilitación de la Casa de la Moneda de Sevilla". Esto supone el inicio de la rehabilitación integral de sus dependencias y la implantación de nuevos usos que revitalicen el recinto (Guía digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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