Un paseo por la calle Adolfo Cuéllar (antigua Rositas)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Adolfo Cuéllar (antigua Rositas), dando un paseo por ella.  

   La calle Adolfo Cuéllar (antigua Rositas) es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio del Arenal, del Distrito Casco Antiguo, y va de la calle Cristóbal de Morales, a la plaza de Molviedro. 

   La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.

   La vía, en este caso una calle, está dedicada a Adolfo Cuéllar, abogado y político sevillano.

   La primera referencia documental (plano de Olavide, 1771) la recoge con el nombre de Rosa, aunque ya en 1848 (plano de Sartorius) aparece con el de Rositas. Ambas denominaciones son arbitrarias y designaban a varias calles del casco antiguo de la ciudad. En 1921 se rotula Miguel Moya, nombre de un conocido periodista madrileño fallecido en 1920, y en 1938 vuelve a recuperarse el de Rositas. En 1953 el primer tramo de la calle pasa a llamarse Cristóbal Morales, juntamente con el pasaje abierto hasta Santas Patronas. En 1999 pasa a denominarse Adolfo Cuéllar, en memoria del abogado y político sevillano Adolfo Cuéllar Contreras, fallecido ese mismo año.
   Tiene una disposición quebrada, con tres tramos diferenciados en forma de Z, algo más estrechos los dos primeros. Esta configuración apenas si ha variado desde el siglo XVIII, tal como se refleja en el plano de Olavide. Todavía a principios del XIX existía en su arranque, en la confluencia con Zaragoza, una especie de plazoleta sin salida, fuente de inmundicias, que fue ocupada finalmente por los propietarios de las casas limítrofes. En el interior de la calle ha habido alguna rectificación de líneas (1908), pero en general la fisonomía del espacio ha ha variado mucho, salvo el derribo reciente de la casa núm. 14, un magnífico ejemplar de vivienda tradicional sevillana hoy suplantada por un edificio de moderna construcción. De Adolfo Cuéllar parte la calle Fray Bartolomé de las Casas.

   Fue pavimentada de cemento en 1920 y posteriormente adoquinada. En la actualidad mantiene esos adoquines de gran tamaño en mal estado de conservación y carece de aceras. En algunos puntos quedan ejemplares de salvarruedas de mármol y otros de fundición. Se ilumina con farolas sobre brazos de fundición adosadas a las fachadas.
 Ofrece caserío heterogéneo que alterna casas tradicionales sevillanas, de dos y tres plantas, con otras de escalera y modernos edificios de pisos. Cumple una función exclusivamente residencial y dada su configuración zigzagueante y su carácter peatonal, es un espacio silencioso, tranquilo y retirado, como sucede con varias calles de esa misma zona [Rogelio Reyes Cano en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].

Adolfo Cuéllar, 12. Por el fondo de esta casa corre la muralla de la ciudad.

Adolfo Cuéllar, 14. Casa de tres plantas y fachada avitolada. Todos los vanos son ventanas, a excepción del central de la tercera planta, que es un balcón con repisa muy volada. La fachada está rematada por buhardilla [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].

Conozcamos mejor a Adolfo Cuéllar, quien mereció que una vía de Sevilla se rotulase con su nombre;

   Adolfo Cuéllar Contreras, abogado y político. Nació en Sevilla en 1925 y murió en la misma ciudad en 1999, a los 74 años de edad. Fue un prestigioso abogado laboralista que defendió a ultranza los derechos de los trabajadores y la defensa ante los tribunales franquistas de aquellos que habían sido represaliados y encarcelados.

   Su padre, Adolfo Cuéllar Rodríguez, fue decano del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla. Contrajo matrimonio con Pilar Portero Durán, con quien tendría cuatro hijos: Adolfo, Miguel, Pilar y Reyes. Sus hijos Adolfo y Miguel también son abogados, quienes continuaron con el despacho familiar de Cuéllar y Asociados Abogados que fundara su abuelo. Su hija Reyes también es abogada.

   Estudió en el colegio de los Maristas y se licenció en Derecho por la Universidad de Sevilla. Empezó trabajando en el Despacho de abogados que tenía su padre, y formó parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Sevilla.

   Fue un prestigioso abogado que fue conocido por su entrega humanitaria y solidaria con trabajadores sevillanos reprimidos y por su defensa ante la llamada en esa época Magistratura del Trabajo, cuando eran despedidos por defender los derechos de los trabajadores, y también ante el Tribunal de Orden Público, de trabajadores y militantes de la oposición antifranquista durante la dictadura, cuando eran encarcelados por sus ideas políticas.

   Entre otras actuaciones, destacó por su defensa de Eduardo Saborido, acusado en el famoso «proceso 1001» que el régimen llevó a cabo contra la dirección nacional de las ilegales Comisiones Obreras. “Tras año y medio de huida y clandestinidad forzosa, Fui separado de mi familia y sin trabajo habitual. El 24 de junio de 1972, en una reunión de la Coordinadora Nacional de las Comisiones Obreras celebrada en Madrid, fui detenido por octava vez junto con Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius y toda la dirección, e “ipso facto” fui sancionado por la Dirección General de Seguridad con una multa de 250.000 pts. Fui procesado por quinta vez. Durante mi estancia en la prisión de Carabanchel fue revisada mi condena en rebeldía anterior, de la que ante la retirada de las acusaciones fui declarado absuelto. Celebrado más adelante en el TOP el conocido “Proceso 1001” el 20 de diciembre de 1973 coincidente con la muerte de Carrero, fui condenado a la pena más alta de los procesados, 20 años de prisión mayor por “asociación ilícita” en grado de multirreincidente y por mi pertenencia a la dirección de CC.OO., más seis meses de cárcel y 10.000 pts de multa por “uso de documento de identidad falso” y “uso público de nombre supuesto”. Tras la muerte de Franco, a finales de noviembre de 1975, formé parte del primer grupo de presos políticos puestos en libertad por indulto del recién nombrado Rey Juan Carlos”.

   Durante muchos años su despacho que estaba en la calle Harinas; se celebraron, durante la década de 1960, reuniones clandestinas de la oposición democrática, tanto sindical como política. En las elecciones municipales de 1987 fue elegido concejal del Ayuntamiento de Sevilla, como candidato independiente dentro de la candidatura de Izquierda Unida (IU-CA), pasando después al grupo mixto, siendo alcalde de Sevilla Manuel del Valle Arévalo

   Fue Hermano Mayor de la Hermandad de la Carretería y directivo del Real Betis Balompié (www.ilustressevillanos.blogspot.com).

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La calle Adolfo Cuéllar (antigua Rositas), al detalle:

Edificio de la c/ Adolfo Cuéllar, 12.

Edificio de la c/ Adolfo Cuéllar, 14.