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sábado, 10 de agosto de 2019

La Iglesia de San Lorenzo


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de San Lorenzo, de Sevilla.    
   Hoy, 10 de agosto, Fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir, que fervientemente deseoso, como cuenta San León Magno, de compartir la suerte del papa Sixto II en su martirio, al recibir del tirano la orden de entregar los tesoros de la Iglesia, él, festivamente, le presentó a los pobres en cuyo sustento y abrigo había gastado abundante dinero. Tres días más tarde, por la fe de Cristo venció el suplicio del fuego, y el instrumento de su martirio se convirtió en distintivo de su triunfo. Su cuerpo fue enterrado en Roma, en el cementerio de Campo Verano, conocido desde entonces por su nombre (258) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
   Y que mejor día que hoy para ExplicArte la Iglesia de San Lorenzo, de Sevilla.
   La Iglesia de San Lorenzo [nº 64 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Eslava, 2 (aunque la entrada se efectúa por la plaza de San Lorenzo, 13: o por la calle Hernán Cortes, 7); en el Barrio de San Lorenzo, del Distrito Casco Antiguo.
   El santo de la parrilla tiene dedicada una iglesia compendio del arte y la historia de Sevilla: falso origen legendario, parroquia de la Reconquista, modificaciones renacentistas, añadidos barrocos, pinturas y esculturas medievales, pinturas del Renacimiento, tumbas famosas, leyendas románticas, hermandad penitencial de la nobleza, hermandad sacramental de solera, hermandad neobarroca, devociones olvidadas... La iglesia de San Lorenzo se edificó originariamente en el siglo XIV, siendo un modelo representativo del estilo mudéjar. Sin embargo, reformas posteriores alteraron bastante el conjunto, especialmente las obras de 1572 que suprimieron un portal que servía de acogida a los fieles. Parece que en origen su feligresía era reducida, aunque con la desaparición de la jurisdicción de las órdenes militares (se le agregó el barrio de San Juan de Acre), aumentó su extensión. Nuevas intervenciones, tanto arquitectónicas como decorativas, se realizaron en el siglo XIX, por lo que se hace difícil la interpretación de la fábrica primitiva del templo.

   Al exterior presenta tres portadas: la de los pies fue construida en el siglo XV y está rematada por una torre de ladrillo y vistosos arcos de herradura de la misma época, aunque el cuerpo de campanas es del siglo XVIII, torre que protagoniza una leyenda romántica por la que un empalamiento en vida pudo ser evitado al ser reconocido el tañido de sus campanas  y ser ubicada la casa donde se iba a producir la cruel acción. Las dos portadas laterales fueron diseñadas por el arquitecto y escultor Diego López Bueno en 1625, tienen el esquema tradicional de los libros y grabados de arquitectura del manierismo, apareciendo la imagen de San Lorenzo con la parrilla de su martirio en la portada que se abre a la plaza. In Manu Ejus Potestas et Imperium. Es el lema bajo el que aparece el azulejo que representa a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder (que habitó en San Lorenzo desde el siglo XVIII hasta 1965), una obra realizada por Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela, el fundador de Cerámicas Santa Ana, en 1912, siendo el marco arquitectónico de balaustres platerescos un motivo muy repetido con posterioridad en otros azulejos sevillanos. De Alfonso Córdoba (1944) es el retablo cerámico que representa a la Virgen de la Soledad a los pies del templo, disponiéndose otros más modernos en recuerdo al cardenal Spínola, a la Virgen de Fátima o a la Virgen del Dulce Nombre. 

   El interior del templo presenta cinco naves separadas por pilares y capilla mayor cuadrada. El presbiterio se cubre con bóveda semiesférica sobre pechinas, con una decoración de aires historicista realizada en la reforma de finales del siglo XIX. A ambos lados del presbiterio aparecen sendas capillas cuadradas con bóvedas baídas. Estas capillas, así como la capilla mayor fueron diseñadas por Diego López Bueno, aunque a partir de 1615 se encargó de su construcción Juan de Oviedo.
   El retablo mayor, compuesto de banco, dos cuerpos de tres calles y ático, fue contratado en 1632 por Juan Martínez Montañés, que fue vecino de la parroquia en la cercana calle de los Tiros, hoy con su nombre. El maestro sólo trazó la arquitectura, ya que las esculturas fueron realizadas por Felipe y Francisco Dionisio de Rivas entre 1645 y 1652. Con una concepción típicamente manierista de dos cuerpos y tres calles, alterna la presencia de esculturas de bulto redondo (San Lorenzo con la parrilla y el Crucificado) con escenas en altorrelieve alusivas a la vida del santo (entregando limosna a los pobres y recibiendo los tesoros de la Iglesia de manos de Sixto II en el primer cuerpo; su flagelación y su martirio, en el segundo cuerpo). La pintura del sagrario-manifestador fue realizada por Francisco Pacheco, siendo el diseño de esta estructura de Diego López Bueno (1616), por tanto, anterior al resto del retablo.

   Los retablos que ocupan la cabecera de las naves laterales fueron contratados por Fernando de Barahona en 1682, apareciendo en el del lado izquierdo el Cristo del Amparo (posible obra de Felipe de Ribas que fue intervenida por el propio Barahona) y en el del lado derecho la Virgen de la Granada, obra del escultor flamenco del Renacimiento Roque Balduque (1554), el gran creador de modelos marianos de la Sevilla del siglo XVI. Junto a éste se sitúa el retablo de la Anunciación, presidido por una pintura sobre tabla del mismo tema de Pedro Villegas y Marmolejo de 1593, una interpretación del tema basada en los tratadistas italianos del siglo XVI que se completa con otra escena de menor tamaño que representa la escena de la Visitación. En la cabecera del lado derecho se abre la Capilla Sacramental, con una concepción espacial y decorativa que permite hablar de una iglesia dentro de la iglesia. Representativa de la importancia de la hermandad sacramental de la parroquia (hoy fusionada con la hermandad de la Soledad) fue comenzada a construir en 1699 por el maestro Félix Romero. En sus muros hay una serie de pinturas murales realizadas en el siglo XVIII por Francisco Pérez Pineda, Domingo Martínez y Gregorio Espinal. Son un complejo programa simbólico alusivo a la Eucaristía, destacando los temas de la Última Cena (que sigue el modelo compositivo de Leonardo da Vinci) y de la Cena en casa de Leví. El retablo es de 1703, estructurado mediante columnas salomónicas quizás algo arcaicas para su cronología, es obra de Pedro Ruiz de Paniagua, siendo la dinámica Inmaculada que centra la obra una talla de la segunda mitad del siglo XVIII. Los ángeles lampareros son obra de Benito Hita del Castillo de 1738. El retablo de esta capilla fue patrocinado por don Francisco Bucarelli, marqués de Vallehermoso, vecino cercano de la parroquia de San Lorenzo. Al salir de la capilla, en el muro derecho, se sitúa el retablo de San José: obra neoclásica de hacia 1790 con escultura del titular cercano al estilo de Cristóbal Ramos, enmarcada con relieves alusivos a la vida del titular. Junto a la puerta de acceso se sitúa el retablo de la Virgen del Carmen, que vino a sustituir a uno neoclásico. Trasladado desde otro sector, el retablo es obra de 1630 en la que participaron Bartolomé de la Puerta, Blas de Castilla y Jacinto Pimentel, completándose con pinturas sobre tabla de Juan Sánchez Cotán. Originalmente cobijaba a la Inmaculada que hoy se sitúa en la zona del presbiterio de la iglesia. La Virgen del Carmen es una talla gótica del siglo XIV de alabastro y con restos de policromía. Procede del desaparecido convento del Carmen de la calle Baños (actual sede del Conservatorio Superior de música). Se puede considerar como la representación de la devoción carmelita más antigua de la ciudad. A los pies de la nave está la capilla del Dulce Nombre (durante dos siglos sede de la hermandad del Gran Poder), donde se encuentran los titulares de la popular hermandad de la Bofetá. La Virgen del Dulce Nombre fue realizada por Castillo Lastrucci en 1923 siguiendo un modelo real, el de María Cos; el excesivo parecido obligó al escultor a retocar la obra original. Un año más tarde realizaría la imagen del Cristo titular. En la capilla también se sitúa la notable talla del Crucificado del Mayor Dolor, también titular de la hermandad, una obra anónima del siglo XVII. Junto a esta capilla y a los pies del templo está el retablo de la Virgen de Rocamador, interesante pintura mural de finales del siglo XIV con una iconografía de origen francés cargada de leyendas y de referencias apócrifas sobre el origen de su nombre. Su retablo se terminó en 1751 y se estructura en torno a dos estípites que actúan como marco, una profusa decoración de rocalla y un relieve de la Anunciación en el ático. En el centro a los pies se ubica el coro, cuyos sitiales fueron realizados por el maestro carpintero Juan Leonardo a partir de 1713. Sobre ellos se encuentra el órgano de 1782. En un lateral se sitúa la excelente pintura de la Sagrada Familia con San Juanito, realizada por Pedro Villegas Marmolejo sobre mármol, hacia 1585, para ser colocada sobre su tumba; a pesar de restauraciones y de traslados conserva mucho de la belleza original que le dio el pintor sevillano a la obra que presidiría su lugar de entierro.   

   A los pies del lado del Evangelio se abre la capilla de la Soledad, con un retablo de 1730 donde se aloja la imagen de María Santísima en su Soledad, obra de difícil catalogación, apuntando algunas teorías a su realización incluso a fines del siglo XVI. Es titular de una hermandad señera, la antigua de la nobleza de la ciudad (hasta el siglo XIX era condición indispensable para el ingreso de los hermanos). Reside en San Lorenzo desde el siglo XIX, tras el derribo de la parroquia de San Miguel en 1868. Antes había residido en el convento del Carmen de Baños, donde acumuló un espectacular patrimonio expoliado por los franceses y en la iglesia de Santiago de la Espada (actual sede de las mercedarias de la Asunción). Ya en la nave se sitúa la capilla bautismal, donde destaca una escultura de Santa Ana enseñando a la Virgen atribuible al escultor del siglo XVIII Francisco Montes de Oca. En una reforma reciente se ha trasladado a esta estancia el notable lienzo de la Inmaculada de Francisco Pacheco, antes en capilla abierta al presbiterio, con una retardataria iconografía de la Virgen vestida en tonos azules y rosas y con una interesante visión de la ciudad de Sevilla a los pies de la imagen. Le sigue la capilla de las Ánimas, con decoración de zócalos de azulejos de fines del XVI. Está presidido por un retablo de Fernando de Barahona de 1677, típica estructura de retablo-marco de columnas salomónicas que enmarca la pintura de ánimas, recuerdo de un antiguo culto muy arraigado en las parroquias históricas de la ciudad. La capilla más cercana a la cabecera es la de la Milagrosa, con un discreto retablo neoclásico en tonos blancos que cobija una imagen moderna de la Milagrosa. Más interés tiene la pintura mural de la calle de la Amargura conocida como la del Cristo de las Fatigas, obra de fines del siglo XVI que sigue las composiciones habituales de los grabados del manierismo.

   Pocas parroquias son tan representativas de un barrio en la ciudad, siendo San Lorenzo una especie de eje central de la zona. De los hijos ilustres que pasaron por ella se podría recordar a los hermanos Bécquer, Valeriano el pintor y Gustavo Adolfo, el escritor, que recibieron allí el bautismo (Manuel Jesús Roldán, Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010). 
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Lorenzo, diácono y mártir;
LEYENDA
   Diácono nacido en Aragón, cerca de Huesca, y martirizado en Roma en 258.
   Según sus Hechos legendarios, por humildad lavaba los pies de los cristianos, habría curado a una viuda, Ciríaca, del dolor de cabeza y dado la vista a un ciego mediante el bautismo.
   Tres días después del martirio del papa Sixto II, quien lo había ordenado diácono y le había confiado el tesoro de la Iglesia, fue detenido y conminado a entregar dicho tesoro. Pero no quedaba nada de éste, ya que Lorenzo lo había distribuido entre los pobres, tal como hiciera santo Tomás con el dinero a construir el palacio del rey de las Indias; y por la virtud de su caridad, lo trasmutó en tesoro celestial.
   Furioso por haber sido frustrado en su codicia, el emperador Decio ordenó que se lo flagelase con varas, se le quemaran las costillas con un hierro candentes y que, por último, se lo extendiera desnudo sobre una parrilla dispuesta sobre un manto de brasas.
   Asado a medias, el mártir aún desafió a Decio. Mientras su carne chirriaba tuvo el valor de mofarse: «¡Muy bien, ya me has asado de un lado; dame la vuelta y así podrás comerme cocido a punto!» (Assasti unam partem, gira et aliam et manduca).
   Este suplicio, que recuerda las comidas de los antropófagos, está desprovisto de toda verosimilitud. Era extraño a la tradición romana asar a los condenados a las brasas, sobre una  parrilla. Como el mismo suplicio se atribuye a otro aragonés, san Vicente de Zaragoza, puede conjeturarse que se trata de una invención española, quizá copiada de Oriente, puesto  que  esta leyenda vuelve a encontrarse en la Pasión de los mártires frigios. También se ha supuesto que  podía tratarse de un error de lectura: la expresión passus est habría sido transformada por un copista que omitió la letra inicial en assus est.
CULTO
   Aunque san Lorenzo no tuvo la gloria de ser protomártir, como el diácono Esteban, en cambio se lo consideraba como el más meritorio de los mártires portadores de palma a causa de la crueldad del suplicio que sobrellevó. Sus reliquias eran muy buscadas. Calvino señala irónicamente entre los tesoros de la Iglesia católica la parrilla sobre la cual fue extendido, lonjas de carne asada y frascos llenos de su grasa fundida.
Lugares de culto
   Los dos principales centro del culto del santo estaban en España, su país natal y en Italia, donde murió, o más bien, de acuerdo con la tradición cristiana, donde nació a la vida eterna.
España
   En Aragón, su patria natal, comparte popularidad con san Vicente, sobre todo en Huesca.
   Pero en el siglo XVI este culto local se extendió a toda España. Como la victoria española de San Quintín había coincidido con el día de su fiesta, el rey Felipe II lo convirtió en un santo nacional y le ofrendó como exvoto el monasterio de El Escorial cuya planta tiene dibujo de parrilla.
Italia
   Roma no demoró mucho en honrar al santo diácono cuyas reliquias conservaba. La iglesia de San Lorenzo in Lucina se jactaba sobre todo de poseer la parrilla de san Lorenzo y dos ampollas llenas con su sangre y con la grasa fundida del beatífico mártir (cum sanguine et adipe beatissimi martyris).
   En Roma no había menos de cinco iglesias dedicadas al diácono español la basílica constantiniana de San Lorenzo extramuros, la iglesia de San Lorenzo in Damaso, rodeada de galerías porticadas  que servían como bibliotecas; San Lorenzo in Panisperna, edificada sobre el lugar donde el santo fue asado (ubi assatus est) y llamada así a causa del pan (panis) y del jamón (perna) que se distribuía entre los pobres; San Lorenzo in Lucina, cuyo nombre procede sin duda de una matrona cristiana, y finalmente San Lorenzo in Miranda, que es un templo pagano convertido en iglesia.
   En Florencia, san Lorenzo se hizo popular sobre todo como patrón de Lorenzo de Médicis. La iglesia de San Lorenzo, muy próxima al palacio de los Médicis (palazzo Riccardi), era la parroquia de la ilustre familia de farmacéuticos y banqueros que hizo edificar allí una grandiosa capilla funeraria con forma de rotonda, para guardar las tumbas esculpidas por Miguel Ángel. Junto a la iglesia, que conserva en un relicario la cabeza momificada del mártir, se encuentra la Biblioteca Laurenciana.
   Las catedrales de Génova, Viterbo y Ancona y la iglesia de San Lorenzo Maggiore, en Milán, están puestas bajo su advocación.
Alemania
   El culto de San Lorenzo se difundió en Alemania  a partir del siglo X, después de la victoria de Lechfeld (955), obtenida el día de la fiesta del santo, y en la cual el emperador Otón I se impuso a los húngaros. Uno de los ábsides de la catedral de Worms está dedicado a san Lorenzo. En Nuremberg una de las dos mayores iglesias está puesta bajo su advocación.
Holanda
   Alkmaar
Francia
   En Francia, el número de iglesias puesto bajo la advocación de san Lorenzo es muy restringido. La más notable de todas ellas es la de Saint Laurent de Grenoble, que posee una cripta merovingia.
Patronazgos
   Según una curiosa leyenda, san Lorenzo descendía todos los viernes desde el Paraíso al Purgatorio, donde ejercía el privilegio de rescatar un alma.
   San Lorenzo era el patrón de los pobres entre quienes distribuyera los tesoros de la Iglesia. Además, fue adoptado como patrón por numerosas corporaciones y oficios.
   Sus funciones de diácono le valieron el homenaje de los bibliotecarios, bibliófilos y libreros, porque los diáconos estaban encargados de la guarda de los libros sagrados. Pero sobre todo fue el suplicio en la parrilla lo que le aseguró la mayor popularidad. Se lo invocaba contra el fuego, y se lo consideraba protector de todos los oficios expuestos a las quemaduras: bomberos, carboneros, panaderos, cocineros, asadores, vidrieros, planchadoras. Por la misma razón se lo invocaba contra el lumbago y contra la erupción llamada parrilla de san Lorenzo que se manifestaba por un ardor quemante en la cintura.
   El día de su fiesta (10 de agosto) había que abstenerse de encender fuego en las casas.
   En Sicilia, a manera de medicina de empleo tópico contra las quemaduras, se aplicaba sobre éstas una una imagen del santo. Y como la fecha de su fiesta coincidía con el período de la lluvia de estrellas se llamó a las estrellas fugaces (stelle cadenti) lágrimas de san Lorenzo (lagrime di san Lorenzo).
ICONOGRAFÍA
   San Lorenzo, joven y con la cabeza descubierta, viste una dalmática de diácono sobre la cual, a veces, hay llamas bordadas.
   Biblióforo y stauróforo, lleva el Libro de los Evangelios y una cruz procesional, porque portar la cruz y guardar los Evangelios era responsabilidad de los diáconos. Una bolsa o un cáliz lleno de monedas de oro aluden a los tesoros de la Iglesia  que el papa le confiara y que él distribuyó entre los pobres.
   Pero su atributo más característico es una parrilla, instrumento de su martirio, que él sostiene por el asa. Excepcionalmente (retablo de Hans Süss  Kulmbach), lleva la parrilla sobre el hombro. A veces se yergue sobre la parrilla que le sirve de pedestal. Finalmente, tiene una pequeña parrilla suspendida del cuello e incluso bordada en la dalmática.
   Suele formar pareja con los santos diáconos: Esteban, Vicente y Ciríaco (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Conozcamos mejor la Biografía de San Lorenzo, diácono y mártir;
     San Lorenzo (? p. m. s. III – Roma, Italia, 10 de agosto de 258). Diácono, mártir, santo.
     Lo único que puede afirmarse con seguridad del más famoso mártir de la Iglesia de Roma es que era diácono del papa Sixto II y que sufrió el martirio en la Ciudad Eterna durante la persecución de Valeriano. A fines del siglo v se redactó la primera versión de la Passio Polycronii, donde se cuenta su muerte, escrito que poco a poco se fue enriqueciendo con todos los detalles que hoy se conocen sobre la figura de este mártir, pero que no tienen garantía alguna de historicidad.
     Según la tradición, Lorenzo nació en Huesca en el seno de una pudiente familia que lo envió a estudiar a Zaragoza. De aquí pasó a Roma, donde llegó a ser archidiácono de la ciudad. Al comenzar la persecución de Valeriano, Lorenzo, como administrador de los bienes de la Iglesia, los vendió todos y distribuyó el producto a los pobres. Cuando el emperador Valeriano le exigió la entrega de los haberes a él confiados, Lorenzo se presentó ante él con cuantos pobres y enfermos pudo, diciéndole que aquellos eran los tesoros de la Iglesia. Irritado, el Emperador mandó torturarlo cruelmente y finalmente darle muerte asándolo sobre una parrilla.
     El culto a san Lorenzo se extendió rápidamente por toda la cristiandad; en España el poeta Prudencio le dedicó el himno segundo del Peristephanon (compuesto entre los años 398-405), lo que le valió una gran popularidad (Miguel C. Vivancos Gómez, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
    Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de San Lorenzo, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Horario de apertura de la Iglesia de San Lorenzo:
             De Lunes a Jueves, y Sábados: de 08:30 a 11:00; y de 19:30 a 21:00.
             Viernes: de 08:30 a 13:00; y de 19:30 a 21:00.
             Domingos: de 08:30 a 13:45; y de 19:30 a 21:00.

Horario de Misas de la Iglesia de San Lorenzo:
            De Lunes a Sábados: 9:00, 19:00 y 20:00 (Martes y Viernes, a las 20:30).
            Domingos y Festivos: 9:00, 12:00, 13:00 y 20:00.

Página web oficial de la Iglesia de San Lorenzo: www.parroquiadesanlorenzo.blogspot.com

La Iglesia de San Lorenzo, al detalle:
Exterior
Capilla Mayor
          Retablo mayor 
              San Melquisedec, de Francisco Pacheco
Capilla del Cristo de las Fatigas
          Virgen del Carmen
Retablo de la Inmaculada
Capilla del Dulce Nombre

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