Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

   Otra Experiencia con ExplicArte Sevilla :     La intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla" , presentado por Ch...

sábado, 12 de septiembre de 2020

La imagen "María Santísima del Dulce Nombre", de Castillo Lastrucci, titular de la Hermandad del Dulce Nombre, en la Iglesia de San Lorenzo


      Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la imagen "María Santísima del Dulce Nombre", de Castillo Lastrucci, titular de la Hermandad del Dulce Nombre, en la Iglesia de San Lorenzo, de Sevilla.       
     Hoy, 12 de septiembre, se conmemora el dulcísimo Nombre de la Bienaventurada Virgen María. En este día se recuerda el inefable amor de la Madre de Dios hacia su santísimo Hijo, y su figura de Madre del Redentor es propuesta a los fieles para su veneración [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
      Y que mejor día que hoy para ExplicArte la imagen "María Santísima del Dulce Nombre", de Castillo Lastrucci, titular de la Hermandad del Dulce Nombre, en la Iglesia de San Lorenzo, de Sevilla.
     La Iglesia de San Lorenzo [nº 64 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Eslava, 2 (aunque la entrada se efectúa por la plaza de San Lorenzo, 13: o por la calle Hernán Cortes, 7); en el Barrio de San Lorenzo, del Distrito Casco Antiguo.
   En la Iglesia de San Lorenzo podemos contemplar a los pies de la nave de la Epístola la capilla de la Hermandad del Dulce Nombre (antigua capilla de la Hermandad del Gran Poder), donde se venera la Virgen del Dulce Nombre; es una imagen de candelero en madera policromada para vestir. Tiene su cabeza y su cuerpo ejecutados en madera de pino de Flandes, y sus manos en madera de cedro.
   Fue realizada por Antonio Castillo Lastrucci en 1924, midiendo 1,73 metros de altura. Su candelero es de base ovalada y está compuesto por ocho listones que arrancan de las caderas, siendo el actual realizado por el Taller Isbilia en 1991.
   Es la primera y más característica de las dolorosas de tipo “castizo sevillana”, de las labradas y creadas por su autor.
   Para ejecutar su talla Castillo Lastrucci tuvo como paradigma a una modelo suya, de sus tiempos de artista profano y vecina del sevillano Barrio de San Vicente, llamada María Vicenta Cos García (Sevilla, 1901 - Tenerife, 1981). Como curiosidad, indicar que por su elaboración, Castillo Lastrucci cobró 3.000 pesetas.
   La imagen fue restaurada por su autor en los años 1927 y 1941, y en 1991 por el taller Isbilia (www.hermandaddeldulcenombre.org).
   Parroquia de San Lorenzo. Dolorosa de Semana Santa, cofradía de Jesús ante Anás (vulgo "la Bofetada"), Martes Santo. Obra de las más celebradas y características de Antonio Castillo Lastrucci. Mide 1,73 m. y se bendijo en 1924. Muy guapa en su semblante moreno, de buen efecto andaluz entre el resplandor ardiente de la candelería de su paso, donde va acompañada por un San Juan Evangelista del mismo escultor. Es obvia la inspiración en el grupo de la cofradía de la Amargura, pero sin caer en la copia, creando una adaptación moderna. Se dice que con esta efigie del Dulce Nombre de María el escultor inició el concepto de "Virgen castiza" (esto es, con rasgos de mujer del pueblo, de mujer de la calle) que tanto éxito y predicamento habría de tener en nuestra época. Por la belleza del conjunto de imágenes y bordados, este paso es apellidado justamente como "la gracia de Sevilla bajo palio". Juan Manuel Rodríguez Ojeda alcanzó uno de sus mayores logros con las airosas bambalinas caladas, absolutamente definitivas en su sencillo y encantador dibujo, las cuales se mueven con singular donaire. Resulta proverbial el elegante exorno a base de claveles de color rosa pálido, dispuesto en cantidad armónica y equilibradísima, matizando perfectamente la policromía de las andas, cuya finura despierta la admiración de propios y extraños. De ahí que el paso haya sido escogido por dos veces, en 1929 y en 1992, para ir al templo del Salvador, dentro de importantísimas exposiciones (mariana y pasionista) y para ejemplificar (en los momentos culminantes de la universalidad de Sevilla) lo que es nuestro mejor estilo local (Juan Martínez Alcaide. Sevilla Mariana, repertorio iconográfico. Ediciones Guadalquivir, Sevilla. 1997).

María Santísima del Dulce Nombre.
Iconografía: La Virgen dolorosa acompañada por San Juan en la calle de la Amargura.
Autor: Antonio Castillo Lastrucci, 1882-1967.
Cronología: 1923-1924.
Autor de las manos: Luis Álvarez Duarte en madera de cedro. También posee las originales de Antonio Castillo Lastrucci.
Cronología de las manos: 1972.
Intervenciones: Antonio Castillo Lastrucci (1927 y 1941), Julio Cos Capdevilla (1970) y Taller Isbilia la restaura (1991).
Altura: 173 centímetros.
   La escultura mariana es encargada a finales de 1922 por la Junta de Gobierno que encabezaba don José Vaca Librero y formada por los hermanos don Antonio Jiménez Toro, don José Sánchez Ocaña, don José Peña Ramírez, don Manuel Amado Galeano y don Antonio Lallena Victoria. Los rasgos de la Dolorosa están basados en los de una muchacha del barrio de San Vicente que era modelo del artista, llamada María Cos García.
   La bendición tuvo lugar el día 10 de febrero de 1924. Su precio ascendió a 3.000 pesetas. Al igual que el San Juan Evangelista que la acompaña cada Martes Santo, está firmada y fechada en la zona dorsal: "A. Castillo Lastrucci, Sevilla 1924".
   María Santísima del Dulce Nombre es una imagen de candelero para vestir realizada en pino de Flandes. Es la primera imagen mariana que hace el escultor de las denominadas "castizo sevillanas". Su cabeza está en posición frontal, con la mirada hacia abajo. Posee cinco lágrimas de cristal, tres la mejilla izquierda y dos en la derecha. La boca entreabierta deja ver la talla de los dientes superiores.
   Poseemos documentación acerca de una primera intervención a cargo de Antonio Castillo Lastrucci en 1927, el cual le incorpora ojos de cristal, modifica la encarnadura y retalla las manos. El mismo autor la restaura nuevamente en 1941. Julio Cos Capdevilla le realiza un nuevo candelero en 1970. Finalmente, el Taller Isbilia la restaura en 1991.
   La imagen del San Juan Evangelista la realiza el mismo artista y al mismo tiempo, por lo que forma un compacto y acertado grupo iconográfico. Es donación del propio Antonio Castillo Lastrucci y mide 180 centímetros de altura. La policromía es también morena y fija su mirada hacia la Virgen, girando el cuello hacia su derecha. El actual cuerpo lo talló el Taller Isbilia al restaurarlo en 1991. Las manos son de Antonio Eslava Rubio, talladas en 1956.
   La corona procesional es de plata sobredorada, labrada en 1926 por Joyería Dalmás, según dibujo de Antonio Amians y Austria. Consta de canasto, imperiales y ráfaga rematada por el escudo de la corporación. El canasto está dividido en ocho tramos. En cada uno de ellos, hay un óvalo de plata en su color, en el que se representa una escena de la vida de Jesús o de la Virgen. En la unión de los imperiales y enlazando con la ráfaga, se sitúa una cruz sobre la bola del mundo. En la ráfaga se representan espacios calados con cabezas de querubines y en su parte más exterior, se alternan grupos de rayos con una serie de tondos con las cabezas del apostolado. Cada tondo se remata con el perfil de una antorcha flamígera.
   A raíz de su reorganización en la parroquia de San Román, hacia 1919, la hermandad del Dulce Nombre vuelve a procesionar con una Dolorosa bajo palio, ornamentada con un manto de color azul propiedad de la hermandad. El taller de Hijos de M. de Olmo confeccionaría un palio y al mismo tiempo un manto azul, hasta que en 1922 sería sustituido por el que confeccionara Juan Manuel Rodríguez Ojeda. A ello cabe unir una obra excepcional, el manto que confeccionó en 1923 para la antigua Virgen del Dulce Nombre, el mismo año en que se confeccionaría el de la Candelaria, cuyo coste ascendió a veintiocho mil pesetas, perteneciente ya a su última etapa de producción. Eran los años en que desarrollaba su mandato el Hermano Mayor Don José Vaca Librero, que dio un gran impulso a la vida de la Corporación. Curiosamente, en este mismo año se estrenaban también todos los personajes del Misterio, realizados por Antonio Castillo Lastrucci. Al año siguiente, en 1924, se bendecía la nueva imagen de la Dolorosa, obra también de tan insigne imaginero, siendo ornamentada por el manto de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. El manto sería confeccionado sobre terciopelo azul, a juego con el palio. Según Antonio Mañes Manaute, "sigue la misma tónica de inspiración barroca, aunque estas ocasiones, se acerca más a los bordados de los inicios del siglo XVIII. Se inspira en la decoración del terno completo de la parroquia de San Lorenzo de Sevilla". Sigue el esquema ya característico de situar un candilieri a modo de eje central, desde donde se despliega una exhaustiva decoración de motivos vegetales. El 23 de marzo de 1975, siendo Hermano Mayor, Don Martín Arévalo Clavero, la Virgen estrenaba el nuevo manto de terciopelo azul, al que se le habían pasado los bordados del manto anterior, que lo realizaría el taller de Esperanza Elena Caro. Cabe mencionar el manto de camarín confeccionado por los talleres de Herederos de Esperanza Elena Caro en 1999, donado por un hermano de la Corporación.  

   La saya de salida de la Virgen del Dulce Nombre fue bordada en 1942 por Victoria Caro Márquez, siendo pasado a nuevo tisú por su camarera Dolores Gálvez Pedrajas, oficial del taller de Esperanza Elena Caro, siendo restaurado actualmente por los talleres de Charo Bernardino. En las dependencias de la hermandad se conserva el proyecto de esta obra. Es una pieza excelente de tisú de plata bordada en hilos de oro y seda de colores, presentando una ornamentación a base de tres franjas de dibujo decreciente con roleos y decoración de lazos realizados en sedas de colores. Ya en el 2000 se confeccionó una excelente saya boradados en oro sobre terciopelo rosa, obra del taller de Herederos de Esperanza Elena Caro, siendo su diseño José Manuel Elena Martín, basado en la combinación de motivos florales. Hacia el año 2002 los bordados fueron ampliados en el mismo Taller. Como complemento del ajuar procesional cabe destacar la toca de sobremanto en malla de oro, que fue confeccionada por el Convento de San Martín de Cádiz en 1947 (Álvaro Dávila-Armero del Arenal, José Carlos Pérez Morales y José Fernando Gabardón de la Banda, en Palios de Sevilla III La virgen dolorosa sevillana. Ediciones Tartessos, Sevilla. 2006). 
   Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía del Dulce Nombre de la Bienaventurada Virgen María;
Los nombres de la Virgen
   Los vocablos que se emplean para invocar a la Virgen María son tan numerosos como los que designan a Cristo. Los más difundidos son María, Madre de Dios, Virgen Santa, Nuestra  Señora.
1. María
   María es la transcripción latina del nombre hebreo Miriam (Mariam), que significa "gorda" y en consecuencia «bella» (speciosa), de acuerdo al ideal de belleza de los judíos y de los orientales en general.
   Ese nombre, impuesto a la Virgen quince días después de su nacimiento, como era la costumbre con las mujeres, fue elegido en homenaje a la hermana de Moisés, la única mujer llamada así en el Antiguo Testamento.
   El nombre de pila provenzal Mireille, forjado por el poeta Mistral, nada tiene en común con Miriam o María.
   En la mayoría de las naciones cristianas María, cuyo patronazgo se consideraba más poderoso que el de cualquier otra santa, es el nombre de pila femenino más usual. Se le da no sólo a las mujeres sino también a los hombres, asociado con otro nombre masculino (vgr. José María, Juan María). No obstante, en dos países muy católicos, España y Polonia, estaba prohibido emplearlo porque se consideraba tabú al igual que el de Jesús.
   Por eso, el nombre María fue reemplazado en España por alusiones indirectas a sus fiestas y a las órdenes que le están consagradas. Esos sustitutos reverenciales son muy numerosos: Concepción, cuyo diminutivo es Concha, recuerda a la Inmaculada Concepción; Dolores o más familiarmente Lola, a los siete Dolores de la Virgen; Asunción alude a la asunción de la Virgen; Carmen y Mercedes son homenajes a las órdenes del Carmelo y de La Merced, que se consagraban especialmente a Nuestra Señora; el nombre Pilar conmemora la devoción a la célebre virgen del Pilar de Zaragoza. Todos esos nombres de pila femeninos se sobreentienden sin que se deba pronunciar el santo nombre de María, oculto pero presente, como la hostia en el tabernáculo, y en verdad significan María del Carmen, de las Mercedes, de los Dolores, del Pilar. Agreguemos que Soledad recuerda a la Virgen de la Soledad, Rosario la devoción del Rosario, Consuelo a la Virgen de la Consolación.

   Lo mismo ocurrió en Polonia, donde por reverencia  a la Santísima Virgen, estaba prohibido dar a las niñas el nombre María. Cuando el rey Ladislao IV se casó con María Luisa de Nevers, en el contrato matrimonial estipuló que su esposa renunciaría a su primer nombre que resultaba chocante para los polacos, y que sólo conservaría el segundo, Luisa.
   El nombre María es frecuente en la onomástica geográfica o toponimia. En Francia numerosas localidades se llaman Dammarie Donnemarie (Domina Marie). En Alemania, además de las formas habituales: Marienburg, Marienwerder que son legión, también se encuentran casos en que Marien se disimula bajo las formas Märgen, Mergen. Por ejemplo en Mergentheim, o más simplemente Mar en Markirch, transcripción alemana de Santa María de las Minas, en Alsacia.
   Los Padres de la Iglesia y los teólogos de la Edad Media, muy apasionados con las etimologías fantásticas (porque entonces la etimología no era más que una forma del juego de palabras), emplearon su ingenio para adivinar el origen del nom­bre María.
   La mayoría de ellos pensó, naturalmente, en la palabra latina mare, mar. Para san Anselmo, María significa señora o soberana de la mar (Domina maris). Según san Jerónimo y san Bernardo, sería la estrella del mar (Stella Maris); el vocablo hebreo Miriam o Mariam se dejaría interpretar más bien como Stilla maris, gota del mar (iam: mar en hebreo).
   Otros han buscado conexiones, igualmente infundadas, con mirra, perfume de oriente que servía para embalsamar a los muertos y volver incorruptibles sus cuerpos.
   Los teólogos no se contentaron con estas fantasías etimológicas. Con las cinco letras combinadas del nombre María compusieron letanías o laudes en forma de acrósticos, en honor de la Santa Virgen.
   Gracias a ese sistema de prestidigitación verbal, muy del gusto de la Edad Media, pueden extraerse de las letras de María tomadas como iniciales, por ejemplo los nom­bres de sus cinco prefiguraciones del Antiguo Testamento: Mirian, la hermana de Moisés que cantó la liberación del pueblo hebreo después del paso del mar Rojo; Ana, madre de Samuel que consagró su hijo al Señor; Raquel, que lloró a sus hijos; Judit, que liberó su nación  decapitando  a Holofernes;  Abigail,  que supo aplacar la cólera del rey David.
   Con esas mismas letras, san Buenaventura divide un rosario de alabanzas de la Virgen a la que saluda con los títulos mediatrix, auxiliatrix, reparatrix, illuminatrix, advocata.
   Otros se ingenian para extraer nombres de flores: margarita, ancolía, rosa, eglantina.
   Finalmente, el dominico Pedro de Udine compuso con las letras del nombre María un brillante ramo de piedras preciosas: margarita (perla), adamas (diamante), rubinus (rubí), iaspus (jaspe), amethistus (amatista).
2. La Madre de Dios
   Con frecuencia María es invocada con el nombre de Madre de Dios. Los griegos la llamaban Theotokos, los latinos Mater Dei, Deipara, Dei Genetrix. En francés arcaico se deáa La Mère-Dieu, que corresponde al latín Mater Dei, con Dios en genitivo como en La Chaise-Dieu (Casa Dei), Hotel-Dieu (Hospitium Dei). En italiano Madre di Dio, en castellano Madre de Dios, corresponden al inglés Godmother, al alemán Muttergottes, Gottesgebärerin, al polaco Matka Boska. La transcripción rusa de Theotokos es Bogomater o Bogoroditsa.
3. La Santísima Virgen
   Esta  tercera  denominación  está representada en griego por Parthenos o Panagia (la santísima), en latín por Sanctissima Virgo. Los italianos dicen Maria Vergine, los españoles La Santísima Virgen, los ingleses The Blessed Virgin, los alemanes Die heilige Jungfrau, los holandeses De Heilige Maagd, los rusos Presviataia Deva.
4. Nuestra Señora
   La Edad Media tomó al fin el bello nombre de Nuestra Señora del lenguaje caballeresco. Con él, todos los cristianos se reconocían como vasallos de la Madre de Cristo. Esta denominación fue popularizada por san Bernardo y la orden del Cister. Bajo ese nombre (Notre Dame) están todas las iglesias de Francia consagradas a la Virgen.
   Todas las lenguas han adoptado esa expresión de homenaje que en italiano se convirtió en Nostra Signora, en castellano Nuestra Señora, en inglés Our Blessed Lady, en alemán Unsere Liebe Frau, en holandés Onze Lieve Vrouw, en danés Vor Frue. En Alemania se llama Liebfrauenkirchen a las iglesias dedicadas a Nuestra  Señora.
5. La Madona
   Es necesario subrayar, no obstante, la preferencia de los italianos por Madonna (Mi Señora, o Mi Dama), que pasó al francés en el siglo XVII, hacia 1640, bajo la forma Madone. La fortuna de esa breve y armoniosa expresión ha sido tal que en la época moderna casi ha suplantado a Notre  Dame.
   Esta lista no agota el onomástico de la Virgen María que también es invocada con otros nombres. Los bizantinos le dedicaron iglesias bajo los títulos de Panagia, Hodigitria, Nikopoia e incluso Pantanassa (la Virgen Reina, la Reina de las Reinas). Peribleptos (La Brillante), se encuentra en la advocación  de dos iglesias de Mistra, en  el Peloponeso (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Conozcamos mejor la Solemnidad del Dulce Nombre de la Bienaventurada Virgen María
;   
   La propagación de la devoción al Santísimo Nombre de Jesús por parte de dominicos, con las Hermandades del Dulce Nombre, y de franciscanos en sus predicaciones populares, tales como las de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María. Fiesta de origen ibérico, fue aprobada con Oficio propio por Julio II della Rovere en 1513 para la Diócesis de Cuenca, y señalada el quince de septiembre, Octava de la Natividad. Suprimida en la reforma litúrgica de San Pío V Ghislieri, por decreto de Sixto V Peretti de dieciséis de enero de 1587, fue rehabilitada y trasladada al diecisiete de septiembre. En 1622 fue extendida a la Archidiócesis de Toledo por Gregorio XV Ludovisi. Aunque después de 1625 la Congregación de los Ritos titubeó durante un tiempo conceder más extensiones de la fiesta, sabemos que era celebrada por los trinitarios españoles en 1640 y que fue concedida a Austria como doble de segunda clase el uno de agosto de 1654. En 1666 los Carmelitas Descalzos recibieron la facultad de recitar el Oficio del Nombre de María cuatro veces al año con la categoría de doble. Finalmente, fue concedida a toda España, al Reino de Nápoles y al Milanesado el veintiséis de enero de 1671.  Inocencio XI Odescalchi la introdujo en el calendario general de la Iglesia Latina con la categoría litúrgica de duplex majus por decreto del veinticinco de noviembre de l683 tras la victoria de Viena sobre los turcos por las fuerzas de Juan Sobieski, rey de Polonia, y la asignó al domingo después de la Natividad de María. De acuerdo al decreto del ocho de julio de 1908, cuando la fiesta no pudiera ser celebrada en su propio domingo porque éste lo ocupara una fiesta de mayor jerarquía, debería trasladarse al doce de septiembre, el día aniversario de la victoria de Sobieski, fecha en que fue fijada en la reforma del calendario de San Pío X Sarto de 1911.
    Aunque esta fiesta fue suprimida en el Misal Romano de 1969, se repuso en la edición del año 2002, bajo San Juan Pablo II Wojtyla, entre las memorias libres marianas. La oración colecta de la misa es la siguiente: “Concédenos, Dios omnipotente, que el glorioso nombre de la bienaventurada Virgen María que ahora celebramos, nos obtenga los beneficios de tu misericordia”. La superoblata: “Por la intercesión de la siempre Virgen María, te pedimos, Señor, que aceptes estos dones que te presentamos, y nos transformes a quienes veneramos tu Santo Nombre”.  La postcomunión: “Concédenos, Padre, alcanzar la gracia de tu bendición por intercesión de María, la Madre de Dios, para que, quienes hemos celebrado su nombre venerable obtengamos su auxilio en todas nuestras necesidades” (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
Conozcamos mejor la Biografía de Castillo Lastrucci, autor de la imagen reseñada;
   Antonio Castillo Lastrucci, (Sevilla, 20 de febrero de 1882 – 29 de noviembre de 1967) Escultor.
   Autor de innumerables imágenes y misterios para las cofradías sevillanas: titulares y sayones de la Hermandad de la Bofetá 1923-1924; todo el misterio de San Benito 1928; grupo de la Sentencia, sin la efigie del Señor 1929; titulares de la Hermandad de la Hiniesta e imagen de la Magdalena 1937-1938 y 1944; grupo de las Tres Caídas de Triana, sin el Señor 1940-1941; misterio completo del Prendimiento y sus andas 1945; apóstoles de la Oración en el Huerto 1950; sayones del grupo de las Penas de Triana 1952; misterio completo del Beso de Judas 1958-1960; sayones en el grupo de Jesús ante Caifás 1961. También realizó distintas restauraciones, destacando las efectuadas a la Virgen de la Esperanza de Triana en 1929, la de Jesús Nazareno (La O) en 1936 y al Señor de la Oración en el Huerto 1942. Su obra es inmensamente prolífica (unas 1.150 esculturas), ya que tuvo que sustituir tras la guerra numerosas imágenes que se perdieron. En mayo de 1961 fue merecedor de un homenaje de las Cofradías sevillanas. Fue nombrado hermano de honor en las Hermandades del Prendimiento 1962 y en la Hiniesta 1965.
   El gobierno de la nación le hizo acreedor de la Medalla al Mérito de Trabajo, que se le puso póstumamente sobre su féretro. Su nombre ha quedado perpetuado desde 1964 en la nomenclatura de la ciudad, Imaginero Castillo Lastrucci, entre las calles San Vicente y Torneo. El 9 de noviembre de 1995, los restos de este imaginero fueron enterrados en la parroquia de San Julián a petición de la Hermandad de la Hiniesta, bajo una imagen de la Piedad que él labró en 1949 (Juan Carrero Rodríguez, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
      Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la imagen "María Santísima del Dulce Nombre", de Castillo Lastrucci, titular de la Hermandad del Dulce Nombre, en la Iglesia de San Lorenzo, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre la Hermandad del Dulce Nombre, en ExplicArte Sevilla.

Más sobre la Iglesia de San Lorenzo, en ExplicArte Sevilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario