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martes, 8 de septiembre de 2020

La Iglesia del Buen Suceso


     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia del Buen Suceso, de Sevilla.
   Hoy, 8 de septiembre, es la Fiesta de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, de la estirpe de Abrahán, nacida de la tribu de Judá y de la progenie del rey David, de la cual nació el Hijo de Dios, hecho hombre por obra del Espíritu Santo, para liberar a la humanidad de la antigua servidumbre del pecado [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].

      Y que mejor día que hoy para ExplicArte la Iglesia del Buen Suceso, de Sevilla, ya que un día como hoy, pero del año 1730, se inauguró el templo en la festividad de la Virgen del Buen Suceso.
   La Iglesia del Buen Suceso se encuentra en la plaza del Buen Suceso, 6; en el Barrio de la Alfalfa, del Distrito Casco Antiguo.
   En la antigua morería sevillana se levantó, en el siglo XVII, una iglesia de advocación típicamente madrileña, con origen en el hospital que abrieron en la capital del reino los hermanos obregones, encargados de regentar el hospital de la Corte en las cercanías de la Puerta del Sol. Allí colocaron, en julio de 1607, una imagen de la Virgen del Buen Suceso, advocación que se extendería posteriormente por todo el país.

   En 1634 llegó a Sevilla el hermano Carlos de Obregón, que obtuvo tres años más tarde la licencia para erigir un hospital. Fue en un principio una antigua ermita dedicada a la Virgen que, a finales del mismo siglo, fue sustituida por el actual edificio. Hasta la general exclaustración de 1835 permaneció allí la congregación fundadora; desde entonces pasó por diversos usos hasta llegar a la ocupación actual por parte de la Orden del Carmelo. Una Orden que llegó a Sevilla a mediados del siglo XIV, construyendo su monasterio en la Calle Baños, donde permanecieron hasta la exclaustración de 1835, perdiendo también la iglesia de San Alberto, hoy sede de los Filipenses. A fines del XIX vuelven a nuestra ciudad, pero, al estar sus antiguos conventos ocupados, tuvieron que buscar una nueva sede, que consiguieron por la intermediación del Cardenal Spínola, trasladándose al antiguo hospital del Buen Suceso.

   Las obras de la iglesia se iniciaron en 1690 con la atribuida intervención del arquitecto Leonardo de Figueroa. Si consta documentalmente la intervención de Pedro Roldán y de su hijo en la labra de las 24 columnas en pórfido rojo de Morón que soportan la estructura interior de la iglesia.
   La fachada exterior, en ladrillo, presenta tres cuerpos. En el primero se abre el gran portón de acceso, bajo un arco de medio punto. En el segundo, tres hornacinas aparecen flanqueadas por óculos con cuadros decorativos. Cobijan a las imágenes de la Virgen del Carmen, San José con el Niño y San Elías, realizadas en barro cocido por Darío Fernández en el año 2006. En el tercer cuerpo un óculo con vidriera muestra el escudo del Carmelo.

   El templo presenta una planta rectangular con una única nave, crucero con cúpula circular, cubierta a partir de bóvedas baídas, presentando en los laterales unas tribunas. Un modesto espacio de apenas 300 metros cuadrados en el que se consigue un efecto envolvente y una sensación de espacio fingido tan característicos del barroco. Presenta una decoración pictórica mural realizada entre 1920-1935 por Antonio Rodríguez Gutiérrez, con un programa iconográfico de exaltación de la Orden carmelita.
   El retablo mayor se erigió en el primer tercio del siglo XVIII, atribuyéndose su traza a José Fernando de Medinilla, mientras que las pinturas que cobija son obra de Domingo Martínez (1733). Se estructura en torno a un gran camarín central, con sagrario de Gabella a los pies, y las imágenes de Elías y Dios Padre en el ático. En una original estructura donde se superponen cuadros mixtilíneos y rocalla como elemento decorativo, aparecen distribuidas las pinturas de Domingo Martínez. Muestran el árbol completo de la Genealogía Temporal de Cristo, a través de los Patriarcas que le precedieron desde Abraham a San José, estando representados en parejas y con una calidad que demuestra el buen hacer del pintor en el arte del retrato. En la zona superior hay tres escenas que aluden a la historia de la Virgen del Buen Suceso, la iconografía fundacional del edificio. La talla de la Virgen del Carmen del camarín central es obra del granadino Rafael Barbero que sustituyó a la original del siglo XVIII, destruida el 11 de mayo de 1931. En junio de 2008 fue sustituida la imagen del Niño por una nueva talla más acorde con el conjunto realizada por Darío Fernández.

   En el muro derecho, a los pies, se sitúa un pedestal con talla de San Juan Bautista, obra moderna de 1991. A continuación, el altar de Santa Ana y la Virgen cobija el grupo labrado por Martínez Montañés en 1632 para el convento carmelita de San Alberto, iconografía que ha había realizado el mismo autor para el convento de carmelitas de Santa Ana, originalmente concebida para procesionar. La escultura original de la Virgen fue destruida en 1931, siendo la actual una copia realizada por Rafael Barbero. El resto de las imágenes del retablo son obra del siglo XVIII. En el ático se muestra una pintura de Domingo Martínez que representa los desposorios de la Virgen. En el crucero, en un retablo de la primera mitad del XVIII, se sitúa la imagen de Santa Teresa, obra de Alonso Cano de hacia 1628-29 realizada para la iglesia de San Alberto y que muestra a la Santa con los atributos de Doctora antes de que la Iglesia le concediera ese rango. Tiene características cercanas al retrato que Fray Juan de la Misericordia realizó a la Santa del natural, conservado en el convento de las Teresas. En la parte superior, lienzo de Domingo Martínez que representa la Coronación de la Virgen.

   En el muro derecho se sitúa un retablo del primer tercio del XVIII con escultura de San Alberto de Sicilia atribuida a Alonso Cano y también proveniente del convento carmelita de San Alberto. En la parte superior pintura de Domingo Martínez representando la Presentación de la Virgen en el templo. Le sigue un retablo hornacina, con un Crucificado copia de la imagen que ardió en 1931. Las esculturas laterales son del siglo XVIII. En el muro de los pies se muestra una imagen del beato Tito Brandsma, obra de Juan de Abascal de 1991. Los retablos laterales del templo fueron realizados, al igual que el retablo mayor, por el ensamblador José Fernando de Medinilla (1733) Una iglesia de concepción original entre los templos sevillanos y con un sugerente efecto envolvente en un rincón poco conocido de la antigua morería (Manuel Jesús Roldán,  Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de la Fiesta de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María;
   Se ignora no sólo la fecha, fijada arbitrariamente el 8 de septiembre (El Sol, explican los teólogos, en esta fecha entra en el signo e Virgo, así como Cristo entrará en el vientre de María), sino también el lugar de nacimiento de la Virgen: unos opinan que fue en Jerusalén, otros en Nazaret o Belén.
   A causa de la ausencia de detalles tópicos, los artistas copiaron la Natividad de la Virgen de la Natividad de Cristo.
   Santa Ana está acostada o sentada en su cama, asistida por dos mujeres que vierten agua con un aguamanil sobre sus manos. En Dafni, una de ellas, de pie detrás de la cabecera de la cama, agita un matamoscas encima de su cabeza.
   Es posible que esas tres mujeres sean una supervivencia de las tres Parcas de la mitología  griega, siempre presentes cuando un niño abre los ojos a la luz.
   Como en la Natividad de Jesús, el motivo bizantino del Baño de la niña persistíó a lo largo tiempo. Las comadronas bañan a la pequeña María en una cuba, jofaina o pila con forma de copa.
   En la pintura realista del siglo XV, esta nota de intimidad y esta búsqueda de lo pictórico se exageran a expensas del sentimiento religioso. Las vecinas acuden para visitar a la parturienta, charlar con ella y llevarle regalos. Calientan el agua del baño y sacan pañales del arcón. La Natividad  de la Virgen se convirtió en una escena de género.
   A partir del siglo XVI se puso de manifiesto una reacción contra esta concepción burguesa y prosaica de la leyenda mariana. Altdorfer transportó el lugar de la escena de una habitación de parturienta a la nave de una iglesia. Regresó a tradición popular según la cual los ángeles habrían descendido del cielo para celebrar el nacimiento de su futura Reina. Éstos vuelan hacia su cuna, describen una alegre ronda encima de su cabeza y cantan en su honor.
    En el siglo XVII, en la iconografía  inspirada por el concilio de Trento casi siempre se ven ángeles afanados alrededor de la Virgen recién nacida, como para elevar su nacimiento al mundo divino. Sin embargo este motivo es muy anterior al concilio, puesto que ya aparece hacia 1520 en la Ronda de los ángeles de Altdorfer (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Conozcamos mejor la Solemnidad de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María;
   Primera fiesta relativa a la infancia de María, con unos orígenes bastante oscuros. Debió surgir como conmemoración en la basílica levantada en su honor en Jerusalén junto a la piscina probática, que está atestiguada a partir del siglo V y confirmada por la arqueología, en el lugar que el apócrifo Protoevangelio de Santiago señala su nacimiento, sobre esta época. Los cruzados levantaron allí la Basílica de Santa Ana4. La fecha del ocho de septiembre debió fijarse porque al ser el principio de la Obra de la Redención, era oportuno colocarla al principio del año eclesiástico, según el Menologium Basilianum. Condicionó posteriormente la del ocho de diciembre de la Inmaculada. Existe un himno escrito por Romano el Meloda hacia el 550 en honor de la Natividad de la Virgen María, pero se duda de que fuera compuesto para la liturgia, aunque habla de la celebración de la fiesta. En Oriente adquirió pronto notorio auge, y ya en el periodo justinianeo se la atestigua en Bizancio.  
     En el siglo VII fue introducida en Occidente. Aparece en el calendario de Sonnacio, Obispo de Reims (614-631). Sergio I (+701) prescribe en Roma letanías en esta fiesta, como en las demás marianas, con procesión que partía desde San Adriano (edificio de la Curia en el Foro Romano) hasta Santa María la Mayor. Los antiguos sacramentarios, excepto el Leoniano, ofrecen ya formularios para una fiesta del nacimiento de la Virgen.  Fue dotada de octava por Inocencio IV Fieschi en 1243, como cumplimiento de un voto hecho por los cardenales en el cónclave de 1241, cuando estuvieron presos tres meses del Emperador Federico II. Gregorio XI Beaufort ha hizo preceder de vigilia en 1378. Declarada fiesta de precepto, perdió este carácter en la reforma de San Pío X Sarto, y actualmente tiene el rango litúrgico de fiesta.  En cuanto a la elección del día, hay quien opina que se impuso esta fecha porque, al considerar el nacimiento de María el principio de la culminación de la Obra de la Redención, se impuso septiembre por ser el comienzo del año litúrgico de los griegos. No obstante, otras fechas se registran para la fiesta: el antiguo calendario jeronimiano le señala el diez de agosto; los coptos la celebraban el veintiséis de abril y ahora el uno de mayo; los abisinios la conmemoraban durante treinta y tres días seguidos bajo el título de Semilla de Jacob. La consolidación y generalización de la fecha del ocho de septiembre parece deberse a que, instituida la de la Inmaculada Concepción el ocho de diciembre por ella, al retrotraerse nueve meses de gestación, al popularizarse, incidió reflejamente en la de la Natividad (Ramón de la Campa Carmona, Las Fiestas de la Virgen en el año litúrgico católico, Regina Mater Misericordiae. Estudios Históricos, Artísticos y Antropológicos de Advocaciones Marianas. Córdoba, 2016).
      Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia del Buen Suceso, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Horario de apertura de la Iglesia del Buen Suceso:
           Ver horario de Misas.

Horario de Misas de la Iglesia del Buen Suceso:
            De Lunes a Viernes: 10:00, y 20:30
            Sábados: 20:30
            Domingos: 11:30, 12:30, y 20:30

Página web oficial de la Iglesia del Buen Suceso: No tiene.

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