Un paseo por la calle Tetuán

 

   Por amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Tetuán, de Sevilla, dando un paseo por ella. 

     Hoy, 6 de febrero es el aniversario de la Toma de Tetuán (6 de febrero de 1860) por el general O'Donnell, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Tetuán, de Sevilla, dando un paseo por ella.

      La calle Tetuán es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de la Alfalfa, del Distrito Casco Antiguo; y va de la confluencia de las calles Velázquez, y Rioja, a la confluencia de la calle Granada con la plaza Nueva. 

      La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.

     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.

           Desde comienzos del s. XV este espacio aparece documentado con el nombre de Monteros, aunque el topónimo puede remontarse a la época de la conquista de Sevi­lla, pues el historiador Peraza lo atribuye al hecho de que allí estaban instalados los cazadores o "monteros del Santo Rey". En los últimos años de aquel mismo siglo, y hasta mediados del XVII, el nombre coexiste con el de Colcheros, que termina sustituyéndolo en esa fecha y que responde, al parecer, al establecimiento de fabricantes de colchas. En 1869 la calle se rotula con el actual, con motivo de la toma de Tetuán por el general O'Donnell, que tuvo lugar en febrero de ese mismo año. En 1931 se amplió el rótulo a Conquista de Tetuán, para reducirse de nuevo a Tetuán en 1936.

     Es de mediana anchura y trazado ligeramente curvo, más pronunciado en su parte central. En la acera izquierda, a la altura del núm. 7, presenta una barreduela numerada correlativamente a la calle y separada de ella por marmolillos de fundición. De ella parte el pasaje de las Delicias, que comunica con Sierpes. La disposición actual no difiere básicamente de la que puede verse en el plano de Olavide (1771), aunque tras sucesivos derribos y alineaciones ha ganado en rectitud y en anchura. A mediados del s. XIX el Municipio proyectó la alineación del eje Plaza Nueva-Campana, proyecto que en 1863 fue desestimado por el Gobierno y que posteriormente pudo aplicarse mediante expropiaciones, rectificaciones de líneas y ensanche que tuvieron lugar entre 1868 y 1922, sobre todo en el primer tramo. Todavía presenta alguna rinconada, resultado de esa política de alineación de fachadas no del todo culminada. Tetuán está cruzada por Albareda, y desembocan en ella. por la derecha, Muñoz Olivé y Rosario; y por la izquierda, pasaje del Ateneo, pasaje de las Delicias y Jovellanos. Pavimentada "de la­drillo y arena" en 1522, se empiedra en 1601. Ese empedrado se sustituye en 1858 por un sistema mixto de adoquines y piedras, hasta que en 1860 la Sociedad del Ferrocarril de Cádiz se compromete a adoquinarla en compensación por la construcción de la estación. En 1876 se colocan losas de Tarifa en las aceras y en 1921 se pavimenta con "asfalto comprimido". En la actualidad presenta la habitual capa asfáltica del centro de Sevilla y posee aceras de losetas de dos colores (Hace pocos años ha sido peatonalizada). Se ilumina mediante báculos metá­licos adosados a las fachadas.

     Su caserío es muy variado y en aceptable estado de conservación, dado el carácter comercial de la calle, aunque ha sido ese mismo carácter el que ha propiciado derribos y desapariciones de viejos edificios. Dominan las viviendas de la primera mitad de siglo, de tres plantas, algunas con cierros a la calle, y es probable que en algunos casos las plantas bajas estuviesen ya adaptadas para locales comerciales desde la misma fecha de su construcción. Se intercalan tam­bién algunos edificios de la arquitectura regionalista e historicista sevillana, y varios de reciente construcción, en algún caso de fachada lisa y ciega, que rompen la línea dominante de la calle. Quedan asimismo varias muestras de arquitectura popular. Los ejemplares más interesantes son la casa núm. 1, de estilo neobarroco, obra del ar­quitecto Juan Talavera y Heredia (1927-29); la 2 al 6, de ladrillo visto, de Aníbal González (1915-17); la 21, de estilo racionalista, del arquitecto Luis Fernández-Palacios y Palazuelos; la 25, modernista, también de Ta­lavera (1911) y la 31, de tres plantas y facha­da avitolada, sede de una entidad bancaria. En la esquina con Granada hay un edificio de estilo neoclásico construido en los años 40, ocupado también por un banco.

     La importancia histórica de la calle está avalada por abundante documentación. Desde el s. XV se significó por la existencia de algunos hospitales, como el de Santiago y sobre todo el del Espíritu Santo, fundado en el XVI y que antes se llamó de la Coronación de Nuestra Señora y de Santa Catalina de los Desamparados. En él se fundieron en 1587 otros centros hospitalarios menores. Estaba especializado en la curación de llagas y tisis, y fue también hospicio de niños expósitos y recogidas. En no pocas ocasiones los vecinos de la calle e incluso el Municipio se quejaron a la autoridad eclesiástica por los riesgos que suponía la ampliación del hospital y la presencia masiva de "enfermos de llagas, cánceres y erisipelas" y del "contagio y malos olores que producen", según un documento de 1588. Funcionó hasta 1837 y en sus antiguas dependencias se ubicó temporalmente la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Fue derribado en 1845 y en el solar se construyó el teatro San Fernando. 

     Por tratarse de un espacio céntrico, Tetuán fue también paso obligado de cofradías, procesiones religiosas y cívicas, entierros de la sardina, etc. Por ello figura entre las calles que el Municipio manda limpiar en 1625 con motivo de los desfi­les procesionales de Semana Santa. Y en 1703 hay referencia documental sobre el paso de la comitiva de un auto de fe procedente del castillo de la Inquisición de Triana. Pero fue sobre todo en la segunda mitad del XIX cuando la calle se convirtió en uno de los enclaves comerciales y recreativos más notables de la ciudad. A ello contribuyó en primer término la inauguración del teatro San Fernando, construido en 1847 sobre el solar del citado Hospital del Espíritu Santo. Reformado notablemente en 1865, fue clausurado en la década de los 60 y finalmente demolido en 1970. Este gran "coliseo" sevillano, como se designaba en la prensa decimonónica, estaba destinado no sólo a representaciones teatrales y líricas y a conciertos musicales, sino que sirvió con cierta frecuencia de escenario de fiestas, bailes de carnaval, etc., con la consiguiente animación de la calle. En nuestro siglo pasaron por su escenario muchas revistas y espectáculos de variedades. La prensa se hace eco del movimiento de carruajes en las horas nocturnas, del ir y venir del público festivo, de la presencia de mendigos y rateros junto a las taquillas... La cercanía de otro teatro (El Principal, en la actual Pedro Caravaca) contribuía a animar toda esta zona, transitada primero por los tranvías de mulas y más tarde por los eléctricos. 

     Pero Tetuán se distinguió también a lo largo del XIX y buena parte del XX por sus establecimientos comerciales, sus cafés, círculos y bares, lo que lleva a un periodista de la época a escribir que "indudablemente está llamada a sustituir a la de Sierpes en importancia y animación" (La Andalucía, 20-1-1864). En efecto, en el pasado siglo abrían en ella sus puertas el Café de Bordallo, en la esquina con la Plaza Nueva; la Perla; el Casino Sevillano, etc. Y también importantes librerías, como la de Francisco Álvarez, que Luis Montoto describe como "la única editorial de Sevilla"; la de Santisoga, o la tienda del librero Fernando Fe, después trasladado a Madrid. Varias imprentas y algunos establecimientos de otros ramos, como la farmacia El Globo, abierta en 1870 y todavía existente. El movi­miento y la ambientación que esa condición comercial daban a la calle se acentuaba con los puestos de flores y los sillones que círculos y cafés colocaban en las aceras. En la segunda mitad del siglo hay noticias sobre ambiente de prostitución.

     Este carácter festivo de la calle, sin perder su condición comercial, se ha mantenido hasta bien entrado nuestro siglo, en el que han ido desapareciendo algunos establecimientos de gran solera, como el Café Gayango, con tertulia propia; el Gran Britz, en la esquina con Rioja. del que era asiduo el torero Rafael el Gallo, o la Granja el Her­nal. También el local de bebidas El 9, en la esquina con Rosario, que el escritor Manuel Díez-Crespo evoca como uno de los puntos de reunión de los poetas sevillanos del gru­po Mediodía; la confitería La Española, la cervecería del mismo nombre, el Casino Militar, la librería religiosa de Rafael Rodríguez, etc. Recientemente ha desaparecido también El Sport, al que el novelista Alfonso Grosso describió como "la más selecta, discriminatoria y sofisticada bodeguita tras el cierre de La Fiambrera" (La buena muerte). En la fachada de este establecimiento estaba el conocido azulejo de Enrique Orce, que, una vez restaurado, ha vuelto a ser instalado en el mismo lugar, hoy comercio de joyería. En la actualidad Tetuán cumple una función marcadamente comercial y mercantil, con gran movimiento de personas. A sus numerosos establecimientos bancarios hay que añadir una amplia variedad de comercios (zapaterías, tejidos, modas, joyerías, peleterías e incluso unos grandes almacenes, etc.) que dan a la calle extraordinaria animación en las horas diurnas. 

     Hay pocas viviendas, y en buena medida los pisos altos se destinan a almacenes o a oficinas. Numerosos anuncios luminosos y en banderola contribuyen a darle carácter. También se conservan algunos azulejos publicitarios en fachadas. Canaliza el intenso tráfico rodado entre la Plaza Nueva y Campana, por lo que es ruidosa y en ocasiones incómoda para los peatones (Actualmente es una vía peatonal). Apenas si conserva ya los círculos e instituciones cultural y recreativas que tanto carácter le dieron en el pasado, con la excepción del Ateneo, instalado, desde su fundación en 1887, en una antigua casa de be­llo estilo y que aún presenta sus dos salones acristalados a la calle ("el cenicero" y "el tranvía"), como recuerdo de un tono deci­monónico ya desaparecido del resto de la calle. La literatura sobre Sevilla se ha hecho eco del carácter y los ambientes de esta calle en las obras de Luis Montoto, Chaves Rey, Muñoz y Pabón, Rafael Laffón, José Mas, Pérez Lugin, Carlos Reyles, Alfonso Grosso, Manuel Barrios y otros autores [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].

Tetuán, 10 al 14. En este solar se construyó en el siglo XVI el Hospital del Espíritu Santo.

Tetuán, 31. Casa de tres plantas, con fachada avitolada y portada con pilastras toscanas cajeadas. En el interior posee un patio de columnas con arcos de me­dio punto [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].

Conozcamos mejor el acontecimiento histórico de la Toma de Tetuán, que da nombre a la vía;

     El ejército expedicionario, que partió de Algeciras, estaba compuesto por treinta y seis mil hombres, sesenta y cinco piezas de artillería y cuarenta y un navíos entre buques de vapor, de vela y lanchas. O'Donnell dividió las fuerzas en tres cuerpos de ejército en los que puso al frente a los generales Juan Zabala de la Puente, Antonio Ros de Olano y Rafael Echagüe y Bermingham. El grupo de reserva estuvo bajo el mando del general Juan Prim. El almirante Segundo Díaz Herrero fue nombrado jefe de la flota.

     El objetivo final era la toma de Tetuán. El 17 de diciembre empezaron las hostilidades por parte de la columna mandada por Zabala que ocupó la Sierra de Bullones. Dos días después Echagüe conquistó el Palacio del Serrallo y O'Donnell se puso al frente de la fuerza que desembarcó en Ceuta el 21. El día de Navidad los tres cuerpos de ejército habían consolidado sus posiciones y esperaban la orden de avanzar hacia Tetuán.

     El 1 de enero de 1860, el general Prim avanzó en tromba hasta la desembocadura de Uad el Jelú con el apoyo al flanco del general Zabala y el de la flota que mantenía a las fuerzas enemigas alejadas de la costa. Las refriegas continuaron hasta el 31 de enero donde fue contenida una acción ofensiva marroquí, y O'Donnell comenzó la marcha hacia Tetuán, con el apoyo de los voluntarios catalanes. Recibía la cobertura del general Ros de Olano y de Prim en los flancos. La presión de la artillería española desbarató las filas marroquíes hasta el punto de que los restos de este ejército tomaron refugio en Tetuán, que cayó el 6 de febrero.

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Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La calle General Polavieja, al detalle:

Edificio calle Tetúan, 1

Edificio calle Tetúan, 2 al 6

Edificio calle Tetúan, 21

Edificio calle Tetúan, 25

Edificio calle Tetúan, 31