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viernes, 19 de febrero de 2021

El banco de la provincia de Teruel, en la Plaza de España

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el banco de la provincia de Teruel, en la Plaza de España, de Sevilla.
       Hoy, 19 de febrero (dentro del tercer fin de semana del mes de febrero), se celebra en Teruel la Fiesta de las Bodas de Isabel de Segura, en las que tiene lugar la recreación del acto de vasallaje y desfile ante el Rey Niño Jaime I El Conquistador, escena histórica que se representa en el panel central del banco de la provincia turolense de la Plaza de España, así que hoy es el mejor día para Explicarte el banco de la provincia de Teruel en la Plaza de España, de Sevilla.
     La Plaza de España [nº 62 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; nº 31 en el plano oficial de la Junta de Andalucía; nº 1 en el plano oficial del Parque de María Luisa; y nº 4 al 8 en el plano oficial de la Exposición Iberoamericana de 1929], se encuentra en el Parque de María Luisa [nº 64 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla];  en el Barrio de El Prado-Parque de María Luisa, del Distrito Sur.
     La plaza de España consta de cuatro tramos de catorce arcos cada uno, en cuya parte inferior se sitúan bancos de cerámica dedicados a cada provincia española. Flanquean el conjunto dos torres, denominadas Norte y Sur, intercalándose tres pabellones intermedios, que corresponden a la Puerta de Aragón, la Puerta de Castilla y la Puerta de Navarra. El central o Puerta de Castilla es de mayor envergadura y alberga la Capitanía General Militar.
     La estructura de cada banco provincial consiste en un panel frontal representando un acontecimiento histórico representativo de la provincia en cuestión, incluyendo por lo general escenas con los monumentos más representativos de la ciudad o provincia. Flanquean el conjunto anaqueles de cerámica vidriada, destinados originalmente a contener publicaciones y folletos de la provincia en cuestión. Rematando el banco aparece un medallón cerámico en relieve con su escudo. En el suelo se reproduce en azulejos el plano de la provincia y sus localidades más destacadas. Entre los arcos figuran los bustos en relieve de los personajes más importantes de la historia de España. La ejecución de la mayoría de los mismos corrió a cargo del escultor ceramista Pedro Navia Campos.
   La Exposición Iberoamericana tuvo sus motivaciones políticas y propagandísticas, y éstas influyeron en algunos detalles. Respecto a las escenas históricas representadas en los bancos de las provincias, algunos de ellos fueron retirados precipitadamente en los meses previos a su inauguración por sus incorrecciones históricas o su inconveniencia política, ya que se consideró que no sintonizaban con la idea de unidad y paz que pretendía proyectar el recinto monumental.
      En el banco de la provincia de Teruel, situado entre los de las provincias de Tarragona y Toledo, y entre la puerta de Navarra y la Torre Sur de la Plaza de España, la escena histórica representada en su panel central es "los nobles rinden pleitesía en Teruel a Jaime I el Conquistador", hecho acontecido en 1226, obra de Enrique Orce para la Fábrica Vda. de Tova Villalva, restaurado in situ por la Escuela Taller de la Plaza de España, en la última fase de los trabajos finalizada en 2010, y en los extremos unos anaqueles, también cerámicos, donde se colocaron originalmente folletos de cada localidad. En la zona inferior encontramos otro panel cerámico con el mapa de la provincia y tres bancos en forma de "U" decorados con dibujos vegetales derivados de los típicos candelieri centrados en algunos de ellos por cartelas con monumentos más representativos de la provincia turolense, como son el Acueducto de los Arcos, la Catedral, el Puente de Hierro, o la Torre del Salvador.
     Sobre el balcón, encontramos una balaustrada centrada por el escudo, en forma de tondo, de la provincia, decorado con una especie de corona de laurel. En el arco que está sobre él, aparecen en sus enjutas los relieves con los bustos de Mariano Álvarez de Castro, D. Mariano Álvarez (1749-1810),  militar, teniente general; y Mariano Fortuny Marsal, Fortuny (1838-1874), pintor y grabador, como personajes relevantes de nuestra historia (www.retabloceramico.org).
Conozcamos mejor el hecho histórico que aparece en el panel principal del banco de la provincia de Teruel
    Para una fecha fija de aquel año 1226, don Jaime había convocado a la mayoría de los ricoshombres y caballeros en Teruel, con el afán de ir a combatir al rey Zayd Abũ Zayd de Valencia. El rey de Aragón llegó puntual, pero transcurrió casi un mes, se agotaron los víveres y nadie se presentó a la cita, salvo cuatro, y uno de ellos era su leal don Blasco de Alagón, Mayordomo del Reino; los otros eran don Artal de Luna, don Ladrón y don Atho de Foces. A consecuencia de tan larga estancia perdida allí, el monarca quedó endeudado y obligado hacia don Pascual Muñoz, ciudadano ejemplar de Teruel, que fue quien financió dicha expedición. Aquella traición impidió que pudiera llevarse a cabo la campaña, por lo que viose el rey forzado a proponer treguas al de Valencia; solo tenía el soberano aragonés diecisiete años de su edad, mas, al final, consiguió un pacto ventajoso, ya que el régulo valenciano se comprometía a pagar parias al reino de Aragón a cambio de la paz: la quinta parte de las rentas de Valencia y Murcia. 
  Pero aconteció que, cuando don Jaime y aquellos escasos de sus fieles que lo respaldaban regresaban hacia Aragón, al salir de Teruel y ya cerca de Calamocha, se tropezaron con don Pedro de Ahonés y su hermano don Sancho, obispo de Zaragoza, que al mando de sesenta de sus mesnaderos se dirigían al encuentro con el infiel para presentarle batalla. Así se lo confesaron al monarca cuando este les preguntó, diciéndole que iban a sitiar Peñíscola. Don Jaime se enojó; no habían acudido a la cita que su rey propuso, frustrando la campaña y forzando la petición de treguas, y ahora que se había logrado un acuerdo ventajoso, disponíanse a romper dicha tregua a espaldas de don Jaime y haciéndole parecer ante el enemigo como hombre sin palabra. Se reunieron a parlamentar en Burbáguena el rey y sus leales con don Pedro de Ahonés y los suyos.
   A la petición por parte del rey de que respetaran las treguas y su palabra dada, replicó don Pedro que no harían tal porque era mucho lo que habían invertido en aquella empresa. El joven rey, con solo diecisiete años, encolerizado, se enfrentó y venció al caballero curtido en mil batallas, quien huyó al galope por el valle del río Jiloca, seguido por don Jaime y sus adalides, que iban gritando: “¡Aragón! ¡Aragón!” Cuando tras larga persecución el de Ahonés fue alcanzado, herido y descabalgado de su montura, don Blasco de Alagón trató de rematarlo, pero el rey se interpuso y le avisó que para hacerlo tendría que pasar por encima de él. Se encaminaron luego con el herido de nuevo hacia Burbáguena, pero falleció por el camino. 
   La muerte de don Pedro de Ahonés desencadenó una nueva guerra entre el rey y los ricoshombres de Aragón que duró varios años e incendió todos los rincones del reino. Llegaron a tal extremo los odios de muchos nobles hacia su rey que el obispo de Zaragoza, don Sancho de Ahonés, hermano del difunto don Pedro, enviaba a los suyos en cabalgada para que acarrearan el mayor perjuicio posible a las tierras del rey don Jaime y de sus aliados, animándoles a realizar contra ellos ataques nocturnos y todo tipo de desmanes, que siempre bien les pagaba; de modo que, cuando las incursiones se hacían en cuaresma, el obispo “no solo los absolvía del mal causado, sino que los recompensaba autorizándoles a comer toda la carne que quisieran“.
   De nuevo Don Blasco de Alagón se muestra como uno de sus nobles barones más fieles, desde “aquella tierna edad en que Nos no podíamos fiar de nuestros propios caballeros y menos de nuestros parientes, cuando siempre se nos tenía engañado y tan mal servido de nuestros hombres”.
   Aquella mala relación con la nobleza, esa pérdida del prestigio y la autoridad de la Corona habíalas heredado don Jaime de su padre, Pedro II, y para tratar de recuperarlas ideó una empresa militar común que reportara beneficios a todos sus reinos, al tiempo que a él le ayudaría a reafirmar su poder, pues en ella procuraría dejar bien claro que el rey era el cerebro promotor de tan colosal misión. Ya en las Cortes de Tortosa de 1225 habíase planteado la conveniencia de iniciar la recuperación de tierras del Islam vecinas de Aragón, pero fue entonces cuando acaeció el suceso antes narrado de la traición del señor de Ahonés por el intento del asedio de Peñíscola, además de no haber logrado el rey en esa ocasión el respaldo de los nobles aragoneses.
   La lealtad de don Blasco de Alagón obtuvo la recompensa del rey, quien en 1226 le prometió la posesión de cuantas plazas y castillos lograra arrebatar al dominio musulmán de Valencia, aunque con el paso del tiempo esta promesa acarrearía consecuencias de enorme alcance. Resultó decisiva la mediación del Papa en 1227, que permitió sellar alianzas y concordias con los nobles, conciertos que dejarían al fin el camino expedito para llevar a cabo las importantes empresas conquistadoras con que el rey soñaba (www.lasnuevemusas.com)
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