Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte la Hacienda y Capilla de Torrijos, en Valencina de la Concepción (Sevilla).
Hoy, domingo 13 de octubre (segundo domingo de octubre), se celebra tradicionalmente la Romería de Torrijos, en la Hacienda del mismo nombre de Valencina de la Concepción, así que hoy es el mejor día para Explicarte la Hacienda de Torrijos, en Valencina de la Concepción (Sevilla).
Pese a ser propiedad particular, la capilla está muy relacionada devocionalmente con el pueblo. El retablo mayor y único es dorado y pintado, tiene columnas corintias y pertenece a fines del siglo XVIII, si bien las esculturas son más antiguas. La principal es el Cristo de Torrijos, talla de tamaño natural, en que Jesús se presenta atado a la columna con saya bordada, pudiéndose fechar la imagen a fines del siglo XVI. Otras figuras del retablo son un relieve de la cabeza de San Pedro, buena talla del siglo XVII, una escultura de San Miguel arcángel del siglo XVIII, que se halla en el remate, y una Virgen del Rosario, del mismo siglo. Por las paredes de la capilla hay varios lienzos, entre los que pueden citarse el de Santa Rosa de Lima y el de la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, ambos del siglo XVIII. Hay también varios lienzos del XIX y numerosísimos cuadros de exvotos fechados entre 1700 y 1900.
Hoy, domingo 13 de octubre (segundo domingo de octubre), se celebra tradicionalmente la Romería de Torrijos, en la Hacienda del mismo nombre de Valencina de la Concepción, así que hoy es el mejor día para Explicarte la Hacienda de Torrijos, en Valencina de la Concepción (Sevilla).
Pese a ser propiedad particular, la capilla está muy relacionada devocionalmente con el pueblo. El retablo mayor y único es dorado y pintado, tiene columnas corintias y pertenece a fines del siglo XVIII, si bien las esculturas son más antiguas. La principal es el Cristo de Torrijos, talla de tamaño natural, en que Jesús se presenta atado a la columna con saya bordada, pudiéndose fechar la imagen a fines del siglo XVI. Otras figuras del retablo son un relieve de la cabeza de San Pedro, buena talla del siglo XVII, una escultura de San Miguel arcángel del siglo XVIII, que se halla en el remate, y una Virgen del Rosario, del mismo siglo. Por las paredes de la capilla hay varios lienzos, entre los que pueden citarse el de Santa Rosa de Lima y el de la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, ambos del siglo XVIII. Hay también varios lienzos del XIX y numerosísimos cuadros de exvotos fechados entre 1700 y 1900.
Muy interesante y abundante es la colección de lámparas de plata de distintos tamaños y épocas. Las más antiguas datan de la primera mitad del XVII y la más moderna de la primera mitad del XVIII (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
La histórica hacienda, y antigua población, de Torrijos se ubica junto a la carretera que une Valencina de la Concepción, de cuyo casco urbano dista apenas unos cientos de metros, y Salteras. Un carril flanqueado por árboles conduce al caserío, que se asienta sobre una loma desde la que se divisan las tierras que forman la finca: los Matos, los Llanos, el Alamillo, la Sopa del Vino, la Cañada del Vino y el Catalán. No obstante, no fue éste su acceso original, ya que todavía se conserva, aunque en desuso, una avenida bordeada de eucaliptos ¿el denominado camino "del Pozo" que sale de la portada, toma el sentido opuesto al del acceso actual y enlaza con la cañada de los Carboneros, lo que evidencia, una vez más, la decisiva importancia de las vías de comunicaciones en la orientación de las construcciones agrícolas.
El conjunto se articula básicamente en torno a un amplio patio, en el que se disponen todas las dependencias, contando con un jardín trasero de considerable extensión, que en origen debió ser la huerta. Su estado de conservación es bueno a pesar de haber perdido su función originaria la mayoría de las dependencias. La fachada es, como todo el edificio, muy sencilla, contemplándose ante la misma diversos rulos y soleras de molino. En el ángulo izquierdo aparece una de las referidas torres, en este caso la de contrapeso del molino de viga, que se disponía a lo largo de la fachada. La portada presenta un arco escarzano y, por encima, el nombre de la explotación y un reloj de sol flanqueado por sendos azulejos de San José y de la Inmaculada. El patio es terrizo y en fachada se sitúa, además del molino, la vivienda de los caseros a la izquierda de la portada y, a la derecha, otra nave que fue granero. En la crujía de la izquierda se encuentra, junto a la nave de la viga y paralela a ella, la bodega de aceite así como la gañanía y la oficina. Tras estas dependencias hay una amplia nave para el aderezo de las aceitunas. Al fondo del patio se encuentran, además del acceso a un pequeño patio con una cuadra, los dos elementos más significativos de la hacienda, la capilla y el señorío, que merecen especial atención. Por último, el costado derecho de este patio se cierra mediante una simple tapia.
La capilla de Torrijos es un importante foco de peregrinación al ser el santuario donde se venera la efigie de un Cristo atado a la columna de gran devoción en la zona. El oratorio cuenta con un pequeño acceso, tapizado por una interesante colección de exvotos dieciochescos y decimonónicos. De igual forma, diversos azulejos relatan la historia de este recinto, haciendo mención a su renovación en 1896 y a la visita que realizó el 28 de febrero de 1908 el entonces príncipe de Asturias, don Alfonso de Borbón y Battemberg. En su interior, su reducido espacio se jerarquiza claramente. El presbiterio, al que da acceso un arco triunfal en cuyas enjutas hay dos escudos de caballeros, está presidido por un retablo neoclásico, mientras por el resto de la capilla se reparten diversas tallas, pinturas y lámparas de diversas épocas.
El señorío, por su parte, se distribuye en torno a un patio cerrado y porticado. Compone una suntuosa residencia e doble altura, con llamativos arcos apuntados en la galería alta, escudo y torre mirador de claro carácter defensivo, vestigio quizás de la primitiva alquería. El interior del señorío está muy cuidado, mostrando una interesante decoración.
Las referencias históricas que se tienen de Torrijos son muy remotas. A pesar de no aparecer citada en el Repartimiento de Sevilla, con anterioridad debió ser una alquería musulmana. Su compleja y "doble" historia a lo largo de la Baja Edad Media ha sido trazada con precisión por Mercedes Borrero. Al parecer, su primer propietario fue don Nuño Bueno, nieto de Fernán González. Con posterioridad, doña María Alonso Coronel aportó como dote para casarse con don Alonso Pérez de Guzmán la mitad de Torrijos. En 1383, por facultad de Juan I, se instituyó mayorazgo sobre la otra mitad por parte del caballero veinticuatro de Sevilla don Alonso Fernández de Marmolejo y su esposa doña Juana de Orta. En 1446 se produce lo que Ortiz de Zúñiga denomina segunda fundación del mayorazgo de Torrijos al unirse sus dos mitades, existiendo ya entonces el título de señor de Torrijos. En 1672, cuando la finca era propiedad de doña Ana María Manuel Marmolejo, el caserío contaba con vivienda, oratorio, torres, dos molinos, huerta, prado y alameda, así como 178 fanegas de tierra calma, 106 de viña y 276 aranzadas de olivar. En 1679 se solicita el derecho de capilla para la hacienda. En 1730, el célebre escultor y ensamblador del Barroco sevillano Pedro Duque Cornejo arrienda parte de las tierras de Torrijos. Por último, cabe indicar que en 1896 se renovó la capilla, siendo su dueño don José María Diosdado y del Castillo, del cual descienden los actuales propietarios, los marqueses de Casamendaro y Angulo.
La extensión de la finca en la actualidad es de 238 ha, la mayoría de las cuales se dedica al cultivo del olivo manzanillo, del que hay más de 8.500 pies, y el resto a tierra calma. El caserío, de imponente desarrollo horizontal y planta cuadrada, ofrece cierto aspecto de fortaleza al estar rodeado por una alta tapia, con arcos ciegos decorativos de tradición mudéjar en la parte trasera, y debido a la presencia de varias torres almenadas. Ricardo Ronquillo lo cree construido en el siglo XVI, pero tenemos diversas referencias de época muy posterior. Así, en 1719 el arquitecto Juan Navarro, maestro mayor de la Real Audiencia de Sevilla y del duque de Medinaceli y autor de la Hacienda de Torrequemada en Gelves, reconoció y declaró que estaba efectuando obras en el heredamiento de Torrijos, propiedad entonces del conde de Torrejón y marqués de Valencina. En 1769 se hicieron nuevas obras en el edificio, llevadas a cabo por Domingo de Chaves, maestro alarife de los Reales Alcázares y de la Casa de Contratación, por encargo del conde de Maceda y de la Fuente del Saúco y que ascendieron a 51.000 reales.
El edificio se encuentra situado dentro de una propiedad particular, no obstante, la capilla está muy relacionada devocionalmente con el pueblo, como lo demuestran la gran cantidad de exvotos que se conservan. Es de planta rectangular de una sola nave con cubierta plana y cabecera con bóveda de cañón.
La hacienda es una construcción del siglo XVII pero al ser una propiedad particular destinada a las labores agrícolas, ha sufrido varias transformaciones, la más importante fue la de 1896, fecha que aparece con una inscripción a la entrada del pueblo.
Se celebra la fiesta y la romería a la ermita el segundo domingo de octubre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La Hacienda de Torrijos, considerada Bien de Interés Cultural, originalmente fue concebida como fortaleza militar árabe. Aún quedan sus murallas y torres.
La capilla es un edificio de propiedad privada, enmarcado dentro de la hacienda, pero desde el hallazgo de la imagen del Cristo de Torrijos se convierte en centro de devoción pública abierto al culto diario. Está presidida por la imagen del Santísimo Cristo de Torrijos, sobre el único retablo existente, dorado y pintado con columnas corintias de finales del siglo XVIII. También aparece en el retablo un relieve de la cabeza de San Pedro datada en el siglo XVII; una escultura del Arcángel San Miguel en al ático, del siglo XVIII, y una imagen de la Virgen del Rosario, sentada, de la misma época, y ubicada en una hornacina a los pies del Cristo de Torrijos.
En las paredes hay varios lienzos, entre los que destacan una Santa Rosa de Lima y la Casulla de San Ildefonso, del siglo XVIII. Es interesante la colección de lámparas de plata que cuelgan del retablo, siendo la más antigua de la primera mitad del siglo XVII.
La capilla fue renovada en 1896, tal y como consta en un azulejo recordatoria en la puerta interior, por José Mª Diosdado y del Castillo, su propietario. Desde el interior de la capilla se accede al llamado Patio de los Jazmines, que comunica la estancia con la vivienda privada de los propietarios, los Sres. De Silva y Mendaro, y donde aparece el pozo existente en el hueco de la muralla donde se halló la Imagen del Cristo de Torrijos, el 29 de septiembre de 1600.
Horario
Invierno
Tardes de 16:00 a 19:00.
Domingos y festivos: De 10:00 a 13:00
Verano
Tardes de 18:00 a 21:00.
Domingos y festivos de 9:30. a 13:00 (Turismo de la Provincia de Sevilla).
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