Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Garci Pérez, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Garci Pérez es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo, y va de la confluencia de la plaza de las Mercedarias con la calle Vidrio, a la confluencia de la calle San Clemente, con la calle Pasaje Zamora.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Al menos desde 1483 es conocida como calle de los Escuderos, hasta que en 1845 se rotula con su actual denominación en memoria de Garci Pérez de Vargas, uno de los caballeros que acompañaron a Fernando III en el asedio y conquista de la ciudad de Sevilla y cuya figura se encuentra, junto a las del arzobispo don Remondo, Ramón Bonifaz y Alfonso X, en el pedestal de la estatua de San Fernando. Asimismo, unos versos anónimos que estaban grabados en la Puerta de Jerez hacían alusión a este personaje y a su hazaña:
La calle Garci Pérez es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo, y va de la confluencia de la plaza de las Mercedarias con la calle Vidrio, a la confluencia de la calle San Clemente, con la calle Pasaje Zamora.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Al menos desde 1483 es conocida como calle de los Escuderos, hasta que en 1845 se rotula con su actual denominación en memoria de Garci Pérez de Vargas, uno de los caballeros que acompañaron a Fernando III en el asedio y conquista de la ciudad de Sevilla y cuya figura se encuentra, junto a las del arzobispo don Remondo, Ramón Bonifaz y Alfonso X, en el pedestal de la estatua de San Fernando. Asimismo, unos versos anónimos que estaban grabados en la Puerta de Jerez hacían alusión a este personaje y a su hazaña:
"Hércules me edificó
Julio César me cercó
de muros y torres altas
Y un Rey Santo me ganó
con Garci Pérez de Vargas".
La calle es estrecha, de trazado irregular y ligeramente curvilínea. A mitad de la acera de los impares posee una larga barreduela, que ha sido objeto de una rectificación de líneas en fecha reciente, pero no así la calle propiamente dicha que presenta varios entrantes y salientes. En la confluencia con la actual Sanclemente existía un husillo, que recogía las aguas de las calle adyacentes. Entre 1590 y 1627 son continuas las peticiones para que se repare o limpie, pues no tiene capacidad para sumir todas las aguas y las casas de los vecinos se anegan con frecuencia. Al mismo tiempo, por esta calle subía una cañería de agua desde la Huerta de Espantaperros y plaza de Zurradores.
Relacionado con las corrientes de aguas se plantea la conveniencia o necesidad de empedrarla (1606, 1638). Un primer tramo fue adoquinado en 1897, y en su totalidad entre 1906 y 1907. Tras haber sido mejorada la red de saneamiento, que obligó a levantar la calle, se ha vuelto a adoquinar; también ha sido recientemente pavimentada, con losetas, la barreduela que posee en el lado impar; carece de aceras, salvo en el retranqueo que presenta en la confluencia con Sanclemente, que son de cemento; cuenta con farolas sobre brazos de fundición adosados a las fachadas. A pesar de su estrechez está abierta al tráfico rodado y en las fachadas de las casas conserva salvarruedas de distintas fechas y materiales.
Buena parte de las edificaciones se encuentran en estado de abandono y en algunos casos totalmente derruidas; por otra parte, algunas de estas viviendas tradicionales de tres y cuatro plantas resultan muy altas para la anchura de la calle, acentuando aún más la impresión de angostura. También, como ha sido habitual en el casco histórico en las pasadas décadas, se ha producido la renovación del parte del caserío por bloques de viviendas.
En la acera de los pares se conservan dos casas catalogadas del s. XVIII, en una de las cuales, la núm. 8, se celebraba la fiesta de las cruces de mayo a principios de siglo (1914). Parte de esta acera está ocupada también por la fachada trasera de la casa-palacio de los Mañara, del siglo XVII (v. Levíes). Hoy posee de forma exclusiva una función residencial, pero a finales del s. XVI existían tiendas que sacaban cajones a mitad de la vía pública, de forma que sería imposible transitar por esta calle ya de por sí estrecha. Asimismo, en el XVIII se instaló un horno para purificación de metales, con el consiguiente perjuicio para los vecinos, y que es indicativo de su posición excéntrica en el casco histórico: "A continuación declara un vecino de la calle del Vidrio, inmediata a Escuderos, y dice que en las casas de la Imaxen viven unos ingleses y hace tres meses se a labrado un orno donde se purifican los metales que se traen de las minas de Guadalcanal y a visto que en las ocasiones que se hazen estas operaciones sale por sima de los texados y paredes de dicha casa un yncendio grande de llamas de fuego, con muchas chispas y humo, el qual se comunica o esparze por todas las casas de las ynmediaciones, que causa mala vezindad y olfato..." (Sec. 5, t. 188, núm. 7) [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Garci Pérez, 4. Casa de dos plantas, del siglo XVIII. En la segunda, avitolada, un balcón muy volado sostenido por tornapuntas de hierro. En el ángulo del edificio, un mirador con vanos de medio punto y enmarcado por pilastras toscanas.
Garci Pérez, 8. Casa del siglo XVIII, de tres plantas, la segunda avitolada y la última con balcones [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
García Pérez de Vargas, (Toledo, p. s. XIII – Sevilla, ú. t. s. XIII). Conquistador y repoblador de Andalucía.
Su linaje, del que hubo grandes caballeros en el siglo XIII, tenía su solar en el lugar de Vargas, en el Reino de Toledo. Las primeras noticias de Garci Pérez proceden de 1232, cuando formó parte de la hueste que, bajo el mando del infante Alfonso de Molina y de Alvar Pérez de Castro, corrió Andalucía desde Andújar hasta Jerez. En la Mesa de Santiago, en las cercanías de esta ciudad, tuvo lugar una importante batalla antes de la cual fue armado caballero Garci Pérez de Vargas.
En ella destacaron los Vargas, tanto este Garci Pérez, que dio muerte al llamado rey de los Gazules, como su hermano Diego Pérez. Es muy posible que en aquellos años, y quizá formando parte de la mesnada de Alvar Pérez de Castro, Garci Pérez de Vargas fuese vecino de Andújar, aunque ello sólo conste ya en 1245. Esa ciudad era por entonces una importante base de partida de los fronteros castellanos.
Pero fue en las batallas y encuentros sucedidos durante el cerco de Sevilla cuando Garci Pérez de Vargas ganó fama imperecedera. Sus acciones, modelo de temple y de un valor lindante con lo temerario, fueron celebradas como ejemplo de los entonces nacientes usos de la Caballería, convirtiendo a Garci Pérez en uno de los personajes centrales de aquella conquista.
Entre las más famosas están las que realizó junto a su compañero de armas, Lorenzo Suárez Gallinato, bien cuando se acercaron hasta una de las puertas de Sevilla para golpearla con sus lanzas o, sin duda más trascendente desde el punto de vista militar, cuando participaron en un duro combate que impidió las frecuentes salidas de los musulmanes contra el campamento de Fernando III. Otros episodios heroicos, en el más puro estilo caballeresco, materia de memoriales y romances, los protagonizó en solitario. Impresionó mucho en todo tiempo la hazaña que lo quiere atravesando un tropel de jinetes moros por no desviar su camino y, aún más, volviendo de nuevo a ellos para recuperar la prenda de cabeza que usaba, perdida en el primer paso, sin que se atreviesen a impedírselo.
La exaltación caballeresca producida por los grandes hechos de armas de la reconquista de Andalucía a lo largo de la primera mitad del siglo xiii encuentran expresión en estas y otras historias heroicas, ejemplo y escuela de comportamiento para las generaciones futuras de guerreros. Su efecto a lo largo del tiempo no puede ponerse en duda a la luz de la inscripción que varios siglos después se colocó en la puerta de Jerez de las murallas sevillanas: “Hércules me edificó, / Julio César me cercó / de muros y torres altas, / y el Rey Santo me ganó / con Garci Pérez de Vargas”.
Curiosamente, el repartimiento de Sevilla no lo menciona entre los heredados en la ciudad tras su conquista, aunque entre los doscientos caballeros de linaje figure su hijo Ruy Pérez de Vargas. Sin embargo, en 1257 consta su vecindad y que formaba parte de los oficiales de su concejo. Los historiadores jerezanos le hacen en la reconquista de su ciudad y primero de sus alcaldes, pero no existe huella suya en la documentación de esos años. Lo cierto, con todo, es que un García Pérez, alcalde, aparece en el repartimiento de Jerez y que los Vargas se asentaron en esta ciudad desde, al menos, finales del siglo XIII.
Garci Pérez de Vargas estuvo casado con Guillena Remón y fue enterrado en Sevilla, en la capilla de San Jorge, luego de la Granada, en el patio de los Naranjos de la Catedral (Rafael Sánchez Saus, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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La calle Garci Pérez, al detalle:
Edificio calle Garci Pérez, 4.
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