La calle Alfaqueque es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de San Vicente, del Distrito Casco Antiguo, y va de la confluencia de las calles San Vicente y Cardenal Cisneros, a la calle Goles.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
La vía, en este caso una calle, está dedicada al Alfaqueque (redentor de cautivos).
Su nombre actual está documentado al menos desde 1408 y se ha mantenido invariable a través de los siglos. Es un término de origen árabe que significa redentor de cautivos y que designa en la Edad Media al encargado del rescate de los mismos en la zona fronteriza de los reinos de Granada y Castilla. Es relativamente larga, rectilínea y estrecha, y está cruzada por García Ramos, Mendoza Ríos y Redes. Por su izquierda desemboca Antonio Salado. Conserva la misma configuración que puede verse en el plano de Olavide (1771), pues apenas si ha sido objeto de alineaciones parciales (1872).
Empedrada en 1614 y 1620, las piedras se sustituyeron por adoquines de gran tamaño en 1898, los que aún conserva, con estrechas aceras de losetas. Se ilumina con farolas sobre brazos de fundición adosados a las fachadas. Abundan las casas tradicionales sevillanas, algunas de muy buen porte, con tres plantas, alternando con otras de escalera de principios de siglo, en no muy buen estado de conservación. El deterioro de fachadas se aprecia sobre todo en los últimos tramos de la calle. Se conserva también algún patio de vecindad, como en las casas 18 y 20, y en los últimos años han desaparecido otros. Así en el núm. 24 existió el llamado corral de Gaspar, sustituido hace poco tiempo por un edificio de pisos. Cumple funciones casi exclusivamente residenciales, con algún taller, bar y tienda de comestibles de carácter familiar. Tiene muy poco tráfico rodado y peatonal, y es una calle tranquila y sosegada. El erudito González de León afirma que en ella vivió el capitán Gaspar de Yelves, que fue ahorcado en 1698 por robo y asesinato, y su cabeza expuesta en la pared de su casa [Rogelio Reyes Cano, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
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La calle Alfaqueque, al detalle:
Edificio de la calle Alfaqueque, 24.
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