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viernes, 28 de enero de 2022

Un paseo por la calle Santo Tomás

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Santo Tomás, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Hoy, 28 de enero, Memoria de Santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el II Concilio Ecuménico de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en la región italiana del Lacio, el día siete de marzo, fecha en la que, años después, se trasladaron sus restos a la ciudad de Toulouse, en Francia (1274)  [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
     Y que mejor día que hoy, para ExplicArte la calle Santo Tomás, de Sevilla, dando un paseo por ella.      
     La calle Santo Tomás, en el Callejero Sevillano, es una vía que se encuentra en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo, y va de la plaza del Triunfo, a la avenida de la Constitución.
   La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. 
     En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
      La vía, en este caso una calle, está dedicada al desaparecido Colegio Mayor dominico de Santo Tomás, que se encontraba en esta misma calle;
   Debe su nombre al colegio mayor de los dominicos fundado en 1517 por el arzobispo fray Diego de Deza en la desaparecida plaza de Santo Tomás. Desde el s. XVI el espacio urbano comprendido entre Adolfo Rodríguez Jurado, actual Santo Tomas, y el tramo confluyente de la avenida de la Constitución era denominado plaza de Santo Tomás. La calle actual fue conocida durante el s. XVIII y probablemente antes como Graneros o Graneros del Cabildo, por encontrarse allí el edificio de la cilla, donde  se almacenaba el diezmo eclesiástico. Posteriormente formó parte de la plaza de la Lonja. 
     Desde mediados del pasado siglo y hasta el primer cuarto del presente estuvo rotula­da como del Triunfo (plano de Sartorius, 1848 y actas capitulares de 1868). Esta confusa y a veces simultanea rotulación fue puesta de manifiesto por Álvarez-Benavides, que en un informe de 1876 dice que los tres rótulos existentes, plaza del Triunfo, plaza de Santo Tomás y plaza de la Aduana, estaban equivocados. Según este autor, la calle comenzaba en "la esquina derecha entrando por la calle de Mañara, y termina en la esquina izquierda entrando también por la de Maese Rodrigo" (Sec. Administrativa, Nomenclátor 2, 1865-1877). El topónimo, por tanto, basculó entre las dos plazas que unía, la de Santo Tomas y la del Triunfo.
     La calle, de anchura superior a las de esta zona antes de los ensanches y alineaciones, se conforma por un lado por las casas adosadas a la muralla del Alcázar que desde la Puerta del León bajaba en línea recta hasta el arquillo de la Plata; por el otro, con el edificio de la Lonja (1598), actual Archivo de Indias, trazado paralelamente a la línea de fachada de la acera opuesta, y los jardines procedentes de la apertura de la avenida. El empedrado fue sustituido por adoquines en la primera década de este siglo y a su vez cubierto de asfalto en 1960, que también ha ocultado los raíles del tranvía, al tiempo que se retranqueaba el bordillo de la acera de los impares para situar aparcamientos en batería; en su acera de losas de cemento se abren alcorques donde están plantados naranjos. 
     La acera de la derecha está jalonada por columnas que sustentan las cadenas que actúan como separación entre el acerado de losas de Tarifa y las gradas de la Lonja, que denotan la inclinación de la calle en dirección a la avenida de la Constitución. Está iluminada por farolas fernandinas de dos brazos.
     La línea de fachada de los números impares presenta un retraimiento a partir del edificio del [antiguo] Museo de Arte Contemporáneo que pone al descubierto una torre cuadrada almenada, y en el extremo otra hexagonal conocida como de Abdelazís. Las viviendas presentan tres y cuatro plantas.
      Destaca el edificio de la antigua cilla del Cabildo, obra atribuida a Pedro Silva, iniciada en 1770, y que repite en su fachada el esquema de la antigua Lonja. En la portada luce un relieve de la Giralda y dos jarrones de azucenas a los lados, indicativo de la propiedad del cabildo eclesiástico. Este edificio se levantó sobre otro construido para granero por el obispo de Scala con motivo de la carestía de 1521. Posteriormente pasó a ser almacén de la Real Compañía Asturiana de Minas, y desde 1972 Museo de Arte Contemporáneo. Otro monumento histórico es la citada torre mudéjar de Abdelazís, donde según la le­yenda ondeó por primera vez el pendón de Fernando III tras la conquista de la ciudad. Otros edificios dignos de mención son la casa núm. 3 por sus azulejos en cornisa, alfiz y remate; la núm. 7, que incorpora un torreón cuadrado almenado, ya citado, y un mirador de sillón en la terraza; la medianera con la torre de Abdelazís, obra de Aníbal González de 1919; y la núm. 11, de cuatro plantas, con portada flanqueada por columnas toscanas. La acera de los pares esta ocupada por el Archivo de Indias, cuya fachada se abre a la avenida de la Constitución. El edifi­cio, de planta cuadrada, presenta dos pisos y un amplio patio central. En la fachada alternan las pilastras y los vanos, así como la piedra y el ladrillo. Está rematado por una balaustrada y cuatro pirámides en las esquinas.
     la calle forma parte de la zona monumental y sirve de salida para el tráfico rodado del casco histórico. Hasta la desaparición de los tranvías, era la salida de todas las líneas que penetraban hasta Correos y plaza de San Francisco. Como consecuencia de su situación se han generado varios establecimientos orientados al turismo (tienda de antigüedades, restaurante, agencia de viajes) y bancarios, éstos más próximos a la avenida de la Constitución; asimismo se ha instalado en ella el Instituto Francés. En el s. XIX fue testigo de varias recepciones y despedidas de tropas procedentes o con destino a Cuba y África; éstas, al no estar abierto el último tramo de la avenida de la Constitución, recorrían el siguiente itinerario en uno u otro sentido: estación de San Bernardo, San Fernando, Maese Rodrigo, plaza de Santo Tomás, Lonja, Gradas y Génova hasta el Ayuntamiento. Este mismo itinerario si­guieron los duques de Montpensier a su llegada a Sevilla en 1858, con término en la Catedral. En una casa colindante con el Museo de Arte Contemporáneo tuvo su residencia, a finales del siglo pasado y principios del presente, un matrimonio de "brujos". Los niños apedreaban frecuentemente esta vivienda y eran contestados por sus ocupan­tes; cuando intervenía la policía deteniendo a algunos, ésta era abucheada. De la muerte de la "bruja" se hizo eco la prensa sevillana (El Porvenir, 11-VI-1904) y Rafael Laffón en su Sevilla del buen recuerdo, refiriéndose a las casas cerradas y vacías dice: "Fue memorable para mi la llamada casa del brujo de la Catedral, paredaña a los un tiempo Graneros del Cabildo, en la calle Santo Tomás" [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Santo Tomás, 5. ANTIGUA CILLA DEL CABILDO CATEDRAL
. Consta de dos plantas y en su fachada reproduce la disposición de la frontera del Archivo de Indias, con zócalos, pilastras y entablamentos de piedra sobre paramentos de ladrillo avitolado. El interior está dividido en dos naves por una arquería en las dos plantas. En la actualidad ha sido adaptada para Mu­seo de Arte Contemporáneo. 
Santo Tomás, 7. Casa de cuatro plantas, con portada flanqueada por columnas toscanas, sobre pedestales, con sus correspondientes entablamentos.
Santo Tomás, s/ n. Torre de la muralla del Alcázar, de construcción mudéjar. [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia, a quien está dedicada esta vía del callejero sevillano
HISTORIA Y LEYENDA
   Nacido cerca de Aquino, en Campania, en 1225, en principio fue oblato en el monasterio de Montecasino, pero continuó sus estudios en Nápoles, don­de en el año l243, contra la voluntad de su familia, ingresó en la orden de los dominicos.
   Discípulo de Alberto Magno en Colonia y en París, en 1252 profesó como teólogo en la Sorbona y tuvo una segunda residencia en París entre 1269 y 1272.
   Murió en 1274 a los cuarenta y ocho años de edad, en la abadía cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon.
   Su obra capital es la célebre Summa theologica que le valió el título de Doctor angelicus, Scholarum prínceps, Lumen Ecclesiae.
   Su biografía ha sido engalanada con numerosas leyendas que inspiraron a los artistas.
   Un ermitaño anunció a su madre que el hijo que iba a parir se convertiría en un gran santo.Con un tizón encendido expulsó a una mujer impúdica que había entrado en su habitación para seducirle. Dos ángeles le ciñeron un cinturón de castidad para protegerlo, de allí en adelante, contra las tentaciones de la carne. Deseaba arenques frescos como los que comiera en París. Un pescador de Terracina se los proporcionó, aunque esa especie ictícola fuese desconoci­da en aquellas latitudes. Un monje dominico de la ciudad de Brescia lo vio aparecer junto a san Agustín, con el pecho adornado con un gran carbúnculo (rubí) que ilumi­naba a la Iglesia.
CULTO
   Canonizado en 1323 por el papa francés de Aviñón Juan XXII, se convinio en motivo de orgullo de la orden de los dominicos, que lo celebraba como el quinto Doctor de la Iglesia latina.
   En 1369 su cuerpo fue trasladado a la iglesia de los dominicos de Toulousse, casa matriz de la orden. El monumento funeral que se le erigió poco después del traslado de sus reliquias, en 1629 fue reemplazado por un nuevo mausoleo. El papa Urbano V concedió su brazo derecho al convento de Saint Jacques de París, de allí la denominación jacobinos (Jacobins), que se aplicó a los dominicos.
   En 1567 el papa Pío V decretó que la Iglesia, a partir de entonces, profesaría a santo Tomás de Aquino el mismo culto que a los Padres de la Iglesia. Así se explica el cuadro de Zurbarán que se conserva en el Museo de Sevilla, donde se lo representa de pie entre los cuatro doctores de la Iglesia latina: san Ambrosio, san Agustín, san Gregorio Magno y san Jerónimo.
   Particularmente venerado en Nápoles, era el patrón no sólo de la orden de santo Domingo, sino de los teólogos en general, de las escuelas y de las universidades católicas. Los libreros y fabricantes de lápices (fabbricanti di ma­tite) también se ponían bajo su protección.
   En España, el convento de los dominicos de Ávila, que hicieron construir los Reyes Católicos y donde se erigió la tumba de don Juan, está puesto bajo su advocación.
   A causa de un episodio de su leyenda, se lo invocaba como protector de la castidad. A su cinturón, que se conserva en Vercelli, se le atribuía la facultad de apaciguar los ardores lascivos (omnem libidinis motum).
ICONOGRAFÍA
   Según los testimonios de sus contemporáneos y su retrato de Montecasino, era muy corpulento, y hasta obeso. 
   Pero los artistas lo adelgazaron para idealizarlo, tal como lo hicieran con el franciscano san Antonio de Padua. Se complacieron en representarlo entre Aristóteles y Platón, pisoteando al herético árabe Averroes. Sobre la túnica lleva el cinturón de castidad (cingulum castitatis) que le colocaran dos ángeles. Sus atributos usuales son la paloma del Espíritu Santo, que le habla al oído, un emblema que comparte con el papa san Gregorio Magno, una estrella o un pequeño sol que, aludiendo a la visión del monje de Brescia, brilla como un carbúnculo ya sobre su pecho, ya sobre su hombro derecho.
   Aunque es infrecuente, en algunas representaciones sostiene una maqueta de iglesia, que significa que se encuentra situado entre los grandes doctores de la Iglesia; un cáliz y un lirio.
   A veces, en alusión a su título de Doctor angelicus se lo ha representado con alas, o tal vez haya sido a causa de una confusión con el predicador domi­nico san Vicente Ferrer (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La calle Santo Tomás, al detalle:
Edificio en calle Santo Tomás, 3
Edificio en calle Santo Tomás, 7
Edificio en calle Santo Tomás, 11
Torre de Abdelazís

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