El Barrio León es, en el Callejero Sevillano, un barrio que se encuentra en el Distrito Triana, delimitado por las vías avda. de Coria, plaza San Martín de Porres, avda. Alvar Núñez, y c/ Ronda de los Tejares.
El Barrio León lo componen las vías siguientes: avda. Alvar Núñez, c/ Ángel Solans, plaza Anita, c/ Arcángel San Gabriel, c/ Arcángel San Miguel, c/ Arcángel San Rafael, c/ Azucena, c/ Barbacana, c/ Batán, c/ Clavel, avda. Coria, c/ Cristo del Soberano Poder, c/ Dolores León, c/ Duna, c/ Enrique León, c/ Francisco Collantes de Terán, c/ General Martínez, c/ Giralda, c/ José León, c/ José León Sanz, c/ María Ortiz, c/ Nuestra Señora de la Salud, c/ Padre Maruri, c/ Regla León, c/ Regla Sanz, c/ Ronda de los Tejares, plaza San Gonzalo, y plaza San Martín de Porres.
El Barrio, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, siendo el conjunto de vías urbanas con características homogéneas, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos.
Su denominación responde al apellido del propietario de los terrenos sobre los que se edificó la barriada, José León León. Este asignó a las calles que la forman nombres de familiares y amigos propios desde un principio y el Ayuntamiento acepta en 1933 el compromiso de respetarlos, acordando oficialmente su rotulación en 1943. Hasta la fecha referida, algunas calles extendían su toponimia sobre otras del vecino barrio de San Gonzalo, precisamente las que se trazaron como prolongación de las anteriores.
El espacio sobre el que se edifica esta barriada se corresponde con la antigua Huerta de la Torrecilla, de la que se tienen noticias de principios del s. XVIII, al mencionarse un camino que se dirigía a la misma, aunque de la zona no hay planos hasta 1827; desde entonces aparece el espacio de la huerta con forma triangular, dos de cuyos lados son antiguos caminos a San Juan de Aznalfarache, actuales avenidas de Coria y Alvar Núñez, que confluyen en el final de San Jacinto. Ya aparecen en 1827 dos edificios, uno en esta intersección, que debió ser la casilla de la huerta y otro, situado en el borde norte, posible convento de frailes mendicantes. La construcción de viviendas baratas para obreros se inicia en 1923; al mismo tiempo se empiezan a levantar edificios sin licencia, hecho que fue denunciado por el Ayuntamiento al propietario de los terrenos, a quien se exigía la redacción del plan de urbanización necesario. Ante la falta de luz, alcantarillado y otros servicios, los primeros vecinos asentados forman la sociedad la Torrecilla, protestando por dichas carencias y denunciando al propietario. Este alegaba no ser constructor de viviendas sino vendedor de parcelas, por lo que no le correspondía la urbanización de la zona. A pesar de la obligación de presentar planos y memoria, no ejecutó ninguno de los servicios y al final todo fue costeado por los propios vecinos y el Ayuntamiento; en 1933 se prevén las obras para la instalación de los servicios de agua y alcantarillado y dos años después se proyectan los jardines. Durante la guerra civil se construyeron cuatro trincheras utilizadas como refugios y que por la calidad constructiva de las mismas fueron reparadas para este fin varios años después.
La superficie ocupada del barrio León es un rectángulo sobre el que se levanta una serie de calles orientadas de norte a sur y de este a oeste, todas rectas salvo en José León Sanz y Dolores León, donde hay un ligero ángulo al principio y al final respectivamente; la anchura es considerable, dada la longitud de las calles y alturas de las viviendas, excepción hecha de Enrique León y el último tramo de Regla León. El único espacio abierto es la plaza de Anita, su centro más representativo, con la avenida de Coria.
Originariamente las casas correspondían al tipo de autoconstrucción, de innegable sabor popular; adosadas en hilera, de una y dos plantas, encaladas, con zócalos de cemento. Las sucesivas reformas, a las que se incorporan elementos modernos, como el ladrillo visto o el alicatado de fachadas, y la construcción de edificios de nueva planta sobre solares vacíos o casas en ruinas que sobrepasan en mucho las alturas usuales, han roto en gran parte la tipología característica del barrio, sobre todo en el borde próximo a la carretera de enlace. Dispone de todos los elementos básicos de urbanización: alumbrado, vías asfaltadas, servicio de agua y alcantarillado, aceras de cemento, contenedores de basura, etc.; las calles, siempre limpias, se engalanan con un magnífico arbolado a base de naranjos, brachichitones y olmos plantados hacia 1970, en alcorques.
Domina la función residencial y cuenta con algunos establecimientos comerciales de base diaria y eventual y almacenes para surtir a los quioscos de chucherías que aportan en su entorno un olor característico a golosinas. Su velada se celebra del 4 al 7 de septiembre, en honor a la Virgen del Rosario, con las actividades típicas de estas ocasiones: concursos de sevillanas, de bellezas, presencia de tómbolas, tiovivos, puestos de muñecos, de tiros, de bebidas, etc., todo ello en el reducido espacio de la plaza de Anita donde, a duras penas y sólo para los más próximos, se hace oír la orquesta municipal, tal es el ruido general [José María Luján Murillo, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
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