Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Málaga, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Santa Cruz la Real, Convento de San Francisco, Ermita de Nuestra Señora del Carmen, arquitectura doméstica, Castillo de la Estrella, Monumento a Sir James Douglas, y Museo Histórico Municipal) de la localidad de Teba, en la provincia de Málaga.
Datos geográficos
Comarca de Guadalteba
Superficie: 143 km2
Altitud: 555 m
Latitud: 36º 59' - Longitud: -4º 55'
Distancia a Málaga capital: 70,7 km
Datos demográficos
Población: 3.702
Gentilicio: Tebeños, o Tebanos
Ayuntamiento
plaza de la Constitución, 13, 29327
952748020 - 952748422 En el corazón de la tranquila comarca del Guadalteba, en la provincia de Málaga, se alza este bello municipio de importante valor histórico.
Datos geográficos
Comarca de Guadalteba
Superficie: 143 km2
Altitud: 555 m
Latitud: 36º 59' - Longitud: -4º 55'
Distancia a Málaga capital: 70,7 km
Datos demográficos
Población: 3.702
Gentilicio: Tebeños, o Tebanos
Ayuntamiento
plaza de la Constitución, 13, 29327
952748020 - 952748422 En el corazón de la tranquila comarca del Guadalteba, en la provincia de Málaga, se alza este bello municipio de importante valor histórico.
Su pasado medieval nos habla de una localidad de gran peso estratégico en la Reconquista, fronteriza con el Reino de Granada. El Castillo que domina el municipio, sus casas señoriales y los palacetes que podemos encontrar en sus calles son buena muestra de este legado. Un singular episodio histórico llevó a Teba a hermanarse con el municipio escocés de Melrose.
En Teba no te puedes perder sus monumentos;
El Castillo de la Estrella es el principal monumento de Teba. Está declarado Monumento Nacional de Interés Histórico-Artístico. Se asienta sobre 25.000 metros de superficie, lo que le convierte en el mayor castillo de la provincia de Málaga. Del siglo XIV, fue de gran importancia estratégica durante la Reconquista. En el propio castillo podemos visitar el Centro de interpretación "Una Cruzada en el Guadalteba", donde descubriremos el valor histórico tanto del recinto como del municipio de Teba en los siglos XIV y XV.
Teba posee un pequeño Museo Arqueológico que reúne importantes hallazgos encontrados en su término municipal. Caben destacar los restos cerámicos púnicos e ibéricos procedentes de la Cueva de las Palomas, o los bustos romanos de Tiberius Caesar y de Julio Claudio Nerón Tiberio romanos hallados en el Cortijo del Tajo.
Otro edificio de obligada visita es la Iglesia de la Santa Cruz, obra barroca del maestro alarife de la Catedral de Sevilla, donde destacan columnas de mármol rojo procedente de El Torcal de Antequera. Asimismo, en el Museo parroquial podrás contemplar entre otras piezas trece cálices, el terno de Isabel la Católica y un Misale Romanum de 1679.
La arquitectura religiosa de Teba se completa en el Convento de San Francisco y su bella fachada del s XV, y con las ermitas de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de Nuestra Señora del Carmen.
En las calles de Teba, cuyo núcleo urbano ha sido declarado conjunto histórico artístico, podemos encontrar bellas construcciones nobiliarias como la portada de Casa de la Emperatriz Eugenia de Montijo y el Palacete del Marqués de Greñina.
Y por último, un curioso monumento dedicado a Sir James Douglas, un caballero escocés que luchó junto a las tropas de Alfonso XI en la conquista de Teba, cayendo muerto en la batalla. Hoy, su localidad natal, Melrose, y Teba están hermanadas (Diputación Provincial de Málaga).
Al noroeste de la provincia se sitúa el municipio de Teba, en el valle del río Guadalteba, con un paisaje ondulado en el que sobresalen la Sierra de Peñarrubia y el desfiladero del Tajo del Molino-Torró. La villa se enclava en alto, entre cuatro cerros. Los vestigios humanos más antiguos se remontan al Neolítico, como los encontrados en la Cueva de las Palomas, -material lítico del III milenio-, y en Los Castillejos (cerámica algárica del 2000 a.C.). En este último yacimiento también se han hallado importantes restos púnicos del s. VIII-III e ibéricos del s. VI-IV. En tiempos romanos, la población de Attegua, en la hoy llamada Teba la Vieja, fue bastante importante dentro de la Bética, y sobre ella dan noticias Julio César, Hircio y Suetonio, habiendo aparecido restos de su sistema defensivo. El principal yacimiento romano es el del Cortijo del Tajo, donde había un asentamiento cuyo nombre aún se desconoce, y en el que han aparecido pesas, monedas, cerámica, vidrios, mosaicos, lápidas y esculturas. En la Sala Arqueológica de Teba se puede apreciar la mayor parte de estos hallazgos, que abarcan desde la Prehistoria hasta la época musulmana: entre las piezas ibéricas destacan un carnero, del s. IV a.C. y un exvoto, cabeza muy abstracta, aparecidos en Los Castillejos; y entre las romanas, un busto de Tiberio (h. 4-14) y un fauno (s. I-IV) del Cortijo del Tajo, y un ara de mármol rosa con inscripciones, del yacimiento del Cortijo de las Casillas. Fue con la ocupación árabe cuando la población se trasladó a la actual Teba, llamada tanto Ostipo como Ostebba. El principal resto musulmán es el importante Castillo de la Estrella, que si bien ya había sido edificado por los romanos, fue con los árabes cuando recibió su actual fisonomía. La obra romana se aprecia en el primer cuerpo de algunos muros y torres, siendo árabe el resto: era un recinto de 20.000 m2, con doble muralla y dieciocho torres, del cual se conservan varios tramos de las murallas, la Torre del Homenaje, el amplio Patio de Armas y una necrópolis, algunos de cuyos restos se guardan en la Sala Arqueológica.
La ciudad fue conquistada por Alfonso XI en 1330, siendo célebre la ayuda prestada por el caballero escocés Sir James Douglas, quien murió en la batalla: Teba lo homenajea con una lápida en la Plaza de España, regalada por la localidad escocesa de Melrose. Aunque sufrió varios asedios posteriores, sobre todo en el reinado de Juan II, Teba nunca más volvió a manos musulmanas. De su amplia jurisdicción partirían muchos repobladores de los núcleos adyacentes. La villa fusiona el urbanismo orgánico árabe con el más rectilíneo cristiano (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
El arquitecto José Tirado, maestro mayor de la diócesis de Sevilla, fue el autor de este magnífico templo, uno de los mejores de la provincia, edificado entre 1699 y 1717. Su planta es basilical de tres naves, divididas por ochos esbeltas columnas de mármol rojo sobre plintos, coronadas por trozos de entablamento. Los arcos formeros se decoran con angelillos de estuco sobre los capiteles y con yeserías de motivos vegetales en las enjutas. La nave central es más ancha y alta que las laterales, y se cubre con bóveda de medio cañón rebajado, con arcos fajones. Las laterales poseen bóvedas de arista, mientras que la capilla mayor se cubre con media naranja. A los pies se dispone un amplio coro elevado. La nave del Evangelio tiene adosada una gran capilla incompleta de planta poligonal, puede que concebida para sagrario y hoy usada como almacén de tronos y enseres procesionales. Tras la capilla mayor está la sacristía, rectangular con bóveda de medio cañón con arcos fajones que dividen tres tramos: en los laterales, bajo lunetos hay ventanas, en cuya base se disponen azulejos bajomedievales procedentes del castillo. A través de la sacristía se accede a una cripta situada bajo el presbiterio.
Cuenta con dos portadas: la de los pies y la de la nave de la Epístola. La más interesante es la primera, que recuerda el estilo del sevillano Diego Antonio Díaz, con arco de medio punto entre pilastras toscanas cajeadas, entablamento denticulado y pequeño frontón curvo partido -todo ello en piedra-, sobre el que se dispone un segundo cuerpo de obra más pequeño, que alberga una cruz entre pilastras similares a las inferiores y frontón curvo. Sobre éste hay una ventana enrejada y, en el tejado, una pequeña espadaña. La otra portada, que comunica con un patio, apenas tiene entidad arquitectónica, consistiendo en un simple arco de medio punto encalado. La torre, a los pies del Evangelio, sigue el modelo sevillano, y su cuerpo de campanas tiene a cada lado dos arcos de medio punto entre pilastras, rematándose por un chapitel octogonal.
La iglesia cuenta con un rico patrimonio mueble. En primer lugar, el originario cancel de acceso, de madera con decoración rococó. Pero sobre todo llaman la atención las pinturas murales, de escuela sevillana de la primera mitad del XVIII: cortinajes en el altar mayor y la tribuna del coro; bajo éste, en dos arcos de medio punto flanqueando el cancel, Juicio Final y San Cristóbal, muy deteriorados; Evangelistas en las pechinas de la bóveda del presbiterio; alegorías de la Fe, Esperanza, Caridad y Triunfo de la Cruz en los muros de los extremos de las naves laterales; motivos florales en grisalla, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino en la capilla del Sagrario, en el testero del Evangelio; los mismos roleos con Santa Catalina de Alejandría, San Francisco de Asís y San Ignacio de Loyola, además de motivos e inscripciones funerarias, en la capilla de las Ánimas, en la cabecera de la Epístola; Bautismo de Cristo en la capilla bautismal, a los pies de la nave de la Epístola; y un dosel con cortinajes en la pared del tramo central de la sacristía.
En el presbiterio se halla un retablo de madera dorada y policromada, en su mayor parte clasicista del XX, aunque conserva el ático del originario del XVIII, con la representación de la Trinidad (Padre Eterno de bulto redondo, Cristo representado por la Cruz y Paloma); en la hornacina central se sitúa un Cristo de la Sangre, sevillano de mediados del XX, bajo el cual se encuentra una Inmaculada del XVII; el retablo cuenta también con un lienzo de la Inmaculada, del XVII. En el presbiterio hay otro lienzo de gran calidad, unos Desposorios Místicos de Santa Catalina, posiblemente del XVI, o al menos copia de obra manierista. En el lado del Evangelio se conserva un púlpito dieciochesco de madera dorada. En la nave del Evangelio hay, en un retablo a los pies, un gran Niño Jesús del XVIII que sigue el modelo montañesino, muy repintado; y en un retablo de finales del XX, con dos ángeles lampadarios del XVIII, una Virgen de la Paz de Antonio Illanes, de 1939. En la capilla del Sagrario se encuentra un soberbio retablo-tabernáculo de mármol rojo de Teba, del s. XVIII, -al igual que la alacena también de piedra tallada situada a la izquierda- con columnas dóricas, sagrario de plata (1839) y, en la hornacina, magnífica Inmaculada de madera policromada, obra cordobesa del XVIII; todo ello envuelto por un dosel de tela estucada y dorada del XX. En la capilla bautismal se encuentran la pila -con el pie del XVIII y la taza del XX-, una talla de la Virgen de la Cabeza de finales del XV o principios del XVI, y un Crucificado en madera de olivo sin policromar de los talleres de Félix Granda, de 1952. En la nave de la Epístola, destacan una Virgen del Rosario de vestir, de principios del XX, en un retablo reciente; y sobre todo una Virgen de los Dolores del granadino Antonio Illanes, de 1934, en un retablo con columnas salomónicas, recompuesto utilizando restos del XVIII. En la Sacristía se conservan algunos cuadros devocionales, además de una mesa y un aguamanil de piedra del XVIII, y una amplia cajonera, parece que del XIX.
En dos pequeñas salas junto a la sacristía se conservan, bajo el nombre de Museo Parroquial de Teba, otras piezas del importante patrimonio del templo, principalmente orfebrería, tejidos y libros. Lo más sobresaliente es la colección de platería. La pieza maestra es una Cruz procesional de plata dorada, atribuida a Alfaro, del último cuarto del XVI, de estructura arquitectónica y cincelada con relieves de la Pasión, Evangelistas, Doctores de la Iglesia y ángeles pasionarios. De sus trece cálices, destacan uno plateresco de plata, del s. XVI; el magnífico de Portocarrero (1696), donado por D. Pedro Portocarrero y Guzmán, patriarca de las Indias, con esmaltes y motivos florales a buril sobre plata dorada; dos de plata dorada del XVII; y uno del XVIII ornamentado con emblemas eucarísticos y ángeles pasionarios. También hay un ostensorio en plata dorada del XVIII con decoración vegetal, un portapaz barroco con relieve de la Inmaculada (1742), un portapaz rococó (1784), un relicario de plata rococó (finales del XVIII), una cruz procesional con nudo del XVI y cruz del XIX, y dos atriles cordobeses de 1774, además de otras piezas litúrgicas menores. De entre los numerosos tejidos, principalmente ternos, destacan el de Isabel la Católica, rojo, con pluvial, capillo, casulla y dalmáticas; y la capa pluvial de Navidad, del XVIII, en brocado de plata sobre fondo blanco. Por último, del patrimonio bibliográfico merece resaltarse un Misal Romano de 1679 (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
La iglesia se sitúa en la vía principal del pueblo, ampliándose el espacio delante de ella. Fue construida entre los años 1699 y 1717, y es obra del arquitecto José Tirado, maestro mayor de la fábrica de la catedral de Sevilla. Tiene tres naves, más ancha y alta la central, separadas por columnas toscanas de mármol rojo sobre altos basamentos o plintos, que se realzan con trozos de entablamento sobre el capitel; en las enjutas de estos arcos aparecen ángeles de estuco en actitudes diferentes dentro de un tono hierático.
La nave central se cubre con bóveda de medio cañón rebajado, quedando separados los tramos mediante arcos fajones.
Las laterales tienen bóvedas de arista y la capilla mayor bóveda de media naranja.
Al exterior destaca la torre y las dos portadas, todo ello realizado en ladrillo; mayor interés tiene la portada de los pies, que tiene dos cuerpos, presentando en el primero arco de medio punto entre pilastras toscanas cajeadas, entablamento taqueado y frontón partido y curvo de poquísima entidad; el segundo cuerpo repite idéntico esquema -a menor escala y resalte- sirviendo de caja-marco una cruz.
Sobre el último tramo de la nave del Evangelio y embutida en la misma planta se alza la torre, también de ladrillo, en la que el cuerpo de campanas se abre con dos arcos de medio punto separados por pilastras que se doblan en las esquinas y se remata con chapitel octogonal de cerámica.
A la nave del evangelio se adosa una interesante capilla inacabada de planta poligonal, que debió concebirse como capilla sacramental (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Fue construida entre 1699 y 1715 por José Tirado, maestro alarife de la Catedral de Sevilla. De ella podemos destacar su planta basilical de tres naves separadas por ocho columnas de mármol rojo de ocho metros de altura y únicas en la zona. Entre las piezas más importantes que guarda en su Museo-Tesoro, podemos destacar una custodia de plata de 75 centímetros de altura, labrada por orfebres cordobeses en el siglo diecisiete; numerosos cálices, entre los que destacan uno de oro puro de un kilo de peso que data del siglo quince y otro, también riquísimo, con figuras en relieve, donado por el Cardenal Portocarrero y en el que figuran dos inscripciones en latín, que dicen: "Carlos Segundo por la gracia de Dios Rey de las Españas por su valor y protección. 1696" y "El Ilustrísimo Señor Don Pedro Portocarrero y Guzmán, Patriarca de las Indias".
La Cruz alzada que se procesiona en las grandes fiestas es joya inapreciable por su riqueza y la filigrana de su ejecución, de estilo renacentista. Del mismo estilo hay copones, atriles y sacras de plata. En las cajoneras de caoba, ricamente labradas, de la Sacristía, se guarda un terno del siglo dieciséis con riquísima imaginería y bordados en oro en la casulla y capa pluvial. En las dalmáticas, grabadas sobre fondo azul, podemos leer: "Donado por Alfonso Undécimo y siglos más tarde bordado por Isabel La Católica" (Diputación Provincial de Málaga).
De este conjunto, fechado entre finales del XVI y principios del XVII, sólo se conserva la portada manierista de la iglesia, integrada en la fachada de un polideportivo. Esa interesante portada consiste en un arco de medio punto, con el emblema franciscano de las cinco llagas custodiado por el cordón, entre pilastras cajeadas que sostienen un frontón partido por el otro emblema franciscano, de los brazos. Integrados en el polideportivo, hay restos muy alterados del convento, que fueron adaptados como fábrica y en la actualidad como almacén (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
Data del siglo XVI. Estilo manierista, conservándose actualmente su fachada (Diputación Provincial de Málaga).
Construida en el siglo XVI, aunque muy alterada posteriormente, es un característico ejemplo de arquitectura religiosa popular, muy simple. La nave se cubre con bóveda de cañón rebajada. Lo menos reformado es el amplio camarín hexagonal del altar mayor, obra del XVIII, con bóveda de media naranja muy rebajada, pilastras y restos de pinturas de ornamentos florales en el friso. La fachada, muy transformada, es adintelada, y se remata por un hastial escalonado (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
El inmueble consta de una nave y cabecera de planta hexagonal. Se accede por un puerta de doble hoja situada a los pies. Desde la nave principal se distribuyen ordenadamente unos bancos de madera, situándose en el tramo central el camarín, que conserva la estructura original, y un pequeño espacio que hace las veces de sacristía. Se guardan también allí algunos instrumentos musicales de la banda de la Hermandad. Está construido en mampuestos de caliza, mortero, ladrillo, cemento y teja. Los muros de carga son de mampostería, según el informante, y pilastras decoradas en el camarín. La solería es de gres. A la puerta de acceso se le está haciendo una pequeña cancela, además de dos puertas que comunican con el camarín una y dependencia municipal, y la otra -condenada-; y dos ventanas a la calle. Presenta decoración en la bóveda y en las pilastras del camarín, habiéndose perdido las de la bóveda de la nave. El frontal del camarín está decorado con azulejo. En la fachada, añadido con la última reforma, está decorado con alicatado y una hornacina con la imagen de la Virgen. Los machones que destacan en el exterior del camarín son característicos de la comarca y se pueden apreciar en otros inmuebles de la misma, especialmente en Cañete la Real -Convento, Pósito, y un almacén particular (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
La ermita de Ntra. Señora del Carmen se encuentra ubicada en la conocida calle Carreras. Su alzado está datado en el siglo XVI y su interior, aunque de bello y tradicional diseño, no reviste una excesiva importancia en cuanto al valor histórico o artístico (Diputación Provincial de Málaga).
Aparte de la arquitectura popular característica de la zona, Teba cuenta con importantes ejemplos de viviendas señoriales que van desde el siglo XVI a principios del XX, destacando sobre todo las de finales del XIX y comienzos del XX. De las más antiguas, deben citarse la Casa Condal de la Emperatriz Eugenia de Montijo, en la calle Grande, y el Palacete del Marqués de Greñina, en la calle Nueva. De la Casa Condal, originaria del XVI, sólo se conserva la portada, ya del XVIII, con columnas toscanas sobre plintos bulbosos que sostienen alto entablamento. En el palacete del Marqués de Greñina, del siglo XVIII, destaca su desproporcionada portada barroca, que llega casi al alero, con estípites y frontón partido por hornacina también flanqueada por estípites y que alberga un Sagrado Corazón moderno. Hay algunas viviendas de comienzos del siglo XX, con interesantes ornatos pintados de corte modernista (Rosario Camacho Martínez [dirección], Aurora Arjones Fernández, Eduardo Asenjo Rubio, Francisco J. García Gómez, Juan Mª Montijano García, Sergio Ramírez González, Francisco José Rodríguez Marín, Belén Ruiz Garrido, Juan Antonio Sánchez López, y María Sánchez Luque. Guía artística de Málaga y su provincia. Tomo II. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
El castillo se encuentra encerrado por un primer cinturón de muros que lo rodea en ciento sesenta y cinco pasos por la parte norte. El segundo cinturón, de piedra labrada, es más sólido y elevado, destacando cuatro torres, las de los ángulos circulares y cuadradas las del centro, una de ellas desprovista de los sillares que la recubrieron exteriormente. Continúa la fortificación flanqueada de torreones por toda la cúspide del cerro, observándose en algunas zonas las entradas ya cegadas de las galerías subterráneas que daban al exterior.
En el centro de lo que fue plaza de armas se eleva la torre principal o del homenaje. Sus cuatro aristas están formadas por bloques cuadrilongos de piedra, lo mismo que los lienzos de los muros, de sillares más pequeños, así como los del palacio del conde, contiguos a la torre del homenaje. La torre posee tres pisos, en el inferior se aprecian cisternas y canales de piedra por donde entraban las aguas pluviales. Los siguientes niveles se hallan inaccesibles al haber desaparecido la escalera de acceso, observándose los techos de bóveda y los pasadizos que conducían a las habitaciones. En la parte que mira al norte, se abrió un amplio ventanal sobre el que se debió situar el escudo de los Guzmán.
En este enclave del Castillo de Teba se pueden hallar vestigios neolíticos de un primer poblamiento.
Su fundación puede remontarse al periodo en el que los griegos focenses levantaron Ategua o Attega (Teba la Vieja), según indica el historiador Henriquez de Jorquera, al referirse a estos griegos tebanos que habitaron sobre el año 2240 a.C. Sus orígenes fueron fruto de las luchas tenaces entre Cartago y Roma, llamándose en esas fechas Ostipo, según señala Fernández Guerra, como aparece citada en el Itinerario de Antonino. El propio Julio César refiere su rendición.
Trasladada a su actual emplazamiento los árabes la llamaron Ostibba y Ostebba, de donde derivó el nombre. Fue gran fortaleza cuando Umar levanta su rebelión desde Bobastro, formando la segunda línea defensiva junto a Cañete, Casarabonela y Tolox. En 1328 Alfonso XI conquistó el castillo, cediéndolo a la Orden de Santiago, quedando como plaza de defensa en el plan de conquista, haciendo frente, entre otros, al ataque nazarí de 1407. Al avanzar la línea fronteriza, Teba dejó de ser frontera, volviendo a ser de gran utilidad su fortaleza en 1485, cuando los Reyes Católicos conquistaron Ronda.
El castillo perteneció a los Guzmanes y Portocarreros, desde la segunda reconquista por parte de Juan Ramírez de Guzmán, en el reinado de Enrique III el Doliente, Hoy pertenece a los descendientes de Eugenia de Montijo, ya que desde Felipe III los condes de Teba fueron también de Montijo.
Durante la invasión francesa fue ocupado, estableciéndose en su interior una compañía que realizó algunas reformas, sin especificar, por valor de 3.000 reales.
Tras el decreto de las Cortes de Cádiz en el que se abolían los privilegios exclusivos y se incorporaban a la nación los señoríos jurisdiccionales, sus nobles propietarios trasladaron su residencia a la corte, dando lugar al comienzo de un largo periodo de pillaje, en el que se llegó a desmantelar hasta los mampuestos de la torre del homenaje, socavando sus cimientos. La situación de abandono se acentuó en nuestros días aún más. En 1949, Temboury realizó un pequeño informe del mismo documentado con un croquis de su planta, en la que se observa una torre más que las que presenta en la actualidad. Este estado de deterioro despertó el interés de algunos vecinos, creándose una Escuela Taller para llevar a cabo parte de su recuperación entre los años 1990-92 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El castillo se asienta sobre un promontorio ocupado desde antiguo, aunque tuvo un mayor protagonismo en época medieval, al ser segunda línea defensiva en la rebelión hafsuní contra el estado cordobés, y en 1328, ya en poder castellano, frente al reino nazarí.
Castillo romano en el primer cuerpo de torres y muros, y árabe en el resto, desde donde se observa una vista grandiosa de la ciudad y su entorno. El castillo se asienta sobre un promontorio ocupado desde antiguo, aunque tuvo un mayor protagonismo en época medieval, al ser segunda línea defensiva en la rebelión hafsuní contra el estado cordobés, y en 1328, ya en poder castellano, frente al reino nazarí.
Declarado Monumento nacional de interés Histórico - Artístico en el año 1931. Está emplazado sobre el Cerro de la Estrella que le da nombre al castillo, a 600 metros de altitud, se alza este Castillo de gran importancia estratégica, pues no sólo domina la población que se asienta a sus pies, sino también la ancha llanura que constituye la entrada norte a la Serranía de Ronda.
Tiene una superficie aproximada de 25.000 metros cuadrados, uno de los de mayor dimensión de los que se conservan en la provincia de Málaga. Presenta dos recintos amurallados, el exterior que se adapta al terreno, está reforzado con una barbacana al noroeste, con un total de 18 torres y otra octogonal, albarrana, orientada al norte. En el interior está la fortaleza, lugar de residencia del Señor. A lo largo de la historia, al estar ubicado en zona fronteriza ha sido ocupado por varias culturas y ha experimentado algunas ampliaciones.
Desde el Peñón de Peñarrubia, por la MA-5404 (Teba-Ronda) con la vista de la torre del homenaje del Castillo de Teba o de la Estrella llegaremos al pequeño núcleo “Ventas de Torrox” y al indicador “Tajo del Molino/Punto Interés Geológico” cañón que cuenta con numerosas cuevas y las ruinas del Molino.
Seguimos hasta otro pequeño núcleo “Huertas de la Cueva” y la rotonda para la MA-6405 (Teba) pasando junto al antiguo molino aceitero “Lucero” y comenzando a subir hasta pasar cerca de otro “Molino de las Pilas, 1882” entrando ya en Teba por empinadas calles hasta llegar al Castillo con magnificas vistas del caserío y su entorno.
Se trata de una gran fortaleza (25.000 m2) levantada por los árabes, dominando el curso del río Guadalteba y su campiña. De planta octogonal y dos recintos amurallados (18 torres/barbacana exterior) aún se aprecian restos de aljibes, iglesia y el Alcázar con su torre residencial de cuatro plantas, hoy Centro de Interpretación “Una Cruzada en el Guadalteba”. El 25 de agosto de 1330 perdió la vida el famoso conde escocés Sir James Douglas, portador del corazón del rey libertador de Escocia “Robert The Bruce” que camino de Jerusalén trataba de ayudar al rey castellano Alfonso XI en la conquista de estas tierras (Diputación Provincial de Málaga).
En la Historia General de España, el padre Mariana relata el hecho más sobresaliente producido en Teba desde la muerte del caudillo árabe Omar Ben Hafsun, el héroe de Bobastro: la conquista de la Villa por Alfonso Undécimo el 20 de enero de 1389. Entre las víctimas de la batalla, destaca la muerte de Sir James Douglas, caballero leal del rey Roberto Primero de Escocia que luchó junto a las tropas cristianas.
Este hecho se relata en una lápida que existe en la villa, ofrecida por el pueblo escocés de Melrose, con el que Teba está hermanado, y que fue traída por los descendientes de aquel caballero británico, que perdió su vida en la conquista del pueblo malagueño. Otra de las anécdotas hace referencia a la emperatriz de los franceses Eugenia de Montijo, quién era descendiente de los primeros conquistadores de Teba, la familia Martín Fernán de Portocarrero y la familia de Juan Ramírez de Guzmán, nombrado primer señor de Teba (Diputación Provincial de Málaga).
El Museo de Teba ocupa dos salas en la planta baja de la Casa Consistorial de Teba. El museo cuenta con el apoyo de la Asociación Hisn Atiba, una asociación local de defensa del patrimonio histórico que organiza periódicamente conferencias, visitas guiadas y otras actividades relacionadas con los materiales del museo y con los yacimientos arqueológicos y sitios históricos relacionados.
La colección primigenia del Museo se formó en los años 60 del siglo XX debido a numerosos hallazgos casuales en el municipio. Los hitos de la exposición son varios vestigios correspondientes a la Prehistoria y a las culturas prerromanas, y entre ellos destacan importantes piezas, como la colección de bifaces paleolíticos, una gran Vasija cerámica de la Cueva de las Palomas, la colección de puntas metálicas del Cerro de la Horca o la Escultura del Carnero ibérico de Los Castillejos.
En la segunda sala, la mayor, se sitúan vestigios históricos que abarcan desde el mundo romano hasta prácticamente el momento actual. En esta última sala destacan la colección de pedestales epigráficos romanos, la Cabeza en mármol de Tiberio, el Pedestal de los Erotes, la colección de instrumentos quirúrgicos nazaríes o algunos de los más significativos documentos del rico archivo municipal (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El museo Histórico Municipal de Teba se sitúa en la planta baja de la Casa Consistorial del municipio. Sus antecedentes se remontan a los años 1974 y 1975, cuando un grupo de amigos interesados por la arqueología comenzaron la recogida sistemática de materiales hallados en las cercanías de la localidad, así como la localización y adquisición de piezas en posesión de algunos de los habitantes del pueblo. Su trabajo permitió agrupar una colección capaz de constituir un museo propio, que nació dos décadas más tarde.
En las salas de este museo se pueden ver diferentes muestras de la historia local de Teba, piezas que van desde la prehistoria, pasando por épocas remotas como la romana, la musulmana y algo más actual, la cristiana. Constituye el punto de partida para una visita más detallada de los parajes naturales y bienes arqueológicos y patrimoniales existentes en su término.
Entre el material conservado destacan los hallazgos de tres yacimientos arqueológicos de la zona: los fondos neolíticos aparecidos en la "Cueva de las Palomas", con restos líticos datados entre el 3.000 y 2.000 a.C.; los restos cerámicos hallados en el yacimiento de "Los Castillejos", con restos de cerámica algárica (c. 2.000 a.C.). púnica (del Siglo VII al III a.C.) e ibérica (del siglo VI al IV a.C.); y los materiales romanos que han aparecido principalmente en el asentamiento urbano romano de "El Tajo".
Junto a estos importantes yacimientos, se encuentra, ya con materiales modernos, la necrópolis y restos constructivos del Castillo de la Estrella, fortaleza de época musulmana ubicada en lo más elevado de la población.
Dos piezas destacan especialmente en la colección, el ‘carnero ibérico’ realizado en piedra arenisca, reconocido por su característica cornamenta en voluta, apareció en el yacimiento arqueológico de ‘Los Castillejos’, datado en torno al siglo IV a.C. Con un cierto carácter orientalizante, podría relacionarse con los toros y carneros iberos y turdetanos que aparecen por casi toda Andalucía entre los siglos V y III a.C. El segundo es el ‘exvoto ibérico’, representando una cabeza antropomorfa, también aparecido en ‘Los Castillejos’, de una abstracción casi contemporánea, que aumenta su misterio y atractivo.
De los materiales hallados en el ‘Cortijo del Tajo’, en esta sala se exponen distintas pesas romanas, piezas numismáticas, restos cerámicos de terra sigilata, así como importantes obras escultóricas y epigráficas, entre las primeras destaca el busto de Tiberius Caesar (Diputación Provincial de Málaga).
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