Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Acordeón, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Acordeón es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de La Plata; del Distrito Cerro-Amate, y va de la calle Arpa, a la calle Carmen Vendrell.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
La vía, en este caso una calle, está dedicada al instrumento musical del Acordeón.
Es una vía conformada en su acera derecha por viviendas de autoconstrucción, mientras que la de la izquierda lo forma una tapia de un gran solar, lo que le da a la calle un aspecto muy desangelado. La propia calle tiene una forma lineal rota en su centro por un leve quiebro, y de ella parte una prolongación en la parte de la derecha, que mantiene el mismo nombre de la calle. Desde el punto de vista del tráfico rodado, es unidireccional en sentido descendiente, y no posee acerados [Ana Reguera Ramírez, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Conozcamos mejor el Acordeón, instrumento musical al que está dedicado la calle;
El acordeón es un curioso instrumento musical que llama la atención por su aspecto: dos manuales (de teclas, llaves o botones) dispuestos verticalmente en sendas cajas herméticas que se unen y separan por un fuelle que se expande y se contrae a voluntad del tañedor. El sonido se produce al pasar el aire que genera el fuelle por unos conductos provistos de una lengüeta metálica que se liberan o clausuran con las teclas. Desde el punto de vista técnico, el acordeón es un aerófono de lengüeta libre. A su familia pertenecen instrumentos que curiosamente se inventaron con muy pocos años de diferencia, como la armónica (1821), la concertina (1829), el bandoneón (1840) e incluso el armonio (1842).
El acordeón se inventó también a inicios del siglo XIX, aunque existen lejanos antecedentes compartidos por diferentes culturas; el propio Leonardo da Vinci creó un ingenio, el órgano de papel, que recuerda al acordeón. Suele atribuirse a Demian Cyrill, un armenio afincado en Viena, y a sus hijos, fabricantes de órganos y pianos, el invento de lo que llamóaccordion, en 1829. Se trataba de un pequeño instrumento de apenas 22 centímetros de ancho por 9 de alto y 6 de grosor, con cinco teclas para la mano derecha capaces de producir cada una un acorde, lo que le valió el nombre. Este acordeón diatónico (la nota que emite cada tecla es distinta según entre o salga el aire) tenía un fuelle con tres pliegues de cuero. Este prototipo se parece poco al acordeón actual, que es deudor de un ingenio inventado en 1780 por Kirsnik y Kratzenstein.
Tres son las características que hicieron triunfar al acordeón, instrumento que se extendió prácticamente por todo el mundo. En primer lugar, su naturaleza polifónica, armónica (reflejada en el propio nombre del instrumento), que permitía un rico relleno para acompañar una melodía. Después, su potencia sonora, que lo hacía apto para sonar en espacios abiertos, y, por último, la posibilidad de que el tañedor se acompañase a sí mismo cantando, circunstancia óptima en la música popular. Por todo ello, se popularizó de inmediato en la primera mitad del siglo XIX en toda Europa como instrumento acompañante.
El acordeón logró particular arraigo en el este del continente. En Rusia, por ejemplo, llenó cafés, cabarets o circos. En su popularización influyeron los gitanos balcánicos, con los que hoy se sigue identificando este instrumento. De hecho, se consideró al acordeón como «el piano del pobre», lo que recuerda otros instrumentos callejeros tañidos por ciegos, como la zanfoña. En España, en 1841, Juan Moreno construyó en Madrid el primer acordeón, con un ámbito melódico de dos escalas y media, y hacia 1850 el acordeón llegó a América. En la segunda mitad del siglo se vendió como instrumento de fácil aprendizaje autodidacta, aspecto en que insistían todos los tratados pedagógicos. En efecto, gracias al cifrado, se podía aprender a tocarlo aun sin saber solfeo (National Geographic).
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