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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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martes, 5 de agosto de 2025

El desaparecido Pabellón de Jamaica, en el desaparecido Pabellón del Caribe, de Jesús Castañón Díaz, Ernesto Sánchez Zapata y Eduardo Gómez García, para la Exposición Universal de 1992

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el desaparecido Pabellón de Jamaica, en el desaparecido Pabellón del Caribe, de Jesús Castañón Díaz, Ernesto Sánchez Zapata y Eduardo Gómez García, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
     Hoy, 5 de agosto, es el aniversario (5 de agosto de 1992) del Día Nacional de Jamaica en la Expo' 92, así que hoy es el mejor día para ExplicArte el desaparecido Pabellón de Jamaica, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
     La Exposición Universal se ubicó en la llamada Isla de la Cartuja, que se encuentra en el Barrio de Triana Oeste, del Distrito de Triana.
     El desaparecido Pabellón de Jamaica, en el Pabellón del Caribe para la Exposición Universal de 1992 [nº 220 en el plano oficial de la Exposición Universal de 1992], se ubicaba en la esquina de la calle Albert Einstein, con el Camino de los Descubrimientos (Avenida 4); en el Barrio de Triana Oeste, del Distrito Triana
     Venga a Jamaica, un mundo más allá del encuentro, país agraciado por su belleza natural y su rica historia. Una tierra de aventuras épicas, desde los arawaks a Colón, desde las epopeyas de los legendarios maroons hasta las hazañas de los bucaneros en Port Royal... Jamaica es un mestizaje de culturas -africanos, asiáticos, europeos y gentes del Medio Oriente- unidos bajo el mismo lema de Un sólo pueblo proveniente de muchos. El Pabellón de Jamaica le lleva de visita por la isla, ofreciéndole un íntimo retrato de nuestra cultura, turismo, música y productos de renombre internacional como café, ron, licores, especias,  plátanos y azúcar... todo ello situado en el esplendor arquitectónico de la vieja Jamaica. 
     Venga  al Pabellón de Jamaica, eche una mirada a nuestra exuberante vegetación tropical, a nuestras playas de fina arena blanca, a nuestras exóticas casas de campo y a nuestros hote­les, y saboree nuestra hospitalidad. 
     Explore el Mundo más allá del en­cuentro (Guía Oficial Expo '92. Sevilla, 1992).
     La Expo se llenó aquella jornada de sonidos "calypso", mezcla de merengue y salsa, en la celebración del Día Nacional de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS), que integraba a las ocho pequeñas y paradisiacas islas caribeñas, también denominadas Antillas menores.
     Esta jornada estaba presidida por el primer ministro de la Isla de Granada y vicepresidente de la Organización de Estados del Caribe Oriental, Nicholas Braithwaite, que aprovechó la celebración de este día nacional de estas islas en la Expo, para recomendar a los países del Este que pusieran en prácticas el tipo de cooperación que se desarrollaba entre las ocho islas caribeñas que conforman la O.E.C.S.
     El Pabellón del Caribe en el recinto de la Cartuja fue una sucesión de hexágonos, bordeado de una laguna con nenúfares y plantas tropicales, con globos enormes de colores y contenidos inconexos, representaron a Trinidad-Tobago, Jamaica, Bahamas y a la O.E.C.S. (Organización de Estados del Caribe Oriental) que celebraba aquella jornada su día nacional en la Muestra Universal.
     El Pabellón del Caribe tenía una presencia modesta en la Exposición Universal. Los contenidos fueron pocos consistentes, algunos stands fueron meramente publicitarios y el visitante que se acercaba le dedicaba poco tiempo.
     La O.E.C.S. es una organización política y económica fundada en 1981 que integraba a seis países independientes y dos dependencias británicas. Su localización geográfica los enclava en el archipiélago de las Pequeñas Antillas. Los Estados que la conforman son: Antigua y Barbuda, Dominica, San Cristóbal y Nieves, Granada, Santa Lucía y San Vicente y Granadinas. Las dependencias británicas ocuparon los territorios de Montserrat y las Islas Vírgenes Británicas.
     La O.E.C.S. destacó lo que era común entre ellas, el mar, la playa, la vida submarina. En el pabellón se representó una escena de mercado, no sólo como lugar de venta, sino como lugar de encuentro de la gente, de intercambio de noticias.
     Los contenidos del Pabellón del Caribe Oriental se subdividía en dos áreas: una dedicada al mar y otra a los mercados típicos. A la entrada, el curioso se encontraba con una simulación del mar del Caribe. Rocas de cartón piedra, playas pintadas de blanco con restos de conchas y un mar hecho con pintura azul que servía de suelo.
     Una foto de las playas tropicales junto a un aborigen de cobre. Sobre las paredes rocosas, se expuso también una colección fotografías que mostraban utensilios domésticos y rituales, procedentes de las islas caribeñas de San Vicente y las Granadinas. Fueron imágenes de obras de piedra que datan de la primera y la tercera centuria de nuestra era, patrimonio de los indios precolombinos. Le seguía en el breve itinerario del pabellón, una gruta hecha con más cartón piedra.
     La evocación del mercado caribeño tenía palmeras y mesas donde se expusieron productos de cada uno de los Estados. Frutas artificiales, una reproducción de la cama típica de Antigua y Barbuda; cosméticos naturales hechos con aloe y velas aromáticas de Dominica (Legado Expo).
     El Pabellón del Caribe se encontraba situado en el cruce de la Avenida 4, actual calle Albert Einstein, con el Camino de los Descubrimientos, en la parcela que ocupa actualmente la sede del ABC de Sevilla. Durante 1992, estaba situado entre el Pabellón de los Países Árabes y el Palenque, y junto al Pabellón de Chile.
     El edificio, de carácter conjunto y efímero, fue construido por la Sociedad Estatal para acoger a todas las naciones de las Islas del Caribe, entre las que se encontraban: Antigua y Barbuda, Bahamas, Dominica, Granada, Jamaica, Montserrat, Sta. Lucía, S. Vicente y las Granadinas, S. Cristóbal y Nieves y Trinidad y Tobago.
     Su arquitectura consistía en una sucesión de diez hexágonos que formaban un patio central de uso común, bordeado de una laguna con nenúfares y plantas tropicales.
     Fue uno de los pabellones más modestos de la Muestra, siendo algunos países miembros, representados por sencillos stands publicitarios. De los once países que aquí se reunían, solo tres tenían zona de exposición independiente, ya que los otros ocho se agrupaban bajo el nombre de Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS). Los contenidos del Caribe Oriental se subdividían en dos zonas: una dedicada al mar y otra a los mercados típicos, donde se mostraban representaciones de las playas caribeñas y fotografías de las islas, además de algún puesto con productos típicos de la región.
     A modo de curiosidad, la vegetación que adornaba el exterior del pabellón, fue cedida por Urbanismo a la Empresa Pública del Suelo de Andalucía (EPSA) y varias especies fueron plantadas en Sevilla, como algunos ejemplares de Palmera Reina, traídas desde Miami, que fueron recolocadas en el parque José Celestino Mutis de la capital hispalense tras la clausura de la Expo (Blog Pasaporte Expo 92).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el desaparecido Pabellón de Jamaica, en el desaparecido Pabellón del Caribe, de Jesús Castañón Díaz, Ernesto Sánchez Zapata y Eduardo Gómez García, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Pabellón del Caribe para la Exposición Universal de 1992, en ExplicArte Sevilla.

Más sobre la Exposición Universal de 1992, en ExplicArte Sevilla.

lunes, 4 de agosto de 2025

Los principales monumentos (Castillo, Casa del Corregidor y Cárcel Real, Iglesia de Santa María de la Encina, Iglesia de San Juan Bautista, Museos, Convento de las Concepcionistas Franciscanas, Ayuntamiento, Ermita del Cristo, Monasterio de las Llagas de San Francisco, Ermita de Nuestra Señora del Amparo, Plaza Alta, Cruceros, y Ermita de la Misericordia y Judería) de la localidad de Burguillos del Cerro, en la provincia de Badajoz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Castillo, Casa del Corregidor y Cárcel Real, Iglesia de Santa María de la Encina, Iglesia de San Juan Bautista, Museos, Convento de las Concepcionistas Franciscanas, Ayuntamiento, Ermita del Cristo, Monasterio de las Llagas de San Francisco, Ermita de Nuestra Señora del Amparo, Plaza Alta, Cruceros, y Ermita de la Misericordia y Judería) de la localidad de Burguillos del Cerro, en la provincia de Badajoz.
     Se sitúa en el borde septentrional de la Sierra, a mitad de camino entre Zafra y Jerez de los Caballeros, al abrigo de su poderoso castillo. Inmediato a la población, en un paraje de gran belleza natural, se encuentra un puente medieval de tres arcos, y en la dirección contraria la albuera erigida en el siglo XVIII por el obispo de Badajoz, Merino Malaguilla.
     Tipo de Entidad: Municipio
     Superficie Término: 187,5 Km2
     Altitud: 419 m.
     Distancia Capital: 94 Km.
     Partido Judicial: Zafra
     Comarca: Zafra - Río Bodión
     Gentilicio: Burguillano
Ayuntamiento de Burguillos del Cerro
     Plaza del Altozano, 2
     06370 Burguillos del Cerro (Badajoz)
     Teléfono: 924541033 - 924541411
     Fax: 924541704
Historia.-
    Localidad declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico Artístico. En su término se encuentran restos de asentamientos de la época celta, romana y visigótica.
     Se sitúa en el borde septentrional de la Sierra, a mitad de camino entre Zafra y Jerez de los Caballeros, al abrigo de su poderoso castillo. Inmediato a la población, en un paraje de gran belleza natural, se encuentra un puente medieval de tres arcos, y en la dirección contraria la albuera erigida en el siglo XVIII por el obispo de Badajoz, Merino Malaguilla.
     Sobre el antecedente de algunos asentamientos visigodos y árabes, el origen del núcleo se conecta con el enclave de Guruviejo o Burgo Viejo, de fundación al parecer templaria.
     Burguillos estuvo durante la Reconquista bajo la Orden de los Caballeros del Temple, hasta la desaparición de dicha Orden.
     Otros enclaves semejantes se localizaban en torno a las ermitas de San Coronado, San Vicente, San Lázaro, etc., siendo su unión la que originó el nacimiento de Burguillos.
     Tras la ocupación del territorio por la Orden del Temple en 1.229, el núcleo quedó incluido en el Bayliato de Jerez. A la disolución de éste, Burquillos se convirtió en Señorío, pasando por numerosas titularidades hasta integrarse en 1.393 como propiedad de Don Diego López de Zúñiga o Stúñiga, Señor de la Casa de Béjar, en cuya demarcación se mantuvo hasta el siglo XIX. En el XVI, y bajo Doña Teresa de Zúñiga y Guzmán, conoció la Villa su mayor esplendor, en tanto que durante las guerras hispano-portuguesas del XVII y XVIII experimentó repetidos arrasamientos y otros avatares.
     El legado de las diferentes culturas y concepciones ha permitido a Burguillos del Cerro obtener la merecida declaración de Bien de Interés Cultural con Categoría de Conjunto Histórico. Tanto dentro del sugerente núcleo urbano como extramuros, Burguillos cuenta con singulares edificaciones que le confieren tipismo y carácter singulares (Diputación Provincial de Badajoz).
     La estructura urbana del municipio de Burguillos del Cerro, así como la existencia de espacios abiertos y edificios singulares ha permitido que sea declarado bien de interés cultural en la modalidad de conjunto histórico.
     Son muchas las culturas que han dejado huella de su paso por la localidad de Burguillos del Cerro: primero los celtas, seguidos de los romanos que permanecieron en estas tierras una larga temporada, de la que se conservan, por ejemplo, secciones de columnas, tégulas, capiteles y cerámica, entre otros elementos. Más tarde la invasión musulmana dejó a su paso topónimos como Rodeo del Moro, el Azamel o la Mezquita.
     Una de las principales riquezas de Burguillos es su arquitectura, tanto popular, como religiosa y gubernamental. El primer edificio a destacar es el castillo, que ha sufrido varias modificaciones y ampliaciones a lo largo de la historia y que situado en la culminación del cerro ha sido siempre un punto clave defensivo para todos aquellos que han ocupado estas tierras.
     La arquitectura religiosa nos permita disfrutar hoy en día de edificios como la iglesia de Santa María de la Encina, la iglesia de San Juan Bautista, el convento de las Concepcionistas Franciscanas, la ermita del Cristo, el monasterio de las Llagas de San Francisco y la ermita de Nuestra Señora del Amparo.
     También son dignos de visitar lugares como el centro de interpretación de la arquitectura popular, la Casa del Corregidor, la Cárcel Real y la Plaza Alta (Turismo de Extremadura).
      Burguillos del Cerro, pueblo situado al abrigo del castillo templario, con hermosas vistas sobre los parajes colindantes (Alfredo J. Ramos, y Santiago Llorente. Guía Total, Extremadura. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Castillo.-
     Descubre la majestuosidad del Castillo de Burguillos del Cerro, un tesoro histórico que te transportará a la época medieval. Construido en el siglo XIII durante la Reconquista, este imponente castillo de piedra se alza en lo alto de una colina, ofreciendo vistas panorámicas impresionantes. Su imponente Torre del Homenaje, símbolo de poder y dominio, te invita a explorar sus estancias restauradas y sumergirte en su fascinante historia. Declarado Bien de Interés Cultural, este castillo te espera para revelarte sus secretos a través de visitas guiadas y eventos culturales. Además, su entorno natural te brinda la oportunidad de disfrutar de actividades al aire libre, mientras te deleitas con sus impresionantes paisajes (Ayuntamiento de Burguillos del Cerro).
     Edificio emblemático de la población, de planta cuadrangular, con cuatro torres, una en cada esquina. Fortaleza situada en la culminación del cerro que apellida a la población, a lo largo de historia experimentó diferentes ampliaciones hasta llegar a ser el edificio que conocemos hoy, desde la posesión por parte de los caballeros templarios, fue atalaya defensiva de cuantos dominaron el territorio (Diputación Provincial de Badajoz).

Casa del Corregidor y Cárcel Real.-
     Descubre la Casa del Corregidor y sus fascinantes museos en Burguillos del Cerro. Sumérgete en una experiencia cultural única mientras exploras este centro histórico que data del siglo XVI. En su fachada, la inscripción nos revela su antiguo propósito como Casa de Justicia y Cárcel Real, testigos de la historia de nuestra ciudad.
     En su interior, encontrarás tres impresionantes exposiciones que te transportarán a través del tiempo. La exposición arqueológica alberga una amplia variedad de artefactos descubiertos en Burguillos del Cerro, desde utensilios prehistóricos hasta retablos de época moderna. Descubre cómo evolucionó nuestra sociedad a lo largo de los siglos mientras exploras estas valiosas reliquias.
     La muestra etnográfica te sumergirá en la vida cotidiana de la zona rural del sur de la península. Contempla los utensilios utilizados en la vida campesina, la artesanía, la agricultura y la ganadería, y comprende la importancia de estas actividades para nuestra historia y cultura.
     Además, puedes adentrarte en el apasionante Museo Minero, inaugurado en 2016. Burguillos del Cerro es reconocido a nivel mundial por su legado minero, y esta exposición es un testimonio vivo de nuestra rica tradición. Contempla una amplia colección de minerales, rocas y fósiles, tanto locales como de otras partes del mundo. No te pierdas la impresionante Sala Negra, donde los minerales luminiscentes cobran vida en la oscuridad, creando una explosión de colores vibrantes bajo la luz ultravioleta.
     Ven y descubre la riqueza cultural y la historia fascinante que Burguillos del Cerro tiene para ofrecerte en la Casa del Corregidor y sus museos (Ayuntamiento de Burguillos del Cerro).
     Situada en la Plaza Alta, originaria del siglo XVI. Rehabilitada en 1.990. Alberga de forma permanente una muestra arqueológica de piezas recogidas en el término y legajos procedentes del archivo municipal de los siglos XVII, XVIII y XIX. Edificio sobrio que halla especial encanto en el aljibe, mazmorras de la cárcel, patio porticado, miradores... (Diputación Provincial de Badajoz).

Iglesia de Santa María de la Encina. Centro de Interpretación de la Arquitectura Popular.-
     La Antigua Iglesia de Santa María de la Encina, enclavada en la falda del majestuoso cerro donde se alza el imponente castillo, es ahora la sede del Centro de Interpretación de la Arquitectura Popular Extremeña, un lugar que te transportará a tiempos pasados llenos de encanto y tradición.
     Desde sus inicios, la iglesia se ha situado estratégicamente bajo la protección del castillo, reflejando la concentración de la población en la ladera del cerro en busca de seguridad y resguardo. Además de ser un centro de culto religioso, sus alrededores eran testigos de importantes reuniones relacionadas con la administración de la vida pública.
     Aunque la fecha exacta de su origen es motivo de debate entre los investigadores, los estudios arqueológicos han determinado que esta impresionante construcción data de finales del siglo XIV. Sin embargo, los restos encontrados bajo sus cimientos revelan la presencia de una zona funeraria y posiblemente un lugar de culto desde la época de dominación templaria o incluso antes.
     Santa María de la Encina, junto con la Iglesia de San Juan Bautista, fue una de las dos parroquias existentes en Burguillos del Cerro hasta el siglo XVIII. Según cuenta la leyenda, la imagen de la virgen fue descubierta oculta en el hueco de una encina cerca de donde se erige la iglesia actualmente, razón por la cual lleva el nombre de Santa María de la Encina.
     El edificio en sí es una amalgama de elementos arquitectónicos que evidencian las diversas modificaciones, ampliaciones y reparaciones que ha experimentado a lo largo de su historia. En el siglo XVII, se añadieron contrafuertes exteriores y dos arcadas que soportaban parte del peso de la cubierta. Aunque solo se conserva uno de los arcos arbotantes y el comienzo de otros, estos elementos son testigos del esplendor pasado.
     Al ingresar a la iglesia, serás recibido por una nave con una cubierta de tejas a dos aguas en sus orígenes. La nave se conecta con la cabecera del templo a través de un arco toral. La cabecera, con su aspecto exterior similar a una torre defensiva de planta cuadrada, presenta tres pequeños huecos en forma de ventanal geminado con arco apuntado, decorados con una moldura de punta de diamante o dientes de perro, y un rosetón bajo el arco. Una impresionante cúpula nervada cubre esta área sagrada.
     Explora la única capilla existente, conocida como la capilla de los Castañeda, en el muro del Evangelio. Santa María de la Encina fue utilizada para el culto hasta el siglo XVIII, momento en que tanto esta iglesia como la de San Juan Bautista se encontraban en mal estado de conservación. Como resultado, se construyó la actual Parroquia de Santa María de la Encina y San Juan Bautista, que unió ambas iglesias en un solo templo, brindando a los fieles un lugar de culto más cómodo y cercano.
     Desde entonces, la Antigua Iglesia de Santa María de la Encina se convirtió en un cementerio. Sin embargo, a finales del siglo XIX, cayó en el abandono debido a la construcción del nuevo Cementerio Municipal, quedando en un estado ruinoso. Gracias a un proceso de recuperación y rehabilitación, renació como el Centro de Interpretación de la Arquitectura Popular Extremeña en el año 2003.
     Se ha llevado a cabo una labor impresionante de consolidación e intervención arqueológica para preservar las bóvedas, estructuras y otros elementos constructivos que mostraban signos de deterioro. Además, se ha recuperado la cimentación del espacio que solía albergar la sacristía y un área cementerial adosada a la cabecera en el lado del Evangelio.
     En el interior de la iglesia, se ha diseñado un espacio expositivo abierto que te permite apreciar la belleza del edificio como protagonista principal. El Centro de Interpretación de la Arquitectura Popular Extremeña te sumerge en diferentes tipologías constructivas que han caracterizado a la región extremeña a lo largo de la historia. A través de la arquitectura popular, podrás comprender el estilo de vida de la población rural, complementado con maquetas, muestras de materiales de construcción, cartelería y una cautivadora proyección audiovisual.
     No te pierdas la oportunidad de visitar la Antigua Iglesia de Santa María de la Encina y adentrarte en la riqueza cultural y arquitectónica de la región extremeña. Un viaje al pasado que te dejará maravillado (Ayuntamiento de Burguillos del Cerro).
     Edificación originaria del siglo XIII. Se sitúa en la base del cerro donde se emplaza el castillo. En un principio constaba de una sola nave a la que posteriormente se le añadieron otras dos posiblemente como solución arquitectónica que permitiera soportar el peso de la cubierta. Alternan elementos propios del románico y del gótico: portada abocinada, contrafuertes, vanos, rosetones, espadaña, arcadas interiores, bóvedas con nervios.
     Convertida en Centro de Interpretación de la Arquitectura Popular, nos muestra, de forma amena y didáctica, las diferentes concepciones arquitectónicas extremeñas y su evolución. La cripta nos permite contemplar enterramientos originales del siglo XIII (Diputación Provincial de Badajoz).

Iglesia de de San Juan Bautista.-
     La Antigua Iglesia de San Juan Bautista es un espacio religioso de gran importancia histórica ubicado en Burguillos del Cerro, siendo actualmente el edificio que alberga el Centro de Interpretación de la Orden del Temple. Con sus raíces que se remontan a la época visigoda, este lugar sagrado ha sido testigo de diferentes etapas y cultos a lo largo de los años.
     Tras haber sido utilizado como centro de rezo musulmán y posteriormente como iglesia cristiana, la iglesia de San Juan Bautista pasó a convertirse en un cementerio después de haber abandonado su función religiosa durante más de un siglo.
     En la primera década del siglo XXI, se emprendieron trabajos de recuperación y consolidación para devolverle su esplendor. Estas labores comenzaron con una exhaustiva recopilación de datos históricos y la utilización de técnicas avanzadas como el georradar y la tomografía eléctrica para obtener la información necesaria y planificar la intervención arqueológica. A través de los sondeos arqueológicos realizados en distintas áreas, incluyendo los edificios nuevos, la iglesia y el espacio de la antigua sacristía, se descubrieron valiosos restos y materiales que fueron trasladados al laboratorio y, posteriormente, al actual cementerio municipal.
     La iglesia de San Juan Bautista, dedicada al santo venerado por los templarios, se encuentra al noroeste de la población, entre las calles San Juan y Espíritu Santo. Destaca por sus tres entradas, una de las cuales fue construida durante las tareas de recuperación y ahora da acceso al Centro de Interpretación de la Orden del Temple, ubicado en su interior. En su interior, la iglesia alberga una capilla central o testero con una cabecera magníficamente desarrollada, caracterizada por un arco ojival que separa dos espacios. La capilla exhibe una mezcla de estilos, destacando el gótico-mudéjar, con una bóveda de crucería en el primer tramo y un casquete sobre pechinas en el segundo. Además, llama la atención la presencia de dos ventanas enfrentadas talladas en granito, con cuatro círculos dispuestos en forma de cruz. La iglesia cuenta con una impresionante arquitectura, incluyendo, además de la citada capilla central con elementos gótico-mudéjares, una majestuosa torre campanario y tres capillas adicionales. El centro ofrece una experiencia interactiva y audiovisual para explorar la historia de los templarios.
     La iglesia de San Juan Bautista ha experimentado diversas etapas y transformaciones a lo largo de los años.
     Gracias a las intervenciones arqueológicas, se ha podido conocer la evolución de este lugar sagrado a lo largo de los siglos, desde su origen visigodo hasta su papel como templo de la Orden del Temple. Hoy en día, la Antigua Iglesia de San Juan Bautista acoge el Centro de Interpretación de la Orden del Temple, donde se muestra el recorrido histórico de los templarios. En las diferentes salas se abordan temáticas como la vestimenta, las leyes, la forma de luchar, el poder económico, o la historia de uno de sus personajes más influyentes como Jacques de Molay, el último gran maestre templario. La historia se transmite de forma entretenida y es accesible a todo tipo de públicos, haciendo uso de recursos interactivos y audiovisuales que abordan el misterio, las leyendas, los juegos o los símbolos de los templarios (Ayuntamiento de Burguillos).
     Edificación del siglo XIV, mandada a construir por D. Alfonso Fernández de Vargas, se constituyó en la iglesia matriz del Señorío de Burguillos.
     De estilo típicamente gótico. Se conserva la cabecera de bóveda nervada, la torre octogonal y tres capillas en el lado de la Epístola - en una de ellas fue enterrado, en un sarcófago de mármol, el Señor de Burguillos -. (Diputación Provincial de Badajoz).

Parroquia de San Juan Bautista y Santa María de la Encina.-
     Descubre la majestuosa Iglesia Parroquial de Santa María de la Encina y San Juan Bautista, ubicada en el límite entre las partes baja y alta de la localidad. Construida en 1740 para satisfacer las necesidades religiosas de la comunidad y reemplazar a las parroquias existentes en mal estado, esta impresionante iglesia refleja el esfuerzo conjunto de los vecinos, los Duques de Béjar y el obispo Amador Merino Malaguilla. El proyecto, aunque enfrentó dificultades económicas y disputas entre los párrocos de las iglesias existentes, finalmente se concretó, dando lugar a un edificio de gran belleza y significado histórico.
Con una torre barroca de 50 metros de altura y un atrio rodeando gran parte del edificio, la iglesia te da la bienvenida con dos puertas de mármol, una de ellas adornada con el escudo y la corona de los Duques de Béjar. En su interior, encontrarás una única nave con 8 capillas laterales y 17 altares, incluyendo la capilla que alberga las históricas pilas bautismales de Santa María de la Encina y San Juan Bautista.
El estilo neoclásico del templo y su retablo del altar mayor, que presenta figuras como San Pedro Apóstol, el Cristo de la Salud, Santa María de la Encina y San Juan Bautista, te cautivarán con su sencilla ornamentación de gran valor artístico. La iglesia también cuenta con una espaciosa sacristía y una impresionante techumbre ovalada que descansa sobre los arcos de las capillas.
Hoy en día, la Iglesia Parroquial de Santa María de la Encina y San Juan Bautista sigue siendo el principal lugar de culto para la comunidad, donde se celebran los sacramentos y se mantiene viva la tradición religiosa (Ayuntamiento de Burguillos del Cerro).
     Su construcción es del siglo XVIII, para unificar lo que habían sido las dos parroquias anteriores. De grandes dimensiones, es de estilo neoclásico, de planta de cruz latina y una sola nave con capillas laterales. El crucero da cabida a una hermosa cúpula que da luz al espacioso interior. En su interior cobija imágenes, pinturas y orfebrería de gran valor. La torre barroca, con sus 50 metros de altura, sobresale entre los tejados pardos del caserío, para constituirse en uno de los símbolos de la localidad; su decoración, de influjo sevillano, está conseguida por la superposición de elementos arquitectónicos (Diputación Provincial de Badajoz).

Convento de las Concepcionistas Franciscanas (Ayuntamiento).-
     Sobrio y elegante edificio fundado en el siglo XVI por D. Alonso Fdez. Segura. Desde mediados del XIX venía utilizándose como sede del Ayuntamiento y tras una reciente rehabilitación, que ha permitido la recuperación de los claustros alto y bajo, refectorio y otras piezas de la fábrica, alberga ahora la totalidad de las oficinas administrativas municipales (Diputación Provincial de Badajoz).
 
Iglesia de las Concepcionistas Franciscanas.-
     Originariamente perteneciente al convento de Concepcionistas Franciscanas. De una sola nave, con bóveda de cañón, este edificio recoleto de monumental portada, alberga un nutrido conjunto de obras de arte barrocas y neoclásicas: retablos, imágenes, pintura, rejería, etc. (Diputación Provincial de Badajoz).

Ermita del Cristo.-
     Antigua iglesia de los Mártires o del Cristo de la Sangre, su arquitectura es tipo popular, con diferentes ampliaciones y remodelaciones a lo largo de los siglos. La nave de seis tramos con capilla, proporcionan longitud a uno de los edificios más carismáticos de la población (Diputación Provincial de Badajoz).

Monasterio de las Llagas de San Francisco.-
     Edificio extramuros de la villa, fundado por la Casa de Béjar en el siglo XVI para dar acogida a religiosos franciscanos. En su fábrica se aprovecharon materiales romanos. El lugar escogido para su asentamiento es de gran singularidad paisajística, instantáneas apreciables desde el segundo piso, al que se accede desde el claustro alto (Diputación Provincial de Badajoz).

Ermita de Nuestra Sra. del Amparo.-
     Edificio religioso de pequeñas dimensiones. Consta de una sola nave, con sacristía y coro de reducidas proporciones. Se corresponde con una obra popular fechada en el S. XIV y, sobre ella, levantada la actual del S. XVI (Diputación Provincial de Badajoz).

Plaza Alta.-
     Sumérgete en la historia y el encanto de la Plaza Alta en Burguillos del Cerro, un lugar que ha sido el corazón de la vida social y económica desde el siglo XV. El entramado urbano que la rodea refleja nuestra herencia cultural, con casas de estilo tradicional de poca altura, muros gruesos y encaladas para protección y estética. Al explorar la Plaza Alta, descubrirás fascinantes detalles que revelan la diversidad y riqueza histórica de Burguillos. En el inicio de la calle Badajoz, encontrarás una casa con una pequeña hendidura en la puerta, conocida como mezuzá, que demuestra la presencia de una importante comunidad judía en el pasado.
Desde la plaza, podrás ver el antiguo Ayuntamiento al suroeste, que recientemente ha revelado su arquería original en la fachada. Al noreste se encuentra el antiguo pósito municipal, utilizado para almacenar grano y garantizar el abastecimiento de toda la población. En el lado este de la plaza, se encuentra la Casa del Corregidor y Cárcel Real, cuya inscripción en la fachada nos revela su origen en el siglo XVI. Este edificio histórico nos transporta a épocas pasadas y nos invita a imaginar la justicia y el orden que se impartían en este lugar. Sumérgete en la atmósfera histórica de la Plaza Alta y descubre los secretos que guarda (Ayuntamiento de Burguillos del Cerro).
     Presidiendo el conjunto abigarrado y compacto de calles estrechas y casas de sabor popular, encaladas, de huecos sencillos, rejas de hierro forjado, enrasadas o de mirador, esta plaza, antiguo centro neurálgico de la población, y por tanto en ella se encuentran el Antiguo Ayuntamiento, la Casa del Corregidor, la Cárcel Real. También en este marco, recientemente se han hallado indicios relevantes de la existencia de una sinagoga. De esta plaza parte el entramado urbano hacia el llano, en una sorprendente enmaraña de callejuelas, pilares, fuentes, cruceros, dando paso a espacios amplios con casas solariegas rematadas con heráldica y paseos ajardinados: La Fuente Llano, Paseo del Cristo... (Diputación Provincial de Badajoz).
 
Cruceros.-
     La costumbre de colocar en la salida de la población cruces que indicaran el camino al peregrino, se ha convertido en tradición al colocarse un crucero cada inicio de siglo. Estas cruces nos indican las sucesivas expansiones del casco urbano y contienen un valor etnográfico indudable (Diputación Provincial de Badajoz).

Ermita de la Misericordia y Judería.-
     La Ermita de la Misericordia y la Judería de Burguillos del Cerro te invitan a sumergirte en un fascinante viaje en el tiempo. Este encantador rincón es testigo vivo de la historia y la diversidad cultural de la localidad.
     La Ermita, que le da nombre a este lugar, data del siglo XVI y es un tesoro arquitectónico de pequeñas dimensiones. Su nave de bóveda baja nos transporta a épocas pasadas y nos conecta con la esencia espiritual de la comunidad. A lo largo de los siglos, esta ermita ha sido un importante centro de culto y devoción para los habitantes de Burguillos del Cerro.
     Además de la Ermita, la Judería es otro elemento destacado de este lugar histórico. Remontándonos a la Edad Media, cuando la comunidad judía florecía en la región, la Judería de Burguillos del Cerro era un vibrante barrio donde la vida cotidiana y la cultura se entrelazaban. Aquí, las calles empedradas y las casas de arquitectura tradicional evocan la rica herencia judía de la localidad.
     La Plaza de la Misericordia, que rodea la ermita, es el corazón de este rincón encantador. Con sus dos accesos, hacia la calle Zafra al norte y la calle Pilar Grande al sur, la plaza es un punto de encuentro donde la historia y la vida contemporánea se entrelazan. Es un lugar donde las tradiciones se celebran con fervor y donde los burguillanos rinden homenaje a la Virgen de la Misericordia en la Fiesta de la Misericordia cada 8 de septiembre.
     Además de su riqueza espiritual, la Ermita de la Misericordia y la Judería de Burguillos del Cerro son un deleite para los sentidos. El entorno pintoresco, las calles empedradas y las casas tradicionales invitan a perderse entre sus encantos. Desde aquí, se pueden contemplar vistas impresionantes del castillo, que añade un toque de majestuosidad a este rincón pintoresco.
     Visitar la Ermita de la Misericordia y la Judería de Burguillos del Cerro es sumergirse en la historia, la espiritualidad y la belleza de este lugar único (Ayuntamiento de Burguillos del Cerro).

          Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Castillo, Casa del Corregidor y Cárcel Real, Iglesia de Santa María de la Encina, Iglesia de San Juan Bautista, Museos, Convento de las Concepcionistas Franciscanas, Ayuntamiento, Ermita del Cristo, Monasterio de las Llagas de San Francisco, Ermita de Nuestra Señora del Amparo, Plaza Alta, Cruceros, y Ermita de la Misericordia y Judería) de la localidad de Burguillos del Cerro, en la provincia de Badajoz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia pacense.

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Un paseo por la calle Bernardo Guerra

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Bernardo Guerra, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     Hoy, 4 de agosto, Memoria de San Juan María Vianney, presbítero, que durante más de cuarenta años se entregó de una manera admirable al servicio de la parroquia que le fue encomendada en la aldea de Ars, cerca de Belley, en Francia, con asidua predicación, oración y ejemplos de penitencia. Diariamente catequizaba a niños y adultos, reconciliaba a los arrepentidos y con su ardiente caridad, alimentada en la fuente de la santa Eucaristía, brilló de tal modo que difundió sus consejos a lo largo y a lo ancho de toda Europa, y con su sabiduría llevó a Dios a muchísimas almas (1859) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
     Fue proclamado por Pío XI "patrón de los sacerdotes" en su canonización en 1925, de ahí qué sea hoy el mejor día para ExplicArte la calle Bernardo Guerra, párroco de Santa Ana
     La calle Bernardo Guerra es, en el Callejero Sevillano, una calle que se encuentra en el Barrio de Triana Casco Antiguo, en el Distrito Triana; y va de la calle Pureza, a la calle Pelay Correa.
     La calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     A comienzos del s. XIV se la conoce como costado de Santa Ana o lado de Santa Ana, por su situación en uno de los laterales de la iglesia del mismo nombre. En 1859 se rotula Vázquez de Leca (1573-1649), en memoria del canónigo defensor del dogma de la Inmaculada; en 1869 se le cambia por el de Vesubio, en recuerdo del volcán próximo a la ciudad de Nápoles, y en 1936 se le da el actual, por el cura de Santa Ana muerto en 1935. Su trazado se origina con la construcción en 1276 de la iglesia de Santa Ana. Es una vía relativamente estrecha, que se ensancha al final, en la confluencia con la plaza de Santa Ana (antigua Sacra Familia). Terriza en sus comienzos, es adoquinada a finales del s. XIX, y en 1910 se la dota de aceras. En 1933 se le coloca calzada de asfalto y acerado de losetas de cemento. En 1947 se instala la iluminación eléctrica, y hoy cuenta con farolas sobre brazos de fundición. Entre sus viviendas de la acera de los impares hay que destacar una de tres plantas, la superior decorada con pilastras (desaparecida), y el núm. 5, corral de vecinos de una planta, conocido como El Jardinillo (también desaparecido). La acera de los paresa ocupa un lateral de la iglesia de Santa Ana. Adquiere especial animación en las fiestas del Corpus y la "velá" de Santa Ana, por la afluencia de público a la citada iglesia [María del Carmen Medina, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Bernardo Guerra, 3 (Desaparecida). Casa de tres plantas, la superior de­corada con pilastras toscanas parea­das [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Juan María Vianney, presbítero
     Jean Marie Baptiste Vianney o Viannay, párroco de Ars, localidad situada al norte de Lyon, modelo de todas las virtudes sacerdotales.
     Nació en 1786, y en 1818 fue designado cura párroco del pueblo de Ars, en la región de Dombes (Ain), perteneciente a la diócesis de Belley, donde mu­rió en 1859. Se le debe la introducción en Francia del culto de santa Filomena, personaje desprovisto de todo fundamento histórico y que pertenece al conjunto  de las supercherías hagiográficas.
     La popularidad de Vianney atraía hacia su confesionario a multitudes de peregrinos, más numerosos que los visitantes cosmopolitas y mundanos que en el Siglo de las Luces se concentraban en la antesala de Voltaire, «el patriarca de Ferney», localidad esta última, próxima a Ars.
     Fue beatificado en 1905 por el papa Pío X, quien lo propuso como ejemplo al clero secular. Canonizado por el papa Pío XI, es el santo patrón de los curas párrocos.
     Sus imágenes en yeso pintado, fabricadas en serie en los talleres de Saint Sulpice, se prodigaron en las iglesias. Al igual que Bernardita (Bernadette) de Lourdes, no interesa tanto desde el punto de vista del arte religioso como desde el relativo a la devoción e imaginería popular (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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La calle Bernardo Guerra, al detalle:
Iglesia de Santa Ana
    Placa conmemorativa a Vicente Yáñez Pinzón
Edificio c/ Bernardo Guerra, 3 (desaparecida)

domingo, 3 de agosto de 2025

El sitio arqueológico Cabezo de la Zorra, en Olivares (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el sitio arqueológico Cabezo de la Zorra, en Olivares (Sevilla).
     En superficie se localizaron algunos fragmentos de ladrillos y tégulas romanas muy dispersas. Asentamiento rural romano (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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Un paseo por la calle Palos de la Frontera

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Palos de la Frontera, de Sevilla, dando un paseo por ella.
    Hoy, 3 de agosto, es el aniversario (3 de agosto de 1492), de la partida de Colón del puerto de Palos de la Frontera, en el viaje del Descubrimiento del Nuevo Mundo, así que hoy es el mejor día para Explicarte la calle Palos de la Frontera, de Sevilla, dando un paseo por ella.
       La calle Palos de la Frontera es, en el Callejero de Sevilla, una vía que se encuentra en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo, y va de la avenida de Roma, a la glorieta de San Diego. 
   La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     Aunque los planos históricos no dan nombre a este camino, es posible que se usara como término de referencia el convento de San Diego, establecido allí a finales del s. XVI. A comienzos del s. XX ya hay alusiones al arrecife del Foso por el que bordea el lado sur de la Fábrica de Tabacos. En 1928 se rotula como Palos de Moguer, por ser el nombre más usual al referirse en la época a Palos de la Frontera, villa desde donde partió Colón en 1492 y en clara relación con la Exposición Iberoamericana. En 1966 por iniciativa del ayuntamiento de esa localidad se rectificó, dándole su actual de­nominación.
     Desde la Edad Media existió un camino que, antes de la construcción de los jardines de la Eslava sobre los que se edificó el Hotel Alfonso XIII, en el último tercio del s. XIX, cruzaba diagonalmente desde la Puerta de Jerez a la esquina del foso junto a San Telmo. Con la construcción en 1592 del convento de San Diego, en 1682 de la Universidad de Mareantes (Palacio de San Telmo) y en 1728 de la Fábrica de Tabacos, queda conformado casi en su totalidad el camino o arrecife que tras salir alineado con la fachada principal de San Telmo, gira en ángulo recto antes de alcanzar este edificio y continuar paralelo junto al foso hasta alcanzar la fachada del convento.
     Es ancha y describe dos curvas muy pronunciadas. Las aceras son también amplias y están embaldosadas con losetas de cemento. El tramo de acera contigua al parque se ensancha, dando lugar a una amplia franja de albero sobre la que se sitúan dos hileras de castaños de Indias. La presencia de arboles a ambos lados del antiguo camino o arrecife será una constante a través de los siglos. Ya en 1614 los franciscanos de San Diego fueron autorizados a plantarlos en el camino que conducía desde el convento a la Puerta de Jerez. Confluyen Doña María de Padilla por la izquierda y La Rábida por la derecha. Es una vía muy singular, pues está delimitada por las verjas de los tres únicos edificios que la conforman: un tramo de los jardines de San Telmo, conocidos popularmente como la Madrina; parte del foso de la antigua Fábrica de Tabacos (hoy Universidad), y un lienzo de pared de los jardines del palacio de San Telmo. Este edificio ofrece en su fachada norte doce esculturas de sevillanos ilustres realizadas en 1895 por Antonio Susillo (v. Avenida de Roma). La Fá­brica de Tabacos, obra de Sebastián Van der Borcht, terminada en 1771, y el Hotel Alfonso XIII,  obra  del  arquitecto José Espiau (1928), ofrecen sus fachadas posteriores a esta calle junto con un tramo del foso que bordea a la Universidad y que fue el último en ser terminado. En los años sesenta se construyó un puente sobre el mismo que da acceso a la que fue Facultad de Ciencias, hoy de Filología. Frente a este edificio y rodeado de frondosa arboleda se encuentra un sencillo pabellón conocido corno de la Madrina, que fue colegio de niñas ciegas y posteriormente Hemeroteca Municipal, hasta el traslado a su actual sede en Almirante Apodaca.
     Hay referencias en 1726 de autorizaciones para depositar escombros en esta zona a los cargadores que salieran por la Puerta de Jerez y los postigos del Aceite y del Carbón y noticias de arreglos en el arrecife en el s. XIX. En 1830 fue pavimentada de piedra, adoquinada en 1904 y readoquinada en los años setenta. Es una de las pocas avenidas de la ciudad que no ha sido cubierta de asfalto. El alumbrado sobre farolas de báculo fue sustituido en 1975 por farolas fernandinas de fundición con tres brazos. Esta vía que originalmente no era sino el comienzo del camino a Jerez, adquirirá su carácter de vía urbana en función de la reforma del viario con motivo dela Exposición Iberoamericana de 1929. Con anterioridad, en el úl­timo tercio del s. XIX, fue terminal de una de las líneas de tranvías que partía de la calle Hernando Colón y atravesaba la Puerta de Jerez. Hasta 1946 formó parte de la cañada del Juncal que hasta esa fecha pasaba por San Fernando. Desde la década de los seten­ta soporta un intenso tráfico, proveniente del centro y oeste de la ciudad, en una sola dirección. La doble curva y el exceso de velocidad ha provocado en ocasiones la caída al foso de la Universidad de vehículos [Salvador Rodríguez Becerra, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Palos de la Frontera, s/n. HOTEL ALFONSO XIII
. Obra del arquitecto José Espiau Muñoz, dentro del llamado "estilo sevillano". Utiliza los materiales típicos de la región, como ladrillo en limpio, azulejos, zó­calos y otros elementos decorativos de azulejos y patio de columnas.
Palos de la Frontera, 2. PALACIO DE SAN TELMO. Fue construido para Colegio de Mareantes; en el siglo XIX lo adquirieron los Duques de Montpensier para su residencia y, finalmente, por donación de la infanta Luisa, destinado a Semi­nario.
     Su construcción se inicia a fines del siglo XVII y se continúa en el siguiente con algunas detenciones. Las obras de reforma y adaptación continuaron hasta este siglo. La fisonomía actual se la da en el siglo XVIII el arquitecto Leonardo de Figueroa. La fachada principal se inspira en la del Archivo de Indias, y destaca en ella la gran portada de tres cuerpos. La fachada norte se corona por una galería de estatuas de figuras de sevillanos, obra de Antonio Susillo.
Palos de la Frontera, s/n. FÁBRICA DE TABACOS. Se inicia su construcción en 1726 por el ingeniero militar Ignacio Salas, al que sucedió el coronel Diego Bordick, y encargándose del proyecto, en 1750, Sebastián van der Borch; terminó la obra, en 1766, Juan Vicente Catalán. Los cuatro remates de las esquinas fueron labrados por Cayetano Acosta, así como la portada principal. Esta consta de dos cuerpos con columnas corintias y está rematada por la Fama. El amplio vestíbulo, la hermosa escalera y los más bellos lucernarios de las azoteas son obras de Van der Borch, y el patio primero, así como la torre del reloj se deben a Lucas Cintora. En la actualidad este edificio está destinado a Universidad, para lo cual ha sufrido importantes transformaciones internas [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor el hecho histórico que se conmemora en el día de hoy
     El 23 de mayo de 1492 los vecinos de Palos de la Frontera escucharon en la iglesia de San José la orden de los reyes para que colaboraran, sin ambages, en la empresa colombina. Debían suministrar a sus expensas dos carabelas, que habían de servir o entregar a los reyes durante doce meses y, además, tenían que partir a las órdenes de Cristóbal Colón «...rumbo a ciertas regiones de la Mar Oceana». La orden dejó estupefactos a los «expertos marinos» habitantes de la villa marinera onubense, ya que se trataba de alcanzar Las Indias por Occidente, bajo el mando de un capitán prepotente, extraño y desconocido. 
     La cuestión se suavizó sobremanera cuando la principal familia marinera de la villa, la de los Pinzón, se sumó a la aventura con su jefe Martín Alonso Pinzón (tenía cerca de 50 años) a la cabeza, que también había concebido la idea de ir a Japón por Occidente; este hecho sería utilizado en 1515, por los testigos de los pleitos de los Colón con el Emperador Carlos V, para desmerecer a Cristóbal Colón enalteciendo a Martín Alonso Pinzón; Vicente Yáñez Pinzón, el hermano menor, también se enroló. En Moguer la familia de los Niños también aportó hombres (Juan, el cabeza de familia, con su carabela la Niña, y dos de sus hermanos) y los Quintero proporcionarían la Pinta. La nao Santa María fue alquilada a un patrón cántabro, de Santoña, Juan de la Cosa que también se embarcaría.
     La cadena de mando en las naves hispanas del momento era piramidal. El capitán o máximo responsable, el maestre que solía ser el propietario del barco, mandaba a los marineros y dirigía todas las operaciones, y el piloto que como segundo en el mando de la marinería se encargaba de trazar la carta de navegación y la marcha de la nave; bajo sus órdenes se encontraba el contramaestre que tenía el control directo de las tareas que motivaban el buen orden a bordo de los barcos. Fueron 87 los hombres enrolados, marinos avezados, ni aventureros ni proscritos. 
     Colón mandaba la Santa María con Juan de la Cosa como maestre y era, además, el capitán general de la flota. Martín Alonso Pinzón (1440-1493) mandaba La Pinta con su hermano Francisco Pinzón como maestre, y su hijo Vicente Yáñez Pinzón La Niña con Juan Niño como maestre. Todos los marineros eran españoles salvo tres genoveses y un portugués, la mayoría andaluces del ducado de Niebla, pero había varios del norte o cántabros como el mencionado Juan de la Cosa y el contramaestre vizcaíno Chachu. Sólo había cuatro fugitivos de la justicia alistados, uno condenado a muerte por homicidio en una riña y sus tres cómplices. Nadie fue obligado a embarcarse y se pagaron 600 maravedís a los marineros noveles, 1.000 a los veteranos, 1.500 a los contramaestres y 2.000 para los pilotos; podían incrementar su salario cambiando su «pacotilla» con los indígenas. Luis de Torres, hebreo converso era el intérprete; Diego de Harana, primo de la amante de Cristóbal Colón, era el alguacil de la flota con carácter policial. Además iban un escribano para levantar actas de las tierras descubiertas, tres médicos y dos funcionarios regios: un «veedor real», agente fiscal para controlar los gastos y reservar la parte de la Corona (antiguamente era un funcionario público encargado de la inspección y control de las actividades de los gremios y sus establecimientos; a partir de las Cortes de Toledo de 1480, los Reyes Católicos le atribuyeron una jurisdicción por la que debería rendir una visita anual de control de los oficiales regios) y un «repostero de estrados del rey» sin misión específica y embarcado motu proprio. No había soldados a bordo, ya que la misión era de exploración.
     La Niña y La Pinta tenían 20 metros de eslora, 6´5 de manga y 3 de calado con una capacidad de 60 toneladas; la Santa María (llamada «La Gallega» y dedicada a Santa María la Grande, que es la patrona de los pontevedreses; texto del padre Sarmiento del siglo XVIII) poseía unos 25 metros de eslora, 8 de manga, 4 de calado y 100 toneladas de capacidad. Eran naves de altas bordas y redondeadas, con un velamen complejo de tres mástiles, capaces para soportar tempestades en alta mar, pero que por su calado reducido les era posible acercarse mucho a la costa, aún en aguas poco profundas. Su coste era escaso, dos millones de maravedís y un cuarto de millón al mes para el pago de la tripulación. La leyenda de la reina Isabel I La Católica de León y de Castilla empeñando sus joyas no tiene ningún fundamento. 
     Colón aportó la octava parte prestada por el duque de Medinaceli y el resto fue aportado por Luis de Santangel con fondos de la Santa Hermandad, cofradía armada que se encargaba de mantener el orden público en los reinos de León y de Castilla. Se embarcaron víveres para un año y en diez semanas todo estuvo aparejado. Al amanecer del 3 de agosto de 1492 la flota se hizo a la mar. «Vuestras Altezas como católicos cristianos y príncipes amadores de la Santa Fe Cristiana y acrecentadores de ella y enemigos de la secta de Mahoma y de todas las idolatrías y herejías, pensaron en enviarme a mí, Cristóbal Colón a las dichas partidas de India para ver los dichos príncipes y los pueblos y las tierras y la disposición de ellas y de todo, y la manera que se pudiera tener para la conversión de ellos a nuestra fe.» (José María Manuel García-Osuna y Rodríguez, Anales críticos sobre Cristóbal Colón, el Gran Almirante de la Mar Océana).
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La calle Palos de la Frontera, al detalle:
Hotel Alfonso XIII

sábado, 2 de agosto de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, antigua Capilla de San Jacinto - Museo Pintor Rodríguez Luna, Capilla de San Sebastián, Plaza de Toros, Ermita de la Virgen de Gracia, Puente de las Donadas, Iglesia de Santa Ana, Meandro de Montoro, y Parque Natural Cardeña-Montoro) de la localidad de Montoro (y III), en la provincia de Córdoba

       Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Córdoba, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, antigua Capilla de San Jacinto - Museo Pintor Rodríguez Luna, Capilla de San Sebastián, Plaza de Toros, Ermita de la Virgen de Gracia, Puente de las Donadas, Iglesia de Santa Ana, Meandro de Montoro, y Parque Natural Cardeña-Montoro) de la localidad de Montoro (y III), en la provincia de Córdoba.


Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.-

     El convento carmelitano de Montoro se erigió en 1697 bajo la advocación de San .Juan de la Cruz y gozó de la protección de los duques de Alba y Montoro. La construcción de la iglesia se inició en 1701, concluyéndose en 1748. Desamortizado en 1835, el edificio se utilizó como cárcel a partir de 1843, mientras que en 1890, la iglesia fue erigida en parroquia de Nuestra  Señora del Carmen. El interior se organiza al modo usual de las iglesias carmelitanas, una planta de cruz latina con brazos cortos y media naranja sobre pechinas en el crucero.
     El retablo mayor es de 1770 y se ha relacionado con el círculo de Cayetano da Costa. La imaginería es de acarreo, lo mismo que el manifestador, que tampoco es original; en éste hay un Crucificado anónimo de hacia 1710, menor que el natural, llamado hoy Cristo de las Penas, restaurado por Miguel Arjona en 1996. Los medallones en relieve con santas carmelitanas son originales del retablo. En el ático hay una talla pequeña de San Juan  de la Cruz, de hacia 1781, flanqueada por Santa Teresa y Santo Tomás de Aquino, de hacia 1774.
     En los frentes de los brazos del crucero están dos retablos­ de estípites realizados entre 1770 y 1772, que tienen en la parte superior relieves originales, con la Cabeza del Bautista y San Juan Evangelista y en la­ cajas imágenes de serie.
     En el testero del brazo izquierdo, sobre la puerta que lleva a la sacristía, cuelga un lienzo muy perdido de la Oración del Huerto, de la primera mi­tad del XVIII. En el de enfrente hay un retablo de hacia 1750 con Nuestra Señora de la Soledad, imagen sedente anónima traída entre 1745 y 1748 por fray Domingo de Santa Teresa. Fue restaurada en la década de 1990 por Andrés Valverde. En el lugar del tabernáculo hay un lienzo de medianas proporcio­nes con San Rafael, de fines del XVII, que sigue la estética de Antonio del Castillo. Sobre la mesa de altar se ha colocado el Cristo Yacente, escultura de madera policromada, realizada en Córdoba pm Enrique Ruiz Flores en 2003.
     Los tramos de la nave central muestran tres lienzos, firmados por Juan Infante y fechados en 1774, con San Gregorio, San Jerónimo y San Agustín; el cuarto se halla en la sacristía, ocupando su lugar el órgano. A los pies, en el coro alto, hay otro lienzo con los Desposorios místicos de Santa Teresa, de la primera mitad del XVIII. 
     La nave izquierda tiene en el primer tramo un retablo de rocalla, realizado entre 1781 y 1783, dedicado a San José con el Niño, de hacia 1750 y autor anónimo. En  el banco se ve un  lienzo con la Muerte de San José, firmado y  fechado por Manuel de Torres, presbítero canónigo de Córdoba, en 1896. Los otro retablos, de menor interés, son el antiguo del Cristo de las Penas, de hacia 1770 y el del Niño Jesús de Praga. El de la Virgen del Carmen lo realizó en 2005 Miguel Arjona Navarro. Tiene un relieve de la Aparición de la Virgen a San Simón Stock y la imagen titular llegada en 1760-63 y restaurada por Arjona en 1988.
     En la nave derecha hay tres retablos, dos de ellos con la imágenes pasionistas de la Virgen de Consolación y Esperanza, obra de Juan Ventura de 1993, y Jesús de la Humildad, realizada por Juan Martínez Cerrillo en 1940.
     Entrando a la sacristía hay un cuadro de Ánimas de hacia 1730-36. La sacristía contiene una valiosa cajonera adaptada al sitio que hoy ocu­pa, fechable a fines del XVIII, el cuadro de San Ambrosio de 1774, compañero de la serie de la iglesia, otro de la Piedad con rico marco dorado, de hacia 1700, y uno popular de la Inmaculada, de mediados del XVIII (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Se encuentra situada en una de las plazas más importantes del casco histórico de Montoro, lindera a una de las calles principales de comunicación.
     Desde el punto de vista volumétrico, consta de elevados muros que terminan en tejados a dos aguas, destacando en altura el imafronte de su fachada principal sobre la que se alza la espadaña conventual.
     El edificio responde a la tipología de las iglesias conventuales carmelitas. Su planta es de cruz latina, coro alto a los pies y bajo en el muro del Evangelio del presbiterio, cabecera plana, crucero poco saliente y una única nave de cuatro tramos con capillas laterales comunicadas entre sí, que simulan las naves laterales.
     La nave central, los brazos del crucero y el presbiterio se cubren por bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones, estos últimos apoyan sobre un entablamento sostenido por grandes pilastras que arrancan de los pilares que separan los vanos de medio punto de las capillas laterales. Éstas a diferencia de la nave central se cubren con bóveda de aristas, mientras que en el crucero se alza una cúpula de media naranja sobre pechinas ricamente policromada.
     A los pies de la nave se encuentra el coro alto, que ocupa los dos primeros tramos de la misma, creando mediante un gran arco escarzado, apoyado en pinjantes, el sotocoro con bóveda rebajada con arcos fajones y lunetos.
     La estructura muraria del edificio está realizada con piedra molinaza, muy típica de la zona. La fachada principal se encuentra a los pies de la iglesia, donde se sitúa el acceso principal. Ésta se divide en tres sectores mediante la utilización de pilastras de orden gigante sobre pedestales, en las que apoya un frontón triangular con un óculo en el centro. La disposición triangular es típica de los edificios que presentan cubrición de tejas a dos aguas, destacando en altura de las naves de capillas que se presentan con una sola vertiente. En el sector central se ubica una portada de dos cuerpos, fechada en 1718 y realizada en piedra caliza más clara que al empleada en el resto del conjunto. 
    El primer cuerpo está formado por un arco de medio punto de doble arcada con el escudo carmelita en la clave, flanqueado por pilastras toscanas que soportan un sencillo entablamento, con arquitrabe y frisos carentes de decoración, sobre el que se asienta un frontón triangular partido en cuyas vertientes se sitúa, a cada lado, un remate en forma de bola sobre pedestal. Del centro del frontón emerge el segundo cuerpo, que repite el esquema compositivo del inferior, en cuyo centro se ubica una hornacina de medio punto avenerada que alberga la imagen de mármol de San Juan de la Cruz. El conjunto se corona por un frontón curvo sobre el que se repite la decoración de sendas bolas sobre pedestales flanqueando una cruz. Por último a ambos lados de este cuerpo  se abren sendas ventanas adinteladas coronadas por frontón curvo. 
     En el lado de la Epístola se abre una segunda portada que repite un esquema similar al anterior, aunque en un solo cuerpo. Presenta mayor decoración vegetal, repitiendo el escudo de la orden y sobre él la mano de Elías agarrando una espada de fuego. En el friso de esta portada se encuentra la fecha de construcción "Año de 1720".
     Sobre el muro formero, que separa la nave central de las capillas del lado de la Epístola y perpendicular con la fachada, se ubica la espadaña. Consta de dos cuerpos separados por una cornisa, el primero de ellos consta de dos vanos de medio punto flanqueados por pilastras, mientras que el segundo se estructura mediante un vano entre pilastras rematado por un frontón semicircular.
     Respecto al claustro se encuentra muy transformado, debido a la profunda remodelación a la que fue sometido a finales del siglo XIX y principios del XX. Tras la desamortización fue sede del Círculo Primitivo de Montoro, llegando a albergar un Instituto Libre de Enseñanza entre 1873 y 1874. A pesar de todo aún se aprecia el esquema original de su cuerpo inferior, realizado a base de arcos de medio punto separados por pilastras toscanas.
     La actual iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen formó parte en su día del desaparecido convento de Carmelitas Descalzas fundado en Montoro en 1697 bajo la advocación de San Juan de la Cruz.
     La construcción de la iglesia se inició el año 1701, siendo prior Fray Sebastián de San Cayetano, sucediéndose fases de mayor o menor actividad constructiva hasta 1748, en que, finalizadas las labores de decoración interior se procedió a la bendición del templo, siendo prior Fray Domingo de Santa Teresa.
     El convento fue desamortizado en 1835 parando a ser utilizado como cárcel desde 1843, lo que provocó numerosas transformaciones en sus dependencias con excepción del claustro y la iglesia. Ésta última mantuvo su función litúrgica a lo largo del siglo XIX, hasta convertirse en parroquia en 1890, adoptando la nueva advocación de Nuestra Señora del Carmen (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

antigua Capilla de San Jacinto - Museo Pintor Rodríguez Luna.-

     La Antigua Capilla de San Jacinto se encuentra ubicada en la plaza del Charco, una de las más céntricas del casco histórico de la ciudad de Montoro, muy cercana a la Iglesia del Carmen. Desde 1982 es sede del Museo Antonio Rodríguez Luna, pintor local. 
     Se trata de un pequeño inmueble de una sola nave abovedada con cabecera cuadrada, cubierta por cúpula gallonada sobre pechinas profusamente decorada con yeserías polícromas. La decoración se desarrolla a base de motivos vegetales perfilados en azul, rojo y dorado, distribuidos en las pechinas, nervios y gallones. En estos últimos alternan vanos ciegos y abiertos, decorados los primeros por ángeles tenantes y hojarasca y los segundos por molduras y penacho vegetales con un ángel central. El resto de la iglesia carece de decoración salvo en los capiteles de las pilastras y dos marcos de yesería cuya función es ornamental. Exteriormente la nave se cubre a dos aguas y la cabecera a cuatro aguas con teja árabe.
     El ingreso al edificio se realiza mediante una portada de estructura muy simple, realizada en piedra molinaza, cuya composición se repite en otros edificios de la localidad. Consta de un vano de medio punto sobre pilastras con decoración en la clave y enjutas, coronado por un frontón triangular sobre el que campea un pretil rematado por copetes. 
     A la derecha de la portada se sitúa una ventana con reja de hierro forjado que aporta luz natural al interior. Todos los elementos, a excepción de la portada y los copetes, se encuentran encalados ofreciendo una bicromía muy característica en la localidad, resaltando los elementos más importantes del conjunto.
     La popularmente conocida como ermita de San Jacinto es un pequeño inmueble barroco fechado en 1778, como consta en una inscripción de su portada, aunque según algunos historiadores su construcción se realizó en el siglo XVII y fue costeada por Diego Valenzuela. En este lugar se veneraba la Virgen de la Misericordia, siendo la sede canónica de la Cofradía del Santo Rosario de la Misericordia desde 1720, cofradía que se encargaba de enterrar a los pobres.
     Tras perder su uso religioso y pasar por diversos avatares, pasó a ser usado como Biblioteca Pública. Con posterioridad la corporación municipal cedió el edificio para que fuese sede del Museo Antonio Rodríguez Luna. Éste fue rehabilitado, adaptándose su espacio para museo en 1981 bajo la dirección del arquitecto Daniel Rodríguez, hijo del pintor (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Capilla de San Sebastián.-
     Presenta tres naves bajas de tipo mudéjar, reformadas en el siglo XVIII. La cabecera tiene un retablo del siglo XIX, neoclásico, con relieve de San Sebastián. En el camarín está el grupo de Nuestra Señora de la Piedad, talla en madera policromada de Pío Mollar, de 1941, renovada por Andrés Valverde en 1992.
     En la nave izquierda destaca un interesante lienzo de fines del XVII con marco policromado de la misma fecha, que representa a San Pedro penitente y sigue el modelo de José de Ribera.
     La nave derecha está encabezada por la ca­pilla sacramental, fechada en 1677. Guarda un pequeño retablo de escayola que se remata con una cartela en que aparece pintado el Padre Eterno, de la misma fecha. En la hornacina de este retablo se venera la imagen de San Francisco Solano, talla en madera regalada por los montillanos en el año 1963.
     En el muro de la derecha está la imagen de Cristo Yacente, obra de inspiración castellana firmada en 1969 por Amadeo Ruiz Olmos. Encima se ve el cuadro de San Jerónimo penitente, pareja del ya mencionado de San Pedro, también sobre modelo de Ribera (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Se encuentra situada en el barrio de San Sebastián, algo alejada de lo que es el núcleo principal de la población. 
     En origen podría tratarse de una iglesia gótica-mudéjar de planta basilical, que presenta en su estructura reformas y añadidos llevadas a cabo a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Consta de tres naves con cabecera plana en la que se ubican la sacristía en el lado del Evangelio, el presbiterio con camarín al centro y la capilla del Sagrario en el lado de la Epístola. 
     Las naves, de cuatro tramos, se encuentran separadas por gruesos pilares ochavados que sostienen arcos de medio punto. La central, más ancha y alta que las aledañas, se cubre con bóveda de arista rebajada con arcos fajones que apoyan en pinjantes, mientras que las laterales se cubren por bóveda de cañón con sección rampante.
     A principios del siglo XX se realizó de nueva planta un camarín, adosado a la cabecera de la nave central para albergar una escultura de la Virgen de las Angustias, destruida en la Guerra Civil. Es de planta rectangular cubierta por cúpula ovalada sobre pechinas y decorada con yeserías. Las obras fueron realizadas bajo la dirección de don Alonso Madueño.
     La capilla del Sagrario fue construida en 1677 según consta en una inscripción. Es de planta rectangular, cubierta por cúpula ovalada sobre pechinas con decoración de fajas y florón central y los símbolos de la pasión en las pechinas.
     El templo contaba con dos puertas de acceso, una situada a los pies de la nave central y otra en el tercer tramo de la nave del Evangelio. La primera de ellas fue cegada para ubicar el coro en el último tramo de la nave principal, conservándose su portada tapada por una casa que le fue anexionada con posterioridad al templo. La portada lateral, realizada en piedra, se encuadra dentro del más puro manierismo con añadidos durante el barroco. Consta de un vano central de medio punto flanqueado por pilastras toscanas, todo realizado con sillares almohadillados. Sobre la cornisa le fue añadida una espadaña barroca, integrada por un vano de medio punto flanqueado por pilastras cajeadas y a su vez por mensulones a modo de orejetas, coronando el conjunto un frontón curvo. A ambos lados de la espadaña se sitúan remates piramidales terminados en bolas que se repiten sobre las orejetas y el frontón curvo.
     Algunos historiadores relacionan la construcción de la portada lateral con la figura de Juan de Ochoa, maestro mayor de obras de la Catedral de Córdoba, quien por estas fechas se encontraba trabajando en la torre de la iglesia de San Bartolomé de esta localidad.
     En el conjunto del edificio destacan algunos elementos realizados en piedra molinaza, como paramentos, cornisa y otras partes que se encuentran enlucidas por la cal.
     La iglesia de San Sebastián se encuentra situada en la plaza de su mismo nombre, entre las calles San Francisco y General Castaños. La antigüedad de esta iglesia, que es de gran capacidad y buenas dimensiones, se remonta a los primeros años del siglo XV.
     Aunque hoy día se la tiene como iglesia filial de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y a lo largo de la historia aparece nombrada como iglesia, se trata realmente de una ermita, apareciendo citada por primera vez en la relación de ermitas de Montoro realizada en 1579. Fue hospital de apestados en tiempos de San Francisco Solano quien, junto a Fray Buenaventura, atendió a muchos enfermos en la peste que asoló la ciudad en 1583. Según la tradición cuando murió Fray Buenaventura fue enterrado en el interior de esta ermita (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Plaza de Toros.-

     Se encuentra ubicada en uno de los extremos de la localidad, definido como edificio exento, entre la llamada Calle Senda de Gotosilla y las Calles de Cervantes, Juan Antonio Cervera y la Avenida de Andalucía. En torno a ella ha ido creciendo la localidad formándose un nuevo barrio. A su alrededor se desarrolla la feria del municipio, distribuyéndose las casetas en los espacios libres que hay frente y en los laterales del inmueble.
     Desde el punto de vista volumétrico, destaca su planta poligonal y sus muros, carentes de vanos salvo en el cuerpo bajo, realizados en mampostería de piedra molinaza, lo que la aporta la visión externa de carácter defensivo y de cierto hermetismo.
     La actual plaza de toros es producto de una reforma y ampliación de una anterior que se construyó en la segunda mitad del siglo XIX y que fue destruida durante la Guerra Civil. En 1952 fue reformada según el proyecto realizado por Víctor Escribano Ucelay, arquitecto cordobés. La originalidad radica en su planta, la actual es un polígono regular de veinte lados, de nueve metros cada lado y en su material constructivo a base de piedra molinaza. Sus muros presentan un vano escarzano de medianas proporciones en cada uno de sus lados correspondientes a la planta baja, mientras que el resto del muro en su vertical se presenta macizo. En uno de sus frentes destacan cuatro arcos rebajados que hacen la función de acceso a su interior.
     El graderío del coso taurino fue ampliado en 1961 con nuevas gradas de mampostería, en la parte alta. El diámetro del ruedo es de 39 metros y cuenta con un aforo para 4.000 espectadores. En cuanto a dependencias que tiene la plaza, cuenta con patio de caballos, abrevadero, cuadras, ocho chiqueros, corrales y una acondicionada enfermería, elementos que se encuentran adosados en uno de sus frentes.
     El reglamento para la Plaza de Toros de Montoro fue editado en Sevilla con fecha de 23 de junio de 1884, en que quedó constituida la sociedad propietaria, con el objeto de reconstruir la plaza de toros extramuros de esta ciudad, en el sitio llamado Senda Golosilla, lo cual indica que anteriormente había existido otra plaza en el referido lugar. 
     Aquella plaza reconstruida en 1884 quedó totalmente destruida durante la Guerra Civil española, y fue nuevamente reedificada a primeros de los años cincuenta. La inauguración oficial de ésta que puede considerarse como nueva plaza, se efectuó el 7 de octubre de 1951. Desde entonces se han venido celebrando espectáculos taurinos en este coso. 
     Actualmente pertenece a la Fundación de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Se encuentra dentro del grupo de plazas de toros de tercera categoría.
     La Plaza de Toros es propiedad del Ayuntamiento y se encuadra dentro de las Plazas de tercera categoría, con un foro de 4.000 espectadores.
     La fiesta taurina se desarrolla en varias fases a lo largo del año comenzando con la festividad del Corpus Christi, para San Bartolomé el día 24 de agosto y del 7 al 12 de octubre (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de la Virgen de Gracia.-
     En 1649 se hizo la ermita de la Virgen de Gracia, reconstruida en el XVIII y recuperada para el culto en 1967. Las imágenes de la titular y del Resucitado, las hizo Ruiz Olmos hacia 1962. Los lienzos con la Virgen del Carmen y la Transverberación de Santa Teresa, de hacia 1750, pro­ceden de la iglesia del Carmen (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Se encuentra situada fuera del casco histórico, concretamente al Sur de éste y próxima a un parque homónimo, en el lugar donde según la tradición acamparon las tropas de Fernando III, El Santo, antes de la toma de la ciudad.
     Se trata de una construcción modesta, de planta rectangular con una sola nave de 26 x 7,50 metros, con diferenciación en volúmenes de la nave central con respecto a la zona de la sacristía y el camarín. La única nave, dividida en tres tramos, se cubre con bóveda de aristas separadas por arcos fajones que reposan sobre pilastras y pinjantes, sobre la cual cabe la posibilidad de que aún se conserve un artesonado. Tras el presbiterio se adosa el camarín cubierto por cúpula sobre pechinas y decoración de yeserías doradas.
     El cuerpo de la Sacristía es de dimensiones más reducidas que el conjunto, cuenta con un basamento y encadenado de las esquinas ambos realizados con piedra molinaza, presentándose el resto de los paramentos pintados en blanco.
     Al exterior el conjunto del edificio se encuentra realizado con sillares de piedra molinaza dispuestos a soga y tizón, con cubierta a cuatro aguas.
     La portada principal se encuentra situada a los pies del templo. Consta de un vano rectangular flanqueado por pilastras sobre el que cabalga un entablamento sin decoración que sirve de base a un frontón triangular partido de cuyo centro emerge el segundo cuerpo. Éste consta de una hornacina avenerada flanqueada por pilastras coronando el conjunto un frontón conopial.
     La espadaña se encuentra situada sobre la cornisa, sobre la portada, desplazada hacia el muro del Evangelio. Es de un sólo cuerpo, con vano medio punto entre pilastras, rematada por frontón triangular partido, de cuyo centro emerge una cruz. La puerta lateral de la nave se encuentra cerrada interiormente.
     No se tienen noticias documentales acerca de la fundación de la ermita, aunque se ha llegado a apuntar que en este lugar pudo existir una construcción religiosa desde 1239. Su fisonomía actual se remonta al siglo XVIII e incluso a mediados del siglo anterior gracias a una inscripción, "1649", hallada en uno de los sillares de la cabecera.
     Se encuentra ubicada en la plaza del mismo nombre y según la tradición ocupa la zona del antiguo humilladero, donde estuvo acampado el ejército del rey San Fernando antes de la reconquista de la localidad de Montoro (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Puente de las Donadas.-

     Se encuentra situado sobre el río Guadalquivir, enlazando el núcleo principal de la población con el barrio El Retamar y con los caminos hacia la Sierra.
     El puente consta de dos estribos de acceso y cuatro ojos de medio punto, destacando en importancia el central, no solo por su mayor tamaño sino por encontrarse flanqueado en sus pilas por tajamares angulares de grandes dimensiones en el frente de la corriente, siendo de menor tamaño el situado entre los dos ojos restantes. Por el contrario los tajamares situados en el frente posterior son de menor tamaño y de superficie curva. 
    El conjunto se encuentra construido en piedra molinaza con aparejo sencillo dispuesto en sillares a soga con algunos a tizón. En total mide 180 metros de largo por 9 de ancho y la clave del arco mayor es de 18 metros de altura sobre el nivel del agua.
     Se trata de uno de los puentes más bellos de la provincia de Córdoba, iniciándose su construcción en 1498, cuyos planos se atribuyen al bruselense Enrique Egas, aunque fue un alarife local, Pedro Fernández, quien dirigido las obras. 
     Por su emplazamiento y belleza crea una de las vistas más pintorescas de toda nuestra geografía. Los gastos fueron sufragados por el Consejo de la Villa y por los propios vecinos que se vieron exentos del pago de algunos impuestos. Las mujeres donaron sus joyas y enseres, por lo que se le conoce como el Puente de las Donadas o Puente de las doncellas. 
     Los Reyes Católicos en agradecimiento por su construcción eximieron a la villa y sus habitantes de la obligación de hospedar y avituallar a la milicia mediante un privilegio otorgado en 1501.
     A lo largo de la historia ha sufrido modificaciones sobre todo en el tablero, que contiene la vía de comunicación, siendo adaptado, como ha sucedido con otros muchos puentes, para que permitiese el paso y circulación de automóviles y camiones (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Iglesia de Santa Ana.-
     La Iglesia de Santa Ana, des­truida en 1936 y reconstruida en 1944 por Regiones Devastadas (Alberto Villar Movellán, María Teresa Dabrio González, y María Ángeles Raya Raya. Guía artística de Córdoba y su provincia. Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     La ermita o humilladero de Santa Ana se encuentra situada en el barrio de El Retamar, en la confluencia de la calle Retamar y calle del Calvario, fuera del casco histórico, concretamente al otro lado del Guadalquivir, junto al puente que une las dos partes en las que se divide la localidad.
     La planta de este edificio es rectangular destacando un gran ábside circular destinada a capilla del Sagrario. 
     Exteriormente se caracteriza por la superposición de volúmenes entre los que destaca la nave central a dos aguas, el pórtico de entrada, la espadaña, cabecera con camarín cuadrado y la gran exedra sacramental.
     El interior es de una sola nave de pequeñas dimensiones, dividida en dos tramos mediante un arco de medio punto con dobles molduras que apoyan sobre ménsulas voladas. El primer tramo está cubierto con bóveda de cañón con lunetos, mientras que el segundo lo hace con bóveda de arista con decoración en forma de estrella en la clave.
     La cabecera es plana y a ella se adosa el camarín, enmarcado con molduras neobarrocas a modo de retablo. Éste se cubre con una cúpula sobre pechinas dividida en ocho segmentos con decoración de yeserías geométricas.
     A la capilla sacramental se accede a través de una arco, carpanel retranqueado, situado en el muro de la Epístola. La capilla es de planta semicircular con dos tramos, el primero de ellos cubierto por bóveda de cañón con lunetos, en sus extremos se abren dos puertas una de acceso a la sacristía y otra a la escalera de la espadaña. El segundo tramo está formado por una exedra iluminada por dos pequeños vanos.
     En la fachada principal, realizada en piedra molinaza, se eleva sobre un graderío de siete peldaños, conserva un antiguo pórtico de dos arcos de medio punto en marcados por alfiz y apoyados al centro por columna y ménsulas a los muros laterales. Tras éste se encuentra la portada principal, de líneas sencillas. Consta de un vano de medio punto formado por sillares de piedra rojiza que destaca de los muros encalados. 
     Junto al pórtico, situada a los pies del muro de la Epístola, se encuentra situada la espadaña de un solo cuerpo y planta triangular con dos frentes. La base recuerda a un antiguo torreón dividido en dos cuerpos, en cuyo interior se aloja la caja de la escalera. En el ángulo exterior del tercer cuerpo se ubica la espadaña estructurada en dos vanos, uno a cada frente, recorridos por un balcón que apoya en la cornisa. Los dos vanos son de medio punto flanqueado por pilastras, rematándose el conjunto un frontón triangular partido en cuyo ángulo se sitúa una veleta con cruz de forja y copetes en sus extremos. La puerta lateral de la nave se encuentra cerrada interiormente.
     El cuerpo de la Sacristía, de dimensiones más reducidas que el conjunto, cuenta con un basamento y encadenado de las esquinas, realizados con piedra molinaza, presentándose el resto de los paramentos pintados.
     Su origen está ligado al barrio de El Retamar a finales del siglo XVI principios del XVII. Desde su fundación contó con un uso cultual continuado hasta finales del siglo XIX, cuando quedó abandonada y cerrada al culto hasta el año 1913 en que fue reedificada. Durante la Guerra Civil fue prácticamente destruida, volviendo a ser reconstruida en 1944 por Regiones Devastadas.
     En la actualidad los hermanos de la Cofradía de la Borriquita son los encargados del mantenimiento y cuidado del templo, ya que es sede canónica de la hermandad, desde donde cada Semana Santa realiza su estación de penitencia (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Meandro de Montoro.-

     El río Guadalquivir a su paso por la localidad de Montoro, representa uno de los más asombrosos meandros de toda la Península, rodeando la ciudad sobre sus aguas, dando lugar al Monumento Natural Meandro de Montoro.
     Este monumento natural supone casi 5 kilómetros de longitud del río Guadalquivir y ocupa unas 100 hectáreas.
     Entre huertas, destaca la presencia de una vegetación de ribera, con dominio de almeces y chopos, y una avifauna propia de estos ambientes (Diputación Provincial de Córdoba).

Parque Natural Cardeña-Montoro.-
     Fue declarado Espacio Natural Protegido en 1989.
     Se sitúa en la zona nor-oriental de la provincia de Córdoba, localizada en la parte central de la enorme cordillera de Sierra Morena, y abarcando una superficie de 41.212 hectáreas.
     Este Parque Natural presenta un relieve suave y aplanado en su sector occidental que contrasta con la brusquedad y escarpado de gran belleza, de los cortados y barranqueras a lo largo del río Yeguas, en el sector más oriental.
     Las altitudes oscilan entre los 200 y los 800 mts. situándose la máximas cotas en los Picos Colmena y Pingano.
     Con una longitud lineal de 40 km. dentro del parque natural, el río Yeguas, protagoniza el drenaje de este espacio natural, si bien cuenta entre otros con otros arroyos como Arenosillo, Martín Gonzalo y Frescoso.
FLORA
     El bosque galería que se desarrolla en los bordes de los cauces, es otra de las riquezas botánicas de este parque, que con abundante vegetación de quercíneas, tiene a la encina como especie principal, si bien, en mezcla con otras interesantes como el acebuche, quejigo y alcornoque.
     Lo más sobresaliente es la presencia de los únicos Robles Melojo o rebollo de la provincia, de gran interés botánico y espectacular belleza, localizados en las inmediaciones de Venta del Charco, núcleo de población del interior del parque.
     Merece destacarse también el espléndido bosque de galería del río Yeguas formado por adelfas, tarajes, zarzas, fresnos y algunos sauces.
FAUNA
     Ligadas estrechamente a la vegetación, se encuentran una serie de relevantes especies animales, muchas de las cuales han desaparecido de otros puntos de la provincia, tales como el lobo, la nutria, el águila calzada, el águila real, el águila imperial, buitres negros y sobre todo el lince, especie protegida en peligro de extinción.
     Otras aves que podemos encontrar son las típicas del bosque mediterráneo, abubilla, abejaruco, pájaro carpintero, herrerillo, etc.
     La abundancia de especies cinegéticas, ciervo, jabalí, gamo, perdiz, paloma torcaz, conejo, etc., explican el importante aprovechamiento cinegético existente en este Parque Natural, con numerosos cotos de caza mayor y menor.
RUTAS PROPUESAS. SENDEROS CON AUTORIZACIÓN:
     Cardeña-Venta Cerezo
     Venta Cerezo-Azuel
     Venta Cerezo-Venta del Charco
     Camino de Vuelcacarretas.
DATOS DE INTERÉS
     El parque natural se reparte entre los municipios de Cardeña y Montoro.
     Se accede por la N-420 y la C-420
     La zona dispone de amplia oferta de servicios de alojamiento y restauración así como una gran riqueza patrimonial.
CENTRO DE VISITANTES VENTA NUEVA
     Dirección: Ctra. Nacional N-420, p.k 79 – 14445 – Cardeña
     Teléfono: 677-904308 (Diputación Provincial de Córdoba).

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