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viernes, 17 de diciembre de 2021

Un paseo por la calle Almirantazgo

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Almirantazgo, de Sevilla, dando un paseo por ella.
     La calle Almirantazgo es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio del Arenal, del Distrito Casco Antiguo, y va de la avenida de la Constitución, a la confluencia de las calles Arfe, y Dos de Mayo.
     La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     La vía, en este caso una calle, está dedicada al antiguo Tribunal o Juzgado del Almirante, que existió en esta calle. 
     La calle actual está formada por dos espacios que durante siglos estuvieron diferenciados: el inmediato al Postigo del Aceite y el tramo que desde la avenida de la Constitución llega hasta Tomás de Ibarra. El primero se ha tendido a identificar con el nombre del citado postigo, pero más como elemento de referencia que como nombre propio de dicho espacio, al menos hasta el s. XIX. No obstante, de forma ocasional se la ha conocido con nombres propios, así plaza de las Carnicerías de los Abades. El plano de Olavide (1771) y González de León (1839) son las únicas referencias, ya que otros documentos coetáneos o próximos siguen aludiendo al nombre del postigo. Un plano de 1869 la denomina plaza del Aceite. Esta denominación se debe a que por el mencionado postigo entraba todo el aceite del Alja­rafe y en esta calle estaba el mercado al por mayor y menor de este articulo desde los siglos medievales, de gran importancia en la economía de la ciudad. El nombre de Carnicerías responde al hecho de que aquí se encontraban las particulares del Cabildo Catedral, en el conjunto del desaparecido Colegio de San Miguel. Según González de León, y tras él otros autores, se llamó también de San Andrés; sin embargo, la plaza de este nombre no pudo estar aquí.
     Por lo que se refiere al otro tramo de la calle, desde el s. XV se alude a ella diciendo que es la que va desde el Postigo del Aceite hasta Gradas, por tanto, sin nombre propio, aunque en alguna ocasión se la identificaba con la vecina Vitoria y Cuernos. En el plano de Olavide aparece como Alfolí, por el almacén central de sal ubicado en ella, por lo menos desde el s. XIV. En 1839 se le asigna el nombre actual, en recuerdo de la existencia del tribunal o juzgado del Almirante, asimismo situado en esta calle, esquina a la actual avenida, también desde los siglos medievales.
     Ha sido y es una calle de trazado irregular a pesar de las reformas. Inicialmente era más larga, ya que ocupaba parte de la citada avenida, hasta que en la década de 1920 se lleva a cabo la reestructuración de la zona y se le da la dimensión actual. Coincidiendo con dichas reformas, desaparece la barreduela del Alfolí, que existía en la acera izquierda. La de los pares ha experimentado en el presente siglo importantes cambios: sufre un retranqueo de las fachadas del primer tramo, quedando mucho más ancha que en los siglos precedentes y todas las construcciones de la misma pertenecen a las décadas de los sesenta y setenta. Hoy es una calle relativamente ancha, de la que parte Tomás de Ibarra, por la izquierda, y un pasaje comunica, por la derecha, con la plaza del Cabildo, pero su forma es quebrada, compuesta por tres tramos en ángulo recto. En cuanto a sus dotaciones, hay noticias de que estaba empedrada en el s. XVII y adoquinada a comienzos del s. XX; hoy está asfaltada. Salvo en el primer tramo de los pares en que la acera es bastante ancha, en general son estrechas y a veces apenas puede caminar por ella una persona. En la parte ancha existen varios naranjos.
     Desde siempre ha tenido una función eminentemente comercial, como se ha indicado anteriormente, al ubicarse importantes centros de esta naturaleza: mercado de la sal, del aceite, carnicerías, etc. El Alfolí estaba en la esquina de la avenida, y la última reparación importante que sufrió es de 1724; Santiago Montoto alcanzó a conocerlo convertido en corral. También estuvo la Aduana entre 1520 y 1587, aproximadamente. Por todo ello no es raro que se concentrasen aquí en los siglos XVI y XVII los arrieros con sus animales, en espera de que sus servicios fuesen requeridos, a pesar de las prohibiciones. En el s. XVIII se alude a puestos diversos (panaderos, lecheros) y en el s. XIX ya existe un mercado diario de artículos de subsistencia, que se desborda por la inmediata Arfe; los rigores de la estación veraniega se miti­gaban mediante toldos. Aunque desde los años de 1870 hay intentos por erradicar este mercado, no se consiguió hasta la construcción del mercado del Postigo en este siglo. En la actualidad, salvo Correos, cuya fachada lateral domina una gran parte de los impares, y una entidad bancaria, los bajos de las casas de esta calle están ocupados exclusivamente por bares y tiendas de alimentación, manteniendo así el recuerdo de aquella actividad decimonónica; algunos de dichos bares tienen mesas en el espacio pú­blico. Llama la atención la carnicería inme­diata al Postigo. En cuanto a la calzada, los ángulos muertos originados por su trazado quebrado están aprovechados como aparcamientos. La proximidad de Correos y el ser vía de comunicación con el Arenal hace que tenga un tráfico bastante intenso, sobre todo por las mañanas. El ambiente estudiantil que tuvo en los años sesenta lo ha perdido; sin embargo, en Semana Santa es un punto especial de concentración, por las numerosas cofradías que pasan por el Postigo, y por la afluencia a los bares de las gentes que están en las "sillas" de la avenida. De su pasado sólo quedan dos restos: la puerta o Postigo del Aceite, perteneciente a la muralla del periodo almohade y reforma­da en 1573 por Benvenutto Tortello, a cuyo momento corresponde el bello relieve con el escudo de la ciudad existente en su parte interior; en las jambas se conservan dos fustes de columnas con sendas canales para encajar los tablones que reforzaban la defensa de la puerta en los momentos de desbordamiento del río. El otro es la capillita barroca adosada a dicha puerta, dedicada a la Inmaculada Concepción, por una hermandad, de cuya existencia hay noticias por lo menos desde el s. XVIII; coincidiendo con su festividad se celebraba una velada en esta calle durante el primer tercio del presente siglo [Antonio Collantes de Terán Sánchez, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Almirantazgo, 6 A-B
. Casa de tres plantas del siglo XVIII, con balcones moldurados. La planta inferior de la crujía de fachada ha perdido su primitivo carácter por la instalación  de  locales comerciales.
Almirantazgo, s/n. POSTIGO DEL ACEITE. Es una de las puertas de la muralla de Sevilla, que por encontrarse en sus inmediaciones el mercado del aceite, tomó dicho nombre. Conserva las dos torres de flanqueo, con las salas abovedadas, embutidas en construcciones posteriores. Por la fachada que miraba al interior de la ciudad se conserva un relieve con el escudo de la misma y una inscripción conmemorativa de su reconstrucción en 1573. A ambos lados del vano de la puerta se conservan todavía unos fustes con sendos canales para colocar los tablones en los períodos de avenidas del río. Junto a dicha puerta existe una capillita dedicada a la Inmaculada [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
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La calle Almirantazgo, al detalle:
Correos
Edificio de la calle Almirantazgo, 6.
Postigo del Aceite

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