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domingo, 6 de febrero de 2022

El Castillo de las Aguzaderas, en El Coronil (Sevilla)

     Por Amor al Arte
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   El Castillo de las Aguzaderas, se encuentra en la carretera El Coronil-Montellano, km 3; en El Coronil (Sevilla).
     El Castillo de las Aguzaderas se encuentra en las cercanías del núcleo urbano. Su construcción data del siglo XV, habiéndose modificado a lo largo de los siglos XV y XVI. Es de planta casi cuadrada, presentando cuatro torres cuadradas en los ángulos y dos semicirculares en los frentes. Adosado al muro norte se encuentra un cuerpo de planta cuadrada, posterior cronológicamente al núcleo central (Alfredo J. Morales, María Jesús Sanz, Juan Miguel Serrera y Enrique Valdivieso. Guía artística de Sevilla y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2004).
     El Castillo de las Aguzaderas se encuentra situado en el término municipal de El Coronil, llegándose a través de un camino de 400 metros de longitud y que se inicia en la carretera que lo une con Montellano a 3 kilómetros de El Coronil.
    Constructivamente, se define por su planta cuadrangular con torres cuadradas en las esquinas, a las que hay que añadir otras dos semicirculares en los flancos norte y sur, así como la torre del Homenaje, inserta en el lienzo oeste. La torre situada en el sudeste no se ubica exactamente en la esquina, sino que se une al conjunto por medio de un arco apuntado, pues en origen cumplía la misión de torre albarrana, que tenía como finalidad englobar un pozo y, por lo tanto, asegurar el abastecimiento de agua. Este dispositivo fue posteriormente reforzado por un recinto cuadrangular, quizás erigido a principios del siglo XV, convirtiendo así el arco apuntado en puerta de este nuevo ámbito.
     En el ángulo norte se encuentra adosada la escalera de subida al paseo de ronda, siendo el elemento de comunicación con las torres. Éstas tienen la cámara cubierta por bóveda de cañón apuntada, saeteras en sus cuatro frentes y un hueco en un ángulo de las bóvedas para la colocación de escalera de subida a la azotea almenada. En el caso de las torres semicirculares tienen la escalera en el centro.
     La torre del Homenaje emplea sillares en las esquinas, zócalo y puerta. A diferencia con las otras torres, su cuerpo inferior no es macizo, sino que incluye una cámara cubierta por bóveda vaída. Esta misma cubrición la emplea la planta superior, mientras que la azotea incluía primitivamente garitas con modillones en sus cuatro ángulos.
     Su origen musulmán queda atestiguado por el Repartimiento, en el que se denomina al lugar Aznalcázar, situado junto a la fuente de las Aguzaderas, y que se dona al Cabildo de la Catedral de Sevilla. El término Aznalcázar indica la preexistencia de una torre, asociada seguramente para asegurar el control de la fuente. La construcción como tal del castillo debe situarse a mediados del siglo XIV, coincidiendo con una época de especial inseguridad y luchas internas en el reino de Castilla. De hecho, consta que entre 1348 y 1355 el Cabildo realiza importantes obras en el ya denominado Castillo de las Aguzaderas.
     En 1355, la Corona se hace provisionalmente con la propiedad del mismo al permutarlo el Cabildo por 6.000 maravedíes anuales, siendo en 1388 donado a Don Pero Afán de Ribera. Posteriormente, formará parte del señorío de El Coronil. A la postre, la Casa de Medinaceli, en el marco de las alianzas matrimoniales, detentará su dominio hasta el siglo XIX, habiendo tenido entre sus usos el de fábrica de jabón.
     Hasta hace unos años, el uso del castillo ha sido la guarda de ganado, lo cual incidió negativamente en su conservación.
     Recientemente el Ayuntamiento de El Coronil se hace con su propiedad y promueve su rehabilitación para múltiples fines socioculturales.
     Se ubica junto a una importante vía de comunicación donde existe un importante manantial. En la zona oeste del Castillo se detectan restos calcolíticos como fragmentos de platos de borde almendrado, de borde engrosado al interior, de tendencia semiesférica y vasos y cuencos con decoración incisa lineal y con ruedecilla de época campaniforme.
     Del Bronce Final destacan fragmentos de cuencos de tendencia semiesférica con carena alta y decoración interior de líneas bruñidas formando retícula, bordes de vasos bicónicos bruñidos.
     La presencia ibérica está atestiguada por los fragmentos decorados a bandas.
     Los restos romanos se localizan en toda la zona que rodea al castillo, detectándose abundante material constructivo (sillares, ladrillos, tegulae, etc), así como restos cerámicos de sigillata aretina, sudgálica, clara, paredes finas, fragmentos de lucernas, pondus, etc.
     Del periodo musulmán los restos son escasos, en su mayoría proceden de la zona aledaña al castillo, se detectan fragmentos de jarra árabe, bordes de ataifor, de alcadafe, aljofaina, etc.
     En definitiva se trata de un hábitat calcolítico cuyo momento fundacional corresponde a un Calcolítico inicial precampaniforme sobre el que se superpone un campaniforme muy rico y variado. El hábitat del Bronce Final ocupó al menos parte de las dos elevaciones más próximas al castillo medieval, éste debió ampliarse considerablemente en época ibérica. En el periodo romano parece tratarse de una aglomeración rural con sus inicios en la romanización hasta finales del imperio. Durante época musulmana debió existir un pequeño poblado que se abandona en torno al s. XV. 
     Anteriormente se construyó el castillo que hoy existe (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Antigua fortaleza de origen musulmán, declarado Monumento Nacional. El castillo se encuentra situado a unos 3 kilómetros de la localidad de El Coronil. El Castillo de las Aguzaderas cuenta con recinto cuadrangular con cuatro torres en las esquinas y dos semicirculares en medio de dos de sus murallas. La imponente Torre del Homenaje cuenta con dos espaciosas habitaciones. 
     Se trata de una edificación muy particular, ya que es el único ubicado en una ondonada rodeada de cerros. El motivo de su singular emplazamiento era proteger un manantial que proporcionaba agua abundante para toda la zona.
     El nombre de este castillo procede probablemente de las rocas sobre las que se asienta el edifico. Fue abandonado antes de la conquista cristiana de Sevilla, se reedificó en 1383 por Ruy Pérez de Esquivel y fue cambiando de propietario y reformado a lo largo de los siglos. Se abandonó de nuevo en el siglo XIX, hasta que en 1927 fue declarado Monumento Nacional.
     Esta edificación es un típico ejemplo de arquitectura militar medieval andaluza de los siglos XIV y XV, con un gran recinto cuadrado, torres en los ángulos unidas entre sí por un alto lienzo de muralla y una gran torre del homenaje.
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