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martes, 26 de diciembre de 2023

Un paseo por la calle San Esteban

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle San Esteban, de Sevilla, dando un paseo por ella
     Hoy, 26 de diciembre, Fiesta de San Esteban, protomártir, varón lleno de fe y de Espíritu Santo, que fue el primero de los siete diáconos que los apóstoles eligieron como cooperadores de su ministerio, y también fue el primero de los discípulos del Señor que en Jerusalén derramó su sangre, dando testimonio de Cristo Jesús al afirmar que veía al Señor sentado en la gloria a la derecha del Padre, al ser lapidado mientras oraba por los perseguidores [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
     Y que mejor día que hoy para Explicarte la calle San Esteban, de Sevilla. dando un paseo por ella.
     La calle San Esteban es, el Callejero de Sevilla, una vía que se encuentra en el Barrio de San Bartolomé, del Distrito Casco Antiguo, y va de la plaza de Pilatos, a la calle Puerta de Carmona
   La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     Recibe esta denominación al menos des­de 1488 por situarse en ella la iglesia de igual advocación; a veces, en el s. XVII figura innominada como "calle que va de la plaza del Duque de Alcalá a la Puerta de Carmona"; y ocasionalmente es denominada Ancha de San Esteban y calle Real de la Puerta de Carmona, o tan sólo calle de la Puerta de Carmona. La Puerta de Carmona ha constituido uno de los principales puntos de acceso a la ciudad histórica y San Este­ban uno de sus grandes ejes, identificado con el tramo oriental del decumano roma­no. Por ello buena parte de su historia está relacionada con el trasiego de mercancías a través de ella (pan, vino, carne...), el paso de personajes bien sean históricos o literarios (como el Diablo Cojuelo de Vélez de Guevara), las procesiones que desde el convento de San Agustín se dirigían hasta la Catedral, o el Vía Crucis establecido en el s. XVI, que tiene su primera estación en la plaza de Pilatos y la última en la Cruz del Cam­po. Asimismo en el husillo situado en la Puerta de Carmona confluían los derrames de las aguas procedentes de distintas zonas de la ciudad: "Desde la Costanilla, Peladero, San Ysidoro, S. Bartolomé, S. Nicolás, arquillo de Clarebout y otros puntos...", como reza un documento municipal de principios del s. XIX (1802), y hay noticias de la existencia de estos caños desde el s. XV (1487); como consecuencia de ello, son frecuentes las noticias alusivas unas a la limpieza y re­paración de los desagües, y otras a la formación de lodazales y al estancamiento de aguas mal olientes, más acusado aún por los derrames procedentes de las tenerías y tintes de las calles adyacentes.
     Pero sobre todo la principal función his­tórica de la Puerta de Carmona se relaciona con el hecho de que hasta ella llegaban las arcadas de los Caños de Carmona, que desde tiempo de los almohades y hasta la presente centuria han abastecido a la ciudad de agua potable proveniente de Alcalá de Guadaira. En ella se situaba el arca general de distribución de las aguas, desde donde se surtía la mayor parte de las fuentes de la ciudad; también había allí un pilón para el ganado, en el que en alguna ocasión el Ayuntamiento hubo de prohibir a lo vecinos que se bañaran: "...enterada la Diputación de que el pilar de la Puerta de Carmo­na, destinado para vever el ganado y vien público del vezindario, se esta enturbiando el agua a causa de irse a bañar en el diferen­tes personas chicas y grandes y por cuia cauza el ganado lo llevan a vever a la Cruz del Campo, con gran perjuicio de aquel conducto y inficionar las aguas que vienen para la ciudad, se manda por esta Diputación se publique bando a la Puerta de Carmona, barrio de San Roque y Calzada, para que ninguna persona chica ni grande, de día ni de noche, se pueda bañar en dicho pilar, so pena de quatro años de presidio..." (Sec. 5, 11-VII-1739). Los Caños de Carmona y el arca de distribución de las aguas continua­ron cumpliendo su función hasta principios de la presente centuria, al acordarse en 1908 la construcción de una tubería subterránea y la destrucción del acueducto.
     La puerta, que se situaba aproximadamente en la confluencia de Tintes y Mosqueta, fue descrita por Fernán Caballero en 1841 como "una de las más bellas del recinto". Por las noticias que han llegado hasta hoy, se sabe que se encontraba a punto de caerse en 1576, por lo que se acuerda su reparación, que se llevó a efecto entre 1578 y 1586; se colocó una imagen de la Virgen de la Concepción y se ordenó que las armas de la portada de piedra fuesen pintadas y doradas; en 1604 fueron sustituidas las deterioradas puertas por unas nuevas; contaba asimismo con una torre para prisión de caballeros, y en 1705 se dio permiso al encargado del arca del agua para que tabicara tres arcos y se construyera allí su vivienda. En las revueltas de 1836 la puerta fue tapiada, y un año más tarde los vecinos solicitaron que se derribara la obra de fortificación. En el s. XVI (1577) se cerraba a las once en verano y a las diez en invierno, pero ya en 1611 los vecinos de San Roque solicitaron  que permaneciera abierta durante toda la noche; en 1646 se recuerda a los guardas de las puer­tas de Triana, Carmona y Macarena la obligación que tienen de cerrarlas conforme mandan las ordenanzas, de donde cabe deducir que ya entonces las puerta podían quedar abiertas por las noches; con seguridad desde principios del XIX (1825) permanecían siempre abiertas y, finalmente, en 1868 fueron derribadas.
     El continuo trasiego de carros y los derrames de agua ocasionan frecuentes quejas sobre el estado intransitable de la calle y la necesidad de limpieza y reparación. Hay noticias de su enladrillado en 1518 y 1581, fue empedrada en varias ocasiones a lo largo del s. XVII, y adoquinada por vez primera en 1916-18. Asimismo al intensificarse el tráfico rodado se pone de manifiesto la escasa amplitud de esta vía, y entre 1877 y 1937 se suceden varios proyectos de alineación y ensanche. Actualmente San Esteban presenta un trazado irregular, que se curva en la parte final; es más estrecha cuando parte de la plaza de Pilatos, se ensancha a la altura de la iglesia, y sobre todo en la parte final, en la zona donde estaba situada la puerta. Este último tramo fue objeto de una reordenación general tras el derribo de la muralla. Se alinearon las fachadas y se construyó una pequeña manzana triangular en la confluencia con 'Navarros, de forma que el espacio vacío y abierto que quedaba en las proximidades de la puerta quedara integrado en la calle. Confluyen por la acera de los pares Cristo del Buen Viaje, Vidrio y Tintes. y por la de los impares Medinaceli, Virgen de la Luz y Mosqueta; tiene también en esta acera una barreduela, denominada Europa hasta 1845, fecha en que quedó toponímicamente unida a San Esteban. Posee calzada de as­falto y estrechas aceras de losetas, que hacen el tránsito muy incómodo para los peatones que por allí circulan. Se ilumina con farolas de brazo de fundición adosados a las fachadas. Registra un intenso tráfico rodado de entrada desde la "ronda" hacia el casco histórico, aunque hasta 1985 la dirección era de salida.
     Predominan los edificios de viviendas de tres plantas, si bien se conservan algunos de dos, con frecuencia deshabitados; tam­bién se ha procedido en parte a la sustitución de este caserío tradicional por viviendas de pisos de cuatro plantas, por lo que se aprecia cierto desequilibrio en las alturas de la edificación. Es de destacar la casa núm. 5, con fachada a San Esteban y Medinaceli; fue construida en el s. XVIII y posee dos plantas y ático. La iglesia de San Esteban fue levantada, según la tradición, sobre una mezquita; sus dos fachadas góticas se fechan en el s. XV, y en la portada de la derecha hay una figura de 1618 que representa a San Esteban. En 1868 fue expropiada y destinada a escuela pública, en 1872 fue declarada monumento nacional y en 1877 restituida al culto. Allí se venera la imagen de la Virgen de la Luz, en cuyo nombre se han organizado veladas en la barriada y continúa saliendo en procesión en el mes de septiembre; pero sin duda las imágenes más veneradas son las del Cristo de la Salud y Buen Viaje y la de la Virgen de los Desamparados, que salen en procesión el Martes Santo, dotando a la calle de un ambiente especial a su entrada y salida, por la particular dificultad que tienen los pasos al enfilar la puerta góti­ca. También recorren esta calle durante los días de Semana Santa las cofradías de San Roque, San Benito y la de los Negritos, es decir, las que tienen su sede en iglesias situadas extramuros. Junto a las funciones residenciales y de tránsito, hay que destacar una diversificada actividad comercial y ho­telera, más evidente en el tramo final, en la zona antiguamente ocupada por la puerta, y que enlaza con una tradición que viene al menos desde principios de s. XVII, de forma que la Puerta de Carmona continúa teniendo una presencia real en la ciudad [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
San Esteban, 5. Casa del siglo XVIII, de dos plantas y ático en la crujía de fachada. Este con balcones separados por pilastra s toscanas [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor la Leyenda, Culto e Iconografía de San Esteban, protomártir:
LEYENDA
   Diácono cuyo nombre griego (Stephanos) significa corona. Lapidado por los judíos, quienes le acusaban de blasfemar contra Moisés, fue el primer mártir (protomartyir) de la fe cristiana. San Agustín lo llama primicerius martyrum. Los griegos lo habían motejado Lithobolite, "el Lapidado".
   Según la vita fabulosa sancti Stephani protomartyris, cuyo texto manuscrito del siglo X se conserva en Montecassino, el día en que nació fue arrebata­do por Satanás, que puso un pequeño demonio en la cuna, para sustituirlo. Luego dejó al niño fajado a la puerta de un obispo llamado Julián. El obispo oyó berridos, salió de su casa y encontró al niño que era amamantado por una cierva blanca que tomando la palabra le aconsejó que adoptase al recién nacido.
   Algún tiempo después Esteban regresó a la casa paterna, y con el signo de la cruz expulsó al demonio que ocupaba su lugar y que entonces apareció en forma de diablo peludo, cornudo, con pezuñas, alas de murciélago y una larga cola.
   Ordenado diácono por los doce apóstoles, discutió con los retóricos judíos que lo hicieron detener y condenar por blasfemia a morir lapidado. Saulo, el futuro San Pablo, habría  ayudado a sus verdugos cuidando sus mantos. Según Gregorio de Nisa (Capadocia), al mártir ese pedrisco le habría hecho efecto que una suave nevada.
   Su cuerpo expuesto a las fieras fue sepultado por Gamaliel, quien, cuatrocientos años después, se apareció al sacerdote Luciano para revelarle el lugar de la sepultura. Gamaliel  informó que san Esteban  había  sido enterrado cerca de él, de su hijo Abibas y de su sobrino Nicodemo, y le indicó la manera de identificar los cuatro cuerpos. Le mostró tres vasos de oro y uno de plata. Uno de los vasos de oro contenía rosas rojas, los otros dos rosas blancas, en cuanto al vaso de plata, estaba lleno de azafrán. Esos vasos, dijo, son nuestros féretros. El de rosas rojas señala el féretro de san Esteban, el único que ha merecido la corona del martirio. Los dos vasos de rosas blancas son los féretros de Gamaliel y Nicodemo, el de plata, lleno de azafrán, es el de Abibas.
   Esta aparición se repitió tres veces. Lucia no fue a Jerusalén y contó la visión a su obispo Juan. Éste, acompañado por toda su clerecía, desenterró los cuatro féretros. El vaso de rosas rojas situado junto a la cabeza de san Esteban permitió identificar el cuerpo del protomártir.
   Estas preciosas reliquias fueron transportadas desde Jerusalén a Constantinopla. Una viuda llamada Juliana, que quería retirar el cuerpo de su marido inhumado junto a san Esteban, por error se llevó consigo a Constantinopla los restos del mártir, aunque los demonios quisieron impedírselo provocando una tempestad. El emperador ordenó que el cuerpo del santo fuese depositado en su palacio. Pero las mulas, que se negaron a avanzar hicieron comprender a todos que el santo quería descansar en una  iglesia. Más tarde, las reliquias de san Esteban emigraron a Roma. A falta de restos corporales del mártir, se disputaban las piedras de su lapidación.
CULTO
Lugares de culto
   Las iglesias dedicadas a san Esteban son excepcionalmente numerosas en todos los países de Europa.
   La difusión del culto del protomártir se vio favorecida por santa Eudocia en el Oriente bizantino y por san Agustín y el papa Sixto en Occidente.
Italia
   Las reliquias de san Esteban se habían juntado con las del diácono San Lorenzo en la basílica romana de San Lorenzo Extramuros. Pero muchas iglesias de Roma se jactaban de poseer fragmentos.
   El papa Pelagio habría donado el brazo derecho del protomártir a la basílica de San Pedro. La iglesia de Santa Práxedes conservaba el otro brazo y una piedra  de su lapidación; la de Santa María la Mayor, un diente; la de San Clemente, una de sus costillas, y las de San Pablo Extramuros y San Silvestre, fragmentos de su calavera.
   Numerosas iglesias de Roma estaban puestas bajo su advocación . El templo de Vesta a orillas del Tíber, se puso bajo la advocación de san Esteban con el nombre de San Stefano delle Carrozze. San Stefano Rotando se eleva sobre la colina del Coelius. Detrás del ábside de la basílica de San Pedro se construyó la iglesia de San Stefano degli Abissini, cerca de un hospicio edificado en 1159 por los abisinios.
   El culto de San Esteban se había difundido en todas las provincias de Italia. En el norte, la catedral de Génova que poseía su mano izquierda y la de Pavía, estaban puestas bajo su advocación; también se lo veneraba en Venecia y en la iglesia de San Stefano in Castello de Verona. En Florencia, Toscana, una iglesia llevaba el nombre de San Stefano della Badia, en Arezzo, Forli y Prato, San Esteban no sólo era el patrón de las catedrales sino también el de las ciudades. En Ancona, a orillas del Adriático, se conservaba  preciosamente una de las piedras de su lapidación, que después de haber golpeado el codo del santo, rebotó sobre uno de los espectadores que la conservó por piedad. Cuando viajó a Ancona, en una visión dicho espectador recibió la orden de dejarla allí, y desde entonces hubo una capilla de San Esteban en la localidad.
Francia
   El culto de San Esteban en Francia era igualmente popular. Hay diez catedrales bajo su advocación. Y antes hubo aún más. En París, san Esteban fue reemplazado por Nuestra Señora (Notre Dame), en Orleans por la Santa Cruz (Sainte Croix), en Lyon por san Juan y en Arles por san Trófimo.
   Una de las principales ciudades de Francia lleva su nombre. En 1040, san Roberto, fundador de la abadía de La Chaise Dieu, agrandó una capilla en Furania en Forez, que puso bajo la advocación de san Esteban. Alrededor de dicha capilla formó  una  ciudad  llamada  en principio Saint Étienne de Furan (S. Stephanus de Furanis), y luego, simplemente Saint Étienne.
   Para dar una idea de la multiplicidad de los santuarios dedicados a san Esteban lo mejor es clasificarlos por orden alfabético.
Agde. Catedral.
Arlés. La catedral de Saint Trophime, originalmente estaba puesta bajo la advocación de San Esteban.
Auxerre. La catedral está dedicada a san Esteban que figura en el sello del capítulo.
Bar sur Seine. Iglesia (de Saint Étienne).
Beauvois. Iglesia abacial.
Besançon. La catedral está dedicada a San Esteban y a san Juan, y poseía la dalmática del santo diácono y un hueso del brazo.
Bourges. La catedral es el más bello monumento que Francia haya levantado a la gloria de san Esteban. La imagen del mártir está grabada sobre las insignias de los canónigos.
Caen. Además de la abadía aux Hommes, que Guillermo el Conquistador puso bajo la advocación de san Esteban, una iglesia parroquial lleva el nombre de Saint Étienne le Vieil.
Cahors. Catedral.
Chálons sur Marne. La catedral era rica en reliquias del protomártir. En  1205 de vuelta de la cuarta cruzada, Nivelon de Chérisy, obispo de Soissons, había traído desde Constantinopla uno de los codos del lapidado. El obispo Pierre de Hans aprovechó el viaje que hizo a Roma en 1253 para solicitar al abad de San Pablo Extramuros la parte superior de la cabeza de san Esteban, que donó a la catedral. Un segundo fragmento de la santa cabeza fue agregado en 1309 por Juan, Señor de Joinville.
Dijon. Antigua catedral. El bajorrelieve del tímpano fue remontado en la de Saint Benigne.
Dreux. La colegiata poseía uno de los huesos de la cabeza del santo, un diente y una piedra de su lapidación.
Estrasburgo. Iglesia abacial cuya nave ha sido destruida por los bombardeos norteamericanos de 1944.
Limoges. Catedral.
Meaux. Catedral.
Metz. El tesoro de la catedral de Metz poseía numerosas reliquias del santo, una parte de las cuales fue cedida en 980 al obispo de Halberstadt. El obispo entregó un frasco de sangre y dos dedos, pero guardó una piedra de la lapidación. Las monedas llevaban la imagen del santo.
Mulhouse. Iglesia parroquial.
Nevers. Magnífica iglesia románica dedicada a san Esteban .
París. La capital poseía al menos tres iglesias puestas bajo su advocación: Saint Étienne le Vieil, que fue demolida para hacer lugar a la catedral de Notre Dame cuya  portada del sur del transepto está consagrada al protomártir; Saint Étienne des Grès (Gradus), cerca de la puerta de Saint Jacques, llamada así a causa de los escalones de la entrada; y por último Saint Étienne du Mont en la cresta de la montaña de Sainte Geneviève, muy cerca de la abadía. Ésta es la única que subsiste.
Périgueux. Antigua catedral.
Ruán. Iglesia de Saint Étienne des Tonneliers (siglo XV), destruida en 1791.
Saint Brieuc. Catedral.
Toul. Catedral.
Toulouse. Catedral. .
Troyes. Colegiata destruida en 1791.
Vignory. Iglesia románica en la diócesis de Langres.
   La dispersión de estos centros de culto, de uno a otro extremo de Francia plantea un problema de hagiotoponimia de difícil resolución. Sería necesario, en principio, situar los emplazamientos de las reliquias del protomártir, huesos, frascos de sangre y piedras de la lapidación.
España
   Treinta y ocho localidades llevan el nombre de San Esteban. Hay iglesias puestas bajo la advocación del santo en Burgos, Segovia y Valencia.
Inglaterra
   Capilla en Westminster, Londres.
   Iglesias en Bristol y Lymne (Kent).
Alemania y Austria
Corvey. La nueva Corbie a orillas del Weser recibió reliquias de san Esteban de su casa matriz.
Halbestadt. En 980 la catedral obtuvo de Metz un frasco de sangre de san Esteban y dos de sus huesos. En el tesoro se muestra una bandeja de plata dorada en cuyo centro hay engastada una piedra de la lapidación; sobre el borde hay cuatro judíos lanzando piedras.
Maguncia. La iglesia de San Esteban posee también una piedra de la lapidación.
Espira. La catedral está bajo su advocación.
Passau. Catedral de San Esteban.
Viena. Catedral de San Esteban.
   Entre los santuarios dedicados a san Esteban aún puede citarse la abadía de Weihenstephan, en Baviera, cerca de Freising.
Patronazgos
   Los patronazgos de san Esteban son menos numerosos que los lugares de culto. No obstante pertenece a la categoría de los santos curadores. Según San Agustín, citado por Santiago de Vorágine en la Leyenda Dorada, se acostumbraba poner flores sobre el altar de san Esteban porque luego éstas servían para aliviar a los enfermos; y la ropa blanca depositada sobre su altar curaba en especial las enfermedades de la médula.
   También se consideraba a San Esteban curador de la tiña, quizá a causa de un juego de palabras con su nombre como ocurrió con san Aniano. En la iglesia de Josselin (Morbihan), los tiñosos depositan como ofrenda pequeños sacos de trigo ante el busto de plata del santo.
   Se lo invocaba a causa de las piedras de su lapidación contra los cálculos y los dolores de cabeza.
   En los países germánicos la leyenda que le atribuye haber sido caballerizo del rey Herodes lo convirtió en patrón de los caballos, y por extensión, de los cocheros y palafreneros. Los caballos se sangraban el día  de su fiesta. También era patrón de los honderos (Schleuderer) a causa de su lapidación.
ICONOGRAFÍA
   San Esteban está representado joven e imberbe, en dalmática de diácono con una estola. A partir del siglo XV tuvo como atributos un libro en la mano, o en un pliego de su dalmática, salvo que lo llevara en equilibrio sobre la cabeza o uno de sus hombros, y las piedras de su lapidación que a veces están rojas de sangre o son doradas.
   Sus demás atributos, menos personales, son el Libro de los Evangelios cuya guarda correspondía a los diáconos, y la palma del martirio.
   El hecho de que la catedral de Limoges, centro de la industria de los esmaltes champlevé, estuviese bajo la advocación de san Esteban, contribuyó mucho a la difusión de sus imágenes (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
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La calle San Esteban al detalle:
Edificio calle San Esteban, 5.
Vía Crucis - Tercera Estación (Hdad. de las Penas de San Vicente)

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