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viernes, 24 de febrero de 2023

Los principales monumentos (Ermita de Nuestra Señora de la Coronada; e Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios) de la localidad de Cortelazor la Real, en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Ermita de Nuestra Señora de la Coronada; e Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios) de la localidad de Cortelazor la Real, en la provincia de Huelva.
Ubicación
     En la Sierra de Aracena y Picos de Aroche
Reseña histórica breve
     La historia de esta villa, que en tiempos pasados fue aldea de Aracena, se remonta a épocas romanas de la que se han encontrado vestigios cerca del Santuario de Nuestra Señora de la Coronada, donde se han hallado monedas del emperador Augusto y del tiempo de la República. Obtuvo el título de Villa en 1631, por la concesión realizada por Felipe VII, y que fue confirmada por Fernando VII en 1818. Desde su reconquista efectuada por Alfonso X, había pertenecido a Sevilla hasta la creación de la provincia de Huelva en 1833. Durante el reinado de Alfonso X, y continuando con la costumbre heredada del su padre Fernando III el Santo en el repartimiento de las tierras conquistadas, Cortelazor pasó a pertenecer a los hermanos Palomeros, a quienes les fue concedida una franja de territorio. Cortelazor deriva su nombre de Corte del Rey Azor, un cabecilla árabe que se hizo independiente por estas tierras en tiempos de los reinos de Taifas.
     Las Romería tiene un marcado carácter de fiesta tradicional de Andalucía, suponen una señal de identidad y por ello es necesario y muy importante conservarlas y potenciarlas.
     El origen de la Romería de Ntra. Sra. de la Coronada es difícil de precisar y concretar, ya que nos encontramos ante una localidad altamente devota y dedicada al cuidado y culto de la imagen. El primer dato fehaciente que se posee, consta del siglo XIV-XV fecha en el que algunos historiadores sitúan esta bellísima imagen de estilo gótico decadente con el niño Jesús en sus brazos, portando en su mano dicho niño, una tierna paloma. La formación de la hermandad del mismo nombre arranca hacia el año 1881, presidida por el párroco padre López Marín, siendo sus reglas aprobadas el 25 de Noviembre del mismo año. La ermita vieja debido al estado de ruina se demolió y se restauró en 1962. Esta hermandad realizaba su estación de penitencia el lunes de Pascua de Resurrección con una función homenaje en su ermita, a la que acude todo el pueblo unos andando y otros a caballo dándole un colorido a las fiestas muy destacable.
     En la actualidad se celebra cada 2º domingo de Mayo. A las 9 de la mañana sale de la iglesia del pueblo el simpecado de la virgen (con una imagen de plata en la parte superior, en una carreta adornada y tirada por mulos). Los hermanos son más de 250 y todos colaboran con gran entusiasmo al esplendor de la fiesta, a la que acuden los vecinos del pueblo que están fuera de la localidad y muchos romeros de toda la sierra siendo muy importante la convivencia entre los familiares que a veces se ven sólo en esa época del año y que vienen para ese evento religioso y cultural, permaneciendo unidos venerando a la patrona.
     Otro aspecto a destacar es el triduo que cada año realiza el párroco del pueblo y cada vez va tomando mayor auge, la tradición y la belleza de la romería de la Virgen de la Coronada la han hecho popular en la zona de la sierra y fuera de ella, son muchas las personas que visitan la localidad para contemplarla.
     Sin duda, es una importante potencialidad turística que tiene el municipio que aprovechar, ya que hasta el momento no se ha canalizado adecuadamente, teniendo el ayuntamiento actual entre sus ejes prioritarios de desarrollo el turismo e intentando completar una importante oferta, alrededor de la fiesta de Ntra. Sra. de la Coronada realzando su atractivo turístico, su riqueza cultural, histórica y tradicional así como lo que supone de valor añadido para el municipio en cuanto a promoción.
Patrimonio cultural y artístico
     La Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Remedios datando dicha parroquia del 1565. Este templo parroquial, construido entre 1565 y 1587, consta de cinco tramos en su única nave. Los primeros pertenecían a la iglesia original y el último fue añadido en la ampliación del siglo XVIII. En esta misma ampliación se cambió la espadaña por la torre que corona el templo, adosada al lateral derecho de la fachada. En la actualidad tiene dos hermosas campanas, llamadas “Ave María”, la mayor y “Jesús, María y José” la pequeña. Ambas fueron refundidas en 1.834.
     El porche que la rodea por completo se mantiene en tres fachadas, habiendo desparecido de la parte delantera la integración en la plaza. Sobre la fachada sur se encuentra un reloj de sol que data de 1.701.
En el interior del templo se encuentran el altar Mayor, el de la Virgen del Rosario, el de las ánimas, el de San Antonio, el de la Virgen de los Dolores y el de San Agustín.
     Dos tesoros que encierra son las Pinturas Murales del siglo XVI y el cuadro de la Divina Pastora de Alonso Miguel de Tovar (en exposición en Sevilla en estos momentos). La Parroquia es el pequeño corazón de Cortelazor, cuyas épocas de prosperidad o decadencia se van a reflejar en la ampliación o abandono de la misma, siendo la ultima ampliación la realizada en el siglo XVIII.
      Igualmente son destacables los frescos que aparecen en el retablo de la parroquia y que aún están por descubrir en parte, permaneciendo desmontado una parte del altar por esta causa.
Fiestas y tradiciones
     Cruces de mayo día 3 (05/2009).
     Día de San Juan. Fiesta del Chopo. Sábado 20 de junio. Domingo 21 de junio Comuniones.
     Certamen Nacional de Pintura al Aire Libre. Día 2 de agosto.
     Fiestas Patronales 14/15/16 de agosto.
Recursos económicos y sociales
     Agricultura, ganadería y turismo rural.
Gastronomía
     El jamón y carne ibérica (Diputación Provincial de Huelva).
       Los primeros indicios de poblamiento en su término municipal se remontan a la Edad del Bronce ya que en los parajes próximos a la Rivera de Verba han sido localizados numerosos yacimientos. De época romana, se conservan restos arquitectónicos en los alrededores de la ermita de Nuestra Señora de la Coronada, de donde proceden fragmentos de columnas de mármol y de granito, conservadas hoy en un cortijo próximo. Tras la Reconquista cristiana, a mediados del siglo XIII, debió ser fundado el núcleo actual de población, que quedó administrativamente bajo la jurisdicción de Aracena en calidad de aldea. En 1631, reinando Felipe IV, le fue concedido el título de villa, confirmado en 1818 por Fernando VII (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Cortelazor la Real dista 4 km de Los Marines y guarda cierta semejanza en el aseo de casas y calles, así como en la ar­monía de fachadas. El templo parroquial de Nuestra Señora de los Remedios, alzado en la segunda mitad del siglo XVI y ampliado posteriormente, encierra el interés adicional de no haber sufrido los efectos devastadores de la Guerra Civil. Conserva unas pinturas murales detrás del retablo mayor realizadas en el último cuarto del siglo XVI y un lienzo que representa la Divina Pastora y está fechado en 1748. Es una obra de Alonso Miguel de Tovar, pintor de cámara del monarca Felipe V (Pascual Izquierdo, Un corto viaje a Huelva. Guiarama compact. Anaya Touring. Madrid, 2012). 
     En una ladera sin excesivos desniveles, orientada al norte-nordeste, en plena Sierra de Aracena, junto a la vaguada de un pequeño arroyo, y rodeado de importantes masas arboladas y algunas zonas de cultivos. Sus altitudes más significativas: Plaza, 622,5 m.; Escuela, 650,0 m.; Borde norte, 624,0 m.
     En general el trazado se adapta a la topografía produciéndose vías sensiblemente paralelas o perpendiculares a las líneas de nivel, lo que provoca que estas últimas calles tengan una gran pendiente. Su trama viaria urbana se caracteriza además por varias cuestiones. En primer lugar, la carretera principal de acceso posee un trazado tangente al núcleo urbano y sirve de apoyo para el desarrollo lineal de la edificación, convirtiéndose en parte del viario urbano.
     En el interior se diferencian dos zonas claramente diferenciadas en su forma urbana: la correspondiente al núcleo originario, con una trama más densa, formada por calles de trazado muy irregular y en la que existen todavía algunos adarves; y la zona de expansión, con calles de mayor anchura y trazado algo más rectilíneo y regular. Existe también cierta diferencia entre calles principales y calles de servicio, que en general son vías de acceso a las traseras de las viviendas y a los corrales. De éstas parte un trazado más confuso surgido de la necesidad de conectarlas con determinadas vías pecuarias y caminos de servidumbre entre parcelas. Estas vías tienen el carácter de caminos semiurbanos y no están dotados de servicios ni pavimentados.
     Núcleo formado por la unión de varios de pequeño tamaño. La estructura actual se apoya en la de estos núcleos originales (casi inexistente) y en los ejes de unión entre ellos, así como en los trazados de los diferentes caminos/carreteras que salen del Casco. Las calles de trazado retorcido y anchuras variables, en ocasiones con importantes pendientes (en aquellas perpendiculares a las curvas de nivel), que en ocasiones deben resolverse con tramos de escaleras. Manzanas muy irregulares (con tamaños y formas variados), de menor tamaño en la parte más antigua. Son pocas las manzanas completas, mientras que son mayoría las de borde, con fachada principal a calle, y traseras dando a patios o parcelas cultivadas.
     Sus manzanas, generalmente cerradas, responden a una ocupación extensiva y suelen ser irregulares. En el núcleo originario son más densas y de menor tamaño. Por contra las situadas en las zonas de crecimiento son menos densas y de mayor dimensión. De carácter singular son aquellas que se sitúan en los bordes del núcleo o a lo largo del camino de entrada, convirtiéndose en mediadoras entre el espacio urbano y el rural. Las parcelas tienen una lógica correspondencia con las tres situaciones descritas. En la primera suelen ser más irregulares y más pequeñas y su ocupación se acerca bastante al 100%.. No obstante, en este núcleo primitivo, existen parcelas de buen tamaño ocupados por la Iglesia y algunas casas de mayor importancia. En la zona de expansión las parcelas adquieren mayor tamaño y la edificación sólo ocupa la parte delantera de la misma, reservándose el fondo como patio, huerto o corral; su ocupación no suele sobrepasar por tanto el 70%. En las manzanas de borde las parcelas son también de buen tamaño y tienen gran parte de su superficie utilizada como corral, huerto o prado para pastos. Este tipo de parcelas se encuentra en ocasiones en el interior del núcleo creándose grandes vacíos urbanos cerrados con cercas de piedra.
     La tipología residencial predominante responde a la vivienda unifamiliar entre medianeras, que incorporan en la mayoría de los casos espacios para el uso agrícola o ganadero, especialmente almacenes. La altura de estas edificaciones es de una o dos plantas con soberado, desván o granero en la planta superior. Sólo en casos excepcionales aparecen edificaciones de tres plantas. Suelen tener dos o tres crujías paralelas a la fachada a las que se le agrega un cuerpo de edificación en el patio donde se ubican las dependencias, relativamente recientes, como la cocina y el baño. En el sentido perpendicular a la fachada, las viviendas pueden constar con uno, dos o tres portales, según el ancho de la parcela y la
importancia del edificio. En el fondo de la parcela se sitúa el corral y a veces tiene acceso desde la calle trasera, disponiéndose en el mismo piezas complementarias para el uso agrario. Constructivamente, los muros suelen ser de tapial, pudiendo ser de piedra granítica o caliza la planta baja, o simplemente el zócalo. La estructura es de madera y la cubierta, a dos aguas está formada por teja árabe curva. Los paramentos están enfoscados con mortero de cal y encalados. La carpintería es de madera, aunque se está sustituyendo por materiales metálicos.
     Conviven dos variantes de esta arquitectura una de mayor escala y residencia de las clases más pudientes, y otra más popular que constituye la mayor parte del caserío. En las primeras destacan el mayor tamaño de los huecos, la mayor altura de plantas, el remate de la fachada con pretiles que ocultan las tejas y una composición donde prima la simetría y un cierto ornato. Las segundas responde a una disposición de los huecos más aleatorio y una mínima ornamentación. El predominio del macizo sobre el hueco y los aleros son prácticamente generalizados. Un elemento que se repite con cierta asiduidad es la solana, producida por el retranqueo de la primera crujía en la planta alta, y con cubiertas sostenidas por pilares que sostienen arcos de medio punto o de carpanel (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de Nuestra Señora de la Coronada
     Este edificio se levanta sobre un yacimiento arqueológico de época romana, de donde proceden cierto numero de sillares y fragmentos de fustes de columnas que fueron reutilizados en la construcción de la primitiva ermita. La actual es un edificio levantado en 1962, con la peculiaridad de mantener estructuralmente la tipología medieval de arcos transversales. La imagen de Nuestra Señora de la Coronada es una interesante escultura de la primera mitad del siglo XVI muy restaurada posteriormente (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La ermita se encuentra junto a un cortijo; en la parte trasera de la misma nos encontramos una vivienda y en los alrededores hay diversas instalaciones relacionadas con la ganadería. La antigua ermita fue totalmente destruida en los años sesenta construyéndose la ermita actual.
     Esta ermita consta básicamente en el exterior de un campanario y un porche cubierto donde se encuentra la entrada principal. Sobre la misma hay una placa conmemorativa que fecha el año de inauguración de la ermita en 1962. Antes de entrar en la ermita nos encontramos con unas gradas en la carretera, a mano derecha, en el otro lado de la carretera, se encuentra el mostrador del kiosco utilizado durante la romería y a su lado un cercado habilitado como plaza de toros, donde algunos años se ha soltado una vaquilla. Frente a la puerta principal de la ermita se encuentran los servicios y una pequeña fuente. En el lado derecho de la entrada hay una pequeña edificación exenta que es utilizada para guardar la carroza de la Virgen que ha sido inaugurada en 1996. La ermita está constituida por una sola nave, con un pequeño altar y en la pared en una modesta peana está la imagen de la Coronada. A la izquierda del altar se encuentran las lámparas que son encendidas por los devotos. En la parte de la puerta a mano derecha, colgadas de una percha, aparecen algunas ropas con papeles escritos en señal de agradecimiento a la Virgen (exvotos).
     El primer aspecto que llama la atención del visitante es el carácter totalmente nuevo de la ermita, hecho que podría llevarnos a pensar que la devoción de la Virgen de la Coronada es de reciente implantación. Sin embargo, y como veremos en la fecha extensa, nada más lejos de la realidad. La desaparecida ermita podría datar del siglo XV, y la hermandad es de finales del siglo XIX. El edificio pese a su escaso interés artístico es el centro ceremonial más importante de Cortelazor. La devoción a la Coronada es mucho más fuerte que la existente a la Virgen de los Remedios (patrona de la localidad). A pesar de la apariencia externa de la edificación, responde a un esquema plenamente tradicional, tanto en su uso como en las creencias asociadas al espacio. De hecho es significativo como en este renovado espacio nos encontramos aún con la costumbre desaparecida ya en buena parte de las ermitas (desaparición alentada por la iglesia oficial) de llevar exvotos.
     Tan interesante como la ermita es el espacio que la rodea. En los últimos años estamos asistiendo a la construcción de espacios anexos a las ermitas. Junto a estos nuevos espacios nos encontramos con algunos usos que en ocasiones, como en este caso, tienden a desaparecer por las imposiciones administrativas como es el hecho de las novilladas.
     Próximo a la ermita, al otro lado de la carretera, nos encontramos con un corral construido de forma totalmente tradicional que ha sido habilitado como plaza de toros. Este hecho no es inusual en la Sierra, en muchos casos nos encontramos con plazas de toros en las proximidades de los lugares romeros. Un buen ejemplo lo tenemos en otro de los espacios inventariados, como es la ermita de San Bartolomé en Alájar (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios
     El planteamiento general del edificio responde a la tipología de iglesias de arcos transversales de nave única con presbiterio cuadrado, datable en la segunda mitad del siglo XVI. Las obras debieron iniciarse en torno al año 1570, momento en que sabemos que se trabajaba en su cimentación y comenzaban a levantarse sus mu­ros perimetrales. En 1575 ya se cubría el presbiterio con su bóveda vaída de nervios radiales y concéntricos, continuando las obras a buen ritmo hasta quedar su nave concluida a comienzos del XVII. Posiblemente, el diseño de este nuevo templo se debió al arquitecto Hernán Ruiz II. La portada de la fachada Sur presenta un esquema muy empleado por este arquitecto, tipología que se repite en las parroquias de Corterrangel, Puerto Moral, El Cerro del Andévalo o el Real de la Jara. A mediados del siglo XVII se levantó la capilla Bautismal.
     Más importantes fueron las obras de la segunda mitad del siglo XVIII cuando se decidió ampliar la nave con un tramo más por los pies. Ello obligó a labrar una nueva fachada con su correspondiente portada y a construir una torre adosada a su flanco derecho. Todas estas reformas fueron proyectadas y ejecutadas por el arquitecto neoclásico Fernando Rosales en la década de 1780.
     La visita a este templo resulta muy interesante dado que es uno de los pocos en la comarca que conserva muy completo el conjunto de sus retablos y el ajuar litúrgico acumulado a lo largo de la historia.
     Preside el presbiterio, un retablo mayor, neoclásico, tallado en 1817 por el escultor sevillano Luis de las Águilas. La imagen titular de la parroquia, Nuestra Señora de los Remedios, es una escultura de vestir realizada a principios del siglo XVII por el tallista Luis de Cazalla, aunque muy intervenida posteriormente. En las hornacinas laterales, se sitúan imágenes de San José con el Niño y San Juan Bautista, ambas del siglo XVIII.
     Recientemente,  tras este retablo, ha sido encontrado un interesante conjunto de pinturas murales de carácter popular, datables en el último cuarto del siglo XVI. En el centro se representa un Calvario, flanqueado a su izquierda por el Bautismo de Cristo, sobre la puerta de la capilla del «reservado  eucarístico», y, a la derecha, por una Santa sin atributos. En la parte superior del muro testero, aparece Dios Padre junto a San Miguel arcángel y un Santo Obispo -posiblemente San Blas-, y dos pequeños escudos. Se des­conoce su autor, aunque sabemos con certeza que el con­junto se realizó entre 1575, año en que se concluyeron los muros del presbiterio, y 1602 momento en que se encargó su primer retablo.
     En los muros laterales y en la bóveda se han descubierto parcialmente otras pinturas que podrían datarse en los siglos XVII o XVIII. Tam­bién en este espacio se conservan dos lienzos de buena factura: el primero representa a la Divina Pastora está fechado en 1748 y es su autor Alonso Miguel de Tovar, pintor natural de Higuera de la Sierra que, como consta en una inscripción del mismo cuadro, pintó la obra en Madrid siendo entonces pintor de Su Majestad. El segundo cuadro es anónimo y representa la Imposición de la casulla a San Ildefonso, siendo datable en la primera mitad del siglo XVII.
     Ocupa el testero de la nave izquierda el retablo de la Virgen del Rosario, obra del segundo tercio del siglo XVIII. Preside su hornacina central una escultura de madera policromada de la Virgen del Rosario, vinculable con el círculo de Benito de Hita y Castillo, flanqueada por dos imágenes de San José con el Niño y San Antonio de Padua, ambas de la época del retablo.
     El retablo de San Antonio de Padua, de orden salomónico y datable a principios del siglo XVIII contiene, el Santo titular, San .Joaquín y Santa Ana, junto con el lienzo de San Cristóbal en el ático, también de la época del retablo.
     En el último tramo, se sitúa el retablo de la Vir­gen de los Dolores, de estilo neoclásico y orden corintio, tallado en el siglo XIX. La imagen titular es de vestir, de la misma época, al igual que la pintura del ático.
     Pasando a la nave de la derecha, hallamos en primer lugar el retablo del Sagrado Corazón de Jesús, obra neoclásica de principios del siglo XIX. Todas las esculturas que contiene son de telas encoladas y datables en la época del retablo.
     El retablo-marco de la Trinidad y Ánimas Benditas del Purgatorio, según consta en una inscripción, fue realizado en 1711, siendo mayordomo de la parroquia Juan García Durán. Su marco, de madera tallada, data de esa época aunque el lienzo que contiene pudo ser renovado al datar el que se conserva hoy de 1806.
     En el testero de la nave de la derecha se encuentra el retablo del Crucificado, de estípites y datable en el segundo tercio del siglo XVIII. El Cristo es de mediados de ese siglo y está acom­pañado de una escultura de madera policromada de la Inmaculada Concepción, vinculada con la producción del imaginero Hita del Castillo y una Virgen de la Asunción, obra anónima sevillana, de hacia 1800.
     También, junto a este retablo, en el interior de una hornacina abierta en el muro, se localiza una pequeña imagen de San Rafael, del siglo XIX. Dispersos por la nave se ubican distintos bancos y sillones fraileros, fechables entre finales del siglo XVI y el siglo XVIII.
     En la Sacristía, además de la cajonería y de un Niño Jesús, de la segunda mitad del siglo XVII, se conserva un interesante conjunto de platería y ornamentos, del que destacan un cáliz plateresco del segundo cuarto del siglo XVI, unas crismeras manieristas de hacia 1600 y varias piezas rococó, del tercer cuarto del siglo XVIII, junto a un rico repertorio de casullas del siglo XIX (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La iglesia se sitúa en la plaza de la localidad, uno de los espacios centrales de la sociabilidad local. Se trata de una obra fechada en el siglo XVI con añadidos posteriores. La portada y la torre parecen ser del siglo XVIII, posteriores al terremoto de 1755 que desoló gran parte de los monumentos de la provincia.
     Se compone de una nave central cuya cabecera es un ábside abovedado, anexo al ábside se sitúa un cuerpo de dos plantas, donde se ubica la sacristía, y a los pies de la nave se sitúa la torre y otras dos dependencias a las que se accede a través de ésta. A la sacristía se accede por el altar mayor, y a la segunda planta del anexo por una escalera exterior de 13 peldaños adosada al muro.
     La estructura de la iglesia es de gran sencillez y al mismo tiempo de gran belleza, está formada por cuatro crujías separadas entre sí por muros traveseros en los que se abren grandes vanos mediante arcos de medio punto.
     La cubierta es de vigas de madera y tablazón vista, con cubrición a dos aguas de teja árabe.
     En el proceso constructivo de la Iglesia, la nave y el cuerpo anejo al ábside parecen ser de la misma época, y posteriores el servicio adjunto a la sacristía, los cuerpos añadidos de ambos lados de la nave central, la portada y la torre.
      Los volúmenes y los elementos decorativos de las distintas dependencias nos dan evidencias de las distintas fases del proceso constructivo. La nave y el cuerpo anejo al ábside presentan el mismo artesonado, decoración y otros elementos comunes, el volumen del servicio adjunto a la sacristía se superpone claramente a estructura clara y pura de la fachada trasera, los cuerpos laterales presentan una cornisa distinta a la formada por ladrillo a 45º en esquina que recorre el conjunto del edificio, y la planta de la torre no coincide ni guarda relación con las medidas de la crujía.
     En la torre se distinguen decorativamente los elementos portantes de los decorativos, estando los primeros, incluido el cuerpo central de la torre pintados a calamocha y los segundos (cornisas, molduras, pilastras, capiteles...) enfoscados y pintados en almagra (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Ermita de Nuestra Señora de la Coronada; e Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios) de la localidad de Cortelazor la Real, en la provincia de Huelva. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia onubense.

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