. |
Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de San Jacinto, de Sevilla.
Hoy, 15 de agosto, Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que, consumado el curso de su vida en la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de los cielos. Esta verdad de fe, recibida de la tradición de la Iglesia, fue definida solemnemente por el papa Pío XII (1950) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
También en Cracovia, en Polonia, es la Memoria de San Jacinto, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue designado por Santo Domingo para propagar la Orden en aquella nación y, teniendo por compañeros al beato Ceslao y a Enrique Germánico, predicó el Evangelio en los territorios de Bohemia y Silesia (1257) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
Y que mejor día que hoy para ExplicArte la Iglesia de San Jacinto, de Sevilla.
Y que mejor día que hoy para ExplicArte la Iglesia de San Jacinto, de Sevilla.
La Iglesia de San Jacinto [nº 89 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 27 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la calle Pagés del Corro, 88; en el Barrio de Triana Este, del Distrito Triana.
El histórico templo dominico da nombre a la vía de salida natural de Sevilla por Triana. Parroquia en la actualidad, es regentada por la Orden de Predicadores (dominicos), siendo el único edificio histórico que conservan actualmente. Escasa renta si se considera que los seguidores de Santo Domingo de Guzmán llegaron a tener en Sevilla más de una docena de edificios, contando sus posesiones masculinas y femeninas. Este edificio fue fundado por el caballero Baltasar de Brun y Silveira, que obtuvo en 1604 la licencia del arzobispo Fernando Niño de Guevara. Se erigió con la condición de que hubiera en el nuevo convento estudios de Gramática y de Arte, y no se erigió canónicamente hasta 1623, en el llamado sitio de Cantalobos. Como la zona de esta primitiva fundación era algo insalubre, la comunidad dominica se trasladó a Triana, a un lugar donde se encontraba una ermita dedicada a la Virgen de la Candelaria, propiedad de una antigua hermandad, que tenía allí un hospital. Ermita y hospital fueron cedidos a los dominicos con la condición de que la Virgen de la Candelaria apareciera en el altar mayor del nuevo templo.
El nuevo templo debió comenzarse en torno a 1735, constando que en el año 1738 dirigía las obras Ambrosio de Figueroa, posible autor de sus trazas, continuador de una ilustre saga de arquitectos desde el siglo anterior. Parece que el célebre arquitecto dejó la dirección de las obras cuando ya estaba cubriéndose el edificio, aunque la inauguración definitiva se haría esperar hasta 1774. De los proyectado inicialmente, uno de los elementos que nunca se realizó fue la torre, en la actualidad tiene una espadaña construida recientemente.
Durante la invasión francesa, 1810, el templo fue aprovechado por las tropas francesas, el convento como casa, y la iglesia como corral de vacas. Tras la expulsión del ejército francés fue recuperado por los dominicos hasta la desamortización de 1835. Después pasó a ser propiedad municipal, que, en 1869, levantó en el antiguo convento oficinas municipales y una escuela de primaria. En 1906 la comunidad dominica recupera el templo y construye un nuevo convento en unas casas vecinas. Aunque en la actualidad no resida ninguna, la iglesia de San Jacinto fue sede de numerosas hermandades trianeras, entre ellas las de la Estrella, Esperanza de Triana o la hermandad del Rocío.
La iglesia presenta planta rectangular muy alargada, distribuida en tres naves, con crucero que no se manifiesta al exterior. Las naves laterales poseen tribunas altas, apareciendo a los pies el coro en alto. Las cubiertas son bóvedas de arista en las naves laterales y de cañón con arcos fajones y lunetos la de la central. Sobre el crucero se levanta una cúpula sobre pechinas, en las que aparecen pinturas murales que representan a San Alberto Magno, San Ambrosio de Siena, San Jacobo de Merania y Santo Tomás de Aquino, figuras de la intelectualidad dominica como simbólico sostén de la bóveda de la iglesia.
De las tres portadas que tenía el templo, actualmente sólo hace esa función la que se encuentra a los pies, ya que las laterales están cegadas. Las laterales muestran un perfil mixtilineo propio del siglo XVIII, mientras que la principal está formada por un arco de medio punto coronado por un frontón recto y pináculos sobre los que aparece un gran óculo. Bajo este arco triunfal se aloja una puerta adintelada con frontón roto y una hornacina en el remate. Los muros exteriores del templo acogen el retablo cerámico de Nuestra Señora de la Estrella (Antonio Kiernam, 1950), el de Nuestra Señora del Rocío (Morillo Fernández, 1931) y el de la Virgen de Fátima (Kiernam, 1953), advocación que los dominicos fomentaron en Sevilla por su defensa del Rosario.
En los brazos del crucero aparecen dos retablos de similar estructura de fines del siglo XVIII. El del lado de Evangelio (izquierda) está dedicado a Santo Domingo de Guzmán, cuya escultura es de principios del XVIII, estando flanqueado por esculturas de Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno. El del lado de la Epístola (derecha) está presidido por una imagen de San José de principios del XIX, siendo el resto de las imágenes de este retablo (Santa Rosa de Viterbo y San Wenceslao de Polonia, el hermano de San Jacinto), de fines del XVIII. Ambos retablos se atribuyen al tallista Manuel Barrera y Carmona.
La Capilla Sacramental está situada a los pies de la nave derecha y se decora con interesantes yeserías doradas. La preside un retablo del tercer cuarto del XVIII, atribuido a Francisco de Acosta el Mayor, representante del fin de las formas barrocas en los retablos sevillanos. Es de un solo cuerpo dividido en tres calles mediante estípites, decoración vegetal tipo rocalla y espejos. En la hornacina central aparece una imagen de la Virgen del Rosario de principios del XVIII, que aparece flanqueada por San Francisco de Asís y San Pío V.
En el resto de la iglesia aparecen diferentes retablos neoclásicos del siglo XIX, destacando el dedicado a San Antonio, el de Santa Catalina de Siena y, por lo que representan, que no por su interés artístico, el dedicado a la Virgen de Fátima (primera imagen de esta advocación en Sevilla) y el dedicado a San Martín de Porres (el popular fray escoba).
El templo también contiene una interesante colección de pinturas, tanto murales como lienzos, distribuidos entre las naves laterales y los brazos del crucero, fechados en su mayoría en el último tercio del siglo XVIII y atribuidas a Vicente Alanís. Muestran temáticas de la orden dominica, pudiendo distinguirse en las naves laterales a San Wenceslao, San Luis Beltrán, San Juan de Colonia o San Álvaro de Córdoba. En la zona del crucero se sitúan las que representan a San Antonio de Florencia, San Agustín Caroto, San Benedicto XI y San Pío V (Manuel Jesús Roldán, Iglesias de Sevilla. Almuzara, 2010).
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Jacinto, presbítero;
Su nombre latino, Hyacinthus, es una deformación del nombre de pila eslavo, Jacko, forma popular de Juan.
Después de estudiar en Cracovia, Praga, Bolonia y París, en 1220 recibió en Roma, de manos de Santo Domingo, el hábito de la orden de los Hermanos Predicadores (dominicos).
Fundó conventos dominicos en Praga, Olmütz (Moravia) y Cracovia. Entre 1224 y 1236 fue misionero en Polonia y en Rusia, donde se convirtió en prior de un monasterio de Kiev. Murió en Cracovia en 1257.
Sobre ese cañamazo histórico, los hagiógrafos dominicos no se privaron de bordar milagros. San Jacinto convirtió paganos, curando a muchos de ellos picados por serpientes, restableció un trigal destruido por el granizo y salvó la vida a un mozo que se ahogaba.
Pero esas no son más que bagatelas de taumaturgia popular. La gloria de San Jacinto se debía sobre todo a los favores particulares de la Santísima Virgen, de la cual él era "su favorito". Se contaba que cuando Kiev, ciudad que lo tenía como prior, fue sitiada por los tártaros, avanzó al encuentro de los enemigos, con un copón en una mano y una imagen milagrosa de la Virgen en la otra, y así cruzó el Dnieper (y no el Dniestre, como escribe Mister Jameson en las Legends of the Monastic Orders, ni el Vístula, como lo creen los benedictinos, redactores de las Vidas de los santos, esbozadas por D. Baudot y D. Chaussin) caminando sobre las aguas con la ayuda de un ángel invisible. Al desarrollar el tema, los dominicos imaginaron que la estatua de alabrasto de la Virgen que llevaba San Jacinto, pesaba ochocientas libras, lo cual no le impidió marchar sobre el agua sin mojarse los pies y dejando sobre el curso una huella imborrable. Es lo que se llamaba "el camino de San Jacinto".
Para agradecer su devoción, la Virgen se le apareció con el Niño Jesús en los brazos y le dijo: "Alégrate Jacinto, hijo mío, porque tus plegarias resultan gratas a mi Hijo, y todo cuanto pidas a través mío te será concedido." (Gaude, fili Hiacinte, preces tuae gratae sunt filio meo.)
Esta promesa de intercesión eficaz es la que usaron los dominicos para fundar el culto de San Jacinto.
CULTO
Canonizado a finales del siglo XVI, en 1594, lo cual explica el tardío desarrollo de su iconografía, San Jacinto es uno de los patrones de Polonia y sobre todo de Kraków (Cracovia) y de Wróclaw (Breslau).
Su culto fue difundido en Francia por la reina Ana de Austria en el siglo XVII, quien donó una de sus reliquias a los jacobinos de la calle Saint Honoré. Se lo invocaba sobre todo para proteger a las personas en peligro de morir ahogadas, y también lo hacían las mujeres en trabajo de parto.
ICONOGRAFÍA
Se lo representa con sobrepelliz de dominico constelada de estrella, caminando sobre el agua, con un copón o una custodia en la mano, y una estatua de la Virgen en la otra.
En los grabados franceses a veces aparece señalado por un lirio o un jacinto, que le sirven de armas parlantes.
La mayoría de los cuadros que ilustran escenas de su leyenda han sido encargados después de 1594 por los conventos dominicos. No obstante, había sido representado en el siglo XIV en una capilla de la iglesia de los dominicos de Aviñón (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Después de estudiar en Cracovia, Praga, Bolonia y París, en 1220 recibió en Roma, de manos de Santo Domingo, el hábito de la orden de los Hermanos Predicadores (dominicos).
Fundó conventos dominicos en Praga, Olmütz (Moravia) y Cracovia. Entre 1224 y 1236 fue misionero en Polonia y en Rusia, donde se convirtió en prior de un monasterio de Kiev. Murió en Cracovia en 1257.
Sobre ese cañamazo histórico, los hagiógrafos dominicos no se privaron de bordar milagros. San Jacinto convirtió paganos, curando a muchos de ellos picados por serpientes, restableció un trigal destruido por el granizo y salvó la vida a un mozo que se ahogaba.
Pero esas no son más que bagatelas de taumaturgia popular. La gloria de San Jacinto se debía sobre todo a los favores particulares de la Santísima Virgen, de la cual él era "su favorito". Se contaba que cuando Kiev, ciudad que lo tenía como prior, fue sitiada por los tártaros, avanzó al encuentro de los enemigos, con un copón en una mano y una imagen milagrosa de la Virgen en la otra, y así cruzó el Dnieper (y no el Dniestre, como escribe Mister Jameson en las Legends of the Monastic Orders, ni el Vístula, como lo creen los benedictinos, redactores de las Vidas de los santos, esbozadas por D. Baudot y D. Chaussin) caminando sobre las aguas con la ayuda de un ángel invisible. Al desarrollar el tema, los dominicos imaginaron que la estatua de alabrasto de la Virgen que llevaba San Jacinto, pesaba ochocientas libras, lo cual no le impidió marchar sobre el agua sin mojarse los pies y dejando sobre el curso una huella imborrable. Es lo que se llamaba "el camino de San Jacinto".
Para agradecer su devoción, la Virgen se le apareció con el Niño Jesús en los brazos y le dijo: "Alégrate Jacinto, hijo mío, porque tus plegarias resultan gratas a mi Hijo, y todo cuanto pidas a través mío te será concedido." (Gaude, fili Hiacinte, preces tuae gratae sunt filio meo.)
Esta promesa de intercesión eficaz es la que usaron los dominicos para fundar el culto de San Jacinto.
CULTO
Canonizado a finales del siglo XVI, en 1594, lo cual explica el tardío desarrollo de su iconografía, San Jacinto es uno de los patrones de Polonia y sobre todo de Kraków (Cracovia) y de Wróclaw (Breslau).
Su culto fue difundido en Francia por la reina Ana de Austria en el siglo XVII, quien donó una de sus reliquias a los jacobinos de la calle Saint Honoré. Se lo invocaba sobre todo para proteger a las personas en peligro de morir ahogadas, y también lo hacían las mujeres en trabajo de parto.
ICONOGRAFÍA
Se lo representa con sobrepelliz de dominico constelada de estrella, caminando sobre el agua, con un copón o una custodia en la mano, y una estatua de la Virgen en la otra.
En los grabados franceses a veces aparece señalado por un lirio o un jacinto, que le sirven de armas parlantes.
La mayoría de los cuadros que ilustran escenas de su leyenda han sido encargados después de 1594 por los conventos dominicos. No obstante, había sido representado en el siglo XIV en una capilla de la iglesia de los dominicos de Aviñón (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Iglesia de San Jacinto, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
Horario de apertura de la Iglesia de San Jacinto:
De Lunes a Sábados: 10:00 a 13:30 y de 18:00 a 20:30
Domingos y festivos: Mañanas y tardes antes de la Misa y cierre a su término.
Horario de misas de la Iglesia de San Jacinto:
De Lunes a Viernes: 08:00 y 20:00
Sábados: 20:00
Domingos y festivos: 10:00, 12:00, 13:00 y 20:00
Página web oficial de la Iglesia de San Jacinto: No tiene
La Iglesia de San Jacinto, al detalle:
Exterior:
Retablo cerámico de la Virgen de Fátima
Pinturas:
Horario de apertura de la Iglesia de San Jacinto:
De Lunes a Sábados: 10:00 a 13:30 y de 18:00 a 20:30
Domingos y festivos: Mañanas y tardes antes de la Misa y cierre a su término.
Horario de misas de la Iglesia de San Jacinto:
De Lunes a Viernes: 08:00 y 20:00
Sábados: 20:00
Domingos y festivos: 10:00, 12:00, 13:00 y 20:00
Página web oficial de la Iglesia de San Jacinto: No tiene
La Iglesia de San Jacinto, al detalle:
Exterior:
Retablo cerámico de la Virgen de Fátima
Pinturas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario