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martes, 8 de julio de 2025

La sede del Colegio Oficial de Médicos, de Gerardo Olivares James, y Rafael de la Hoz Arderíus

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la sede del Colegio Oficial de Médicos, de Gerardo Olivares James, y Rafael de la Hoz Arderíus, de Sevilla.  
     La sede del Colegio Oficial de Médicos, se encuentra en la avenida de la Borbolla, 47; en el Barrio de El Porvenir, del Distrito Sur.
     En el sector sur de la ciudad de Sevilla, el Colegio Médico se levanta sobre un solar de planta trapezoidal, con 1713 m2 de superficie, situado en la Avenida de la Borbolla 47, calles Porvenir y Progreso, uno de los solares procedentes del desafortunado derribo de las casas señoriales que jalonaban la Avenida de la Borbolla, enfrentándose al gran espacio libre del Parque de María Luisa que constituye el principal conformador de esta vía, uno de los ejes principales que articularon el crecimiento de la ciudad con la Exposición Iberoamericana de 1929.
     El proceso de transformación de las antiguas residencias señoriales ha derivado en la conversión de su originario uso de vivienda unifamiliar hacia el de servicios, en el que diferentes organismos y empresas buscan la calidad reconocida de este entorno privilegiado de la ciudad para instalar sus sedes, como han hecho la Agencia andaluza para el desarrollo del flamenco, o General de Producciones y Diseño S.A. Tras los pasos del Colegio Médico, el de Aparejadores y Arquitectos Técnicos introdujo otro interesante ejemplo de modernidad en la arquitectura sevillana, escasamente seguido por las viviendas colectivas que han ocupado el lugar de algunas otras casonas de El Porvenir.
     El edificio que describimos mantiene intactas sus originarias funciones: de una parte la representativa y administrativa de ser la sede institucional del Colegio Médico en nuestra ciudad; de otra, la de constituirse en residencia para estudiantes universitarios.
     En un hábil trazado de los límites del edificio, es el contorno del solar quien conforma el volumen del Colegio, reservando zonas libres para conformar los accesos y jardines. Evitando la pesadez de un gran edificio que no hubiera leído con acierto el entorno menudo y poco agresivo del barrio de El Porvenir y el Parque, consiguen los autores realizar una sencilla diferenciación de las dos funciones que desde su origen se desarrollan en el edificio, Colegio Médico y residencia, expresándolos al exterior en los volúmenes que se construyen y en el desarrollo de circulaciones.
     La residencia constituye un volumen diferente en posición y forma, asignándoles las dos últimas plantas del conjunto, en un paralelepípedo que sobresale del volumen del Colegio Médico, conformando con este simple y certero gesto los porches cubiertos de ingreso.
     En el Colegio se apartan del espacio inmediato al acceso aquellos recintos que puede situar en subsuelo: salón de actos, servicios y aparcamientos, reservando para la zona administrativa, que exige el máximo contacto con el público diario, las zonas próximas al acceso, y ubicando sobre éstas, ya en primera planta, los recintos más nobles del programa, los que albergan la zona cultural y directiva, consiguiendo que la totalidad del Colegio sea accesible salvando exclusivamente una planta, en sentido ascendente o descendente.
     Sería difícil pretender englobar el Colegio dentro de un tipo concreto edificatorio; la apuesta que realizan De la Hoz y Olivares por una irrenunciable modernidad en sus formas, les lleva a una sucesión de juegos volumétricos (que responden al doble uso descrito); a un apasionado ofrecimiento de planos para el juego de la luz y las sombras, de fachadas frontales básicamente ciegas frente a laterales abiertos, buscando los contrastes entre los aplacados pétreos y los muros cortina; a una manifestación explícita de las formas estructurales con las que resuelve los amplios vuelos y vacíos que conforman la original espacialidad del edificio.
     El Colegio Médico ha sido relacionado por su concepción objetual y formalista con los planteamientos de la arquitectura constructivista rusa, así como con el brutalismo británico por la expresividad que se confía a la técnica y los materiales en la conformación de la imagen final del edificio.
     La interesante transición entre la calle Progreso (acceso a la residencia y aparcamientos) y la Avenida de la Borbolla, de tan diferente carácter y jerarquía, se realiza mediante un vestíbulo que registra la totalidad de la parcela, constituyendo un elemento de importancia singular en la organización de los espacios interiores del Colegio.
     El programa del edificio, recogido en la memoria del proyecto, dispone una zona de ingreso, con una zona administrativa que presenta dos frentes, diferenciados en sus accesos, de contacto con el público; la zona asociativa pública con sala de conferencias y salón de actos con 500 butacas; una zona cultural con dos aulas, biblioteca y sala de lectura y la zona directiva (agrupada alrededor de un patio jardín); el cambio radical de forma, posición y uso se produce en la zona residencial, con 72 habitaciones con aseo (que no evitando los pasillos, tratan de romper el "efecto tubo" con sucesivos retranqueos), 2 cuartos de estar, todo ello con acceso independiente; una zona de servicios y aparcamiento para 40 plazas completan el programa de un edificio de 3124 m2 construidos.
     La estructura es metálica, con pórticos vistos en fachadas, tratados con pintura al duco. En proyecto los cerramientos se construyen con hormigón visto y fábrica de ladrillo chapada de cerámica vitrificada, adquiriendo importancia los acristalamientos con lunas de color sobre carpinterías metálicas de aluminio. A Poniente la fachada se conforma con paneles ciegos aplacados en piedra, sirviendo de soporte para el rótulo del edificio.
     Los autores, en la página 7 de la memoria del proyecto, expresaron con singular claridad los valores máximos del edificio, cuyo mantenimiento y protección debe guiar cualquier futura posible actuación sobre el mismo: "Armonizar los volúmenes, agilizar el conjunto, liberar espacios verdes de presentación y, finalmente expresar la estructura con la máxima claridad".
     El Catálogo del Plan General valora fundamentalmente "la presencia urbana de la pieza y su diálogo con la Avenida de la Borbolla y con las arquitecturas que definen su frente hacia el parque" A ello cabe añadir la hábil definición de la secuencia que enlaza la Borbolla con c/ Progreso o la propia definición estructural y constructiva del edificio".
     El proyecto fue visado el 24 de agosto de 1968.
     El presupuesto del edificio fue de 26.626.157,00 pesetas (abril 1968).
     Rafael de la Hoz Arderius (1924- titulado 1950-2000)
     Gerardo Olivares James (1930- titulado 1958) (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Al sur de la ciudad de Sevilla, el Colegio Médico se levanta sobre un solar de planta trapezoidal, con 1713 m2 de superficie, enfrentado al Parque de María Luisa. En un hábil trazado de los límites del edificio, el contorno del solar conforma el volumen del Colegio, reservando zonas libres para conformar los accesos y jardines.
     Evitando la pesadez de un gran edificio que habría encajado en el entorno, los autores realizan una sencilla diferenciación de las dos funciones originalmente se desarrollaban en el edificio, Colegio Médico y residencia (actualmente en uso como oficinas del Colegio), expresándolos al exterior en los volúmenes construidos y en el desarrollo de circulaciones. La residencia se sitúa las dos últimas plantas del conjunto, en un paralelepípedo que sobresale del volumen inferior, conformando los porches cubiertos de ingreso. En el subsuelo del Colegio se alojan salón de actos, servicios y aparcamientos, reservando la planta baja para la zona administrativa, que exige el máximo contacto con el público diario, y ubicando en primera planta, los recintos más nobles del programa, los que albergan la zona cultural y directiva.
     La apuesta por la modernidad en sus formas lleva a una sucesión de juegos volumétricos, luz y sombras, de fachadas frontales ciegas frente a laterales abiertos, de contrastes entre los aplacados pétreos y los muros cortina; explicitando las formas estructurales. El edificio ha sido relacionado con la arquitectura constructivista rusa, así como con el brutalismo británico. La transición entre la calle trasera y la avenida principal se realiza mediante un vestíbulo que registra la totalidad de la parcela y organiza los espacios interiores.
     La estructura es metálica, con pórticos vistos en fachadas, tratados con pintura al duco. Los cerramientos se construyen con hormigón visto y fábrica de ladrillo chapada de cerámica vitrificada, con los acristalamientos sobre carpinterías metálicas de aluminio. Al oeste la fachada se conforma con paneles ciegos aplacados en piedra, sirviendo de soporte para el rótulo del edificio  (Ignacio Capilla, Amadeo Ramos y José Ignacio Sánchez-Cid – RAAC, en DOCOMOMO).
Conozcamos mejor la Biografía de Rafael de la Hoz Arderíus, uno de lo autores de la obre reseñada;
     Rafael de la Hoz Arderíus. (Madrid, 9 de octubre de 1924 – 13 de junio de 2000). Arquitecto.
     El mismo año de su nacimiento, su familia se trasladó a Córdoba al haber obtenido su padre la plaza de arquitecto municipal de aquella ciudad. Años más tarde, en 1944, volvió a la capital para iniciar sus estudios de Arquitectura en la Escuela Superior, consiguiendo el título de arquitecto en 1950. Un año después ganó por oposición el cargo de arquitecto provincial de Córdoba, ciudad en la que inició su labor, hasta que en 1955 recibió la beca Fullbright y se trasladó al Massachussetts Institute of Technology. En 1971 creó e impulsó la realización de las Normas Tecnológicas de la Edificación, desde su cargo como director general de Arquitectura. Dos años más tarde, trasladó su residencia a Madrid, organizando en 1975 el XII Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos.
     Su buen hacer como arquitecto se vio reflejado en los cargos que fue ocupando a lo largo de su vida. Entre 1981 y 1985 fue presidente de la Unión Internacional de Arquitectos, creando, durante su presidencia, la Medalla de Oro de la Arquitectura. Fue además presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España desde 1986 hasta 1990, aprobando en ese período de tiempo la Ley de Atribuciones y creándose la Medalla de Oro de la Arquitectura Española. A esto hay que añadir su cargo como presidente del Consejo Europeo de Arquitectos.
     El 20 de enero de 1991, ingresó como académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por la arquitectura, ocupando el cargo de Luis Blanco Soler. Su discurso de ingreso, titulado Varia espacial, fue contestado por Luis Cervera Vera. Fue también académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, miembro de la International Academy of Architecture, académico de L’Académie Française d’Architecture y de la Academia Mundial de Ciencias Tecnológicas.
     Recibió, además, el Premio Nacional de Arquitectura por el colegio mayor Aquinas, en 1957, el premio de la Fundación CEOE por el edificio Castelar (Banco Coca) y el VI Premio Antonio Camuñas de Arquitectura. En mayo de 2000 se le concedió la Medalla de Oro de la Arquitectura Española.
     Entre sus obras más destacadas cabe citar el Colegio Mayor de Santo Tomás de Aquino, en la Ciudad Universitaria de Madrid, la fábrica de cervezas el Águila de Córdoba de 1961, el Hospital General Provincial de Córdoba en 1966 o la prisión para jóvenes en Alcalá de Henares. Entre 1968 y 1976, su trabajo se centró fundamentalmente en Córdoba, en donde realizó el grandioso Parque Figueroa, dotado para cubrir todas las exigencias, al contar entre sus instalaciones con lugares para el ocio, viviendas, centro comercial y colegios. De 1973 son también los edificios para el Diario de Córdoba y la Facultad de Medicina.
     Proyectó además el Palacio de Congresos y Festivales en Torremolinos, el sevillano Hotel Los Lebreles, el grupo de viviendas subvencionadas Puerta de Madrid en Andújar (Jaén), la Facultad de Filosofía y Letras de Málaga, la Caja de Ahorros de Córdoba y el monasterio Turris Eburnea para las religiosas de la Visitación en la sierra de Córdoba (María Pilar García Sepúlveda, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la sede del Colegio Oficial de Médicos, de Gerardo Olivares James, y Rafael de la Hoz Arderíus, de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre la avenida de la Borbolla, en ExplicArte Sevilla.

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