Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Alcazaba, Fortificación abaluartada, Torre de Espantaperros, Puerta de Palmas, Convento de las Adoratrices, Convento de Santa Ana, Convento de las Descalzas, y Convento de las Carmelitas) de la localidad de Badajoz (I), en la provincia de Badajoz.
Factor decisivo para conferir a Badajoz su entidad de núcleo más importante de la región, es la estratégica situación geopolítica que ocupa, en pleno centro del boquete que se abre entre la sierra de Montánchez y el Guadiana, como único paso natural practicable en la zona. Es decir, dominando el camino más corto entre la Meseta Ibérica y el Atlántico. De tal modo, las comunicaciones entre Castilla y Lisboa, pasan obligadamente por Badajoz.
Tipo de Entidad: Municipio
Plaza de España, 1
Su situación como la población española más cercana a Portugal hizo de Badajoz en las épocas de pugnas y conflictos una plaza fronteriza de importancia estratégica fundamental; en tanto que en los tiempos de paz, esta misma proximidad al país vecino la convierte en enclave no menos importante, al ofrecerle horizontes de ilimitadas posibilidades de ensanche y proyección en todos los campos, dada su privilegiada situación.
Factor decisivo para conferir a Badajoz su entidad de núcleo más importante de la región, es la estratégica situación geopolítica que ocupa, en pleno centro del boquete que se abre entre la sierra de Montánchez y el Guadiana, como único paso natural practicable en la zona. Es decir, dominando el camino más corto entre la Meseta Ibérica y el Atlántico. De tal modo, las comunicaciones entre Castilla y Lisboa, pasan obligadamente por Badajoz.
Tipo de Entidad: Municipio
Superficie Término: 1530,8 Km2
Altitud: 186 m.
Partido Judicial: Badajoz
Comarca: Tierra de Badajoz
Otras Entidades:
Albala (cortijos) a 17 km.
Alcazaba (poblado de colonización) a 26 km.
Alvarado-La Risca (poblado de colonización) a 17 km.
Atalaya (zona residencial) a 11 km.
Balboa (poblado de colonización) a 16 km.
Botoa (caserío) a 18 km.
Campofrío (zona residencial) a 11 km.
Las Carboneras (cortijos) a 17 km.
Club Campo Pino (zona residencial) .
Corazón de Jesús (barriada).
La Corchuela (caserío) a 7 km.
Cuartel de Sancha Brava (cuarteles) a 11 km.
Dehesilla de Calamón (zona residencial) a 11 km.
Los Fresnos (caserío) 29 km.
Gévora del Caudillo (Poblado de colonización) a 6 km.
Golf Guadiana (urbanización residencial)
Guadiana del Caudillo (poblado de colonización) a 32 km.
El Manantío (zona residencial)
Los Montitos (urbanización).
Novelda del Guadiana (poblado de colonización) a 18 km.
Los Pinares (zona residencial).
Pueblo Nuevo del Guadiana (poblado de colonización) a 24 km.
Río Caya (zona residencial) a 11 km.
Sagrajas (poblado de colonización) a 11 km.
Santa Engracia (caserío) a 3 km.
Tres Arroyos (zona residencial).
Las Vaguadas (zona residencial) a 4 km.
Valdebotoa (poblado de colonización) a 12 km.
Villafranco del Guadiana (poblado de colonización) a 10 km.
Gentilicio: Pacense - Badajocense
Ayuntamiento de BadajozPlaza de España, 1
06001 Badajoz (Badajoz)
Teléfono: 924210000
Fax: 924210120
Web: www.aytobadajoz.es
Historia.-Su situación como la población española más cercana a Portugal hizo de Badajoz en las épocas de pugnas y conflictos una plaza fronteriza de importancia estratégica fundamental; en tanto que en los tiempos de paz, esta misma proximidad al país vecino la convierte en enclave no menos importante, al ofrecerle horizontes de ilimitadas posibilidades de ensanche y proyección en todos los campos, dada su privilegiada situación.
En lo que concierne a su localización geográfica concreta, Badajoz se desarrolla a partir del núcleo asentado primitivamente sobre una de las dos colinas que flanquean el Guadiana en el punto en que la aparición de materiales geológicos duros por delante, obligan al río a describir un brusco giro hacia el sur.
La altura en la que se erigió la población primitiva es el llamado Cerro de la Muela o cabezo del Monturio, concreción rocosa que, no obstante su escasa entidad, constituye un bastión fundamental, ya que permite dominar los llanos que se despliegan en el entorno.
Sobre un núcleo visigodo ya despoblado, establecido a su vez encima de remotos asentamientos prehistóricos, fundó el rebelde musulmán Ibn-Marwan el Chilliqui, en el año 875, como antecedente de la ciudad actual, un pequeño poblado someramente fortificado, con el nombre de Batallyos.
En el siglo XII, bajo los almohades, este modesto enclave constituía ya una importante ciudad rodeada por una fuerte Alcazaba que, básicamente, es la misma que aún perdura. Hasta su reconquista en 1230 por Alfonso IX, Badajoz fue una floreciente población árabe, cabeza en ciertos momentos de uno de los más poderosos reinos musulmanes de la Península.
Las guerras civiles castellanas en los siglos XIII y XIV, la división eclesiástica, y la existencia de grandes consejos de realengo, marcaron la vida de esta ciudad durante la Edad Media.
En los siglos posteriores, Badajoz ha jugado un importante papel histórico debido a su situación fronteriza con las tierras portuguesas de Alentejo, lo que obligó a su intervención en numerosos enfrentamientos bélicos hispanos-lusos.
El siglo XVII, con la ampliación de la zona amurallada del sistema Vauban, nos confirma el carácter defensivo y estratégico de Badajoz, que le obligó a vivir intramuros hasta el primer tercio del siglo XX. Paradójicamente, el paso del tiempo ha ido convirtiendo a esta bella ciudad, regada y dependiente del río Guadiana, en el principal puente de unión con el vecino país, Portugal, a través de las vías terrestres de comunicación.
La vida universitaria, junto al crecimiento paulatino de la ciudad, le ha convertido en el núcleo urbano más poblado de Extremadura.
Su extenso patrimonio histórico-artístico y cultural hacen de Badajoz una ciudad atractiva. La sociabilidad de sus habitantes y su estratégica situación geográfica la convierten en un lugar siempre agradable de conocer y visitar (Diputación Provincial de Badajoz).
Atravesada por el río Guadiana, Badajoz es una ciudad en la que encontrarás de todo. La historia se respira en fachadas y esquinas, tienes parques para pasear y hacer deporte y una gran oferta de servicios para poder disfrutar de esta ciudad a tus anchas. Badajoz fue fundada por Ibn Marwan en el año 875 sobre un asentamiento visigodo cuando los musulmanes dominaban la Península Ibérica. Nace sobre una colina conocida como Cabezo de la Muela, desde la que se extiende hasta llegar a ser la ciudad que es hoy. En ella podrás pasear por sus tradicionales calles y por establecimientos con encanto, y también tienes la posibilidad de conocer tranquilos parques como el de La Galera, el de La Alcazaba o el de La Legión. Próxima a Portugal, Badajoz ofrece además muy buenas comunicaciones con el país vecino: Portugal.
Puedes comenzar tu recorrido por su casco histórico desde la restaurada Plaza Alta. La parte norte, de estilo medieval, contrasta con la parte sur, objeto de una reforma inacabada y que al ser cerrada, imprimió un estilo similar al de la plaza mayor de otras ciudades de España (como Madrid o Salamanca). En ella también puedes contemplar las Casas Mudéjares, las Casas Coloradas o La Alcazaba. Muy cerca encontrarás la recoleta Plaza de San José -que alberga el Convento de las Adoratrices-, y desde aquí te recomendamos que llegues hasta La Alcazaba. Esta construcción, que data del siglo XII, es una de las más grandes de su tipo en la Península y acogía a toda la población pacense. Desde sus murallas disfrutarás de unas increíbles vistas que comienzan en las aguas del Guadiana, incluyen la Catedral, la Ermita de la Soledad -patrona de la ciudad-, o la Giralda y llegan hasta tierras portuguesas. Si te reservas esta visita para la puesta de sol, disfrutarás de un paisaje inolvidable.
En un corto paseo llegarás a la plazuela de la Soledad, perfecta para que puedas ver la Giralda, o el edificio modernista de Las Tres Campanas. Muy cerca está la Plaza de España, centro neurálgico de la ciudad, ya que alberga la Catedral de Badajoz, también conocida como Catedral de San Juan Bautista. Iniciada su construcción a mediados del siglo XIII, su característica arquitectónica más importante, la torre campanario, es uno de los detalles más especiales y entrañables de la silueta de la ciudad. Muy cerquita está la Plaza de Cervantes, aunque su estatua central representa al ilustre Zurbarán y es más conocida en la ciudad como Plaza de San Andrés, de ahí que popularmente sea conocida como la plaza de las Tres Mentiras. Pequeña y empedrada al estilo portugués, está rodeada por casas señoriales como la Casa del Hotel Cervantes o la Casa Puebla. Y de plaza en plaza pásate por la de San Antón y la de Minayo que va a desembocar en el Paseo de San Francisco. Remodelado en el siglo XIX, aún conserva su templete, sus longevas palmeras y algunas farolas de estilo fernandino.
Si tienes tiempo, no dejes de visitar la cara más actual de Badajoz, una ciudad que además alberga uno de los cuatro campus de la Universidad de Extremadura. Una apuesta decidida por la arquitectura contemporánea es el Palacio de Congresos. Construido en el interior del bastión de San Roque, ocupa el lugar de la antigua plaza de toros y fue elegido por el MOMA como uno de los edificios más representativos de la arquitectura de nuestro país. Otro de los lugares que representa la perfecta unión entre historia y vanguardia es el MEIAC (Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo). Y hablando de historia, merece especial visita el Museo arqueológico provincial de Badajoz.
A todo ello se suma que Badajoz cuenta con tres fiestas declaradas de Interés Turístico Nacional, que son Almossassa, sus carnavales y su Semana Santa. Tres estupendos momentos para conocer la ciudad (Turismo de Extremadura).
La ciudad pacense constituye el mayor núcleo de población de Extremadura y es capital de la provincia más extensa de España. La proximidad a la frontera portuguesa ha marcado una historia de conflictos bélicos y repetidos asedios, cuyas huellas aún son visibles en el recinto urbano. Actualmente, su condición de centro administrativo y comercial, que trasciende hasta las vecinas poblaciones lusas, hacen de ella una ciudad en expansión y con futuro .
Historia
Sus orígenes se remontan a tiempos prehistóricos, a juzgar por los abundantes hallazgos de industria lítica y cerámica realizados en excavaciones recientes. Restos de viviendas e interesantes sistemas de riego de época romana (de la Pax que dio origen al gentilicio «pacense»), así como huellas arquitectónicas visigodas, atestiguan la continuidad de población en esos períodos.
Vida urbana
Punto de referencia obligado para vivir el ambiente pacense es el casco histórico, que se articula entorno a la plaza de España, de la que parten Virgen de la Soledad, San Juan y Meléndez Valdés, estrechas calles dominadas desde siempre por el comercio más tradicional. Un laberinto peatonal con esencia de zoco que parece ser también el hábitat natural de tiendas de artesanía, cafés llenos de encanto y las tabernas más señeras a la hora del tapeo, tan del gusto del visitante, como La Giralda, La Corchuela, el Café Victoria... Una atractiva combinación, que en la calle Muñoz Torrero se torna en una sucesión de locales de comida con precios muy cómodos y variados sabores.
Historia
Sus orígenes se remontan a tiempos prehistóricos, a juzgar por los abundantes hallazgos de industria lítica y cerámica realizados en excavaciones recientes. Restos de viviendas e interesantes sistemas de riego de época romana (de la Pax que dio origen al gentilicio «pacense»), así como huellas arquitectónicas visigodas, atestiguan la continuidad de población en esos períodos.
Será, sin embargo, bajo dominio musulmán cuando la ciudad alcance su esplendor, hasta el punto de que algunas fuentes sitúan en el año 875 la fundación de Batalyoz. La sublevación de muladíes acaudillada por Ibn Marwan, "el hijo del gallego", propició una notable independencia respecto al debilitado emirato de Córdoba, al tiempo que supuso la afirmación de la capitalidad regional de la villa frente a la tradicional de Mérida. Bajo su mandato (850- 910) se inicia un periodo de florecimiento que prosigue, pese a la pérdida de la independencia (930), con Abderramán III y llega al apogeo cultural y artístico del reino aftásida, una de las taifas surgidas en el siglo XI tras la desintegración del Califato de Córdoba. Por su posición en la línea fronteriza con los reinos cristianos, la villa pacense se convierte en campo de luchas encarnizadas entre leoneses, portugueses y musulmanes. La incorporación definitiva a la órbita cristiana tiene lugar en 1230, tras la derrota de Abenhud en Alange frente a Alfonso IX y el breve cerco a la ciudad.
Aunque en principio Badajoz queda bajo la influencia de las Órdenes Militares, adquiere el estatuto definitivo de concejo independiente durante el reinado de Sancho IV el Bravo. Las frecuentes rivalidades bajomedievales entre banderías nobiliarias tuvieron aquí uno de sus episodios más sangrientos: la disputa entre bejaranos y portugaleses por la hegemonía de la ciudad. La intervención de Sancho IV (1289) a favor de sus protegidos, los nobles de origen lusitano, supuso el exterminio de los bejaranos y el final del enfrentamiento. Las luchas fronterizas con el vecino reino de Portugal, que asolan y empobrecen la región, alcanzan su máxima expresión bajo el reinado de Juan I de Portugal, con la toma de Badajoz (1386), y en episodios posteriores como la sublevación portuguesa de 1640, que culminaría con la independencia de este país y que supuso un nuevo asedio y conquista de la ciudad (1658). Esas situaciones se repiten durante la Guerra de Sucesión española y se prolongan en el siglo XIX durante la Guerra de Independencia, en la que Badajoz, tras ser conquistada por Soult en 1811, fue liberada por Wellington al año siguiente. Tan azarosa historia llega hasta la Guerra Civil de 1936, con el trágico episodio del asalto a la ciudad por las tropas legionarias del general Yagüe. Hoy, Badajoz es una ciudad moderna con una actividad creciente.
Gastronomía
La presencia habitual de platos de la cocina regional hacen posible la degustación de variadas especialidades. El desayuno, con migas, cachuela (guiso a partir de las asaduras del cerdo) o manteca colorá, es una arraigada costumbre local. Entre los platos más destacables figuran la caldereta, el bacalao dorado, especialidad portuguesa adoptada por la cocina pacense como propia, y también los asados de cordero o cabrito. El cerdo ibérico ocupa por sí sólo un apartado, en el que sería imperdonable olvidar el jamón de Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros o Monesterio. Y si el apetito es bueno, la mejor opción puede ser perdices estofadas, judías con liebre o perdiz, o un cocido extremeño acompañado de zorongollo, ensalada a base de pimientos asados, cebolla, aceite y vinagre. Los vinos con D.O. Ribera del Guadiana tienen como más afamados los producidos en Tierra de Barros y en las Vegas Altas del Guadiana.Fiestas y tradiciones
El carnaval, recuperado a partir de 1980, cuenta con una extraordinaria participación popular (tal vez la más multitudinaria del país) y enorme pujanza. Los concursos de murgas y el gran desfile de comparsas son sus momentos clave. El primer domingo de mayo se celebra la colorida romería de Bótoa, aldea próxima a Badajoz, hoy despoblada, donde se encuentra la ermita de la Virgen en medio de un encinar. Las tradicionales ferias de San Juan, en honor del patrono de la capital, poseen una fuerte inspiración andaluza: casetas, caballos, trajes típicos.Vida urbana
Punto de referencia obligado para vivir el ambiente pacense es el casco histórico, que se articula entorno a la plaza de España, de la que parten Virgen de la Soledad, San Juan y Meléndez Valdés, estrechas calles dominadas desde siempre por el comercio más tradicional. Un laberinto peatonal con esencia de zoco que parece ser también el hábitat natural de tiendas de artesanía, cafés llenos de encanto y las tabernas más señeras a la hora del tapeo, tan del gusto del visitante, como La Giralda, La Corchuela, el Café Victoria... Una atractiva combinación, que en la calle Muñoz Torrero se torna en una sucesión de locales de comida con precios muy cómodos y variados sabores.
Por otro lado las vías Juan Carlos I y Menacho forman el núcleo comercial más bullicioso y moderno. En la primera, al amparo de los soportales que cobijan las tiendas de primeras marcas de moda, se crea una corriente que fluye hacia Menacho, desbordada por un ingente número de tiendas de ropa y complementos.
Con otros aires, la avenida de Europa sube hasta la plaza de la Constitución, cuajada de bancos y oficinas, para prolongarse hasta la plaza de los Conquistadores, presidida por el enorme Corte Inglés, símbolo de una modernidad que aún se prolonga por la calle Villanueva.
El ambiente juvenil y universitario se hace sentir desde la noche del jueves por las tabernas y cafés del casco histórico, y adquiere su punto álgido los fines de semana en dos zonas de la parte más moderna de la ciudad: la urbanización Guadiana, en torno a la avenida de Elvas, al otro lado del río Guadiana, y la llamada zona de Valdepasillas, situada en torno a Sinforiano Madroñero, donde las discotecas Trasgu y Cosmópolis ponen fin a la noche.
VISITA
Asentada sobre el cerro de La Muela, en la margen izquierda del Guadiana, la ciudad ha extendido su perímetro a uno y otro lado del río con nuevas barriadas, amplias avenidas radiales y zonas verdes que, a modo de círculos concéntricos, rodean el núcleo primitivo, muy transformado, y la antigua Alcazaba.El casco histórico
La plaza de España es el centro del Badajoz tradicional. En ella se alzan el edificio del Ayuntamiento de fachada neoclásica, y la catedral de San Juan*, sencillo y macizo templo de aspecto gótico. Su construcción la inició el obispo Pedro Pérez (1232) sobre el solar de una antigua iglesia mozárabe, lo que explicaría su situación a extramuros de la alcazaba, aunque las obras se prolongaron hasta el siglo XVIII, con la consiguiente mezcla de estilos que van del gótico al barroco pasando por el renacentista. Posee un marcado carácter de fortaleza, acentuado en el exterior por la sólida torre almenada en la que posteriormente se abrieron ventanas gótico-platerescas. El interior, de la transición del románico al gótico, tiene planta de cruz latina, con tres naves y doce capillas. Dentro de la sobriedad general destacan la sillería del coro, obra de Jerónimo de Valencia (siglo XVI); el retablo churrigueresco (1708) del altar mayor; el conjunto de rejas del presbiterio, diversas imágenes renacentistas y barrocas y el claustro gótico manuelino. En la sacristía cuelgan tapices flamencos del siglo XVII. La antigua sala capitular acoge el Museo Catedralicio, que exhibe orfebrería sacra y valiosas pinturas, entre ellas cinco tablas del artista pacense Luis de Morales, apodado «el Divino» (siglo XVI).
Un laberinto de bulliciosas y sombreadas calles arranca de la plaza cargado del sabor que crean las tabernas y cafés más señeros y los aires de zoco del comercio más tradicional. Precisamente por Virgen de la Soledad (la calle con más encanto) y Duque de San Germán, se llega al museo de Bellas Artes. Instalado en dos casas-palacio colindantes de principios del siglo XIX, reúne una amplia colección de obras realistas y costumbristas de artistas extremeños, con especial atención a los siglos XIX y XX.
Ascendiendo por la calle San Juan desde la plaza de España hacia la Alcazaba, salen al paso la iglesia de la Concepción (siglo XVII), erigida según planos de Ventura Rodríguez, y la Plaza Alta, un singular espacio porticado y colorido, construido en el siglo XV y reformado en el XVII, que antiguamente desempeñaba funciones de Plaza Mayor, mercado y centro de espectáculos. Se encuentra, al igual que otras zonas contiguas, en proceso de restauración que poco a poco parece devolverle todo su esplendor.
La Alcazaba
El arco del Peso del Colodrazo da paso, desde la Plaza Alta, a la contigua plaza de San José, donde se levantan un último reducto de asoportaladas casas mudéjares, el convento de las Adoratrices y la portada renacentista que precede al acceso originario a la alcazaba, la puerta del Capitel, característica entrada almohade en recodo llamada así por el capitel romano que hay incrustado sobre el arco de herradura apuntado. La alcazaba*, que se remonta al siglo IX, se vio favorecida por sucesivas reformas y ampliaciones, en especial las del califa Abu Yacub Yusuf (siglo XII), quien le confirió su imponente aspecto actual. Su perímetro ovalado (400 x 200 m) mantiene las murallas, algunas de sus puertas y varias torres defensivas, todo ello en un precario estado de conservación. Dentro del recinto, junto a los solares ajardinados del alcázar y la mezquita, la torre de la antigua catedral de Santa María del Castillo y el reconstruido palacio de los duques de la Roca, sede del Museo Arqueológico Provincial. Con cuatro torres flanqueando las esquinas y un amplio arco aterrazado en la fachada principal, alberga piezas procedentes de toda la provincia, desde el Paleolítico hasta la Edad Media.
Desde la muralla se dominan sugerentes perspectivas sobre el Guadiana y sus cuatro puentes. Unida a ella por medio de un adarve puede verse la torre albarrana popularmente conocida como Espantaperros. De planta octogonal, su interior se dispone en dos cuerpos rematados por una terraza almenada, siendo en su aspecto muy similar a la Torre del Oro sevillana, a la que sirvió de modelo. Enlazando con la muralla se construyeron en el siglo XVII las fortificaciones que envolvían la totalidad del casco histórico y donde el uso de la artillería obligó a consolidar una sucesión de ocho baluartes ajustados al diseño del ingeniero militar francés Vauban, quien acabaría dando su nombre a este sistema defensivo. Así mismo, en la muralla se abrieron varios accesos, entre los que destacan la puerta de la Trinidad y la puerta del Pilar por su buen estado de conservación. La visita a este conjunto supone un gran paseo, que el fatigado caminante puede limitar a los interesantes baluartes de San Vicente, sobre el río Guadiana, y el sucesivo baluarte de San José con estéticas garitas colgadas sobre las murallas.
En el descenso desde la Alcazaba, tras pasar por la plaza de la Soledad, la torre de la iglesia de la Soledad y el edificio La Giralda, en dirección al río se llega a uno de los monumentos más representativos de la ciudad: la puerta de Palmas, construida en el siglo XVI para control del puente. Sus dos sólidos torreones almenados, a los que rodea el cordón franciscano, se unen por un arco de medio punto y la hornacina con la Virgen de los Ángeles. Frente a la puerta se prolonga el puente de Palmas, erigido en 1596 siguiendo los planos de Juan de Herrera y aprovechando, según se cree, pilares de la época romana. En la orilla opuesta conserva el baluarte defensivo, así como dos torreones centrales desde donde se obtienen las mejores panorámicas del recinto amurallado de la alcazaba.
El parque de Castelar, muy cercano a este punto, o el parque de la Legión, al este del casco antiguo a modo de prolongación del bosque de pinos del castillo, son espacios idóneos para el paseo.
Muy a tener en cuenta es la sugerente oferta cultural que supone el museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, que dispone de una de las mejores colecciones de arte peninsular e iberoamericano del momento; y el museo de la ciudad Luis de Morales, ubicado en una casa palaciega del siglo XVI conocida como Casa de Luis de Morales (plaza de Santa María). Comprende varias salas explicativas de la historia de Badajoz, una de ellas dedicadas a Luis de Morales, genial pintor manierista de temática religiosa que contradiciendo a la creencia popular nunca habitó en esta casa (Alfredo J. Ramos, y Santiago Llorente. Guía Total, Extremadura. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Situada en la parte más alta de Badajoz, fue originalmente construida en el año 875 de la mano de Abd-al-Ramman Ibn Marwan “El Yilliqui” y siendo modificada y completada por los distintos gobiernos sucedidos en la ciudad. Su configuración actual es básicamente el producto de la mayor reforma realizada y que sufrió en el siglo XII de mano de los almohades, aunque su mayor periodo de esplendor fuera en el siglo XI durante la Dinastía Aftásida. Cuenta con tres puertas principales: Puerta del Capitel y Puerta del Alpéndiz, ambas almohades; y puerta de Carros o de Yelbes posiblemente construida sobre una puerta anterior a dicho periodo. Cuenta también con un portillo, el llamado de La Coracha o del Río. Entre los numerosos torreones de refuerzo de las cortinas amuralladas, y las torres avanzadas de vigilancia (torres albarranas), cabe recordar las del Ahorcado, y las Siete Ventanas, además de la del Alpéndiz. Otras, pertenecen ocultas tras las edificaciones que se fueron adosando a la fortificación en distintas épocas. En el interior de la Alcazaba se mantuvo todo el caserío que constituía la ciudad, a excepción del importante arrabal del noroeste, hasta el siglo XV. Encerradas en tal ámbito, y según la bibliografía tradicional, parece ser que existieron tres mezquitas, convertidas posteriormente en iglesias bajo las advocaciones de San Pedro; Santiago (ya desaparecida); y Santa María de Calatrava o de los Freyres. Ibn Marwan levantó la Mezquita Mayor que se convirtió después de la conquista de Alfonso IX de León en catedral durante ciertos períodos, también llamada "La Obispal", o "La See", con culto hasta finales del siglo XVIII. Se alzaron asimismo en el interior de la Alcazaba suntuosos palacios, como el de los monarcas árabes de la dinastía aftásida, y mas tarde el renacentista de los Duques de Feria, o de los Condes de la Roca, buen ejemplo de residencia señorial fortificada, con un bello claustro mudéjar, y donde en la actualidad se halla instalado el Museo Arqueológico Provincial. Como expresión de la arquitectura militar-asistencial del siglo pasado, debe mencionarse el complejo del Hospital Militar, existente también en el recinto árabe. La panorámica que se domina desde la parte norte de la Alcazaba, merece por si sola la visita a este monumento (Ayuntamiento de Badajoz).
La Alcazaba árabe domina, desde su ubicación en lo alto del cabezo de "La Muela" al resto de la ciudad. El califa almohade Abu Yacub Yusuf, con residencia en Sevilla, mandaría edificar la Alcazaba en el año 1169, tal como hoy se conoce, convirtiéndose esta plaza en una de las más importantes de la Península Ibérica por su situación estratégica y defensiva.
Torres de planta cuadrangular refuerzan los lienzos de muralla, de entre ellas la de la Atalaya se ha convertido en emblema pacense, conocida popularmente como "Espantaperros".
Esta torre es de época almohade, aunque el campanario que la remata, es obra mudéjar del s. XVI.
De las puertas conocidas con los nombres de Coraxa, Carros, Apéndiz y Capitel, destacan estas dos últimas, totalmente opuestas en su situación sobre la muralla. La denominada Capitel, le debe su nombre al capitel romano que se encuentra empotrado en la parte alta del arco de herradura apuntado, que tiene en su entrada.
Esta Alcazaba contó con tres mezquitas, una de las cuales se convirtió en templo cristiano con el nombre de Santa María del Castillo, hasta el siglo pasado.
La Alcazaba de Badajoz fue declarada Monumento Histórico-Artístico en el año 1931 (Diputación Provincial de Badajoz).
Erigida en la segunda mitad del siglo XVII para reforzar las defensas de Badajoz con ocasión de las guerras de separación de Portugal de la Corona de España, entre 1640 y 1668, su disposición respetó la Alcazaba árabe, a la que se adosa en sus arranques por los extremos NW y SE. La obra esta fabricada en piedra, ladrillo, y hormigón de cal, con refuerzo de sillares en distintos puntos, y constituye un completo sistemas de murallas y todos los demás elementos complementarios propios de este modelos de fortificación representando un acabado e insuperable ejemplo de ingeniería militar de la época. Contaba la muralla con ocho baluartes, todos dispuestos hacia el sur, al estar la defensa por el norte garantizada por los ríos Guadiana y Rivilla. Los baluartes, comenzando por el extremo de Levante, son los siguientes:
1) San Pedro, junto a la Puerta de Mérida.
2) La Trinidad, en la que se abre la puerta del mismo nombre.
3) Santa María, o de la Laguna, donde más tarde se erigió el colegio de "Los Pinos", o Lope de Vega.
4) San Roque, donde a mediados del siglo Pasado se construyó la Plaza de Toros Vieja y actualmente se levanta el Palacio de Congresos.
5) San Juan, o de la Bomba, donde se ubicó en el siglo XVII el Cuartel de Caballería. Entre los dos últimos se abre la puerta del Pilar, antes llamada de Jerez, o Santa Marina. Este baluarte no existe en la actualidad.
6) de Santiago, o de los mixtos, donde existió un polvorín, y posteriormente se colocó el monumento al General Menacho, que heroicamente perdió la vida defendiendo la ciudad de los franceses, y donde actualmente se encuentra el Parking del mismo nombre.
7) San José, donde se sitúa el Cuartel de la Policía.
8) San Vicente, donde se construyó la Escuela de Artes y Oficios "Adelardo Covarsí", hoy Instituto Politécnico.
Distintos hornabeques y medias lunas o lunetas, semibaluartes, taludes, fosos, glacis, escarpas y contraescarpas, cañoneras, caponeras, pasos cubiertos, garitas angulares, y otros elementos, completaban el cerco amurallado principal. Mencionemos, entre las fortificaciones complementarias, los fuertes de San Cristóbal, Cabeza del Puente de Palmas y Pardaleras; semibaluartes de Puerta de Palmas; polvorines de San Vicente, Santiago, San Roque, y San Gabriel; y los revellines la luneta de San Roque, la Picuriña y Verlé o de Orinaza, frente al fuerte de San Cristóbal. Las tres puertas principales originarias del sistema fueron las citadas de la Trinidad, el Pilar, y Puerta Nueva o de Palmas, pasando después tal denominación de Nueva a la abierta tras el Palacio de Godoy, a finales del siglo XVII. Parecidos sistemas dispusieron los portugueses en Olivenza y Elvas. Estos dos, junto con los de Cádiz, Pamplona, y pocos lugares más, son las únicas realizaciones similares parangonables al formidable sistema Fortificación abaluartada de Badajoz (Ayuntamiento de Badajoz).
El sistema Vauban estaba constituido por una serie de elementos defensivos como fuertes, baluartes, semibaluartes, revellines, lunetas y fosos, que lo hacían prácticamente inexpugnable. La muralla Vauban, que suplantó a la medieval, respetó, sin embargo, a la Alcazaba. La Fortificación consta de varias puertas: Trinidad, Puerta del Pilar... (Diputación Provincial de Badajoz).
Resulta la más monumental y destacada de las torres albarranas de la Alcazaba. Llamada en lo antiguo de la Atalaya, en la actualidad resulta mas conocida por el apelativo popular de Torre de Espantaperros, derivado del agudo tañido de una campana que en otro tiempo poseyó. Su fisonomía resulta muy característica siendo considerado uno de los monumentos más representativos de la ciudad. Su estructura monumental recuerda a la de la sevillana Torre del Oro, que aunque de mayores proporciones, es preciso recordar que resulta posterior a la de Badajoz, y edificada tomando a ésta como modelo. Construida en argamasa y tapial, alcanza los 30 metros de altura. Su planta es octogonal, coronada por un cuerpo cuadrangular, avanzado unos 25 metros sobre la cerca principal, a la que se une mediante un lienzo amurallado, habiendo servido en otro tiempo para vigilar y dominar el arrabal de La Galera, que se extendía a sus pies. Adosado a la torre se encuentra en la actualidad un edificio del siglo XVI, conocido también como La Galera, que ha servido sucesivamente como ayuntamiento, pósito o panera, hospicio, cárcel, y finalmente Museo Arqueológico, hasta la fecha bien reciente. En su entorno se desarrolla un bello jardín, aprovechando diversos restos arqueológicos (Ayuntamiento de Badajoz).
Se trata del monumento quizá más representativo de la ciudad. Consiste en una puerta dispuesta frente al Puente de Palmas, flanqueada por dos sólidos torreones cilíndricos coronados de almenas, y rodeados en la parte superior y en la base por sendos cordones decorativos. La fachada que mira al río se estructura mediante un doble arco de medio punto con casetones, medallones, y otros elementos decorativos de gusto renacentista como el escudo imperial de Carlos V, mientras que por otro lado queda resuelta de forma mas compleja, por medio de un cuerpo adosado del que forman parte una terraza y una triple hornacina, posiblemente posteriores a la fábrica original. En la cara exterior reza una inscripción donde se alude a la fecha de 1551 siendo príncipe Felipe II y emperador Carlos V, según consta en la correspondiente inscripción. Durante un tiempo fue conocida como "Puerta Nueva", hasta que tal denominación pasó a corresponder a otra entrada abierta posteriormente en las proximidades de la Ermita de Pajaritos. En sucesivas etapas, el entorno de la Puerta de Palmas sufrió numerosas remodelaciones en su ordenación y elementos adyacentes, aunque manteniéndose siempre como punto de acceso fortificado a la ciudad, y más tarde de control a efectos aduaneros y fiscales. Sólo en tiempo reciente perdió esta condición, quedando como monumento exento. Hasta época no muy lejana, los dos torreones de esta puerta fueron prisión real "para los reos de muy graves delitos", según nos informan los documentos (Ayuntamiento de Badajoz).
En origen (S. XIII) se levanta una pequeña ermita en honor a San José, debido a la llegada de los cristianos con el rey Alfonso IX de León. Fue sede de la Cofradía de San José fundada en 1.556. Durante la Guerra de Independencia (S. XIX) la ermita fue bombardeada y en declive durante los sucesivos años, hasta que en 1.917 se levanta el actual convento, de estilo neogótico, y ocupado por las Madres Adoratrices Esclavas del Santísimo y de la Caridad (Ayuntamiento de Badajoz).
Fundado por Doña Leonor Laso de la Vega y Figueroa en 1.518, ha servido como refugio para otras comunidades religiosas (Clarisas franciscanas). Es preciso mencionar que ostenta el monasterio el título de “Real” desde el siglo XVIII (1.771), pasando a llamarse “Real Monasterio de Santa Ana” desde aquel momento. De su interior, destacar un precioso claustro mudéjar con pinturas de los Estrada y los Mures (S. XVIII y XIX) y las importantes obras que alberga en su museo religioso (Ayuntamiento de Badajoz).
Convento de Nuestra Señora de la Merced, conocido popularmente como “Las Descalzas”. Parece ser que la fundación se debió a Fray Simón de Sousa en el siglo XIV. Se tienen noticias de que en el último cuarto del siglo XVI (1.573) las Madres Clarisas se encontraban ya en su antiguo convento, situado en lo que hoy es el Hospital Provincial de San Sebastián, hasta que se realiza un cambio de ubicación para albergar allí el citado hospital y marcharse las religiosas a unas casas cerca del Real Convento de San Onofre, entorno a la actual calle Menacho (1.674). La sencillez y el clasicismo son dos características que definen la fachada del convento. La Virgen de la Merced es la advocación principal del convento (Ayuntamiento de Badajoz).
Fundado según la regla de Santa Teresa. Sobre el anterior beaterio Nuestra Señora de los Ángeles, o de San Antonio. Reducida Capilla edificada en los inicios del siglo XVIII, y ampliada posteriormente, de muy modesta presencia interior, pero de profundo atractivo en la sencillez de sus contenidos (Ayuntamiento de Badajoz).
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