Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

   Otra Experiencia con ExplicArte Sevilla :     La intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla" , presentado por Ch...

viernes, 11 de julio de 2025

Un paseo por la calle San Benito

     Por amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle San Benito, de Sevilla, dando un paseo por ella
     Hoy, 11 de julio, Fiesta de San Benito, abad, patrono principal de Europa, que, nacido en Norcia, en la región de Umbría, pero educado en Roma, abrazó luego la vida eremítica en la región de Subiaco, donde pronto se vio rodeado de muchos discípulos. Pasado un tiempo, se trasladó a Casino, donde fundó el célebre monasterio  escribió una Regla, que se propagó de tal modo por todas partes que por ella ha merecido ser llamado "Patriarca de los monjes de Occidente". Murió, según la tradición, el veintiuno de marzo (547) [según el Martirologio Romano reformado por mandato del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II y promulgado con la autoridad del papa Juan Pablo II].
      La calle San Benito es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de la Calzada, del Distrito Nervión; y va de la calle Luis Montoto, a la calle Lictores
      La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
     También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
     Un padrón de 1665 recoge la existencia de "la calle espaldas de San Benito"; en fecha imprecisa pasó a llamarse Dormitorio de San Benito, ya que hacia ella abrían las habitaciones de los religiosos del convento; más tarde, con seguridad al menos desde 1844, se acortó en la forma que hoy se mantiene. La calle forma un ensanche en la con­fluencia con Lictores, que ocasionalmente ha recibido la denominación de plaza de San Benito. Se formó a partir de la fachada lateral de la iglesia y monasterio de San Benito, cuyas tapias han conformado hasta fecha reciente prácticamente toda su acera par. Este, inicialmente bajo la advocación de Santo  Domingo de Silos, fue fundado en el s. XIII en el punto que hoy ocupa, en solares donados por Alfonso X. El monasterio permaneció como una edificación aislada y
alejada de la ciudad durante varios siglos, pero sirvió de punto de referencia y apoyo para el arrabal de la Calzada (v. Campo de los Mártires), que se fue formando extramuros a fines del s. XVII y comienzos del XVIII. Con pocas variaciones, San Benito ha conservado hasta la actualidad el mismo traza­do que puede apreciarse en la cartografía del s. XIX; calle de trazado rectilíneo y estrecho, con ligera pendiente en ascenso desde Luis Montoto, y que se abre formando una plazuela en la confluencia con Lictores. A principios de esta centuria (1914) este en­sanche fue dotado con una fuente-farola y se instalaron varios pies de árboles en su alrededor, reforzándose así su carácter de plazuela; progresivamente fue deteriorándose, los pies de árboles se perdieron y la fuente ya no estaba en aquel lugar en los años cua­renta. Fue adoquinada y dotada de aceras en la década de 1910, y el alumbrado eléctrico instalado en 1943.
     Actualmente su calzada continúa pavimentada con piezas de adoquín de gran tamaño y mal estado de conservación, por lo que no deben haber sido sustituidas desde­ principios de siglo: cuenta con farolas adosadas a las fachadas. La calle ha sido sometida a una nueva alineación y, salvo una parcela esquina a Luis Montoto, toda la acera par ha sido retranqueada hasta la nueva alineación. Ademár se encuentra incluida dentro del Plan Especial la Calzada que prevé un nuevo trazado para la parte interior de la calle que supondrá la eliminación de la histórica plazuela y su comunicación con Campo de los Mártires a través de Alerce, que es también ensanchada dentro de esta modificación del trazado viario. La acera par se inicia, como queda dicho, con la fachada lateral de la Iglesia de San Benito (v. Luis Montoto) y una tapia anexa al mismo; varias casas de vecinos de dos plantas, en deficiente estado de conservación pero ha­bitadas, se levantan en la confluencia con Lictores. En la acera impar se conserva una casa con entrada por Luis Montoto y fuera de alineación, que deberá ser demolida; tras ella y hasta la confluencia con Lictores, hay varios bloques entre medianeras de cinco plantas. Las viviendas de la parte final de la calle de una y otra acera se verán afectadas por la nueva alineación aprobada y en conjunto toda la calle ha de experimentar un profundo cambio, morfológico y social, a partir de la remodelación urbanística a la que se encuentra sometida en la actualidad [Josefina Cruz Villalón, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].          
Conozcamos mejor la Historia, Leyenda, Culto e Iconografía de San Benito, abad;
HISTORIA Y LEYENDA
   Los diálogos de San Gregorio Magno son la fuente principal y casi única de su biografía.
   Nacido hacia 480 en la provincia de Norcia (también, aunque de empleo menos frecuente, “Nursia”, ciudad de la provincia de Perusa), en Umbría, era hermano gemelo de Santa Escolástica.
   Hacia el año 500 se retiró a una gruta llamada Sacro Speco, cerca del lago de Subiaco, para llevar una vida de ermitaño.
   En 528, a mitad de camino entre Roma y Nápoles, fundó el monasterio del monte Cassino (Montecassino), sobre una antigua acrópolis consagrada en la antigüedad al culto de Júpiter. Allí compuso la regla de la orden de los benedictinos, y allí murió en 547.
   Sobre esta trama histórica el ingenio de los monjes y la imaginación popular bordaron adornos que Santiago de Vorágine recogió cuidadosamente en su Leyenda Dorada, de la que tomaron sus temas los artistas.
   En principio fue el milagro del tamiz partido. Cuando a su nodriza se le cayó un tamiz, él tomó las dos mitades y las volvió a unir sin que quedara huella alguna de su fractura.
   Cuando vestía hábito monástico, se retiró a la caverna del Sacro Speco donde era aprovisionado por el monje Romano, que le bajaba el pan en un cesto atado a una cuerda, y le avisaba con el sonido de una campanilla. Satán rompió la campanilla.
   Como no consiguió rendirlo por hambre, el diablo desató contra él las tentaciones carnales. Hizo aparecer una mujer que encendió su concupiscencia. San Benito rodó desnudo entre las zarzas espinosas que rodeaban la gruta, expulsó la codicia sensual mediante las llagas de su carne, y así se impuso al pecado.
   Elegido abad del monasterio de Vicovaro, por su rigor se atrajo el odio de los monjes que envenenaron su comida. Pero escapó a la tentativa de envenenamiento haciendo la señal de la cruz sobre el vaso que se quebró de inmediato en pequeños fragmentos, como si lo hubiese golpeado una piedra, mientras un cuervo se llevaba el pan envenenado en el pico.
   Salvó al monje Plácido, su discípulo, cuando estaba a punto de ahogarse, enviando en su auxilio a San Mauro, quien sostenido por su bendición, lo salvó de la muerte caminando sobre el agua.
   En el monasterio sólo quedaban cinco panes, pero al día siguiente, ante la puerta de la celda de San Benito se encontraron cien moyos (medida antigua de capacidad que equivale a ocho cántaros o ciento veintinueve litros) de harina.
   Totila (rey de los ostrogodos de Italia, que se confunde con frecuencia con Atila, rey de los hunos), rey de los godos, intentó engañarlo sin éxito, cuando delegó a uno de sus oficiales disfrazado de rey.
   Su hermana Santa Escolástica, a punto de morir, le impidió partir desencadenando una tormenta y haciendo caer una lluvia torrencial. El santo vio el alma de su hermana ascender al cielo en forma de paloma.
   Cuando murió su alma también ascendió al cielo en un chorro de luz. Como el profeta Elías en su carro de fuego.
CULTO
   Patrón de la orden de los benedictinos, de los conventos de Subiaco y del monte Cassino, San Benito es un santo más monástico que popular.
   Sus reliquias, transportadas en 672 desde Montecassino a la abadía de Fleury, en Francia, que adoptó el nombre de Saint Benoît sur Loire, nunca atrajeron tantos peregrinos como las de San Martín de Tours o las de Santiago de Compostela.
   En verdad, su autenticidad siempre ha sido cuestionada por los italianos quienes creen haber encontrado los auténticos huesos de San Benito y de su hermana Escolástica en Montecassino, en 1950.
   Se lo invocaba contra el veneno, la erisipela y sobre todo contra los cálculos de los que habría curado al emperador de Alemania, Enrique II. También se recurría a su intercesión para obtener la gracia de una buena muerte.
ICONOGRAFÍA
   Se lo representa ya imberbe, ya barbudo. Vestido con una cogulla negra de benedictino. No obstante, en los cuadros encargados por los benedictinos reformados, cistercienses, camaldulenses y olivetanos, aparece con una túnica blanca. 
   Sus atributos son un tamiz partido, varas con las que habría corregido a un monje, una copa de la que escapa una serpiente venenosa, alusión a la tentativa de envenenamiento de los monjes  de Vicovaro (comparte este atributo con San Juan Evangelista) y finalmente un cuervo que se lleva el pan envenenado en el pico. Se observará que a diferencia del cuervo proveedor de San Pablo ermitaño, que le lleva el pan cotidiano, el de San Benito retira un pan envenenado.
   Para diferenciar su copa envenenada de la de San Juan, los escultores alemanes del siglo XVIII hacen salir de ella dos pequeños serpientes (Louis Réau, Iconografía del Arte Cristiano. Ediciones del Serbal. Barcelona, 2000).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle San Benito, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

La calle San Benito, al detalle:
    Retablo cerámico de Nuestro Padre Jesús en su Presentación al Pueblo
    Retablo cerámico de San Benito, abad
    Retablo cerámico del Santísimo Cristo de la Sangre
    Retablo cerámico de Nuestra Señora de la Encarnación
Residencia de las Hermanitas de los Pobres

No hay comentarios:

Publicar un comentario