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miércoles, 9 de julio de 2025

El edificio de oficinas Sevilla I, de Felipe Medina Benjumea, Fernando Villanueva Sandino, Luis Gómez Estern, Manuel Trillo de Leyva, OTAISA (Oficinas Técnicas de Arquitectura e Ingeniería, SA)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Edificio de Oficinas Sevilla I, de Felipe Medina Benjumea, Fernando Villanueva Sandino, Luis Gómez Estern, Manuel Trillo de Leyva, OTAISA (Oficinas Técnicas de Arquitectura e Ingeniería, SA), de Sevilla.  
     El edificio de oficinas Sevilla I, se encuentra en la avenida San Francisco Javier, 24; en el Barrio de La Buhaira, del Distrito Nervión.
     Es probablemente el edificio de oficinas que más impacto causó en la Sevilla que despertaba al desarrollismo de la década de los setenta, por su inusual modernidad en la concepción estructural, tipológica y constructiva de la edificación. 
     Con una planta libre, en la que sus autores definían los lugares que ocupaban los espacios necesarios de circulaciones y los recorridos precisos para el trazado de las redes de infraestructuras que necesitaban estos edificios, el resto de la planta quedaba a la libre disposición de los futuros ocupantes del mismo (1000 empleados, con una superficie por empleado de 14,43 m2), que aprovechando la versatilidad del proyecto podían delimitar la superficie que precisaban a base de la ordenación del módulo. La propiedad solicitó a OTAISA luz natural Norte y Sur, y que la edificación se cerrase a Este y Oeste.
     La edificación que alcanza los 34,98 metros en su cubierta plana, con fachada principal a Ramón y Cajal de 55 metros de longitud, tiene 11 plantas de 3,18 metros de altura (2,75 metros libres), con una crujía de 21,60 metros de anchura, con oficinas orientadas Este-Oeste en planta diáfana con 7 metros de luz, y con un local en su fachada Sur de menos de 12 metros de ancho, que llega a unos cinco metros de la línea de fachada, siendo ciego a la misma según exigían las ordenanzas municipales. En este núcleo Sur se establecieron las comunicaciones verticales (tres ascensores de 10 personas y 1,5 m/sg, con un recorrido total de 38,40 m.) y los servicios sanitarios, así como los conductos verticales de instalaciones. La superficie total de oficinas es de 10.830,00 m2; la de espacios generales de 699,67 m2; de 1.871,00 m2 la superficie de espacios comunes y de 5.615,30 m2 la de aparcamientos.
     La planta baja se situó a 1,50 metros sobre la cota de la acera de la Avenida Ramón y Cajal, para resguardar cierta privacidad de vistas en dicha planta. Un semisótano y un sótano dedicado a zonas generales de la comunidad de oficinas y aparcamientos completan la superficie construida.
      El acceso público se realiza por la zona Sur, al nivel de la planta baja. El de vehículos se proyectó en semisótano por una calzada de servicio paralela a Ramón y Cajal. Entre semisótano y sótano hay 204 puestos de aparcamientos, junto a las 83 plazas en la urbanización (se buscó la proporción de una plaza por cada tres trabajadores).
     El espectacular juego rítmico que ofrece la fachada (con modulación de 1,75 metros), estudiada en Inglaterra por Manuel Trillo (por petición expresa de Felipe Medina) antes de decidirse a utilizarla en esta construcción, es sin duda el elemento más definitorio del éxito logrado en el edificio, con unos paneles prefabricados de hormigón, que sirven de encofrado a la propia estructura, cuya forma posibilitaba ubicar los elementos de instalaciones que precisaban los diferentes módulos de oficinas. El acristalamiento doble de los huecos disminuye el aporte calorífico de unas ventanas correderas de 3,5 metros con hojas de 1,75 alternadas con cuerpos fijos de 1,75 metros. 
     El edificio, con su imponente presencia en el cruce de las Avenidas de San Francisco Javier y Ramón y Cajal, sabe labrar el espacio de su amplia parcela con el acertado quiebro con el que da respuesta diferenciada a las zonas indefinidas de su planta que conforman el paralelepípedo perforado con respecto al cuerpo cerrado que aloja los elementos invariables de las circulaciones verticales.
     La liberación de la pieza de los límites de la parcela, la ligera elevación de su planta baja respecto a la rasante de las calles y la potencia de un bloque de once plantas de alturas, hablan del compromiso de sus autores por generar un edificio capaz de marcar distancias de una avenidas convertidas en principales ejes de la Sevilla terciaria que nacía en la expansión al Este de la ciudad. Los espacios libres de la parcela reconocen las diferencias de su entorno: se ajardinan hacia la avenida de San Francisco Javier y resuelven los aparcamientos en su lado opuesto.
     La estructura es un sistema reticular de placas aligeradas nervadas en dos direcciones ortogonales, cuyo aligeramiento se consigue mediante la inclusión de elementos prefabricados, prescindiéndose totalmente de la utilización de jácenas como elementos de apoyo. Los pilares son de hormigón armado. La cimentación se proyectó mediante zapatas armadas arriostradas sobre pilotaje y con muros de contención.
     Las delimitaciones entre oficinas se proyectaron para ser resueltas con prefabricados ensamblados de hormigón blanco con aislamiento acústico incorporado. La carpintería exterior, en módulo independiente de 175 cm, de correderas basculante-deslizantes en perfiles de aluminio anodizado en su color. La carpintería interior igualmente prefabricada, con tableros normalizados chapados de laminados plastificados de color liso y bastidor metálico.
     En el exterior los pavimentos se proyectaron de losas de hormigón prefabricado en los accesos de público, con pavimento de goma tipo industrial en las zonas comunes y de paso, y de adoquines de hormigón prefabricado en las zonas de rodadura; los techos, absorbentes acústicos en zonas de paso y comunes.
     El edificio es obra de Manuel Trillo bajo el control de Felipe Medina, aunque por motivos fiscales, en OTAISA firmaban los proyectos profesionales que no habían intervenido en su realización, por lo que aparecen citados.
     OTAISA, las Oficinas Técnicas de Arquitectura e Ingeniería, es un referente obligado en la ciudad de Sevilla por haber proyectado algunos de los mejores ejemplos de su arquitectura racionalista. La asociación de Felipe y Rodrigo Benjumea, Luis Gómez Estern y Alfonso Toro tuvo como resultado la fundación de OTAISA a finales de la década de los cuarenta. En la Oficina destacaba la capacidad de realizar proyectos en equipo, por parte de un grupo de profesionales que enlazaban varias generaciones, aportando los jóvenes de la segunda generación de OTAISA (Manuel Trillo, Luis Fernando Gómez Estern y Fernando Villanueva) la capacidad de renovación, formal e ideológica, a unos veteranos que bajo el control de Felipe Medina, las aceptaban, capaces como habían sido estos arquitectos de proyectar edificios tan interesantes como la Estación de autobuses y viviendas de El Prado de San Sebastián (1938-44), la Casa Lasarte en la Palmera (1939-43), la Universidad Laboral o los bloques de La Estrella. Julio Tirado, Juan Luis Trillo, Gonzalo Díaz Recaséns, Francisco Barrionuevo, Víctor Pérez Escolano y Fernando Mendoza se incorporan más tarde como casi una tercera generación de arquitectos de la Oficina.
     En el entorno del edificio Sevilla I, en cuya última planta se instalan las Oficinas tras el traslado desde su anterior ubicación en calle Diego de Riaño, se proyecta también por parte de OTAISA la sede social de la Compañía Sevillana de Electricidad, la Facultad de Económicas y Empresariales, las viviendas de SAIRU que cierran El Prado de San Sebastián, los apartamentos Huerta del Rey y diversas actuaciones en la Fábrica de Cruzcampo.
     El Anteproyecto se redacta en julio de 1969. El Presupuesto total del proyecto era de 46.379.396,05 ptas (noviembre de 1969). El Fin de obra se firma el 11 de septiembre de 1972.
     Medina Benjumea, Felipe (1910- titulado 1934-1993)
     Trillo de Leyva, Manuel (1941- titulado 1966-2006)
     Villanueva Sandino, Fernando (1943- titulado 1968-1992)
     Gómez-Estern Sánchez, Luis Fernando (1942- titulado 1967)
     Orbe Cano, Ángel ("- titulado 1960-") (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El edificio Sevilla 1 se constituye como un hito a varias escalas.
     Por un lado, como hito empresarial e inmobiliario, al tratarse de un modelo de oficinas inusual en la ciudad de Sevilla, basado en la posibilidad de disponer de espacios profesionales modulados de diferente tamaño, adaptados a las necesidades de cada empresa interesada, con zonas de servicio de uso común adecuadas al desarrollo de la actividad que contenía.
     Por otro lado, un hito urbano, una pieza reconocible como referente, con un nuevo concepto de barrio donde el sector terciario cogía fuerza frente a la predominancia del uso exclusivamente residencial, en torno a un nuevo e importante eje urbano, generador de una de las trasformaciones más importantes de la ciudad de la segunda mitad del siglo XX, donde se produce un nuevo modelo de ciudad.
     Por último, supone un hito desde el punto de vista de su diseño y construcción, ya que introduce modelos de ejecución importados desde Europa y los EE.UU. El edificio es un contundente volumen de once plantas, cuyo eje se orienta de norte a sur y sus fachadas principales a este y oeste. Su planta es diáfana, modulable y flexible, con un posible pasillo de distribución central y un núcleo de comunicaciones y servicios en su lado sur que, como elemento volumétrico diferenciado, configura la esquina de cruce de dos importantes vías y el acceso al edificio desde ese punto.
     El aspecto más reconocible del edificio es sin duda el sistema constructivo de las fachadas, realizadas con una pieza repetitiva de hormigón prefabricado que alberga el hueco tipo y que genera un juego rítmico modulado en todas las fachadas. Este módulo sirve, además, de encofrado para la estructura, realizada con un sistema de placas aligeradas nervadas en dos direcciones, sobre pilares de hormigón que se apoyan en zapatas arriostradas sobre pilotes y muros de sótano.
     En este sentido, la influencia de modelos basados en la prefabricación usados en los EE.UU., en especial por Marcel Breuer en algunos de sus edificios de oficinas, así como en arquitecturas brutalistas británicas, sirven para introducir un sistema de industrialización arquitectónica no conocido hasta ese momento en Sevilla y poco usado en España, salvo por Miguel Fisac o Moreno Barberá en algún edificio (Juan Manuel García Nieto, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Edificio de Oficinas Sevilla I, de Felipe Medina Benjumea, Fernando Villanueva Sandino, Luis Gómez Estern, Manuel Trillo de Leyva, OTAISA (Oficinas Técnicas de Arquitectura e Ingeniería, SA), de Sevilla. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.

Más sobre la avenida San Francisco Javier, en ExplicArte Sevilla.

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