Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

   Otra Experiencia con ExplicArte Sevilla :     La intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla" , presentado por Ch...

sábado, 20 de diciembre de 2025

El Estanco de Naranjito, en El Saucejo (Sevilla)

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte el Estanco de Naranjito, en El Saucejo (Sevilla)
     El inmueble constituye una dependencia de la primera crujía de una vivienda. 
     Los materiales constructivos empleados son piedra, cal, arena y yeso;  madera y cañizo; ladrillos, azulejos, baldosas, cristal e hierro. Los elementos sustentantes son los muros maestros de mampostería. El entresuelo es de cielo raso. El suelo es de baldosas de cemento hidráulico. Hay una puerta incluida en el mobiliario que comunica la tienda con el almacén y la vivienda (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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Más sobre la localidad de El Saucejo (Sevilla), en ExplicArte Sevilla.

El Hogar Virgen de los Reyes, de Antonio Delgado Roig

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Hogar Virgen de los Reyes, de Antonio Delgado Roig, de Sevilla.      
     El Hogar Virgen de los Reyes, se encuentra en la calle Fray Isidoro de Sevilla, 1; en el Barrio León XIII-Los Naranjos, del Distrito Macarena.
     El Hogar Virgen de los Reyes es un complejo municipal para uso docente y asistencial, de grandes dimensiones. Ocupa la mayor parte de una gran manzana situada a corta distancia de las murallas que rodean el caso histórico de la ciudad en su sector norte. El centro de la planta, siguiendo el eje norte-sur, está configurado por dos grandes patios, uno de ellos ocupado por la iglesia. De ambos lados de este cuerpo central parten una serie de pastillas edificadas que, en el lateral oeste, conforman una retícula geométrica claramente definida por cuatro patios de marcada forma rectangular.
     La fachada de todos los edificios es de ladrillo visto, y su imagen urbana se caracteriza por la sequedad extrema de sus formas: un conjunto de prismas puros homogéneamente salpicados por un mismo módulo de ventana que se repite continuamente. Tan sólo en las plantas bajas, donde aparecen una serie de dobles arcos rebajados sobre el plano de ladrillo, y en la fachada de la iglesia, con su portada barroca, la ausencia total de decoración es suplida por elementos arquitectónicos que son, paradójicamente, de origen historicista (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     El Centro Social Hogar Virgen de los Reyes, se encuentra ocupando parte del Centro Social Municipal “Hogar Virgen de los Reyes” como espacio y equipamiento diferenciado del mismo. Se define como un Centro destinado a la prestación y facilitación a la comunidad usuaria de acciones y/o programas sociales tales como talleres, cursos, reuniones, actos y otros eventos organizados con la finalidad de contribuir a la obtención de una mejor calidad de vida de las personas usuarias y bienestar social de las mismas.
     Constituye objetivo general del Centro Social Polivalente Hogar Virgen de los Reyes ofrecer un equipamiento público adecuado a la comunidad usuaria, organizaciones ciudadanas, entidades sociales y a otras instituciones de carácter público o gubernamental, todas sin ánimo de lucro, que desarrollen proyectos o actividades de interés social en el ámbito local así como a todas las personas que accedan a su uso y disfrute de conformidad con lo establecido en el presente reglamento.
     El Centro Social Polivalente Hogar Virgen de los Reyes cuenta, como infraestructura material básica, con las siguientes instalaciones:
        Unidades de gestión administrativa
        Servicios a la comunidad.
        Salón de actos.
        Salas de talleres.
        Salas de formación y usos varios.
        Salas de reuniones.
     Relación de proyectos que se desarrollan en sus instalaciones:
        Unidad de Estancia Diurna Macarena, de la Asociación Alzheimer Santa Elena. Colectivo destinatario del Proyecto: personas afectadas por la enfermedad, que reciben desde este Centro la atención terapéutica y social necesaria.
        Proyecto de Acciones Formativas en Atención Sociosanitaria a personas en el domicilio, de la Fundación Persan. Colectivo destinatario del Proyecto: ciudadanía en situación de dificultad social con escasos recursos formativos, lo que dificulta su inserción laboral.
        Proyecto de Atención Socio-Familiar en la asistencia de pacientes con Esclerosis Múltiple, de la Fundación Pública Andaluza para la Gestión de la Investigación en Salud de Sevilla (sucesora de la entidad Asociación Sanitaria Virgen Macarena desde 2 de Junio 2013). Colectivo destinatario del Proyecto: personas con distintos tipos de patologías, para las que se hace necesaria la aplicación de fisioterapia.
        Servicio Jurídico Integral para Inmigrantes, de la Asociación Prometeo. Colectivo destinatario del Proyecto: personas usuarias de los Servicios Sociales que necesitan asesoramiento jurídico.
        Centro Ocupacional para Personas con Discapacidad Intelectual, de la Asociación Trabajando por el Mañana. Colectivo destinatario del Proyecto: personas con discapacidad cognitiva adultas.
        Proyecto de Intervención para Personas Desfavorecidas y Unidad de Día de Mayores, de Avanza Empresa de Inserción S.L. Colectivo destinatario del Proyecto: los colectivos más vulnerables de las distintas barriadas que comprenden la zona Macarena (mayores dependientes, familiares cuidadores, personas desempleadas, excluidas socialmente, familias con menores a su cargo).
    
    Centro de Encuentro y Acogida para personas con problemas derivados de abuso de drogas en situación de grave marginalidad social, de la Asociación Nazarena de Terapia de Apoyo, Rehabilitación e Inserción Social (ANTARIS). Colectivo destinatario del Proyecto: personas sin hogar con problemas de adicción.
        Programa de Rehabilitación Integral para enfermos de Parkinson y sus familiares/cuidadores y Unidad de Estancia Diurna específica para Enfermos de Parkinson, de la Asociación de Enfermos de Parkinson Andaluces (A.E.PA de Sevilla). Colectivo destinatario del Proyecto: personas enfermas de párkinson.
        Centro de Día de Baja Exigencia "Rincón del Encuentro" para Personas sin Hogar, de la Fundación Red de Apoyo a la Integración Sociolaboral (RAIS). Colectivo destinatario del Proyecto: personas sin hogar.
        Proyecto Centro de Día para personas sin hogar con trastorno mental grave en la ciudad de Sevilla, a la entidad Asociación de Familiares de Personas con Trastorno Mental Grave (ASAENES). Colectivo destinatario del Proyecto: personas sin hogar enfermas mentales (www.sevilla.org).
Conozcamos mejor la Biografía de Antonio Delgado Roig, autor de la obra reseñada;
     Antonio Delgado Roig. Sevilla 1902 - 2002.
     Antonio Delgado Roig fue uno de los últimos representantes del regionalismo sevillano e introductor del estilo racionalista en las viviendas. Realizó sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, donde obtuvo el título en 1929. Durante su periodo de formación trabajó en el estudio de Juan Talavera Heredia. Obtiene el Doctorado en Arquitectura en 1961 cuando se crea este grado académico.
     Fue arquitecto interino del Ayuntamiento de Sevilla en 1936 y titular por oposición desde 1943; Catedrático de Perspectiva de la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, donde cesa al ganar la oposición como arquitecto Jefe de Servicio del Ayuntamiento de Sevilla, puesto en el que permanecerá hasta su jubilación en 1972.
     Creó su propio estudio en Sevilla que compartió desde 1931-72 con su compañero y amigo Alberto Balbontín Orta. Son obras conjuntas, realizadas en Sevilla, la reforma del Museo de Bellas Artes, la antigua Facultad de Medicina y la anterior Escuela de Bellas Artes de la calle Gonzalo Bilbao. Pero las obras más conocidas del arquitecto son la Ermita del Rocío en Ayamonte, Huelva, y la Basílica del Gran Poder de Sevilla.
     Fue galardonado en 1989 con la Medalla de honor de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría y la Medalla de oro de la Asociación de las Academias de Bellas Artes de Andalucía en 1994. El investigador Feliciano Robles Blanco lo incluye en la lista de arquitectos ilustres sevillanos en su estudio de 2018.
     Antonio Delgado fue contratado puntualmente por el INC junto con los arquitectos. Alberto Balbontín de Orta, Alberto Balbontín Polledo y Pablo Arias García para realizar los proyectos de los poblados de Pinzón, Trajano y Chapatales en la zona Regable del Bajo Guadalquivir de la provincia de Sevilla en los años 1962-63 (Ricarda López González, y Rosa M. Toribio Ruiz, Los pueblos de colonización de la provincia de Sevilla. Arquitectura y Arte. Diputación de Sevilla y Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Sevilla, 2020).
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Más sobre la calle Fray Isidoro de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.

Relación de Maquetas que podemos contemplar en el Hogar Virgen de los Reyes:
Atarazanas Reales
- Basílica del Señor del Gran Poder
Caños de Carmona
- Capilla de la Fábrica de Tabacos
- Colegio Alfonso X "El Sabio"
Costurero de la Reina
Fábrica de Tabacos
- Hospital de las Cinco Llagas
- Hospital de la Santa Caridad
- Iglesia Colegial del Divino Salvador
- Iglesia de San Benito
- Iglesia de San Bernardo
- Iglesia de San Jorge
- Iglesia de San Lorenzo
- Iglesia de Santa Ana
Instituto de Higiene del Dr. Murga
Palacio del Marqués de Palomares
- Palacio de San Telmo
Palacio de Sánchez Dalp
Pasarela
- Plaza de San Lorenzo
Puerta de Carmona
- Real Fábrica de Artillería
- Templete de la Cruz del Campo

viernes, 19 de diciembre de 2025

Los principales monumentos (Iglesia de Santa María, Iglesia de San Gregorio, Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, Ermita de San Isidro, Hospitalillo San Isidro, antiguo Convento de las Dominicas, Ayuntamiento, Centro Cultural, Casa de Luis Chamizo, Casa-Palacio siglo XIX, y Mercado de Abastos) de la localidad de Guareña, en la provincia de Badajoz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Badajoz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Iglesia de Santa María, Iglesia de San Gregorio, Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, Ermita de San Isidro, Hospitalillo San Isidro, antiguo Convento de las Dominicas, Ayuntamiento, Centro Cultural, Casa de Luis Chamizo, Casa-Palacio siglo XIX, y Mercado de Abastos) de la localidad de Guareña, en la provincia de Badajoz.
     Se trata de una población de llano de considerable entidad y carácter predominantemente agrícola que ocupa el extremo más occidental del ámbito dombenitense.
     En su economía, de tradición secularmente campesina destaca la producción de vino, aceite y cereales. Sus naturales son conocidos por el apelativo familiar de piporros.
     Tipo de Entidad: Municipio
     Superficie Término: 283,3 Km2
     Altitud: 285 m.
     Distancia Capital: 83 Km.
     Partido Judicial: Don Benito
     Comarca: Vegas Altas
     Otras Entidades: Torrefresneda, a 26 km. de Don Benito y a 240 m. de altitud.
     Gentilicio: Guareñense
Ayuntamiento de Guareña
     Plaza de España, 1
     06470 Guareña (Badajoz)
     Teléfono: 924350001 - 924350026
     Fax: 924350989
     Web: www.guarena.es
Historia.-
    Se trata de una población de llano de considerable entidad y carácter predominantemente agrícola que ocupa el extremo más occidental del ámbito dombenitense. En su economía, de tradición secularmente campesina destaca la producción de vino, aceite y cereales.
     Los antecedentes del asentamiento parecen remontarse a época prehistórica, contándose con testimonios que evidencian su existencia en las etapas romana, visigoda y árabe. Algunas fuentes la consignan ya en el siglo XIII bajo la denominación actual. En el XV los Reyes Católicos le otorgaron la consideración de "Leal", eximiéndola de la Orden de Santiago a la que pertenecía. Más tarde pasó a integrarse en el Condado de Medellín bajo el Señorío del Conde de Santisteban y finalmente, ya en el XVIII, en el Ducado de Medinaceli. En lo administrativo se hallaba incluida en la provincia de Trujillo, dependiendo en lo eclesiástico de la Diócesis de Plasencia.
     En el aspecto demográfico fue siempre uno de los centros más significados del entorno, y en lo económico de los más prósperos. En el siglo XVI superaba los 2.000 habitantes y los 5.000 a mediados de la centuria pasada. Al comenzar la presente había alcanzado los 7.000 y en 1.930 presentaba 8.500. En la actualidad cuenta con 7.404.
     En lo morfológico y en su naturaleza general, sin dejar de presentar importantes aspectos evolutivos que evidencian su transformación en época moderna. Guareña continúa distinguiéndose como un núcleo fundamentalmente campesino, resultando uno de los centros más representativos de la región en no pocos aspectos y testimonio particularmente expresivo de múltiples facetas de la personalidad secular más característica de Extremadura.
     En el aspecto urbanístico el núcleo más antiguo se focaliza en torno a la iglesia parroquial y el Ayuntamiento, hitos que, según fórmula no habitual, aunque próximos, presiden plazas diferentes. En esa zona se sitúan calles pintorescas de nombres significativos, como Cuesta, Santa María, Derecha, Cuatro Esquinas, y hasta una llamada Castillejos, que parece indicar la existencia pretérita en ese ámbito de algún elemento fortificado del que hoy no se tiene constancia.
     A partir de este foco inicial se ha desarrollado en dirección a levante, generando largas calles que tienden a desembocar en la carretera a Don Benito, en cuyo eje han surgido últimamente importantes instalaciones hosteleras y de otros servicios. Estos nuevos tejidos presentan estructura hipodámica regular. Tanto en ellos como en los antiguos, las edificaciones responden al tipo campesino.
     Las casonas más distinguidas correspondientes a la hidalguía local ostentan potentes recercos de granito y blasones en las fachadas. También son numerosas en las áreas surgidas desde finales del XIX, las muestras de arquitectura modernista y eclecticista, con realizaciones de acusado interés (Diputación Provincial de Badajoz).
Monumentos.-
     Elemento sobresaliente en el aspecto monumental, no sólo en relación con la localidad, sino en el conjunto de la región, es la espectacular iglesia parroquial de Santa María, cuya enorme mole domina el caserío. El templo se alza exento sobre un amplio espacio diáfano que por la parte delantera aparece sobreelevado formando una amplia terraza, lo que contribuye a realizar la visualidad del monumento.
     Constructivamente se trata de edificio de enormes proporciones -75 m. de largo, 35 de ancho y casi 25 de altura- ejecutado con mampostería y sillares, de estilo renacentista conectado con el gótico tardío. La pertenencia de Guareña al ámbito religioso placentino hizo posible la participación en esta gran obra del arquitecto de su Obispado, Gil de Hontañón.
     Se comenzó su construcción en 1.557 bajo trazas y dirección de Sancho Cabrera, el prestigioso alarife trujillano, quien simultáneamente atendía el levantamiento del vecino puente de Medellín. Ello provocó protestas por parte de los responsables de tal obra, quejosos de que el maestro dedicara su atención preferente a la iglesia, por lo que fue retirado de la misma, encomendándosele al maestro local Amador Bernáldez.
     En 1.559 las obras de la iglesia fueron traspasadas a su vez a Rodrigo Gil de Hontañón, siendo asumidas finalmente por Juan de Herrera, a partir de 1.580. La actuación de tan prestigiosas figuras quedó bien reflejada en la suntuosa realización conseguida, cuyo resultado es uno de los templos más espectaculares de la región.
     Al exterior destacan la enorme mole de su cuerpo, la torre y las portadas. La torre, cuya altura sobrepasa en poco a la nave, dada la extraordinaria altura de ésta, cuenta con atractivo tramo superior y remate cupulado. Las tres portadas son de severo y equilibrado diseño clasicista, resaltando por su mayor riqueza compositiva la del costado de la Epístola, cuya traza responde al esquema característico de Gil de Hontañón. La estrecha semejanza con ella de la del Perdón de la parroquial de Santiago, de Don Benito, permite pensar en la participación también en ésta de tal arquitecto..
     El interior se articula mediante una sola nave, cuya enorme espacialidad quizá resulte la mayor de toda la región.
     Consta de cuatro tramos con hermosas bóvedas de terceletes sobre elegantes columnas jónicas y capillas entre estribos; sotocoro con afiligranadas crucerías y cabecera semicircular con cúpula de cuarto de naranja acasetonada, a la que se aneja una gran sacristía con cubierta agallonada, también con casetones. El conjunto resulta impresionante por su espacialidad y composición, ofreciendo una visión artística que en pocos templos se repite. La visita a este monumento justifica por sí sola la visita a Guareña.
     Entre sus contenidos llama la atención el retablo mayor, obra moderna de indudable mérito, realizada entre 1.945 y 1.949 por el artesano local Diego López Cabrera para sustituir al original del siglo XVI destruido en 1.936. Otros retablos menores, tallas, pinturas y una apreciable pintura litúrgica; la pintura mural de Santo Domingo de Guzmán y Santa Catalina de Siena, hoy oculta tras el altar colateral derecho, y otras realizaciones, completan el repertorio artístico de la que sin duda es una de las mejores iglesias extremeñas. En atención a sus valores, en 1.991 fue declarada Monumento Histórico Artístico por la Junta de Extremadura.
     Otros hitos religiosos de interés, aunque de presencia más modesta, son el antiguo convento de monjas dominicas situado en la Plaza Vieja, con preciosa portada granítica a la que sirve de timbre un gran blasón episcopal; y la ermita de San Gregorio, de recoleto atrio porticado sostenido por columnas con capiteles visigóticos. En la misma plaza donde se halla esta ermita se alza el monumento que Guareña dedicó en 1.977 a Don Juan Durán Palomar, pequeño busto en bronce sobre pedestal de granito.
     Entre los edificios institucionales resalta la Casa Consistorial, obra originaria del siglo XVIII a la que en 1.925 se añadió el piso superior. Su fachada, de elegante traza clasicista, presenta arquería granítica, balconada, potente cornisamento y ostentoso ático. Su arquitectura, de severo gusto herreriano, hace del edificio una de las muestras de su especie más señaladas de la región.
     Por delante de ella se abre una hermosa plaza, recientemente remodelada con dudoso gusto, en la que resulta especialmente detonante por su desconexión ambiental la fuente moderna instalada en sustitución de la del siglo XVII que allí existió en otro tiempo.
     Aparte su entidad como gran centro rural de secular abolengo, su inigual iglesia parroquial y demás atractivos, Guareña resulta conocida por ser la cuna de tres poetas de especial resonancia: Luis Chamizo, Eugenio Frutos y Angel Barulio Ducasse. El primero, inseparable del noble componente castúo que constituye uno de los rasgos que mejor identifican a Extremadura, inmortalizó en particular dentro del conjunto de la región a su patria chica en poemas inolvidables, como "La Viña del Tinajero" o el tan conocido "Semana Santa en Guareña", ambos insuperablemente expresivos del alma del labrador de la tierra; ese personaje que se describe así en el estremecedor relato del que puso su vida en fecundar una tierra que pocos consideraban inútil:
Era sangre de otras épocas su sangre;
sus agallas parecían de otros tiempos;
era un hijo d'estas tierras de la raza de
castúos veteranos extremeños (Diputación Provincial de Badajoz).

Iglesia de Santa María.-

     La iglesia de Santa María, el edificio más icónico de Guareña, se erige majestuosamente en la parte antigua y elevada de la localidad. Destaca por sus grandes proporciones que sobresalen sobre el caserío, visible desde cualquier entrada al pueblo. Comienza su construcción en 1557, siendo obispo de la diócesis de Plasencia don Gutiérrez Vargas de Carvajal, las obras no terminarán hasta 1700 con el recrecimiento final de los dos cuerpos y cúpula de la torre, como consta grabado en una de las ventanas de la misma.
     Desde el exterior, su estilo renacentista con toques góticos y platerescos se aprecia en la sillería de granito y la mampostería. La torre de cuatro cuerpos alcanza una altura máxima de 32 metros. La construcción tuvo interrupciones y reformas a lo largo de los años, siendo finalizada en 1700.
     En el interior, la nave central al estilo Reyes Católicos destaca por su amplitud, con columnas jónicas y capillas a ambos lados. El pavimento de mármol blanco y negro forma una labor geométrica. Las cubiertas muestran casetones renacentistas, bóvedas apuntadas y una magnífica crucería gótica. Destaca su retablo mayor que fue diseñado por Diego López Cabrera y realizado en los talleres de Sarriá desde 1945-49 y decorado con las 12 imágenes en lienzo de los 12 apóstoles que pintó Juan Palencia Cortés, vecinos los dos de Guareña. Sucede esto tras haber sido destruido casi por completo el anterior retablo del S.XVII a comienzos de la Guerra Civil española. El templo alberga valiosas reliquias, incluida una custodia barroca de Lima, Perú.
     A pesar de desafíos como el desplome de la bóveda del coro en 1900, la iglesia de Santa María sigue siendo un símbolo sagrado y cultural en Guareña, consagrado nuevamente en 1917 con el apoyo de la comunidad. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1990 (Ayuntamiento de Guareña).

Iglesia de San Gregorio.-
     La iglesia de San Gregorio, inicialmente construida como ermita y posteriormente convertida en parroquia en 1896, está dedicada a San Gregorio de Ostia, antiguo patrón de los labradores. Este edificio del siglo XVIII cuenta con un atrio porticado, caracterizado por una triple arcada sostenida por columnas de capiteles visigóticos y granito, enmarcadas en alfiz, junto con una espadaña flanqueada por un cornisamento con volutas barrocas. Su ubicación se encuentra en la remodelada plaza conocida como “El Santo”, donde se destaca el busto en honor a Don Juan Durán Palomares.
     En su acogedor interior, resalta un retablo barroco procedente del antiguo convento de las Dominicas en la Plaza Vieja. Este lugar es el punto de partida de nuestra Semana Santa, marcado por la procesión de imágenes veneradas en la localidad, como el Cristo del Silencio y María Santísima de la Amargura (Ayuntamiento de Guareña).

Capilla de Nuestra Señora de los Dolores.-

     La Capilla del centenario colegio Nuestra Señora de los Dolores, erigida por Santiago Palmero y bendecida por el Arcipreste nativo de Guareña, D. Prudencio González Parra, presenta un estilo neogótico. Caracterizada por una única nave con arcos de medio punto, la capilla está adornada con un retablo neogótico que destaca por la presencia central de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores (Ayuntamiento de Guareña).

Ermita de San Isidro.-
     La ermita dedicada a San Isidro, el patrono de los labradores, se encuentra ubicada en el pantano San Roque, siendo el lugar donde se rinde veneración al santo y se lleva a cabo una tradicional romería en su honor cada 15 de mayo.
     El Ayuntamiento cedió el terreno para su construcción en 1984, y desde entonces, ha experimentado diversas reformas y mejoras para presentar un edificio sencillo, amplio y luminoso. Destaca por contar con un porche porticado a ambos lados, una rampa lateral y una escalinata de acceso en el centro (Ayuntamiento de Guareña).

Hospitalillo San Isidro.-
     A finales de los años 60, la parroquia de San Gregorio montó un servicio para atender mejor a la formación religiosa de unos de los más típicos y alejados barrios de la feligresía. Se aprovechó un antiguo y viejo caserón que fue propiedad de la Iglesia.
     Allí, con esfuerzo y la ilusión de los mismos vecinos labradores, se pensó en que fuera San Isidro la imagen que la presidiera. Se hicieron gestiones ante la Hermandad Sindical de esta localidad y ésta donó la imagen del Santo que hoy allí se venera (Ayuntamiento de Guareña).

antiguo Convento de las Dominicas.-
     Este fue el Colegio de Beatas de Nuestra Señora de la Encarnación, vinculado a la Tercera Orden de Nuestro Padre Santo Domingo. Fundado en el siglo XVIII por el obispo Fray Lasso de la Vega con la colaboración de Dª Antonia de Campos, se construyó sobre casas adquiridas en la Plaza Vieja, como se detalla en un documento de 1750. Posteriormente, fue vendido durante la desamortización del Estado. En la actualidad, es propiedad privada y únicamente conserva la portada de cantería granítica con el destacado escudo episcopal de su fundador (Ayuntamiento de Guareña).

Ayuntamiento.-

     Este edificio del siglo XVII se erige majestuoso en la Plaza de España, exhibiendo una fachada de estilo clásico, austera y elaborada en sillería de granito. El soportal inferior destaca con tres arcos, pilastras de orden toscano y bóvedas de arista. En 1930, experimenta una remodelación en el piso superior, incorporando cinco vanos adintelados, balcones en los centrales, placados laterales y un frontón. Completa su estructura una imponente cornisa rematada por bolas al estilo herreriano, con un atrio central donde destaca un reloj. Este conjunto lo posiciona como uno de los edificios municipales más hermosos construidos en esa época en la región.
     Con el transcurso del tiempo, el edificio ha mejorado significativamente mediante sucesivas remodelaciones, tanto en el interior con una elegante carpintería de madera, como en detalles exteriores de las fachadas y la incorporación de nuevas farolas de estilo fernandino. Recientemente, se ha integrado armoniosamente con la plaza y las calles circundantes, gracias a una reforma integral realizada en los últimos años, proporcionando una mayor accesibilidad y visibilidad a todos los edificios del conjunto en la plaza y sus alrededores (Ayuntamiento de Guareña).

Centro Cultural.-
     Ubicado en la calle Cuatro Esquinas, esta antigua residencia burguesa que fue propiedad de la familia Dorado destaca por sus amplias estancias con grandes bóvedas de arco y aristas, además de contar con varias chimeneas. En la parte posterior, se erige el actual auditorio de este centro cultural con capacidad para 220 personas. Este edificio es digno de una visita, ofreciendo la oportunidad de admirar una de las obras pictóricas del artista local Damián Retamar, creada para conmemorar el centenario del Miajón de Los Castúos.
     Además, este lugar sirve como centro neurálgico para la gestión y coordinación de gran parte de las actividades culturales, teatrales, formativas y deportivas que tienen lugar a lo largo del año, beneficiando a toda la población (Ayuntamiento de Guareña).

Casa de Luis Chamizo.-
     Esta casa, catalogada con protección estructural, fue el hogar del destacado poeta de Guareña, Luis Chamizo, conocido por su obra que refleja el habla típica del pueblo extremeño, llamada “El Castúo”. Construida alrededor de 1890, destaca por su imponente fachada de dos plantas, con tres ventanales y una alta puerta en la planta baja, y cuatro balcones en la parte superior.
     Actualmente, la casa es propiedad privada, por lo que no está abierta al público. Sin embargo, en su fachada se encuentra una placa de cerámica que indica que en este lugar nació el poeta Luis Chamizo (Ayuntamiento de Guareña).

Casa-Palacio siglo XIX.-
     Construido en el primer tercio del siglo XX por Emilio Camacho de Don Benito, este palacete está catalogado con protección estructural simbólica y es conocido por la comunidad como “La casa de Doña Catalina Cortés”. Esta construcción, de arquitectura singular, se destaca por su fachada abierta a tres calles, exhibiendo una fusión de estilos neoclásico y modernista. La utilización de hierro en los forjados y el cemento armado en la creación del distintivo decorado de la fachada son características notables.
     Actualmente, la propiedad es de carácter privado (Ayuntamiento de Guareña).

Mercado de Abastos.-
     La creación del Mercado de Abastos en el siglo XX marcó un avance significativo en los aspectos sanitarios y comerciales. Anteriormente, el mercado operaba en condiciones precarias en la Plaza Vieja. La nueva construcción se erigió en el solar de la calle Pajares y en un área adicional de la Plaza de San Gregorio que pertenecía a la vía pública. Durante una sesión plenaria el 1 de octubre de 1924, se decidió encomendar al maestro de obras Victorino Cruz Durán la elaboración de planos y proyectos para el nuevo mercado. Sin embargo, dos meses más tarde, se optó por encargar al arquitecto D. Ventura Vaca Morales el diseño y construcción del mencionado Mercado de Abastos (Ayuntamiento de Guareña).

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Más sobre la provincia de Badajoz, en ExplicArte Sevilla.

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     Ruta Sevilla Prehistórica: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos en el Museo Arqueológico de la ciudad y en las salas dedicadas a la Prehistoria el devenir de este momento histórico-artístico de la ciudad.

     Ruta Sevilla Prerromana - Ispal: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos en el Museo Arqueológico de la ciudad y en las salas dedicadas al mundo prerromano el devenir de este momento histórico-artístico de la ciudad con especial atención al mundo de Tartessos y a los demás pueblos que se asentaron en la zona.

     Ruta Sevilla Romana - Hispalis: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los vestigios que podemos encontrar del paso de la cultura romana por la actual ciudad, como los Monolitos de la calle Mármoles, las Columnas de la Alameda de Hércules, restos del Acueducto ("Caños de Carmona"), restos de las Murallas, el Antiquarium, y la obligada visita al Museo Arqueológico. Incluso podremos visitar el cercano enclave arqueológico de la ciudad romana de Itálica en el pueblo de Santiponce.

     Ruta Sevilla Visigoda: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los vestigios que la cultura visigoda ha dejado en nuestra ciudad, sobre todo en la Catedral y en el Museo Arqueológico y te contaremos las historias de San Hermenegildo, y San Leandro y San Isidoro, personajes históricos imprescindibles de Sevilla.

     Ruta Sevilla Musulmana - Isbiliya: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los principales vestigios que la cultura musulmana ha legado a Sevilla, comenzando por nuestro símbolo más universal: La Giralda, junto con la Torre del Oro, Los Reales Alcázares,...

     Ruta Sevilla Judía: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos la huella judía en la Sevilla de hoy: las antiguas sinagogas y los barrios judíos de Santa Cruz o de San Bartolomé.

     Ruta Sevilla Mudéjar: Desde Explicarte Sevilla te mostraremos los innumerables vestigios que la cultura mudéjar dejó en Sevilla, fundamentalmente en los Reales Alcázares, Iglesia de San Marcos, Iglesia de Santa Marina,...

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La desaparecida Puerta de la Barqueta

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la desaparecida Puerta de la Barqueta, de Sevilla.
      La Puerta de la Barqueta, se encontraba en la avenida Torneo, en su confluencia con la calle Puerta de la Barqueta; en el Barrio de San Lorenzo, del Distrito Casco Antiguo, de Sevilla.
     Estaba situada en la calle Torneo, a la altura de la calle Blanquillo.
     A esta puerta se le han aplicado hasta tres topónimos diferentes a lo largo de su historia, como son los de Bibarragel en sus múltiples variantes, de la Almenilla y de la Barqueta.
     El primero de ellos no aparece documentado en las fuentes musulmanas, aunque su etimología árabe evidente y el hecho de figurar en la documentación castellana del siglo XIII, permiten suponer que tras la conquista cristiana, tal y como ocurrió en las puertas de la Macarena, Triana y Carmona, se castellanizó su nombre árabe de bab al-Ragwal, el cual haría referencia a la población a la que conducía el camino que de ella partía y, que según F. Hernández, sería Qalat Ragwal, es decir Alcalá del Río, aunque hay quien considera que el nombre árabe de la puerta sería el de bab al-Rayyal o "de los peones".
     El topónimo de la Almenilla aparece ya registrado en un documento de los Papeles del Mayordomazgo fechado en 1386, si bien hace referencia a una torre albarrana cercana a la puerta, y que en el siglo XVI todavía menciona Peraza. Sin embargo, no lo encontramos designando a esta puerta hasta este siglo.
     Por su parte, el de la Barqueta es mucho más moderno, ya que no aparece hasta el siglo XVII, aunque será el que se imponga definitivamente.
     En cuanto al origen del primero de los topónimos, es decir el de Bibarragel, los historiadores sevillanos lo explican a partir de una plaza del mismo nombre que estaba junto a la puerta.
     Sólo Peraza intenta explicar su etimología, aunque duda entre dos posibilidades: que signifique "puerta de huésped", y a que este sería el significado de Ragel en árabe, o "puerta de Ragel o Laget", nombre del individuo a quien estaría dedicada. Sin embargo, este autor utiliza este topónimo para referirse a la que el resto de la historiografía designa con el de San Juan o del Ingenio, en lo que coincide con Palomo y, en un primer momento, con Ortiz de Zúñiga, puesto que este último duda a la hora de identificar este topónimo con la puerta de San Juan o la de la Almenilla, si bien finalmente se decide por ésta.
     En cuanto al topónimo de la Almenilla, casi todos los autores coin­ciden a la hora de explicar su origen en virtud de una que coronaba la puerta y servía para medir la altura alcanzada por el Guadalquivir en sus crecidas, cuya existencia tenemos documentada al menos desde 1485, aunque hay quien lo relaciona con la torre "del Almenilla".
     Por último, la historiografía sevillana es unánime a la hora de explicar el origen del topónimo de la Barqueta a partir de la presencia junto a esta puerta de una barca que posibilitaba atravesar el Guadalquivir, cuya existencia tenemos documentada al menos desde 1437.
     El único dato que tenemos acerca de la primitiva estructura de la puerta islámica data de 1386, y en él queda patente, en contra de lo que sostiene algún investigador, que la torre de la Almenilla nada tiene que ver con esta puerta: "la obra que se a de fazer en la torre del almenilla, et despues buelve fasta la torre de la puerta de bilbarrejel". Por lo tanto, se tra­taría de una torre-puerta con acceso en recodo único y protegida por barbacana.
     La historia de este punto de la muralla es extremadamente compleja debido a las numerosísimas obras que se realizaron en ella, puesto que así lo requerían los continuos daños que ocasionaban las crecidas del Guadalquivir.
     Ahora bien, de estas obras debe destacarse la que tuvo lugar durante los años 1627 y 1628, puesto que ante el estado de ruina en la que se encontraba la puerta a consecuencia de la inundación de 1626, "tan baxa, que casi quedaba inferior a la madre del río (...), aplicándose con gran zelo el Asistente Conde de la Puebla del Maestre (...) y arbitrando medios, á que exhaustos los propios de la Ciudad no podian contribuir", debió levantarse "(...) tanto, que su umbral baxo quedó donde estaba el alto de la antigua, con que quedó superior, no solo al río en su ordinario curso, sino en sus mayores crecientes". En términos muy similares se expresan González de León y Palomo.
     Según parte de la historiografía, las obras también habrían consistido en la construcción de dos torreones que flanqueaban la puerta, tal y como figura en un dibujo de Tovar. Sin embargo, Ortiz de Zúñiga se refiere a estas obras en los siguientes términos: "embebiéndola (la puerta) en un robusto y alto torreón escarpado", en lo que coincide con el testimonio de Espinosa y Cárcel, así como con la planta de la puerta que figura en los planos y proyectos de obras de los siglos XVIII y XIX.
     Por lo tanto, tras estas obras la puerta de la Barqueta adquirió el aspecto con el que permaneció, salvo las modificaciones hechas a finales del XVIII, hasta su derribo a mediados del siglo XIX.
     En lo que a las inscripciones se refiere, en 1617 se colocó una lápida con inscripción en castellano, conmemorativa de las obras que se iniciaron en 1604 y concluyeron aquél año y que fue redactada por el humanista Francisco de Rioja.
     En 1628 se colocó otra lápida de mármol con inscripción latina en conmemoración de las obras que se realizaron tras la inundación de 1626. Conocemos su emplazamiento gracias a la historiografía, puesto que los tres autores que la recogen coinciden en situarla en la torre que flanqueaba la puerta.
     Otra lápida con inscripción en castellano en conmemoración de las obras que se efectuaron entre 1773 y 1779 se colocó en 1780. Sabemos a través de la historiografía y del dibujo de Tovar, que se encontraba colocada en en el muro exterior del Blanquillo.
     La inscripción de 1617 debió perderse tras la inundación de 1626, puesto que la práctica totalidad de la historiografía no la recoge y Llaguno y Amirola afirma que la localizó "en un códice antiguo".
     La de 1627 se conserva en los fondos del Museo Arqueológico Provincial, donde ingresó el 12 de marzo de 1880 entregada por la Comisión de Monumentos (R.E. 273).
     Por su parte, la de 1780 pertenece a la Colección Arqueológica Municipal, cuyo número de inventario es el 21, encontrándose expuesta en la galería de acceso de la Torre de Don Fadrique (Daniel Jiménez Maqueda, Estudio histórico-arqueológico de las puertas medievales y postmedievales de las murallas de la ciudad de Sevilla. Guadalquivir Ediciones. Sevilla, 1999).
     No todas las puertas de la vieja muralla de Sevilla daban a un camino principal. Algunas se abrían, como hemos visto, al viento y la nada. Mas también hubo otras que conducían al mis­terio o la ensoñación; al enigma que corre a ocultarse bajo las aguas verdes del río cuando una esquila conventual se oye anunciando el amanecer. O a una tumba que debería haber estado aquí pero que no está.
     Un monasterio cisterciense y un edificio abandonado que aguarda tiempos mejores para ser demolido y sustituido por vaya usted a saber qué invento, encuadran las esquinas de la calle Calatrava; la arteria que conduce hasta el interior de la ciudad desde este lugar que en 1992 volvió a llamarse la Barqueta, después de haber permanecido durante casi un siglo convertido en una sórdida esquina, entablada frente a la tapia que guardaba las vías del ferrocarril. Nadie pudo imaginar durante todos esos años de grisura, tráfico, atascos, hollín y grafitis -«Tonto el que lo lean- que este lugar hubiera sido en el pasado un sitio de esparcimiento y recreo; el hermoso y romántico rincón donde la ciudad se encontraba con el río que le dio el ser y también con más de un quebradero de cabeza. Porque aquí era precisamente por donde primero se colaban las aguas del Guadalquivir cuando los temporales las hacían salirse de madre.
     Esta también pudo ser la apartada orilla de Don Juan, el román­tico enclave donde hasta Gustavo Adolfo Bécquer quiso tener su tumba, deseo que el poeta expresó en una de las cartas que escribió desde su celda del monasterio de Veruela; un sepulcro desgastado por el tiempo, lleno de verdín y oculto por la hojarasca de un otoño eterno, sobre el que se proyectase la sombra triste de un sauce. Al final, la ciudad contravino los deseos del poeta y destinó sus huesos a reposar en un lugar mucho más olvidado que este: el Panteón de los Sevillanos Ilustres. Lo cierto es que los poetas parecen demostrar una misteriosa querencia funesta por este lugar, pues acaso fue también en este recodo del río donde a punto estuvieron de ahogarse varios de los más egregios integrantes de la generación del 27. Con ocasión de su estancia en Sevilla para participar en el homenaje a Góngora organizado por el Ateneo donde se harían la famosa e histórica foto, Federico, Alberti, Dámaso, Guillén, Chabás, Bacarisse y Bergamín decidieron cruzar el río de noche en una barca guiándose de una maroma que hacía de catenaria entre orilla y orilla. La que pretendía ser una más de las muchas aventuras que vivieron en aquellos días del diciembre sevillano a punto estaría de costarles la vida. El viento empezó a soplar, el río a agitarse, la maroma a tensarse describiendo un violento arco y la barca a parecerse a la de Caronte. Al evocar el suceso, Dámaso Alonso recuerda cómo las risas que llevaban de tierra se les fueron poco a poco apagando, conforme la crecida del río iba acrecentando la amenaza. "El Guadalquivir, inmenso toro oscuro, empujaba la barca, la que­ría para sí y para el mar". Y al llegar a la mitad del camino, García Lorca entró en pánico. "Tanto y con tanta ponderación lamentaba haberse embarcado, que primero creí que se trataba de una broma más, entre sus bromas. No, era auténtico terror; le salía de la carne, al contacto de aquella fuerza negra, mugidora, fría,.. Por fortuna, los poetas ganarían la orilla sanos y salvos sin que nada les pasara, bien es cierto que el destino le tendría reservada a Federico García Lorca una prueba aun peor. No está claro, sin embargo, el punto exacto donde tal episodio aconteció. Si fue donde cruzaba el río la barqueta que dio nombre a la puerta, no se ha podido averiguar, pero no es descartable. En todo caso, se non e vero, e ben trovato.
     Todavía entonces no podía ser más a propósito este recodo del Betis para que en él aconteciera una tragedia de tantísima trascendencia literaria. Ciertamente, para que Bécquer soñara con tener aquí su tumba, el paisaje debió de parecerse bastante poco al que tuvo durante la mayor parte del siglo XX. Y así fue. El río Guadalquivir ascendía hasta aquí formando una perfecta línea paralela con la vieja muralla de la ciudad, que en este punto viraba para dirigirse hacia la puerta de la Macarena, mientras el río continuaba hasta la hacienda de Buenavista, donde se erigía el monasterio de los Jerónimos. Justo en este rincón de la cerca era donde se alzaba la vieja Puerta de Vib Arragel, que andando el tiempo sería llamada de la Almenilla y más tarde de la Barqueta, adoptando el de la embarcación que durante años se halló en este punto del cauce fluvial para conducir a la otra orilla a los viajeros que se encaminaran hacia Santiponce y, más allá, a Extremadura. Tenía este rincón de la ciudad un punto bucó­lico, conferido por la presencia del río y la fronda del bosque de rivera que lo festoneaba, y también ese punto entre melancólico y enigmático que tienen los sitios donde las ciudades acaban, yendo a perderse en una nada incierta, pues no había camino más allá de la vieja Puerta de la Barqueta, sino la enigmática y voluble senda verde del milenario Guadalquivir.
     Tal vez por todo ello el halo misterioso de la leyenda acabaría haciendo presa en este rincón donde la ciudad se encontraba con el río, provocando que lo que al principio fuera el escenario para el esparcimiento y recreo de las gentes, pasara de los gozos a las sombras y se convirtiese andando el tiempo en una sórdida y oscura trampa donde mejor resultaba no aventurarse, pues allí merodeaban randas peligrosos que el común tomó por fantasmas -los fantasmas del Blanquillo-, aunque de fantasmas tenían más bien poco.
     Cuando a principios de los años noventa del siglo pasado fueron demolidas las últimas construcciones ferroviarias que aún existían al final de la Resolana, quedaron al descubierto los restos de una enorme construcción de argamasa que inmediatamente fueron relacionados con restos de la muralla. En efecto, guardaban esa relación, pues tales restos eran a buen seguro lo único que aún se conservaba de lo que en tiempos se denominó el Patín de las Damas. Cuenta Ortiz de Zúñiga que en el año de 1383, para hacer frente a las avenidas del río, y como defensa de la ciudad en el punto donde más combatían sus aguas, se determinó construir una especie de malecón de argamasa, terraplenando la zona que había entre la muralla y el río a la altura de la puerta de la Barqueta, llamada entonces de la Almenilla. Aquella obra daría lugar a una gran planicie junto al río que pronto empezó a ser frecuentada por los sevillanos, que disfrutaban allí de agradables paseos; de ahí su nombre origi­nal. Las cosas, sin embargo, se irían torciendo poco a poco, conforme el Guadalquivir fue devorando aquel potente malecón de argamasa que hubo de ser reforzado en varias ocasiones, hasta la definitiva de 1773. Claro que para entonces, Sevilla ofrecía otros lugares de esparcimiento, como la Alameda de Hércules, que la población tenía más a mano. Tal fue la causa de que el patín dejara de serlo y el lugar de las damas fuera ocupado por unos fantasmas que, en realidad, eran algo bastante peor, pues aquellos que el pueblo tomaba por almas en pena, ánimas del purgatorio que buscaban en vano la salvación, no eran sino malhechores que se amparaban en las sombras y la desolación que se habían adueñado del antiguo lugar de recreo y esparcimiento para cometer sus sangrientas fechorías; bandidos que cuando no tenían para desvalijar a un infeliz que hubiera cometido la temeridad de aventurarse en sus dominios se dedicaban al contrabando, introduciendo en la ciudad mercancías sin abonar los correspondientes derechos de puerta, para lo cual se disfrazaban del modo más grotesco simulando ser espectros que, como apuntaba Álvarez-Benavides, volaban luego a las tabernas para repartirse "los dones que alcanzaban en la tierra procedentes de manos que muchas veces terminaban de hacer milagros cuando aparecían clavadas en las escarpias por las calles de la ciudad y caminos vecinales". 
     Claro que el bueno de Álvarez-Benavides, pese a su afán de evaporar la superchería y falsas creencias que se habían instalado entre los sevillanos de su época, también nos legó a propósito de la Puerta dela Barqueta y su anexo Patín de las Damas, luego llamado el Blanquillo, un increíble relato que parece sacado de la novela de Las minas del rey Salomón. Cuenta que al ser demolida "se hizo un descubrimiento muy curioso. En el costado izquierdo de la misma y cerca de las escaleras que conducían al Blanquillo, apareció la entrada de un subterráneo. Esta bajada de boca cuadrangular dirigía primero sus escalones hacia el río, después continuaba en dirección paralela al mismo tiempo, a continuación aparecía una mina que se dirigía a la izquierda y, por último, tornaba a ser paralela al Guadalquivir y daba entrada a un espacio cuadrado y abovedado que contenía una gran piedra en su centro y parecía haber servido de mesa. En uno de los ángulos de este espacio aparecían señales de una puerta con dirección al sur, y otra también que se descubrió tapiada, cerraba el paso de una distinta galería colocada en dirección hacia el este. La construcción de aquella misteriosa obra indicaba ser de origen romano y, al ser descubierta, lejos de practicar un detenido examen de ella, se apresuraron a rellenarla de escombros proceden­tes del derribo y la vía férrea extendió por encima su raíl sin que nadie se preocupara en hacer más averiguaciones sobre el particular... ¿Realidad o ficción? Imposible ya averiguarlo.
     Todo ello empezó a cambiar cuando en 1858 la Puerta de la Barqueta, protomártir de las puertas de la muralla de Sevilla, fue demolida. También Álvarez-Benavides cuenta que por aquel tiempo un señor inglés que vivía en Sevilla, con la guasa propia de la tierra que por lo visto había ya adquirido, aunque también con una ironía y un gusto por lo realmente valioso que son genuinamente británicos, solicitó permiso para levantar en el lugar donde estuvo la puerta un monolito que pusiera: "Hércules te edificó, Julio César te cercó de muros y torres altas y un alcalde me mandó derribar con otras cuantas". Esta, lamentablemente, ha sido la historia de Sevilla desde hace muchas décadas. La historia de una ciudad que fue a parar a manos de gentes con un concepto torvo, cejijunto e ignorante del progreso. Así, la Barqueta, que una vez fue lugar de recreo y esparcimiento, acabó siendo arrasada por las vías del tren. Y con ella, toda esta orilla del río. 
   La Exposición Universal de 1992 nos hizo descubrir muchas cosas del mundo, pero también de la propia Sevilla. En particular, este rincón que, desplazado el tren y demolida la ominosa tapia que lo oculta, volvió a ser el mismo. O, por decirlo más exactamente, volvió a llamarse igual que antiguamente. Ahora no es una barcaza, sino un puente lo que lleva hasta ese otro camino, también de alguna manera incierto, que es el barrio de la Cartuja. Algo, no obstante, permanece igual desde hace ya casi ocho siglos: mucho antes del amanecer, mientras las oscuras aguas del río se llenan de ondas que dibujan con sus saltos los fantasmagóricos peces que nadan en ellas, una esquila suena llamando a la primera oración del día a las monjas del monasterio de San Clemente. Es lo único que logró man­tenerse intacto, más allá de los siglos y los avatares desde que el rey San Fernando conquistara la ciudad. Mientras el eco de esa campana siga irrumpiendo en el misterio negro de la noche para disolver sus sombras y abrir el camino a la luz, en algún lugar de la memoria pétrea de la ciudad seguirá estando en pie la Puerta de la Barqueta. Y allá cerca, inclinado junto al río, habrá también un sauce derramando eternamente lágrimas secas sobre el musgo que oculta el sepulcro de un poeta cuyo nombre el tiempo borró (Juan Miguel Vega, Veintitantas maneras de entrar en Sevilla. El Paseo. Sevilla, 2024). 
        Estuvo erigida en la actual esquina de las calles Calatrava y Vib Arragel (nombre que también tuvo en su día la puerta, luego llamada de la Almenilla y finalmente de la Barqueta). Aquel lugar era donde entonces más combatían las aguas del Guadalquivir, pues en él la corriente se encontraba con los muros de la ciudad; no pocas veces de forma violenta. Para cruzar el río hubo también en este lugar del cauce una barcaza que le daría finalmente nombre a la puerta. Como todas las demás puertas, había sido renovada en la segunda mitad del siglo XVI, pero en 1626 resultó muy dañada por la mayor inundación que sufrió Sevilla a lo largo de toda su historia. El Asistente Lorenzo de Cárdenas ordenó reconstruir­la, tarea que se completó en 1628. La puerta fue recrecida 'tanto que su umbral baxo quedó donde estaba el alto de la antigua, con que quedó superior no sólo al río en su ordinario curso, sino en sus ma­yores crecientes'. La puerta quedó embebida en un 'alto y robusto' torreón escarpado, 'desde el cual se corrió un través de muralla en parte retirada de la antigua, con bastante fondo y fuertes cubos que del todo dexaron segura en incontrastable aquella par­te'. La Puerta de la Barqueta fue la primera en ser demolida, hecho que ocurrió el año 1858. Cuentan que un inglés que vivía por la zona propuso que en el lugar del derribo se levantase un monolito con la inscripción: 'Hércules te edificó, Julio César te cercó de muros y torres altas y un alcalde me mandó derribar con otras cuantas' (Exposición Puertas de Sevilla, ayer y hoy. Sevilla, 2014).
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