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viernes, 16 de diciembre de 2022

Los principales monumentos (Castillo-Fortaleza; Convento de Jesús y María; Ermitas de San Jerónimo, San Pedro, San Roque, y Santa Lucía; y Gruta de las Maravillas) de la localidad de Aracena (I), en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Castillo-Fortaleza; Convento de Jesús y María; Ermitas de San Jerónimo, San Pedro, San Roque, y Santa Lucía; y Gruta de las Maravillas) de la localidad de Aracena (I), en la provincia de Huelva.
Ubicación
     Aracena, así como la Sierra que lleva su nombre, está situada en el corazón del Parque Natural "Sierra de Aracena y Picos de Aroche", al borde de la Carretera Nacional 433 de Sevilla-Lisboa, en el Km. 89. Las distancias que la separan de las poblaciones colindantes y de las capitales de provincia más cercanas son las siguientes:
     Sevilla: 87 Km.
     Huelva: 127 Km.
     Málaga: 294 Km.
     Córdoba: 226 Km.
     Granada: 338 Km.
     Almería: 496 Km.
     Jaén: 328 Km.
     Cádiz: 210 Km.
     Riotinto: 32 Km.
     Madrid: 510 Km.
     Aracena también esta comunicada por la Carretera Nacional 435 Huelva-Badajoz por la que fácilmente se puede acceder a la Ciudad.
     Uno de los espacios protegidos más importantes de la Comunidad Andaluza. Ocupa todo el norte de la provincia con sus dehesas y pequeñas elevaciones cubiertas de bosques de encinas, alcornoques, castaños y monte bajo, por donde fluyen numerosos arroyos, conformando un paisaje de extraordinaria belleza y atractivo. Ideal para la ganadería, especialmente para el cerdo ibérico, que encuentra aquí unas condiciones inmejorables.
     Su casco urbano, repleto de monumentos y declarado Bien de Interés Cultural, se ubica al pie del antiguo Castillo y de la Iglesia Prioral de Ntra. Sra. del Mayor Dolor, que conserva el alminar de la mezquita que le precedió. Además de ésta y otras muchas Iglesias que componen su patrimonio, lo más destacado, y por lo que es más conocida es por la Gruta de las Maravillas una de las formaciones kársticas más interesantes de España y de una belleza extraordinaria.
Reseña histórica breve
     Los primeros asentamientos humanos que se conocen datan de la época prehistórica. Hay restos arqueológicos en la Cueva de la Mora en la aldea de la Umbría que datan de la cultura megalítica (III milenio a. C.). La riqueza de minerales de la zona ha propiciado diversos asentamientos, como el del poblado del Castañuelo.
     De la época islámica data la primera fortaleza sobre cuyos restos se erigió el Castillo de Aracena. En la Iglesia del Castillo destaca la torre almohade. En torno a ésta edificación se fue erigiendo el caserío de la población, dando origen al actual paisaje urbano de la ciudad de Aracena. En esta época dependió del Condado de Niebla.
     Pasará a formar parte del reino de Sevilla en 1255 como tierra realenga de Castilla. La repoblación de esta zona se realiza con astur-leoneses y gallegos. Se manda construir una fortaleza en el cerro, como enclave defensivo frente al vecino reino de Portugal, siendo encomendada su defensa a la orden de Santiago, Aracena continua creciendo desde el Cerro del Castillo hasta el valle, durante la Baja Edad Media y Edad Moderna, como Real Priorato durante el siglo XIV y como Señorío bajo la jurisdicción del Conde Duque de Olivares, en el siglo XVII, y más tarde del conde de Altamira, quien se intitula Príncipe de Aracena.
     Figuras destacadas de la época fueron el humanista Benito Arias Montano, quien fundó en Aracena una cátedra de Latinidad en 1597, foco de cultura hasta finales del siglo XIX, y Sor María de la Trinidad, mística y poetisa, fundadora del Convento de Jesús, María y José en 1671.
     En 1833 con la nueva división administrativa, Aracena es segregada de Sevilla y pasa a formar parte de la provincia de Huelva.
     A finales del siglo XIX y principios del XX, Aracena cobra un fuerte impulso y amplia su perímetro urbano por la zona llana, en la que se construyen casas señoriales y edificios de envergadura como el Ayuntamiento de Santa Catalina, el Casino de Arias Montano, la Plaza de Abastos, etc. El descubrimiento en 1886 de la Gruta de las Maravillas, y su posterior acondicionamiento turístico en 1914, unido a la suavidad de las temperaturas estivales y a las estancias vacacionales de numerosos miembros de la familia real española, convirtieron a la ciudad en un núcleo turístico importante.
     En 1956, Aracena fue declarada ciudad de interés turístico y en la actualidad gran parte de su casco urbano está protegido por un Plan Especial.
     En 2006, Aracena fue galardonada como Municipio Turístico de Andalucía, siendo la única localidad onubense poseedora de este reconocimiento.
Patrimonio cultural y artístico
     La comarca tiene un rico patrimonio cultural, así como una gran riqueza paisajística y ambiental.  Cuenta con una variada muestra arquitectónica:
     Castillo Fortaleza. La actual población de Aracena aparece dominada por los restos de un Castillo; esta antigua fortificación formaba parte de la línea defensiva del Valle del Guadalquivir.
     La pérdida de su función defensiva y la expansión urbanística de Aracena hacia el valle a partir del siglo XV propiciaron la reutilización de los materiales de sus murallas para la construcción de nuevas viviendas, práctica prohibida en 1.917. Sus ruinas, declaradas Bien de Interés Cultural, testimonian su importancia histórica.
     Iglesia Prioral de Nuestra Señora del Mayor Dolor (SS. XII-XV)
     Sobre la cima de la montaña que domina la población se alza la iglesia más antigua y emblemática de Aracena. Consta de tres naves a igual altura con coro a los pies y presbiterio poligonal al que se adosa la torre en el lado del Evangelio. En el muro del hastiar aparece un porche, mientras el ábside se nos muestra interrumpido por un gran camarín barroco. En su interior destacan bóvedas nervadas de esquema estrellado que descansan sobre esbeltos pilares.  La construcción del templo debió iniciarse a fines del siglo XIII.
     Cabildo
     Esta construcción del siglo XV presenta planta casi rectangular, con robustos muros de piedra vista y cubierta a cuatro aguas con teja árabe. A lo largo de la historia fue utilizada como pósito, cárcel y dependencias del gobierno municipal, aunque el paso de los siglos le ha conferido nuevas utilidades.  Destaca la portada principal, obra de Hernán Ruiz II, realizada en 1563.  En la actualidad acoge al Centro de Visitantes del Parque Natural.
     Iglesias Mudéjares
     Dentro del núcleo urbano se conservan varias fábricas medievales del tipo iglesias de arcos transversales y estilo mudéjar.
      Ermita de San Pedro, construida en el siglo XV.
     Iglesia de Santo Domingo: En primer lugar Hospital de San Sebastián y posteriormente a mediados del siglo XVI paso a pertenecer a la Orden Dominica. La iglesia es un edificio gótico mudéjar del siglo XV y fue convento dominico desde 1570 hasta el s. XIX.
     Ermita de San Roque: Ermita de tipo mudéjar de arcos transversales de finales del s. XVI o principios del XVII.
     Ermita de Santa Lucia: Típica Ermita mudéjar de arcos trasversales del siglo XV, en la que destacan los contrafuertes angulares de sección cilíndrica de su cabecera.
    Iglesia de Santa Catalina: De estilo Gótico-Mudéjar. Se inicia su construcción en el s. XIV. Desde 1536 pertenece al Monasterio de Madres Carmelitas. Lo más interesante es su portada principal, de hacia el año 1.500.
     Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. del Carmen (s. XVI). Construcción de estilo mudéjar. Fue sede un Monasterio de Frailes de la Orden Carmelita.
     Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Se trata de un templo de salón de tres naves subdivididas transversalmente en cinco tramos y un ábside del testero pentagonal al que se adosan varias dependencias.
     La techumbre es de hermosas bóvedas vaídas sobre esbeltos pilares con semicolumnas en sus frentes. La bóveda central posee un medallón redondo que representa a la Asunción. En el segundo cuerpo de la nave central, se levanta la cúpula de media naranja con anagrama de Jesús, descansa sobre pechina en las que aparece la inscripción de AVE-MA-RIA-1603.  Las obra se iniciaron en la cabecera a principios del s. XV (1478), prolongándose en los primeros años del siglo siguiente. Intervinieron destacados arquitectos como Diego de Riaño o Hernán Ruiz II. Ha sido finalizada y consagrada el pasado 12 de septiembre de 2008.
     Convento de Jesús, María y José (S. XVII). Construido en el siglo XVII. Fue Convento de Monjas de la Orden Dominicas. Destaca por su ornamentalidad, siendo la única muestra de arquitectura barroca en Aracena.
     Arquitectura popular. Se han conservado en el centro histórico de Aracena numerosos elementos arquitectónicos de los siglos XVI, XVII y XVIII en viviendas actuales. De origen medieval, existen una serie de ventanas geminadas con arquillos conopiales, de las que destaca la de la calle Francisco Rincón, en el numero 18. De estilo renacentista es la portada de un antiguo palacio, situado en la calle Blas Infante, esquina con la calle Constitución. Pero la muestra más destacada de este estilo se plasma en una ventana bífora de esquina de la antigua Casa de la Inquisición, realizada por Hernán Ruiz II. Otro ejemplo es la casa del Obispo Moya de la Torre en la calle Francisco Rincón.
     Lavaderos de la Fuente del Concejo. Obra civil de 1923, realizada por Aníbal González. Aprovecha uno de los manantiales de la Gruta de las Maravillas.
     Ayuntamiento
    Obra de estilo regionalista andaluz de principios del siglo XX. Financiada por los hermanos Francisco Javier y Miguel Sánchez-Dalp Calonge, según proyecto del arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez-Ossorio.
     Casino Arias Montano. Obra de Aníbal González, realizada en 1910. De estilo regionalista andaluz.
     Museo de Escultura al Aire libre "Andalucía". Aracena es el primer pueblo de Andalucía que queriendo ampliar su patrimonio cultural, sitúa en sus calles un Museo de Escultura al Aire Libre, y que será el de mayor número de obras de nuestro país, así como el pionero en esta modalidad.  En el Museo hay un total de 34 esculturas.
Fiestas y tradiciones
     Feria Grande de Aracena, durante el tercer fin de semana de agosto.
     CONCURSO MORFOLÓGICO DE GANADO AUTÓCTONO, en mayo.
     MUESTRA MÚSICA ANTIGUA “CASTILLO DE ARACENA” en la primera semana de Julio en la Iglesia Prioral del Castillo. Aracena.
     ROMERÍA DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES, el día 8 de Septiembre
     FERIA REGIONAL DEL JAMÓN Y DEL CERDO IBÉRICO. SALÓN PROFESIONAL DEL JAMÓN: “IBERJAMÓN”, durante el tercer fin de semana de octubre.
     RONDA DE CAMPANILLEROS Y ROSARIO DE LA AURORA, todas las madrugadas de los domingos del mes de octubre
     JORNADAS MICOLÓGICAS, organizada durante el tercer fin de semana de noviembre por la Sociedad Micológica "Amanita".
     LOS REHILETES, la tarde-noche del día 7 de diciembre
     MERCADO DEL QUESO ARTESANO, el fin de semana de la festividad de la Inmaculada, en los Arcos de la Gruta.
     MIGAS SOLIDARIAS, el 8 de diciembre, en la aldea de la Umbría.
Recursos económicos y sociales
     La actividad primaria es el sector económico más importante, la ganadería del cerdo, de cabra ha favorecido una industria de productos cárnicos derivados como el jamón o el queso.
     De los aprovechamientos forestales destacan la industria del corcho, las almazaras y la castaña.
     El sector turístico, aún incipiente en la zona, ha tenido un rápido crecimiento potenciando el turismo rural y las visitas a La Gruta de las Maravillas, abierta al público desde 1914, con una longitud de 2130 m, ofrece un recorrido turístico de 1200 m. 
Gastronomía​
     La cocina de Aracena está asociada a los productos derivados del cerdo ibérico, las migas en otoño e invierno, los revueltos de espárragos trigueros, el pisto serrano, el gazpacho de invierno. Otros productos son las setas (tanas, tentullos, gallipiernos y níscalos o pinateles que aparecen en asados, guisos, revueltos o croquetas) y el queso de cabra artesanal.
     También destacan los productos de repostería: los dulces finos, mazapanes, pestiños, piñonate, las natillas con costra quemada, las compotas de manzana, peras, membrillo, el potaje de castañas, las castañas en licor, en almíbar, los orejones, poleás, melojas, los roscos de Semana Santa. El mosto de la comarca en los meses de noviembre y diciembre, el tostón de castañas en la candela, el aguardiente de guindas y los licores de setas completan esta oferta (Diputación Provincial de Huelva).
        Los primeros testimonios de presencia humana en su término municipal se remontan a la Edad del Bronce y fueron hallados en el yacimiento del Castañuelo. En época romana, Ptolomeo en su «Geographia», cita, al enumerar las urbes y oppida de la Bética, una población llamada Arcilasis que podría corresponder a Aracena. No tenemos noticias seguras de la población en las fuentes islámicas y es a partir de la Reconquista cuando, posiblemente, por su importancia estratégico-militar, comienza su verdadero protagonismo comarcal junto con Aroche. A mediados del siglo XIII pasó alternativamente de Castilla a Portugal, siendo cedida, según Pérez-Embid Wanba, por Alfonso X a la orden de los Templarios incorporándose posteriormente al alfoz de la ciudad de Sevilla, al igual que el resto de la comarca.
     En época de los Reyes Católicos, inicia un período de auge económico y, en consecuencia, de aumento poblacional. Contó Aracena en este período con un importante número de aldeas dispersas por todo su extenso término municipal que, entre los siglos XVI y XVIII, fueron alcanzando su independencia constituyéndose en villas.
     A mediados del siglo XVII, el municipio es enajenado del dominio real y pasa a depender de señoríos particulares: primero, en 1640, del Conde-Duque de Olivares y, posteriormente, de los Condes de Altamira, situación que se prolongará hasta el siglo XIX. Con la creación de la provincia de Huelva, Aracena será considerada centro administrativo de la comarca en calidad de cabeza de Partido Judicial (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Aracena, capital de la comarca y centro turístico por excelencia de la sierra de Aracena, atesora una rica y agitada historia, que se hace parcialmente visible en los edificios históricos y los restos monumentales conservados. La torre que se alza en lo alto del cerro certifica la inequívoca presencia almohade. En el medievo fue enclave cristiano, priorato de la Orden de Santiago durante el siglo XIV y luego, en el XVII, señorío del conde-duque de Olivares, hasta acabar más tarde en poder del conde de Altamira. A partir de 1833 deja de formar parte de la provincia de Sevilla y se integra en los dominios territoriales de Huelva. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, vivió un periodo de esplendor plasmado en las ampliaciones del perímetro urbano, las casas señoriales y los edificios modernistas. Aracena organiza la parte más antigua de su caserío en semicírculos concéntricos -trazados alrededor de un cerro- que fueron extendiéndose a medida que la población se incrementaba.
     Precisamente en lo alto del cerro se inicia el recorrido, pues allí se concentran algunos elementos de interés histórico y monumental como el castillo y la iglesia de Santa María del Mayor Dolor. De la fortaleza se sabe que, ya en el siglo XI, se erguía como bastión musulmán y que fue reformada en la centuria siguiente, durante el periodo almohade, por Beni-Jaldón. Y que en 1283 Sancho IV de Castilla reconstruyó sus muros con el fin de robustecer las defensas frente a los ataques lusitanos. Destruida por los franceses en la guerra de la Independencia, exhibe cierta gallardía en unos lienzos que, vistos de lejos, contribuyen a realzar la vistosidad de la escenografía.
     Formando una de las imágenes más difundidas de Aracena, en la cúspide del cerro se levanta la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor. Máximo goce estético proporciona su contemplación a todo aquel que sube a verla y, tras pasar bajo una espadaña de ladrillo levantada en los años 70 del siglo pasado, examina las portadas y un pórtico con arcos muy esbeltos adosado al hastial occidental. La iglesia, cuya construcción se inició en el siglo XIII y se terminó a finales del XV, es espléndida. Pilares robustos sostienen un haz de nervaduras que dibujan profusas fantasías en las bóvedas. Aunque ejecutadas a comienzos del siglo XX, son estimables todas las rejas, tanto las que señalan el límite del presbiterio como las que cierran las capillas abiertas bajo el coro. Allí se exponen sillas, relieves, tallas, un arcón de madera y un retablo gótico (el de la Virgen de la Rosa) que duerme en el olvido.
     Si los alrededores de la iglesia forman un atrio don­de asomarse a contemplar las masas de encinas y la sucesión de cumbres, la enigmática torre mudéjar -vestigio de la época almohade- que se adosa al templo proporciona motivos de examen, centrados en la sinfonía de arcos ciegos, dibujos geométricos y ladrillos tallados que adornan uno de los lados.
     Bajando del castillo, pronto se llega a la plaza Alta. Se reúnen allí dos edificios singulares: el pósito y la iglesia de la Asunción. El pósito, llamado también Cabildo Viejo, es un edificio del siglo XV que fue inicialmente utilizado como almacén municipal de granos y más tarde, tras una restauración acometida en el siglo XVI, como sede del Ayuntamiento. Presenta una fachada muy sobria donde destaca su portada, trazada en 1563 por el arquitecto Hernán Ruiz II, y un curioso interior formado por bóvedas y arcos de ladrillo que se estructura en tres alturas. Acoge actualmente el Centro de Interpretación del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
     Entablando con el pósito diálogos de arquitectura se alza la iglesia de la Asunción, edificio cuya construcción se inició en 1476 y sólo muy recientemente ha finalizado. Su imagen más atractiva se encuentra justamente detrás de los altos contrafuertes que se asoman a la plaza y está formada por la espadaña de dos cuerpos y algunas torrecillas que sobresalen por encima de las casas. Tras el incendio del altar mayor ocurrido en la Guerra Civil, en los años 40 del siglo pasado se repobló el interior con imágenes modernas.
     La plaza de San Pedro es el lugar más apropiado para iniciar el acercamiento a la gruta de las Maravillas. Allí se puede aparcar cómodamente, se pueden contemplar los muros encalados de la ermita de San Pedro, cons­truida en el siglo XV, y se pueden admirar las esculturas al aire libre que, dispersas por otros puntos del caserío, engalanan las calles y forman el Museo de Esculturas al Aire Libre "Andalucía".
     La gruta de las Maravillas es una de las princi­pales atracciones turísticas de la sierra de Aracena y así lo certifican cada año los 150.000 visitantes que recibe. Abierta al público en 1914, esta cavidad de ori­gen kárstico ofrece un total de doce salas y seis lagos, enlazados por una galería. Todo ello en un trayecto que se extiende hasta alcanzar los 1.200 metros de longitud y cuyo recorrido dura unos 50 minutos. Y en verdad que en esta cueva la tenacidad y el capricho del agua han obrado maravillas en las rocas, que despliegan un amplio muestrario de fantasías geológicas y ofrecen estancias de notable espectacularidad y belleza. Destacan el lago de la Sultana y el Gran Lago. Afloran sobre el agua los nenúfares en el lago de las Esmeraldas.
     Frente a la entrada de la galería abre sus puertas el Centro de Interpretación de Aracena y el Gabinete Geominero. Este último presenta una extensa colección de rocas, minerales y fósiles traídos de todos los lugares del mundo.
     Las calles Alberca y monasterio de la Rábida con­ducen al Museo del Jamón, que también contiene un Centro de Interpretación del cerdo ibérico. En el centro se proporcionan las claves necesarias para conocer el proceso de elaboración de este exquisito producto y para comprender la cultura generada alrededor del animal que consigue el milagro de transfor­mar la bellota en exquisitez de los sentidos.
     La calle Gran Vía desemboca en la plaza del marqués de Aracena, centro vital de la ciudad y lugar donde se concentran las inquietudes de los adolescentes y las voces de los niños. Una sucesión de fachadas armónicas aportan los decorados de este gran espacio escénico. Contribuyen a sostener la armonía arquitectónica de la plaza las líneas, huecos y adornos del casino Arias Montano, edificio construido en 1910 por Aníbal González que se inspira en el modernismo austríaco para ordenar geométricamente la horizontalidad de las fachadas. Llama la atención, en su interior, el gabinete de lectura instalado en la planta baja, que contiene una chimenea de estilo inglés y un amplio ventanal en semicírculo asomado a la vida palpitante de la plaza. En la planta superior se encuentra el salón de baile, muy concurrido en su época, que desató roces y miradas en la íntima zozobra de los acercamientos. Dicho salón, que dibuja un óvalo perfecto, está hoy ocupado por una solitaria mesa de billar cubierta con un paño rojo. En uno de los lados agoniza la sonrisa callada de un piano. Varios sillones vacíos, que guardan la memoria de los tiempos pasados, ocupan el perímetro ovalado. Detrás del casino se esconde la iglesia del Carmen, templo mudéjar muy reformado que formó parte de un convento de carmelitas, luce dos espadañas de ladrillo y merece ser citado por haber acogido en 1597 una cátedra de latinidad fundada por Arias Montano.
     Tras examinar en la calle Constitución los edificios modernistas y eclécticos levantados en uno de los periodos de esplendor que vivió la villa y endulzar la boca y el espíritu con el tocino de cielo, los piñonates y los bizcochos borrachos que, desde 1875, salen del obrador instalado en la confitería Rufino, los pasos se encaminan a la plaza de Santa Catalina. Allí esperan el Ayuntamiento y el convento de Santa Catalina. Colorista y geométrica, la casa consistorial se alza como una muestra de la arquitectura neomudéjar proyectada por el arquitecto sevillano Aníbal González. Empleando la piedra y el ladrillo rojo, fue terminada en 1911. El convento de Santa Catalina Mártir acoge una comunidad de monjas carmelitas. Habitan un edificio construido en el medievo que, en sus secretos de clausura, esconde un patio mudéjar cuyas galerías se pueblan de arcos de medio punto enmarcados en alfiz. La iglesia monacal muestra una fachada blanca donde se aloja una portada de ladrillo ejecutada en 1536. El convento de Jesús y María, edificio que albergó en 1662 una comunidad de monjas dominicas, se levanta en la calle del mismo nombre. A la espera de convertirse en establecimiento hotelero, enseña dos lacónicas portadas de ladrillo.
     Finaliza el recorrido por la villa de Aracena en la plaza de Santo Domingo, lugar donde se encuentra el tem­plo que, desde 1564, perteneció al antiguo convento de dominicos. Presenta un interior de tres naves y arcos apuntados de ladrillo. Pinturas murales en el ábside (siglo XVI), se utiliza como sala de exposiciones y conciertos (Pascual Izquierdo, Un corto viaje a Huelva. Guiarama compact. Anaya Touring. Madrid, 2012). 
     La gruta de las Maravillas, el castillo-fortaleza, la impecable blancura de sus calles y el paisaje quebrado y umbroso constituyen los cuatro pilares sobre los que se asienta el atractivo de esta ciudad, capital de la serranía de su nombre.
Historia
     Aunque poblada buena parte del territorio desde el Paleolítico, de la ciudad como tal no se tienen noticias fidedignas hasta bien avanzada la Edad Media, poco antes de que en el siglo XIII la Orden de los Hospitalarios la conquistase para el reino de Portugal. En 1255, tras el Conflicto del Algarve, durante el que castellanos y portugueses disputaron largo tiempo por el dominio de la región, pasó a poder de la corona de Castilla. La tradición popular narra cómo Aracena fue cedida a la Orden del Temple, pero desde el punto de vista histórico esta hipótesis no tiene ningún sustento. En cambio, sí es cierto que fue cedida en 1291 por Sancho IV al Concejo de Sevilla.
     En el siglo XVII pasó a depender, primero, del conde-duque de Olivares y posteriormente, del conde de Altamira, en cuyas manos permaneció hasta los primeros años del siglo XIX. De tradición principalmente ganadera, conoce desde hace bastantes años la irrupción del turismo, atraído sobre todo por el imán de la famosa gruta de las Maravillas.
Gastronomía
     El cocido, con abundante materia cárnica, los guisos de conejo y de perdiz y, sobre todo, el riquísimo jamón de pata negra junto con los embutidos de cerdo constituyen el fundamento de una cocina enérgica de gran colorido y excelentes sabores.
     Los productos derivados del cerdo han sido recogidos en una Denominación de Origen.
Artesanía
     Produce cerámica artística vidriada en tonos azules, verdes, blancos y marrones, con diversidad de figuras.
Fiestas
     El Jueves Santo desfila en procesión la hermandad más antigua del pueblo, la de la Vera Cruz, que data del siglo XVI y cuyos hermanos lucen en sus túnicas la cruz del Templo. Sale de la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, situada en la cima del cerro del castillo, resultando muy emocionante verla descender la empinada pendiente que conduce hasta las calles del pueblo.
     El día de San Juan se celebra la fiesta del Pirulito en la barriada del Monasterio de la Rábida, así como otras Velás populares en los barrios de San Pedro, Santa Lucía o San Roque durante la temporada estival.
     El tercer fin de semana de agosto se celebra la feria y fiesta local, con casetas y Real de la Feria. El 8 de septiembre Aracena participa en la romería de Nuestra Señora de los Ángeles del vecino pueblo de Alájar, y a principios de junio cuenta con su propia romería de la Pastora a la ermita de la antigua aldea de Las Granadillas.
     En mayo hay una buena feria de ganado y en febrero se celebran unos reconocidos Carnavales.
Visita
     La ciudad, de bellas y blancas casas, muchas de ellas señoriales, desciende formando semicírculos desde el cerro del castillo. Construido por los portugueses en el siglo XIII sobre la aldea almohade de Cartasana, queda el recinto central, una torre, dos aljibes y lien­zos de las cercas que protegían la antigua población.
     Junto al castillo se encuentra la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, la parroquia más antigua de Aracena. De estilo gótico, posee tres naves de idéntica altura con bóvedas de nervios en estrella y en el exterior una preciosa torre mudéjar.
     Bajando la Cuesta del Castillo, en la Plaza Alta se levanta la iglesia de la Asunción, templo renacentista iniciado en el siglo XVI y jamás terminado. Enfrente se halla el Cabildo Viejo, en el que destaca la portada principal, realizada en 1563 por Hernán Ruiz II. Actualmente acoge el centro de acogida de visitan­tes del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
     La entrada a la gruta de las Maravillas se encuentra en un extremo del pueblo, en la calle Pozo de la Nieve. Es un fantástico monumento natural abierto bajo el monte en el que se levanta el castillo y formado por la milenaria filtración del agua a través de la roca calcárea.
     La visita, para la que es conveniente concertar fecha llamando a la recepción de la gruta, dura aproximadamente una hora y consiste en un recorrido de unos 1.200 m. a través de sus salas y lagos, rodeados por estalactitas y estalagmitas que forman asombrosas y sugestivas figuras. La Cristalera de Dios, Los Brillantes o el Gran Lago son ejemplos de una obra que deslumbra sobre todo por su grandiosidad.
     En el edificio de recepción de la gruta existe una magnífica colección de minerales y fósiles provenientes de todo el mundo, donada en 1983 por Francisco Palomino.
     En la plaza de San Pedro, la calle Pozo de la Nieve y en otras tantas se ha levantado en fecha reciente el Museo de Arte Contemporá­neo de Andalucía, al aire libre, con figuras, entre otros muchos artistas, de Teno, Alberdi, Abigail Varela o Pepe Noja (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
     El núcleo primitivo se asienta en la ladera norte del Cabezo de San Jerónimo, coronado por la Iglesia-Mezquita y el Castillo. Sus altitudes más significativas son: el Castillo, 751,0 metros: la Plaza Alta 693,0 metros; la Plaza del Pilar, 683,0 metros; Plaza de Doña Elvira, 682,0 metros; y el acceso Norte, 721,0 metros.
     Ha tenido un proceso de crecimiento orgánico dirigido por las vías intermunicipales de comunicación y por la topografía.
     Debido a la orografía del lugar donde se asienta, su estructura urbana se caracteriza por poseer manzanas estrechas y alargadas que dan lugar en algunos casos a largas calles siguiendo las cotas de nivel y en otros a calles muy cortas según la línea de máxima pendiente.
     La tipología residencial predominante responde a la casas unifamiliar de una o dos plantas y desván ("sobrado" o "soberao"). Suelen tener patio trasero donde se construyen piezas secundarias. El acceso a las viviendas se realiza generalmente por la calle más alta. También posee buen número de casas- palacio, sobre todo en entorno Plaza del Marqués Aracena.
     La localidad creció tanto, que se solicitó permiso de los Reyes Católicos para trasladar su Centro Parroquial desde la Iglesia de Santa María del Castillo a otra de nueva planta. Posteriormente Sevilla segregó del término de Aracena las villas de Higuera y Galaroza creándolas villa "sobre sí".
     Del Patrimonio Monumental hay que destacar: los restos del Castillo Almohade (S. XIII), los templos gótico-mudéjares y renacentistas de Nuestra Señora Del Mayor Dolor, Nuestra Señora de la Asunción, Santa Catalina, El Carmen, Santo Domingo, San Roque, Santa Lucía, San Pedro, Convento de Jesús María y José, etc (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Restos del castillo-fortaleza
     Son escasos los restos que se conservan del castillo de Aracena. Recientes excavaciones han puesto de manifiesto que este complejo militar constaba de una cerca exterior y un alcázar interior. La cerca, construida con mampostería, presenta largos tramos rectilíneos con la peculia­ridad de no incluir torres de defensa en su recorrido. El alcázar, también de planta irregular, incluye dos sectores separados por un fuerte muro interior que contiene una gran torre: uno destinado posiblemente a los aposentos del alcaide y el otro, para la guarnición militar del castillo. Su perímetro estuvo protegido por torres rectangulares. Tales características contrastan con las del resto de las fortalezas castellanas de la zona, lo que permite vincular este caso con las fortalezas levantadas por las Ordenes Militares en Extremadura y Sur de Portugal (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     El origen de la actual localidad de Aracena se sitúa en la cumbre del cerro donde se ubican el Castillo y la Iglesia Prioral Ntra. Sra. del Mayor Dolor. Durante la Baja Edad Media se configuró como una villa fortificada, defendida por una cerca muraria y un castillo. Este emplazamiento defensivo de la Aracena bajomedieval cuenta con vestigios de asentamientos precedentes. Existe constancia material de una ocupación anterior a la cristiana, que se puede fechar entre los siglos XII al XIII. Ello indica un poblamiento andalusí, durante la etapa almohade.
     El castillo de Aracena presenta una analogía estructural con los castillos portugueses y unas diferencias sustanciales con los castillos de la Banda Gallega. Se piensa por ello, que el castillo de Aracena comenzó a ser construido por la Orden del Hospital que completaría entre 1233, fecha de la conquista portuguesa, y 1267, momento de cesión a la corona castellana, una fortaleza con núcleo central protegido por torres rectangulares y dividido en dos zonas, una con torre del alcaide y aljibe y otra mayor para la guarnición que contaba también con su aljibe, una barbacana que rodeaba todo el recinto y una cerca de grandes proporciones que circundaba el núcleo principal y que serviría para albergar a los primeros repobladores.
     Esta población de mediados del siglo XIII no contó con arrabal y se mantuvo dentro del espacio definido por la cerca, fiel al modelo de repoblación definido por la corona portuguesa en los momentos en que Castilla reclama la entrega de estas villas.
     Alfonso X, en 1259, confirmó a la Orden de Santiago sus privilegios en Aracena.
     La segunda cerca del castillo se construiría a mediados del siglo XIV, para permitir la extensión del caserío.
     En el siglo XV la población de Aracena, en constante aumento, empieza a extender el caserío fuera de la muralla.
     Durante el siglo XVI se produce el abandono progresivo de las viviendas situadas en el interior de la cerca del castillo, y traslado del centro de la población a la Plaza Alta. También el castillo comienza a ser utilizado como cantera de materiales de construcción.
     El castillo de Aracena se compone de un núcleo central, dividido a su vez en dos zonas, y dos cercas concéntricas que permitirían la repoblación de la zona a partir de finales del siglo XIII. La parte central del castillo (alcazaba) está formada por un recinto amurallado de planta sinuosa, adaptándose al terreno, flanqueada por torreones cuadrados. El aparejo es de mampostería con caras canteadas e interior con relleno de argamasa y cascote. En el interior de este primer recinto existe una división tajante entre un reducto dominado por una torre exenta de la muralla principal (Torre del Alcaide), dotado de un aljibe enmascarado en el interior de una torre de la cortina exterior, y una zona, separada de la anterior por una muralla interior, donde se asentaría la guarnición militar del castillo, que cuenta también a su vez con un aljibe adornado con arcadas ojivales sencillas excavado en la roca. Este recinto central estuvo rodeado de una barbacana de baja altura que rodeó todo el perímetro murado.
     El elemento singular de este castillo es la existencia de una extensa cerca, cuyo paño principal se conserva íntegro en la ladera Oeste y por debajo de la terraza que se construyó artificialmente para asentar la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores. La construcción de la citada iglesia, en el espacio de la fortaleza militar, significó la preponderancia del factor religioso sobre el militar.
     Además de la alcazaba, la barbacana y esta primera cerca, el castillo contó con una segunda cerca, ladera abajo, que constituye una amplia cintura murada del núcleo principal.
     Esta descripción del castillo, esbozada a través de tres elementos principales, el castillo, la barbacana y la cerca, contrasta con el diseño de las fortalezas de la Banda Gallega en tiempos de Sancho IV. Un elemento esencial de diferencia se centra sobre todo en la planta del castillo, que no alterna las torres cuadrangulares y las semicirculares. 
     Tampoco los castillos construidos por Sancho IV tienen barbacana, salvo para la protección de la puerta principal, ni cerca ni división interna del núcleo principal con separación de una zona noble y otra para la guarnición militar. Este modelo de castillo encuentra buenos paralelismos en la zona fronteriza de dominio portugués (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Convento de Jesús y María
     Cenobio de religiosas dominicas que fue ocupado en 1662 y bendecido en 1674. Tras las desamortizaciones del siglo XIX, pasó a propiedad privada y actualmente se proyectan otras obras para transformarlo en establecimiento hotelero [Hotel Convento Aracena]. En su exterior son de interés el mirador sobre la cabecera y, en especial, las dos portadas laterales de la iglesia, realizadas en ladrillo visto aplantillado, de estilo barroco popular andaluz, que no deja de recordar ciertos ejemplos hispanoamericanos (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Este edificio se erigió para el retiro de religiosas promovido por la mística sor María de la Trinidad, seguidora de los pasos de San Juan de la Cruz, y el jurado sevillano Cristóbal López de Vergara.
     Fue convento dominico desde 1662 hasta la década de los 70 del pasado siglo XX, en que acogió un almacén de fabricación de piezas de cerámica. De su exterior destacan las portadas laterales de la iglesia, en la calle Jesús María, ambas construidas en ladrillo visto aplantillado y con una fisonomía propia de los cánones del barroco popular andaluz.
     La puerta principal, enmarcada por un alfiz, contiene decoración geométrica y vegetal.
     La iglesia interior, de estilo barroco, posee una sola una nave con capillas laterales.
     En el interior del convento sobresalen el claustro y las dependencias de la clausura.
     En la actualidad se ha transformado en hotel (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de San Jerónimo
     Se encuentra situada en las afueras de la locali­dad en estado de total abandono. Se trata de un edificio medieval de tipología de arcos transversales, reformado a mediados del siglo XVI, con un lenguaje clasicista (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Se trata de una Ermita de la tipología de arcos transversales. Es de solo una nave con contrafuertes, dos circulares y cuatro rectangulares. El presbiterio está cubierto con bóveda de crucería y una sola nave. Una segunda fase constructiva corresponde a la portada del hastial.
     Hoy día lamentablemente convertida en establo, se encuentra situada a unos centenares de metros de la población en la carretera hacia Campofrío (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de San Pedro
     Se trata de un edificio de origen medieval, cuya cabecera sería datable a principios del siglo XVI, mientras el cuerpo de la nave, las portadas y la espadaña, concebidas a modo clasicista, corresponden a un período posterior.
     El edificio, desprovisto de sus retablos originales, fue rehabilitado en torno a 1970 para destinarlo a fines culturales. En aquel momento se colocó en su presbiterio un retablo de estípites de mediados del siglo XVIII para una interesante imagen de San Pedro Pontífice de principios del XVI, con una inscripción alusiva a su depósito por la Dirección General de Patrimonio (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Es una de las ermitas con las que contaba Aracena en los inicios de las vías de comunicación principales.
     Fue construida en el s. XV. Posee un ábside de planta cuadrada que se cubre con una bóveda de crucería, una sola nave y dos portadas edificadas con posterioridad. La principal, situada en la fachada que asoma a la plaza y que deja ver una cubierta a dos aguas, tiene una ligera decoración con pilastras adosadas que soportan un frontón truncado, en el que se inscribe una pequeña ventana circular que proporciona luz al interior.
     Está culminada por una espadaña que, como el resto de la fachada, es de estilo clasicista.
     Su segunda portada, situada en el lateral izquierdo, es también clasicista pero de una decoración más austera que la principal. Su puerta, con forma de arco de medio punto, está enmarcada por un sencillo alfiz y rematada por un tejadillo que apenas asoma de la pared (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de San Roque
     El edificio responde a la tipología de ermitas mujéjares de arcos transversales en su versión clasicista de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII. Hoy sólo tiene interés su exterior, donde destaca su portada (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Este templo construido en el inicio del camino hacia Extremadura, es un conjunto edifcado entre los siglos XVI y XVII.
     La ermita de San Roque presenta una sola nave de planta cuadrangular, con arcos transversales y bóveda vaída. Dentro de su sencillez generalizada, lo más destacado de este edificio es su portada, ejemplo del manierismo sevillano, con escasa ornamentación (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de Santa Lucía
     El edificio es una típica ermita mudéjar de arcos transversales, datable en el siglo XV o principios del XVI, en la que destacan los contrafuertes angulares de sección cilíndrica de su cabecera. Recientemente ha sido restaurada.
     El presbiterio contiene un retablo recompuesto con elementos neoclásicos del siglo XIX y un púlpito de fábrica datable a finales del siglo XVI, que conserva parcialmente el primitivo enlucido con esgrafiados y pinturas decorativas de la misma época (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La ermita de Santa Lucía levantada en el camino hacia Portugal cuenta con una sola nave soportada por arcos transversales apuntados. La planta es basilical con tres arcos de medio punto que la atraviesan transversalmente. El altar está separado del resto por un arco apuntado junto con dos capillas laterales que se comunican con el altar. Todo encalado de blanco. Interiormente la cubierta es de madera a dos aguas.
     De su exterior se observan las fachadas encaladas con portada o campanario de ladrillo. Destacan los contrafuertes cilíndricos situados en la cabecera, así como su portada, enmarcada por dos arcos apuntados y abocinados en ladrillo rojo, al igual que el alfiz que la culmina.
     Fue objeto de obras de reforma a finales del s. XX (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Gruta de las Maravillas
     La Gruta de las Maravillas es el emblema por excelencia de Aracena. Situada en pleno casco urbano, la riqueza y variedad de formaciones que se contemplan en su recorrido de 1.200 metros la convierten en una de las cuevas turísticas más visitadas de España, siendo además, una de las pioneras de este tipo de turismo en Europa.
     Las primeras referencias sobre su descubrimiento datan de 1850 por trabajos mineros y abrió al publico en 1914.
     La gran extensión de sus lagos, la abundancia y variedad de formaciones, y la longitud de su desarrollo hacen de este complejo subterráneo un conjunto de gran belleza y vistosidad y es, por ello, un lugar especialmente atractivo desde el punto de vista turístico.
     Formaciones estalactíticas, estalagmitas, columnas, gours, coladas, pisolitos, excéntricas, cortinas... todo un mundo que la persistencia del agua, la piedra y el tiempo han ido conformando para que la imaginación humana, pueda sentir la dimensión exacta de la naturaleza.
      Diseminadas a lo largo de un recorrido circular, con galerías que se sobreponen en 3 niveles de alturas diferentes, arrulladas por el silencio que el agua de sus lagos es capaz de proponer, por el soniquete mágico que el perseverante goteo desde las alturas marca como un compás del tempo geológico de la tierra, las sorpresas se presentan a sus visitantes.
     Es una cavidad freática originada por la acción erosivo-disolutiva de las aguas sobre las rocas, mármoles, del Cerro del Castillo.
     Posee un desarrollo horizontal en el que se pueden distinguir tres niveles de galerías superpuestos. La abundancia y la variedad de espeleotemas o formaciones calcáreas, estalactitas, estalagmitas, columnas, gours, coladas, pisolitos, excéntricas, cortinas, aceras de calcitas, etc., la convierten en un lugar especialmente atractivo desde el punto de vista turístico.
     La temperatura es constante durante todo el año y oscila entre 16 y 19 grados centígrados. La humedad relativa del aires varía entre el 98 y casi el 100% (Ayuntamiento de Aracena).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Castillo-Fortaleza; Convento de Jesús y María; Ermitas de San Jerónimo, San Pedro, San Roque, y Santa Lucía; y Gruta de las Maravillas) de la localidad de Aracena (I), en la provincia de Huelva. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia onubense.

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