Un paseo por la calle Tomás de Ibarra

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Tomás de Ibarra, de Sevilla, dando un paseo por ella.

   Hoy, 16 de diciembre, es el aniversario del nacimiento (16 de diciembre de 1847) de Tomás Ybarra González, político y empresario, a quien está dedicada esta vía, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Tomás de Ibarra, de Sevilla, dando un paseo por ella.

     La calle Tomás de Ibarra, en el Callejero Sevillano, es una vía que se encuentra en el Barrio del Arenal, del Casco Antiguo, y va de la calle Almirantazgo, a la plaza Ministro Indalecio Prieto.

   La  calle, desde  el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en  la  población  histórica  y en  los  sectores  urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las  edificaciones  colindantes  entre  si. En  cambio, en  los  sectores  de periferia donde predomina la edificación  abierta,  constituida  por  bloques  exentos,  la  calle,  como  ámbito  lineal de relación, se pierde, y  el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.

   El primer nombre relacionado con esta calle es el de Vitoria, que aparece en un documento de 1345, probablemente apellido de algún vecino; documentos y autores posteriores la denominan, por error, Victoria. Desde la última década del  s. XV, a veces junto con Almirantazgo, se conoce como Cuernos, y desde 1700 aparece como Aceite, por la cantidad de almacenes de este articulo existentes en ella y la vecindad del mercado del mismo, hasta que en 1868 se le cambia por Aduana. Hasta esta fecha, su último tramo se había denominado plaza de la Casa de la Moneda y de la Aduana, por los dos edificios ubicados en ella, pero en dicho año la plaza y la calle quedaron unificadas bajo la denominación de Aduana, si bien algunos callejeros de dicho siglo incluyen ya la Aduana en la calle del Aceite, y después de la unificación algunos planos la siguen rotulando plaza de la Aduana. Finalmente, en 1918 se le dio el nombre actual, en memoria de Tomás de Ybarra González (1847-1916), hijo del primer conde de Ybarra, jefe provincial del Partido Liberal Conservador, diputado y senador, a cuyas expensas se restauraron algunas puertas de la Catedral. Durante los años de la II República se le devolvió el nombre de Aduana. En algunos textos se dice que también se llamó Conquista.

     Es una calle recta, que experimenta al final, delante del edificio de Hacienda, un ensanche considerable a modo de plaza [rotulada hace unos años como plaza Ministro Indalecio Prieto]. Este diseño aparece en los primeros planos conservados (Olavid, 1771) y responde al hecho de que a la altura de la citada fachada iba la muralla de la ciudad, y mientras en el resto de la calle se fueron adosando casas a la misma, no ocurrió allí o fueron demolidas al ubicarse la Aduana en 1587. En cuanto a sus dotaciones, se adoquina en 1868, y sobre este pavimento se echó el riego asfáltico en los años sesenta-setenta. Las aceras son bastante estrechas. En 1926 se aprueba la sustitución del gas por la electricidad en el alumbrado público, que en la actualidad se apoya en brazos de fundición adosados a la pared. Predominan las casas de tres plantas, salvo en las de reciente construcción, con cuatro y más. Se conservan algunas del s. XVIII; destaca el antiguo bar El Barril, obra de Aníbal González, de estilo regionalista, la fachada trasera de Correos y el núm.7-9, casa modernista de Simón Barris. Su proxi­midad al Postigo del Aceite y a la Aduana definió su actividad. Según González de León, todavía en su tiempo casi todas las casas estaban dedicadas a almacenes de aceite. En su parte final estuvo la Aduana y el Almacén del Azogue del Rey, en varias naves de las antiguas Atarazanas, que a comienzos de la década de 1940, al trasladarse la Aduana, se demolieron y se construyó la Delegación Provincial de Hacienda (1942), obra de Miguel Durán Salgado. En 1875 se instala en esta calle el Club de Regatas y se aprueba una parada de carruajes de alquiler. A comienzos de este siglo por ella se extendía la velada que se celebraba, con ocasión de la Inmaculada, en el vecino Postigo del Aceite. Durante los años sesenta y setenta fue una calle animada, sobre todo por los universitarios que acudían por las tardes a los numerosos bares en ella existentes, algunos de los cuales han cerrado, como el célebre El Barril. Hay mayor concentración de otro tipo de pequeño comercio al comienzo de la calle. A fines del s. XV estaba ubicado aquí el Hospital de Nuestra Señora de la Antigua. En una casa del s. XVIII un azulejo indica que por ella se comunica­ba con el Hospital de la Caridad en los casos de inundación. El ensanche delantero de Hacienda está convertido en aparcamiento. En esta calle vivió Francisco Palacios, "El Pali", singular intérprete de sevillanas [Antonio Collantes de Terán Sánchez, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].

Tomás de Ibarra, 14. Casa del siglo XVIII, de tres plantas, con portada de arco mixtilíneo decorada con molduras, también mixtilíneas, que enlazan con la repisa  del balcón. En la actualidad esta portada se ha convertido en ventana.

Tomás de Ibarra, 28. Casa del siglo XVIII, de dos plantas y ático con vanos de medio punto se­parados por pilastras [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].

Conozcamos mejor la Biografía de Tomás Ybarra González, a quien se le dedica esta vía;

     Tomás Ybarra González, (Sevilla, 16 de diciembre de 1847 – 20 de noviembre de 1916). Político y empresario.

     Fue el tercero de los hijos de José María Ybarra Gutiérrez de Cabiedes, I conde de Ybarra, y de Dolores González Álvarez. Contrajo matrimonio en primeras nupcias con María Josefa de Pablo Llorente, en segundas nupcias con María de la Concepción Lasso de la Vega Zayas, y en terceras con Emilia Osborne Guezala.

     Formó, junto a sus cuatro hermanos, uno de los grupos empresariales y políticos más influyentes de Sevilla durante el último tercio del siglo xix y el primero del siglo xx. La Casa Ybarra explotó de forma comanditaria un conjunto de empresas mercantiles, agrarias, fabriles y mineras que proporcionó a la familia un patrimonio diversificado y en constante aumento. Si Ramón Ybarra González asumió preferentemente la gestión financiera del entramado empresarial familiar, Tomás se encargó de la actividad política del grupo. Desde una concepción de la esfera pública muy característica de la época, se ocupó de encauzar la representación de la elite económica provincial a través del Partido Conservador. Su hermano mayor, Eduardo, había presidido este partido desde 1890, y Tomás heredó el cargo a partir de 1911. Tras haber sido diputado provincial, fue diputado a Cortes de forma continuada desde 1896, hasta que en 1903 pasó a ser senador. Ocupó este último puesto de forma vitalicia hasta 1916.

     Promovió la financiación de diversas obras públicas relacionadas con la modernización de la ciudad de Sevilla, entre las que destaca la reordenación del curso del río Guadalquivir y del puerto fluvial. Su participación en obras de reconstrucción especialmente significativas, como la de la catedral sevillana, le granjeó merecida fama de mecenas y promotor cultural (María Sierra, en Biografías de la Real Academia de la Historia).

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La calle Tomás de Ibarra, al detalle:

Edificio de Correos

Edificio Tomás de Ibarra, 14

Edificio Tomás de Ibarra, 28

Edificio Tomás de Ibarra, 7-9