Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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lunes, 5 de diciembre de 2022

Los principales monumentos (Capillas de San Bartolomé, y de San Sebastián o del Cristo; Edificios civiles, y rurales; Ermitas de Ntra. Sra. de Gracia, y de la Sangre de Cristo; Iglesia parroquial Ntra. Sra. de la Asunción; Monumentos públicos; y Residencia Madre de Dios (PP. Orionistas)) de la localidad de Almonte (I), en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Capillas de San Bartolomé, y de San Sebastián o del Cristo; Edificios civiles, y rurales; Ermitas de Nuestra Señora de Gracia, y de la Sangre de Cristo; Iglesia parroquial Ntra. Señora de la Asunción; Monumentos públicos; y Residencia Madre de Dios (PP. Orionistas)) de la localidad de Almonte (I), en la provincia de Huelva.
Ubicación
     Situada en la costa oriental de la provincia.
Reseña histórica breve
     Los primeros restos de asentamientos tartésicos datan del siglo VIII a.C. y muestran su dedicación a la producción de plata.
     De la época romana se han encontrado restos de dos villas romanas y en el Parque Nacional de Doñana, en el Paraje del Cerro del Trigo restos de una factoría Imperial Romana dedicada a la fabricación de salazón.
     En época musulmana ya cobra importancia la cría de caballos en la zona de las marismas. El territorio se encontraba dentro de la Cora Niebla.
     Reconquistado por el rey Alfonso X el Sabio en 1262, se erigió una pequeña donde se veneraba la imagen de Ntra. Sra. de Las Rocinas, que dio origen, con el tiempo, a la Romería del Rocío. En el año 1335 se crea la villa de Almonte y se concede a Alvar Pérez de Guzmán, Alguacil Mayor de Sevilla, pasando posteriormente al dominio del Duque de Medina Sidonia.
     Durante los siguientes siglos que estableció como cazadero real parte del lugar, quedando el Coto de Doña Ana reservado para las actividades cinegéticas y de la cría de ganado vacuno.
     En 1653 el pueblo de Almonte nombra a la Virgen del Rocío Patrona de la villa y se comienza a realizar las “venidas” de su imagen al pueblo para rogarle su intercesión ante las sequías, las epidemias, etc.,
     Las escaramuzas guerrilleras de los almonteños contra las tropas de ocupación francesas dio origen al conocido como Voto del Rocío Chico, que se celebra desde de 1813.
     El siglo XIX supuso un decaimiento de la zona, superado en la siguiente centuria con un importante desarrollo socioeconómico y cultural.
Patrimonio cultural y artístico
     Ayuntamiento, edificio barroco del siglo XVI.
     Santuario de El Rocío
     Iglesia de la Asunción
     Ermita del Santo Cristo
     Museo de la Villa
     Centro Cultural de la Villa
     Monumento a la Coronación
     Sebastián Conde
     Monumento Nuestra Señora de El Rocío
     Monumento a las Abuelas Almonteñas
     Torre Chimenea-Alambique
     Parque Nacional de Doñana
Fiestas y tradiciones
     Romería de El Rocío, de sábado a lunes de Pentecostés.
     Feria de San Pedro, a principios de julio.
     El Rocío Chico, del 17 al 19 de agosto.
     La Saca de Yeguas, el 26 de junio.
     Las Venidas de la Virgen de El Rocío, cada siete años.
     Fiesta de la Primavera
     Aicab, Aldea Internacional del Caballo
Recursos económicos y sociales
     La agricultura, la ganadería y el turismo.
Gastronomía
     Los platos elaborados con productos del mar, la caza o la huerta local ofrecen una exquisita oferta gastronómica, como la caldereta de borrego o la liebre en salsa (Diputación Provincial de Huelva).
     Su nombre es un topónimo híbrido mozárabe-árabe, resultante de la unión del artículo árabe al y del sustantivo latino monte, claro testimonio de sus orígenes romanos e hispanovisigóticos, y de la ulterior dominación árabe. La villa de Almonte se incorpora al condado de Niebla en 1599. Pertenece al partido judicial de La Palma del Condado. Se encuentra a 47 Km. de la capital, situada a 75 m. de altitud, con 19.641 habitantes en el total del municipio, comprendiendo en esta cifra las poblaciones de la aldea de El Rocío y la playa de Matalascañas. Su término municipal, con 865,7 Km2. es el mayor de la provincia, y uno de los mayores de España. Su territorio es llano, en gran parte constituido por terrenos de aluvión, cruzándolo numerosos arroyos afluentes del Guadalquivir marismeño. Gran parte del Coto de Doñana se encuentra en su demarcación territorial. La playa de Torre de la Higuera y la urbanización de Matalascañas constituyen una importante zona turística, en pleno desarrollo. Su economía se basa, en la actualidad, en la agricultura, en la explotación forestal, y en el turismo, pilares que se apoyan en el medio natural, y en el atractivo religioso y festivo del Santuario del Rocío (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Una distancia de 15 km separa el Rocío de Almonte. En sus tiendas, calles, plazas, edificios y letreros se advierte que Almonte vive para Doñana y el Rocío. Pero posee personalidad propia como pueblo y ésta se manifiesta de forma destacada en la veneración que siente hacia el pasado y la alegría con la que vive el presente.
     Almonte es un pueblo andaluz, grande y bien cuidado, horizontal y luminoso, con fachadas que deslumbran por lo blanco y manzanas de casas que articulan un lenguaje armonioso de ventanas, balcones y labores de forja. Rodeado de vides y olivos, pinos y encinas, cotos y dunas, se sitúa entre las marismas del Guadalquivir y las campiñas vinícolas del Condado.
     La plaza de la villa reúne gran parte de la riqueza monumental. A ella se asoman los arcos sostenidos por dobles columnas que forman las galerías de la Casa Consistorial, edificio construido en el siglo XVI, inaugurado en el XVII y remodelado en el XVIII. Fue en la reforma de 1795 cuando se fijó el aspecto que en la actualidad presenta, aunque en una restauración efectuada en 1997 se introdujeron unos azulejos artísticos que antes no tenía.
     A la plaza también se asoma la fábrica de la iglesia parroquial, que, reconstruida en estilo barroco tras el terremoto de Lisboa, presenta fachada de blancas simetrías aún no culminadas y luce portada barroca de ladrillo y torre con chapitel y cuerpo de campanas. Cerca se encuentran la capilla del Cristo (siglo XVII) y la ermita de san Bartolomé (siglo XVI). Entre los atractivos turísticos de la villa destaca el Museo de la Villa, que se aleja del habitual estilo que impera en los centros etnológicos y presenta de manera atractiva, en una antigua almazara, el pasado agrícola, ganadero y forestal de esta localidad onubense.
     Además de lo que se refiere al Rocío y las marismas, en Almonte se vive con intensidad todo lo que se relaciona con el mundo del caballo. Prueba de ello es el número de tiendas y artesanos dedicados a la guarnicionería y el monumento a la Saca de las Yeguas, que expresa tanto la especial vinculación de los almonteños con Doñana, como el homenaje que se rinde a la celebración tradicional que, desde hace varios siglos (con certeza documentada desde 1504), tiene lugar cada 26 de junio, día en que yeguas y potrillas son recogidos de los enclaves marismeños donde pastan y, tras un peregrinaje por sendas y pinares, hacen su aparición por el lugar denominado el Chaparral (Pascual Izquierdo, Un corto viaje a Huelva. Guíarama compact. Anaya Touring. Madrid, 2012). 
     Esta ciudad, situada en los aledaños del Parque Nacional de Doñana, brilla por su inimitable blancura, por el aroma de sus vinos y por la devoción mariana de sus gentes.
Historia
     El gran arqueólogo alemán Schulten buscó por las tierras de su término la localización de Tartessos, aunque, como ha ocurrido en otros lugares, no consiguió dar con ellos, probablemente no porque Tartessos no llegara hasta aquí, sino porque más que de un lugar se trataba de una cultura asentada en una multiplicidad de lugares. En todo caso, el término de Almonte estuvo poblado desde la Edad del Bronce y es muy posible que la actual ciudad se asiente sobre la antigua Alostigi romana. Durante la domina­ción árabe el territorio careció de relevancia.
     En 1237 conquistó la ciudad Ruiz González, quien hizo prisioneros a sus habitantes que huían hacia Ronda. A mediados del siglo XV fue comprada por el duque de Medina Sidonia y conde de Niebla don Juan Alonso de Guzmán, que pretendía unir, a través de su término, la ciudad de Niebla con Sanlúcar de Barrameda, sede de la casa ducal. Almonte perteneció al condado de Niebla durante toda la Edad Moderna, hasta que en 1812 las Cortes de Cádiz pusieron término a esta jurisdicción.
     En la actualidad, Almonte vive una existencia tranquila durante la mayor parte del año, hasta que, por Pentecostés, llega la romería del Rocío. La agricultura, centrada fundamentalmente en los viñedos, la producción de vino y el turismo, en franca expansión en la playa de Matalascañas, constituyen los principales ejes de su economía.
Gastronomía
     En la playa de Matalascañas se cuenta con una amplia representación de la cocina nacional e internacional. En el pueblo, la cocina tradicional se nutre principalmente de los productos del campo. Son platos tradicionales la caldereta de cordero, la sopa marismeña, hecha con carne de gallina y conejo; el sopeao, un gazpacho que lleva cebolla, y el cocido almonteño, plato fuerte del invierno hecho con carne de cabra. Todo ello regado con los excelentes caldos del país. En repostería tienen gran atractivo el rosquete de vino y la torta de polvorón.
Fiestas
     Lo más importante de la localidad, cuya fama hace tiempo que traspasó todas las fronteras, incluidas las internacionales, es la Romería del Rocío, que se celebra el Domingo de Pentecostés y cuya descripción pormenorizada se hace en la entrada correspondiente a El Rocío. El 19 de agosto tiene lugar el Rocío Chico, llamado así porque no participa más que la Hermandad de Almonte. Los almonteños se postran a los pies de la Blanca Paloma para confirmar una promesa hecha en 1813. Cada siete años se saca a la Virgen de la ermita y se la lleva al pueblo, cuyas calles se encuen­tran cubiertas con toldos hechos de flores blancas. Allí perma­nece hasta la víspera del Rocío.
Visita
     Almonte, un pueblo llano, de calles muy limpias y muy blancas, cautiva por su luminosi­dad y por el encanto de su trama urbana, constituida por caprichosos radios que van a confluir a la amplia plaza de la Virgen del Rocío, verdadero corazón de la ciudad. En ella se encuentra el Ayuntamiento, notable edificio barroco del siglo XVI en el que des­taca la fachada, abierta en arcos sostenidos por dobles columnas. Enfrente del Ayuntamiento está el casino, sosegado lugar para tomar una copa y degustar sus excelentes tapas. En el extremo opuesto de la plaza se levanta la Iglesia parroquial de la Asunción, templo del siglo XVIII construido en el alegre barroco característico del sur, de clara influencia colonial. Saliendo de la plaza por la calle Sevilla se alcanza la ermita del Cristo, situada en la plaza del mismo nombre, pequeño templo del siglo XVII. Dejando la plaza por la calle Santiago, la primera bocacalle a la izquierda es la de Alonso Pérez, en la que se localiza la ermita de San Bartolomé, antiguo templo del siglo XVI.
Alrededores
     Al sur del término municipal y a 30 km del pueblo se encuentra la playa de Matalascañas, de finísima arena blanca con excelentes y modernas urbanizaciones adosadas al parque de Doñana (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).

Capilla de San Bartolomé
     Está situada en la calle Alonso Pérez, nº 1. Tiene dos naves: la principal se cubre a dos aguas, y la lateral, a la derecha, a una sola. Tanto el interior como el exterior se encuentran encalados. La portada presenta arco rebajado y moldurado, flanqueado por pilastras cajeadas. Un óculo se sitúa en el vértice superior del imafronte (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Capilla de San Sebastián o del Cristo
     La capilla tiene dos naves paralelas separadas por arquería central de tres arcos apuntados y doblados, con impostas, que apean sobre pilares rectangulares con pilastras adosadas. Se cubre con tejado a dos aguas, por lo que muestra al interior toscas vigas de colgadizo. Dos arcos ojivales doblados con alfiz rebajado enlazan las dos cabeceras. La fachada presenta una puerta adintelada entre dos ventanas que por el interior se hallan a nivel del suelo. Su espadaña barroca es de un solo vano con arco de medio punto entre pilastras. Se re­mata con frontón curvo partido, y cartones laterales, y se decora con jarras de cerámica vidriada de reflejos metálicos.
     Al fondo de la primera nave, por la que se ac­cede desde la calle, está el Cristo de la Borriquita, de 1982, firmado por M. Feria. En la cabecera hay una mesa de altar con hornacina de la segunda mitad del s. XVIII. En el paramento contiguo al altar, un lienzo pequeño de la Coronación de la Virgen por la Trinidad, de factura popular.
     En la cabecera de la nave principal, hay un Cristo crucificado, en madera de abedul en su color, de José Sánchez, en  1982. Y en la hornacina de fábrica del XVIII, se expone una imagen dolorosa con el título de Virgen del Rosario, imagen de candelero para vestir, obra de Juan Antonio González García, Juan Ventura (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Edificios civiles
     La antigua fábrica del Ayuntamiento de Almonte quedó dañada por el Terremoto de Lisboa. En 1760, se ubica en una parte del convento de las dominicas, cedido por las religiosas de la localidad. Más tarde, en 1793, los capitulares urgen a Gonzalo de Rivas y Miguel Ojeda, maestros carpinteros, y a los maestros alarifes Basilio José García y Juan Benegas a fin de que informen sobre lo necesario para la nueva construcción, que no debía exceder de 20.000 reales de vellón. Su reedificación se concluyó en 1795, se­gún la inscripción que se conserva en la puerta de entrada: "Reinando en España el a. p. p. s. d. Carlos IV, a expensas de esta villa de Almonte y a solicitud de los ss. dr. d. Francisco de Paula Amador Moreno, d. Rafael Cepeda Cavallero, maestrante de la r. de Sevilla y d. Agustín de Rojas, alcalde mayor y ordinario de la misma villa, se erigieron felizmente estas casas consistoriales. Año de MDCCXCV".
     De la primitiva fábrica sólo perdura la primera crujía con la fachada principal de tres plantas. Las dos inferiores ostentan sendas arquerías de cinco arcos de medio punto sobre columnas pareadas. Las verjas de la arquería inferior conservan una leyenda cuya trascripción dice: "La hizo José Ojeda, 1849, siendo alcalde José Triana". La tercera, de menor altura, presenta cinco ventanales apaisados con celosías. El último proyecto de ampliación y reforma del edificio lo firmó en 1967 el arquitecto José M. Morales Lupiañez.
     En la calle del Cerro se encuentra la Casa del Vizconde, cuya heráldica aparece sobre la puerta. Era la casa de los Ortiz de Abreu, patronos del Convento de las Dominicas. Tiene dos cuerpos, de orden jónico y corintio, respectivamente. El pretil de la azotea se decora con mascarones y jarros. La fachada se corresponde con un salón noble, cuyo techo de casetones, de madera tallada, con motivo central de lacería y perinola pinjante, fue realizado en 1731. El interior del salón cuenta con un mueble, de la primera mi­tad del siglo XVIII, que sirve de oratorio. En el fondo, una pintura al óleo de la Sagrada Familia; en las puertas, pinturas de santos, tres a cada lado. Los cuarterones y estrellas del exterior imitan jaspeados, con pájaros chinescos añadidos a fines del s. XVIII.
     En la misma calle del Cerro, nº 37, hay  otra casa barroca, de dos cuerpos. La portada presenta pilastras cajeadas y frontón triangular, con pinjante en tímpano, y jarros en los vértices. Tiene cuatro ventanas superpuestas, con alisares de cerámica sevillana, del s. XVIII. La bicromía es blanca y amarilla.
     Casa solariega en la calle de la Concepción, nº 14. Su portada es adintelada, con moldurón mixtilíneo, pinjante en la clave, flanqueado por estípites, y entablamento con friso decorado con triglifos (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     El Ayuntamiento fue realizado a finales del siglo XVIII y encuadrado dentro del grupo de Ayuntamientos del Condado, presenta un aceptable estado. Posee en fachada dos galerías, a modo de logias, una en cada planta, con arcadas sobre dobles columnas. En ésta primera crujía la altura es mayor al estar rematada con un doblado.
     Interiormente posee una escalera principal que nos conduce a la alcaldía, y otra en un lado del patio interior que se remozó posteriormente. Las diferentes particiones compartimentan las distintas secciones del Ayuntamiento. Algunos espacios, aseos, oficinas, están igualmente reparados.
     Las fachadas laterales poseen balcones en planta alta y huecos simples en la baja, estando almohadillada esta planta, siendo pilastras enmarcando los huecos el remate en el nivel superior.
     Posee zócalo de piedra en todo su perímetro (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Edificios rurales
     En el inmenso campo almonteño se levantan cortijadas, de formas populares andaluzas, arraigadas en el barroco.
     Destacamos la Hacienda El Algarrobo, de don Ignacio de Cepeda, Vizconde de La Palma, situado en la carretera de Hinojos. Se trata de un conjunto de vivienda y de dependencias agrícolas, que se levanta al fondo de un paseo de palmeras. Fue diseñado para don Juan de Cepeda, por Gómez Albenca, en 1931, integrando sencillas edificaciones anteriores en un conjunto unitario y armónico (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Ermita de Nuestra Señora de Gracia
     La ermita de Santa María de Gracia es lo único que subsiste del antiguo complejo hospitalario. Presenta, en la cabecera, tres capillas que abren a sendas naves. La nave central, más ancha y alta que las laterales, se cubría con techumbre en forma de artesa con tirantes. La tosca cubierta lígnea actual es de 1900. Las naves laterales, de colgadizo, conservan restos del maderamen primitivo. El buque del templo responde, pues, al gusto propio del mudéjar sevillano. La cabecera se añadió tras el Terremoto de Lisboa. El exterior, muy alterado, no denuncia su primitiva función. La fachada presenta una puerta de ingreso, colocada en 1900, flanqueada por dos ventanales abiertos muy en alto (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Ermita de la Sangre de Cristo
     Está en la calle Sevilla, nº 20. Tiene, como la del Cristo, dos naves separadas por una arquería central, compuesta de tres arcos ojivales sobre pilares achaflanados. La fachada muestra una portadilla con una ventana (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Iglesia parroquial de Ntra. Señora de la Asunción 
     El buque del templo, mudéjar, de planta basilical, tiene tres naves, cuyas arquerías divisorias se componen de tres arcos ojivales, doblados, que apean sobre pilares rectangulares con resaltos e impostas. En las enjutas ostentan formas geométricas rehundidas. La cubierta de la nave central, trabajada en madera, tiene forma de artesa con tirantes; y las de las laterales son de colgadizo. Sobre el crucero voltea una bóveda semiesférica con ocho óculos sobre pechinas, flanqueada por dos bóvedas vaídas. La capilla mayor se cubre con bóveda de terceletes. El conjunto se com­plementa con las capillas
Bautismal, Sacramental o de San Pedro y San José y la de Ánimas.
     Los volúmenes de la parroquial de Almonte se perfilan con certeza y sobriedad, vislumbrando al exterior la distribución del espacio interior. Las ca­pillas laterales, cúbicas, sobresalen del edificio, al estar adosadas a las naves laterales. Las diferentes etapas y estilos constructivos del total quedan bien definidos y conjuntados. En el contorno destacan las portadas. Las dos laterales reproducen el mismo formato. Ambas quedan flanqueadas por dos pilastras que reciben un esquemático entablamento y un frontón triangular partido. La del evangelio ostenta, entre las vertientes del frontón, un azulejo con la Inmaculada, fechado en el año 1748. En cambio, la otra está rematada por un azulejo reciente de la Pastora de las Marismas.
     La fachada principal, delimitada por la torre parroquial y el torreón mudéjar del reloj, está atribuida a Antonio Matías de Figueroa. La portada retablo protege su recortada silueta bajo un gran arco de medio punto, decorado con triángulos rehundidos en las enjutas y pinjantes en las impostas. La movida composición, fechable hacia 1780, muestra un arco mixtilíneo entre columnas dórico toscanas, recortados aletones y ondulantes baquetones. En el ático hay un azulejo, blanco y azul de la Inmaculada, del año 1830, reproducción del original, realizado por Cerá­mica Artística Artesanía Real,  de Benacazón.
     La escueta torre parroquial de Almonte contribuye al equilibrio de masas y distribución de volúmenes en  la fachada principal. Sobre la encalada caña se yergue el cuerpo de campanas. Por cada lado del campanario se abre un arco de medio punto, con campana, y antepecho de hierro, entre pareadas pilastras que reciben el correspondiente entablamento, también apilastrado. Sobre él se dispone un banco que reproduce el modelo impuesto por el entablamento. Y, por fin, sobre otro banco octogonal, se alza el usual chapitel facetado de azulejería sevillana. Esta torre también se tiene como obra de Antonio Matías de Figueroa, ya que reproduce su típica disposición de elementos.
     En el muro lateral de la nave del evangelio, al fondo, hay un retablo neogótico, blanco y oro, de Francisco Ruiz Rodríguez, dedicado a la Virgen de Fátima. El Vía Crucis es de cerámica sevillana, erigido en 1937.  
   La capilla sacramental está presidida por un retablo salomónico, neobarroco, de Francisco Ruiz Rodríguez, decorado con pinturas de la Virgen y el Niño de los Sagrados Corazones, San José con el Niño y Santa Teresa. En la hornacina, la imagen del Sagrado Corazón, escultura en madera policromada, obra de Sebastián Santos, de 1936. La puerta del Sagrario es de plata con una copia del Buen Pastor de Murillo. Sobre la mesa de altar, un pequeño crucifijo en madera policro­mada, que presenta formas anatómicas propias del Bajo Renacimiento, aunque su policromía parece de fines del XVIII. La cúpula, pechinas y paramentos laterales de la capilla están pintados por Rafael Blas Rodríguez. En la cúpula aparecen medallones con santos relacionados con la Eucaristía y el Sagrado Corazón: Santa Micaela del Stmo. Sacramento, San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, San Pascual Bailón, San Juan Evangelista, Santa Margarita Ma­ría de Alacoque, San Tarsicio mártir y San Antonio de Padua. En las pechinas están San Juan Bautista, San Carlos Borromeo, San Bernardo y San Ignacio de Loyola. En los paramentos laterales hay sendas pinturas: al lado del evangelio, una tabla que copia la Santa Cena de Leonardo, firma­da por Rafael Blas Rodríguez. En el lado frontero una copia de la multiplicación de los panes, del original de Murillo conservado en el Hospital de la Caridad de Sevilla.
      El zócalo de azulejos con la Cena de Emaús y el Lavatorio de los Pies, querubines, guirnaldas de uvas y espigas, etc., está firmado por E. Orce. Hay un Niño Jesús, talla en madera policromada, de caracteres estilísticos montañesinos. En el intradós del arco de la capilla aparece el IHS entre dos tondos, con San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga. La lámpara es de plata.
     En el brazo izquierdo del crucero, hay una vitrina con un simpecado de la Hermandad Sacramental, azul y blanco, en cuyo centro hay un óvalo con la Santa Faz, pintado por Juan Martínez Liñán. El retablo de la Virgen de los Dolores, que antes sirvió para el Sagrario, está decorado con pinturas que representan a San Juan Bautista, San Carlos Borromeo y la Virgen del Rocío, firmado por Rafael Blas Rodríguez en 1936. La Virgen de los Dolores, titular de la Hermandad Sacramental del Cristo de la Misericordia es imagen de candelero, realizada por Joaquín Gómez del Castillo, en 1941.
     En la cabecera de la nave, se halla el retablo del Cristo de la Misericordia en la Vera Cruz. El crucificado, escultura en madera policromada, es obra del taller valenciano de Rafael Peris, de 1940. El retablo es obra de Francisco Ruiz Rodríguez, jaspeado y dorado, de orden jónico, y aparece decorado con pinturas que representan a San Juan Evangelista, Santa Ma­ría Magdalena y San Enrique, de Rafael Blas Rodríguez.
     A continuación, se eleva el plano de la Capilla Mayor, delimitada por un antepecho de cerrajería. Ornamentan el espacio dos columnas del antiguo retablo de la ermita del Rocío. El presbiterio lo preside un templete, obra de Francisco Ruiz Rodríguez, con la Virgen de la Asunción en su interior, escultura en madera policromada, de Castillo Lastrucci, de 1940. El tabernáculo presenta en su portezuela una copia del Cristo Eu­carístico de Juan de Juanes, obra de Rafael Blas Rodríguez.
     El crucero y capilla mayor están decorados con pinturas murales de éste último, que reproducen el Llanto sobre Cristo muerto, Anunciación, Asunción y Pentecostés. En las pechinas, los Evangelistas; en los pilares, San Pedro, San Julián, San Francisco de Paula, San Pablo após­tol, San Andrés, San Gabriel, San Miguel y Santiago; los escudos del municipio de Almonte y de la Hermandad del Rocío. En la bóveda central, querubines con el Ave María. En las bóvedas vaí­das de los extremos del crucero, los emblemas de María y de Jesús.
     En el extremo derecho del crucero, en la cabecera de la nave de la epístola, se halla el retablo de la Virgen del Rocío, de Francisco Ruiz Rodríguez, semejante al del Cristo de la Misericordia, con óleo de la patrona de Almonte firmado por Santiago Martínez en 1948, y decorado con pin­turas de la aparición, procesión de la Virgen y rompimiento de gloria con el Paráclito en forma de paloma, de Rafael Blas Rodríguez.
     En el mismo ámbito del crucero, un retablito de estípites rematado con corona y dosel recogi­do, dedicado a San José.
     A la nave lateral de la epístola, abre la Capilla de Ánimas, construida, por iniciativa de Fabián Cabrera, en 1672. Se halla presidida por el retablo de la Virgen del Carmen, escultura de madera policromada de escuela valenciana, de 1942.
     En el flanco izquierdo está el retablo del Nazareno, obra de Gómez del Castillo, del año 1941. La imagen de Jesús Nazareno es obra de autor valenciano, de 1941. Luce túnica antigua con bordados en oro, de fines del XVIII. El 18 de noviembre de 2000 fue incorporada a las imágenes de la Hermandad la figura de candelero de María Santísima de la Quinta Angustia, obra de Ángel Rengel López, labrada en 1986. En enero de 2002 se bendijo la imagen de San Juan Evangelista, obra de Manuel Carmona. Frente por frente, en retablo marco, hay una pintura de Ánimas, anónima, algo posterior a 1936.
     En esta capilla se venera la escultura de Cristo Yacente, en madera policromada, de Manuel Carmona Martínez, de 1994, y la Virgen de la Soledad, imagen de candelero para vestir del s. XVII. En otro ángulo de la capilla se sitúa la Virgen de la Candelaria, de maniquí, con el Niño de talla en su brazo izquierdo. Son obras de Manuel Carmona, de 1996. Junto al cancel, en la pared de la nave, un lienzo de la Stma. Trinidad, firmado por José María Labrador, en 1941.
     Seguidamente se abre la capilla Bautismal, en cuyo interior es preciso reseñar la lápida de Domigratia, fechada el año 533 de la era hispana, 495 de nuestra era, una de las más bellas laudas sepulcrales paleocristianas de la Bética. Se encuentra también un pie de pila bautismal, de principios del XVI, de cerámica verde vidriada, con medios relieves estampillados de la Virgen y San Juan en actitud de grupo de Calvario, Santiago y San Juan Evangelista, y caballitos de mar.
     A los pies de la nave mayor, sobre el cancel principal del tem­plo, una copia de la Inmaculada grande de Murillo, firmada por Rafael Blas Rodríguez, en el año 1949. El púlpito de hierro forjado, con decoración de eses contrapuestas y flores, con tornavoz y escabel de madera, se adosa al pilar izquierdo, contiguo al crucero.
     En la sacristía de la parroquia hay un lienzo, que procede de la capilla bautismal, con el Bautismo de Cristo, óleo firmado por Rafael Blas Rodríguez, en 1948. Hay piezas de orfebrería de notabilísimo interés. Haciendo un recorrido cronológico, comenzamos por un copón gótico, de plata dorada, de finales  del  s. XV, uno de los ejemplares más importantes de la provincia. De finales del siglo XVI, del círculo de Francisco de Alfaro, con características formales del Bajo Renacimiento, se encuentra una cruz de altar. También de esta época es un portapaz, de bronce dorado, fechable hacia 1580. 
     Las piezas del siglo XVII están representadas por la cruz parro­quial, de la segunda mitad de siglo, con añadidos modernos. Cáliz de plata en su color, con nudo ovoide, y decoración de esquemas geométricos lisos, alternando con fondos rayados; en un óvalo que centra la base aparece la heráldica de los Guzmanes, condes de Niebla. Cáliz de plata dorada, de esquema purista. Hay también un cáliz, muy recompuesto; en la pestaña de la base aparece una inscripción incompleta.
     De principios del siglo XVIII es el juego de seis varas de palio, compuestas cada una por diez cañones, ornamentadas con motivos florales, sin punzón. Hay elementos de esta época en algunas piezas de plata del sagrario. El cetro de la Virgen del Rosario es también de los inicios del Setecientos. Del último tercio de dicha centuria encontramos más abundancia de obras. Un cáliz, con exquisita decoración de rocallas y movido diseño, fue donado por el canónigo Pedro Barrera y Abreu, junto con unas vinajeras y un viril -que llevaba grabada la fecha de 1773-, y está firmado por el valenciano Gaspar Quinzá. De finales del ese siglo, y de similar decoración rococó, son una diadema y dos coronas de similares características entre sí, de una Virgen y de un Niño Jesús. Esta última lleva el punzón de Ramírez. Del último tercio del siglo son asimismo un cáliz, con los punzones de García y Mén­dez, Giralda y N08DO. Dos copones sevillanos, de plata dorada, uno de Guzmán y otro de Guzmán y García, de estructura y ornamentación si­milar al anterior.
     De comienzos del s. XIX pueden ser dos incensarios, con rasgos neoclásicos, y una naveta, que ostenta la marca de A. Ruiz. A esta época corresponde otra corona, con resplandor de rocallas muy evolucionadas. Un cáliz de plata lisa, con los punzones de González, N08DO, Flores. De formas muy sencillas, es un tabernáculo para la reserva del Jueves Santo. También del XIX es el ostensorio, compuesto de un sol de rayos, nubes y querubines, trabajado en plata con fina labor de cincelado. La decoración es naturalista, y alterna las partes doradas con las blancas. En 1990 se completó la pieza.
     Aún se conservan algunos interesantes bordados: dos dalmáticas negras de fines del siglo XVI, un palio rojo del XVIII, y un estolón blanco de plata.
     En el despacho parroquial hay dos tablitas, que proceden de la antigua sillería de coro, de 1679, ubicada en el presbiterio. Sus pinturas representan a la Virgen del Rocío y a San Pedro, efigiado con dos esferas (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Al tratarse de un templo remodelado durante varios siglos, mezcla diferentes estilos arquitectónicos. Del templo original se conserva una capilla de estilo mudéjar, la cual data de los siglos XV-XVI. La fachada, obra de Antonio Matías de Figueroa en 1780, es de estilo barroco, originada tras la remodelación llevada a cabo entre los siglos XVII-XVIII. Tras el terremoto de Lisboa, se le incorporó el crucero de media naranja sobre pechinas flanqueadas por bóvedas vaídas y la Capilla Mayor bajo bóveda de terceletes.
     La Iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción es la sede canónica de la Hermandad Matriz de Ntra. Sra. del Rocío de Almonte, lugar en el que se desarrollan los actos litúrgicos previos a la romería, y donde la imagen de la Virgen queda custodiada durante su estancia en Almonte con motivo de las Venidas. En ella se guardan algunos bienes muebles significativos para la Hermandad Matriz, como el Simpecado verde.
     La parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción se encuentra exenta en la plaza Virgen del Rocío, en una confluencia de calles del centro histórico de Almonte. El edificio se compone a base de muros de carga con predominio de ladrillo y arquería apuntadas, soportando cubierta inclinada a dos aguas de teja sobre estructura de madera. La torre campanario está rematada con chapitel de azulejos y espadaña, que flanquean respectivamente el hastial de fachada. La portada figura con sendas columnas sobre pedestales y molduras de ladrillo aplantillado visto. Dos capillas laterales se rematan con cúpula y linterna, al igual que el transepto. La capilla bautismal es un sobrio espacio de planta cuadrada cubierto con bóveda ojival de crucería y almenado al exterior. En uno de sus laterales se adosa al exterior una capilla votiva a la Virgen del Rocío para la colocación de velas de promesa. Al exterior destacan dos paneles de azulejería: uno instalado en la portada del edificio con el nombre de la plaza (Virgen del Rocío), reproducción del original emplazado en el Museo de la Villa; y otro instalado en el lateral de la portada con orientación sur, en memoria del centenario de la Coronación de la Virgen (1919-2019). Históricamente el edificio posee características del tipo constructivo gótico-mudéjar, extendido en la Baja Andalucía. Sus mayores transformaciones se experimentaron a raíz del terremoto de Lisboa en 1755. Su reconstrucción corrió a cargo de Antonio Matías de Figueroa, consolidando la fachada barroca, el campanario y las capillas al interior. La capilla bautismal es la parte más antigua mejor conservada. En su interior se alojan las imágenes devocionales de la Semana Santa almonteña y otras de devoción popular (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Monumentos públicos
     En la Plaza de la Iglesia, de Almonte, se levanta un monumento dedicado a la Virgen del Rocío. Fue diseñado en el año 1991 por Matías Aceitón Vega y José María Márquez Espina. La imagen de la Virgen, vestida de Pastora, fue ta­llada en madera por José Luis Martín Luengo, escultor de Miranda de Ebro, y fundida en hierro, con terminación de una aleación de bronce y zinc, en Fundiciones La Nave, también de Miranda  de Ebro.
     En 1997 y 1998 se han levantado numerosos monumentos públicos, que enriquecen el urbanismo almonteño. Nos limitamos a enumerar­los. Los de carácter arquitectónico son la Puerta del Mar, la Puerta del Agua, la Torre Chimenea­ alambique, la Cruz Camino de la Cerca (1997), la Cruz Camino de Sevilla, la Fuente del Pastorcito (1997) y la del pocito, las Torres de Molino de contrapeso, el Obelisco alto del Molinillo, el Obelisco Camino de los Llanos.
     Varios grupos escultóricos han sido realizados en el mismo año 1998 por Francisco Báñez: Abuelas almonteñas, grupo escultórico de la Aparición de la Virgen, Busto a Sebastián Conde, Busto a Antonio Martín Villa, Busto a Loren­zo Cruz de Fuentes; Luis Moreno Cutando realizó el grupo escultórico de la Saca de Yeguas, en 1998.
     Monumentos en cerámica son los conmemorativos de la poetisa Avellaneda y del alcalde Mojarro. Otros monumentos están dedicados a la Tolerancia y a los Almonteños en América (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

Residencia Madre de Dios (PP. Orionistas)
     Erigida en 1984, fue construida por Manuel Reina Valderrama, según proyecto del arquitecto José  Ramón Moreno. El edificio consta de un cuerpo central cuadrado, con patio interior porticado, flanqueado por dos largos cuerpos en forma de brazos, con amplio espacio ajardinado ante ellos. En su capilla se venera una imagen de la Virgen, Madre de Dios, sedente con el Niño, escultura en madera policromada, obra de Joaquín Moreno Daza, del mismo año (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (Capillas de San Bartolomé, y de San Sebastián o del Cristo; Edificios civiles, y rurales; Ermitas de Nuestra Señora de Gracia, y de la Sangre de Cristo; Iglesia parroquial Ntra. Señora de la Asunción; Monumentos públicos; y Residencia Madre de Dios (PP. Orionistas)) de la localidad de Almonte (I), en la provincia de Huelva. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia onubense.

Más sobre la provincia de Huelva, en ExplicArte Sevilla.

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