Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Sevilla, déjame ExplicArte los sitios arqueológicos del Acebuchal, en Carmona (Sevilla).
En el término municipal de Carmona encontramos los sitios arqueológicos denominados del Acebuchal:
Acebuchal. Se recogen distintas noticias coincidentes en la localización de un establecimiento romano en El Acebuchal.
Vega Peláez: "Extensión considerable de terreno lleno de cantos rodados, tejas, ladrillos y demás residuos de construcción". Destaca silo cubierto que llaman "La Tinaja", restos de termas cerca del pozo llamado de la Reja, donde existe pilón revestido del cemento romano. Fuera del poblado cimientos informes de otras ruinas : "Torre de Guillén".
Ponsich habla de la apariencia de antigüedad del cortijo y unos sillares, ladrillos y tegulae romanos. No están in situ.
Las descripciones de Vega Peláez son esclarecedoras para interpretarlas como establecimiento romano. Los topónimos darían una pista de su localización pero ha sido imposible reconstruirlos. Ningún elemento cronológico para matizar la actividad del mismo ( Amores 1982).
Revisitado el yacimiento en 1992, se pueden observar restos constructivos romanos reaprovechados, ladrillos, tegulae, en época medieval islámica y cristiana de la que se distinguen vidriados característicos. Se trata de una extensión considerable donde se advierten infraestructuras hidráulicas (noria, conducciones), que quizás coincidan con las descripciones de Vega Peláez. No es romano.
El Acebuchal. Hábitat. Las únicas noticias acerca del hábitat del Acebuchal las debemos a Bonsor. El hábitat se extiende por la ladera de las diferentes terrazas o zonas llanas de paso de la vega.
Bronce Final : Anota Bonsor restos de cabañas indígenas de barro y ramas sobre depresiones del suelo, un poco más arriba de las construcciones orientalizantes.
Periodo Orientalizante : A este momento corresponden las construcciones que excavó Bonsor al final de la ladera, al oeste de esta terraza, excavó restos y edificios construidos en mampostería. Los describe como un patio pavimentado de guijarros y cuatro dependencias anexas trapezoidales irregulares y otras contiguas, encuentra las paredes con restos del incendio y cenizas, presumiendo que fue el fin de las construcciones: Cita ánforas púnicas y cerámicas con bandas rojas.
También hay que interpretar como de este momento la construcción ciclópea situada más arriba y que domina la roca de los sacrificios.
Periodo Ibérico: No tenemos ninguna evidencia ibérica procedente de Acebuchal.
Los vestigios más antiguos deben asignarse al Bronce Final inmediatamente anteriores al momento colonizador, posteriormente, encontramos las construcciones de mampostería datadas en el periodo orientalizante. Nada conocemos del mundo ibérico. ¿Dónde está su necrópolis? El hecho de que Bonsor no hallara ninguna tumba ibérica habla en favor de que el Aebuchal no conoció tal momento, la no referencia campaniense también es un dato a tener en cuenta (Amores 82).
La revisión del área para su delimitación ha llevado a la localización de lo que debió ser el poblado protohistórico. Este se ajusta a las descripciones de Bonsor al tratarse de una terraza con apariencia artificial delimitada por dos arroyos o
vaguadas. En sus faldas se encuentran abundantes cerámicas prerromanas : bruñidas a mano, ánfora orientalizante, pintadas a bandas tipo Cruz del Negro, urnas, cuencos con borde en media caña al interior en gris de occidente y pintadas a bandas monocromas y polícromas, también cerámicas adscribibles con seguridad al mundo ibérico turdetano ss. V- III a. c., no conocidos hasta ahora.
El Acebuchal. A simple vista destacan túmulos diseminados que forman parte de la necrópolis orientalizante; extendiéndose por la parte alta de la cornisa a unos 500 metros. Las primeras excavaciones se deben a J. Peláez, a partir de 1891. Bonsor sistematiza las distintas manifestaciones.
Los hallazgos de cerámica campaniforme junto a los túmulos se puede interpretar como restos de hábitat alto de la zona que ocupan los túmulos posteriores. Así, toda la zona de Acebuchal, que denominamos Alcor comprende el hábitat calcolítico con su necrópolis y las necrópolis posteriores.
En la parte alta de Acebuchal se halla un potente hábitat del Calcolítico, destacando los enterramientos en silo para el Calcolítico Pleno, reaprovechados en el Campaniforme.
Por los materiales encontrados se detecta una actividad metalúrgica in situ. La necrópolis descrita por Bonsor pertenece toda ella al momento orientalizante. Los ritos que muestran son de incineración, en túmulo y en fosa sin túmulo. Los marfiles dan una cronología del s. VII-VI a.C.
Eremitorio del Acebuchal. Restos de habitación de una sola crujia de unos 5 x 3 metros adosada a la roca.
Se conservan los muros de mampostería, el acceso y un manantial interno aprovechando una oquedad de la roca. Por la posición escondida, ajena a cualquier funcionalidad usual en la zona, el paisaje emboscado y el manantial interno podría interpretarse como un lugar de retiro o eremitorio de los que al parecer existieron en los Alcores.
Torre de Guillén en el Acebuchal. (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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