Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Jardín Americano, para la Exposición Universal de 1992, de Sevilla.
El Jardín Americano [nº 98 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla], se encuentra en la Isla de la Cartuja, en la calle Camino de los Descubrimientos, s/n; en el Barrio Triana Oeste, del Distrito Triana.
El Jardín Americano [nº 98 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla], se encuentra en la Isla de la Cartuja, en la calle Camino de los Descubrimientos, s/n; en el Barrio Triana Oeste, del Distrito Triana.
El jardín de las Américas es un homenaje y un reconocimiento a los productos que, procedentes de América, transformaron sustancialmente las condiciones de vida a este lado del Atlántico. Consta de un Invernadero y de un Umbráculo que permiten el cultivo de plantas, propias de ambientes muy diversos, gracias a sistemas de calefacción, en unos casos, y a sistemas de filtración de la luz, en otros. Las cuatrocientas variedades de arbustos, árboles, trepadoras, palmeras, herbáceas, cactáceas... proceden del programa de cooperación Raíces con los países americanos. Junto a ellas, las especies agrícolas: maíz, calabaza, papa, tomate, tabaco..., conocidos gracias a los Descubrimientos y que llegaron a Europa fundamentalmente a través de Sevilla (Guía Oficial Expo'92. Sevilla, 1992).
El Jardín Americano se encuentra en la Isla de la Cartuja de Sevilla, comprendido entre el Camino de los Descubrimientos y la Dársena del Río Guadalquivir, extendiéndose desde el Auditorio Rocío Jurado hasta los lindes con el Pabellón de la Navegación.
El Jardín Americano se encuentra en la Isla de la Cartuja de Sevilla, comprendido entre el Camino de los Descubrimientos y la Dársena del Río Guadalquivir, extendiéndose desde el Auditorio Rocío Jurado hasta los lindes con el Pabellón de la Navegación.
Tiene un diseño de tipo paisajista, con parterres irregulares y caminos de tierra que lo recorren. Está compuesto de varias subunidades como son: el Umbráculo, el jardín de la Esclusa, el lago-ciaboga, el jardín acuático de la cascada, el jardín del Puerto de Indias, las pérgolas y los jardines de coníferas, palmáceas, cactáceas y agaváceas. Además para salvar el escalón topográfico de 5 metros, entre el camino de los descubrimientos y el Puerto de Indias existe un muro construido con grandes jardineras que albergan plantas trepadoras americanas.
El Umbráculo es un elemento característico del Jardín al ocupar una superficie de 1.700 metros cuadrados, una altura máxima de 8 metros y estar formado por lamas de madera certificada dispuestas con una inclinación que favorece el sombreado necesario para las plantas subtropicales y tropicales.
El resto de jardines exteriores presentan una composición florística variada en la que existen especies utilizadas ampliamente en la jardinería española, otras que aportan maderas y frutos, de uso agrícola, con valor medicinal, importancia industrial o de interés etnobotánico.
Sevilla tuvo un papel muy destacado en la introducción y dispersión de las plantas latinoamericanas en el continente europeo, especialmente durante el siglo XVI. Así durante este período las expediciones que se organizan hacia el Nuevo Mundo tienen como punto de partida las poblaciones de Sevilla, Cádiz y Sanlúcar de Barrameda, quedando centralizada en la primera, con la creación de la Casa de la Contratación, todo el comercio hacia los nuevos territorios.
Personas de la cultura y las ciencias, médicos y eruditos sevillanos forman jardines botánicos que son mantenidos por sus propios medios y constituyen el germen de la flora americana en nuestra península y por ende en toda Europa. El erudito Hernando Colón, el corredor de la Lonja de Sevilla, Sauzedo, el catedrático de la Universidad de Sevilla, Francisco Franco, el médico del Hospital de los Flamencos de Sevilla, Juan de Castañeda, y el Cosmógrafo Mayor de Indias, Rodrigo Zamorano, son algunas de las personalidades de la ciudad que inician este proceso de difusión botánica. Sin embargo es con el médico, astrónomo y escritor Simón de Tovar y con el médico Nicolás Monardes donde alcanzaría mayor importancia. El primero con la creación de un jardín botánico que alcanzó relevancia en todo el continente por sus correspondencias y envíos de materiales vegetales al famoso botánico renacentista Charles de L`Ecluse que los divulgó a través de sus obras. Por otro lado Monardes (1508-1577) introdujo en la farmacopea europea numerosas plantas americanas de uso medicinal, que cultivaba en el jardín de su casa junto a la actual calle Sierpes sevillana, y que reflejó en su famosa obra "Tres libros que tratan de la Historia Medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales y que sirven en Medicina".
Posteriormente Sevilla es también lugar de paso hacia Madrid y Aranjuez de las plantas que se aclimataron en diversos jardines de la capital del reino durante la época de la Ilustración. Un último hito importante transcurre el siglo XIX con la llegada a Sevilla de Claudio Boutelou en 1816 como Director de los Establecimientos de Agricultura de la Compañía del Guadalquivir. Este Jardinero Mayor y Subdirector del Jardín Botánico de Madrid y Director del de Aranjuez, inició la formación de un vivero en los Jardines de las Delicias de Arjona que supuso un precursor y difusor de las plantas americanas que pueblan hoy los jardines y plazas de Sevilla (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
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