Por amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Lecha Marzo, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 7 de febrero, es el aniversario del nacimiento (7 de febrero de 1888), de Antonio Lecha Marzo, personaje a quien está dedicada esta vía del callejero sevillano, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Lecha Marzo, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Lecha Marzo es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio de San Roque, del Distrito Nervión; y va de la calle Virgen de Gracia y Esperanza, a la calle Recaredo.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta.
También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
Rotulada en 1920 en memoria de Antonia Lecha Marzo, médico, nacido en Filipinas (1888-1919). Pavimentada con asfalto y acerada con losetas, es de trazado recto y escasa longitud, siendo una vía de salida para el tráfico rodado. Un bloque de tres plantas y la fachada trasera de San Roque delimitan las aceras [Eduardo Camacho Rueda, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Conozcamos mejor la Biografía de San Alonso de Orozco, a quien está dedicada la calle reseñada;
Antonio Lecha-Marzo, (Porac, Filipinas, 7 de febrero de 1888 − Sevilla, 19 de mayo de 1919). Médico, especialista en medicina legal, antropología criminal y antropología judicial científica.
Hijo de un militar español fallecido en combate en Filipinas, Lecha-Marzo quedó huérfano a los nueve años de edad. En ese momento, su tío Luis Lecha Martínez —catedrático de Medicina Legal en Valladolid— se hizo cargo de su tutela, lo que sin duda contribuyó a determinar la elección de la que había de ser su actividad profesional. Nada más iniciar en 1902 sus estudios de Medicina en la Facultad de Valladolid, que cursó con enorme brillantez, emprendió una destacada labor de investigación. Los primeros resultados de la misma, en los que daba cuenta de un nuevo método ideado por él para el diagnóstico médico- legal de las manchas de sangre a través de la obtención cómoda y fiable de cristales de hemocromógeno y de yodo-hematina, fueron publicados en 1905 en una de las más prestigiosas revistas de la disciplina en ese momento —Archivio di Psichiatria, Medicina Legale ed Antropologia Criminale—, que dirigía desde Turín el influyente Cesare Lombroso.
A partir de ese instante, y hasta su licenciatura en 1910, Lecha-Marzo desplegó una intensa y notable labor científica que le permitió auparse tempranamente a una posición destacada en el ámbito de la medicina legal española y obtener reconocimiento a nivel internacional. En alrededor de medio centenar de publicaciones en que fue difundida, se pusieron de manifiesto las que habrían de constituirse como sus líneas fundamentales de trabajo. El estudio médico-legal de las manchas de sangre y de esperma, la toxicología, la tanatología forense, la antropología criminal y los métodos de identificación de las personas aparecían ya como los ámbitos de su disciplina que Lecha-Marzo enriqueció con aportaciones originales y trabajos relevantes de revisión bibliográfica.
En 1910, al finalizar sus estudios alcanzando el Premio Nacional de Licenciatura, obtuvo por oposición una plaza en la Academia de Sanidad Militar. Tras ser promovido al empleo de “médico segundo” de ese cuerpo del Ejército, obtuvo una beca de la Junta de Ampliación de Estudios. Ello le permitió ampliar su formación como médico legista en Turín y, sobre todo, Lieja. Fruto de esta estancia, en la que se dedicó principalmente a trabajar en el desarrollo de métodos de identificación y en el análisis de las manchas de sangre, fueron una serie de trabajos que verían la luz en diferentes revistas, entre ellas Archives Internationales de Médecine Légale. Sus investigaciones le sirvieron también para confeccionar su tesis doctoral, que dedicó al tema de Los dibujos papilares de la palma de la mano como medio de identificación, defendiéndola con éxito en 1912. En este año publicó también un Manuel practique de dactyloscopie, que firmó conjuntamente con su colega belga Henry Welch, y colaboró con su tío Luis Lecha Martínez en la redacción de un Manual de Medicina Legal (1912-1913).
Al finalizar su estancia en el extranjero en junio de 1912, fue destinado al Hospital Militar de Madrid.
Al año siguiente, fue nombrado profesor auxiliar en la cátedra de Medicina Legal de la Universidad Central y profesor de Dactiloscopia en la Escuela de Policía de Madrid, pero se vio obligado a abandonar la Península para participar en una de las campañas militares de Marruecos. Tras serle concedido el pase a la reserva facultativa de Sanidad Militar en ese mismo año, obtuvo en 1914 la cátedra de Medicina Legal de Granada y colaboró en la creación del Instituto de Medicina Legal, Toxicología y Psiquiatría de Madrid, al que quedó agregado en 1915. A pesar de estos avatares, entre 1913 y 1915, Lecha-Marzo publicó alrededor de una veintena de trabajos, fundamentalmente sobre dactiloscopia y sobre el análisis y diagnóstico médico-legal del esperma. Sus investigaciones sobre este último aspecto le llevaron a plantear un original procedimiento para la identificación individual de las manchas de semen que, si bien se mostró inapropiado tras estudios posteriores, significó el primer intento planteado en la historia de la disciplina para resolver ese problema médico-legal.
En 1917, se abre la etapa final de la vida de Lecha-Marzo. En ella se mostró interesado en reflexionar sobre el estado de su disciplina y en elaborar textos para su estudio. En este sentido, su aportación más relevante fue su Tratado de autopsias y embalsamamientos (1917), en que expuso el signo que lleva su nombre para establecer el estado de muerte. Ese mismo año ganó el concurso de traslado a la cátedra de Medicina Legal de Sevilla, donde la terrible epidemia de gripe de 1918-1919 acabó con su vida. En ese momento, se encontraba redactando un ambicioso Tratado de Medicina Legal y Toxicología que había de estar compuesto por seis volúmenes, aunque sólo el primero alcanzó a ver la luz.
Encuadrado por Laín en la que denominó como “generación médica de Marañón”, Lecha-Marzo, por su triple faceta de investigador original, incansable publicista y activo divulgador, representa, junto con Juan Peset (1886-1941), la expresión más acabada en la medicina legal española del afán de los miembros de ese grupo por ubicar las ciencias médicas españolas, actualizándolas y realizando aportaciones novedosas y relevantes, al nivel europeo del momento (José Martínez Pérez, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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La calle Lecha Marzo, al detalle:
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