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Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero, para conmemorar los 800 años de la Torre del Oro

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miércoles, 10 de mayo de 2023

Los principales monumentos (antigua Estación de Zafra; Plaza 12 de Octubre. Jardines del Muelle; antiguo Conservatorio de Música; Colegio de Arquitectos; Iglesia de la Milagrosa; Muelle de Ríotinto. Cargadero de Mineral; Monumento a la Fe descubridora - Monumento a Colón; Muelle de las Carabelas; y Paseo de la Ría) de la localidad de Huelva (y VII), en la provincia de Huelva

     Por Amor al Arte
, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (antigua Estación de Zafra; Plaza 12 de Octubre. Jardines del Muelle; antiguo Conservatorio de Música; Colegio de Arquitectos; Iglesia de la Milagrosa; Muelle de Ríotinto. Cargadero de Mineral; Monumento a la Fe descubridora - Monumento a Colón; Muelle de las Carabelas; y Paseo de la Ría) de la localidad de Huelva (y VII), en la provincia de Huelva.

antigua Estación de Zafra
     La estación, inicialmente propiedad de la Compañía del Ferrocarril de Zafra a Huelva,​ entró en servicio en 1886 y constituía la estación término de la línea férrea Zafra-Huelva. Además del edificio de viajeros, el complejo ferroviario contaba con una amplia playa de vías, un edificio de oficinas, talleres, depósito de locomotoras y una rotonda giratoria con vías cubieras.​ También disponía de una conexión ferroviaria con el puerto y con la estación de Huelva-Término, que servía a la línea Sevilla-Huelva. En 1941 la nacionalización del ferrocarril de ancho ibérico supuso la desaparición de todas las compañías existentes y la creación de RENFE, que pasó a hacerse cargo de las instalaciones. Se mantendría en servicio hasta su clausura el 23 de julio de 1976.​
     Tras su cierre las instalaciones fueron desmanteladas, lo que supuso la desaparición del histórico complejo de vías, talleres y silos mineros. El antiguo tráfico de mercancías fue asumido por la nueva estación de Huelva-Mercancías.​ El edificio de pasajeros y otras instalaciones fueron derruidos, si bien las antiguas oficinas fueron rehabilitadas y reconvertidas en dependencias de la Junta de Andalucía.​

Plaza 12 de Octubre. Jardines del Muelle
     
antiguo Conservatorio de Música     
     También conocido como Casa de Antonio Guijarro, es un edificio de dos plantas y cubierta abuhardillada en mansarda revestida de escamas de bronce, se organiza alrededor de un patio central cubierto por una montera en una planta de tres crujías, siendo proyectado en un depurado lenguaje modernista tanto en su interior como en su frente a la calle.
     La fachada tiene una composición simétrica y es construida principalmente de piedra, con detalles ornamentales, florales y geométricos de inspiración francesa y secesionista, a los que suma la intención que dichos elementos sirvan a la definición espacial y a la propia construcción del inmueble (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Colegio de Arquitectos
     Construido por Francisco Monís Morales con estilo Art-Decó, tiene ventanas forjadas por Thomas Morrison. El edificio, que se encuentra en la calle Vázquez López, fue restaurado en 2007 (Ayuntamiento de Huelva).

Iglesia de la Milagrosa
     El origen de la construcción de la iglesia de la Milagrosa hay que buscarlo en la necesidad que tenían las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, de la Casa Benéfica Municipal, de tener una capilla propia. Para ello habían comprado unas casas limítrofes con dicha institución. En 1922 el arquitecto municipal, José María Pérez Carasa, realizó el proyecto del templo, para cuya ejecución se contaría con fondos municipales. Se constituyó una Junta de señoras para acarrear fondos. Los terrenos de la iglesia, en la calle Rá­bida, fueron donados por Salvador Vázquez de Zafra. El 22 de noviembre de 1922 se bendijo y se puso la primera piedra del templo. Junto a la iglesia, el proyecto incluía las dependencias para la residencia de las religiosas, anexas también a la Cocina Económica.
     El 10 de octubre de 1929 el cardenal Ilundain bendijo la nueva iglesia. En 1936, a pesar de ser asaltada y recibir cuantiosos daños, no recibió sin embargo quebranto en su estructura, por lo que se estableció en ella, provisionalmente, la parroquia de la Concepción mientras se restauraba su templo. En 1938 esta iglesia fue puesta bajo la dirección de los Padres Paúles, que se establecieron en la ciudad. En 1958, por decreto del pri­mer obispo de Huelva, D. Pedro Cantero Cua­drado, se establece en este templo la parroquia de Ntra. Sra. Estrella del Mar, creada en 1955. En 1969, en el terremoto del 28 de febrero, el edificio sufrió grandes desperfectos en su estructura, declarándose en estado ruinoso. Subsanados los daños se reabrió al culto, pero en 1976 hubo de cerrarse definitivamente, debido, entre otras causas, al cambio en el nivel freático de la zona por construcciones de nueva planta, por lo que se produjeron agrietamientos de importancia en sus muros. En 1981, las Hijas de la Caridad donan el edificio a la Diócesis onubense. En 1991 comenzaron las obras de restauración, siguiendo el proyecto del arquitecto Francisco Vallejo. En esas obras se reforzó la cimentación del templo, consolidándose el edificio, y solucionándose así el principal problema para su posterior apertura que, tras una detallada labor restauradora, tuvo lugar el día 5 de octubre de 1995.
     El edificio, de estilo neogótico, consta de tres naves, más ancha y alta la central que las laterales. La nave central está compartimentada en cuatro tramos; en el primero se sitúa la tribuna del coro. Las bóvedas son de nervadura so­bre base rectangular. Los arcos formeros y torales son ojivales y los diagonales de medio punto. Las nervaduras apean sobre capiteles de pilares fasciculados. El ábside consta de cinco bóvedas nervadas con terceletes, con la finalidad de obtener la luz a través de las vidrieras de los arcos ojivales, consiguiéndose al tiempo una continuidad con la vidriera de la nave central, que igualmente inunda de luz al buque del templo. Las bóvedas, desde la última restauración, aparecen decoradas, al gusto gótico, con es­trellas sobre un intenso fondo azul, creando la sensación de un espacio celeste. Al exterior, los empujes de las bóvedas, siguiendo los cánones historicistas del neogótico, son contenidos por los arbotantes y contrafuertes. La cubierta del edificio es a dos aguas, con tejas árabes. La fa­chada consta de tres calles, separadas por hornacinas entre pilastras, situándose centralmente la torre-campanario, con tres puertas de acceso a la iglesia a través de tres vanos, mayor el del centro, con arcos ojivales. La torre-fachada cons­ta de caña con ornamentación neogótica a base de columnas que sustentan arcos trilobulares. El campanario, en tres de sus caras presenta altos ventanales de arco ojival, cerrados por columnas y ornamentación calada. Cuatro pináculos flan­quean el chapitel piramidal.
     Las obras de interés artístico que podemos mencionar en su interior son, entre otras, las vidrieras de la capilla mayor de la empresa zaragozana de la Veneciana, 1943, en las que se representan varias escenas  de la  devoción  a la Virgen de la Medalla Milagrosa. La capilla la preside la imagen sedente de Ntra. Sra. Estrella del Mar, escultura en madera policromada de Miguel Bejarano Moreno, gubiada en 1997. Sostiene en su derecha a Jesús Niño, y en la izquierda un pequeño barco de orfebrería. Está colocada en un doselete de madera tallada y dorada, obra de Luis Barrios en el mismo año 1997. En el coro alto se sitúa la imagen del Cris­to del Consuelo y del Perdón. Y a los pies de la nave central están las imágenes de Milagrosa y de San José, ambas seriadas (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     La Iglesia de Nuestra Señora de Estrella del Mar, posee una disposición interior que procura responder al concepto historicista, neogótico concretamente, que la inspira. Es un edificio entre medianeras, aunque se separa ligeramente de las edificaciones adyacentes dejando un pasillo de iluminación. Su planta es rectangular o de salón, con tres naves y cabecera poligonal.
     Presenta a sus pies tres accesos que dan paso a una especie de nártex que comunica en su parte central con el templo.
     Éste se divide en cuatro tramos por medio de arcos y se cubren con bóvedas de crucería. En el primer tramo se encuentran los accesos, a uno y otro lado, de diversas dependencias. La nave principal es de mucho mayor tamaño que las laterales y se separan entre ellas por medio de ocho pilares neogóticos fasciculados. La cabecera de planta poligonal se encuentra en alto y se cubre por medio de bóveda de nervadura. Tras ella se encuentran diversas dependencias.
     Al exterior, destaca la fachada principal, compuesta por una portada triple de arcos apuntados coronados por gabletes y torreón central. Éste, que sirve de cuerpo de campanas, presenta ricos motivos calados en piedra y se remata con chapitel piramidal de base cuadrada y pináculos en sus esquinas. El conjunto se completa con arbotantes, contrafuertes y pináculos neogóticos.
     En Andalucía, aunque el Historicismo acentúa otras visiones de la arquitectura tradicional como el neomudejarismo, existen algunos ejemplos neogóticos, como en el caso de la Iglesia de Nuestra Señora de la Milagrosa. Su autor, José María Pérez Carasa, se muestra aquí como un seguidor tardío de Violet- le-Duc, imitando, en la más pura tradición francesa, los templos góticos. Dos hechos ayudan a avalar esta idea. El primero de ellos es afirmar la importancia que adquirió Huelva a fines del siglo XIX y principios del XX, gracias a la industria minera, que dejó obras de cierto interés arquitectónico en la ciudad. El segundo es el empleo por parte de Carasa de nuevos materiales en su obra como es el caso del hormigón.
     Además, Carasa en la construcción de la Iglesia de la Milagrosa en 1923, responde a la idea, ya internacionalizada, de utilizar una forma concreta para un edificio con un uso determinado. En este caso, la lógica aconsejaba el uso del gótico para la construcción de templos. A pesar de ello, Pérez Carasa construye un edificio tardío y un poco fuera de época, ya que en los años 20 el neogótico era un estilo casi abandonado por otros de mayor auge.
     El origen del templo hay que buscarlo en la necesidad que tenían las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, de la Casa Benéfica Municipal, de tener una capilla propia. Para ello habían comprado unas casas limítrofes con dicha institución. En 1922 el arquitecto municipal, Pérez Carasa, realizó el proyecto, para cuya ejecución se contaría con fondos municipales. Se constituyó una Junta de señoras para acarrear fondos. Los terrenos de la iglesia, en la calle Rábida, fueron donados por Salvador Vázquez de Zafra. El 22 de noviembre de 1922 se bendijo y se puso la primera piedra del templo. Junto a la iglesia, el proyecto incluía las dependencias para la residencia de las religiosas, anexas también a la
Cocina Económica. El 10 de octubre de 1929 el cardenal Ilundain bendijo la nueva iglesia.
     En 1936, a pesar de ser asaltada y recibir cuantiosos daños, no recibió sin embargo quebranto en su estructura, por lo que se estableció en ella, provisionalmente, la parroquia de la Concepción mientras se restauraba su templo. En 1938 esta iglesia fue puesta bajo la dirección de los Padres Paules, que se establecieron en la ciudad. En 1958, por decreto del primer obispo de Huelva, D. Pedro Cantero Cuadrado, se establece en este templo la parroquia de Nuestra Señora Estrella del Mar, creada en 1955. En 1969, en el terremoto del 28 de febrero, el edificio sufrió grandes desperfectos en su estructura, declarándose en estado ruinoso.
     Subsanados los daños se reabrió al culto, pero en 1976 hubo de cerrarse definitivamente, debido, entre otras causas, al cambio en el nivel freático de la zona por construcciones de nueva planta, por lo que se produjeron agrietamientos de importancia en sus muros. En 1981, las Hijas de la Caridad donan el edificio a la Diócesis onubense.
     En 1991 comenzaron las obras de restauración, siguiendo el proyecto del arquitecto Francisco Vallejo. En estas obras se reforzó la cimentación del templo consolidándose el edificio, y solucionándose así el principal problema para su posterior apertura que, tras una detallada labor restauradora, tuvo lugar el día 5 de octubre de 1995 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Muelle de Ríotinto. Cargadero de Mineral
     El muelle embarcadero de mineral de Riotinto, que consta de un viaducto de madera y un embarcadero sobre el río Odiel. Fue construido en 1876 por Georges Bruce, siguiendo las pautas de la Torre Eiffel de París (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     El muelle o cargadero de mineral de la compañía Riotinto en Huelva es obra de los ingenieros George B. Bruce, Thomas Gibson y Martin Ridley (1874-1876). Se encuentra situado en el extremo Suroccidental de la ciudad, al sur del muelle de Levante, parte sobre el Odiel (unos 500 metros) y parte sobre tierra.
     Constituye el punto final del trazado del ferrocarril que desde las minas de Riotinto transportaba el mineral hasta Huelva, extremo, por tanto, del cinturón férreo que bordeaba el sudeste de la población. Se construyó sobre terrenos rellenados en la marisma por la compañía minera junto al estero de las Metas y sobre el río Odiel.
     Tipológicamente es un ejemplo de arquitectura industrial y, concretamente, un muelle ferroviario de usos múltiples. Su principal utilidad, que justificó su construcción, fue la de ser cargadero de mineral de cobre, y para ello adoptó el avanzado sistema de embarque por gravedad, pero además, fue muelle de mercancías, posibilitando la carga y descarga de las mismas mediante grúas.
     La planta del muelle de Riotinto en Huelva se desarrollaba a lo largo de más de 1000 metros de longitud, buena parte de los mismos sobre tierra y el resto sobre el río Odiel. Prolonga la línea férrea de Riotinto desde la estación de la Compañía en Huelva y enlaza con la estación de MZA, actual RENFE. Desde la primera estación partía un tramo de 283 metros sobre un terraplén de tierra con vía única cimentada sobre hormigón y ladrillo, a continuación y durante 225 metros se elevaba sobre un viaducto de madera sobre pórticos pareados, a partir de este punto se alza sobre grupos de dobles hileras de cuatro pilares de fundición (30 grupos o 60 hileras de cuatro pilares). Al adentrarse en el río se mantiene unos 200 metros en dirección ortogonal a la orilla para formar después una amplia curva de 200 metros de radio y culminar en un nuevo tramo recto orientado en el sentido de la corriente y las mareas (ca. 170 metros). En total este tramo metálico tenía 577,6 metros (en 1974 se destruyeron unos 50 metros del mismo). Sobre este tramo recto final se situaba hasta 1990 el embarcadero de madera con estructura separada de la metálica y una longitud aproximada de 200 metros.
     El muelle cuenta con diferentes secciones en su recorrido y una anchura máxima de 17 metros en las plataformas del embarcadero de madera de su extremo. Según el punto de su recorrido existía una, dos o tres vías férreas en sus distintos niveles.
     La primera parte elevada del muelle, aún en tierra, está realizada por completo en madera con pies derechos y vigas de gran sección arriostradas diagonalmente formando pórticos que se agrupan de dos en dos (veinte pares, siete de ellos de mayor anchura con tres vanos). Sobre las jácenas de estos pórticos descansan zapatas y durmientes que reciben la carga de las largas vigas longitudinales; sobre estas últimas apoyaban los raíles y se clavaba la tablazón del firme que a su vez se cubría con balasto. Existen numerosos ángulos y pletinas metálicos de unión de los diferentes elementos estructurales de madera y algunos tirantes, vigas y pilares metálicos añadidos en diferentes momentos para reparar y reforzar zonas de este tramo.
     La construcción del muelle se debe comprender en el amplio contexto de la explotación de los minerales no ferrosos andaluces por empresas de capital extranjero desde mediados del siglo XIX. Los británicos, impulsores de la Revolución Industrial, agotaron gran parte de sus recursos en materias primas a lo largo de la primera mitad del siglo XIX y desde entonces se lanzan a la búsqueda de nuevas explotaciones en otros países que permitiesen incrementar el ritmo productivo de sus industrias químicas y metalúrgicas.
     La constate investigación de nuevos métodos de extracción y aprovechamiento de los minerales favorecieron el auge de las piritas cupríferas sulfurosas, destacando las procedentes de la provincia de Huelva.
     En las minas onubenses donde el capital español y francés había fracasado, triunfaron los ingleses al poner grandes medios técnicos y recursos financieros que favorecieron la explotación sistemática y muy rentable de las piritas, en su doble papel de contenedoras de azufre y de cobre, los grandes beneficios así obtenidos por las empresas británicas repercuten principalmente en la metrópoli, si bien también afectarán a la provincia de Huelva donde se invierten parte de los mismos.
     El caso más emblemático de este proceso fue la venta de las minas de Riotinto por el estado español en 1873 a un consorcio internacional compuesto por varios financieros y empresarios ingleses y alemanes.
     Estos empresarios revendieron la propiedad a la Río Tinto Co, Ltd. replantearon los trabajos de extracción e iniciaron las obras del ferrocarril que unirá la mina con Huelva.
     Precisamente, como último complemento de este avanzado sistema de transporte ferroviario se vio la necesidad de construir un muelle en el Odiel para la descarga del mineral. El ferrocarril se realizó entre junio de 1873 (proyecto) y el 28 de julio de 1875. Los diseños fueron de George Barclay Bruce y la construcción corrió a cargo de la empresa Clark & Punchard Company.
     Al tiempo que se realizaba esta obra se presentó en febrero de 1874 el proyecto de Bruce para el muelle cargadero de minerales, en mayo del mismo año fue mostrado a la Junta de Obras del Puerto de Huelva y al Ministerio de Obras Públicas, siendo defendido su diseño por Martín Ridley.
     Ante las dificultades que presentaba la construcción de una obra de estas característica, la compañía Clark & Punchard renunció al contrato recayendo éste sobre la empresa John Dixon, que en septiembre de 1874 comenzó los trabajos bajo la dirección del ingeniero Thomás Gibson. A lo largo de la obra Gibson, como ingeniero a pie de obra, introdujo importantes modificaciones al inicial proyecto de Bruce.
     El muelle comenzó a funcionar en marzo de 1876. En 1882 Alfonso XII visita el muelle, y éste se engalana para la ocasión.
     En 1929, en los archivos de RTC, en Londres, consta la presentación de un proyecto de nuevo muelle. Entre 1934 y 1935 se realizan reparaciones. En 1939 se afirma que la obra sumergida no está en buen estado y se da corta vida al muelle.
     En 1949 la situación económica y las malas perspectivas de la Compañía en Huelva hacen desistir de la obra del nuevo muelle. En 1954, las minas de Riotinto pasan a control de capital español, creándose la compañía española de Minas de Riotinto. El 5 de abril de 1974 deja de funcionar, comenzando a demoler, en octubre, el tramo bajo el que pasaba la carretera hacia la Punta del Sebo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Monumento a la Fe descubridora - Monumento a Colón
    Pero el monumento público con el que se identifica a la ciudad, hasta el punto de que es uno de sus referentes icónicos, es el Monumento a la Fe Descubridora, vulgarmente conocido como Monumento a Colón, de impronta cubista. Está en las afueras de la ciudad, ubicado en la Punta del Sebo, a unos 4 Km. de Huelva. La idea de su construcción parte del abogado W.H. Page, en 1917, idea que fue acogida con entusiasmo por la escultora G. V Withney y los asistentes al banquete del Columbus Day, en Filadelfia, en 1926. Fue sufragado por los ciudadanos de Estados Unidos. En su construcción, realizada en piedra de las canteras de Niebla, trabajaron artistas y obreros americanos y europeos, bajo la dirección de M. Auliffe, que seguía los planos de Miss Withney. El resultado fue un monumento compuesto por una breve escalinata sobre la que se alza un gran pedestal hueco, en forma de prisma de sección cuadrangular. En sus esquinas superiores aparecen bajorrelieves de las civilizaciones precolombinas y de la civilización cristiana. So­bre el pedestal se levanta una gran escultura, en bloques de piedra, que se abraza a una cruz en forma de «tau». En el interior del basamento hay relieves de mapas y escudos, así como un grupo escultórico de los Reyes Católicos. Fue inaugurado en 1929 (Manuel Jesús Carrasco Terriza, Juan Miguel González Gómez, Alberto Oliver Carlos, Alfonso Pleguezuelo Hernández, y José María Sánchez Sánchez. Guía artística de Huelva y su provincia. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2006).
     Se encuentra situado en la Punta del Sebo, lugar de encuentro de los ríos Odiel y Tinto, sitio próximo a la capital, 5 Km., en el lugar elegido por la escultora. La escultura se eleva 37 metros sobre una amplia plataforma horizontal ganada al mar que consta de un paseo de ingreso, jalonado a ambos lados por una doble fila de palmeras, que accede a la explanada, ya sobre la ría del Odiel, y en su centro se alza el pedestal y la figura de Colón que forman el monumento propiamente dicho.
     El pedestal está formado por una basa escalonada que soporta un prisma tronco piramidal de bases rectangulares que en su parte superior y en sus esquinas esculpe unos relieves representativos de las culturas de uno y otro lado del Atlántico. El pedestal contiene una sala de homenaje a los Reyes Católicos que alberga una estatua de ambos sentados, obra de Whitney, y en las paredes los nombres de las tripulaciones de las carabelas y los de los miembros de la Columbus Memorial Fundation que trabajaron en la idea, además de reproducciones de mapas de la época del viaje.
     La escultura propiamente dicha nace de la base como continuación de ella, como si se tratara de una única pieza de piedra esculpida en un solo gesto. La piedra utilizada es la piedra caliza formada por sedimentos calcáreos de origen marino de una cantera de la cercana Niebla. Se representa en ella una figura antropomórfica que abraza una cruz a modo de atril vestida con un manto que tapa su cabeza y llega a sus pies. Whitney evoca mediante una personificación la Fe Descubridora, aunque hay que decir que rápidamente el pueblo vio en ella la figura de Colón.
     La escultura se caracteriza por un ejercicio de simplificación y una economía del lenguaje donde los detalles presentan la estructura básica de construcción de la anatomía sin reparar en detalles puntuales. Dentro de este ejercicio de abstracción de la figura humana, sin que podamos situar la obra como cubista, si que podríamos reconocer dentro de la obra ciertos mecanismos cubistas como el hecho de que la cruz se presente en distintos planos siendo llamativo el hecho de que el brazo superior de la cruz se avanza en vez de hacia el cielo hacia el frente. También es de clara influencia cubista el rostro de la escultura. En ella podemos reconocer también cierta influencia de rostros propios de la obra de Picasso o Leger. Nos encontramos ante un interesante ejercicio donde Whitney es capaz de casar un monumento
representativo y un lenguaje propio del momento. El gran triunfo de ello es que el monumento a Colón ha sido adoptado por Huelva como símbolo de identidad sin la necesidad de ceder a lenguajes obsoletos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Muelle de las Carabelas
     Situado en La Rábida, término municipal de Palos de la Frontera (Huelva), este muelle es uno de los principales destinos turísticos de la provincia. En el Muelle de las Carabelas se encuentran las reproducciones de La Pinta, La Niña, y La Santa María que se construyeron en 1992 para celebrar el V Centenario del Descubrimiento de América. Son réplicas de las naves que en 1492 participaron en el primer viaje colombino.
     Sin duda, uno de los principales atractivo de la visita es poder subir a bordo de las tres carabelas para conocer su interior, bajar a sus bodegas o adentrarte en el camarote de Cristóbal Colón; el lugar donde el almirante trazó el rumbo para llegar por primera vez al Nuevo Mundo.
     Durante la visita al Muelle de las Carabelas, además de poder subir a bordo de las naves, el muelle cuenta con otros espacios con los que completar la visita; una sala de interpretación con instrumentos de navegación, enseres y otras curiosidades. La sala de audiovisuales donde conocerás los detalles de la historia del Descubrimiento. El barrio medieval, como representación de la vida cotidiana a este lado del Atlántico. Y la Isla del Encuentro, con la representación de la vida y cultura indígena (Turismo en Huelva).

Paseo de la Ría
     El Paseo de la Ría, situado en la margen izquierda del río Odiel, entre el muelle de Rio Tinto Company y el antiguo de Pertrechos, dispone de un espacio de más de 1.250 metros de longitud y 80 metros de anchura.
     Esta obra, que comenzó a construirse en febrero de 2009, ha supuesto una inversión superior a 23,1 millones de euros. El proyecto ha sido diseñado por el estudio José Antonio Martínez Lapeña- Elías Torres Arquitectos, quienes han estudiado cada detalle de este espacio para plasmar en el paseo distintos emblemas de los paisajes de la provincia como en el pavimento, integrado por 2,2 millones de adoquines, muestra en su variado colorido los tonos ocres y rojizos de la Cuenca minera, mientras que las ondulaciones de césped de los parterres evocan las dunas de la Costa.
     El Paseo de la Ría dispone de cuatro anfiteatros cubiertos de pérgolas para proporcionar sombra, así como un millar de pinos, característicos de las playas de la Costa de Huelva, que intentan ser el reflejo del paisaje que se observa en la otra orilla del Paseo, el Paraje Natural Marismas del Odiel.
     Este espacio cuenta con cinco aseos, además de diez quioscos para ocio y restauración. El mobiliario urbano dispone de 83 bancos, 125 sillas, 30 papeleras y cinco fuentes adaptadas para personas con movilidad reducida.
     El paseo dispone también de una amplia zona de aparcamientos, con 205 plazas, ocho de ellos para personas con minusvalía.
     El Paseo de la Ría forma parte de un gran proyecto del Puerto de Huelva de recuperación medioambiental de la marquen izquierda de la ría del Odiel, donde se han plantado especies vegetales autóctonas y se ha creado una senda peatonal a lo largo de cuatro kilómetros con paneles explicativos sobre la restauración realizada en la zona con el fin de propiciar el acercamiento de la ciudadanía al puerto, además de impulsar actividades saludables como el senderismo y el ciclismo.
     Este gran balcón hacia la ría completa este proyecto de recuperación de este espacio para la ciudad, desde el muelle cargadero de Río Tinto hasta el monumento a Colón o a la Fe Descubridora, un objetivo por el que ha apostado firmemente el Puerto de Huelva con el fin de estrechar lazos en el ámbito de las relaciones puerto-sociedad (Puerto de Huelva).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Huelva, déjame ExplicArte los principales monumentos (antigua Estación de Zafra; Plaza 12 de Octubre. Jardines del Muelle; antiguo Conservatorio de Música; Colegio de Arquitectos; Iglesia de la Milagrosa; Muelle de Ríotinto. Cargadero de Mineral; Monumento a la Fe descubridora - Monumento a Colón; Muelle de las Carabelas; y Paseo de la Ría) de la localidad de Huelva (y VII), en la provincia de Huelva. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia onubense.

Más sobre la provincia de Huelva, en ExplicArte Sevilla.

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