Intervención en el programa de radio "Más de uno Sevilla", de Onda Cero

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domingo, 14 de mayo de 2023

Los principales monumentos (Casa-Palacio de los Virués de Segovia e Inestal; Casa-Palacio de los Núñez de Prado, antigua Casa-Palacio de los Marqueses de Torresoto; Casa-Palacio Juan de Cuenca y Farfán de los Godos; Ermita de San Antonio Abad; Iglesia de San Agustín; restos antigua Muralla Almohade; y Puerta Matrera) de la localidad de Arcos de la Frontera (VI), en la provincia de Cádiz

     Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Casa-Palacio de los Virués de Segovia e Inestal; Casa-Palacio de los Núñez de Prado, antigua Casa-Palacio de los Marqueses de Torresoto; Casa-Palacio Juan de Cuenca y Farfán de los Godos; Ermita de San Antonio Abad; Iglesia de San Agustín; restos antigua Muralla Almohade; y Puerta Matrera) de la localidad de Arcos de la Frontera (VI), en la provincia de Cádiz.

Casa-Palacio de los Virués de Segovia e Inestal
     Esta Casa Palacio del siglo XVII ocupa la totalidad de una manzana trapezoidal y perteneció a la familia Virués de Segovia. La fachada es de piedra y sobre el dintel de la puerta se localiza un escudo ovalado y partido de mármol que representa a la casa de Virués de Segovia e Inestal. En el exterior se observan columnas en las esquinas que sirven de refuerzo. El interior se estructura en torno a un patio donde destaca el brocal calizo del pozo.
HORARIO DE VISITAS: Libre, sólo fachada (Ayuntamiento de Arcos de la Frontera).

Casa-Palacio de los Núñez de Prado
     Casa Palacio del siglo XVII que en los últimos años del siglo XIX pasó a manos de particulares, que la desmantelaron. En los primeros años de la década del siglo XX fue tostadero de café y fábrica de harinas.
     Su fachada es de piedra, aunque conserva parte de su fábrica en ladrillo visto. Presenta entablamento y frontón partido que alberga un escudo circular de mármol que representa los apellidos Moreno, Núñez de Prado y López Maldonado.
     El interior se estructura en torno a un patio conservando aún la galería de la planta baja de arcos carpaneles sustentados por columnas.
     Actualmente es casa de vecinos.
HORARIO DE VISITAS: Libre, sólo fachada (Ayuntamiento de Arcos de la Frontera).

antigua Casa-Palacio de los Marqueses de Torresoto
     Al mismo período (tardogótico) pertenecen los restos de la primitiva portada del palacio de Torresoto, situado en la calle del mismo nombre, que presenta en el cuerpo superior de su portada vano geminado con tracería. En su interior barroco destaca el patio columnado al que se abre un pequeño oratorio de mediados del siglo XVIII, con azulejería sevillana y un retablo de madera dorada sustentado por estípites que contiene la imagen de la Divina Pastora (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Fue el primer palacio de los Marqueses de Torresoto. Del edificio destaca la noble portada del S.XVIII con escudo de armas cuartelado que representa los apellidos de las diferentes familias que habitaran la casa, Andino, Gamaza, Bohórquez y Quintanilla. En 1831 paso a ser propiedad del Marqués de Torresoto. A la derecha de la fachada se observa un azulejo del  S.XVIII que evidencia que sus propietarios fueron familiares de la Santa Inquisición. Se sitúa frente a la Plaza del Cananeo que fue escenario de Autos Sacramentales. Esta pequeña plaza  conserva aún la solera del viejo Arcos.
HORARIO DE VISITAS: Libre, sólo fachada (Ayuntamiento de Arcos de la Frontera).

Casa-Palacio Juan de Cuenca y Farfán de los Godos
     Casa Palacio del siglo XVII, ocupa todo el trazado de la calle homónima en referencia a este militar que participó en el socorro de Cádiz en 1625 ante el ataque de los ingleses.
     La fachada está compuesta por una portada de piedra rematada con un entablamento decorado y frontón partido que alberga un escudo con las armas de la familia Cuenca y Farfán de los Godos.
     El inmueble se estructura en torno a dos grandes patios comunicados a través de una gran escalera. Los patios poseen galerías abiertas con dos alturas compuestas por arcos que descansan sobre columnas de mármol.
HORARIO DE VISITAS: Libre, sólo fachada (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).

Ermita de San Antonio Abad
     El origen de esta ermita data del siglo XVI, pero en 1681 fue  reconstruida, formando parte de un hospital de convalecientes, denominado de Santa Teresa. Los trabajos de construcción se completaron en 1715 y desde 1744 albergó a la cofradía de los servitas y en 1767 quedó bajo el patronato de los duques de Arcos. A mediados del siglo XX, tras hundirse las bóvedas, quedó en estado de ruina, situación en la que aún permanece.
     Es de planta rectangular y consta de una nave cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos y cúpula semiesférica sobre pechinas en la capilla mayor. El retablo, conservado parcialmente, es de madera dorada y policromada y comenzó a construirse en 1744, pero presenta importantes modificaciones de la segunda mitad del siglo XVIII a las que responden las decoraciones rococó que ocupan gran parte del primer cuerpo. Consta de un cuerpo sustentado por estípites y ático tripartito (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     En 1681 los hermanos de San Antonio Abad solicitan al cabildo el traslado de la ermita a este lugar, antiguo barrio de Zarahonda y comienzan las obras en 1682. En 1767 quedó bajo el patronato de los Duques de Arcos y el edificio estuvo en uso hasta 1787 por la Orden Hospitalaria de San Antonio Abad.
     El edificio entró en ruina en 1950 y en 1961 la bóveda se hundió definitivamente, situación en la que ha permanecido hasta hace escasos años en que ha sido restaurada.
     La fachada del edificio se estructura en torno al vano de entrada flanqueado por pilares con basa que sustentan un entablamento y un frontón partido en cuyo centro se alberga el corazón de Jesús. El conjunto se remata con una espadaña. La planta del edificio es rectangular y consta de una nave con cubierta de bóveda de medio cañón con lunetos realizada con ladrillos.
HORARIO DE VISITAS: Libre, sólo fachada (Ayuntamiento de Arcos de la Frontera).

Iglesia de San Agustín
     En 1586 los padres agustinos fundaron este convento, en el solar donde se había establecido en 1539 el convento de san Juan de Letrán, que también fue beaterio de las Emparedadas. Inmediatamente levantaron las dependencias con­ventuales y un nuevo templo, que en 1686 fue reedificado con la ayuda de Juan Ayllón de Lara y Pedro Angulo Bohórquez, a quienes dieron el patronato de la capilla mayor. Con la desamortización de Mendizábal se abandonó el convento y desaparecieron las dependencias, de las que sólo restan en la actualidad algunos fragmentos poco significativos. La iglesia ha mantenido el culto gracias a la cofradía del Nazareno, fundada en 1564 y establecida en el convento desde sus primeros años.
     El templo es de una nave y presenta planta de cruz latina con cabecera plana. A la nave, cubierta por bóveda de cañón con lunetos, se abren capillas comunicadas entre sí por pequeños va­nos y sobre ellas van tribunas en forma de balcón, en el crucero hay una cúpula semiesférica sobre pechinas con yeserías que albergan los escudos de los patronos de la capilla mayor. Tras el terremoto de 1755 quedó muy dañada y hubo de ser reconstruida. En la fachada lateral se abren dos portadas gemelas, una de ellas tapiada en la actualidad, de sencilla composición cuyos vanos se enmarcan por molduras planas y se rematan por frontón triangular roto en cuyo centro hay hornacinas planas. La espadaña presenta dos cuerpos articulados por pilastras toscanas, entre los que se abren vanos rematados en medio punto; el primer cuerpo se corona con frontón triangular roto, solución que se repite en el segundo. El retablo mayor, de madera oscura, puede fecharse hacia 1740 y presenta un cuerpo articulado por estípites con ático. El cuerpo central está presidido por una hornacina con la imagen de candelero de san Agustín de carácter popular y sobre ella se sitúa el manifestador. Las imágenes de las calles laterales también son de candelero y ajenas al programa iconográfico original del retablo. En el ático, un gran relieve contemporáneo del retablo representa a san Agustín entre Cristo crucificado y la Virgen. Los testeros fron­tales del crucero presentan dos retablos gemelos de madera dorada y policromada construidos por la cofradía de Jesús Nazareno hacia 1690. Ambos constan de un cuerpo flanqueado por columnas salomónicas pareadas y ático rematado por frontón curvo. En la hornacina del situado en el lado del evangelio se encuentra la imagen de candelero de Jesús Nazareno, obra de pasta policromada, realizada en 1600 por el escultor genovés residente en Cádiz Jácome Velardi.
     Ante el Nazareno hay dos pequeños ángeles pasionarios de talla fechables en el primer tercio del siglo XVIII. La pintura del ático, contem­poránea del retablo, representa al Ecce Homo. En el lado de la epístola ocupa la hornacina la imagen de candelero de la Virgen del Mayor Dolor, obra anónima de la primera mitad del siglo XVIII. El ático está ocupado por una pintura que representa el Encuentro en la calle de la Amar­gura. Los testeros frontales del crucero también tienen retablos gemelos de madera dorada y po­licromada sustentados por estípites y fechables hacia 1740. El correspondiente al lado del evangelio está ocupado por una imagen de candelero de santa Rita y en el de la epístola hay una talla policromada de san José, obra genovesa de la segunda mitad del siglo XVIII cercana al estilo de Jácome Vaccaro.
     La primera capilla del lado del evangelio está dedicada a san Nicolás de Tolentino, imagen de candelero que preside un retablo en madera oscura de estípites fechable hacia 1740. A continuación se encuentra la capilla de san Nicolás de Bari, cuyo retablo de madera dorada y sustentado por columnas salomónicas se puede fechar hacia 1690. La talla policromada del titular, obra del círculo roldanesco, es contemporánea del retablo. La tercera capilla presenta un retablo de dinámico diseño rococó en madera oscura sus­tentado por estípites, que puede fecharse hacia 1760, y es atribuible al tallista Andrés Benítez. Está presidido por una Virgen de candelero del siglo XVIII. Las capillas tercera y segunda del lado de la epístola presentan retablos gemelos de madera policromada y dorada, sustentados por columnas salomónicas y fechables hacia 1690. Están ocupados por la imágenes de candelero de un santo agustino y la Virgen del Carmen, obras que no parecen corresponder al programa origi­nal, mientras que las pinturas de los bancos que representan la Dormición de la Virgen y el Sueño de san José y las de los áticos con san Pedro y san Andrés, son contemporáneas de los retablos. La primera capilla está dedicada a santo Tomás de Villanueva, talla de candelero de tipo popular que ocupa un retablo de madera oscura de finales del siglo XVII.
     La cofradía de Jesús Nazareno conserva algunas piezas de artes suntuarias de interés, entre ellas la cruz procesional, con chapas de carey y cantos de plata, fechable a mediados del siglo XVIII, y unas potencias del siglo XVII. También posee un  importante conjunto de piezas bordadas para las imágenes e insignias en los siglos XVIII y XIX (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Su fundación data de 1539, como Convento de San Juan de Letrán. En él vivieron el “Beaterio de las Emparedadas” hasta la finalización de las obras del Convento de la Encarnación en el que se refunden.
     En 1586, La Orden de San Agustín de la Observancia, funda el convento de frailes agustinos calzados y construyen una iglesia mejor que se bendice en 1587, ultimando el retablo mayor un carpintero y tallista local, Martín Hernández. El Convento tuvo una vida floreciente y contaba con 20 religiosos predicadores que enseñaban Gramática, Arte y Filosofía en los inicios del Siglo XVIII. Los eruditos locales nos cuentan cómo el claustro grande contaba con 28 columnas de jaspe negro. Su decadencia se inicia a partir del S. XIX cuando cuentan tan sólo con seis agustinos y ya en 1835 la desamortización les obliga a irse.
     Tras su abandono, el convento se fue convirtiendo en ruinas, permaneciendo la Iglesia. En ella, debemos centrar nuestra atención en la imagen de Jesús Nazareno, pues goza del fervor y la pasión popular de todo el pueblo. Su hermandad se crea en 1564 impulsada por los padres agustinos. En 1600 encargan a Jacome Velardí, un Cristo de “estatura de dos varas, con su cruz gruesa de color parda y parihuelas y peanas”. La madrugada del Viernes Santo recorre sus calles seguido de un gran número de devotos.
HORARIO DE VISITAS:
     Lunes a viernes: 10.30 a 13.00 h / 16.00 a 18.30 h
     Sábados: 10.30 a 13.00h
     Domingos cerrado (Ayuntamiento de Arcos de la Frontera).

restos antigua Muralla Almohade
     Desde época musulmana Arcos contó con un potente perímetro amurallado, aunque las características topográficas de la población hicieron innecesarios su construcción en algunas zonas cuyo escarpe suponía ya un elemento  defensivo natural. Se extendió a lo largo de la peña entre las puertas de Jerez y de Matrera. Son pocos los lienzos de muralla visibles actualmente, aunque buena parte de ellos pueden conservarse embutidos en construcciones posteriores. A lo largo de la historia el recinto fue sometido a diversas reformas y la última posiblemente fuera realizada en el siglo XV por los Ponce de León (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     En algún momento de los siglos XI- XII se erigiría la muralla de Arkûs, una población andalusí de 14,5 hectáreas de superficie, aunque no existe confirmación de que todo el terreno incluido dentro de ella estuviera consolidado por la edificación. Este poblamiento fue definido mayoritariamente como hisn por las fuentes islámicas, y por dos veces fue cabeza de efímeros estados independientes, alcanzando su período de mayor esplendor en época almohade (Viguera Molins, 2003: 40-41).
     Los restos más importantes de la muralla urbana se han conservado en el entorno de la Puerta de Matrera, al sureste de la población. También se han preservado algunos lienzos correspondientes a la Alcazaba, que fueron incorporados al castillo, reedificado en el siglo XV. Es muy probable que otros vestigios se encuentren enmascarados en las edificaciones actuales, que pueden custodiar restos de construcciones andalusíes, como el arco lobulado que apareció en el inmueble nº 9 de la calle Boticas, con interesantes bajo-relieves de lacería e inscripciones en árabe.
     El frente sureste de la cerca contaba con ocho torres en época andalusí, de las que se han conservado seis, al menos un acceso acodado ¿denominado actualmente como Puerta del Cómpeta¿ y una torre albarrana cercana al cantil norte (Alonso Ruiz y García-Pulido, 2013). En este frente, se han documentado al menos tres fases edilicias en época andalusí.
     La primera se corresponde con tres tipologías, una de tapias eminentemente terrosas, otra de tapias con algo de cal y arenisca, y una tercera fábrica encofrada que contiene sillarejo de arenisca dispuesto a soga y tizón, documentado en el muro o coracha que une la torre albarrana a la cerca (García Pulido y Alonso Ruiz, 2013: 37-52). En las diferentes tipologías de tapias documentadas desde el siglo XI hasta el XVIII en la muralla medieval arcense y en los edificios que a lo largo del tiempo se han ido adosando a la misma, es de destacar el empleo de la tierra, tanto per se cómo junto a otros materiales constructivos.
     Tras la conquista castellana y durante la Baja Edad Media, desde finales del siglo XIV existe documentación relativa a serias reformas efectuadas en el castillo y la muralla (Pérez Regordán, 2002: 44). Será precisamente en estos momentos o ya entrado el siglo XV, cuando se reconstruya totalmente la puerta en recodo de la Torre del Cómpeta bajo unas pautas plenamente mudéjares, puerta que, aparte de la posible poterna junto al cantil, debió ser la única existente para este frente de la villa durante estos momentos. Se constata por primera vez el reaprovechamiento de la tierra de la muralla andalusí, en este caso como núcleo macizo del alzado de la torre que cierra la cerca junto al cantil norte.
     Durante la Edad Moderna, una vez desaparecida la realidad de la Frontera, tuvieron lugar importantes procesos de transformación urbana que cambiarán profundamente la fisonomía de Arcos de la Frontera en su frente suroriental, produciéndose la ruina y abandono paulatino de la muralla, al menos a partir de la mitad del siglo XVI, en paralelo al surgimiento de nuevas casas que invadieron diversas zonas de la misma, adosándose a ella y reaprovechando sus materiales constructivos. A partir del siglo XVI, Arcos dejará de ser una colonia militar, mostrándose como un asentamiento más estable que hace surgir una cierta vida urbana. Durante toda esta época, el núcleo no rebasa las murallas por razones defensivas. Será a finales del siglo XVIII, cuando la ciudad se desarrolle definitivamente fuera del recinto amurallado. Al amparo de las medidas ilustradas de saneamiento, higiene y colonización urbanística, se produjo un nuevo rebaje de la Peña de Arcos junto a la Torre del Cómpeta y se amortizó definitivamente el adarve de la muralla debido a la presencia de un camarín con la imagen de la Virgen del Pilar. Sería entonces cuando definitivamente se consolide el caserío extramuros en torno a la calle Matrera Abajo, y se configure el actual Barrio Bajo tal como ha llegado hasta nuestros días (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
     Los escasos vestigios que aún se conservan corresponden a la cerca amurallada de época almohade. La construcción estaba realizada en tabiya (mezcla formada por tierra, cal, piedra y agua) y aún pueden observarse las huellas de las agujas o cárceles que sujetaban los tableros que servían de moldes para su construcción. La muralla conservada presenta diferentes espesores dependiendo de su ubicación, así en las zonas de difícil acceso como las peñas, presenta un grosor menor que las ubicadas en las áreas más bajas o de paso. El recinto amurallado contaba con tres puertas principales: la Puerta de Jerez (oeste), la Puerta de Carmona (norte) y la Puerta de Matrera (sureste), que es la única que se conserva (Ayuntamiento de Arcos de la Frontera).

Puerta Matrera
     La úni­ca conservada es la puerta de Matrera, que originalmente estuvo defendida por cuatro torres de las que aún se conservan importantes restos, entre ellos los de la llamada Torre de la Traición. El arco fue muy reformado durante el siglo XVIII, para instalar sobre él una capilla pública dedicada a la Virgen que se cubre por cúpula so­bre pechinas (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
     Comunica el casco antiguo de Arcos con el Barrio Bajo.
     Fue clave en la defensa de la ciudad al Oriente y estaba constituida por cuatro torres, un cubo central y el flanqueo de un par de torreones del que solo subsiste el de la izquierda a la bajada, llamado la Torre del Homenaje.
     Fue reconstruida en el S. XVII y XVIII, y desde ella pueden apreciarse restos de muralla encajonados entre las casas. Desde el exterior aparece un arco rodeado de viviendas, con una capilla de sencilla bóveda con linterna que guarda en su interior una buena talla, restaurada recientemente de la Virgen del Pilar.
HORARIO DE VISITAS: Libre (Ayuntamiento de Arcos de la Frontera).

     Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame (Casa-Palacio de los Virués de Segovia e Inestal; Casa-Palacio de los Núñez de Prado, antigua Casa-Palacio de los Marqueses de Torresoto; Casa-Palacio Juan de Cuenca y Farfán de los Godos; Ermita de San Antonio Abad; Iglesia de San Agustín; restos antigua Muralla Almohade; y Puerta Matrera) de la localidad de Arcos de la Frontera (VI), en la provincia de Cádiz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia gaditana.

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