Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte el Patio de Levíes, en la Casa del Asistente, del Real Alcázar, de Sevilla.
El Real Alcázar [nº 2 en el plano oficial del Ayuntamiento de Sevilla; y nº 2 en el plano oficial de la Junta de Andalucía], se encuentra en la plaza del Triunfo, 5 (la salida se efectúa por la plaza Patio de Banderas, 10); en el Barrio de Santa Cruz, del Distrito Casco Antiguo.
En el Real Alcázar, en la Casa del Asistente, se encuentra el Patio de Levíes [nº 9 en el plano oficial del Real Alcázar].
Tras las ventanas de la Capilla de los Navegantes del Real Alcázar, esta estancia aparecen distintos patiecicos que reciben los nombres de Patio del Almirante, Patio de los Mareantes y Patio de los Levíes, en alusión a una bella y elegante "loggia" que lo preside procedente del Palacio de los Levíes. Todos estos patios fueron organizados modernamente sobre un solar que antaño llamábase Corral de las Piedras y en el que en el siglo XVII se construyeron las Nuevas Cocinas y Oficinas del Alcázar (1614-1615). En el XVIII todo este sector fue ocupado por la vivienda del Asistente de la ciudad, conservándose en la actualidad el nombre de Patio del Asistente para el que centraba aquella edificación, restaurado también modernamente. Aquí debemos evocar el nombre de Don Pablo de Olavide que con sus tertulias literarias celebradas en los salones de su propia casa, hizo que el Alcázar se incorporara a los nuevos aires ilustrados que venían de Francia (Ana Marín Fidalgo, El Alcázar de Sevilla. Ed. Guadalquivir, 1992).
Tras el Patio del Asistente se encuentra el denominado, desde 1969, Patio de los Levíes, al colocarse en uno de sus extremos la arquería manierista procedente de la Casa de los Levíes, que se ubicaba en la judería sevillana. La arquería se compone de cuatro arcos de medio punto apeados en columnas, al centro, y sobre pilastras, en los extremos. Para aumentar la altura de las arcadas se elevaron sobre altos y estrechos pedestales y se insertaron unos cimacios cuadrados en el arranque de los arcos. Con ello el conjunto ganó en delicadeza. El diseño de la galería se enriquece por las distintas molduras, en diferentes niveles, que componen los arcos y el entablamento, así como por la apertura de óculos en las enjutas de los arcos y mediante la utilización de mármol blanco y jaspe. El pedestal central se transforma en una fuente surtidor con cuatro caños adornados con cabeza de leones y taza mixtilínea que, a través de un canalillo, comunica con el estanque central. A éste llegan también, mediante otro canalillo, las aguas de la fuente situada en el frente del patio contrario a la galería.
En uno de los lados mayores del mismo se conserva un panel de azulejos que representa a la Inmaculada rodeada de cabezas de angelotes, excelente trabajo de los talleres sevillanos del barroco (Juan Carlos Hernández Núñez, Alfredo J. Morales. El Real Alcázar de Sevilla. Scala Publishers. Londres, 1999).
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