Por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Barrio de la Villa; Castillo Árabe; La Cilla; Torre del Pan; Torre de los Olivillos; Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación; Cementerio Parroquial; Peñón del Sagrado Corazón; Ayuntamiento; Viviendas señoriales en calle Llana; Iglesia del Socorro; Vía Verde de la Sierra; Santuario de los Remedios; y Lavadero de Pino) de la localidad de Olvera, en la provincia de Cádiz.
Podría relacionarse con las romanas Hippa Nova o con Ilipula Menor, pero lo cierto es que aparece durante el período musulmán como Wupira, un bastión importante en el sistema defensivo de la frontera granadina. Formó parte de la línea fortificada musulmana hasta 1327, fecha en que Alfonso XI la incorporó a la red cristiana con igual valor estratégico. Los abundantes restos del castillo y su ubicación permiten entender esta significación, llegando a sufrir un último asedio en 1481. A mediados del siglo XV Olvera es comprada por don Pedro Girón y cuando sus descendientes fueron nombrados duques de Osuna en la centuria siguiente, la población permanece bajo el señorío de esta casa (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Se sitúa sobre una colina cerrada por una fuerte peña y dominando una importante encrucijada de caminos. El núcleo urbano se asienta apoyándose en las laderas de la colina, sobre todo en sus vertientes sur y este, con una clara posición excéntrica del Centro Histórico, al producirse los nuevos desarrollos hacia el este y sureste, siguiendo las principales carreteras. Sus altitudes más significativas son: Castillo, 639 m.; Borde este del Casco, 554 m.
La trama urbana es de origen medieval, adaptada a la topografía mediante plazas y albarradillas o terrazas construidas para suavizar las fuertes pendientes de su viario de calles estrechas y tortuosas.
Las manzanas son de bastante tamaño, alargadas e irregulares de forma y dimensión. Importantes vacíos interiores en algunas manzanas de gran tamaño, varios de los cuales contienen grandes peñas o promontorios que se integran en la trama urbana, produciendo una morfología singular.
El caserío, en su mayoría perteneciente a los siglos XVIII y XIX, ha rebasado los límites de la Villa medieval, descolgándose extensamente por el S.E. por donde la pendiente se suaviza. Se compone de viviendas de tipo popular resueltas a base de dos o tres plantas, con fachadas encaladas, cubierta de teja árabe y vanos que conforman ventanas y cierros de forja. Estas se combinan con ejemplos de casas solariegas tanto barrocas del siglo XVIII como decimonónicas de influencia sevillana.
Arquitectura popular de carácter rural. Se aprecia en el conjunto de las casas una cierta armonía en las alturas, que tiende en las casas humildes hacia un módulo más bajo para obviar las bajas temperaturas de los interiores en los inviernos crudos, en la distribución y elementos decorativos en las fachadas refulgentes por la blancura de la cal utilizada en su revoque.
El caserío se desarrolló adaptándose a la pendiente irregular a partir de la fortaleza del siglo XII y en su mayor parte está formado por casas de los siglos XVIII y XIX (Guía Digital del Patrimonio Digital de Andalucía).
Sobre una elevación perteneciente a la sierra de las Harinas, se encuentra Olvera, importante población de origen musulmán, en cuyo tiempo fue llamada Wupira. Durante mucho tiempo fue una población de frontera, primero bajo dominación agarena, y más tarde bajo dominación cristiana.
El casco histórico, en el que abundan las casas señoriales, laberíntico y ensoñador, cuenta con la declaración de Conjunto Histórico-Artístico. En su cumbre, sobre una formidable roca, se levanta el castillo construido por los nazaríes a finales del siglo XII y muy bien conservado. A su lado se sitúa la antigua cilla arzobispal, que más tarde sería bodega y actualmente acoge el centro cultural de la villa, en el que se ha instalado el Museo La frontera y los castillos, muy interesante por ofrecer una panorámica completa de las fronteras andaluzas en tiempos de la conquista cristiana.
La iglesia arciprestal de Nuestra Señora de la Encamación se encuentra en un soberbio emplazamiento, al lado del castillo, sobre la amplia plataforma que recibe el nombre de plaza de la Iglesia. Se trata de un edificio monumental, de estilo neoclásico, mandado construir por los duques de Osuna, señores de la población, a finales del siglo XVIII. Las torres gemelas que enmarcan la portada se divisan desde la lejanía. El interior, que perdió la mayor parte de sus enseres y obras de arte durante la guerra civil de 1936, tiene tres naves, la central cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos y las laterales con cúpulas semiesféricas. Sobre el crucero se eleva una potente cúpula de media naranja con linterna.
Junto a la iglesia, se extiende el barrio de la Villa, enteramente islámico, entre cuyas inmaculadas casitas asoman aún restos de su antiguo amurallamiento. Aquí y allá, por todo el casco urbano afloran pequeños macizos y mogotes rocosos, propios del terreno en el que la villa se asienta. Saliendo de Olvera por la carretera provincial CA-4322, a unos 2 km del pueblo, se encuentra el santuario de Nuestra de los Remedios, en el que se venera a la patrona de la ciudad (Rafael Arjona, y Lola Wals. Guía Total, Cádiz, Costa de la Luz. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2008).
Esta ciudad de la Ruta de los Pueblos Blancos se encuentra en una pronunciada elevación del terreno perteneciente a la sierra de las Harinas.
Historia y visita
El patrimonio más importante de la ciudad lo constituyen su urbanismo y el paisaje que la rodea. Calles empinadas y estrechas, que se bifurcan continuamente abriéndose en recoletas plazuelas, casas inmaculadas, tejas pardas y ventanas convertidas en miradores forman un conjunto armónico de una gran serenidad y belleza. A su alrededor, picos de gran elevación, como la peña del Sagrado Corazón, el peñón de Zaframagón o el de Zarzapardal, son reservas faunísticas y cinegéticas de primer orden.
Aunque de posible origen anterior, no hay noticia fidedigna de la ciudad hasta la época árabe. En los documentos musulmanes recibe el nombre de Wupira, si bien su nombre actual sería una contracción de Olivera, por encontrarse rodeada de abundantes olivos. En 1327 fue conquistada por Alfonso XI. De esta época viene el refrán que dice: "Mata al hombre y vete a Olvera", debido a que entre sus privilegios contó con el perdón a los homicidas que permaneciesen un año en la frontera establecida con los moros de Ronda, que estaba muy próxima a Olvera. En mayo de 1877, Alfonso XII le concedió el título de ciudad.
Arriba del pueblo, en el vértice de un picacho con forma de triángulo inclinado, se levanta el castillo roquero construido por los árabes en el siglo XII. Se conserva en bastante buen estado. Tiene la puerta principal protegida por una barbacana almenada y su espléndida torre del homenaje, de gran robustez, sobresale en el paisaje.
Las calles del pueblo suben hacia el castillo, pero se arraciman alrededor de la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, que se levanta frente a él. Es éste un magnífico templo del siglo XIV reedificado en el XVI por el duque de Osuna. De la obra primitiva, que fue realizada en estilo gótico sobre una antigua mezquita, se conserva únicamente la Capilla Bautismal. Tiene sus tres naves recubiertas de mármoles italianos y en ella sobresale la fachada, flanqueada por dos esbeltas torres de base cuadrada rematadas por campanarios octogonales que refuerzan la grandiosidad del edificio. En su interior se venera una imagen de San Sebastián, obra de Hernández Bello, del año 1603.
Gastronomía
La cocina serrana se caracteriza por la utilización casi a partes iguales de los productos del campo y de la caza. En Olvera son platos de antigua tradición el guiso de conejo, el solomillo relleno y, sobre todo, las sopas pegás, a base de aceite, ajo, tomate, cebolla, espárragos silvestres y pan.
En repostería tiene fama el hornazo, que aquí recibe el nombre de torta del lunes de Cuasimodo, a base harina, azúcar, canela, almendras, matalahúva, sésamo y limón, con lo que se forma una especie de torta en la que se pone un huevo cocido y pintado de vivos colores.
Fiestas
El segundo lunes después del Domingo de Resurrección, Lunes de Cuasimodo, se celebra la romería de Nuestra Señora de los Remedios, llamada también Fiesta del Hornazo, por degustarse en ella esta torta. Entre el 17 y el 19 de mayo hay una feria de ganado. Y entre el 27 y 31 de agosto tiene lugar la feria de San Agustín.
Artesanía
La espartería, la guarnicionería y la cerámica son antiguas labores artesanas que continúan ejerciéndose en la actualidad en Olvera.
Alrededores
A 2 km de la población, en dirección a Ronda, se encuentra el santuario de Nuestra Señora de los Remedios, construido en el siglo XVIII y cuya imagen de la Virgen es del siglo XV y estilo gótico (Rafael Arjona. Guía Total, Andalucía. Editorial Anaya Touring. Madrid, 2005).
Junto con la Plaza de la Iglesia y el Castillo, formaba la almedina árabe. Se dibuja a partir de irregularidades del terreno, formando calles estrechas y recoletas, casas a distinto nivel y albarradillas. Las huellas más patentes del pasado árabe pueden hallarse en la Torre del Pan, antigua construcción musulmana que funcionó como tahona, o la Torre de los Olivillos (Ayuntamiento de Olvera).
Castillo Árabe
El castillo de Olvera fue construido a fines del siglo XIII y ha sido restaurado recientemente. Es de planta irregular por su adaptación al abrupto suelo y, a través de la puerta principal en recodo y defendida por una barbacana, que se sitúa en el lado meridional se accede al recinto y a dos plantas abovedadas. Posee una espléndida torre del homenaje, que se eleva sobre lo más alto del roquedo, además de una estancia subterránea y aljibe (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El Castillo de Olvera se alza a 700 metros sobre el nivel del mar sobre un cerro rocoso que domina el pueblo del mismo nombre. Desde él se divisaba la línea fronteriza de castillos que separaba la frontera nazarí y castellana entre los siglos XIII y XIV. Se puede acceder a él por la llamada calle Calzada.
El conjunto, asentado sobre un alto risco, presenta planta de triangulo irregular al adaptarse a la roca sobre la que se asienta, que lo sitúa en una mejor posición defensiva. La fortaleza tiene una única puerta de acceso, protegida por una barbacana y rematada con un escudo. De sus muros partía la muralla que rodeaba la población. Se conservan muros, varios torreones y la torre del Homenaje, aunque los elementos arquitectónicos que predominan son posteriores a la conquista cristiana, de finales del siglo XIV.
Lo que más destaca del castillo y lo hace inconfundible con respecto a otros de la provincia son dos elementos. En primer lugar, la torre del Homenaje, de planta rectangular y con algunas saeteras, y segundo lugar la torre circular que se alza sobre el escarpado de la peña y que está coronado con un chapitel de teja.
En él se observa la puerta de acceso a la que se sube a través de una empinada escalera tallada en la propia roca natural y que se ubica en el lado sur, estando defendida por una barbacana almenada. Los lienzos de muralla, en su mayoría semiderruidos, se defienden por torres semicirculares. En el recinto interior se sitúa la Torre del Homenaje, de planta rectangular con las esquinas redondeadas, con un saliente semicircular hacia la fachada norte. En su interior existen dos cámaras cubiertas con bóveda de cañón. Los ángulos redondeados de la torre le imprimen un carácter peculiar, siendo propio del momento de la reforma nazarí, aunque su origen podría remontarse al siglo XII. Igualmente, consta este
conjunto de un aljibe que se abre inmediato a la torre. La portada cubre el vano con dovelas de piedra de gran tamaño, y se remata por el escudo.
Responde en líneas generales a las fortificaciones nazaritas con influencias cristianas.
Es de acceso libre. Se ha habilitado como Centro Cultural, y en sus salas se muestra una exposición permanente titulada: La frontera y los castillos.
Fue construido por los castellanos, sobre una fortaleza andalusí del siglo XII que formó parte de la línea fronteriza del reino nazarí de Granada, después de su reconquista por Alfonso XI tras un duro asedio en el año 1327 (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El Centro cultural de la villa se ubica junto al castillo, en un edificio de una sola planta, con dos crujías en ángulo recto, que desde el siglo XVI fue la cilla arzobispal en la que se recogían los diezmos, sirviendo con posterioridad como bodega. Hoy acoge dos exposiciones permanentes, la titulada «Olvera, la frontera y los castillos» muestra la evolución histórica de la frontera medieval y la evolución urbana de este enclave, identificándose los principales hitos constructivos, desde la iglesia mayor a la arquitectura popular. En la segunda sala se hace un recorrido por la vida cotidiana en la frontera granadina y también se muestra la actividad militar generada en torno a este limes (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
El edificio se estructura en torno a dos naves principales en forma de T, dispuesta a en torno a un amplio patio. La parte abierta del patio se cierra por un torreón de la antigua muralla, actualmente de uso museístico y, por el propio discurrir de la misma, que sirve de mirador. Del patio del antiguo edificio se ha conservado el pozo y las dos palmeras y en la actualidad se usa como sala de concierto al aire libre. El piso superior de unas de las naves se usa como sala de exposiciones y el inferior como tienda de recuerdos y oficina de turismo. La nave que alberga el museo esta dividida en dos zonas de exposición permanente.
Se llama así por servir de Cilla o granero, en tiempos de los duques de Osuna, propietarios del inmueble y lo que lo construyeron (no se tienen datos precisos sobre la fecha de su construcción).
El edificio sufrió reformas y adaptaciones en el tiempo y a mediados del siglo pasado, los sucesores de la casa de Osuna ceden su uso al Ayuntamiento que la destina a cárcel municipal. Su penúltima adaptación, ya en manos privadas, es su transformación en lagar y bodega.
El edificio actual se inaugura en 1999 y pasa a ser Centro Cultural "La Cilla", albergando las salas del museo "LA FRONTERA Y LOS CASTILLOS" (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Torre del Pan
Torre de los Olivillos
La monumental iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación comenzó a edificarse a finales del siglo XVIII en la parte más elevada del pueblo, junto al castillo y sobre el solar de un templo mudéjar que antes había sido mezquita. Para ello se derruyó la mayor parte de la obra medieval, a excepción de la cabecera, ochavada y con potentes contrafuertes de sillería, integrada en el nuevo conjunto como capilla bautismal. La obra fue patrocinada por el duque de Osuna y contó con un planteamiento arquitectónico grandilocuente, aunque a los pocos años la financiación no estuvo a la altura de las necesidades constructivas, por lo que su terminación en 1843 manifestaba una rara austeridad. El proyectista, tal vez José Echamorro, pudo inspirarse en la iglesia sevillana de San Ildefonso, para levantar un edificio mucho más grande y austero.
Es de planta de cruz latina inserta en un rectángulo, con tres naves, la central cubierta con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones, mientras que en las laterales se utilizaron cúpulas semiesféricas. En el crucero, que es muy acusado, se eleva una gran media naranja. Pilares de sección rectangular sostienen esta recia estructura y están decorados con pilastras cajeadas de orden toscano. Sobre ellos apoya un entablamento dórico, con el friso de triglifos y metopas y una notable cornisa. Al exterior presenta una fachada de enorme proyección, con un hastial flanqueado por dos torres de corte académico.
La mayor parte de las obras que contenía fueron quemadas en 1936. El altar mayor, sobre el que corre una tribuna decorada con un Crucificado reciente, está presidido por una sillería que denota su antigua vocación de colegial y un baldaquino neoclásico de madera, que alberga las imágenes de San José con el Niño, restauradas por el escultor Juan M. Miñarro. La mesa de altar, pila bautismal, base del atril, zócalos, así como el púlpito y el soporte del templete, están ejecutados en mármol rojo local.
La cabecera de la nave izquierda está encabezada por el retablo neoclásico de San Juan Evangelista, una talla moderna de Juan M. Miñarro. Se compone de banco, cuerpo principal con tres calles, articulado con columnas y pilastras de orden corintio y ático. Sigue el altar de la Virgen de la Esperanza, una imagen de vestir rehecha a partir de una cabeza y una mano antiguas pertenecientes a una Virgen del Rosario. El retablo de San José, ocupado por una Inmaculada moderna, está realizado en estuco y es de estilo neoclásico. El contiguo es rococó y procede de la desaparecida iglesia de la Concepción, exponiéndose el simpecado de la patrona de la localidad. El último altar de la nave contiene las imágenes modernas del Nazareno y de la Virgen de los Dolores, titulares de una hermandad de penitencia. En el tramo final de este lateral de la iglesia cuelgan dos lienzos de grandes dimensiones, en uno aparece un Cristo atado a la columna del siglo XVII y en el otro la muerte de Santa Clara, copia del tema murillesco.
El cancel es neogótico, como el órgano que se aloja a los pies de la iglesia y junto al que se expone la representación del Pentecostés, pintado modernamente por el artista rondeño Cayetano Arroyo.
En el arranque de la nave derecha un cuadro de la Santa Cena presenta una calidad discreta. A continuación se ha colocado otro retablo de rocallas también procedente de la desaparecida iglesia de la Concepción, en el que destaca el ático decorado con una gran guardamalleta; la talla que encuadra es una imagen barroca de Santa Ana cuya Virgen Niña desapareció en 1936. El Cristo de la Vera Cruz, imagen renacentista restaurada por Juan M. Miñarro, se encuentra en el siguiente altar, de hechura neogótica. Contiguo al cancel lateral se ubica otro retablo de estucos, probablemente realizado en la primera mitad del siglo XIX, donde se venera una moderna imagen de San Francisco. Queda la huella de otro altar quemado recientemente, que estuvo dedicado a la Virgen de la Soledad y el Yacente. Por último, la capilla sacramental, cubierta por una bóveda vaída decorada con pinturas en las que se representan motivos eucarísticos, contiene un retablo neogótico realizado en los años veinte del siglo pasado, que alberga la imagen del Sagrado Corazón.
La sacristía se abre en la cabecera de la nave de la izquierda, con una puerta de marco neoclásico, sobre el que se ha encastrado un lienzo de la Virgen del Pópulo del siglo XVII. En su interior destaca un rico aguamanil de mármol rojo de Olvera, en su nicho avenerado. En este recinto se encuentran varios cuadros, siendo de destacar el barroco que representa al Arcángel San Rafael. El despacho parroquial contiene algunas interesantes obras, como un pequeño Crucifijo o una versión de la Virgen del Rosario en su altar, pintura de la primera mitad del siglo XVIII y posiblemente de escuela sevillana (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
Se trata de una Iglesia de estilo Neoclásico como lo demuestra la claridad de líneas constructivas y sus paramentos lisos y carentes de elementos decorativos. Comenzó a construirse a finales del siglo XVIII, concluyéndose en 1.841.
Al exterior la fachada principal se articula en tres cuerpos decrecientes, el primero enmarcado por pilastras toscanas y jalonado por dinteles y pilastras de orden rústico que cumplen una función decorativa. Entre los anteriores se abre el vano principal de acceso, rematado en medio punto. El segundo cuerpo se articula mediante pilastras jónicas y decoración geométrica y alberga en su centro una hornacina que cobija un óculo; es de menor anchura que el cuerpo inmediatamente inferior y salva gracias a dos escuadras avolutadas el hueco que queda entre él y las torres. El tercer cuerpo, el más estrecho de todos, está rematado por un frontón triangular que alberga el reloj. En los extremos se sitúan sendas torres de cuatro cuerpos, los tres primeras de planta cuadrada, y el tercero octogonal, rematado por linternas. Se articulan por fajas almohadilladas y pilastras. Ambas torres presentan acceso a través de una puerta por la fachada principal. El segundo cuerpo es liso y alberga la escalera de acceso al campanario y el tercero presenta cuatro arcos abiertos en sus cuatro lados donde se ubican las campanas. Finalmente, el último cuerpo se remata a modo de octógono abierto por cuatro arcos y coronado por una pequeña linterna.
Al interior tiene planta de cruz latina, con tres naves y crucero. La nave principal es más alta y más ancha que las laterales, se divide en cinco tramos y está cubierta por bóveda de cañón con lunetos. Las laterales lo hacen por cúpulas semiesféricas sobre pechinas, decoradas por fajas. El transepto y la capilla mayor se cubren por cañón con lunetos, la cúpula que cubre el crucero es semiesférica sobre pechinas, con linterna. A ambos lados de la capilla mayor se disponen otras dos capillas menores, cubiertas por bóvedas vaídas. Los muros se articulan por pilastras cajeadas toscanas, entre los que van arcos de medio punto.
Adosada al primer tramo de la nave del Evangelio se conserva la cabecera de la antigua iglesia gótica, sobre la que se construyó la actual, de planta poligonal con cubierta abovedada posterior y que hace las veces de capilla bautismal.
Al fondo de la nave central, frente al altar mayor -en alto-, se sitúa el coro, al que se sube por una escalera de caracol, de 30 peldaños.
En el coro se encuentra el órgano parroquial, de estilo romántico, que fue instalado en 1903. Se conserva aún el tubulado que consta de 132 tubos acústicos, todos metálicos. De ellos, 44 son cilíndricos y paralelos a la caja; en tanto que 88 son cónicos y perpendiculares a ella. Adosada a la parte delantera del órgano está la consola, donde se encuentran los mandos: teclado, botones, tiradores, pedalier, etc. La banqueta del organista se conserva también.
Los suelos son de mármol, siendo este el material que destaca en la fábrica de toda la iglesia, especialmente el mármol italiano.
El solar de la iglesia estuvo antiguamente ocupado pro una mezquita la cual fue derruida y sustituida por una iglesia gótico-mudéjar mandada construir por Juan Téllez Girón II. La construcción medieval fue demolida definitivamente en 1822, solo conservándose su capilla mayor, que se reaprovechará como capilla bautismal del actual edificio. Este fue mandado construir a fines del XVIII por los Duques de Osuna, patronos con derecho de presentación, y apoyándose también en la aportación de los feligreses.
En 1902 el Consistorio costeó el reloj del tercer cuerpo de la fachada, hecho curioso ya que el edificio del Ayuntamiento no cuenta con un reloj, como suele ser normal.
La iglesia ha sido objeto de diversas restauraciones, acabando la última en el año 2010 y provocada por un incendio (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El Cementerio Parroquial está situado en la zona más elevada de la población, lo que le confiere gran importancia paisajística y urbana. Se ubica dentro de la fortaleza, adosado por un lado a la parte trasera de las casas y por otro al antiguo castillo y muralla árabes, lo que hace que su disposición sea longitudinal.
La entrada al recinto se realiza a través de una reja que da paso a una especie de pasillo situado entre dos casas, que se convierte en un espacio de transición entre la calle y el camposanto. A la entrada destaca una hornacina de reciente creación.
El pasillo es cubierto, con una sola crujía paralela a la fachada que antes se cubría con rollizos y que en la actualidad han sido sustituidos por viguetas, en él hay dos bancos, antes de piedra, adosados a los muros. Tras el pasillo, a la izquierda, encontramos los mausoleos y las tumbas de gran valor y belleza con un lapidario interesante de mármol de distintas clases, que se contraponen a la sobriedad de los nichos, situados a la derecha, zona en la que el nivel desciende un poco.
Los nichos más antiguos son de cal, piedra y arena, y los más nuevos de ladrillo y cemento. Dadas las pequeñas dimensiones del cementerio, no existen en él servicios ni osarios.
En cuanto a los materiales utilizados en su construcción, estos han sido mampostería -piedra, cal, arena- en los muros que rodean el recinto, cal en el revestimiento de los mismos, loseta troceada con cemento en el pavimento de la zona de los panteones y tumbas a ras de suelo; cemento en el pavimento de la zona de nichos, hierro en una barandilla de un extremo del recinto, y en las cruces de las tumbas y las rejas coronadas con una cruz que rodean los enterramientos que están en el suelo (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Desde hace siglos este jardín colgante ha supuesto un espacio de recreo para la ciudadanía olvereña. Cuenta con abundante vegetación y el acceso se realiza mediante escaleras dispuestas en pequeñas terrazas. Desde 1929 el Sagrado Corazón de Jesús, obra de José Navas, con brazos extendidos, corona esta peña. La cima ofrece además una vista panorámica que puede ser contemplada desde un balcón colgado al vacío.
Horario de apertura
HORARIO INVIERNO: 10:00H A 18:00H
HORARIO VERANO: 10:00H A 20:00H
De martes a domingo
Lunes festivos o vísperas de festivos abierto
El resto de lunes llamar a la oficina de turismo 665940087 (Ayuntamiento de Olvera).
En 1783 sería erigido el primer edificio con funciones institucionales en este lugar. Éste, de trazado clásico y austero, sufriría múltiples modificaciones hasta que en 1968 se edificara la actual sede consistorial, obra de Joaquín Barquín Barón, en cuya segunda planta atesora el magnífico archivo histórico municipal (Ayuntamiento de Olvera).
Viviendas señoriales en calle Llana
Vivienda de gran propietario. El edificio se compone de tres plantas y tres crujías, de formas irregulares, con patio trasero y cuadra. En el patio, aparece un bloque anexo de dos plantas, y un aseo como cuerpo independiente. En la planta baja, la primera crujía se compone de dos piezas: el zaguán y un pequeño salón; la segunda crujía alberga la sala de visitas o cuerpo de casa; y la tercera, la escalera y un dormitorio con acceso al patio. Desde el pequeño zaguán se pasa al "cuerpo de casa" o sala de visitas, en la cual hay un chinero empotrado en uno de los muros maestros; desde esta se pasa al pequeño salón, a un dormitorio, y a través de un arco, a un amplio espacio desde donde arranca la escalera. Desde el dormitorio se tiene acceso al patio, que se dispone en forma de "L", circundando las dependencias del bloque anexo. La escalera que sube a la primera planta tiene tres tramos. El primer tramo da paso a un rellano con un amplio balcón, que por las condiciones favorables de luminosidad se ha convertido en la sala de costura o costurero de la casa. La escalera desemboca en lo que es la primera planta, propiamente dicha. Una puerta de acceso da paso a un pasillo que la recorre longitudinalmente, distribuyéndose entre las tres crujías que componen esta planta. La primera crujía, en el extremo opuesto del pasillo, se compone de un salón con dos vanos a la calle, y un dormitorio (con acceso desde el dormitorio de la segunda crujía); la segunda crujía está formada por un tramo de pasillo y un dormitorio con acceso desde el mismo (desde él se accede al otro dormitorio antes nombrado); la tercera crujía, la más próxima al acceso a esta planta, se compone de la escalera de acceso al soberao, el propio hueco de esta escalera y la antigua cocina de la vivienda. La segunda planta o soberao, se forma gracias al espacio resultante entre la cubierta y el techo de la segunda planta; los atrojes se sitúan entre los pilares que sostienen la cubierta. El bloque constructivo adosado al primer edificio es de dos plantas, de dos crujías cada una. La primera, está compuesta por el antiguo lagar y la actual cocina, a los que se accede de forma independiente, desde el patio, por dos puertas de madera, y están separados entre sí por un tabique. La otra crujía se compone de la cuadra, (donde se disponen los pesebres), y una antigua carbonera. La primera planta de este bloque se comunica con el edificio principal a través de la cocina nueva. Desde esta cocina se accede a un pequeño pasillo, un almacén, y una pequeña terraza o azotea a la que se entra por un vano rematado en un arco rebajado, cerrado con cortina de plástico (todo ello conforma la segunda crujía); la primera crujía es un pajar que se encuentra al extremo del pasillo. En el patio hay además un aseo como cuerpo exento.
La fachada principal se compone de tres cuerpos horizontales y separados entre sí por molduras. En el primer cuerpo, en el lado derecho, se abre la puerta de entrada al edificio, cerrada con portón de dos hojas de madera con clavos que tachonan toda su superficie. Junto al portón, hay una ventana salediza con cierres de madera y cristales de dos hojas, poyete inferior y guardapolvo (todos los guardapolvos de la fachada se sostienen sobre una estructura de corte clásico que asemeja el arquitrabe, friso y cornisa de orden dórico). Entre la puerta y la ventana hay una pilastra rebajada que une el zócalo con la moldura de separación de este tramo con el segundo. Esta moldura está rematada en gola y se contonea sobre el muro. En el centro del segundo tramo hay un vano de dos metros de altura que adelanta balcón de hierro forjado, enmarcado en una moldura simple, que sobre el dintel dibuja una especie de corona; se cierra con dos hojas de madera con cristalera, y una persiana. A ambos lados de este balcón, se abren dos ventanas saledizas con poyete y guardapolvos, con reja de hierro forjado, cerradas con puertas de madera, con postigo de cristal en su parte superior.
Entre cierre y cierre, una pilastra adosada une verticalmente las molduras del segundo y tercer tramo. El tercer tramo se separa del segundo por una moldura como la primera pero más sobresaliente porque reposa sobre una cornisa. En el centro de este tramo aparece un vano de forma circular, enmarcado en una moldura simple, flanqueado por dos pilastras.
Remata el edificio una cornisa simple oculta por una acanaladura de cinc para desalojar el agua del tejado. Las molduras, poyetes y demás elementos decorativos se pintan en color ceniza. El tejado a cuatro aguas vierte sus aguas, a través de un sistema de drenaje, hacia el patio y la calle. En cuanto a los materiales, los muros maestros son de mampostería (piedra con argamasa, enlucida con yeso y cal); los de separación, de ladrillo tosco; los atrojes de tapial; los suelos son de terrazo en la planta baja, de ladrillo tosco en algunas partes de la primera planta, yeso para los soberaos y algunas dependencias de la primera planta y cemento en el patio; la armadura de rollizos de chopo y cubierta de tableado, yeso y teja morisca; terrazo para el zócalo de la calle; yeso para las molduras; rejas de hierro forjado y madera y metal para los cierres de los diversos vanos. cierres de plástico y telas para otros vanos; hierro para las barandas; cal para todos los muros y pintura de aceite, "colorete" y tinte con cal; alicatado para el aseo y cocina. Los elementos sustentantes son los muros maestros de mampostería; un arco carpanel para el paso de la segunda y tercera crujía de la planta baja; arco ciego de medio punto rebajado en el vano de acceso al patio desde la planta baja; destaca otro arco deprimido en uno de los muros de separación de la primera planta; varios pilares soportan el peso de diversos dinteles de mampostería sobre los que descansan diversas durmientes de la armadura; a veces los pilares se ven sustituidos por pilastras cuando se adosan a los muros maestros; interesante también el pequeño pilar que a modo de parte luz se adelanta al "ojo de buey" en el soberao. En cuanto a los elementos sustentados: la armadura de par y nudillo con diversas durmientes que descansan sobre los muros de carga, así como sobre dos hileras paralelas de pilares; la cubierta de tablas (en algunos tramos han sido sustituidas por bovedillas) y teja morisca; los techos son, en la planta baja, de bovedillas para "el cuerpo de casa", de cuartizo para las restantes habitaciones de esta planta; en la primera planta se alterna el techo raso (cocina y aseo) y el cuartizo (parte cubierta del patio) y de cielo raso en la cocina y el aseo; en el soberao se forma con los rollizos y tableado a vista en el entrevigado. En cuanto a los vanos interiores, tras el portón de entrada, una cancela en el zaguán; en el "cuerpo de casa", en uno de los muros maestros está el "chinero", con dos hojas de madera con amplia cristalera; una alacena con cierre a dos hojas en la antigua cocina de la primera planta, así como el hueco que deja bajo ella; bajo las pilas de lavar de esta cocina y el poyo corrido que se le adosa existe otro hueco hoy inutilizado; y por último, también en esta planta, se abre un vano a modo de abanico en el rellano de la escalera que se cubre con una cristalera; tras el primer tramo de la escalera se extiende una pequeña estancia, iluminada por una amplia ventana, donde se situaba el costurero; en el patio as diversas puertas y ventanas de la cocina, antiguo lagar y aseo, están cerrados con hojas de madera, y celosía en el aseo para la ventilación. Encontramos elementos decorativos en la fachada, en el arco de la planta baja, en el soberao, en la antigua cocina y en la cuadra. en la fachada destacan: zócalo de terrazo; guardapolvos y poyetes de las diversas ventanas y "cierro" coloreados; cornisa doble; pilastras adosadas; molduras en torno al balcón; molduras en torno al "ojo de buey". En el arco carpanel apainelado y deprimido de la planta baja destacan: en el intradós, moldura con forma de lunar; moldura de talón o cimo reversa en la imposta; molduras en las jambas con repetido motivo geométrico. El soberao presenta un plinto de color rojo sobre los muros, pilastras pilares y tapias de las trojes; molduras de talón o cimo reversa como remate de los pilares y pilastras (a excepción del parteluz). En la antigua cocina, una moldura simple en la campana; arquitrabe y friso sobre la moldura que arranca del muro y que se establece junto al vano de acceso al patio; zócalo, en la cuadra, sobre el pesebre y pilas de lavar (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
El primer templo erigido en la Plaza del Socorro, de estilo gótico-mudéjar y una sola torre, fue puesto bajo la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación. No obstante, la caída de un rayo el año 1945 obligaría a erigir una nueva iglesia en su lugar, templo que en la actualidad atesora las imágenes de Jesús Cautivo y Nuestra Señora del Socorro (Ayuntamiento de Olvera).
Vía Verde de la Sierra
Este itinerario de más 36 km que discurre entre las localidades de Olvera y Puerto Serrano transita por el antiguo trazado ferroviario Jerez–Almargen. En su recorrido son imprescindibles la Reserva Natural Peñón de Zaframagón, enclave faunístico de gran importancia por albergar la mayor colonia de buitres leonados de Andalucía y una de las mayores de Europa, o el Monumento Natural Chaparro de la Vega, además de sus 30 túneles y 4 viaductos. Siendo ésta la única reconocida como Ruta de Interés Turístico de Andalucía. El camino de la Vía Serrana comienza -o continúa si venimos desde la provincia de Cádiz- en la población de Coripe (Ayuntamiento de Olvera).
En este edificio del siglo XVIII, situado a 2 kilómetros de la población, recibe culto la patrona de la ciudad. Una espadaña remata la portada de tres vanos, estando enmarcado el principal por pilastras y ático donde aloja una escultura de piedra de la Virgen. A través de un pequeño atrio se accede a la iglesia, a la derecha de la cual se abre un amplio patio porticado, rehecho a principios del siglo XX, que fue claustro en la primitiva fundación y, en torno al cual se distribuyen las dependencias del santuario y el acceso lateral al templo.
La iglesia es de una nave con dos capillas abiertas a modo de reducido crucero, dedicadas al Caído y a una Dolorosa del XVIII. El camarín muestra un gran desarrollo y aparece enmarcado por un retablo de estípites muy remozado. En él recibe culto la Virgen de los Remedios cuya cabeza, perteneciente a la antigua escultura gótica, se ha utilizado para componer una imagen de candelero, el Niño es dieciochesco y fueron restaurados a fines del siglo XX por Juan M. Miñarro.
El recinto fue decorado con pinturas murales que se atribuyen a un ermitaño y pudieron realizarse durante la primera mitad del siglo XVIII. Fueron restauradas por Cayetano Arroyo entre los años 1983 y 1984. En la interpretación del amplio programa iconográfico de las pinturas hay varios niveles significativos. En el registro bajo se disponen escenas marianas acompañadas de santos y enmarcadas por fingidas arquitecturas salomónicas o rococó, como la Natividad con las figuras de Santa Rosalía de Palermo y Santa María Magdalena, la Divina Pastora, la Huida a Egipto con los ermitaños Anucio y Paulo, o la Asunción flanqueada por San Francisco y San Antonio.
En el nivel superior aparecen los bustos de los Apóstoles en marcos de rocallas y, por último, la bóveda está enriquecida con abundante decoración vegetal, con diversos episodios de la vida de la Virgen en los lunetos. Además se reparten por los muros otros santos representados de cuerpo entero en sus hornacinas fingidas, como San Cayetano y San Cristóbal, junto a la entrada, y Sor Ángela de la Cruz y fray Diego José de Cádiz, introducidos durante la restauración en los pilares del arco toral.
El presbiterio se adorna con lienzos de distinta mano y cronología. En la parte baja de los muros dos escenas enfrentadas de santos ermitaños forman pareja, representando a San Jerónimo y a Santa Paula, el segundo cuadro contiene un texto que informa sobre otras cuatro pinturas cuyo paradero se desconoce:
ESTOS SEIS LIENÇOS COSTEOLOS / LA HERMANDA DE LA MADRE DE DIOS I SIENDO MAIORDOMO EL LISENCIADO / DN DIEGO BELLIDO I CALDERON SV CA / PELLAN AÑO DE 1733.
La pared de la izquierda se completa con las efigies barrocas de Santa Elena y una Santa Bárbara zurbaranesca. Frente a ellas la Oración en el Huerto y una versión moderna de las Santas Justa y Rufina que pintó Goya para la catedral de Sevilla.
En la antigua sacristía, hoy antecamarín, dos pequeñas tallas de santos, uno de los cuales re presenta a San Juan Nepomuceno, y que muestran la inscripción «ANTONIVS CERDA FECIT» y «S DE EL AÑO D 1771», se han colocado sobre sus respectivas ménsulas. Posiblemente fueron traídos del monasterio de Caño Santo tras la desamortización, como el aguamanil tallado en 1747 en mármol rojo de Olvera, los hachones y la cajonera. En una de las paredes se exhibe una pintura mexicana realizada en cobre con la representación de la Virgen de los Remedios (Juan Alonso de la Sierra, Lorenzo Alonso de la Serra, Ana Aranda Bernal, Ana Gómez Díaz-Franzón, Fernando Pérez Mulet, y Fernando Quiles García. Guía artística de Cádiz y su provincia. Tomo II. Diputación Provincial y Fundación José Manuel Lara. Sevilla, 2005).
En la parte exterior nos encontramos con un pórtico al que se accede por tres arcos de medio punto, siendo mayor el central, en cuya parte superior aparece un vano avenerado que alberga la imagen de una Inmaculada en mármol; corona la fachada una espadaña con un solo vano destinado a la campana. El interior del Pórtico es adintelado, contando éste con tres puertas: una central y mayor, de acceso a la Iglesia, y dos laterales, una de acceso a dependencias del sacerdote (derecha) y otra de acceso al patio (izquierda), atravesando la cual nos hallamos una entrada en recodo con una bóveda de aristas moldurada.
La iglesia, de pequeñas dimensiones, consta de una sola nave de planta rectangular y cubierta abovedada, con dos capillas laterales, destinada una a la Imagen de Virgen de los Dolores (izquierda) y la otra a Jesús Caído (derecha). El Altar Mayor es de planta cuadrada con cubiertas de madera artesonada; en la parte frontal se dispone un retablo de caracteres rococó (barroco tardío), horadado en su parte central por un arco de medio punto en esviaje, a través del cual se aprecia el camarín que alberga la Imagen de la Virgen de los Remedios (a cuya devoción se destina el Santuario) al que se accede a través de una escalera que comunica con la sacristía. El camarín es de planta octogonal, midiendo cada lado 1,60 m, salvo el frontal mayor, que mide 2 metros. Está cubierto por una cúpula gallonada de pequeñas dimensiones, con lunetos en cada uno de sus gallones y toda ella moldurada con motivos vegetales en yesería. Aparece coronado por una pequeña linterna con cuatro óculos practicados a su alrededor, cuyo fin es permitir la iluminación natural de esta zona (estando en este caso abierto sólo uno de ellos). Contribuyen igualmente a la iluminación del camarín dos óculos vidriados situados en dos de sus lados. Pese a ello la iluminación es deficiente, por lo que se hace necesario la existencia de luz artificial.
A los pies de la Iglesia y en la parte superior se dispone el Coro, al que se accede por unas escaleras que comunican con el patio.
El patio de forma cuadrada, se compone de cuatro pilares de base cuadrada achaflanados en sus aristas, situados en cada uno de sus ángulos, siendo estos los que soportan el peso de la construcción. Está cubierto en cada tramo con tejas, cerrándose el espacio que queda con una claraboya. Tres de sus lados dan acceso a habitaciones y servicios y el cuarto se halla en la puerta lateral de acceso al templo a cuya derecha se encuentra emplazada la escalera que conduce al Coro. En la puerta a la que se accede a la iglesia desde el patio existe un pequeño pasillo a cuya izquierda -si pasamos del patio a la iglesia- existe una especie de alacena con una reja, a través de la que se pueden ver exvotos: tanto en pintura -cuadros-, como en estaño. A la derecha del pasillo, vemos unas escaleras -por las que se accede al coro- con dos tramos en línea recta de ascensión, donde encontramos una habitación dedicada exclusivamente a recoger exvotos llevados allí por los clientes, y la puerta del coro. Los aseos se localizan en la planta baja del patio. En esta planta existe un pozo, alrededor del cual se distribuyen las macetas que decoran el patio.
La cubierta de la Iglesia es a dos aguas, con teja. Las dimensiones de la Iglesia son las de una nave de 16 m. de largo por unos 6 m. de ancho. Los muros de la nave de la Iglesia son de mampostería -cal, arena y piedra-, enlucidos con pinturas y con un grosor aproximado de unos 50 cm. Los suelos de la Iglesia son de mármol, mientras que los del patio son de loza, realizando un dibujo geométrico a lo largo del pasillo.
La decoración de la fachada está constituida por molduras que se extienden a los tres arcos del cuerpo inferior, prolongándose en altura en el vano superior de la fachada donde existe una Inmaculada y en el cuerpo de campanas. La capilla está decorada con pinturas del pasado siglo. El patio está adornado con macetas y el pasillo que rodea a éste aparece decorado con pinturas. El estado de conservación es muy bueno.
El patio está construido a principios del siglo XX en hormigón, pero se ha incluido al formar un todo con la iglesia (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Al lavadero se accede a través del patio que comunica a esto con una casa, en este patio se localizan dos pasos entre tres muros bajos, tras ellos nos encontramos con los cuatro pilares que sustentan la cubierta a una agua. A la izquierda nos encontramos con la zona por donde entra el agua, que lo lleva debajo de la cubierta y a al derecha está el desagüe.
Las dimensiones pueden ser de unos 5 metros en la parte más ancha, hasta 3 en la más estrecha de ancho; por 2,5 metros de alto. Los materiales constructivos son cemento, piedra y cal. Los materiales constructivos son cuatro pilares que sustentan la cubierta y muro de cemento, piedra y cal. La cubierta a un agua de teja, con viguetas de madera. El suelo es de cemento y piedra. El muro que lo rodea está encalado y en la parte más baja, pintado de negro. La pileta donde se lava está realizada en cemento. El grado de conservación es muy bueno (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte la provincia de Cádiz, déjame ExplicArte los principales monumentos (Barrio de la Villa; Castillo Árabe; La Cilla; Torre del Pan; Torre de los Olivillos; Iglesia de Ntra. Sra. de la Encarnación; Cementerio Parroquial; Peñón del Sagrado Corazón; Ayuntamiento; Viviendas señoriales en calle Llana; Iglesia del Socorro; Vía Verde de la Sierra; Santuario de los Remedios; y Lavadero de Pino) de la localidad de Olvera, en la provincia de Cádiz. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la provincia gaditana.
Más sobre la provincia de Cádiz, en ExplicArte Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario