Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la Casa Moreno Calvo, de Gustavo Fernández Balbuena (actual sede del Colegio Mayor Alborán), de Sevilla.
La Casa Moreno Calvo, de Gustavo Fernández Balbuena (actual sede del Colegio Mayor Alborán), se encuentra en la avenida de la Palmera, 46; en el Barrio Sector Sur-La Palmera-Reina Mercedes, del Distrito Bellavista-La Palmera.
Esta importante edificación fue mandada construir por don Guillermo Moreno Calvo en 1917, que encarga la redacción del proyecto y dirección de las obras al conocido arquitecto madrileño Gustavo Fernández Balbuena, que junto con su hermano Ramón habrían de diseñar algunos años más tarde el puente de San Telmo de nuestra ciudad (1922-1930).
Estilísticamente se integra en la corriente modernista, con la inclusión de un amplio repertorio de conceptos medievales, otros derivados de las culturas precolombinas, ciertas temáticas inglesas, sin que tampoco sean ajenas algunas resonancias regionalistas. De cuidada elaboración en los detalles y en el empleo de los materiales, deviene una robusta construcción, con una nítida volumetría, acentuada por las cubiertas de los torreones y pabellones, que se resolverían de forma distinta a como se diseñaron previamente en los planos del proyecto.
Consta de semisótano para uso de servicio y dos plantas, contando con una segunda en buena parte de la casa. La planta se organiza alrededor del hall central, con una crujía de habitaciones en torno a éste. En uno de sus extremos, el que hace esquina con la calle Torcuato Luca de Tena, se levanta un torreón poligonal (circular en el proyecto) de cuatro plantas, auténtico protagonista formal de su neta volumetría, destinando la baja a pórtico de acceso, al que se accede desde una doble escalinata semicircular que salva la cota del semisótano.
La parcela cuenta con una superficie aproximada de 6.400 m2., estimándose para la casa una superficie total construida de alrededor de los 1.800 m2. (Guillermo Vázquez Consuegra, Cien edificios de Sevilla: susceptibles de reutilización para usos institucionales. Consejería de Obras Públicas y Transportes. Sevilla, 1988).
Con el trazado del Paseo de las Delicias de Arjona y, fundamentalmente, con la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929, la expansión de la ciudad hacia el sur se organiza en torno a los actuales Paseo de las Delicias y Paseo de la Palmera. Los espacios no ocupados por los pabellones que se parcelaron fueron la base para la construcción de diversas casas-palacio proyectadas en su mayoría en base al eclecticismo y regionalismo dominantes de las primeras décadas del siglo XX. Con independencia de la diversa calidad arquitectónica que individualmente puedan tener, se trata de un conjunto urbano de extraordinaria calidad que se está viendo sensiblemente afectado por la inserción de nuevas construcciones en los últimos años.
La casa que Guillermo Moreno Calvo, jefe del partido liberal en Huelva, es ejemplo singular de lo anterior. Es proyectada por el arquitecto Gustavo Fernández Balbuena, director de la revista "Arquitectura" desde la que abogaba por la sincera búsqueda de los valores de la arquitectura tradicional, lo que provoca en su obra un conflicto con el intento simultáneo de valorar la "nueva arquitectura" proveniente de Europa. Es así en esta casa, debatida entre su "concepción modernista y los
regionalismos norteños", que indica Villar Movellán.
Concebida mediante una crujía que circunda un espacio central, destacan al exterior los torreones y cubiertas, enfatizados por su potente vuelo y sinuoso trazado, tanto como los imaginativos recercados de aristas y huecos (Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía).
Conozcamos mejor la biografía de Hernández Rubio, autor de la obra reseñada;
Gustavo Fernández Balbuena, (Madrid, 5 de marzo de 1888 – 14 de noviembre de 1931). Arquitecto y urbanista.
Hijo de militar, estudia el bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid e ingresa en 1906 en la Escuela Superior de Arquitectura de la capital, donde obtiene el título de arquitecto en 1914. Dos años más tarde se casa con Asunción Balbuena Alonso. De esta unión nacieron cinco hijos. El último, Leopoldo, recibió el nombre de su padrino, el arquitecto Leopoldo Torres Balbás. En 1931, cuando hacía un crucero a Palma de Mallorca, desapareció en el mar Mediterráneo frente a la Costa de Andraitx.
Antes de titularse colabora como topógrafo con el Ayuntamiento de Madrid, y una vez licenciado trabaja de arquitecto municipal en Rivadavia, Orense (1914), así como en el Ministerio de la Gobernación en el mismo año. En 1917, mientras está de arquitecto interino de Hacienda en Lérida, le encarga el Ministerio de Instrucción Pública redactar el Catálogo Monumental y Artístico de Asturias, al que le dedica dos años. También fue arquitecto del Catastro en Zamora (1919). Simultáneamente, realiza trabajos de arquitectura en distintas ciudades, como León, Sevilla y Madrid, y participa en el concurso para el edificio del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Su labor más relevante le llega al acceder al puesto de arquitecto municipal del Ayuntamiento de Madrid en 1919, y por su colaboración en la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), siendo en 1918 el fundador y primer director de la revista Arquitectura, órgano de la SCA. En esta doble vertiente se encarga de una serie de actividades entre las que destacan el proyecto de un gran Parque Lineal, a orillas del río Manzanares, y su participación, como asesor, en el Concurso de Anteproyectos para la urbanización del extrarradio madrileño (1929), o la organización, por encargo de la SCA, del X Congreso Nacional de Arquitectura y I de Urbanismo (1926).
La faceta urbanística de Balbuena es la que más ha influido en la historia de Madrid. Su proyecto del Parque Lineal en la zona sur de Madrid ha sido una constante referencia en el urbanismo madrileño. El trabajo, que nace como parte del no aprobado Plan de Extensión de Madrid del año 1926, lo rescató después el Ayuntamiento con el fin de llevarlo a cabo.
Su sentido de la planificación urbanística es recogido en muchas de las propuestas presentadas por los participantes en el Concurso Internacional de 1929 para la Extensión de Madrid, y vuelve a aparecer, prácticamente sin cambios, en el Plan General de Extensión de 1931. Antes y después de la República, incluso pasada la Guerra Civil, las actuaciones urbanísticas cercanas al Manzanares siguieron las directrices marcadas por Fernández Balbuena.
Fruto de la aprobación en 1924 del Estatuto Municipal, organiza en 1926, y desde la SCA, el I Congreso Nacional de Urbanismo. El congreso, además de analizar el estatuto, se dedicó a estudiar su repercusión en la vida urbanística del país. Al tiempo y por empeño de su organizador, se examina, por vez primera en España, la realidad urbanística de sus municipios.
Las conclusiones del congreso fueron recogidas por Balbuena en el libro Trazado de Ciudades, que contiene sus ideas sobre el urbanismo y cómo debe ser enseñado en las escuelas de Arquitectura, al tiempo que recoge las distintas normas extranjeras sobre la materia y un estudio de la realidad urbanística española. Publicado en 1931, de haber visto la luz en 1926 habría sido el primer libro de urbanismo en castellano.
Dentro de su obra arquitectónica destacan el Casino de León (1919), que construye en la misma época que comienza los hoteles del Parque Urbanizado que linda con Serrano, la casa-vaquería de Francos Rodríguez (1925), el bloque de casas de Miguel Ángel, 18-24 (1925) y el edificio de Almagro (1928), terminado, como dos de sus mejores viviendas unifamiliares, las de Serrano 132 y la de Valdivia 4, por Sánchez Arcas y Luis Lacasa (Juana Sánchez González, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
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Más sobre la avenida de la Palmera, en ExplicArte Sevilla.
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