Por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Antonia Díaz, de Sevilla, dando un paseo por ella.
Hoy, 31 de octubre, es el aniversario del nacimiento (31 de octubre de 1827) de Antonia Díaz, escritora, así que hoy es el mejor día para ExplicArte la calle Antonia Díaz, de Sevilla, dando un paseo por ella.
La calle Antonia Díaz es, en el Callejero Sevillano, una vía que se encuentra en el Barrio del Arenal, del Distrito Casco Antiguo; y va de la calle Arfe, al paseo de Cristóbal Colón.
La calle, desde el punto de vista urbanístico, y como definición, aparece perfectamente delimitada en la población histórica y en los sectores urbanos donde predomina la edificación compacta o en manzana, y constituye el espacio libre, de tránsito, cuya linealidad queda marcada por las fachadas de las edificaciones colindantes entre si. En cambio, en los sectores de periferia donde predomina la edificación abierta, constituida por bloques exentos, la calle, como ámbito lineal de relación, se pierde, y el espacio jurídicamente público y el de carácter privado se confunden en términos físicos y planimétricos. En las calles el sistema es numerar con los pares una acera y con los impares la opuesta. También hay una reglamentación establecida para el origen de esta numeración en cada vía, y es que se comienza a partir del extremo más próximo a la calle José Gestoso, que se consideraba, incorrectamente el centro geográfico de Sevilla, cuando este sistema se impuso. En la periferia unas veces se olvida esta norma y otras es difícil de establecer.
En 1665 aparece en un padrón la calle Mesón del Ancla, topónimo que a fines del s. XVIII adopta la forma de Posada del Ancora. En los callejeros del s. XIX se identifica como Acera del Ancora, a partir de la década de 1830, ya que sólo existen construcciones en el lado de los impares. En 1859 se la rotula oficialmente Ancora por el mesón o posada citada, y en 1892 se le da el actual, en recuerdo de la poetisa Antonia Díaz de Lamarquc (1827-1892), que había vivido en ella. A comienzos del presente siglo hubo intentos de devolverle el nombre primitivo, pero no prosperaron.
No se forma hasta bien entrado el s. XIX. Sólo existía desde varios siglos atrás la mencionada acera, que constituía la periferia del barrio de la Carretería, abriéndose, por tanto, al Arenal. Allí había una cruz o humilladero hacia 1763. Cuando, hacia 1757, se inicia la construcción de la plaza de toros, comienza el proceso de formación de la calle, que no cuaja hasta el s. XIX. En los primeros años de éste hay peticiones de solares por parte de particulares entre las cuadras de la citada plaza y la posada; en el plano de 1848 ya aparece formada la manzana esquina a Adriano, correspondiendo a los últimos años de dicha centuria la aparición de las restantes hasta el paseo de Cristóbal Colón. En 1870 se proyecta la alineación de las casas del comienzo de la acera frontera, lo que suponía avanzar la línea de fachada entre Toneleros y Alba. Desemboca en ella Adriano, Gracia Fernández Palacios e Iris, por la derecha, y Toneleros, Techada, Donoso Cortés y Velarde, por la izquierda.
Dada su posición con relación al puerto, se convierte en espacio de gran valor, ya que por él circulaba la mayor parte del tráfico de mercancías que entraba o salía de la ciudad por la Puerta del Arenal. De ahí que desde el s. XVI se aluda a una calzada desde la citada puerta al río, así como a la existencia de una alcantarilla o puentecillo para salvar uno de los desagües, de la ciudad que corría por allí. Dicho valor como lugar de tránsito continuará hasta bien entrado el s. XIX, y en esto se apoyan los vecinos y la prensa para solicitar su empedrado primero y el adoquinado más tarde desde mediados de siglo; todavía en 1873 se sigue pidiendo, para lo que aducen que "siendo como es la llave principal del muelle, por ella transitan la mayor parte de las mercaderías que entran y que salen en la población, y por ella pasan todos los granos que desde Extremadura se dirigen a esta Alhóndiga".
Dicha importancia llevó también a que, al derribarse la Puerta del Arenal, se proyectase una gran vía de la esquina de la Catedral hasta el río, uniendo García de Vinuesa y Antonia Díaz, mediante derribos en la esquina de Arfe. La mayor antigüedad y proyectos de alineación, que no llegan a completarse, hacen que la acera de los impares sea irregular, con entrantes y salientes, mientras que la frontera es rectilínea. Actualmente es una calle de mediana anchura, en su mayor parte ocupada por viviendas, aunque en los bajos, sobre todo en los impares, suelen abundar bares y comercios, pero ha perdido los almacenes que la caracterizaron en tiempos pasados, y de los cuales queda uno en la esquina de Techada más o menos alterado. Sigue soportando un tráfico intenso, por ser punto de salida desde el centro y de la zona de Adriano hacia el paseo. En la parte final de los pares linda con la verja de la plaza de toros donde existe un pequeño jardín, formado en la década de 1970 al derribarse la casa de esquina [Antonio Collantes de Terán Sánchez, en Diccionario histórico de las calles de Sevilla, 1993].
Antonia Díaz, 15, acc. Casa del siglo XVIII [Francisco Collantes de Terán Delorme y Luis Gómez Estern, Arquitectura Civil Sevillana, Excmo. Ayuntamiento de Sevilla, 1984].
Conozcamos mejor a Antonia Díaz, personaje a quien está dedicada esta vía del callejero sevillano;
Antonia Díaz Fernández de Lamarque, Enriqueta Madoz de Alianza, (Marchena, Sevilla, 31 de octubre de 1827 – Dos Hermanas, Sevilla, 19 de mayo de 1892). Escritora.
Hija de Ramón Díaz y Giráldez y de María de los Dolores Fernández, que procuraron darle una educación esmerada. Ya en 1846 publicó su primer poema en el periódico La Aurora de Sevilla.
José de la Velilla señaló cómo en su juventud tuvo que luchar entre su vocación y el temor a la sátira y el sarcasmo que abrumaba a las escritoras. Perteneció a la escuela poética sevillana en la línea de Rioja.
El 1 de abril de 1861 casó con José Lamarque de Novoa, empresario. Juntos se dedicaron a la literatura y a las obras de caridad al disponer de una cuantiosa fortuna.
En 1872, Lamarque mandó construir en Dos Hermanas una suntuosa mansión-residencia a la que bautizó como La Alquería del Pilar, en la que no faltaban ni cascadas ni oratorio. Allí residió Antonia, enferma desde su juventud de anemia cerebral.
El 14 de marzo de 1888 instalaron línea telefónica entre la casa de Sevilla y su finca, hecho que recogen los periódicos locales.
Elogiada por Pilar Sinués, por José Velilla y por Fastenrath, que tradujo al alemán varias de sus composiciones, el matrimonio mantuvo correspondencia con Menéndez Pelayo, Pedro Madrazo, Narciso Campillo, Cánovas, los hermanos Velilla, Isabel Cheix, Juan Ramón Jiménez, etc. Como impulsores de la escuela poética sevillana, los prologuistas de sus obras —Velilla, Heredia o Fernández Espino— aprovecharon la ocasión para hacer estudios y defensa de sus paisanos poetas.
Su marido hizo una recopilación póstuma de sus versos en Poesías líricas, junto a una corona poética en que participaron las autoras más prestigiosas. En el prólogo, Fernández Espino hace una defensa de la escuela sevillana.
Colaboró en La Aurora (1846), El álbum de las bellas, El Renacimiento (1884), El Ateneo (1874-1875), La Violeta (1863), La Educanda (1863-1865), El Correo de la Moda (1855-1883), El Recreo de las Familias (1871), El amigo de las damas (1873).
Falleció de anemia cerebral. Tiene calles dedicadas en las ciudades de Sevilla y Granada (Carmen Simón Palmer, en Biografías de la Real Academia de la Historia).
Si quieres, por Amor al Arte, déjame ExplicArte Sevilla, déjame ExplicArte la calle Antonia Díaz, de Sevilla, dando un paseo por ella. Sólo tienes que contactar con nosotros en Contacto, y a disfrutar de la ciudad.
Más sobre el Callejero de Sevilla, en ExplicArte Sevilla.
La calle Antonia Díaz, al detalle:
Edificio de la calle Antonia Díaz, 15, acc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario